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Lectio Dominical

Lun 1 Ago 2016

Respondamos con fidelidad

Hoy Jesús nos invita a estar despiertos y lúcidos para transcender y responder con fe y esperanza a las vicisitudes de nuestra historia. Que esta celebración nos anime a caminar bajo las virtudes de la fe y la esperanza para enseñar el camino de la vida nueva. Lecturas [icon class='fa fa-play' link=''] Primera lectura: Sabiduría 18,6-9[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Salmo de respuesta: 33(32),1+12.18-19.20+22 (R. cf. 12b)[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Segunda lectura: Hebreos 11,1-2.8-19[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Evangelio: Lucas 12,32-48[/icon] [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO BÍBLICO[/icon] Las lectura nos propone un modelo de fe que nos anima a saber responder de manera coherente ante la adversidad, así como los padres determinaron su historia hoy se nos anima a responder con mayor fidelidad, pues conocemos la plenitud de la revelación, ya que nuestro sentido de vida encuentra su plenitud en el misterio de Cristo quien es el autor y perfeccionador de nuestra Fe. La fe de los antiguos sirve de aliento para los discípulos que libres de todo apego a cosas materiales se han de preparar para la salida inminente; y por eso Jesús, en el Evangelio, los anima a constituir un tesoro en el cielo. Jesús empieza llamando la atención sobre la codicia y va más allá cuando pide no estar preocupados por la comida o por el vestido, pues la fe permite esperar todo lo bueno y noble del Padre, pide más bien la preocupación por el reino, que todas esas cosas llegaran por añadidura. Vivir en perspectiva de futuro es vivir una vida de fe y esperanza a ejemplo de los antiguos padres, es una actitud que compete a todos en general, aunque probablemente no todos tendrán el mismo grado de conciencia de esa perspectiva o no todos la vivirán con la misma intensidad. En el verso 35 del Evangelio, se nos presenta una nueva bienaventuranza cuando felicita al servidor que se encuentra en vela a la espera de su amo; es la espera dichosa del reino que llega con Jesús, es la dinámica de la fe y la esperanza que se perfecciona en la persona adorable de nuestro Señor que anima a los discípulos a estar libres y despiertos para responder de manera lúcida y coherente a las vicisitudes del mundo moderno [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO SITUACIONAL[/icon] La liturgia de la palabra nos invita a madurar nuestros estilos de vida por la fe en Dios Padre y en su Hijo muy amado. En una sociedad que ha perdido el valor de ser “hijo de Dios”, estos ejemplos y palabras nos animan a madurar en la Fe como respuesta dinámica a Dios y a articularla con la esperanza, como movimiento lanzado hacia el futuro. Es Jesús quien nos anima hoy en medio de la desesperanza para que todo hombre, obediente a la fe, sea hombre nuevo, constructor de una nueva historia, cultura y sociedad, somos los discípulos testigos de la misericordia de Dios, que ha estado grande con nosotros, pues nos dio a conocer la plenitud del Amor, la Verdad y la Vida. [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO CELEBRATIVO[/icon] Estamos llamados a rescatar el valor de las virtudes teologales fe y esperanza, como parte de nuestro comportamiento modelo para la vida en sociedad. A la luz de la Palabra recibida y fortalecidos con la Eucaristía, celebremos la vida en perspectiva de futuro confiados que el espíritu de Dios dará la vitalidad necesaria para que cada hombre, cada mujer y, por tanto, cada uno de nosotros dé testimonio, en medio de la crisis, de la vida nueva que ofrece el Hijo santo de Dios. [icon class='fa fa-play' link='']Recomendaciones prácticas[/icon] Destacar la figura de Bienaventurada Virgen María, como mujer Obediente, de Fe y Esperanza, modelo del hombre nuevo. Se puede seguir el Prefacio Dominical II: «El misterio de la salvación», p. 384, del Misal. Jornada Nacional de la Pontificia Obra de San Pedro Apóstol (POSPA) para la promoción de los sacerdotes nativos del mundo. En Colombia esta Obra apoya al Seminario Colombiano Intermisional San Luis Bertrán que forma a los futuros pastores de los Territorios y Situaciones Misioneras de nuestro país. Hoy se celebra el 7 de agosto, fiesta nacional, recuerdo de la batalla del Puente de Boyacá. En la Oración Universal o de los Fieles se aconseja hacer peticiones por la Patria. Tener presente que en esta semana, El miércoles 10 de agosto, es la fiesta de san Lorenzo, diácono y mártir. Foto Tomado de Internet

