Pasar al contenido principal

conferencia episcopal de colombia

Lun 30 Dic 2024

Frente al año preelectoral 2025 en Colombia, el cardenal Luis José Rueda Aparicio llama a la responsabilidad y la fraternidad

En el contexto del fin de año, el cardenal Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y primado de Colombia, compartió un balance del 2024, destacando los desafíos y aprendizajes que dejó para la Iglesia y para el país. Además, pidió a los colombianos asumir el 2025, año preelectoral, con un profundo sentido de responsabilidad, fraternidad y compromiso con el bien común.Reflexionando sobre el año que termina, el cardenal Rueda evocó una popular canción colombiana: “Yo no olvido el año viejo porque me ha dejado cosas muy buenas”. Desde allí, destacó que, aunque el 2024 estuvo marcado por complejas guerras en el mundo, como las de Ucrania y Gaza; así como por el conflicto armado, inundaciones y dificultades sociales en Colombia, también dejó signos de esperanza que deben animar a la nación a seguir avanzando.En el ámbito social, el purpurado subrayó la importancia de la COP 16, celebrada en Cali en el mes de octubre, como un momento clave para reflexionar sobre el cuidado de la “casa común” y la responsabilidad que tienen los colombianos de proteger la biodiversidad y priorizar la dignidad humana.A nivel eclesial, el cardenal Rueda resaltó la segunda sesión de la Asamblea del Sínodo de los Obispos sobre la sinodalidad, que invitó a la Iglesia universal a caminar junta, escuchando, perdonando y trabajando como un solo cuerpo. Además llamó la atención sobre el curso que debe seguir lo concluido allí:“Nos queda un camino por recorrer. Debemos implementar lo que el Sínodo nos ha ofrecido, no como un documento de estudio, sino como una práctica viva en parroquias, familias y comunidades”, afirmó el primado de Colombia, instando a construir una Iglesia más inclusiva y corresponsable, guiada por el Espíritu Santo.Al mirar hacia el 2025, el cardenal Luis José Rueda hizo un llamado a los colombianos a vivir este año preelectoral como un tiempo de responsabilidad y fraternidad. En un país marcado por tensiones políticas, y citando la enseñanza del papa Francisco sobre la buena política como servicio al bien común expresada en su Encíclica Fratelli tutti, afirmó: “La política debe implicarnos a todos; no puede ser un espacio para la indiferencia, la división o la polarización”.En este sentido, el primado de Colombia destacó la importancia de que los ciudadanos asuman su rol en la democracia, fomentando relaciones de respeto y buscando caminos comunes. “Las futuras generaciones necesitan instituciones fuertes y consolidadas, y un pueblo colombiano unido trabajando por la paz, la vida, la reconciliación y el desarrollo integral de todas las regiones”, agregó.Finalmente, el cardenal Rueda Aparicio invitó a todos a celebrar el Jubileo de la Esperanza, propuesto por el papa Francisco, como una oportunidad para renovarse y caminar juntos como humanidad y como Iglesia:“Que el año 2025 sea una ocasión para mirarnos con realismo, reconocer los signos de sufrimiento, pero también los de esperanza, y avanzar unidos como pueblo de Dios al servicio de la humanidad”.Vea el mensaje a continuación:

Sáb 28 Dic 2024

El Presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia hace un llamado a la esperanza y la reconciliación para el 2025

De cara al 2025, y en un momento crucial para Colombia, marcado por grandes desafíos sociales y políticos, monseñor Francisco Javier Múnera Correa, arzobispo de Cartagena y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, envía un mensaje cargado de esperanza. Invita a todos a cerrar este año 2024 con un corazón agradecido y abrir el 2025 bajo la perspectiva de un tiempo de gracia especial: el Jubileo Ordinario convocado por el papa Francisco.Según el prelado, este Jubileo de la Esperanza es una oportunidad para que los colombianos renueven su compromiso con los valores del Evangelio:“Los invito a no desfallecer en el cuidado de nuestros niños, jóvenes y abuelos, a tender la mano a los migrantes, a los enfermos y a quienes son excluidos. Juntos, con fe y esperanza, construiremos un país reconciliado y lleno de vida”.El presidente del Episcopado también hizo un llamado especial a los colombianos a no dejarse vencer por la desesperanza ni por las divisiones:“Recordemos las palabras del Santo Padre en su visita a Colombia en 2017: ‘No se dejen robar la esperanza, no se dejen robar la alegría’. Que este Jubileo sea un tiempo propicio para fortalecer nuestras familias, apoyar a los más vulnerables y comprometernos con la búsqueda de la paz y la justicia”.Monseñor Francisco Múnera recordó también que la paz es uno de los grandes anhelos de la nación. “No perdemos la esperanza en el camino que recorremos para alcanzarla”, expresó, destacando la necesidad de que para que esta sea posible, existan gestos concretos de reconciliación, especialmente en un país que aún enfrenta las heridas del conflicto. En este sentido, recordó que el Jubileo será una oportunidad privilegiada para renovar el compromiso con la construcción de un futuro fraterno y solidario.En el marco de la 58 Jornada Mundial de la Paz, que se celebrará el 1 de enero de 2025 bajo el lema “Perdona nuestras ofensas, concédenos tu paz”, monseñor Múnera Correa recuerda que la paz no es solo la ausencia de violencia, sino el fruto de la reconciliación con Dios, con los hermanos y con nosotros mismos.El Jubileo Ordinario 2025: un tiempo de gracia para Colombia“La virtud de la esperanza nos recuerda que nuestra vida es una peregrinación hacia Dios. En este Jubileo, queremos reforzar nuestra confianza en que el bien y la paz son posibles, superando el pesimismo y las sombras de la violencia”, afirma monseñor Múnera, haciendo eco del llamado del Papa en la bula de convocatoria del Jubileo.Participación en el Rito de Iniciación del Jubileo en las catedralesEl presidente de la Coferencia Episcopal de Colombia también invita a los fieles a unirse, este domingo 29 de diciembre, al Rito de Iniciación del Jubileo en las catedrales de todo el país. Este acto será un signo de comunión con la Iglesia universal y un paso más en el camino hacia un futuro lleno de esperanza.El mensaje de la Iglesia es claro: el 2025 será un tiempo para renovar el espíritu y trabajar juntos como verdaderos Peregrinos de Esperanza, convencidos de que la paz y la reconciliación son posibles.Vea el mensaje a continuación:

Vie 27 Dic 2024

Pero María atesoraba todas estas cosas, reflexionando sobre ellas en su corazón.

DOMINGO DENTRO DE LA OCTAVA DE NAVIDADLA SAGRADA FAMILIA DE JESÚS, MARÍA Y JOSÉDiciembre 29 de 2024Primera lectura: Sirácida 3,2-6.12-14Salmo: 128(127),1-2.3.4-5 (R. cf. 84[83], 5a)Segunda lectura: Colosenses 3,12-21Evangelio: Lucas 2,41-52I.Orientaciones para la PredicaciónIntroducciónLa Solemnidad de la Sagrada Familia nos ofrece el testimonio de Jesús, María y José sobre la experiencia del amor familiar que, conducido por la fuerza de la gracia, nos permite vivir la experiencia de la gratitud por ser parte de una historia familiar en la que vivimos la experiencia de ser hijos y que, por la elección en Cristo, somos llamados a sembrar en nuestras familias el amor como camino de unidad, de reconciliación y generosidad en los hogares. En ella, los padres desarrollan su misión acompañando a los hijos a vivir su vocación como hijos de Dios que quieren hacer la voluntad del Padre haciendo lo que a Él le agrada, dedicándose a los asuntos del Reino de Dios como lo hizo Jesús.1.Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?La gratitud del don de ser hijos se expresa en el mandamiento de Honrar a padre y madre. En el capítulo 3 del libro del Eclesiastés, a la luz de Éxodo 20, 12 y Deuteronomio 5,16, el Ben Sirá instruye expresamente en que la vivencia del este precepto es signo inequívoco de la cualidad de un buen hijo. Las bendiciones que enumera el pasaje bíblico para quien asume este precepto brotan del lugar central que tiene en el decálogo: es el punto de unión entre la primera “tabla” dirigida al amor de Dios y la segunda dirigida al amor del prójimo. La llamada a cultivar y fortalecer el amor familiar se manifiesta en la carta a los Colosenses cuando el apóstol san Pablo exhorta a revestirse de Cristo. Lo que en el ámbito familiar significa asumir las actitudes de Jesús y su mensaje evangélico, que se lleva a cabo gracias a la fuerza del amor del que brota la perfección y que penetra en el corazón del creyente por la Palabra de Cristo. Este dinamismo tiene en las relaciones familiares: paterno-maternales, esponsales y filiales una oportunidad de manifestarse y revelarse para ser vividas “como le agrada al Señor”.Finalmente, el evangelio de Lucas, cuando presenta la imagen del niño Jesús en el templo, nos revela que los padres de Jesús están al servicio de acompañar al Niño a descubrir su Paternidad Divina y dedicarse a los asuntos de su Padre-Dios como su proyecto existencial para el cual ha de seguir creciendo en sabiduría y en gracia. La peregrinación en que participan refleja su disposición alegre a vivir en familia la fe mediante las acciones y gestos que reconocen como experiencias de salvación vividas en el pueblo de Israel. Los padres, si bien se ven sorprendidos por el desarrollo de la acción de Jesús, van contemplando la obra de Dios en Él y acogiendo este plan como un camino de fe y lo guardan en el corazón. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y qué me sugiere para decirle a la comunidad?La vocación al amor encuentra en la familia un lugar natural de comunión en el que cada uno desarrolla su identidad y responde al llamado personal a vivir como ciudadano y como creyente. En el contexto actual prima el individualismo reflejado en las formas de consumismo, emotivismo y pansexualismo que termina desvirtuando los vínculos familiares y aísla a cada miembro con la idea de que la felicidad se reduce a satisfacer sus deseos de modo absoluto. Por ello, el Papa Francisco en la exhortación Amoris Laetitia indicaba que, frente a una cultura del descarte, de lo frágil y lo efímero, se requiere fortalecer y consolidar el vínculo entre generaciones: “El vínculo virtuoso entre las generaciones es garantía de futuro, y es garantía de una historia verdaderamente humana. Una sociedad de hijos que no honran a sus padres es una sociedad sin honor” (A. L. 188).Este vínculo familiar se ve enriquecido con el fortalecimiento de las distintas relaciones que surgen dentro de esta comunión como son: •En el vínculo de los esposos, fundado sobre el amor generoso de la entrega, ellos viven la unidad en la diferencia y en el día a día, con la fuerza del Espíritu Santo, hacen que el amor, íntimo y profundo, vivido en el respeto y el apoyo mutuo, llene de sentido sus vidas compartidas.•En el vínculo entre los padres-madres y los hijos, la paternidad y maternidad responsable tiene como punto de partida el reconocimiento del don de la vida de hijo que ha sido llamado por Dios a existir y a desarrollar un camino de crecimiento que requiere ser acompañado por sus padres, quienes lo acogen en su hogar y asumen el compromiso de poner todos los medios para formarlo como un ser humano al servicio de la Iglesia y de la sociedad. Para ello son para sus hijos como testigos y maestros que con el testimonio de su vida y la tarea educativa les transmiten la fe y los introducen en la vida social para ser sus protagonistas en la búsqueda del bien común.•En el vínculo de la fraternidad, la familia cultiva en el arte de la convivencia humana y nos introduce a la fraternidad más universal en la sociedad. A su vez, la experiencia de los hermanos, educados en un ambiente de apertura al otro, de generosidad y servicio permite con mayor facilidad el reconocimiento de nuestra pertenencia a la Iglesia que es la familia de los hijos de Dios.Por ello, frente a la necesidad que tiene el ser humano de fortalecer los vínculos familiares para desarrollar su proyecto personal de vida, la Iglesia sale a su encuentro con una acción evangelizadora que lo acompañe y le ofrece los medios de la gracia para vivir el vínculo familiar. Esta tarea misionera es “una pastoral del vínculo, donde se aporten elementos que ayuden tanto a madurar el amor como a superar los momentos duros” (A. L., 211). La vida espiritual es el vínculo fundamental del que brotan y renacen los vínculos familiares como lo afirmó el papa Francisco al referirse a los esposos: “la espiritualidad matrimonial es una espiritualidad del vínculo habitado