Pasar al contenido principal

catequesis

Jue 24 Ago 2023

La acción catequética para crecer en la fe

Por Mons. José Libardo Garcés Monsalve - Al conmemorar a San Pío X el 21 de agosto, la Iglesia celebra el día del catequista, que nos permite orar, agradecer y felicitar a tantos consagrados en el sacerdocio, la vida religiosa y los agentes de pastoral, quienes por años se han dedicado a esta noble misión de cumplir con el mandato misionero recibido en el bautismo, para anunciar a Jesucristo, fortaleciendo la Fe, la Esperanza y la Caridad de muchos niños, jóvenes y adultos, que les son confiados para que les anuncien el Evangelio y que a su vez ellos también se conviertan en misioneros del Señor.En todas las comunidades parroquiales existen muchos agentes de pastoral, que desde siempre se han dedicado a la Catequesis. En la actualidad el Papa Francisco en su “Motu Proprio” Atiquum Ministerium, instituye el ministerio del Catequista, dándole una dignidad especial a esta misión. El Papa Francisco afirma: “El Catequista está llamado en primer lugar a manifestar su competencia en el servicio pastoral de la transmisión del fe, que se desarrolla en diversas etapas: desde el primer anuncio que introduce al Kerygma, pasando por la enseñanza que hace tomar conciencia de la nueva vida en Cristo y prepara en particular a los sacramentos de iniciación cristiana, hasta la formación permanente que permite a cada bautizado estar siempre dispuesto a dar respuesta a todo el que les pida dar razón de su esperanza” (AM 6).Con esta enseñanza del Papa queda claro que la catequesis no es un curso académico para un momento de la vida del creyente y mucho menos un requisito para recibir un sacramento. La acción catequética responde al Proceso Evangelizador de la Iglesia, que tiene su fase inicial en la acción misionera y que culmina con la acción pastoral, con cristianos comprometidos a seguir transmitiendo lo que han visto y oído acerca el Señor. El directorio General para la Catequesis del año 1997 deja claro como las tres etapas del Proceso Evangelizador están en total unidad y responden al fervor que deja en el corazón en anuncio de Jesucristo. De tal manera que este proceso “está estructurado en etapas o momentos esenciales: La acción misionera para los no creyentes y para los que viven en la indiferencia religiosa; la acción catequética para los que optan por el Evangelio y para los que necesitan completar o reestructurar su iniciación; y la acción pastoral para los fieles cristianos ya maduros, en el seno de la comunidad cristiana. Estos momentos no son etapas cerradas, ya que tratan de dar el alimento evangélico más adecuado al crecimiento espiritual de cada persona o de la misma comunidad” (DGC 49, Cfr DGC, 2020, 31 - 35).Recibiendo esta enseñanza se hace énfasis en la acción catequética que es el tema que nos ocupa y que responde a la segunda etapa del Proceso Evangelizador de la Iglesia, que está prevista en la evangelización para “los que optan por el Evangelio y para los que necesitan completar o reestructurar su iniciación” (DGC 49), esto quiere decir un proceso de formación continuo que está al servicio de la profesión de Fe. Quien encuentra a Jesucristo siente en su corazón un deseo intenso por conocerlo más íntimamente manifestando su cercanía y celo por el Evangelio, haciéndose su discípulo (Cfr DC, 2020, 34).De tal manera que para quienes hacen la opción por Jesucristo y el Evangelio, se hace necesario profundizar sobre su persona y enseñanza, para formar un camino espiritual que provoque un cambio progresivo en la vida interior y en las costumbres (Cf AG 13) y que ayude a la configuración del creyente como un verdadero discípulo del Señor. Así lo expresa el Directorio para la Catequesis del 2020: “La acción catequística - iniciatoria está al servicio de la profesión de fe. Aquellos que ya han encontrado a Jesucristo sienten un creciente deseo de conocerlo más íntimamente, manifestando así una primera elección por el Evangelio” (DC 34).En este sentido la Catequesis es una escuela de formación en la fe, que ayuda al creyente a transformar la vida en Cristo, en un proceso de auténtica conversión cristiana. Tenemos que volver a la “catequesis orientada a formar personas que conozcan cada vez más a Jesucristo y su Evangelio de salvación liberadora, que vivan un encuentro profundo con Él y que elijan su estilo de vida y sus mismos sentimientos, comprometiéndose a llevar a cabo, en las situaciones históricas en las que viven, la misión de Cristo, es decir el anuncio del Reino de Dios” (DC, 2020, 75).Como bautizados seguimos comprometidos en la Diócesis de Cúcuta con la iniciación cristiana de muchos bautizados para fortalecerlos en la Fe, Esperanza y Caridad y hacerlos discípulos del Señor y misioneros en la Iglesia, para gloria de Dios y salvación nuestra y de nuestros hermanos. Que la Santísima Virgen María y el Glorioso Patriarca San José, alcancen del Señor todas las gracias y bendiciones necesarias, para vivir la misión evangelizadora en nuestra Iglesia particular en salida misionera, dejando resonar en el corazón la invitación caminemos juntos como Iglesia Diocesana. En unión de oraciones. Reciban mi bendición.+José Libardo Garcés MonsalveObispo de Cúcuta

Vie 18 Ago 2023

Episcopado colombiano envía mensaje de felicitación y gratitud para todos los catequistas del país

Con ocasión del Día del Catequista 2023, que se celebrará el próximo lunes 21 de agosto, y en nombre de todos los obispos del país, el presidente de la Comisión Episcopal de Catequesis y Animación Bíblica, monseñor Pedro Salamanca Mantilla, obispo de la Diócesis de Facatativá, envía un mensaje de felicitación y gratitud con todos los catequistas de la Iglesia colombiana.En él, monseñor Salamanca ha destacado la labor que realizan estos agentes de evangelización a nivel parroquial, calificándola como “vital” en su tarea de acompañamiento a la iniciación cristiana de niños, jóvenes y adultos.“Y al mismo tiempo, exhortarlos a continuar cumpliéndola bajo la orientación muy luminosa que nos proporciona el nuevo Directorio de Catequesis que conocemos, ya algunos de nosotros desde hace tiempo, pero que es necesario seguir profundizando, ahondando para que eso que se nos dice ahí, lo que nos han dicho también los anteriores directorios, termine por influir de manera realmente positiva en la transformación de nuestras prácticas catequística, para que respondan realmente a su propósito fundamental”, ha precisado el prelado.

Vie 26 Mayo 2023

Iglesia reflexiona sobre perfiles de catequistas, lectores y acólitos en Colombia

Más de 100 personas, entre obispos, delegados de liturgia y catequesis, así como teólogos de las diferentes jurisdicciones eclesiásticas del país, se dieron cita del 23 al 25 de mayo en la sede de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) en Bogotá, para reflexionar sobre la ministerialidad en la Iglesia y definir los itinerarios de formación y los perfiles para los catequistas, lectores y acólitos en la Iglesia colombiana, Esto, de manera concreta, teniendo en cuenta las recientes orientaciones del magisterio del papa Francisco. Este trabajo se dio en el marco del Encuentro Nacional de Liturgia convocado por el Secretariado Permanente del Episcopado Colombiano, a través de los departamentos de Liturgia, Catequesis, Estado laical y Ministerios Ordenados, a partir del direccionamiento de sus comisiones episcopales. Temas asociados a lógica, la identidad y la raíz cristológica de los ministerios laicales, fueron también protagonistas durante este espacio mediante las diversas ponencias presentadas por monseñor Elkin Álvarez Botero, obispo de la Diócesis de Santa Rosa de Osos y presidente de la Comisión Episcopal de Ministerios Ordenados; monseñor Nelson Jair Cardona, obispo de la Diócesis de San José del Guaviare y presidente de la Comisión Episcopal de Estado Laical; monseñor Pedro Manuel Salamanca, presidente de la Comisión Episcopal de Catequesis y Animación Bíblica, y por el padre Juan David Muriel Mejía, presbítero de la Arquidiócesis de Medellín y docente de liturgia de la Universidad Pontificia Bolivariana. La ministerialidad es un camino para la comunión y la participación en la Iglesia colombiana De acuerdo con monseñor Elkin Álvarez, reflexionar y unificar criterios en esta dimensión representa un paso muy importante para la Iglesia colombiana, pues permite “caminar hacia la ministerial ideal prevista en el magisterio de la Iglesia para catequistas, lectores y acólitos, y así poder ofrecer realmente itinerarios de constitución y de fortalecimiento de estos ministerios”. Indicó, además, que es fundamental evidenciar la diferencia, pero al mismo tiempo, la articulación especial que debe existir, entre ministros ordenados y ministros laicos. En ese mismo sentido, monseñor Nelson Jair recordó que la Iglesia es de todos y que el papa Francisco insiste en que los laicos no deben sentirse en ella como huéspedes, sino como personas a pleno título, con igualdad dignidad, que, más que prestar una colaboración, tienen una corresponsabilidad. “El magisterio de la Iglesia ha sido claro al decir que todos los bautizados participamos de esa triple misión de Cristo, de su misión sacerdotal, de su misión profética y de su misión real, y que cada uno la realiza en el mundo y en la Iglesia de acuerdo a su propia condición. Los sacerdotes como cabeza y pastores de la comunidad. Los religiosos también como una entrega existencial que han realizado en su propia vida en honor del Señor. Y también los laicos a los que la Iglesia y el Señor les concede siempre una evangelización en todas las dimensiones de la cultura, de la política, de la familia y de lo que es la secularidad en el mundo”, agregó el obispo de San José del Guaviare. En cuando al perfil, según lo ha indicado el padre Juan David Muriel, se trata de buscar personas que en la comunidad se sientan servidores, en salida, que puedan acoger, consolar, curar y llevar la palabra de Dios a todos. Las características fundamentales que deben tener los ministros laicos Al respecto, monseñor Pedro Salamanca, indicó tres características centrales que se han definido durante el encuentro para estos ministros: “En primer lugar, la madurez humana de los candidatos de los que serán llamados a estos ministerios. En segundo lugar, su iniciación cristiana, que sean realmente creyentes, que aspiren a los ministerios y los ejerzan con el Espíritu de Cristo, es decir, con espíritu de servicio, no para figurar, no para aparecer, sino con los mismos sentimientos de Cristo. En tercer lugar, se ha acentuado también en estos días la importancia de que sean hombres y mujeres de comunión, que trabajen en la unidad de la Iglesia, que trabajen desde la comunión eclesial en sintonía con los pastores, pero también con los planes de evangelización diocesanos”. Por su parte, la hermana Ana Yibe González Vargas, religiosa de la congregación Hijas de Nuestra Señora de las Misericordias, coordinadora académica del Instituto Superior de Educación y Catequesis ubicado en la Diócesis de Santa Rosa de Osos, ha valorado la oportunidad de realizar en este encuentro una reflexión profunda sobre cómo formar agentes de pastoral de manera integral, pues, según ha dicho, esto permite responder a los desafíos del mundo actual. Por esto, para ella, tanto los perfiles como los itinerarios, deben estar adaptados a las necesidades particulares de cada diócesis. Al tiempo, la hermana Isaura Barajas de la comunidad de las Hermanas Trovadoras de la Eucaristía, quien apoya la pastoral litúrgica de la Arquidiócesis de Nueva Pamplona, agregó que “no se trata solamente de un papel dentro de una ceremonia litúrgica, sino de toda la conexión con la vida”. De acuerdo con ella este es el objetivo de la liturgia. “La liturgia nos alimenta con su Palabra y con la Eucaristía, nuestro Señor, para luego, en la vida, poner en práctica todo lo que nos enseña”, puntualizó la religiosa. Conozca todos los detalles y testimonios en el siguiente video:

Vie 2 Sep 2022

MES DE LA BIBLIA: La CEC ofrece el itinerario “Caminando juntos como Pueblo de Dios”

La Iglesia celebra en septiembre el Mes de la Biblia, con el objetivo de promover el encuentro con Dios por medio de la lectura y el entendimiento de las Sagradas Escrituras, el Departamento de Catequesis y Animación Bíblica, de la Conferencia Episcopal de Colombia, ha publicado el itinerario titulado: “Caminando juntos como Pueblo de Dios”. Este material, está inspirado en la invitación hecha por el Papa Francisco de caminar juntos en la sinodalidad. Por lo que sus textos están iluminados por fuentes bíblicas que propone el Sínodo. Consta de dos etapas: Mes de la Biblia 2022: Aprendiendo a ser pueblo de Dios en la comunión - Antiguo Testamento - . Y para el mes de la Biblia de 2023: Aprendiendo a participar en una iglesia discipular - Nuevo Testamento. A lo largo del itinerario, se proponen seis encuentros que pueden ser trabajados en asambleas familiares, comunidad de base o en otro tipo de pequeña comunidad, siempre invitando a un compartir fraterno y a lanzarse a la tarea de caminar juntos. Esta cartilla, que fue preparada por el padre Guillermo de Jesús Acero Alvarín cmj, no sólo es un subsidio para el mes bíblico, es una herramienta que puede ser integrada a diversas acciones pastorales de cada lugar. Además, la Conferencia Episcopal ofrecerá los miércoles 7, 14, 21 y 28 de septiembre a las 7:00 p.m. unas charlas propias para animar este mes, las mismas serán transmitidas a través de su cuenta de Facebook DESCARGA EL ITINERARIO AQUÍ

Sáb 20 Ago 2022

Desafíos que debe afrontar hoy la catequesis

Por: Mons. Ricardo Tobón Restrepo - Acostumbramos incluir en nuestro cronograma, durante este mes de Agosto, algunas iniciativas que nos permitan hacernos conscientes de la importancia de la catequesis en la vida eclesial y que nos ayuden también a formarnos para asumirla adecuada y eficazmente. La catequesis, en efecto, es una actuación pastoral que debe pensarse constantemente con el fin de redescubrir su verdadera naturaleza y situarla provechosamente dentro del proceso evangelizador y demás actividades de la comunidad cristiana. Es importante, entonces, percibir los retos que desafían hoy a la catequesis, para evitar que se sitúe en un mundo abstracto lejos de la realidad, de los problemas y de las posibilidades que tiene hoy la misión de la Iglesia. Según el Directorio de Catequesis, a la acción catequética, que tiene como finalidad la iniciación en la fe, la precede la acción misionera con el primer anuncio y la sigue la acción pastoral para la formación y acompañamiento permanente de los fieles en el seno de la comunidad cristiana (cf DGC, 66-68). Estas tres etapas están profundamente unidas, ninguna puede encerrarse en sí misma ni excluir a las otras. En este proceso dinámico, la catequesis es una parte integral de la iniciación cristiana; así la doctrina y los sacramentos actúan el Evangelio. Además, la catequesis es formación permanente a la vida cristiana ayudando a que la persona responda a la fe y se haga capaz de vivir en un estado de conversión. Esta acción catequética no se limita al creyente individual, sino a toda la comunidad (cf DGC, 69-73). Aunque el Concilio Vaticano II no trató a profundidad el tema de la catequesis ha abierto un camino que superó una época caracterizada por los catecismos y la memorización de fórmulas. A partir del Vaticano II ha surgido un conjunto de reflexiones e iniciativas que han trazado nuevos rasgos a la catequesis: redescubrimiento de la Palabra de Dios, primacía de la evangelización, especial atención a la persona humana, sensibilidad frente a la realidad social, valoración de la catequesis de adultos, importancia de la comunidad cristiana, implementación de diversas técnicas y recursos. Al considerar hoy la catequesis, se perciben grandes logros, experiencias locales muy positivas, configuración de itinerarios catequéticos y, sobre todo, la formación de laicos catequistas; esto y muchos otros signos son motivo de esperanza y anuncio de una realidad eclesial que silenciosamente crece desde la base. Sin embargo, se constata también que la catequesis no logra todavía responder a las necesidades de una comunidad cristiana que se esfuerza en vivir su fe en medio de una sociedad en profunda transformación. Debemos, por consiguiente, afrontar desafíos grandes y concretos. Con frecuencia la catequesis de iniciación cristiana no “inicia”; no logra llevar a vivir la fe y a incorporarse activamente en la comunidad cristiana; además de que muchos ya no buscan los sacramentos, para algunos la primera comunión se convierte en la “última comunión” y la confirmación marca para otros el final de la práctica religiosa; el proceso de “iniciación” cristiana es paradójicamente, con frecuencia, un proceso de “conclusión”. También es preciso ver que no pocas veces la catequesis no logra presentar la vida cristiana de una manera convincente; como señala un análisis del CELAM, la comunicación de la fe a menudo utiliza lenguajes que nadie entiende, se dirige a auditorios que ya no existen, responde a preguntas que nadie tiene y aborda problemas que nadie vive. La catequesis sigue siendo catequesis infantil y no hay verdaderas respuestas a la urgente catequesis de adultos; no se logra responder a las exigencias de una fe adulta en el mundo actual. Aunque se hacen grandes esfuerzos, no tenemos los agentes suficientes, con pasión apostólica y verdadera competencia, para la catequesis; la formación catequética no es suficiente ni en sacerdotes ni en laicos para responder a las necesidades actuales. Hay que reconocer también que, por un profundo cambio cultural, hay una quiebra en la transmisión de la fe de una generación a otra. La celebración de los sacramentos responde más a costumbres e imperativos sociales que a una vivencia real de la fe cristiana. Constatar esta realidad, lejos de desanimarnos, nos impulsa a trabajar juntos por lo que Dios nos pide hoy. + Ricardo Tobón Restrepo Arzobispo de Medellín

Mar 2 Ago 2022

Episcopado ofrece ciclo de conferencias sobre la catequesis hoy

Como parte de las actividades programadas para animar el Día del Catequista, el Departamento de Catequesis y Animación Bíblica de la Conferencia Episcopal de Colombia, ofrecerá a partir del 03 de agosto, una serie de charlas denominadas: "Hablemos de catequesis". Según se informó desde esta dependencia, se trata de brindar un espacio de formación y actualización a quienes dedican su compromiso al servicio misionero de la catequesis. “la invitación es a atender este llamado y participar en el estudio renovado de la catequesis. Así podremos cumplir con nuestro ministerio de evangelizar de la mejor manera posible, con el entusiasmo y la alegría de comunicar la fe a otros”. Las conferencias que estarán a cargo de especialistas nacionales e internacionales, se realizarán los días 3, 10, 17 y 24 de agosto a partir de las 7:00 p.m. y serán transmitidas a través de las redes sociales de la Conferencia Episcopal de Colombia @Episcopadocol Agenda de las conferencias: 3 DE AGOSTO El Directorio para la Catequesis, una respuesta a los desafíos de la Iglesia en el siglo XXI Mons. Octavio Ruiz Arenas, arzobispo emérito de Villavicencio y ex secretario del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización 10 DE AGOSTO La catequesis al servicio de la iniciación cristiana P. Manuel José Jiménez, coordinador Iniciación Cristiana de la Arquidiócesis de Bogotá 17 DE AGOSTO Las tareas de la catequesis María Elena Ocegueda Juárez Casa del Catequista en Guadalajara -México 24 DE AGOSTO La espiritualidad del catequista. Seducidos por la palabra Hna. Rosmery Castañeda, directora de la Escuela de Pastoral Bíblica en Panamá INSCRIPCIONES: Los interesados en participar podrán inscribirse a través del siguiente LINK TRANSMISIÓN: Estas conferencias se ofrecen totalmente gratis y se transmitirán a través de las redes sociales de la Conferencia Episcopal @Episcopadocol

Mié 20 Abr 2022

Francisco: hay que honrar a los ancianos, así se reconoce su dignidad

El Papa Francisco retomó en la Audiencia General de este miércoles 20 de abril la serie de catequesis sobre la vejez con el tema: “'Honra al padre y a la madre”: el amor de vivir la vida. Allí pidió “no descartar a los ancianos”. Durante su intervención observó que no siempre en las sociedades se presta atención a devolver a nuestros ancianos el amor recibido, con la ternura y el respeto debidos. Por eso, invitó a las familias a acercar a sus hijos a los abuelos y a no desatenderlos cuando sean huéspedes de una residencia de ancianos o de reposo. A continuación, el texto completo de la catequesis del Papa Francisco: Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días! Hoy, con la ayuda de la Palabra de Dios, abrimos un pasaje a través de la fragilidad de la edad anciana, marcada de forma especial por las experiencias del desconcierto y del desánimo, de la pérdida y del abandono, de la desilusión y la duda. Naturalmente, las experiencias de nuestra fragilidad, frente a las situaciones dramáticas – a veces trágicas – de la vida, pueden suceder en todo tiempo de la existencia. Sin embargo, en la edad anciana, estas pueden suscitar menos impresión e inducir en los otros una especie de hábito, incluso de molestia. Cuántas veces hemos oído o hemos pensado que los ancianos molestan o estos ancianos siempre molestan. No digan que no, porque es sí. Lo hemos dicho y lo hemos pensado. Las heridas más graves de la infancia y de la juventud provocan, justamente, un sentido de injusticia y de rebelión, una fuerza de reacción y de lucha. Sin embargo, las heridas, también graves, de la edad anciana están acompañadas, inevitablemente, por la sensación de que, sea como sea, la vida no se contradice, porque ya ha sido vivida. Y así los ancianos se alejan un poco también de nuestra experiencia, queremos alejarlos. En la común experiencia humana, el amor – como se dice – es descendiente: no vuelve sobre la vida que está detrás de las espaldas con la misma fuerza con la que se derrama sobre la vida que está todavía delante. La gratuidad del amor aparece también en esto: los padres lo saben desde siempre, los ancianos lo aprenden pronto. A pesar de eso, la revelación abre un camino para una restitución diferente del amor: es el camino de honrar a quien nos ha precedido. La vida de honrar a las personas que nos han precedido, y de aquí honrar a los ancianos. Este amor especial que se abre el camino en la forma del honor – ternura y respeto al mismo tiempo – destinada a la edad anciana está sellado por el mandamiento de Dios. «Honrar al padre y a la madre» es un compromiso solemne, el primero de la “segunda tabla” de los diez mandamientos. No se trata solamente del propio padre y de la propia madre. Se trata de la generación y de las generaciones que preceden, cuya despedida también puede ser lenta y prolongada, creando un tiempo y un espacio de convivencia de larga duración con las otras edades de la vida. En otras palabras, se trata de la vejez de la vida. Honor es una buena palabra para enmarcar este ámbito de restitución del amor que concierne a la edad anciana. Nosotros hemos recibido el amor de nuestros padres, de nuestros abuelos, y ahora nosotros sustituimos este amor a ellos, a los ancianos, a los abuelos. Nosotros hoy hemos descubierto el término “dignidad”, para indicar el valor del respeto y del cuidado de la vida de todos. Dignidad, equivale sustancialmente al honor. Honrar a los padres y madres, honorar a los ancianos es reconocer la dignidad que tienen. Pensemos bien en esta bonita declinación del amor que es el honor. El cuidado mismo del enfermo, el apoyo a quien no es autosuficiente, la garantía del sustento, les puede faltar el honor. El honor falla cuando el exceso de confianza, en vez de decantarse como delicadeza y afecto, ternura y respeto, se convierte en rudeza y prevaricación. Cuando la debilidad es reprochada, e incluso castigada, como si fuera una culpa. Cuando el desconcierto y la confusión se convierten en una apertura para la burla y la agresividad. Puede suceder incluso entre las paredes domésticas, en las residencias, como también en las oficinas o en los espacios abiertos de la ciudad. Animar en los jóvenes, también indirectamente, una actitud de suficiencia – e incluso de desprecio – en relación con la edad anciana, de sus debilidades y de su precariedad, produce cosas horribles. Abre el camino a excesos inimaginables. Los chicos que queman la manta de un “vagabundo”, lo hemos visto, porque lo ven como un desecho humano. Muchas veces vemos a los ancianos como un descarte, o los metemos nosotros en el descarte. Estos chicos que queman la manta de un vagabundo son la punta del iceberg, es decir del desprecio por una vida que, lejos de las atracciones y de las pulsiones de la juventud, aparece ya como una vida de descarte. Descarte es la palabra que va aquí, despreciar a los ancianos y descartarlos de la vida, ponerlos a parte, echarlos fuera. Este desprecio, que deshonra al anciano, en realidad nos deshonra a todos nosotros. Si yo deshonro al anciano, me deshonro a mi mismo. El pasaje del Libro del Eclesiástico, es justamente duro en relación con este deshonor, que clama venganza a los ojos de Dios. Existe un pasaje, en la historia de Noé, muy expresivo en relación con esto. No sé si lo tienen en mente. El viejo Noé, héroe del diluvio y todavía gran trabajador, yace descompuesto después de haber bebido algún vaso de más. El anciano ha bebido demasiado. Los hijos, por no hacerle despertar en la vergüenza, lo cubren con delicadeza, con la mirada baja, con gran respeto. Este texto es muy bonito y dice todo del honor debido al anciano. Cubrir las debilidades del anciano para que no tengan vergüenza. Es un texto que nos ayuda mucho. No obstante todas las providencias materiales que las sociedades más ricas y organizadas ponen a disposición de la vejez – de las cuales podemos ciertamente estar orgullosos -, la lucha por la restitución de esa forma especial de amor que es el honor, me parece todavía frágil e inmadura. Debemos hacer de todo para sostenerla y animarla, ofreciendo mejor apoyo social y cultural a aquellos que son sensibles a esta decisiva forma de “civilización del amor”. Y sobre esto me permito aconsejar a los padres, acercar a los hijos, los niños y los jóvenes a los ancianos. Acercarles siempre, y cuando el anciano está enfermo, un poco fuera de cabeza, acercarles siempre. Que sepan que esta es nuestra carne, que esto sea lo que ha hecho posible que nosotros estemos aquí. Por favor no alejéis a los ancianos, y si no hay otra posibilidad que enviarles a una residencia, por favor ir a verles y llevar a los niños a verles. Son el honor de nuestra civilización, los ancianos que han abierto las puertas. Y muchas veces, los hijos se olvidan de esto. Os digo una cosa personal, a mi me gustaba visitar las residencias de ancianos en Buenos Aires, iba a menudo, visitaba a cada uno. Y recuerdo una vez que pregunté a una señora cuántos hijos tenía. Me dijo que tenía cuatro, todos casados con hijos, y comenzó a hablarme de su familia. Le pregunté si ellos venían y dijo “sí, vienen siempre”. Cuando salí de la habitación, la enfermera que había escuchado me dijo: “Padre, ha dicho una mentira para cubrir a sus hijos. Desde hace seis meses no viene nadie”. Esto es descartar a los ancianos y pensar que son material de descarte. Por favor, es un pecado grave. Este es el primer mandamiento y el único que dice el premio: Honrarás a tu padre y a tu madre y tendrás vida eterna en la tierra. Este mandamiento de honrar a los ancianos nos da una bendición, que se expresa en este modo de tener una larga vida. Por favor, cuiden a los ancianos, y si pierden la cabeza, cuiden a los ancianos. Porque son la presencia de la historia, la presencia de la familia, y gracias a ellos yo estoy aquí y podemos decirlo todos nosotros. Gracias a ti, abuelo y abuela, yo estoy vivo. Por favor, no le dejéis solos. Y esto de cuidar a los ancianos no es una cuestión de cosméticos y de cirugía plástica. Más bien es una cuestión de honor, que debe transformar la educación de los jóvenes respecto a la vida y a sus fases. El amor por lo humano que nos es común, incluido el honor por la vida vivida, no es una cuestión para los ancianos. Más bien, es una ambición que iluminará a la juventud que hereda sus mejores cualidades. La sabiduría del Espíritu de Dios nos conceda abrir el horizonte de esta auténtica revolución cultural con la energía necesaria.

Jue 27 Ene 2022

Catequesis sobre la Teología del Cuerpo

Este viernes 28 de enero, se dará inicio a un ciclo de catequesis titulado: “La sexualidad como expresión del amor, una visión cristiana”. Se trata de una síntesis de las 129 catequesis de la Teología del Cuerpo de San Juan Pablo II. Serán 67 envíos, guiados por la pareja de esposos Maria Carolina Ochoa Reales y German Gutierrez Arango, quienes hacen parte de los equipos de Nuestra Señora y de la Red Provida. Se necesitarán de 7 minutos diarios, para que a través de Telegram o de WhatsApp, los interesados puedan leer el texto o escuchar el audio que recibirán de lunes a viernes. Whatsapp https://chat.whatsapp.com/JeDb5GOEU4W6Vbugr0yju1 Telegram https://t.me/+3n9YtxpvddwwNzdh Según se informó, si los grupos estuvieran llenos, se invita a dar click en el siguiente enlace https:wa.me/573133662735 y mandar un mensaje pidiendo un grupo que tenga cupo. Teología del cuerpo La teología del cuerpo es el título que el Papa Juan Pablo II le dio a las 129 catequesis sobre el amor, la sexualidad humana y el matrimonio que impartió entre septiembre de 1979 y noviembre de 1984.