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Inicia camino a los altares de fraile dominico colombiano
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La Congregación de Hermanas Dominicas Hijas de Nuestra Señora de Nazareth y la Provincia de San Luis Bertrán de Colombia, como coautores de la causa de canonización del Siervo de Dios Fr. Enrique Alberto Higuera Barrera, O.P, sacerdote colombiano, luego de un arduo trabajo de más de diez años, han culminado la fase arquidiocesana de la causa.
La ceremonia de clausura se realizó el pasado jueves 27 de octubre de 2022, en el Convento de Santo Domingo de Bogotá de los frailes dominicos, presidida por monseñor Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá, Primado de Colombia y presidente de la Conferencia Episcopal.
Durante el acto de clausura, los miembros del Tribunal Instructorio del proceso de la causa, así como los miembros de las Comisiones de Teología e Historia, y un nutrido grupo de fieles, entre ellos monseñor Leonardo Gómez Serna, O.P., sacerdotes, religiosos, religiosas, familiares, amigos, admiradores del Siervo de Dios y la Notaria del proceso, presentaron al Señor Arzobispo las actas y la documentación del proceso de investigación, debidamente cerradas y selladas con el sello de la arquidiócesis, que serán enviadas al Dicasterio de las Causas de los Santos, en la Ciudad del Vaticano, a fin de que allí siga su curso.
EL proceso fue comenzado en su fase preparatoria, el 1 de junio de 2008, por el entonces Arzobispo de Bogotá, Cardenal Pedro Rubiano Sáenz, quién nombró a Fray Inocenzo Venchi, O.P., Postulador General de la Orden de Santo Domingo, para que investigara el mérito de la causa.
El 24 de junio de 2015, el Señor Arzobispo, Cardenal Rubén Salazar Gómez, instruyó canónicamente el proceso nombrando el Tribunal Instructorio y designó a Monseñor Luis Romero Franco, obispo Emérito de Facatativá, como Juez Delegado.
“Con gusto acepté esa responsabilidad, que jamás había tenido, por mi amor a la Iglesia, la cual nos llama a “ser perfectos, como el Padre celestial es perfecto” (Mt 5,48), y por la cercanía que tengo con las Hermanas Dominicas Hijas de Nuestra Señora de Nazareth, circunstancia que también me motivó a colaborar con la causa de su Cofundador”, señaló Monseñor Luis Romero durante su intervención en el acto de clausura.
Fray Diego Orlando Serna Salazar, O.P, Prior Provincial de los frailes dominicos, resaltó que este acontecimiento es un hecho histórico para la Orden de Predicadores en Colombia, ya que el Padre Higuera es el primer fraile dominico colombiano que va camino a los altares. Así mismo, resaltó la labor de las Hermanas Dominicas Hijas de Nuestra Señora de Nazareth, quienes han impulsado desde el principio no solo esta causa, sino también, la de su Fundadora, Sierva de Dios María Sara Alvarado Pontón.
“Los frailes dominicos de Colombia no tenemos cómo pagar a ustedes esta ingente labor que nos compromete a todos en la búsqueda de la santidad y en la renovación de nuestras vidas y de nuestra Provincia. De corazón, Dios les pague”, expresó Fray Diego Orlando.
Cabe mencionar que Fray Enrique Alberto Higuera Barrera, O.P. es reconocido cofundador por su estrecha vinculación como director espiritual de la fundadora, y formador y colaborador en el crecimiento de la Congregación hasta su aprobación como Instituto de Derecho Pontificio. Es por esta razón que, desde el fallecimiento del Siervo de Dios, en la casa general de las Hermanas, el 4 de marzo de 1976, ellas asumieron el compromiso de llevar adelante la causa para el reconocimiento de sus virtudes.
