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conferencia episcopal de colombia

Jue 16 Nov 2023

Arquidiócesis de Barranquilla reunió 14 ministerios musicales nacionales e internacionales y más de 750 fieles asistentes durante el 'Alabemos Fest 2023'

Catorce ministerios musicales, entre grupos y solistas, doce de ellos provenientes de diferentes regiones Colombia y dos internacionales (uno de México y otro de Panamá), participaron en la tercera edición de 'Alabemos Fest', el reconocido festival de música católica organizado por la Arquidiócesis de Barranquilla. Actividad que, en esta oportunidad, se llevó a cabo el sábado 11 de noviembre en el Country Club de la capital del Atlántico.Cerca de setecientos cincuenta fieles asistieron a esta nueva versión de festival que busca brindarles una experiencia evangelizadora única mediante la música, ayudándoles a continuar su camino de conversión. Además, apoyar el talento de los artistas católicos propiciándoles un espacio especial para exhibir y apalancar la producción de sus composiciones, arreglos y propuestas musicales.De acuerdo con el padre Jesús Mauricio Granados Bolívar, coordinador general del festival, no solo se trata de un concierto sino también de una historia, “que se construye a través de muchas historias contadas y cantadas por músicos católicos en camino de conversión y que nos permiten entender esas nuevas formas en la que el hombre puede relacionarse con Dios”.“Alabad al Señor, que la música es buena”: este versículo del salmo 146 se convirtió en el lema que inspiró el 'Alabemos Fest 2023', enmarcado por la llegada alegre de todos los ministerios a la Arquidiócesis de Barranquilla, la participación activa de los fieles de las diferentes parroquias, el crecimiento dado a los espacios espirituales, así como por los momentos comunitarios o de fraternidad. Además, este año también hubo espacio para la formación sobre música para la evangelización, a cargo del maestro mexicano Armando Jiménez.A propósito de los artistas que hicieron parte del evento, en la categoría de ministerios musicales de la Arquidiócesis de Barranquilla participaron Alfred López Mass de la Parroquia Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, Hugo y Caro de la Parroquia La Transfiguración del Señor, Fuego y Vida de la Parroquia Cristo Redentor, Ana Carmona de la Parroquia Mariano de Jesús Euse y Roxana Margarita Niebles de la Parroquia San Luis Beltrán - Seminario.En la categoría de ministerios musicales nacionales e internacionales, los participantes fueron: San Juan JHS de Medellín; Shalom, la banda del Señor, de Plato Magdalena, Diócesis de El Banco; Unción de Pasto, Nariño; Byron Benítez de Corozal, Sucre; Misión Caná de Madrid, Cundinamarca; Gaudium Dei de Santander; Holly Voice del archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina; Corazón de Fuego de Veracruz, México; y Chio López, representante de Ciudad de Panamá.En medio de las presentaciones, monseñor Pablo Salas Anteliz, arzobispo de Barranquilla, intervino para saludar a los asistentes agradeciendo el apoyo y recordando que la música religiosa hace parte de la vida cristiana. “San Agustín ya lo decía, ‘el que canta, ora dos veces’, y eso es lo que justamente pretendemos con esto”, expresó el prelado.Los ganadores del festivalCada ministerio que se presentó en el escenario de 'Alabemos Fest 2023' hizo un trabajo impecable y de calidad, como lo expresó el jurado, conformado por el maestro Armando Jiménez, coordinador académico de la Escuela Diocesana de Música Sacra y Conservatorio de Música de Querétano, México, y por los ministerios musicales Dos y Él de Costa Rica y Yuli y Josh de Colombia.“La Arquidiócesis de Barranquilla es pionera en este festival. Seguramente habrá en otros espacios de Colombia y de nuestra Iglesia Católica festivales, pero el nuestro tiene la característica especial de apoyar con una producción musical a los ministerios participantes. De tal manera que las composiciones que ellos realizan no se pierdan o no se queden en el olvido, sino que también puedan ser en un futuro escuchadas por los fieles”, agregó el padre Granados.Por la Arquidiócesis de Barranquilla la ganadora fue la solista Anita Carmona. Aunque es oriunda de Valledupar, creció en Barranquilla, ciudad donde, desde muy niña, empezó a asistir a la Eucaristía y a sus 15 años pudo descubrir el don del canto. Su primer escenario fue la parroquia Mariano de Jesús Euse y, desde entonces, compone canciones a Dios y la Virgen María.Entre los ministerios nacionales e internacionales, el jurado eligió dos ganadores:El primer lugar, a Shalom, “La Banda del Señor”, ministerio que surgió en el año 2020, en la parroquia San Francisco de Asís del municipio de Plato, Magdalena. Su misión es evangelizar con la Palabra de Dios mediante la música, con un ferviente deseo de avivar la fe, especialmente entre los jóvenes, para inspirarlos a seguir los pasos de Cristo.En segundo lugar, al ministerio Unción, conformado por los presbíteros Alex, Ramiro y Mike, bajo la dirección musical del laico Henry de la Cruz, quienes iniciaron su servicio animando el canto litúrgico en la Catedral Sagrado Corazón de Jesús de la Diócesis de Pasto, y, al tener buena acogida, ampliaron esta misión en algunas parroquias rurales y urbanas de esa Iglesia particular, buscando, especialmente, despertar inquietud vocacional. Adicional a estos ganadores, el jurado decidió otorgar un premio especial a un ministerio que catalogaron como “fuera de concurso”. Se trata de Misión Caná, conformado por los hermanos Matías, Jerónimo y Rosario Noppe Moreno, niños que se ganaron el corazón, los aplausos y las sonrisas de los asistentes, por la fuerza y la madurez de su presentación.Un momento sublime de humilde adoraciónEl ministerio musical Dos y Él, conformado por Eve y Naty, dos mujeres que decidieron organizar su tiempo entre su hogar y la alabanza al Señor a través de la música, además de ser jurado de este certamen, presentaron al público algunas de sus canciones, acompañando un momento sublime de la jornada: la adoración a Jesús Sacramentado.'Alabemos Fest 2023' también tuvo como invitada a la artista internacional Celinés, procedente de Santo Domingo, República Dominicana, misionera católica de tiempo completo, que interpretó varias de sus canciones, motivando a la oración, a la alabanza y a la acción de gracias a Dios a través de sus letras que fueron coreadas por los asistentes.Fuente: Oficina de Comunicaciones de la Arquidiócesis de Barranquilla

Jue 9 Nov 2023

“El secuestro es un flagelo deplorable que lastima la conciencia de todos los colombianos…Debe desaparecer": Vicepresidente de la CEC

Tras la liberación del señor Luis Manuel Díaz, producida en la mañana de este jueves 9 de noviembre, en nombre de los obispos de Colombia, monseñor Omar Alberto Sánchez Cubillos, arzobispo de Popayán y vicepresidente de la Conferencia Episcopal, envía un mensaje en el que da gracias a Dios y manifiesta su alegría por este hecho. Además, afirma que, aunque con este secuestro se modifica el clima de confianza en la mesa con el ELN, podría marcar también una nueva ruta en esa negociación, en la que se elimine por completo este flagelo que causa tanto daño al país. El prelado también reitera que el país sigue atento a la liberación de los demás secuestrados.“No hay nada que justifique el secuestro de una persona (…) Tiene unos daños inmensos en la persona secuestrada, en su familia y en la conciencia colectiva de todo un país”, afirma monseñor Sánchez.El vicepresidente del episcopado colombiano, quien, además, pastorea una de las jurisdicciones donde este grupo armado causa graves afectaciones a sus comunidades, en el departamento del Cauca, afirma también en el mensaje que el país necesita gestos de confianza tras situaciones como estas, así como ratificar la esperanza en cualquier proceso que pretenda frenar la guerra y alcanzar la paz. Finalmente recuerda que la Iglesia y el país siguen a la espera de la liberación de todos los demás secuestrados. Cabe recordar que en la comisión humanitaria conformada para dicha liberación, por parte de la Iglesia estuvieron presentes monseñor Francisco Ceballos, obispo de la Diócesis de Riohacha y monseñor Héctor Fabio Henao, delegado de la Conferencia Episcopal de Colombia para las relaciones Iglesia-Estado, quien además ha estado como acompañante permanente en dicha mesa de negociación.Vea el pronunciamiento completo:

Jue 9 Nov 2023

Arquidiócesis de Popayán convoca a una Rogativa por la Paz del Cauca

En el marco de la Solemnidad de Cristo Rey, reconociendo la compleja situación social y humanitaria que vive el departamento del Cauca por cuenta de la violencia y el conflicto armado, pero también, el inmenso poder de la oración, especialmente, en medio de comunidades como estas, que se han caracterizado por ser tan fervorosas, la Arquidiócesis de Popayán, en articulación con la Alcaldía Municipal, ha convocado una Rogativa por la Paz, es decir, una jornada de plegaria pública para pedir a Dios, por esta importante causa.Esta rogativa, que se llevará a cabo entre el 24 y el 26 de noviembre, tendrá como acto central una solemne procesión que será presidida por la imagen del Santo Ecce Homo de Belén, "El Amito", como es conocido patrono de la ciudad de Popayán, junto con otras imágenes de diversas parroquias de la “Ciudad Blanca” y de otras localidades del departamento que destacan la devoción cristológica de la región. Entre ellas, las del Amo Jesús de Puelenje, El Tambo, Timbío, Yanaconas, La Ermita, entre otras.“Nosotros como católicos tenemos la obligación de generar una pedagogía de la paz, y esa pedagogía empieza por una vida espiritual y estamos convocando a todos los fervientes del Amo, pero también al payanés, incluso más allá de nuestra confesión religiosa, a que nos juntemos para que ese día, como sociedad civil, hagamos entender a quienes están en la guerra, a quienes tienen responsabilidades de ayudar a resolver el conflicto; que el Señor también ponga todo lo que es necesario para que se faciliten los procesos, los caminos y las salidas a estos dolorosos conflictos”, afirmó monseñor Omar Alberto Sánchez Cubillos, arzobispo de Popayán.Frente a la situación actual de conflicto en el territorio, monseñor Sánchez, se refirió a las mesas de negociación con el ELN y con el Estado Mayor Central de las FARC, grupos armados ilegales con fuerte presencia en este territorio. Dijo que, aunque están pasando por una crisis, en la medida en que se logren consolidar, lo pactado podría significar un alivio importante para las comunidades.“El pueblo caucano es un pueblo de fe, es un pueblo que sabe suplicar, es un pueblo de romerías, de procesiones, de rogativas, como esta que vamos a hacer. Así que, el contexto de los conflictos distintos al margen de la presencia de los grupos armados, porque hay otros conflictos que tenemos dentro del territorio, nos exigen una respuesta de parte nuestra y creemos que la oración es un elemento que puede sumar substancialmente.”De acuerdo con la Arquidiócesis de Popayán, será un fin de semana lleno de espiritualidad y reflexión. Estas son las actividades que se tienen previstas:– El viernes 24 de noviembre, por la mañana, se llevará a cabo la preparación de los pasos con las imágenes en algunos de los templos del sector histórico de la ciudad. Por la tarde, se realizará un emotivo acto cultural en el Parque de Caldas, que incluirá la bajada del Santo Ecce Homo de Belén.– El sábado 25 de noviembre, durante todo el día, los pasos con las imágenes estarán expuestos en los templos donde fueron preparados, permitiendo a los fieles rendir homenaje y orar por la paz.– Finalmente, el domingo 26 de noviembre, a primera hora, las imágenes serán trasladadas y colocadas alrededor del Parque de Caldas. A las 9:00 de la mañana, monseñor Omar Sánchez presidirá una Solemne Eucaristía en la Catedral Basílica. A partir de las 10:30 de la mañana, se llevará a cabo la emotiva procesión con las imágenes del Amo Jesús y el Santo Ecce Homo, culminando con la bendición del Arzobispo a todos los asistentes.

Vie 3 Nov 2023

La Voz del Pastor | 5 de noviembre de 2023

Reflexión del señor Cardenal Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y primado de Colombia:Lectura del Santo Evangelio según SanMateo 23, 1-12

Vie 3 Nov 2023

"Los obispos de Colombia rechazamos todo secuestro": Comunicado oficial CEC

Ante la grave situación humanitaria que afecta actualmente a tantas comunidades en diferentes regiones del país por cuenta del accionar de grupos armados ilegales y, evocando, de manera particular, casos lamentables como el del señor Luis Manuel Díaz, papá del futbolista Luis Díaz, quien se encuentra retenido desde el pasado 28 de octubre, a través de un comunicado, los obispos de Colombia rechazan contundentemente el delito del secuestro y reiteran su llamado para que “prime el principio rector del valor de la vida y de la protección integral de la misma”.Uniéndose al clamor actual de la nación, en el mensaje, los pastores piden que el señor Díaz sea liberado cuanto antes y que pueda retornar a su hogar en condiciones de seguridad. “Esperamos que la pronta liberación anunciada por el delegado del ELN para el diálogo de paz con el Gobierno, acontezca de forma inmediata”, precisan.Además, los prelados expresan su cercanía y solidaridad con la familia del señor Luis Manuel y las de todas las demás personas que sufren a causa de este grave flagelo. “Los acompañamos con nuestros sentimientos de fraternidad y oración por su pronta liberación e imploramos la valiosa intercesión de la Virgen María en esta suplica al Señor”, afirman.Finalmente, los obispos reiteran su disposición de colaboración en todo lo que sea necesario “para que no haya ni un solo ser humano viviendo la inclemencia del secuestro”.

Mié 1 Nov 2023

Se acaba la vida, no el amor

Por Mons. Miguel Fernando González Mariño - Una antigua lápida decía: “terminus vitae, non amoris”. Se acaba la vida, no el amor. “Para este fin de amor hemos sido creados", dice San Juan de la Cruz.Cada año en el mes de noviembre nuestra santa madre la Iglesia, muy pedagógicamente nos recuerda la realidad más evidente de nuestra vida: que un día tendremos que morir. A pesar de ser tan evidente, el mundo se empeña por evadirla, desconocerla o desfigurarla, y en el peor de los casos, jugar con ella de las más diversas formas, queriéndole arrebatar a Dios su soberanía como el único Señor y dador de vida. Algunos científicos se creen con el derecho de fabricar, manipular y matar embriones humanos. Hay también, magistrados que, con aberrante soberbia, les conceden a las madres el derecho de matar a sus hijos antes de que nazcan. Es tan insidiosa la insistencia de “la cultura de la muerte” que hoy en día atentan contra sus vidas o directamente piden la muerte ya no solo adultos desesperados por graves problemas o enfermos terminales en gran sufrimiento, sino también adolescentes y cada vez más niños y jóvenes, que están comenzando a vivir y por cualquier contrariedad les parece que no vale la pena vivir. Lo cierto es que hoy, son cada vez más los imbuidos por la cultura del descarte que demuestran que, quien no valora la muerte, es porque no valora la vida.Cuando san Pablo escribió “Para mí la vida es Cristo y morir una ganancia” (Flp 1,21) no padecía de ideación suicida, ni mucho menos. El suicida es el que quiere erróneamente escaparse de la vida, huir, evadirlo todo. En cambio, para tener la convicción de Pablo, se requiere estar enamorado de Cristo. Para ver la muerte como una ganancia, Pablo primero asumió a Cristo, no solo como un maestro, o como un modelo a seguir, sino como su vida misma, la razón de su existencia, y entonces toda su vida en esta tierra, cada día y cada momento los utilizó para asimilarse más a Cristo, para tener sus mismos sentimientos, su misma forma de pensar, de tratar al prójimo, y a sí mismo como hijos de Dios. En fin, preparó su alma para encontrarse cara a cara con Él, para vivir en Él eternamente.“La muerte es el final de la vida terrena” dice el Catecismo de la Iglesia Católica (1007) y agrega que “el recuerdo de nuestra mortalidad sirve también para hacernos pensar que no contamos más que con un tiempo limitado para llevar a término nuestra vida.” Y en qué puede consistir “llevar a término nuestra vida” sino en aprender a amar y, como dice el Papa Francisco, como dice el Papa Francisco en términos futbolísticos: la vida terrena es como el campo de entrenamiento para el gran partido. Estamos aquí para “entrenarnos en el amor. La vida eterna que nuestro Padre Dios nos ofrece es vivir no junto a Él sino en Él, que es Amor absoluto, o sea que para estar en el cielo ciertamente tenemos que ser “expertos en amar.” Todo el evangelio es una continua exposición de cómo Jesús ama, me ama, incluso hasta dar su vida por mi salvación. “Qué bonita que es la vida” dice la conocida canción. Pero toda su belleza sólo se reconoce cuando la asumimos como el único medio que Dios nos presenta para llegar al cielo, cuando vivimos con los pies muy en la tierra pero el corazón en el cielo, puesto en Dios, cumpliendo a cabalidad los deberes de cada día, queriendo ayudar a hacer más feliz la vida de nuestros hermanos, ayudándoles a conocer, ya aquí en este mundo una muestra del infinito amor de Dios. Cuando valoramos así la vida, en su justa medida, valoramos entonces la muerte, como lo que es: el momento del abrazo del Padre que nos acoge en su casa. Entonces sí entendemos porque hay que morir para vivir. Mortem, terminus vitae, non amoris.+Miguel Fernando González MariñoObispo de la Diócesis de El Espinal

Lun 30 Oct 2023

"Los ministerios bautismales al servicio de una Iglesia sinodal": tema protagonista en la edición 85 del boletín litúrgico

La edición 85 del documento formativo e informativo del Departamento de Liturgia de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), comparte las ponencias de los presidentes de las comisiones episcopales de Ministerios Ordenados, Estado Laical y Catequesis, así como la de un sacerdote especialista en teología litúrgica, presentadas en mayo de este año durante el Encuentro Nacional de Liturgia, convocado en Bogotá por el Secretariado Permanente del Episcopado, bajo el tema "Los ministerios laicales al servicio de una Iglesia sinodal". Además, el texto incluye el saludo del presidente del Comité Pontificio para los Congresos Eucarísticos Internacionales, ofrecido el pasado mes de septiembre durante la Asamblea Plenaria de los Delegados Nacionales en Quito (Ecuador), como parte de la preparación al próximo Congreso Eucarístico Internacional que se llevará a cabo en esa ciudad en 2024.De tal manera que este boletín se estructura en cinco secciones. La primera, “El Triple Munus de Cristo- fundamentos de la ministerialidad en la Iglesia", presentado por monseñor Nelson Jair Cardona Ramírez, obispo de San José del Guaviare; la segunda, "La identidad de los ministerios confiados a los laicos y la especificidad del ministerio de catequista”, por monseñor Pedro Manuel Salamanca Mantilla, obispo de la Diócesis de Facatativá y presidente Comisión Episcopal de Catequesis y Animación Bíblica; la tercera, "Salir y acoger: la lógica de los ministerios laicales", socializada por presbítero Juan David Muriel Mejía, sacerdote de la Arquidiócesis de Medellín y profesor de la Universidad Pontificia Bolivariana; la cuarta "el Congreso Eucarístico Internacional", por padre Corrado Maggioni S.M.M, presidente del Comité Pontificio; y la quinta sección denominada "Entérese", que recopila notas informativas del Departamento de Liturgia, como la del Jubileo de la Esperanza.A propósito del Jubileo de la Esperanza que se realizará en Roma en el año 2025, en este boletín se proponen once recomendaciones concretas de preparación para este transcendental momento en la Iglesia, en consonancia con lo expresado por el papa Francisco, quien ha pedido dedicar el 2023 a la reflexión en torno a las cuatro Constituciones Conciliares, “mientras en el 2024 la preparación se hará a través de un “Año de la Oración” en consonancia con la enseñanza del papa Benedicto XVI en su encíclica Spe salvi 32-34 respecto de “la oración como escuela de la esperanza””, así lo plantea el texto.Lea la edición 84 del boletín aquí

Lun 30 Oct 2023

“El sínodo derrotó los prejuicios y las ideologías, como lo había anticipado el Papa”: P. Raúl Ortiz Toro

Tras la celebración eucarística de clausura de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos desarrollada en Roma durante todo este mes de octubre, presidida por el papa Francisco el domingo 29 de octubre en la Basílica de San Pedro en el Vaticano, los padres y madres sinodales iniciaron sus viajes de regreso a las comunidades eclesiales de pertenencia, llevando consigo grandes expectativas y tareas a realizar durante este periodo de preparación que culminará con la segunda sesión, en octubre de 2024.El día anterior había sido presentado el informe de síntesis de la primera sesión, documento que en versión oficial por ahora solo está disponible en italiano, a partir del cual se han generado algunas inquietudes y en el que todos los miembros del Pueblo de Dios estamos llamados a profundizar.Para iniciar esta camino de discernimiento y retroalimentación, el Departamento de Comunicaciones del Secretariado Permanente del Episcopado Colombiano entrevistó al padre Raúl Ortiz Toro, director del Departamento de Doctrina, sobre algunos aspectos que permiten comprender no solo las propuestas del documento final titulado “Una Iglesia sinodal en misión”, sino, en general, los principales temas tratados durante la XVI Asamblea General.Padre Raúl, ¿Cree que ya finalizada esta primera sesión de la Asamblea Sinodal se han disipado los temores y tensiones que la antecedieron?Efectivamente. Sin embargo, recuerdo aquel adagio: “calumniad, calumniad, que algo queda”; es decir, lamento mucho que los profetas de calamidades hayan logrado hacer mella en tantas personas inocentes que desconocen la teología o el derecho canónico al punto de sembrarles desazón y desconsuelo. El mismo Papa Francisco lo advirtió cuando contó que habiendo llamado a unas monjitas, estas le expresaron que tenían miedo del Sínodo porque habían escuchado que allí iban a “cambiar la doctrina”, lo cual no ha pasado para nada. Es lamentable que haya tantos prejuicios, pero a la vez es esperanzador, porque esto quiere decir que los temores eran infundados y que, en verdad, el Espíritu Santo fue el protagonista.La prensa, que no es nada ingenua, gozó con los que prejuiciosamente anticipaban un cisma, e hizo uso de los detractores del Sínodo que se detuvieron en temas de tono disciplinar, que ahora vemos que no fueron centrales o ni siquiera fueron abordados, como la ordenación de mujeres, el levantamiento del celibato sacerdotal y la bendición de parejas homosexuales. Sabían, pero sin embargo lo callaron, que el Sínodo es un órgano de participación eclesial de carácter consultivo y no deliberativo; y sabían, además, que el sínodo alemán había sido un proceso con una metodología y resultados distinto a lo propuesto por Francisco en el Sínodo sobre la Sinodalidad, dos caminos diferentes, pero tendenciosamente los equipararon como si se tratara de una misma cosa. Esta experiencia debe enseñarnos que la altura de una discusión se basa en la sensatez de los argumentos y no en los prejuicios infundados. En conclusión, el sínodo derrotó los prejuicios y las ideologías como lo había anticipado el Papa.¿Qué pasará ahora mientras llega la segunda sesión del Sínodo en octubre de 2024?Hemos entrado a una nueva etapa de discernimiento en perspectiva de retroalimentación. De la consulta a las Iglesias locales entre 2021 y 2022 salieron grandes intuiciones que fueron recogidas en las síntesis nacionales y continentales, que se vieron a su vez reflejadas en el Documento de Trabajo del Sínodo. Durante la Asamblea, las madres y los padres sinodales escucharon la voz del Espíritu Santo, a través de la conversación espiritual, que es un método que no es nuevo en la Iglesia, pero que sí es novedoso en su aplicación durante un Sínodo. Sumado a esto, el silencio fue un protagonista especial que permitió hacer síntesis interior. La espiritualidad de la sinodalidad con base en la escucha en un doble pero único sentido, es decir, del Espíritu Santo y del santo pueblo fiel de Dios, es una riqueza grande que debemos explorar y profundizar en nuestras comunidades eclesiales locales. Para ello, la síntesis de esta primera sesión de la Asamblea Sinodal ha logrado identificar unos temas que en nuestras Iglesias Particulares seguramente se trabajarán con la metodología de conversación espiritual durante este año antes de la segunda sesión.¿Cuáles son, entonces, esos temas nucleares para el discernimiento?El documento está organizado de manera tripartita externa e internamente. Es decir, hay 20 temas agrupados en tres grandes bloques y luego cada uno de esos 20 capítulos está desarrollado en tres partes. Los tres grandes bloques son, el primero, el que se refiere a la teología y a la espiritualidad de la sinodalidad, como sentando unas bases argumentativas, pero vivenciales, de lo que se necesita para lograr ser “Una Iglesia sinodal en misión”, que es el nombre que le han dado a esta síntesis. El segundo, es un bloque que se detiene a pensar en las personas, en los sujetos del sentido de la fe (sensus fidei), es decir, todos los miembros del pueblo de Dios en la dinámica de sinodalidad-colegialidad episcopal-primado petrino, desde una perspectiva de comunión para la misión. Finalmente, el tercer bloque trata el tema de los procesos y de las instituciones, y la necesidad de que sean cada vez más sinodales, esto es, que promuevan y faciliten la corresponsabilidad, el liderazgo compartido en la Iglesia.¿Y esto no es demasiado teórico y quizá reiterativo?Es necesaria teología; es la sana doctrina según el principio de Tradición que nos legó san Vicente de Lérins en el siglo V: lo que se ha creído siempre, en todos los lugares y por todos. Estas bases iluminan entonces la distribución tripartita interna de cada uno de los 20 temas que han sido tratados así: convergencias, cuestiones que se deben afrontar y propuestas; podríamos decir que esta es la parte práctica; precisamente, aquí es donde se ve que el Sínodo es un órgano consultivo y no fue convocado para cambiar la doctrina. Entonces, por ejemplo, tomemos el tema tercero que es la iniciación cristiana: las convergencias son los principios basilares del tipo: “la celebración de la Eucaristía, sobre todo el domingo, es la primera y fundamental forma en la que el pueblo de Dios se reúne y encuentra” (3 e); en consecuencia, una cuestión que se debería afrontar es que “el sacramento del bautismo no puede ser entendido de manera aislada, al margen de la lógica de la iniciación cristiana, ni tampoco de manera individualista” (3 g); por ello, una propuesta es que “si la Eucaristía da forma a la sinodalidad, el primer paso es obrar en consecuencia con la gracia a través de un estilo celebrativo a la altura del don y con una auténtica fraternidad. La liturgia, celebrada con autenticidad, es la primera y fundamental escuela de discipulado y fraternidad” (3 k). Ningún buen católico podrá resistirse a este tipo de reflexión a la vez tan concreta como trascendente.¿Cómo se aterriza cada convergencia, cuestión y propuesta del documento final al discernimiento comunitario?Lo primero es que el documento debe ser leído en el contexto de una espiritualidad de la sinodalidad que tiene de base la conversión permanente, sincera y progresiva, en el ámbito personal y evangelizador. Los principales detractores del Sínodo sobre la Sinodalidad no son los que hablan prejuiciosamente de la metodología o el contenido de la Asamblea sinodal, sino aquellos que no están convencidos de que los tiempos nos desafían a ser una “Iglesia sinodal en misión”, en salida a las periferias. Son las resistencias más peligrosas, las de la inactividad. Se me viene a la cabeza una frase del papa Pío XII que habló en 1950 de “la herejía de la acción”, una acción que no se basa en la ayuda de la gracia y no busca la santidad. Pero ahora podríamos parafrasear al papa Pacelli porque el clericalismo que ha denunciado Francisco ha llevado, más bien, a una “herejía de la inacción”. En algunas comunidades eclesiales la fe dormita porque los agentes de evangelización están cansados, parece que llevaran un peso encima desde hace dos mil años. Por ejemplo, hace poco, en un encuentro ecuménico internacional, la cantidad de jóvenes saliendo a misión – que nosotros llamamos ad gentes – nos dejó atónitos a la vez que preocupados, no solo por la cantidad, sino porque ninguno era católico.Padre, creo que aún no me ha respondido la pregunta…Bueno, estaba haciendo un preámbulo, que hace parte de la respuesta: si no hay pasión por evangelizar, ni conciencia de la vocación misionera, la sinodalidad pasará a la historia como una buena idea más, sin mayor trascendencia. ¿Cómo se aterriza, entonces? En primer lugar, aparece el liderazgo de las Conferencias Episcopales; a ellas se les ha pedido que reflexionen sobre varios asuntos, por ejemplo, instituir comisiones de estudio sobre cuestiones discutidas, profundizar las relaciones con las conferencias de la vida religiosa, buscar caminos para la inculturación de la liturgia, usar un lenguaje más cercano en sus documentos, promover las pequeñas comunidades, establecer métodos para rendición de cuentas, recordar la obligatoriedad de los consejos episcopales y de pastoral, y una larga lista.Creo que las Conferencias Episcopales estudiarán los 20 capítulos de la síntesis y decidirán qué es necesario discernir a nivel parroquial, diocesano, nacional o continental, por supuesto con apoyo de los organismos de participación y corresponsabilidad según cada nivel. Algo muy concreto es que las Iglesias Particulares deberían convertir en hábito el discernimiento a través de la metodología de conversación espiritual, con las herramientas de la escucha y el silencio, haciendo uso del documento síntesis del Sínodo y la experiencia de esta primera sesión que acaba de terminar. En ello, el liderazgo de nuestros obispos, presbíteros, religiosos, religiosas, laicos y laicas es fundamental.¿Quizá el tema que va a ser más cuestionado sea el número 15 que trata del “Discernimiento eclesial y cuestiones abiertas”?Como lo decía hace un momento algunas personas se van más por las ramas que por el tronco. Ese capítulo, seguramente, será tratado y discernido sinodalmente por el pueblo de Dios, colegialmente por los obispos y, en últimas, definido por el primado petrino. Los participantes en el Sínodo han asegurado que hablando de estas cuestiones se dieron cuenta de lo importante que es escuchar y hacer silencio para entender los argumentos de los demás (cf. 15 a) sobre todo en temas “controvertidos” como los efectos antropológicos de las tecnologías digitales y la inteligencia artificial, la tensión entre no violencia y legítima defensa, las problemáticas relativas a los ministerios en la Iglesia, los temas que se conectan con la corporeidad y la sexualidad, y otros (cf. 15 b) como la identidad de género y la orientación sexual, el final de la vida, y las situaciones matrimoniales difíciles (cf. 15 g). Algo interesante es que justo en este tema, la síntesis recuerda que la Iglesia ya se ha manifestado en su magisterio sobre tales cuestiones que aguardan a ser “traducidas a iniciativas pastorales apropiadas” (15 g). Esto me parece muy iluminador porque la tendencia que algunos grupos tienen a la reivindicación es suscitada por la marginación; pero si a la persona se le integra en la comunidad de fe, el afecto suscita la conciencia. Es la pedagogía de Jesús con Zaqueo: lo integra y esta acogida le abre los ojos, reconoce sus injusticias y se convierte.¿Podría dar un ejemplo concreto respecto del ya cuestionado tema 15?Voy a poner el ejemplo de las personas con orientación sexual diversa porque es uno de los temas por ahora más visibles y controvertidos: la Iglesia tiene sobre este asunto un magisterio muy claro, pero ha costado trabajo aterrizarlo en prácticas pastorales concretas. La diversidad sexual existe, está ahí, como la diversidad religiosa también, no podemos tapar el sol con las manos. Si el Catecismo desde 1992, en el numeral 2358, afirma que las personas con tendencias homosexuales cargan sobre sus hombros “una auténtica prueba” y que “deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza”, además de evitárseles “todo signo de discriminación”, ¿cuántas son las parroquias o comunidades que después de tres décadas han considerado al menos implementar una pastoral adecuada para ellas? Las hay, pero son poquísimas. Acoger, formar, exigir, no se trata de hacer lobby por un tema, eso no, sino de ser consecuentes.El Catecismo es claro al enseñar que a las personas homosexuales se les debe ayudar a realizar en sus vidas la voluntad de Dios, a educar la libertad interior y a que descubran a Jesús como solidario en medio de las dificultades de su condición; solo así puede presentárseles la propuesta del llamado a la castidad que todos hemos recibido. Sin embargo, generalmente saltamos a lo segundo – “sean castos” –, sin haber hecho lo primero – una escuela de acogida y formación cristiana y humana. Volviendo al caso, la reivindicación de quienes solicitan, por ejemplo, la “bendición de una pareja homosexual”, es más bien una reacción de quien nunca ha recibido algo más que señalamientos: si a esa misma pareja se le acoge, se le brinda formación cristiana, se le integra en la comunidad, estoy casi seguro de que nunca exigirá una bendición de su unión, porque el solo hecho de ser acogido ya será asimilado como una bendición.¿Qué novedades cree que puede haber en este año antes de la segunda sesión del Sínodo?Me ha llamado la atención que la síntesis nos pide promover, antes de la segunda sesión, iniciativas que permitan un “discernimiento común sobre cuestiones doctrinales, pastorales y éticas controvertidas”, con base en la Palabra de Dios, en las enseñanzas de la Iglesia, en la reflexión teológica y en la experiencia sinodal (15 k). No por ser controvertidas son prohibidas; es mejor tratar estos temas y darles claridad, sobre todo en un contexto como el actual en que todo es cuestionado. Este es otro punto que debe dar tranquilidad a quienes ven con sospecha el Sínodo porque se deja en claro que las fuentes de la Revelación son la Palabra de Dios, escrita y transmitida, interpretada por el magisterio eclesial, con ayuda de los teólogos y el sensus fidei fidelium, es decir, el sentido de fe que tienen los fieles del pueblo de Dios, entre los que se encuentran aquellos estigmatizados por diversas razones: su pobreza, su condición sexual, su discapacidad, su estatus migratorio, etc.Una gran novedad es que se pide conformar una comisión intercontinental de teólogos y canonistas para estudiar las implicaciones canónicas de la sinodalidad y, al mismo tiempo, se solicita un estudio preliminar para la revisión del Código de Derecho Canónico. Otra novedad es que se invita a que en las iglesias locales haya formación para algunos ministerios como la escucha, la resolución pacífica de conflictos, la misión digital, el acompañamiento a los matrimonios y la práctica del método de conversación espiritual. Además, se recuerda que las parejas que viven “situaciones afectivas y conyugales complejas” (sobre todo los casados por la Iglesia, divorciados por lo civil y vueltos a casar) pueden ser integradas en diversos servicios eclesiales como por ejemplo los organismos de participación, tales como un consejo pastoral parroquial (18 f). Muy seguramente también asistamos, en este año, a la confección de un martirologio ecuménico y quizá la convocación de un sínodo ecuménico, según las propuestas.¿Y alguna novedad en la renovación de estructuras?A propósito, una iniciativa que ya veíamos venir, particularmente después de la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe, realizada en 2021, es la de empezar a pensar, eso sí sin cuestionar la existencia y permanencia de las Conferencias Episcopales, en la creación de Asambleas Eclesiales de carácter permanente, en el orden continental y nacional, con participación de todos los miembros del Pueblo de Dios, que se reúnan bien sea antes o después de las asambleas episcopales (19 m). También la síntesis invita a que en este año se tenga en cuenta en los proyectos pastorales la rendición de cuentas como buena práctica de transparencia en la administración de los bienes (11 k), así como la vinculación serena y bien pensada de sacerdotes que dejaron el ministerio presbiteral para que asuman algunos oficios pastorales discretos (11 l). Especial mención merece la petición de inclusión de mujeres en los organismos de participación eclesial donde se toman decisiones (9 m), la equidad de salarios, que puedan ser jueces en todo tipo de procesos y la continuidad de la investigación teológica y pastoral sobre su acceso al ministerio del diaconado (9 n).A propósito, ¿Qué dijo el Sínodo sobre el diaconado femenino? Quizá uno de los temas más álgidos…Algo que debe quedar claro es que la propuesta sinodal versa sobre la ministerialidad en la Iglesia y no sobre la ordenación presbiteral de las mujeres. Son dos cosas distintas y la discusión sobre el diaconado femenino se enmarca en la primera y no en la segunda. Debemos partir de lo que dice el documento Lumen Gentium, a propósito de que existe una relación intrínseca y profunda, pero también una diferencia esencial y no solo de grado, entre los ministerios bautismales y el ministerio ordenado. Me parece importante lo que ha resaltado el Sínodo acerca de la urgente necesidad de desmontar el clericalismo tanto en los presbíteros como en los laicos. Esto explica un tanto el por qué un sector reclama el acceso de la mujer a la ordenación sacerdotal: piensan que en este mundo de luchas por la equidad de género sería inconcebible sostener que un hombre tenga un privilegio y una mujer no. Pero esta lectura es propiamente mundana, en el sentido que el Papa le ha dado a esta palabra. La solución no es que la mujer acceda al presbiterado como privilegio, pues este separa al ministro de la comunidad y perpetúa el clericalismo, sino que el hombre ejerza el presbiterado como un servicio, pues este sí permite la equidad. Solo el servicio nos permite a hombres y mujeres ser las manos y el corazón de Jesús, mientras el privilegio nos separa por géneros.Ahora bien, las reflexiones sobre el diaconado femenino no van encaminadas al acceso de las mujeres al presbiterado sino al ejercicio del ministerio bautismal. El Sínodo ha expresado que el diaconado permanente fue restablecido a partir del Vaticano II como grado propio y permanente de la jerarquía, pero antes no era así. Hay que decir que, al menos en la historia de la teología, este no es un tema tabú, porque lo que sale de la investigación es que el diaconado femenino estuvo presente en la Iglesia primitiva en el contexto de la praxis bautismal, cuando se necesitaban servidoras de la comunidad para la inmersión de las mujeres adultas en el agua de regeneración; a eso puede referirse, por ejemplo, san Pablo (Rom 16, 1) a propósito de la diaconisa Febe.Pero volviendo al asunto, podríamos decir que el Papa Francisco ya ha restituido este tipo de diaconado (servicio) como ministerio bautismal sin necesidad de ubicarlo en el orden jerárquico. Esto ha sido posible desde hace un par de años gracias al acceso de las mujeres a los ministerios instituidos, reconocidos públicamente, es decir, el lectorado y el acolitado, además del ministerio de catequista. Así, a medida que se incluye más a la mujer en los ministerios bautismales, en las instancias de gobierno – como pasa ahora en varios dicasterios vaticanos – y en los organismos de participación de las iglesias locales, va cediendo el ánimo reivindicativo como síntoma de exclusión y así nadie puede acusar a la Iglesia de discriminación. A propósito, el Sínodo ha pedido que los diáconos permanentes no se limiten al servicio litúrgico, sino que se enfoquen principalmente en el servicio de caridad. De aquí que resulte muy necesaria y urgente la formación en la sinodalidad, iniciando por nosotros, los que hacemos parte del ministerio ordenado.Precisamente, no sé si está de acuerdo, en que es importante que las nuevas generaciones de presbíteros y diáconos permanentes sean más “empáticas” con el tema sinodal…Totalmente de acuerdo; por ello considero que el tema más urgente en el contexto que estamos viviendo en la Iglesia es el número 14 que versa sobre la formación con énfasis sinodal, no solo para todos los bautizados sino, específicamente, para los que optan por el sacerdocio ministerial. Además, este tema no solo está en dicho capítulo sino que aparece transversal en todo el documento; al respecto, las cinco propuestas (14 k,l,m,n,o) son todo un desafío para los obispos, los rectores de seminarios y la pastoral vocacional y sacerdotal ya que se pide una revisión de la reciente Ratio Fundamentalis, que es como la carta constitucional o la bitácora que rige los procesos de formación hacia el presbiterado y el diaconado permanente. Además, se pide que para la segunda sesión se haga una evaluación de la recepción y asimilación del proceso sinodal en estos itinerarios de formación.Esta propuesta me parece muy pertinente porque si los ministros ordenados no están permeados de la espiritualidad y la teología del Pueblo de Dios, que es la base de la sinodalidad, será difícil lograr esta renovación en la Iglesia. Esto supone seguir avanzando en la “desacademización” de la formación, es decir, que el camino hacia el presbiterado no sea simplemente matricularse en unas materias y vivir herméticamente en un recinto, lo que no pocas veces ha ocasionado ambientes artificiales y aislados de las comunidades cristianas que ocasionan inmadurez afectiva y relacional. Los llamados Seminarios Conciliares lo son porque fueron el magnífico resultado del Concilio de Trento; pero desde que San Carlos Borromeo fundó el primer seminario no han pasado más de 500 años, entonces, ¿cómo se formaron las generaciones de sacerdotes durante los anteriores 15 siglos? Debemos dirigir la mirada a las experiencias significativas y efectivas de esas épocas y a los actuales cambios socioculturales y pensar en Seminarios Sinodales que no se rijan por contenidos académicos sino por el encuentro personal con Jesucristo en las comunidades eclesiales, de tal modo que se permita una mayor inserción en el pueblo de Dios desde los inicios. Pero esto es un tema que no podemos agotar en una pregunta.¿Algo más que agregar Padre Raúl?Habría muchos otros temas por tratar, pero por ahora esto es suficiente. Pienso que este Sínodo nos confirma una vez más que la Iglesia está dirigida por el Espíritu Santo. Cuando estudiamos la historia de este misterio divino, no solo como institución humana, encontramos unos momentos especiales en los que se renueva Pentecostés, por ejemplo, la época apostólica y patrística con sus respectivos concilios, el surgimiento del monacato y de las órdenes mendicantes, la Reforma Católica de Trento y sus gloriosas consecuencias, ¡La pérdida de los Estados Pontificios! (que permitió la separación entre el poder político y el servicio eclesial), el Concilio Vaticano II y el actual Proceso Sinodal. No debemos tener la mirada y los oídos tan cerrados a la voz del Espíritu; la Iglesia tiene más de dos mil años, cuenta con la asistencia del Espíritu Santo y es de revelación divina que “el poder del infierno nunca prevalecerá contra ella”.A continuación, compartimos la versión oficial del documento de síntesis: