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A través de un documental, la Diócesis de Tumaco narra sus 25 años de misión en el pacífico colombiano
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En lo corrido de este año 2024, la Diócesis de Tumaco ha estado celebrando los 25 años de su creación. En el marco de dicha conmemoración, esta Iglesia particular lanzó un documental a través del cual dan a conocer los hitos más importantes de su trayectoria al servicio la evangelización en medio de las comunidades del pacífico nariñense; son "Relatos del camino en la fe" que tienen su raíz en los tiempos del papa Pío XI, en 1927.
“Hacer zoom audiovisual” en 30 minutos a la Diócesis de Tumaco es permitirse descubrir una historia de fe, entrega, servicio, esperanza, resiliencia comunitaria y riqueza territorial; la historia de cientos de presbíteros, religiosas, religiosos y laicos que, transmitiendo la Buena Nueva, han llevado luz en medio de la oscuridad; esa que, en muchas ocasiones, representan las brechas y dificultades sociales, humanitarias y económicas que han tocado este territorio.
"25 años, un cuarto de siglo. Y en cada rincón de Tumaco resuena la voz de los que antes caminaron en esta tierra sembrando esperanza y tejiendo un manto de fe en medio de aguas y montañas que guardan el eco de nuestra historia. Desde los primeros pasos llegaron pastores con corazones llenos de amor y rostros marcados por el servicio. Obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, quienes nos han acompañado en este caminar de evangelización", explica el narrador detrás de las imágenes.
El padre José Ricardo Cruel Angulo, actual administrador diocesano, representa la voz testimonial que conecta los momentos más representativos de esta historia. El presbítero descata, de manera especial, la presencia permanente del Espíritu Santo en el proceso de consolidación de la Iglesia en el Pacífico nariñense:
"Qué bueno es comprender que el Espíritu de Dios ha estado a lo largo y ancho de todos estos acontecimientos importantes de la estructuración y consolidación de la Iglesia...Ha estado siempre el Espíritu de Dios animando los procesos pastorales y todas aquellas acciones que la Iglesia desarrolla para el bien de las almas del pueblo de Dios".
Según esta narración, la historia de la Diócesis de Tumaco se remonta al 1 de mayo de 1927, cuando fue creada como Prefectura Apostólica por el Papa Pío XI, separándose de la Diócesis de Pasto. Desde finales del siglo XIX, bajo el liderazgo del entonces obispo de Pasto, ahora san Ezequiel Moreno, los Agustinos Recoletos asumieron la misión evangelizadora en la región.
Un momento destacado de esta misión fue el conocido milagro eucarístico o “Milagro de la Ola” de 1906, cuando, por Gracia y guía del Señor, el fraile agustino Gerardo Larrondo condujo al pueblo de Tumaco a orar y contemplar un milagro de salvación ante la inminente destrucción; cuando al aproximarse un tsunami, puso el Santísimo Sacramento frente al mar, como un símbolo de protección, fe y abandono en el Señor.
La Prefectura Apostólica de Tumaco, liderada inicialmente por monseñor Bernardo de Elizalde, pasó por varias etapas de transformación. En 1954, la jurisdicción fue entregada a la Orden de los Carmelitas Descalzos. Finalmente, bajo el liderazgo del carmelita colombiano monseñor Gustavo Girón Higuita, en 1999 se constituyó oficialmente como Diócesis.
En los años 70, cuando, frente al alacance de las emisoras ecuatorianas, eran pocas las emisoras colombianas que se lograban sintonizar, surgió Radio Mira, "la voz del pueblo y el alma de la comunidad". Fue el sacerdote carmelita Félix Acosta, con sus cualidades innatas de comunicador, aficionado de la radio, quien le propuso a monseñor Miguel Ángel. La agencia de ayuda internacional de la Iglesia Católica en Alemania Adveniat, dio los recursos para la compra de los equipos. Hoy por hoy, Radio Mira extiende las palabras de Dios y el calor de la fraternidad a los más alejados en diez municipios de la costa pacífica nariñense.