Ahora queda en manos de la Hermana Fanny Aurora Parra Pérez, Vicepostuladora del proceso, entregar al Señor Cardenal Marcello Semeraro, Prefecto del Dicasterio de las Causas de los Santos, en la ciudad del Vaticano, las más de 30 cajas que, en palabras de Monseñor Rueda, “contienen el testimonio de vida de un sacerdote, de un fraile dominico santo, amado por Dios y amado por sus hermanas y por la comunidad”.
El equipo investigador
Para iniciar el proceso canónico, el Postulador General de la Orden, Fr. Gianni Festa, O.P. nombró Vicepostuladora a la Hermana Fanny Aurora Parra, religiosa Dominica de Nazareth.
El Tribunal Instructorio del proceso, estuvo conformado por: Monseñor Luis Romero Franco, Obispo emérito de Facatativá, Juez Delegado del Sr. Arzobispo; Pbro. Leonardo Cárdenas Téllez, Promotor de Justicia; y la señora Martha Poveda Munar, Notaria.
Las Comisiones de Teología, Historia y Archivística estuvieron conformadas por los peritos Juan Pablo Jiménez Fetecua, Presbítero; los doctores Daniel Turriago Rojas y Yesid Triana Rodríguez y el señor Mauricio Becerra León.
FR. Enrique Alberto Higuera Barrera, O.P.
Fray Enrique Alberto Higuera Barrera, O.P. nace el 23 de junio de 1906, en el municipio de Saboyá (Boyacá). Hijo de don Francisco Higuera y doña Mercedes Barrera, con cuatro hijos más conformaron la piadosa familia en la que crece y lo orienta desde pequeño en el camino de la fe cristiana. Inicia sus estudios secundarios en el Colegio Jesús María que los padres dominicos tenían en Chiquinquirá, luego pasa a la Escuela Apostólica de los mismos, y descubriendo su vocación, fue recibido como novicio en la Orden de Predicadores en 1924.
Hecha su profesión religiosa a los 19 años, comienza su formación sacerdotal; por sus dotes intelectuales y musicales fue enviado al colegio “Angelicum”, de Roma, hoy Pontificia Universidad de Santo Tomás de Aquino, pero por quebrantos de salud no pudo culminar allí. Continuó su formación teológica en el estudiantado de la Provincia, entonces en Tunja.
Accedió a las Órdenes menores a la vez que comenzó su misión apostólica, con la predicación y la liturgia, poniendo en juego su don musical con la formación de un coro, con los que solemnizaba las celebraciones en la ciudad y sus alrededores. Trasladado al convento de Bogotá, como diácono se da a conocer por su predicación y su especial humor. Retardando su ordenación sacerdotal, por su consideración de la grandeza del ministerio, accede finalmente, en 1937 y es ordenado por el entonces Nuncio Apostólico, Monseñor Carlos Serena, en la misma Nunciatura Apostólica.
A partir de octubre de 1940 inicia la dirección espiritual de la Madre María Sara Alvarado Pontón y de la naciente Congregación de las Dominicas Hijas de Nuestra Señora de Nazareth. En 1960 funda el movimiento denominado “Religiosas de María” conformado por un gran número de religiosas de diversas comunidades que tomarán de su espiritualidad el amor intenso a la Santísima Virgen María.
Las anteriores actividades apostólicas, fueron desempeñadas a la par que los diversos cargos que la Provincia le encomendó, como ser Prior de los Conventos principales de Santo Domingo de Bogotá y Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, servicios en los cuales puso todo su esfuerzo y la muy religiosa e inteligente dirección, demostrando su gran amor a la Orden y a la Iglesia.
Durante su vida llevó con gran paciencia las deficiencias de salud, que lo llevaron a su fallecimiento el 4 de marzo de 1976.
ORACIÓN
Dios Padre misericordioso, que concediste a tu siervo fray Enrique Alberto Higuera Barrera, O.P. la gracia de extender el carisma dominicano a través de su vida y predicación, con las más admirables virtudes de fe, generosa entrega a las almas consagradas y al progreso espiritual de los fieles, concédenos por sus méritos la gracia que hoy solicitamos de tu infinita bondad (se hace la petición) para que así, seguros de su intercesión en el cielo, lo veamos prontamente entre el número de los santos y su ejemplo nos estimule a vivir radicalmente nuestros compromisos bautismales, bajo la guía de la Santísima Virgen Padre nuestro, Avemaría, Gloria María, Madre Nuestra. Amén.
FUENTE: Oficina de comunicaciones frailes dominicos de Colombia
“El divorcio exprés”: una píldora que no sana
Lun 2 Dic 2024
Una sociedad que odia a los niños
Jue 28 Nov 2024
Sáb 28 Dic 2024
El Presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia hace un llamado a la esperanza y la reconciliación para el 2025
De cara al 2025, y en un momento crucial para Colombia, marcado por grandes desafíos sociales y políticos, monseñor Francisco Javier Múnera Correa, arzobispo de Cartagena y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, envía un mensaje cargado de esperanza. Invita a todos a cerrar este año 2024 con un corazón agradecido y abrir el 2025 bajo la perspectiva de un tiempo de gracia especial: el Jubileo Ordinario convocado por el papa Francisco.Según el prelado, este Jubileo de la Esperanza es una oportunidad para que los colombianos renueven su compromiso con los valores del Evangelio:“Los invito a no desfallecer en el cuidado de nuestros niños, jóvenes y abuelos, a tender la mano a los migrantes, a los enfermos y a quienes son excluidos. Juntos, con fe y esperanza, construiremos un país reconciliado y lleno de vida”.El presidente del Episcopado también hizo un llamado especial a los colombianos a no dejarse vencer por la desesperanza ni por las divisiones:“Recordemos las palabras del Santo Padre en su visita a Colombia en 2017: ‘No se dejen robar la esperanza, no se dejen robar la alegría’. Que este Jubileo sea un tiempo propicio para fortalecer nuestras familias, apoyar a los más vulnerables y comprometernos con la búsqueda de la paz y la justicia”.Monseñor Francisco Múnera recordó también que la paz es uno de los grandes anhelos de la nación. “No perdemos la esperanza en el camino que recorremos para alcanzarla”, expresó, destacando la necesidad de que para que esta sea posible, existan gestos concretos de reconciliación, especialmente en un país que aún enfrenta las heridas del conflicto. En este sentido, recordó que el Jubileo será una oportunidad privilegiada para renovar el compromiso con la construcción de un futuro fraterno y solidario.En el marco de la 58 Jornada Mundial de la Paz, que se celebrará el 1 de enero de 2025 bajo el lema “Perdona nuestras ofensas, concédenos tu paz”, monseñor Múnera Correa recuerda que la paz no es solo la ausencia de violencia, sino el fruto de la reconciliación con Dios, con los hermanos y con nosotros mismos.El Jubileo Ordinario 2025: un tiempo de gracia para Colombia“La virtud de la esperanza nos recuerda que nuestra vida es una peregrinación hacia Dios. En este Jubileo, queremos reforzar nuestra confianza en que el bien y la paz son posibles, superando el pesimismo y las sombras de la violencia”, afirma monseñor Múnera, haciendo eco del llamado del Papa en la bula de convocatoria del Jubileo.Participación en el Rito de Iniciación del Jubileo en las catedralesEl presidente de la Coferencia Episcopal de Colombia también invita a los fieles a unirse, este domingo 29 de diciembre, al Rito de Iniciación del Jubileo en las catedrales de todo el país. Este acto será un signo de comunión con la Iglesia universal y un paso más en el camino hacia un futuro lleno de esperanza.El mensaje de la Iglesia es claro: el 2025 será un tiempo para renovar el espíritu y trabajar juntos como verdaderos Peregrinos de Esperanza, convencidos de que la paz y la reconciliación son posibles.Vea el mensaje a continuación:
Mar 24 Dic 2024
Navidad 2024: Vicepresidente del Episcopado Colombiano pide a los fieles liberar la Navidad del consumismo y aportar en la construcción de la paz
Al celebrar esta Navidad 2024, los obispos colombianos, a través del arzobispo de Tunja y vicepresidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Gabriel Ángel Villa Vahos, piden a los fieles asumir este tiempo desde el amor, mientras reflexionan sobre su papel en la construcción de un futuro mejor para el país, donde la paz, tan anhelada por todos, se pueda hacer realidad con el aporte de cada uno.En su mensaje, el prelado subraya que la paz no es solo un don divino, sino también una tarea que exige el esfuerzo de cada persona desde lo más profundo de su corazón. "Preguntémonos: ¿qué estoy dispuesto a aportar yo para la construcción de la paz?", expresa.En línea con las palabras del papa Francisco, el vicepresidente del episcopado colombiano también llama a liberar la Navidad de todo aquello que no refleja su verdadero sentido, como el consumismo, los odios, los rencores y las venganzas:"Que este tiempo sea también de unión familiar, de sacar de nuestro corazón todo asomo de rencor, de violencia, de venganza".Además, recuerda que el Santo Padre, al convocar el Jubileo de la Esperanza, que se inaugurará en Roma el 25 de diciembre y, en las diócesis colombianas, el 29 de diciembre, está invitando a todos los creyentes a renovar su confianza en el Señor y a caminar como "peregrinos de la esperanza"."Les estamos deseando a todos una muy Feliz Navidad 2024. Que Santa María, Nuestra Señora de la Esperanza, camine con nosotros en este peregrinar. Bendiciones", concluye monseñor Villa.Vea el mensaje a continuación:
Mié 11 Dic 2024
¿Cómo vivir el Jubileo de la Esperanza 2025 en la Iglesia colombiana? La Conferencia Episcopal lanza un libro con orientaciones
La Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), a través de su Secretariado Permanente, presenta un nuevo libro titulado "Caminar en esperanza". Su contenido busca ayudar a las comunidades católicas del país a reflexionar y vivir plenamente el Jubileo Ordinario del 2025 convocado por el papa Francisco bajo el lema “Peregrinos de la esperanza”. Más que un material de lectura tradicional, es una ruta concreta para orientar a todos los miembros de la Iglesia en un peregrinaje hacia la renovación de su fe y compromiso cristiano, especialmente en medio de un contexto nacional y mundial marcado por profundas incertidumbres y temores sociales y políticos.Este compendio de 137 páginas, concebido como una guía práctica y espiritual, ofrece reflexiones, talleres y recursos para que los fieles católicos colombianos incorporen la esperanza en su vivencia diaria y en sus dinámicas pastorales desde distintas dimensiones. Entre ellas, en la Biblia, en los padres de la Iglesia, a nivel litúrgico, desde el rol de sacerdotes y religiosos, en la familia, en la misión, a nivel social, desde la comunicación y desde los signos de los tiempos. En la presentación del libro y evocando las palabras del papa Francisco, quien en su exhortación Spes non confundit resalta que la esperanza es la virtud que “indica la dirección y la finalidad de la existencia cristiana”, el presidente de la CEC, monseñor Francisco Javier Múnera Correa, destacó que este tiempo jubilar es una oportunidad para fortalecer la virtud de la esperanza, que orienta y sostiene la vida cristiana. A partir de esta premisa, se invita a los fieles a reconocer que la esperanza tiene un rostro: Jesucristo, quien camina con la humanidad como peregrino para guiarla hacia el Padre."Caminar en esperanza" es una invitación de la Conferencia Episcopal de Colombia a fomentar la comunión en los diversos espacios eclesiales del país; desde las parroquias hasta las familias, así lo expresa su presidente, monseñor Francisco Múnera:“Deseo que este material sea acogido en todos los lugares eclesiales para la vivencia de la comunión en nuestro país; y que, en aquellos espacios vitales, se asuma con esperanza el seguimiento del Señor Jesucristo, nuestra paz, y con este horizonte podamos fomentar las relaciones, los procesos y los vínculos necesarios para una Iglesia sinodal, misionera y misericordiosa, como lo pide el Proceso Sinodal”.El libro ya puede ser adquirido a través de la Librería de la Conferencia Episcopal de Colombia o en las librerías San Pablo del país.Datos de contacto:Correo: libreria@cec.org.coWhatsApp: 3138808447Teléfono: PBX (57) 601 9157779 Ext. 125Horario de atención:Lunes a viernes 8:00 a.m. - 12:30 p.m. / 1:30 p.m. - 4:30 p.m.