Lun 25 Jul 2016

No dejemos que el corazón se ate a las cosas efímeras

Convocados por el Señor en el vínculo fraterno de la esperanza, vivamos en este Domingo la alegría de tener como meta de nuestra vida el amor de Dios y de saber que el camino para esa alegría que no acaba es la generosidad, la confianza, la búsqueda del amor de Dios siguiendo los pasos del que nos enseña a vivir, Cristo. Celebremos, agradezcamos, alabemos al que lo es todo en nuestra vida. Lecturas [icon class='fa fa-play' link=''] Primera lectura: Eclesiastés 1,2; 2,21-23[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Salmo de respuesta: 39(38),5-6ab.6c-7.12.13ade-14 (R. 5a)[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Segunda lectura: Colosenses 3,1-5.9-11[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Evangelio: Lucas 12,13-21[/icon] [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO BÍBLICO[/icon] En la Palabra de hoy hay un aire existencial, hay un retrato de la realidad del hombre de ayer, de hoy y de mañana, tan apegado a lo inmediato, tan atado a las cosas, tan dramático en sus desesperaciones, tan obsesionado por lo que se posee. La primera lectura enfatiza esa actitud nuestra que centra la esperanza en lo que pasa y no busca lo eterno, lo sublime, lo glorioso y que cambia el esfuerzo que debiera emplear en la búsqueda de lo mejor por la decisión de amar lo que nos ata y nos esclaviza. El Salmo nos propone, entonces, una sabia llamada: aprender a mirar la caducidad de la vida como un reto para la esperanza, aprender que la vida en sus limitaciones naturales nos invita a romper esa clausura en la desesperanza para abrirnos a la prudencia que hace sabios, al amor que hace hermanos, a la paz que nos hace santos. La carta a los colosenses nos dirá que, si Cristo lo es todo y en todos, la vida debe ser experiencia fraterna en aquel que rompe fronteras, tan de moda hoy, y nos dice que, por su amor entregado, seremos ciudadanos del cielo. El Evangelio, invitándonos a no dejar que el corazón se ate a las cosas efímeras, nos recuerda que al final de la vida todo pasará, menos el amor con el que Jesús nos presenta como programa de vida la fraternidad, la solidaridad iluminada por la fe, la comunión en el amor que nos hace nuevos, generosos, integrados en el amor providente de Dios que es Padre de todos, para edificar con Él la casa de la esperanza y de la comunión fraterna. [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO SITUACIONAL[/icon] El sentido novedoso del Evangelio nos llama a redescubrir la vida de un modo distinto, a encontrar en las cosas un camino y no un fin, a admirar en la obra de Dios no una meta sino un don. Cuando la vida se transforma en una experiencia generosa, en una donación constante de fraternidad y de alegría, podemos superar el doloroso egoísmo de los fariseos y la amarga actitud de los que centran su vida en las cosas, en la frialdad de las normas que esclavizan, en la tristeza del corazón sin esperanza. La palabra de pablo en la que nos recuerda que Cristo es vínculo y convocación de amor para todos, se ilumina con aquello extraordinario que nos predicó el Beato Paulo VI en Bogotá en las Ordenaciones celebradas en su Viaje Apostólico a Colombia en 1968: “Tú, Señor Jesús, eres el mediador entre Dios y los hombres; no eres diafragma, sino cauce; no eres obstáculo, sino camino; no eres un sabio entre tantos, sino el único Maestro; no eres un profeta cualquiera, sino el intérprete único y necesario del misterio religioso, el solo que une a Dios con el hombre y al hombre con Dios, Nadie puede conocer al Padre, has dicho Tú, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo, que eres Tú, Cristo, Hijo del Dios vivo, quisiere revelarlo (Cf.Mt 11, 27; Jn 1,18). Tú eres el revelador auténtico, Tú eres el puente entre el reino de la tierra y el reino del cielo: sin Ti, nada podemos hacer (Cf. Jn 15,5) . Tú eres necesario, Tú eres suficiente para nuestra salvación” [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO CELEBRATIVO[/icon] Anunciamos vida y vida en Cristo, celebramos vida y lo hacemos en el clima de esperanza y de confianza con el que la liturgia, de este día, nos invita a llenarnos del amor providente de Dios, a confiar en que, por ser suyos, todo nos lo regala su amor maravilloso y que nuestros esfuerzos no se pueden reducir a las conquistas de cosas que pasan, sino que nos deben remitir a la corona que Dios ofrece a quienes se entregan con amor, a quienes no calculan con criterios humanos sino que proyectan su vida haciendo del amor de Dios la medida justa y el camino cierto hacia la verdadera felicidad. [icon class='fa fa-play' link='']Recomendaciones prácticas[/icon] Tener presente las expresiones bíblicas que explicita la homilía de este domingo: ¿Qué saca uno de tanto trabajar?, «Señor, dame a conocer mi fin», “Busquen los bienes de allá arriba, donde está Cristo”, «Lo que habías amontonado, ¿para quién será?» Se puede seguir el Prefacio Dominical VI: «Prenda de nuestra pascua eterna», p. 388 del Misal. Se puede realizar al final de la Misa la fórmula de Bendición Solemne: 15. En el Tiempo Ordinario VI, p. 477 del Misal. En el contexto de Año de la Misericordia hoy se celebra el Jubileo de los jóvenes. Jornada Mundial de la Juventud en Cracovia. Recordar que en esta semana, el sábado 6 de agosto, es la fiesta de la Transfiguración del Señor. Foto Tomado de Internet

Mar 19 Jul 2016

Dios escucha porque sabe inclinar su corazón al que lo llama

Dios habla y también escucha, por eso la Palabra de vida que nos será proclamada no sólo nos recuerda la bondad de Dios, sino que nos enseña a llamarlo con amor, a sentirlo con fe, a aguardar con confiada esperanza las muestras de su amor infinito. Escuchemos. Lecturas [icon class='fa fa-play' link=''] Primera lectura: Génesis 18,20-32[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Salmo de respuesta: 138(137),1-2a.2bc+3.6-7.8 (R. cf. 17,6a)[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Segunda lectura: Colosenses 2,12-14[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Evangelio: Lucas 11,1-13[/icon] [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO BÍBLICO[/icon] En el corazón de la humanidad estará siempre el deseo de entrar en contacto con Dios, todas las experiencias religiosas hacen de la Oración un camino en el que el hombre suplica, agradece, se admira y se encuentra con quien le da la vida. La Palabra divina nos muestra la insistencia con la que Abraham pide a Dios que salve de la catástrofe anunciada, implorando con insistencia la clemencia y la misericordia. Esta misericordia a la que este año nos dirige la fe de la Iglesia, es también manifestada en la oración humilde y confiada del Salmo. Dios escucha porque sabe inclinar su corazón al que lo llama en la insistencia de la oración y el creyente sabe que, por la fe, sus esperanzas y sus necesidades no se quedan en el vacío sino que se guardan en el amor d Dios que escucha porque ama. Ese amor, según san Pablo, no está restringido a un grupo, ni siquiera a los que “primero vivieron la alianza” (Cfr Oración Universal del Viernes Santo), porque la misericordia Divina, como nos lo propone el apóstol, genera un vínculo de comunión que rompe las fronteras y salta las trincheras humanas para abrir puertas de esperanza para todos. El evangelio nos trae la Oración por excelencia, el modelo perfecto, por lo simple, por lo conciso, por lo confiado, de toda plegaria humana, de toda amorosa relación con Dios. Lucas, al proponer esta Oración del Señor, la ubica en la subida de Jesús a la Ciudad Santa en la que hará real, de muchos modos, aquello de “hágase tu voluntad”. Es una propuesta novedosísima en su tiempo, porque rompe el esquema de las plegarias judías, bellísimas sin duda, en el ámbito del culto del Viejo Testamento y nos lanza hacia una manera nueva de ver a Dios y de vernos como pueblo y como personas en una relación de hijos frente a quien lo es todo. [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO SITUACIONAL[/icon] El mundo en el que vivimos vuelve a tener sed de oración, de una oración concreta, simple, sencilla, elocuente y efectiva. Nos hemos acostumbrado a unas oraciones en las que, de pronto nos hallamos ante un mar de emociones, un océano de expresiones, con un milímetro de profundidad. Hay tanto para pedir, hay tanto para agradecer, hay tanto para reconocer, hay tanto para ofrecer. Todo esto lo encierra la oración cristiana novedosa, sencilla, dirigida por el maestro de vida que es Jesús. El propone a sus seguidores la urgencia de ser comunidad orante, de ser solidarios también en una experiencia de relación con Dios que deja de ser “mi Dios” para ser “padre nuestro” en todo el sentido fraterno y comprometedor de la palabra. La sociedad necesita no sólo los espacios físicos para elevar sus plegarias, sino el clima de unidad y de comunión que estas plegarias deben tener. Estamos urgidos de superar el ámbito restringido y privado de nuestra experiencia de Dios que tantos nos quieren imponer, para ofrecer con valor y decisión el rostro cercano y misericordioso de Dios que escucha con amor al que le habla con amor. [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO CELEBRATIVO[/icon] El mundo en el que vivimos vuelve a tener sed de oración, de una oración concreta, simple, sencilla, elocuente y efectiva. Nos hemos acostumbrado a unas oraciones en las que, de pronto nos hallamos ante un mar de emociones, un océano de expresiones, con un milímetro de profundidad. Hay tanto para pedir, hay tanto para agradecer, hay tanto para reconocer, hay tanto para ofrecer. Todo esto lo encierra la oración cristiana novedosa, sencilla, dirigida por el maestro de vida que es Jesús. El propone a sus seguidores la urgencia de ser comunidad orante, de ser solidarios también en una experiencia de relación con Dios que deja de ser “mi Dios” para ser “padre nuestro” en todo el sentido fraterno y comprometedor de la palabra. La sociedad necesita no sólo los espacios físicos para elevar sus plegarias, sino el clima de unidad y de comunión que estas plegarias deben tener. Estamos urgidos de superar el ámbito restringido y privado de nuestra experiencia de Dios que tantos nos quieren imponer, para ofrecer con valor y decisión el rostro cercano y misericordioso de Dios que escucha con amor al que le habla con amor. [icon class='fa fa-play' link='']Recomendaciones prácticas[/icon] Para este domingo sería bueno resaltar la Oración del Señor: una cartelera con contenido del padre nuestro, cantándolo (con la letra del misal). Se sugiere El Prefacio Dominical X: «el Día del Señor», p. 392 del Misal. Se puede realizar al final de la Misa la fórmula de Bendición Solemne: 14. En el Tiempo Ordinario V, p. 477 del Misal. Insistir en la importancia y necesidad de celebrar con fe y humildad el sacramento de la reconciliación, como espacio de encuentro con la misericordia de Dios. Se pueden organizar celebraciones penitenciales. Recordar que esta semana: El lunes 25, es la fiesta de Santiago, apóstol. En el contexto del Año de la Misericordia se celebra el Jubileo de los jóvenes, del martes 26 al domingo 31 de julio. Para las primeras Vísperas del próximo domingo 18º del Tiempo Ordinario se emplea el Tomo IV de la Liturgia de las Horas, semana 2ª del Salterio. Foto Tomado de Internet

Lun 11 Jul 2016

Atendamos con prontitud a quien se acerca a nuestra casa

Como pueblo elegido de Dios venimos el domingo a celebrar el día de nuestra salvación. Somos llamados y consagrados para anunciar al mundo las maravillas del amor de Dios y que tiene su máxima expresión en su Hijo Jesucristo. Unidos en la fe vivamos este encuentro de hermanos que nos fortalece para crecer en la hospitalidad. Lecturas [icon class='fa fa-play' link=''] Primera lectura: Génesis 18,1-10a[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Salmo de respuesta: 15(14),2-3a.3bc-4ab.5 (R. cf. 1a)[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Segunda lectura: Colosenses 1,24-28[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Evangelio: Lucas 10,38-42[/icon] [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO BÍBLICO[/icon] Hoy la Palabra quiere hacer énfasis en la actitud de hospitalidad que debemos tener como creyentes. Abraham, sentado a la puerta de su tienda, reconoce en los tres hombres la presencia de Dios, porque sabe que Él habla a través de mensajeros y por éste motivo se dirige a ellos en singular: “…haré que te traigan agua…” y asume la tarea de siervo. Un siervo que con prontitud atiende las necesidades de quien se acerca a su casa. “Agua, Pan, Leche, ternero guisado…” no escatima en nada y lo entrega todo, y a cambio recibe la promesa de vida: “Cuando vuelva a ti… Sara habrá tenido un hijo”. Puedes adquirir el Plan Nacional de Prediación en la Librería del Episcopado

Mar 5 Jul 2016

Amemos a nuestro prójimo

La ley de Dios fue puesta en el corazón del hombre para hacerla vida y Jesús, nos recuerda quién es nuestro prójimo para vivir en el amor misericordioso que viene del Padre. Escuchemos con atención Lecturas [icon class='fa fa-play' link=''] Primera lectura: Deuteronomio 30,10-14[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Salmo de respuesta: 69(68),14.17-18.30-31.33-34.36ab+37 (R. cf. 145[144],18)[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Segunda lectura: Colosenses 1,15-20[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Evangelio: Lucas 10,25-37[/icon] [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO BÍBLICO[/icon] Las lecturas de este domingo nos permiten ver el amor en clave de misericordia, el que se siente amado por Dios está en la capacidad de amar a su hermano, amar a aquél que está a su lado. Una ley que no solo lleva en su corazón sino que la materializa en sus acciones. La ley manifestada en el antiguo testamento llega a su cumplimiento fiel en la vida de Jesús y sus enseñanzas. Puedes adquirir el Plan Nacional de Prediación en la Librería del Episcopado

Lun 27 Jun 2016

El Señor llama, envía y acompaña

El Señor llama, envía y acompaña. Esta es la seguridad del evangelizador, fue la convicción que movió al Apóstol Pablo en todas sus gestas misioneras y el poder que Israel pudo comprobar en todos los instantes de su existencia. El Dios bíblico no abandona, no se margina, no mira en la distancia, se involucra directamente en la vida del discípulo y actúa, acompañando y haciendo eficaz la acción del obrero del Reino. Lecturas [icon class='fa fa-play' link=''] Primera lectura: Isaías 66,10-14c[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Salmo de respuesta: 66(65),1-3a.4-5.6-7a.16+20 (R. 1)[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Segunda lectura: Gálatas 6,14-18[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Evangelio: Lucas 10,1-12.17-20[/icon] [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO BÍBLICO[/icon] Nos muestra el Evangelio a una comunidad discipular llamada y enviada por el mismo Jesús a la misión, constituyéndola en directa colaboradora para la obra que el Padre le ha encomendado: anunciar la cercanía del Reino de Dios. Ya no solamente están los doce, sino que también los otros que han creído en su Palabra deben hacer suya la tarea de comunicar a otros la alegre noticia de un Dios que se acerca a la historia del hombre para transformarla; un Dios que es como una “madre” que se ocupa de consolar a sus hijos atribulados, de hacerles probar las delicias de sus cuidados y bienes. Puedes adquirir el Plan Nacional de Prediación en la Librería del Episcopado