por el amor divino” (A.L., 315).3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?La oración es familia es fuente de esperanza para agradecer los dones que Dios da a cada hogar, para asumir con valentía los desafíos que se presentan en su historia personal y para confiar en la Providencia Divina que no nos defrauda y que sostiene y guía constantemente a las familias como lo hizo con María y José al mostrarles el camino y enriquecerlos con su gracia para ser fieles a su vocación, perseverantes en su compromiso y audaces en el desarrollo de su misión.La oración por las familias nos sostiene en la certeza de que “la familia es al camino de la Iglesia” y “La oración refuerza la solidez y la cohesión espiritual de la familia, ayudando a que ella participe de la «fuerza» de Dios” (S. Juan Pablo II, Carta a las familias). «Jesús, María y José, la Sagrada Familia de Nazaret, hoy los miramos con admiración y confianza; en ustedes contemplamos la belleza de la comunión en el amor verdadero; les encomendamos a todas nuestras familias, para que se renueven en las maravillas de la gracia.Sagrada Familia de Nazaret, atractiva escuela del Santo Evangelio: enséñanos a imitar sus virtudescon una sabia disciplina espiritual, danos una mirada limpia que reconozca la acción de la Providencia en las realidades cotidianas de la vida.Sagrada Familia de Nazaret, fiel custodia del ministerio de la salvación:haz nacer en nosotros la estima por el silencio,haz de nuestras familias círculos de oración y conviértelas en pequeñas iglesias domésticas,renueva el deseo de santidad que sostiene la noble fatiga del trabajo, la educación, la escucha, la comprensión y el perdón mutuo.Sagrada Familia de Nazaret,despierta en nuestra sociedad la conciencia del carácter sagrado e inviolable de la familia, inestimable e insustituible.Que cada familia sea acogedora morada de Dios y de la paz para los niños y para los ancianos,para aquellos que están enfermos y solos, para aquellos que son pobres y necesitados. Jesús, María y José, a ustedes con confianza oramos y con alegría nos confiamos» (Papa Francisco)._______________________Recomendaciones prácticas:•Apertura de la Puerta Santa en San Juan de Letrán.•Apertura del año Jubilar en las Jurisdicciones Eclesiásticas (Catedrales y Cocatedrales).•Esta celebración puede ser la oportunidad para: La oración de consagración de las familias a la Sagrada Familia. Celebrar la renovación de los compromisos matrimoniales. A los esposos se les puede entregar la carta que el Papa Francisco escribió en el año 2021 con motivo de esta fiesta:https://www.vatican.va/content/francesco/es/letters/2021/documents/20211226-lettera-sposi-anno-famiglia-amorislaetitia.html.•Enviar un mensaje de la comunidad parroquial a las familias animándolas a vivir su vocación de ser comunidad de vida y amor.II. Moniciones y Oración Universal o de los FielesMonición introductoria de la Misa Bienvenidos a la celebración de la Eucaristía de la Fiesta de la Sagrada Familia, en este primer domingo del Tiempo de Navidad. El nacimiento de Jesús fue en el seno de una familia, que honramos y reconocemos por su disposición a acoger en su vida el proyecto de Dios y a ser fieles al mismo. La Iglesia encuentra en la familia de Nazaret: José, María y Jesús un modelo de vida de hogar y un estímulo para renovar su convicción que su tarea evangelizadora pasa por ser familia de familias. Participemos con fe y oración.Igualmente, es motivo de gran alegría este domingo, la apertura del Año Santo en las Catedrales y concatedrales de la Iglesia Universal. Aprovechemos todos los medios que el Jubileo nos propicia para crecer en vivos deseos de santidad.Monición a la Liturgia de la Palabra “Que la Palabra de Dios habite en ustedes en toda su riqueza” (Col. 3,16). Estas palabras del Apóstol Pablo nos disponen a reconocer el tesoro de la revelación de Dios sobre la familia que tiene en el Amor su plenitud. Amor de los hijos que se expresa en el honor a sus padres; amor de los esposos entre sí, que se manifiesta en el respeto y la donación mutua; y el amor de los padres a los hijos, que se revela en la pedagogía del despertar religioso de su fe y del acompañamiento en su respuesta vocacional. Escuchemos con atención la Palabra de Dios.Oración Universal o de los Fieles Presidente: Celebrando que el Hijo de Dios se encarnó, nació y creció en una familia, oremos a nuestro Padre diciendo:R. Padre, muéstranos tu amor.1. Por la Iglesia para que, como la gran familia de los hijos de Dios, siga anunciando el Plan de Dios sobre el matrimonio y la familia y sea siempre una casa abierta a todos los hogares, especialmente a las más pobres y débiles, y a quienes están solos y abandonados. Oremos.2. Por los gobernantes de las naciones para que sus políticas se encaminen a garantizar los derechos de las familias respetando y promoviendo su dignidad, su justa independencia, intimidad, integridad y estabilidad. Oremos.3. Por los animadores de la pastoral familiar para que revestidos del amor de Cristo salgan al encuentro de todas las familias de su comunidad parroquial y enriquecidos con los diversos dones y carismas: las escuchen, las acompañen en el camino del amor, les muestren la belleza del Evangelio y las guíen en la experiencia renovadora que Dios nos ofrece a todos. Oremos.4. Por las familias para que viviendo su unidad en el amor sean lugar de encuentro entre diferentes generaciones, dónde se ayuden mutuamente a crecer en sabiduría humana y divina y sean el cauce de renovación de la vida social. Oremos.5. Por los hogares para que, bajo la dirección de los padres, puedan vivir libremente su propia vida religiosa, educar a sus hijos, profesar públicamente su fe y propagarla sin sufrir alguna discriminación. Oremos.Oración conclusivaEscucha Padre, nuestra oración, que te presentamos en la fiesta de la Sagrada Familia y concédenos vivir con el mismo espíritu de esperanza, amor y fe con que ellos vivieron. Por Jesucristo, nuestro Señor.R. Amén.

Mié 25 Dic 2024

En ella estaba la vida y la vida era la luz de los hombres

NACIMIENTO DEL SEÑOR (Misa del día)Diciembre 25 de 2024Primera lectura: Isaías 52, 7-10 Salmo: 98(97), 1.2-3ab.3cd-4.5-6 (R. cf. 3c) Segunda lectura: Hebreos 1, 1-6 Evangelio: Juan 1, 1-18I.Orientaciones para la PredicaciónIntroducciónLa liturgia de este día de Navidad nos presenta el gran signo de la Palabra hecha carne. Esta Palabra es presentada como la que es llevada y anunciada por aquel que baja de las montañas. El gran anuncio de la liberación de Israel y el fin de su destrucción, es que “Dios reina ya” y que “Dios regresa”. Por eso, la voz del mensajero trae dos gracias: la paz y la salvación y, a su vez, anuncia dos cosas: una buena noticia y el reinado de Dios. Esta Palabra de salvación es la última y definitiva con la que Dios ha querido hablar a los hombres de hoy. Es la Palabra que sostiene y purifica a quien la recibe. Ella ha venido a colocar su morada entre los hombres y tomando la realidad frágil de la humanidad, la ha llevado a su auténtica finalidad, devolviéndole el ser auténtico y dándole la capacidad de vivir como verdaderos hijos de Dios. 1.Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?El proceder de Dios se manifiesta de dos modos particulares: Palabras y acciones. Es un Dios de promesa y de cumplimiento. Esta es la manera como el profeta Isaías presenta la nueva salvación de Dios dada a Jerusalén. Es el nuevo despertar que trae desde la altura de las montañas la palabra salvífica de Dios que quiere ratificar que está presente. El pueblo conocerá y comprenderá que “yo estoy aquí”. Es Así que Isaías proclama la nueva visión de Dios, al que verán con sus propios ojos, como el Dios que viene y el Dios que reina. Las ruinas dejadas por los enemigos, su desolación, reciben ahora un mensaje de esperanza. Dios no los ha abandonado, pues es un Dios que ama a su pueblo. Como diría San Agustín “Dios no puede amar y abandonar”. La encomienda del mensajero trae dos gracias especiales: la paz y la salvación. El saludo de bienestar que ofrece el “shalom”, es deseado ahora para quien comprende que Dios ha venido. La carta a los hebreos hace comprender que Dios ha pronunciado la palabra definitiva. Dios es presentado como aquel que ha predicado una palabra última. Es su Hijo, el perfecto lenguaje del Padre. Por medio de Él la presencia de Dios se vuelve comunicación directa con los hombres. Ya no es una profecía, ya no es un lenguaje simbólico, es una presencia real y segura que dialoga. Es la Palabra que sostiene con poder. Este aspecto es sugerente en la carta. La Palabra tiene el poder de sostener el universo. No se trata de una fuerza gravitacional, se trata de aquel poder que no permite el decaimiento de toda la realidad existente. La vida de Cristo, entregada, es capaz de sopesar el pecado del hombre que lo lanza a tierra, a su debilidad.San Juan inicia su evangelio con un hermoso y profundo himno donde la palabra que se ha hecho carne, es la palabra eterna de Dios. Hay un movimiento muy profundo en el que el evangelista nos dice que la palabra que “estaba con Dios”, es la palabra que hace “morada entre nosotros”. La palabra encarnada trae la presencia del Dios eterno que, creando todo, no sólo lo invade todo, sino que lo asume todo. La presencia de Jesús es la gran predicación del Padre que nos dice que no sólo quiere estar cerca de los hombres, sino asumir a los hombres. Bien lo decía el gran padre de la Iglesia Atanasio: “El Hijo de Dios se ha hecho hombre para que los hombres llegaran a ser hijos de Dios”. Asume lo que va a redimir (Ireneo de Lyón) por amor eterno. El gran mensaje de la encarnación-nacimiento es que Dios, para salvar a los hombres se abaja como ninguna divinidad lo ha pretendido, tomando al hombre no exteriormente sino integralmente. Quien asume esta gracia, la del poder de ser hijo de Dios logra salvarse, es decir, logra tener a Dios totalmente.2.Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y qué me sugiere para decirle a la comunidad? Cada Navidad es una oportunidad de reconocer el obrar salvífico de Dios. No es la celebración de un nacimiento, es el canto jubiloso de que “Dios ha visitado y redimido a su pueblo” como lo expresó Zacarías en su cántico después de la mudez de la incredulidad. La fe es precisamente el poder hablar de lo que Dios ha obrado. Por eso, la Palabra de Dios de este día solemne ha querido resaltar el lenguaje de la palabra hecha carne. Lo que se ve en el pesebre es un lenguaje, una comunicación del Padre. El Hijo de Dios es Dios hablante, Dios comunicante. El silencio de la gruta de Belén rompe con un grito de Júbilo, que la noche de ayer cantó el coro de los ángeles: “hoy os ha nacido un salvador, el Mesías, el Señor”.La salvación ha nacido y ella es Palabra eterna de Dios. ¿Cómo hemos asumido la palabra de este tiempo de adviento? ¿Qué palabra de Salvación me ha pronunciado Dios en este día? ¿Han percibido mis oídos el poder de la palabra de Dios? No se trata de recibir a Jesús en el corazón, se trata de recibir su palabra por el oído, pues “la fe viene del oír, y el oír, por la palabra de Cristo. Pero yo digo, ¿acaso nunca han oído? ciertamente que sí: por toda la tierra ha salido su voz, y hasta los confines del mundo sus palabras”. Esta navidad es un llamado no a ver, sino a oír el mensaje del Padre a un mundo convulsionado y ensordecido por las voces contrarias a Dios.Es importante que resaltemos el grito de Dios, su llamado al mundo. Debemos ser como Israel, un pueblo menos interesados en la imagen visible de Dios y más preocupados en el mensaje de sus palabras. La idolatría nace no de una imagen, sino de una imagen que no habla, que no oye, que no tiene aliento en su boca, es decir, cuando no se percibe el mensaje que el autor quiere transmitir. Nuestra navidad puede ser un tiempo llego no imaginería, pero vacío de palabras, de mensajes, de llamados. ¿Dónde está hablando Dios hoy? ¿Has escuchado que te ha dicho: yo estoy contigo, tu eres mi hijo, he tomado tu carne para salvarte? ¿Te dice algo Jesús en el pesebre? Si aún no ha entrado a tus oídos esta palabra, entonces esta navidad también está llena del ruido mundano y sorda ante Dios. 3.Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? La Palabra de Dios siempre es comprometedora. No hay nada que Dios diga y el hombre escuche que no tenga como resultado un diálogo y una acción. Esta navidad nos introduce al año del jubileo de la Esperanza, Dios quiere hablarnos de su gozo, Dios quiere transmitirnos su alegría. Por eso pedimos tener los oídos atentos a su anuncio gozoso. Anticipadamente nos hemos preparado con este año de la oración para señalar que el diálogo con Dios nos trae la esperanza de la salvación. Como María, la que escucha el anuncio del Ángel y luego dialoga con él para aceptar finalmente su plan de salvación. Esto es lo que necesitamos, creyentes orantes que comprendan que la oración es escucha de las palabras de Dios y al mismo tiempo aceptación de su Hijo, el Salvador. Reflejemos la actitud orante en la capacidad de la escucha también del hermano, del pobre, del equivocado. Que nuestras palabras no sean de condenación, que sean de esperanza y salvación. Lo que reflejan mis palabras no es sólo lo que hay en mi corazón, sino lo que he guardado de Dios en él.II.Moniciones y Oración Universal o de los FielesMonición introductoria de la Misa ¡Es Navidad! y la Eucaristía de este día nos dispone a la celebración de un gran acontecimiento: Dios está con nosotros. No se trata de una fecha histórica del pasado, sino de un encuentro presente. Hoy es un día para escuchar lo que Dios ha venido a decirnos en esta etapa final de la historia. Abramos nuestro ser para recibir la gracia que la presencia de Jesús nos trae y, como los ángeles, cantemos la gloria de Dios que del cielo viene a los hombres que Dios ama. Monición a la Liturgia de la Palabra Particularmente la Palabra de Dios de este día nos invita a tomar una actitud delante de ella. Esa actitud primera es la de la escucha. El nacimiento del Salvador es un mensaje de Dios al oído de los hombres, porque Jesús es la Palabra eterna que se nos anuncia. Escuchemos atentos y descubramos qué nos está diciendo Dios hoy por medio de Él.Oración Universal o de los Fieles Presidente: Queridos hermanos, habiendo escuchado la Palabra de Dios y su mensaje de salvación, hablemos ahora con él en comunidad para que también Él nos escuche y digamos:R/ Padre, escucha nuestras súplicas.1.Padre Santo, te pedimos por la Iglesia, cuerpo de Cristo, para que el mensaje de la esperanza que anuncia día a día, sea aceptado en el corazón de los hombres que Dios quiere que se salven, roguemos al Señor.2.Padre Justo, te suplicamos por los gobernantes de las naciones, para que atentos escuchen la voz de sus pueblos, que piden la justicia y la paz, roguemos al Señor.3.Padre de bondad, te rogamos por los hombres que sufren en su cuerpo y en su espíritu, para que la palabra de Cristo llegue a ellos por medio de nuestra caridad, roguemos al Señor.4.Padre misericordioso, te pedimos por esta asamblea de fe, reunida en esta celebración navideña, para que mantenga el gozo de haber recibido la Palabra de salvación y la vivan intensamente en sus vidas, roguemos al Señor.Oración conclusivaPadre de infinita bondad, tu Hijo Jesús, nacido en este día, es la palabra que nos salva; Escucha ahora las palabras de tus hijos suplicantes y concédeles aquello que sirve para vivir permanentemente el gozo de tu salvación. Por Jesucristo nuestro Señor.R. Amén.

Mar 24 Dic 2024

Navidad 2024: Vicepresidente del Episcopado Colombiano pide a los fieles liberar la Navidad del consumismo y aportar en la construcción de la paz  

Al celebrar esta Navidad 2024, los obispos colombianos, a través del arzobispo de Tunja y vicepresidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Gabriel Ángel Villa Vahos, piden a los fieles asumir este tiempo desde el amor, mientras reflexionan sobre su papel en la construcción de un futuro mejor para el país, donde la paz, tan anhelada por todos, se pueda hacer realidad con el aporte de cada uno.En su mensaje, el prelado subraya que la paz no es solo un don divino, sino también una tarea que exige el esfuerzo de cada persona desde lo más profundo de su corazón. "Preguntémonos: ¿qué estoy dispuesto a aportar yo para la construcción de la paz?", expresa.En línea con las palabras del papa Francisco, el vicepresidente del episcopado colombiano también llama a liberar la Navidad de todo aquello que no refleja su verdadero sentido, como el consumismo, los odios, los rencores y las venganzas:"Que este tiempo sea también de unión familiar, de sacar de nuestro corazón todo asomo de rencor, de violencia, de venganza".Además, recuerda que el Santo Padre, al convocar el Jubileo de la Esperanza, que se inaugurará en Roma el 25 de diciembre y, en las diócesis colombianas, el 29 de diciembre, está invitando a todos los creyentes a renovar su confianza en el Señor y a caminar como "peregrinos de la esperanza"."Les estamos deseando a todos una muy Feliz Navidad 2024. Que Santa María, Nuestra Señora de la Esperanza, camine con nosotros en este peregrinar. Bendiciones", concluye monseñor Villa.Vea el mensaje a continuación:

Vie 20 Dic 2024

Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo

CUARTO DOMINGO DE ADVIENTODiciembre 22 de 2024Primera lectura: Miqueas 5,1-4ªSalmo: 80(79),2ac y 3b.15-16.18-19 (R. cf. 4b)Segunda lectura: Hebreos 10,5-10Evangelio: Lucas 1,39-45I.Orientaciones para la PredicaciónIntroducciónEl tiempo litúrgico del Adviento está llegando a su fin o, mejor, alcanzando su plenitud. La liturgia de este domingo se presenta como una vigilia de Navidad anticipada, antes de la celebración solemne en la que resonará el alegre canto del Gloria, mientras repican las campanas de las iglesias.Como el profeta Jeremías ya había anunciado, el "retoño justo" prometido a la casa de David (Jr 33, 14-16) nace en Belén-Efratá, que también presenta el profeta Miqueas. Pero "sus orígenes se remontan a tiempos antiguos, a los días más remotos". Para traer a este Niño al mundo, que "pastoreará con el poder del Señor" a todos los pueblos y que "será nuestra paz", Dios eligió a una humilde hija de Israel, "bendita entre todas las mujeres".Cuando el ángel de la Anunciación la deja, María se pone en camino y se apresura a ir a la casa de su prima Isabel, la estéril, ahora embarazada de un niño, llamado a preparar los caminos del Señor. Estas dos mujeres, rebosantes de alegría y gratitud, se encuentran: ¡Dios fiel ha cumplido sus promesas y viene a visitar a su pueblo! Isabel siente al niño saltar de alegría en su vientre. Ante este signo, comprende que María es la "Madre del Salvador", la sierva perfecta del Señor, totalmente dócil a su Palabra.1.Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? v. 39: “En aquellos días María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá”. El efecto inmediato de la Palabra de Dios escuchada, meditada y acogida en oración, como lo hizo María, es ponerse en pie, levantarse, salir. La Palabra nunca pasará por nosotros sin dejar su efecto: de consuelo, de paz, o de conversión. Si quedamos como venimos es porque no la hemos escuchado en serio. Esta misma Palabra es la raíz de todo encuentro verdadero con el otro al que Otro nos envía.v. 40: “Entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel”. María llega donde Isabel y le dirige un saludo cuyo contenido no se menciona, sin embargo, es el elemento central pues se cita tres veces en el texto. Un saludo que fue suficiente para hacer estremecer al Precursor, para hacer presente al Espíritu Santo. Tal vez María le haya dado a Isabel el mismo saludo que llenó de alegría y asombró su vida: "¡Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo!" (Lc 1, 28). Es una manifestación y comunicación de alegría por la otra persona que es objeto de la gracia ilimitada de Dios. El resultado de este saludo es que Juan ya está preparando el camino para el que viene, permitiendo que su madre reconozca en María la presencia del Mesías.v. 42: “Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre”. Y “dichosa la que ha creído que se cumpliría lo que el Señor anunció”. Isabel responde al júbilo de su hijo con la bendición sobre María y la obra de Dios en ella. Solo dos veces en las Escrituras se usa la fórmula: "bendita tú entre las mujeres", en Jueces 5, 24 para Jael y en Judit 13, 18 para Judit. En ambos textos, el adversario militarmente superior, que infunde terror a Israel, es derrotado por quien es débil e impotente, es decir, una mujer, pero que confía en la promesa del Señor."Bendito sea el fruto de tu vientre" es una fórmula que encontramos en Deuteronomio 28, 1.4: el Dios de Israel se revela en aquellos que en sus cuerpos preparan un camino para que Él pueda habitar con su palabra. María desempeña un papel en el plan salvífico de Dios para su pueblo en cuanto que, por su escucha y su sí, por su disponibilidad, ha hecho posible la concepción de aquel que será luz para la revelación a las naciones y gloria del pueblo de Israel (Lc 2, 32).La visita de María a Isabel es figura de todo encuentro auténtico, porque es una celebración de la acogida. En este contexto, cada una de las mujeres reconoce a la otra en su realidad y al mismo tiempo recibe de la otra su propia realidad. Una actitud de acogida que es tan escaza, por estos tiempos, en nuestra Iglesia, en la pastoral de las parroquias, en los despachos parroquiales, en los pastores con relación a sus fieles.Solo donde ocurre ese encuentro en el que nos reconocemos mutuamente, dentro de una relación gratuita, solo donde hay esta capacidad profunda de comunión en ese Dios que está presente en nosotros y más allá de nosotros, por encima de todas las fronteras y diferencias, algo también se libera en nosotros. Este episodio de la Visitación es un verdadero lugar teológico, tomado de las Escrituras, para fundamentar la misión de la Iglesia en el respeto al otro que el Espíritu ya ha investido. Está en línea con lo que la Iglesia reflexiona en este momento, de la mano del Papa Francisco: salir de prisa al encuentro del otro, favorecer una pastoral de la acogida y de la escucha, compartir la esperanza que nos da Cristo, el Señor, como nos invita el Jubileo 2025 que estamos a punto de comenzar.Que el Señor, en este camino hacia Belén, nos conceda no olvidar que incluso cuando recorremos caminos para ir a la misión, como las misiones de Navidad, ya a nuestra llegada encontraremos al Espíritu Santo presente en las personas y comunidades, encontraremos al otro al que somos enviados ya habitado por la presencia del Señor, esperando solo a alguien que lo bendiga, se regocije por la obra de Dios en él y lo haga consciente del don gratuito que Dios ofrece a todo ser humano.2.Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y qué me sugiere para decirle a la comunidad? María ha recibido con fe el llamado que Dios le ha hecho, ha recibido la Palabra con entusiasmo y en el acoger la Palabra, concibe la Palabra, da carne al Verbo. De esta manera María no es solo modelo de fe sino de discipulado. El discípulo que entra en el dinamismo de acoger la Palabra de Dios con entusiasmo, que cree en la palabra y la concibe en su vida, dará frutos abundantes.El profeta Miqueas ya en su discurso prepara este momento de la mujer que da a luz al Señor. El profeta se dirigía a la ciudad Belén, que fue la patria del rey David, un pueblo en la periferia, una ciudad de pastores, que quedaba a nueve kilómetros de Jerusalén. Y, sin embargo, en nombre del Señor, el profeta dice: “Pero tú, Belén de Efrata, pequeña entre las aldeas, de ti saldrá el jefe de Israel”. No saldrá de Jerusalén, ni de la ciudad del poder o de la gran metrópolis, sino del pequeño pueblo saldrá quien será en el futuro el jefe. No habla de reyes, porque ya esa época había pasado. Este hijo de la mujer “se pondrá en pie y pastoreará con la fuerza del Señor… y será nuestra paz”.El "fruto de su vientre" es el Hijo de Dios que se encarnó para hacer la voluntad de su Padre: liberar a la humanidad del pecado y de la muerte. "Aquí estoy, he venido para hacer tu voluntad" (segunda lectura). "La ofrenda del cuerpo de Jesucristo, hecha de una vez para siempre", desde que entró en el mundo, se consumó en el altar de la Cruz, donde Jesús, el Cristo, ofreció libremente su vida para la salvación de toda la creación. Porque la muerte no tuvo dominio sobre él. Y después de resucitar, fue exaltado a la derecha de Dios, donde intercede por todos nosotros.La encarnación del Hijo de Dios es, por tanto, la primera etapa de su Pascua y también de nuestra pascua. Su encarnación abre el camino que nos conduce, como Él, a la gloria de la resurrección.3.Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? Este momento es importante vivirlo el día o los días antes de la Eucaristía dominical para permitir que en el silencio y la contemplación el Espíritu Santo inspire lo que debo pensar, lo que debo decir, cómo debo decirlo, lo que debo hacer a partir del encuentro con la Palabra de Dios.¿Cómo lo puedo hacer? Entro en un momento de oración y silencio. Comienzo por imaginar cómo María camina hacia los montes de Judea y entra en la casa de Isabel. Visualizo la alegría del encuentro y el motivo del mismo: la presencia real de Jesús en ellas. Dejo que en mi mente hagan eco estas palabras: acoger la Palabra de Dios y hacerla vida, la alegría de Isabel y María, las promesas de Dios y su cumplimiento, alegría al reconocer la visita del Señor, bendita entre las mujeres, bendito el fruto de tu vientre, dichosa tú que has creído. Finalmente pido al Señor aquello que deseo: reconocer en mi vida la visita del Señor u otra petición que nazca en el corazón._______________________Recomendaciones prácticas:•24 de diciembre. Apertura de la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro, en el inicio del Año Santo.I.Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la MisaYa muy cerca de celebrar y contemplar el gran misterio de la Encarnación del Hijo de Dios, vemos cómo María es quien, de la manera más profunda y misteriosa, ha colaborado con la Encarnación. Hoy la miramos a ella que recibe el don de ser la Madre del Salvador corriendo a servir a su prima Isabel. María, mujer de fe, nos ayude a acoger al Señor, don del Padre, aprendiendo a salir al encuentro de las personas, acogiéndolas en nuestra comunidad y compartiendo con ellas nuestra fe.Monición a la Liturgia de la Palabra El profeta Miqueas (Primera Lectura) anuncia que el Cristo, el Salvador de Israel, proviene de la estirpe de David y de Belén. María, al arcángel Gabriel que le llevó el alegre anuncio de su divina maternidad, respondió con su «Aquí estoy». Llevando en su seno al Niño Jesús, visita a su prima Isabel, que esperaba el nacimiento del precursor del Señor, san Juan Bautista, quien, lleno del Espíritu Santo, salta de alegría al percibir misteriosamente la presencia del Señor en el seno de María. Isabel, animada por el Espíritu Santo, proclama a María bendita entre las mujeres y bendito el fruto de su vientre, Jesús, y bienaventurada por haber creído (Evangelio).La carta a los Hebreos nos presenta el misterio de Jesucristo, el Hijo del Padre que se hace carne por obra del Espíritu en el seno de la Virgen María, cumpliendo la voluntad del Padre que lo ha enviado entre nosotros para salvarnos y santificarnos por medio de la ofrenda sacrificial de su Cuerpo, hecha una vez para siempre (Segunda Lectura). La Eucaristía es el sacramento del Cuerpo donado y de la Sangre derramada de Jesús, nacido de María.Oración Universal o de los Fieles Presidente: Hermanos y hermanas: elevemos nuestra oración a Jesucristo, que vino a traernos su paz, y roguemos por la Iglesia y por todas las personas, diciendo con toda confianza:R/ Ven, Señor Jesús.1.Por el Papa N. y por los obispos del mundo entero para que, meditando en la actitud de María, como ella sirvan a Dios en los más necesitados. Oremos.2.Por los pueblos que por muchos años han sufrido el flagelo de la guerra para que las treguas de Navidad hagan renacer las condiciones de una paz justa. Oremos.3.Por quienes sufren, los pobres y quienes viven en soledad, para que encuentren, en esta época de Navidad, quien reconozca su dignidad. Oremos.4.Por quienes se encuentran lejos de sus familias y por quienes trabajan en el extranjero, para que puedan regresar con salud a sus casas. Oremos.5.Por las familias de cada uno de nosotros y por las madres que más trabajan en estos días para sostener sus hogares, para que encuentren su alegría en el Señor. Oremos. Oración conclusivaPadre misericordioso, concédenos cuanto te hemos pedido con humildad y no permitas que nos alejemos de tu voluntad. Por Jesucristo nuestro Señor.R. Amén.

Vie 13 Dic 2024

Solicitud de aclaración a la Corte Constitucional Sentencia 367–T 24

Por P. Edilberto Estupiñán Estupiñán - La Conferencia Episcopal de Colombia presentó una Solicitud de Aclaración ante la Corte Constitucional, relacionada con la Sentencia 367 – T 24, emitida en el mes de agosto pasado y relacionada con la Educación Religiosa Escolar. Como lo manifestó en su momento la Conferencia Episcopal, en pronunciamiento del 27 de septiembre pasado, esta Sentencia en su análisis y en su parte resolutiva genera muchos interrogantes sobre la garantía al derecho de recibir educación religiosa de acuerdo con la enseñanza de la religión a la que se pertenece, como lo reconoce la Ley 133 de 1994 en su artículo sexto literales “g)” y “h)”. Las preguntas que se hicieron a la Corte en esta solicitud:“1. Si el hecho sucedido en la Institución Educativa El Recreo, de Sabanalarga, ya estaba superado, ¿por qué se procede a emitir una Sentencia con efectos erga omnes siendo titular una persona, con lo cual se les negaría el derecho a estudiar el contenido católico a los demás estudiantes?2. ¿La orden de eliminar el contenido dogmático católico del plan de estudios del Área de Educación Religiosa se extenderá a todos los establecimientos educativos, tanto públicos como privados? 3. ¿Pueden las Secretarías de Educación solicitar, a los rectores de los establecimientos educativos públicos, invocando la Sentencia T 357-24, la eliminación de todo contenido dogmático católico en el área de educación religiosa, de los actos de culto y demás actividades propias del derecho a recibir asistencia religiosa? 4. ¿Pueden las Secretarías de Educación Territoriales obligar a los establecimientos educativos privados, confesionales o no confesionales, invocando la Sentencia T 357-24, a la eliminación de todo contenido dogmático católico en el área de educación religiosa y demás actividades propias del derecho a recibir asistencia religiosa? 5. ¿Corresponde solo al Estado, en cualquiera de sus ramas del poder, determinar el contenido y el modelo de la educación religiosa, los programas a desarrollar y la idoneidad del docente, a excepción de lo referido a la formación de los estudiantes en el conocimiento y ejercicio del derecho de libertad religiosa? 6. ¿Corresponde a los establecimientos educativos oficiales determinar el contenido de la educación religiosa con su comunidad educativa, desconociendo las normas nacionales y los acuerdos suscritos o por suscribir entre el gobierno nacional y la respectiva Iglesia o confesión que asista o enseñe, acuerdos que de conformidad con el artículo 15 de la Ley 133 de 1994 pueden ser, tratados internacionales como el Concordato, o Convenios de Derecho Público Interno?7. ¿Pueden las autoridades educativas verificar como se imparte la educación religiosa en los colegios públicos y privados, haciéndolo de forma autónoma o unilateral sin tener en cuenta las atribuciones de las Iglesias y Confesiones Religiosas, derivadas de acuerdos que hayan suscrito con el Gobierno Nacional, en el marco del artículo 15 de la Ley 133 de 1994? 8. Para la Corte Constitucional, ¿qué deben entender los responsables de la inspección, vigilancia y control del servicio educativo, por contenido dogmático católico que debe eliminarse de la clase de religión?”Se espera una pronta respuesta de la Corte, para continuar el estudio del tema y sus implicaciones para la organización del Área de Educación Religiosa de contenido católico que se viene desarrollando en los establecimientos educativos. Para su acompañamiento pastoral desde las Jurisdicciones Eclesiásticas y para atender la situación creada por esta sentencia, se emitió también un documento de orientaciones pastorales el del 27 de septiembre pasado.P. Edilberto Estupiñán EstupiñánDirector del Departamento de Educación y CulturasSecretariado Permanente del Episcopado Colombiano

Vie 13 Dic 2024

La Voz del Pastor | 15 de diciembre de 2024

Reflexión del cardenal Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y primado de Colombia:Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 3, 10-18