Mar 10 Dic 2024
La Diócesis de San José del Guaviare ya tiene Administrador Diocesano: Pbro. Edgar Liévano Labrador
El Colegio de Consultores de la Diócesis de San José del Guaviare eligió a su nuevo administrador. Se trata del padre Edgar Liévano Labrador, quien se venía desempeñando como vicario general de esa Iglesia particular ubicada en el departamento del Guaviare. La nueva designación por parte de los sacerdotes se dio este 6 de diciembre, tras la posesión del anterior obispo de esta jurisdicción, monseñor Nelson Jair Cardona, en la Diócesis de Pereira.El padre Edgar Liévano Labrador nació el 10 de agosto de 1955 en Ibagué (Tolima). Cursó sus estudios de teología en el Seminario IntermisionalSan Luis Beltrán de Bogotá. Fue ordenado sacerdote el 26 de marzo de 1988 para la Prefectura Apostólica de Mitú. Estudió una licenciatura en Filosofía y Educación Religiosa en la Universidad Católica de Oriente y una especialización en Derecho Matrimonial Canónico en la Pontificia Universidad Javeriana.Los encargos pastorales que ha desempeñado son:Párroco de la Parroquia San Antonio de Carurú- Vaupés (1988)Párroco de la Parroquia Cristo Rey de Calamar-Guaviare (1989-1995)Párroco de la Inmaculada Concepción de San José (1996-2001)Fundación de la Parroquia Nuestra Señora de la Paz de San José (2001-2003)Párroco de la Parroquia Divino Niño de Puerto Concordia-Meta (2004)Administrador Parroquial de la Parroquia La Sagrada Familia de San José (2005-2007)Párroco de la Parroquia Nuestra Señora de la Paz de san José (2008-2011)párroco de la Parroquia María Auxiliadora de San JoséPárroco de la Parroquia Catedral de San José (2015-2020)Párroco de la Parroquia Nuestra Señora de la Paz de san José (2020 hasta la fecha)Provicario del Vicariato apostólico de San José del Guaviare (1999)Vicario General (2000-2003, 2006-2010 y 2016 hasta la fecha)Canciller y notario (2006 hasta la fecha)Actualmente es miembro del Consejo Presbiteral y del Colegio de Consultores.En diálogo con el Departamento de Comunicaciones de la Conferencia Episcopal de Colombia, el padre Edgar Liévano expresó su gratitud hacia los sacerdotes que conforman el Colegio de Consultores de la Diócesis de San José del Guaviare, por haber confiado en él para guiar esta Iglesia particular. En ese sentido, dio a conocer tres prioridades pastorales:“Seguiré con la ayuda de Dios y las oraciones de los fieles, trabajando en el Plan de Pastoral y en su implementación; en el crecimiento fraterno y espiritual del clero, religiosos y religiosas; y en la ayuda para con los pobres y necesitados. Dios me ayude en este trabajo que ha puesto en mis manos”, expresó el sacerdote.El padre Liévano estará desarrollando este encargo hasta que se produzca un nuevo nombramiento episcopal para esa jurisdicción eclesiástica por parte del Santo Padre.