Otro momento memorable en la historia de esta jurisdicción eclesiástica es la visita de Su Santidad San Juan Pablo II el 4 de julio de 1986. Durante esta histórica ocasión, se proclamó al pacífico nariñense como pueblo misionero. También con la visita del pontífice se vivió un ambiente de paz y esperanza para el pueblo nariñense:
"No había en ese momento violencia en el territorio...Nos anunciaba un Cristo que deseaba para el territorio del Pacífico una vida digna y en paz", narra el padre José Ricardo.
La Diócesis también ha enfrentado grandes desafíos, especialmente en la década de 1990, cuando acompañó a las comunidades afrodescendientes en la defensa de sus derechos, promoviendo la implementación de la Ley 70 de 1993, que reconoce y garantiza los derechos de las comunidades negras, raizales y palenqueras.
Hoy, la Diócesis de Tumaco continúa su misión pastoral, fortaleciendo la participación del laicado y recordando la riqueza de su historia y cultura. Este aniversario número 25, que han celebrado a través de diferentes actividades litúrgicas, pastorales y culturales, ha sido una invitación especial a renovar la fe y el compromiso con la comunidad, honrando el legado de quienes han trabajado incansablemente por el bienestar espiritual y social del pacífico colombiano.
Vea el documental a continuación:



Proteger y defender la familia
Jue 27 Mar 2025


Vie 28 Mar 2025
Teología y doctrina al servicio de la realidad: Análisis de la verdad desde los históricamente excluidos
La Comisión y el Departamento de Doctrina de la Conferencia Episcopal dan a conocer un nuevo subsidio o documento de reflexión, en cuyos contenidos se abordan desafíos pastorales y sociales presentes en el país y en el mundo, a la luz del pensamiento teológico de la Iglesia Católica.En esta oportunidad, se trata de un artículo escrito por un grupo de profesores del programa de Teología de la Universidad San Buenaventura de la sede Bogotá. El texto, titulado “¿Verdad/mentira? Una interpretación teológica en clave de experiencia de la comunión radical de la realidad y del reconocimiento de los agentes”, propone una reflexión audaz que desmonta las dicotomías simplistas entre lo verdadero y lo falso, invitando a una lectura profunda de la realidad desde una "comunión radical" —una mirada ética y espiritual que reconoce los conflictos sociales pero también las voces silenciadas que los interpelan.La estructura del texto sigue la metodología pastoral “ver, juzgar y actuar”. Invita a cuestionar las "verdades prefabricadas" del poder y apuesta por un discernimiento colectivo, donde los agentes olvidados o “crucificados” de la historia (los excluidos, los pobres, las víctimas) son también portadores de luz.Claves del abordaje:· Verdad como praxis: No es un concepto abstracto, sino una construcción desde los márgenes, donde el grito del pobre es criterio de veracidad.· Comunión radical: Una apuesta por reconocer al otro no como problema, sino como sujeto de revelación, rompiendo con lógicas individualistas.· Agentes transformadores: El artículo destaca experiencias de comunidades que han hecho de la mentira oficial un terreno de lucha, mostrando que la verdad se encarna en la resistencia.Este marco —lejos de ser teórico— puede convertirse en herramienta para desafiar las ficciones del poder y tejer redes de esperanza. Como se señala en el texto: "No hay verdad sin justicia, ni justicia sin memoria".En un contexto como el colombiano —marcado por décadas de conflicto armado, desigualdad estructural y narrativas polarizadas— este artículo surge como una importante herramienta doctrinal y pastoral para considerar un marco teológico crítico que, lejos de evadir las tensiones sociales, las ilumine desde una ética de la comunión radical, donde la verdad no es monopolio de los poderosos, sino una construcción colectiva que involucra a todos.En contexto:A través de estos documentos de análisis que serán publicados mensualmente, los obispos que conforman la Comisión Episcopal de Doctrina y su Departamento en el Secretariado Permanente, con el apoyo de diversos teólogos, docentes y asesores, buscan aportar a la construcción de una visión crítica y esperanzadora entre la comunidad eclesial, para facilitar su discernimiento frente a los signos de los tiempos, así como responder con eficacia y caridad a los desafíos de la Iglesia y del país.

Jue 27 Mar 2025
"La tarea de la Iglesia es anunciar esa esperanza que es Jesús": Director de Misiones de la CEC y de OMP Colombia
Este miércoles 26 de abril se estrenó el tercer episodio del videopodcast de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC). En esta oportunidad, el tema protagonista de ‘Diálogos en el Atrio’ fue la misión. En el espacio, el padre Samir de Jesús García Valencia, director de Animación Misionera de la CEC y director nacional de Obras Misionales Pontificias, explica cómo la misión de la Iglesia se convierte en signo de esperanza para la humanidad."La esperanza viene de adentro, viene del encuentro con el Señor, que es el motivo de la esperanza. Y esa esperanza que me viene de adentro, yo la comunico, yo la vivo, yo la experimento y la relaciono con todo lo que está a mi alrededor", expresa el presbítero.Durante el diálogo, el padre Samir recuerda la urgencia de salir de la autoreferencialidad para poder llevar a cabo esa misión. Además, realiza un recorrido por el sentido de la misión desde el magisterio pontificio, comparte las que para él deberían ser las características centrales de un verdadero misionero, recuerda cuál es la verdadera misión del bautizado y a quién le pertenece esa misión. Asimismo hace énfasis en la necesidad de fortalecer la comunión eclesial en Colombia y valorar la herencia misionera que se tiene. "La esperanza no es quedarme estático esperando, no es una esperanza pasiva. La esperanza es un movimiento siempre hacia afuera: Comunicar, dar testimonio, ser testigo. Los pies son característica del misionero. El Papa Francisco nos insiste en eso "Salgan, prefiero una Iglesia accidentada, herida por salir a la calle, que una Iglesia enferma por estar encerrada"".Para conocer los detalles, vea el episodio a continuación:

Mié 26 Mar 2025
De las montañas de Nariño a los campos del Huila: Mons. Jaime Alberto Cabrera Arcos inicia su misión episcopal en la Diócesis de Garzón
Con una solemne celebración en la Catedral San Miguel Arcángel, este martes, 25 de marzo, monseñor Jaime Alberto Cabrera Arcos fue ordenado obispo y tomó posesión como décimo pastor de la Diócesis de Garzón.La ceremonia fue presidida por el Nuncio Apostólico en Colombia, monseñor Paolo Rudelli, y acompañada por quince obispos de diversas regiones del país, así como por sacerdotes, religiosos y fieles laicos de las diócesis de Garzón y Pasto. En su homilía, el representante del papa Francisco trazó un paralelo entre la solemnidad de la Anunciación – fiesta litúrgica celebrada en este día por la Iglesia Universal– y la misión del nuevo obispo: "Al centro de esta solemnidad están dos Sí: el de Dios a la humanidad, expresado por Cristo que dice 'Heme aquí', y el de María, 'Hágase en mí según tu palabra'. Monseñor Jaime será custodio de estos dos Sí: del Sí eterno de Dios a su pueblo y del Sí de la Iglesia que responde con fidelidad", afirmó. El Nuncio subrayó que el ministerio episcopal no es obra humana, sino "obra del Espíritu Santo", el mismo que consagró a Jesús en el Jordán y descendió sobre los apóstoles en Pentecostés. Recordó que el obispo está llamado a ser "signo vivo de la Encarnación":Un llamado a encarnarse en la realidad huilenseCon emotividad, monseñor Rudelli comparó el "Heme aquí” de Cristo con el Sí que el nuevo obispo pronuncia ante su diócesis: "A ti también hoy se te dona un cuerpo: el de esta Iglesia de Garzón. Un cuerpo de carne con rostros, historias, fragilidades y esperanzas. Un cuerpo que deberás amar como el Buen Pastor ama a sus ovejas". Este llamado a la proximidad resonó en el mensaje posterior de monseñor Jaime Alberto, quien prometió caminar junto a su grey: "No vine con equipajes pesados, pero sí lleno de amor. Quiero ser el primero en vivir la comunión, en salir como misionero y en dar testimonio, incluso con mi acento pastuso –que espero se mezcle pronto con el bambuco huilense”. Un llamado a la comunión, la misión y el testimonioEn su primer mensaje como obispo,monseñor Jaime Albertoagradeció el apoyo recibido y enfatizó los tres pilares que marcarán su ministerio:comunión, misión y testimonio. Inspirado en el libro de los Hechos de los Apóstoles (2, 42-47), señaló que su lema episcopal busca revivir el espíritu de las primeras comunidades cristianas:"Todo giraba en torno al misterio de Cristo, a la fuerza del Espíritu Santo que emanaba como una gran realidad: la comunión. Sin comunión no podemos hacer visible el Reino de Dios", afirmó el nuevo obispo.Frente a la misión, durante su ceremonia de ordenación y posesión también quiso destacar aSan Ezequiel Morenoy al mártirpadre Pedro Ramírez, de quienes reposan sus reliquias en esa diócesis, como modelos de evangelización y entrega.Entre sus prioridades, destacó:- Fortalecer la comuniónentre las 64 parroquias de la diócesis.- Impulsar equipos misionerospara llevar el Evangelio "a todas partes".- Promover el testimonio de fe, especialmente en un año marcado por celebraciones jubilares.Un obispo con raíces nariñenses y corazón huilenseNacido enSandoná, Nariño, y formado en la Diócesis de Pasto, monseñor Jaime Alberto expresó su amor por la tierra huilense, a la que llegó dispuesto a servir:"Vengo desde el sur de Colombia a esta bella tierra que no me vio nacer, pero que empecé a amar entrañablemente. Espero que mi acento pastuso vaya modulando al bello ritmo de un bambuco huilense", expresó el prelado.La ceremonia contó con la presencia de sumadre y hermanos, así como de autoridades civiles y eclesiásticas, entre ellas elarzobispo de Tunja y vicepresidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Gabriel Ángel Villa Vahos, en representación de la Comunidad de Presidencia, elobispo de Pasto, monseñor Juan Carlos Cárdenas Toro y el obispo de El Espinal, monseñor Miguel Fernando González.En contextoLa Diócesis de Garzón fue creada el 20 de mayo de 1900 por el Papa León XIII.Hace parte de la Provincia Eclesiástica de Ibagué, actualmente cuenta con 64 parroquias y abarca 22 municipios.Vea a continuación la transmisión de la ceremonia:

Vie 21 Mar 2025
La Pastoral Educativa refuerza su compromiso con los colegios públicos en Colombia y traza nuevos desafíos de articulación para la Iglesia
Entre el 12 y 13 de marzo, 37 delegados de las jurisdicciones eclesiásticas de Colombia se encontraron en Bogotá para proyectar el fortalecimiento del trabajo de la pastoral educativa. Uno de los temas protagonistas fue la educación religiosa escolar, especialmente en colegios públicos y desde los retos que traza el Pacto Educativo Global. Este trabajo se produjo en el contexto del Encuentro Nacional de Delegados Diocesanos de Pastoral Educativa 2025 convocado por la Comisión Episcopal de Educación y Culturas.Fortalecer la presencia en los colegios públicosUno de los temas centrales del encuentro fue la necesidad de fortalecer la presencia de la Pastoral Educativa en los colegios públicos, donde la libertad de cultos y la falta de conocimiento sobre los derechos religiosos se han convertido en uno de los mayores desafíos.La Iglesia busca generar estrategias para acompañar a los estudiantes en la construcción de sus proyectos de vida, especialmente en contextos donde la desmotivación y la falta de esperanza son recurrentes. Justamente el padre Carlos Andrés Montoya, de la Arquidiócesis de Medellín, señaló que “la Pastoral Educativa será la oportunidad para sembrar esperanza, deseos y ganas de vivir que en los jóvenes”. Al respecto, Tatiana González, delegada de la Arquidiócesis de Bogotá, reconoció que aunque no es “tan fácil ingresar y mucho menos acompañar”, esa presencia de la pastoral educativa es fundamental para apoyar el proyecto de vida y la búsqueda de sentido en los niños y jóvenes que se están formando en estas instituciones.Desarrollo del encuentroEl encuentro contó con la participación de delegados diocesanos, entre sacerdotes, laicos y religiosos, quienes compartieron sus experiencias y desafíos en el trabajo pastoral. La metodología se basó en el enfoque sinodal, promoviendo el diálogo y la escucha activa de planes, retos, preocupaciones y necesidades. Monseñor Luis Albeiro Maldonado, presidente de la Comisión Episcopal de Educación y Culturas, lideró varias de las reflexiones.Experiencias significativas de Pastoral Educativa en las Iglesias particularesDurante el encuentro, varias jurisdicciones eclesiásticas compartieron sus experiencias exitosas. La Arquidiócesis de Medellín destacó su trabajo en la construcción de los Derechos Básicos de Aprendizaje en educación religiosa escolar, un proyecto pionero que involucra a maestros católicos y no católicos.Por su parte, la Arquidiócesis de Bogotá resaltó su trayectoria de más de diez años en el acompañamiento a colegios católicos y el avance de su trabajo en colegios públicos.La Diócesis de Palmira compartió su enfoque de trabajo en tres ejes centrales: incidencia en la Semana de Desarrollo Institucional, formación docente en alianza con la Universidad Pontificia Bolivariana y apertura al diálogo interreligioso.Mientras tanto, la Diócesis de Caldas enfatizó su compromiso con el Pacto Educativo Global, promoviendo la formación integral de estudiantes, docentes y padres de familia. “Creemos profundamente en el Pacto Global Educativo, poniendo al ser humano en el centro. Y creemos también que somos una Iglesia que debe de aprender a situarse en este momento de la historia. Por eso estamos en actitud de aprendizaje, dialogando con la realidades oficiales, el territorio, la realidad, la familia. Por eso estamos en actitud de aprendizaje, dialogando con la familia, dialogando con el Estado, dialogando con la comunidad educativa. Y desde ese diálogo continuo poder crear estrategias de participación, de comunión”, expresó el padre José Daniel Quijano Ángel, Delegado de la Línea de Pastoral de Infancia, Juventud y Educación de la Diócesis de Caldas.Hacia un proyecto nacional de Pastoral EducativaAdemás de identificar la necesidad de crear una red nacional de trabajo colaborativo entre las jurisdicciones eclesiásticas, el encuentro reafirmó el compromiso de avanzar en la elaboración de un proyecto nacional de Pastoral Educativa, en el que se establezcan prioridades y marcos conceptuales comunes, especialmente desde el nivel teológico-pastoral. Así lo explicó el padre Edilberto Estupiñán, director del Departamento Educación y Culturas de la Conferencia Episcopal:“Ir poco a poco concordando un esquema, una ruta, un itinerario de cuáles serían los componentes de un plan o proyecto de pastoral educativa a nivel diocesano y a nivel nacional para un trabajo conjunto, de modo que sepamos, en ese proyecto o en esa agenda de trabajo, en qué debemos centrarnos, cuáles deben ser las prioridades, porque cada jurisdicción tiene a su manera su modelo o su formato de plan de acción, de pastoral educativa, pero es importante que tengamos un trabajo conjunto y ese es un reto interno nuestro”, expresó el padre Estupiñán.Formación y articulación con los padres de familiaDe acuerdo con el sacerdote, el encuentro evidenció la importancia de formar a los padres de familia para que conozcan y exijan sus derechos en materia de educación religiosa.“Los padres de familia esperan que sus hijos conozcan los aspectos específicos de la fe cristiana católica con objetividad”, afirmó el padre Estupiñán. De ahí, que será fundamental el trabajo con las parroquias, pues "son quienes tienen la primera presencia en los colegios, son voceros, diríamos así: son testigos de Cristo y de su Iglesia en el establecimiento educativo…Es un formación para que ellos sepan qué pueden exigir y qué debe brindarles como garantías los establecimientos educativos que deben brindarles el material y básicamente los padres de familia, pues aspiran a una educación que sea en la parte del área de educación religiosa como dice la Ley de Libertad Religiosa en su artículo sexto: acorde con la enseñanza de la religión a la que se pertenece”, anotó el Director del Departamento de Educación y Culturas.Vea a continuación los momentos y testimonios más destacados: