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catequesis

Mié 5 Dic 2018

El Papa en la catequesis: pidamos al Señor ¡enséñanos a rezar!

Una voz se elevó en el Aula Pablo VI hacia el Padre: “Señor, ¡enséñanos a orar!” Fue la del Papa Francisco reunido con los peregrinos del mundo en la primera semana de Adviento, en el inicio de un nuevo ciclo de catequesis centrado en la oración del “Padrenuestro”. Tras la tradicional lectura del pasaje evangélico en los distintos idiomas, el Pontífice comenzó su catequesis con la imagen de Jesús orante: “Jesús rezaba”, dijo. «Los evangelios nos presentan a Jesús como un hombre que rezaba. Si bien experimentaba la urgencia de predicar y de salir al encuentro de la multitud, buscaba momentos de soledad para rezar». Jesús libre y peregrino en la oración Recorriendo el Evangelio de Marcos y la entrada de Jesús en Cafarnaúm, cuando tras la puesta del sol multitudes de enfermos se acercaron al Maestro para ser sanados, Francisco subrayó que sin embargo, por la noche, el Señor se dedicaba a la oración: Él – dijo el Pontífice - se desvincula. No termina siendo “rehén” de las expectativas de quienes lo han elegido como líder, algo que “constituye un peligro de los líderes”. Y ¿por qué? Porque Jesús – dijo el Papa – “no debe echar raíces, sino seguir siendo continuamente un peregrino por los caminos de Galilea”. “Y también, peregrino hacia el Padre”, “en camino de oración”. La vida de Jesús estaba marcada por la oración En efecto, más adelante en su catequesis Francisco observó que en algunas páginas de la Escritura “parece que es ante todo la oración de Jesús, su intimidad con el Padre, la que lo gobierna todo”: «Para él, la oración era entrar en la intimidad con el Padre, que lo sostenía en su misión, como sucedió en Getsemaní, donde recibió la fuerza para emprender el camino de la cruz. Toda su vida estaba marcada por la oración, tanto privada como litúrgica de su pueblo. Esa actitud se ve también en sus últimas palabras en la cruz, que eran frases tomadas de los salmos». Jesús rezaba con las oraciones que la mamá le había enseñado Los discípulos, añadió Francisco – “veían a Jesús rezar y tenían ganas de aprender cómo se hacía esto”: «Jesús rezaba como cualquier hombre, pero su modo de hacerlo estaba envuelto en el misterio. Esto impactó a sus discípulos y por eso le pidieron: 'Señor, enséñanos a rezar'. Jesús se convirtió así en maestro de oración para ellos, como quiere serlo también para nosotros». Y una imagen hermosa inundó la Sala Nervi, cuanto el Papa recordó que también las últimas palabras de Jesús, antes de expirar en la cruz, fueron palabras de los salmos, de la oración de los judíos, y dijo: "Jesús rezaba con las oraciones que la mamá le había enseñado”. La oración humilde es escuchada por el Señor Poniendo como ejemplo la Parábola del publicano y el fariseo, el Santo Padre puso en guardia sobre las oraciones “inoportunas”, que no son recibidas por Dios. Y recordó las palabras del Maestro: "porque todo el que se ensalza será humillado y el que se humilla será ensalzado". De este modo señaló que "el primer paso para rezar es ser humildes", porque “la oración humilde es escuchada por el Señor”. Saludo por los 80 años de la Sección polaca de Radio Vaticana En la conclusión de la catequesis, el Santo Padre saludó en modo particular a los redactores de la Sección Polaca de la Radio Vaticana, que en estos días festeja el 80 aniversario de su fundación: “Les agradezco por su servicio al Papa y a la Iglesia”, les dijo. Mientras que al saludar a los fieles de lengua española, les animó a “pedir a Dios como hicieron los discípulos: «Señor, enséñanos a rezar», para que nuestra oración no sea ni rutinaria ni egoísta, sino encarnada en nuestra vida y que sea agradable a nuestro Padre del cielo”.

Mié 14 Nov 2018

Las habladurías matan y quien las dice es un terrorista, advierte el Papa

“Las habladurías matan”, porque la lengua “mata como un cuchillo”. Y quien las dice “es un terrorista” porque con su lengua tira una bomba “que destruye la fama de los demás” y él – o ella- “se va tranquilo”. “Decir habladurías es matar”. Así Francisco en su catequesis del miércoles 14 de noviembre sobre el Octavo Mandamiento del decálogo que reza “No dirás falso testimonio ni mentirás”, habló de la gravedad de vivir de comunicaciones “no auténticas”: Es grave vivir de “comunicaciones” no auténticas, porque impide las relaciones recíprocas y el amor al prójimo. La “comunicación” entre las personas no es solo con palabras, sino también con gestos, con actitudes, y hasta con silencios y ausencias; se comunica con todo lo que uno hace y dice. No falsear la verdad en las relaciones con los demás “¿Qué significa decir la verdad? ¿Significa ser sinceros? O bien, ¿ser exactos?” Hablando en italiano Francisco planteó estas preguntas para la reflexión de los fieles, asegurando que en realidad, nada de esto es suficiente porque se puede estar “sinceramente” en error, o se puede ser exactos en los detalles pero no “captar” el sentido del todo. En efecto, el Papa señaló que cuando hablamos de la comunicación entre las personas entendemos que no son sólo las palabras, sino también los gestos, las actitudes, hasta los silencios y las ausencias. Esto porque una persona “habla” con todo lo que es y hace. Nosotros, dijo, “vivimos comunicando” y estamos continuamente al borde "entre la verdad y la mentira". Francisco observó, pues, que a veces nos justificamos diciendo “¡dije lo que escuché!”, o bien “¡he dicho sólo la verdad!” pero en realidad, uno ha "absolutizado" el propio punto de vista o ha revelado hechos personales o reservados: “Entonces, ¿qué es la verdad?- preguntó en español -. Y explicó: “Esta fue la pregunta que hizo Pilatos a Jesús en el proceso que lo llevaría a morir en la cruz. Jesús había afirmado: «Para esto he nacido y he venido al mundo, para dar testimonio de la verdad». Con su pasión y su muerte, demuestra que él mismo es la realización plena de la Verdad, pues su vida fue un reflejo de la relación con el Padre. En su manera de vivir y morir, cada acto humano, por pequeño o grande que sea, afirma o niega esta verdad”. En las pequeñas y grandes situaciones "no mentir" Para reafirmar este concepto, en su catequesis impartida en italiano el Papa señaló la lógica que nos guía sea ante las pequeñas situaciones como en las elecciones más comprometedoras, que es la que "los padres y abuelos nos enseñan cuando nos dicen de no decir mentiras”. Los cristianos no son hombres y mujeres excepcionales, pero sí son “hijos del Padre celestial”, que “es bueno y no los desilusiona”, y esta verdad, añadió Francisco, “no se dice tanto con los discursos”, sino que “es un modo de existir y se ve en cada acto particular”. “ No dar falso testimonio, ni mentir, implica vivir como hijos de Dios, dejando que en cada acto se refleje que él es nuestro Padre ”. En la conclusión de la Audiencia, al saludar a los fieles de lengua española, los animó a “a vivir como hijos que saben que Dios los ama, y que con esa conciencia puedan construir cada vez más una sociedad fundamentada en la sinceridad y en la verdad”.

Mié 7 Nov 2018

El Papa en la catequesis: la vida es tiempo para amar, no para poseer

La catequesis de hoy se trató sobre el séptimo mandamiento: no robarás. Tras hacer un análisis de este concepto en las culturas del mundo, el Papa invitó a abrirse al sentido más amplio de la Doctrina Social de la Iglesia sobre este mandamiento Hoy reflexionamos sobre el séptimo mandamiento del decálogo: «No robarás»-dijo en español-.Lo primero que nos viene a la mente es el tema de la sustracción o retención ilícita de los bienes ajenos, y el debido respeto a la propiedad de los demás. En toda cultura, robar es inaceptable, pues todas defienden el derecho a poseer bienes. Si bien el concepto es que en todas las culturas robar es inaceptable, el Papa Francisco invitó a abrirse a una lectura más amplia de esta palabra, focalizando el tema de la propiedad de los bienes a la luz de la sabiduría cristiana. De este modo recordó cuanto afirma el catecismo de la Iglesia católica sobre la destinación universal de los bienes y afirmó: La sabiduría cristiana nos dice que, por voluntad divina, los frutos de la creación están destinados a todo el género humano. El destino universal de los bienes y su distribución justa es anterior al derecho a la propiedad privada, que debe estar en función de las necesidades primarias del hombre. El mundo es uno solo y las riquezas están en manos de pocos Sin embargo, Francisco recordó que la Providencia no ha dispuesto un mundo “en serie”, hay diferencias y condiciones diversas, y así se puede vivir proveyendo los unos a los otros: El mundo es rico en recursos para asegurar a todos el acceso a los bienes fundamentales; sin embargo, muchos viven en una situación de pobreza escandalosa. Y los recursos naturales mal usados, se van deteriorando y destruyendo. La propiedad, muy en especial cuando afecta los recursos naturales, debe estar siempre al servicio de las necesidades de los pueblos. No podemos considerarnos dueños absolutos de las cosas. "El mundo es uno solo",afirmó el Papa, "la humanidad es una sola", y la riqueza del mundo de hoy “está en las manos de las minorías de pocos y la pobreza es el sufrimiento de muchos, de la mayoría”. Si en la tierra hay hambre – prosiguió – no es porque falta el alimento. Es más, debido a las exigencias del mercado se llega a veces a tirarlo. Lo que falta es un “espíritu empresarial libre y previsor, que garantice una producción adecuada, y un enfoque de apoyo, que garantice una distribución justa”. El Señor nos llama a ser administradores responsables De ahí que en esta perspectiva aparece el significado positivo y amplio del mandamiento no robarás: En sentido positivo, - dijo en español - «no robarás» significa que el Señor nos llama a ser administradores responsables de su Providencia, a aprender a multiplicar con creatividad los bienes que poseemos para usarlos con generosidad en favor de nuestro prójimo, y de este modo crecer en la caridad y en la libertad. El Papa aseguró que si eres rico, es una responsabilidad que tienes: “lo que poseo verdaderamente es lo que sé donar”, dijo. “Esta es la medida para evaluar cómo yo logro tener las riquezas, si logro bien o mal”. “Si yo puedo donar soy rico no sólo en lo que poseo sino también en la generosidad, generosidad como un deber de dar para que todos participen”. Y esto porque, de hecho, si no logro donar algo es porque esa cosa me posee: "soy esclavo, tiene poder sobre mí ysoy esclavo", reiteró. En la catequesis en italiano Francisco concluyó iluminando con Jesús: cómo el Maestro, una vez más, nos devela el sentido pleno de las escrituras. “No robarás significa ama con tus bienes, aprovecha tus medios para amar como puedes. Entonces tu vida se vuelve buena y el poseer se convierte verdaderamente en un don. Porque la vida no es tiempo para poseer, sino para amar”. En los saludos a los fieles de lengua española Francisco rogó que “el Señor Jesús nos conceda entender que la vida no es un tiempo para poseer sino para amar con nuestros bienes, porque solo tenemos aquello que sabemos donar". "Que la Virgen María nos ampare e interceda por nosotros”, concluyó. Fuente: Vatican News | Rome Reports

Mié 12 Sep 2018

“La verdadera esclavitud es la de no saber amar”: Papa Francisco

“En el tercer mandamiento del Decálogo se pide observar el día de reposo. A diferencia del Éxodo, el libro del Deuteronomio establece este mandamiento para que el esclavo pueda también descansar y celebrar así el recuerdo de la Pascua de liberación; es decir, conmemora el final de la esclavitud ya que los esclavos por definición no pueden descansar”, lo dijo el Papa Francisco en la Audiencia General del segundo miércoles de septiembre de 2018, continuando con su ciclo de catequesis dedicadas a los Mandamientos. El reposo, memoria de la Pascua En la catequesis de hoy, señala el Pontífice, volvemos al tercer mandamiento, el del día de reposo. Este mandamiento promulgado en el Libro del Éxodo, se repite en el Libro del Deuteronomio de modo idéntico, a excepción de esta Tercera Palabra, donde aparece una preciosa diferencia: “mientras en el Libro del Éxodo el motivo del reposo es la bendición de la creación – afirma el Papa – en el Deuteronomio, en cambio, se conmemora el final de la esclavitud. En este día el esclavo debía reposar como el amo, para celebrar la memoria de la Pascua de liberación”. La esclavitud: interior y exterior Hay muchos tipos de esclavitud, dijo el Papa Francisco sea exteriores que interiores, fruto de opresiones, violencias e injusticias; y también prisiones interiores, como los tormentos, los complejos o los obstáculos psicológicos. Pero hay una esclavitud que es más fuerte que cualquier otra: la del propio yo. El “ego” puede convertirse en un verdugo que tortura constantemente al hombre, procurándole la más profunda de las opresiones que es el “pecado”. No hay descanso para quien vive de la gula y de la lujuria; el ansia de poseer destruye al avaro, el fuego de la ira y la carcoma de la envidia corroen las relaciones; y el egocentrismo del soberbio lo aísla y aleja de los demás. La verdadera esclavitud es la de no saber amar. Libertad y esclavitud interior En estas condiciones de prisiones interiores, precisa el Santo Padre, no puede existir el descanso, una persona atormentada por dificultades interiores no puede ser libre, pero de otro lado, un hombre encarcelado y oprimido puede ser libre. “De hecho, precisa el Pontífice, hay personas que, incluso en la cárcel, experimentan una gran libertad de espíritu. Pensemos, por ejemplo, en San Maximiliano Kolbe, o en el Cardenal Van Thuan, que transformaron las opresiones oscuras en lugares de luz. Como también hay personas que están marcadas por grandes fragilidades interiores pero que conocen el reposo de la misericordia y saben cómo transmitirla”. Entonces, afirma el Papa: “La verdadera libertad no es solamente una cuestión de elección, ciertamente, esto forma parte de la libertad, y por ello nos comprometemos a garantizarla a todos los hombres y mujeres. Pero sabemos, que ser capaz de hacer lo que quieres no es suficiente para ser verdaderamente libre, y ni siquiera feliz. La verdadera libertad es mucho más que eso” La esclavitud del propio ego De hecho, señala el Papa Francisco, hay una esclavitud que encadena más de una prisión, más que una crisis de pánico, más que una imposición de cualquier tipo: la esclavitud del propio ego. “El ego puede convertirse en un atormentador que tortura al hombre dondequiera que esté y le lleva la opresión más profunda, lo que se llama ‘pecado’, que no es una banal violación de un código, sino un fracaso de la existencia y una condición de esclavitud”. Los glotones, los lujuriosos, los tacaños, los irascibles, los celosos, los codiciosos, los orgullosos son esclavos de sus vicios, que los tiranizan y atormentan. No hay respiro para los codiciosos y lujuriosos que deben vivir del placer; la ansiedad de la posesión destruye a los avaros; el fuego de la ira y la carcoma de la envidia arruinan las relaciones; la acidia que evita toda fatiga hace que uno sea incapaz de vivir; el soberbio egocentrismo cava una profunda zanja entre uno mismo y los demás. El verdadero esclavo es aquel que no es capaz de amar El tercer mandamiento, que nos invita a celebrar la liberación en reposo, concluye el Papa Francisco, es para nosotros los cristianos una profecía del Señor Jesús, que rompe la esclavitud interior del pecado para hacer al hombre capaz de amar. “El verdadero amor es la verdadera libertad – afirma el Pontífice – se separa de la posesión, reconstruye las relaciones, sabe acoger y valorar al prójimo, transforma todo esfuerzo en un don gozoso y lo hace capaz de comunión. El amor nos hace libres incluso en la cárcel, aunque seamos débiles y limitados”. Esta es la libertad que recibimos de nuestro Redentor, nuestro Señor Jesucristo. El descanso, un tiempo privilegiado de encuentro con el Señor Antes de concluir su catequesis, el Obispo de Roma saludó cordialmente a los peregrinos de lengua española provenientes de España y América Latina, y en particular al grupo de sacerdotes venezolanos, acompañados por el Cardenal Baltazar Porras. “Hoy – dijo el Papa – celebramos la fiesta del Santísimo Nombre de María. Pidámosle a nuestra Madre del Cielo que nos ayude a vivir el descanso dominical como un tiempo privilegiado de encuentro con el Señor y con los demás, dejando que el amor de Jesús nos libere de todas nuestras esclavitudes”. Vía: Vatican News

Mié 29 Ago 2018

"Familias, alegría para el mundo, irradien el amor de Cristo": Papa Francisco

“El fin de semana pasado estuve en Irlanda para participar en el Encuentro Mundial de las Familias, que tenía como lema: «El Evangelio de la familia, alegría para el mundo». Deseaba animar a las familias cristianas en su vocación para ser transmisoras de la alegría y de la fecundidad del amor de Dios en medio de la sociedad y del mundo”, lo dijo el Papa Francisco en la Audiencia General del último miércoles de agosto de 2018, comentando su reciente Viaje Apostólico Internacional a Irlanda, con ocasión del IX Encuentro Mundial de las Familias. El sueño de Dios para toda la familia humana Las miles de familias – esposos, abuelos, hijos – reunidas en Dublín, con toda la variedad de idiomas, culturas y experiencias, señaló el Santo Padre, fueron signos elocuentes de la belleza del sueño de Dios para toda la familia humana. “El sueño de Dios, agregó el Pontífice, es la unidad, la armonía y la paz, fruto de la fidelidad, el perdón y la reconciliación que nos ha dado en Cristo. Él llama a las familias a participar de este sueño y a hacer del mundo un hogar donde nadie esté solo, no querido o excluido”. Por lo tanto, afirmó el Papa, el tema de este Encuentro Mundial fue muy apropiado: “El Evangelio de la Familia, alegría para el mundo”. La Iglesia, una familia de familias Agradeciendo al Presidente de Irlanda, a las diversas autoridades gubernamentales, civiles y religiosas, y a las muchas personas de todos los niveles que ayudaron a preparar y llevar a cabo los eventos de este Encuentro, el Papa Francisco recordó a las Autoridades en el Castillo de Dublín que, “la Iglesia es una familia de familias y que, como un cuerpo, sostiene a estas sus células en su papel indispensable en el desarrollo de una sociedad fraterna y solidaria”. Los testimonios del amor conyugal Asimismo, el Santo Padre señaló que, los verdaderos puntos-luz de estos días fueron los testimonios de amor conyugal dados por parejas de todas las edades. “Sus historias – precisó el Pontífice – nos recordaron que el amor del matrimonio es un don especial de Dios, que debe ser cultivado cada día en la iglesia domestica que es la familia”. ¡Cuánto necesita el mundo de una revolución de amor, de ternura! Y esta revolución comienza en el corazón de la familia. El matrimonio cristiano, fuente de gracia “En la Pro-Catedral de Dublín – afirmó el Sucesor de Cristo – conocí a esposos comprometidos en la Iglesia y a muchos matrimonios jóvenes, muchos de ellos con hijos pequeños. Luego he encontrado a algunas familias que se enfrentan desafíos y dificultades particulares. Gracias a los Frailes Capuchinos, que están siempre cerca al pueblo y a la familia eclesial en general, experimentan la solidaridad y el apoyo que son fruto de la caridad. Fiesta de las Familias y Santa Misa Un punto culminante de mi visita, precisó el Papa Francisco, fue el Festival de las Familias, el sábado por la noche, en el Estadio de Dublín, seguida el domingo por la Misa en el Phoenix Park. “En la Vigilia escuchamos testimonios muy conmovedores de familias que han sufrido guerras, familias renovadas por el perdón, familias que el amor ha salvado de la espiral de la adicción, familias que han aprendido a usar bien los teléfonos móviles y las tabletas y a priorizar el tiempo que pasan juntos. También se ha destacado el valor de la comunicación intergeneracional y el papel específico de los abuelos en el fortalecimiento de los lazos familiares y la transmisión del tesoro de la fe”. María proteja maternalmente a las Familias En su segundo día de Visita a Irlanda, el Papa Francisco peregrinó la mañana del domingo 26 de agosto, al Santuario Mariano de Knock, tan querido por el pueblo irlandés. “Allí, en la capilla construida en el lugar de una aparición de la Virgen – subrayó el Pontífice – confié a su protección materna a todas las familias, especialmente a las de Irlanda. Y aunque mi viaje no incluyó una visita a Irlanda del Norte, dirigí un cordial saludo a su pueblo y alenté el proceso de reconciliación, pacificación, amistad y cooperación ecuménica”. Dolor y amargura por las diversas formas de abuso “Mi visita a Irlanda, además de la gran alegría – agregó el Papa Francisco – también tuvo que asumir el dolor y la amargura del sufrimiento causado en ese país por las diversas formas de abuso, incluso por parte de miembros de la Iglesia, y el hecho de que las autoridades eclesiásticas en el pasado no hemos sido capaces de afrontar de forma adecuada estos crímenes”. En varias ocasiones he pedido perdón al Señor por estos pecados, por el escándalo y el sentido de traición conseguido. En este sentido, el Papa Francisco señaló que los Obispos irlandeses han emprendido un serio camino de purificación y reconciliación con aquellos que han sufrido abusos, y con la ayuda de las autoridades nacionales han establecido una serie de normas estrictas para garantizar la seguridad de los jóvenes. “En mi encuentro con los Obispos – señaló el Papa – los animé en sus esfuerzos por remediar los fracasos del pasado con honestidad y valentía, confiando en las promesas del Señor y confiando en la profunda fe del pueblo irlandés, para iniciar una temporada de renovación de la Iglesia en Irlanda. Irlanda tiene fe, debemos orar para que el Señor envíe nuevas vocaciones. Ave María… Familias en camino a Roma 2021 Antes de concluir su catequesis, el Papa Francisco señaló que, el Encuentro Mundial de las Familias en Dublín fue una experiencia profética y consoladora para tantas familias comprometidas en el camino evangélico del matrimonio y de la vida familiar; familias discípulas y misioneras, fermento de bondad, santidad, justicia y paz. “El próximo Encuentro de las Familias, se celebrará en Roma en 202, prepárense – alentó el Papa – encomendémonos a la protección de la Sagrada Familia de Jesús, María y José, para que en sus casas, parroquias y comunidades sean verdaderamente alegría para el mundo”. Fuente: Vatican News| Rome Reports

Jue 23 Ago 2018

Catequistas, su tarea es un verdadero ministerio en la Iglesia

En el marco del Día del Catequista, Monseñor José Miguel Gómez Rodríguez, obispo de Facatativá y presidente de la Comisión Episcopal de Catequesis, recordó el valor de estos servidores que contribuyen a la asimilación de la personalidad cristiana, “para hacernos como Cristo”. En un video - mensaje dirigido a los catequistas aseguró que lubar “es un verdadero ministerio en la Iglesia” e insistió en un nuevo paradigma de la catequesis, que “se inscribe dentro del gran proceso evangelizador, después de la acción misionera y antes de la acción pastoral”. Para un nuevo modelo de catequesis se necesitan catequistas nuevos, agregó; por lo tanto, “la invitación es que nos renovemos por la gracia, por el estudio de las cosas que nos incumben, para cumplir con nuestro ministerio de la mejor manera posible y con el entusiasmo, la alegría de comunicar la fe a otros”. Finalmente, el prelado invitó a adquirir el material propuesto por la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), que lleva por nombre ‘Muéstranos al Padre’, compuesto por un módulo sobre la acción misionera y otro sobre la acción catequética iniciatoria. Informes: Librería de la CEC. Correo electrónico:libreria@cec.org.co, Teléfono:(1) 4375540 ext. 264 | 313 88 08 447.

Mié 8 Ago 2018

El trabajo de Dios es quitar la idolatría de nuestros corazones, señala el Papa

El Aula Pablo VI repleta de fieles llegados de los cinco continentes fue el escenario de la segunda audiencia general del Papa Francisco, después de la pausa de verano del mes de julio, en la que el Pontífice continuó su catequesis sobre el primer mandamiento del Decálogo, profundizando sobre la idolatría, con la escena bíblica del becerro de oro, que representa el ídolo por excelencia. El desierto hace nacer ansiedades e idolatría El Santo Padre inicia su catequesis invitando a los 7 mil fieles presentes a detenerse en el contexto en el cual se desarrolla este episodio del libro del Éxodo, y se pregunta: ¿Qué es el desierto? “El desierto – afirma – es el lugar en el que reinan la precariedad y la falta de seguridad” donde no hay nada, “faltan el agua, la comida y el amparo”. Y ésta – evidencia el Papa – “es una imagen de la vida humana, cuya condición es incierta y no posee garantías inviolables”. Esta inseguridad genera en el hombre “ansiedades primarias”, como el comer y beber. Francisco explica que la naturaleza humana, para escapar de la precariedad, de la precariedad del desierto, busca una religión ‘casera’: “si Dios no se deja ver, nos hacemos un dios a medida” - afirma - y pone en evidencia que “frente al ídolo no hay riesgo de una llamada a salir de la propia seguridad, porque los ídolos tienen boca y no hablan”. “Entendemos entonces – precisa el Papa - que el ídolo es un pretexto para ponerse en el centro de la realidad, en adoración de la obra de las propias manos". Las tentaciones de todos los tiempos La necesidad de un ídolo lleva a Aarón a crear un becerro - entonces símbolo de fecundidad, abundancia, energía y fuerza - hecho de oro y, por lo tanto, representación por excelencia de la riqueza. “Estos son los grandes ídolos: el éxito, el poder y el dinero ¡Son las tentaciones de siempre!” advierte Francisco. “Esto es el becerro de oro: el símbolo de todos los deseos que dan la ilusión de libertad y que, en cambio, esclavizan, porque el ídolo siempre esclaviza”. "La gran obra de Dios - subraya el Papa - es quitar la idolatría de nuestros corazones". El Obispo de Roma explica a continuación que “todo nace de la incapacidad de confiar sobre todo en Dios, de poner nuestra seguridad en Él, de dejar que Él sea el que dé verdadera profundidad a los deseos de nuestros corazones”. Y advierte que esto "también apoya la debilidad, la incertidumbre y la precariedad”. La referencia a Dios – agrega el Papa – nos hace fuertes en la debilidad, en la incerteza y también en la precariedad” porque “sin la primacía de Dios caemos fácilmente en la idolatría y nos contentamos con miserables garantías”. La debilidad, condición para abrirse a Dios Sin embargo, aceptar a Jesús que "se hizo pobre por nosotros" es reconocer que "la propia debilidad no es la desgracia de la vida humana, sino la condición para abrirse a quien es verdaderamente fuerte": “La salvación de Dios entra por la puerta de la debilidad” asegura el Santo Padre, subrayando que es “por su propia insuficiencia que el hombre se abre a la paternidad de Dios”. Y agrega: “La libertad del hombre nace en el dejar que el verdadero Dios sea el único Señor. Esto nos permite aceptar nuestra propia fragilidad y rechazar los ídolos de nuestros corazones”. Cristo es la fuente de nuevas fuerzas Mirar al Crucificado, para nosotros los cristianos, es reconocer que en Él "débil, despreciado y despojado de todas las posesiones" está el verdadero rostro de Dios, "la gloria del amor y no la del engaño resplandeciente": “Nuestra sanación viene de Aquel que se hizo pobre, que acogió el fracaso, que llevó al límite nuestra precariedad para llenarla de amor y fuerza. Él viene a revelarnos la paternidad de Dios; en Cristo nuestra fragilidad ya no es una maldición, sino un lugar de encuentro con el Padre y la fuente de nuevas fuerzas desde lo alto”, afirma el Papa. Santa Teresa de la Cruz, mártir del pueblo judío y cristiano Al término de la audiencia general, el Papa Francisco recordó la memoria litúrgica de Santo Domingo de Guzmán y la fiesta, mañana 9 de agosto, de Santa Teresa Benedicta de la Cruz, que fue Edith Stein, co-patrona de Europa. "Mártir, mujer de coherencia, mujer que busca a Dios con honestidad, con amor – dijo Francisco – y mujer mártir de su pueblo judío y cristiano”. Y con la esperanza de que Ella, la Patrona de Europa, rece y proteja a Europa de la frialdad, concluyó: “¡Y que Dios los bendiga a todos!” Fuente: Vatican News

Mié 1 Ago 2018

El Papa: Reconozcamos y erradiquemos los ídolos que nos esclavizan

En la memoria de san Alfonso María de Ligorio este primero de agosto, el Papa Francisco reanudó sus Audiencias Generales en el Aula Pablo VI del Vaticano, tras la pausa estiva. El Romano Pontífice impartió su catequesis sobre los diez mandamientos. Tras haber escuchado junto con los peregrinos presentes el primer mandamiento del decálogo, tomado del Libro del Éxodo el cual reza: «No tendrás otros dioses frente a mí» (Ex 20,3), hizo el punto en el tema de la idolatría. Se trata de un tema “de gran actualidad”, dijo, que afecta a todos los seres humanos, creyentes o no. El ser humano, sea creyente o no, es propenso a crearse ídolos “El mandamiento prohíbe crearse ídolos o imágenes de cualquier tipo”, explicó en primer lugar. “Porque todo - añadió- puede ser usado como ídolo”. “Se trata de una tendencia humana que no ahorra ni a creyentes ni a ateos”. La idolatría – recordó citando el catecismo de la Iglesia Católica - no se refiere sólo a los cultos falsos del paganismo. Es una tentación constante de la fe. Consiste en divinizar lo que no es Dios. Hablando en español se expresó de esta manera: El primer mandamiento del decálogo, que dice: «No tendrás otros dioses frente a mí» (Ex 20,3), nos lleva a reflexionar sobre el tema de la idolatría, que es de gran actualidad. Al dar este mandamiento, Dios añade: «No te fabricarás ídolos ni figura alguna, […] no te postrarás ante ellos, ni les darás culto» (Ex 20,4-5). Los “ídolos” esclavizan. Pero, ¿qué es un “dios” a nivel existencial? A la pregunta arriba expuesta Francisco respondió explicando que es aquello que está en el centro de la vida y algo de lo que uno depende y piensa. “Uno puede crecer en una familia nominalmente cristiana, pero centrada, en realidad, en puntos de referencia ajenos al Evangelio”, dijo. Y explicó que esto sucede porque los seres humanos no viven sin enfocarse en algo: El ser humano, sea creyente o no, es propenso a crearse ídolos. La palabra “ídolo” en griego viene del verbo “ver”. Un ídolo es una “visión” que llega a ser una fijación, una obsesión sobre algo que pudiera responder a las propias necesidades y, por tanto, se busca y se hace todo por alcanzarla, pensando que en ella está la felicidad. El ídolo - se explayó Francisco en italiano- en realidad es una proyección de uno mismo en objetos o proyectos: y es ésta la dinámica que utiliza la publicidad. No veo el objeto en sí mismo, sino que percibo ese automóvil, el teléfono inteligente, ese rol u otras cosas, como un medio para realizarme y responder a mis necesidades esenciales. Es así como “lo busco, hablo de eso, pienso en eso” y “la idea de poseer ese objeto o realizar ese proyecto, llegar a esa posición, parece una forma maravillosa de alcanzar la felicidad, una torre para alcanzar el cielo (véase Gen 11,1-9), y todo se vuelve funcional para ese objetivo”, añadió. Los ídolos arruinan vidas y familias “Sin embargo, los ídolos exigen un culto y a ellos se sacrifica la propia vida con tal de alcanzarlos. Se antepone el dinero, la fama o el éxito a la familia, a los hijos y a la integridad de la vida. Los ídolos son mentirosos prometen felicidad, pero no la dan, sino que esclavizan y terminan haciéndose dueños de nuestra existencia”: así el Pontífice puso en guardia sobre el poder nocivo que ejercen los ídolos en nuestras vidas, dando, además, algunos ejemplos de estos ídolos, a saber, la fama, la belleza, la carrera, el dinero. “Los ídolos piden sangre”, aseguró. Y “las estructuras económicas sacrifican vidas humanas por mayores ganancias”. De este modo las vidas se arruinan, las familias se destruyen y los jóvenes quedan en manos de modelos destructivos, sólo para aumentar las ganancias. “En cambio, el verdadero Dios - iluminó el Papa a los presentes - no nos ofrece ilusiones ficticias ni hace despreciar el momento presente, sino que enseña a amar a los demás y a vivir la realidad de cada día”. Reconocer las propias idolatrías es un inicio de gracia Y porque el Dios verdadero no pide la vida sino que la dona, reconocer las propias idolatrías es un inicio de gracia que pone en el camino del amor, sostuvo Francisco, explicando asimismo que, de hecho, el amor es “incompatible” con la idolatría: si algo se vuelve absoluto e intocable, entonces es más importante que un cónyuge, un hijo o una amistad. El apego a un objeto o a una idea nos hace ciegos al amor. En cambio “para amar de verdad”, uno “debe ser un ser libre de los ídolos”. Reconozcamos y erradiquemos los ídolos que nos tienen esclavizados En los saludos que dirigió a los fieles en los distintos idiomas, hablando en italiano se dirigió en particular, y como lo hace habitualmente, a los jóvenes, los ancianos, los enfermos y los recién casados, y recordando la memoria litúrgica de San Alfonso María de Ligorio “celante pastor que conquistó los corazones de la gente con mansedumbre y ternura, frutos de la relación con Dios, bondad infinita”, les animó a que su ejemplo les ayude a vivir con alegría la fe en las acciones sencillas de cada día. Mientras que en la conclusión de la catequesis que impartió en nuestro idioma animó a todos a entrar en el propio interior “para reconocer y erradicar los ídolos que los tienen esclavizados” y para poner en su lugar “al verdadero Dios, que los hará – dijo - libres y plenamente felices”.