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conferencia episcopal

Mar 9 Feb 2021

Padre Constantino, misionero que compartió la ternura de Dios

Como una gran familia, los obispos, los directores de departamento, los religiosos y los laicos colaboradores de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), despidieron de su morada terrena al gran pastor, misionero y amigo, el padre Constantino Gutiérrez Gómez, quien acompañara con su servicio a esta institución durante siete años en la dirección del Departamento de Etnias. Monseñor Oscar Urbina Ortega, arzobispo de Villavicencio y presidente de la CEC, fue el encargado de presidir la ceremonia litúrgica y en su homilía destacó del padre Constantino su sencillez, alegría, cercanía y dedicación como misionero hacia tantos hermanos necesitados, de manera especial a aquellos de las comunidades indígenas y afrodescendientes a las que atendió de manera incansable. Observó que una tarea que todos debemos cumplir en la tierra es la de contemplar la obra de Dios y ser responsables con la creación y esto, dijo, “fue la misión que cumplió a cabalidad el padre Constantino”. “Esta realidad hizo parte de la espiritualidad del padre Constantino que, además de la palabra del Señor, aprendió de las culturas ancestrales también a leer, cantar, proclamar, a bendecir y a cuidar la obra creadora. Así aprendimos que en toda la creación con el nacimiento empieza la carrera de la vida y también el descenso de la muerte que él ahora vive”, agregó. De una manera ilustrativa, recordó que al único que no se le mueren los hijos es a Dios. “La muerte de este hermano como esperamos sea la nuestra, no será el fin, sino el cumplimiento pleno de la existencia, la nueva creación que Dios realizará a través de Cristo muerto y resucitado en cada uno de nosotros”. Resaltó dos momentos importantes que permeaban la vida de Jesús. Uno, la experiencia de oración en el silencio y, luego, el encuentro con la gente. “Estos momentos los vivió el padre Constantino”, afirmó. Aseguró que el padre Constantino respondió al deseo de Jesús, de conocerlo, de reproducir sus acciones e imitarlo en su entrega misericordiosa para guiar, orientar y proteger a los más necesitados de apoyo. “Nuestro hermano Constantino hizo presencia, promocionó, acompañó y guio desde el Instituto Misionero de Antropología (IMA) a tantos hermanos nuestros que requerían de ayuda”. En un momento emotivo, el arzobispo de Villavicencio explicó que esta eucaristía era una acción de gracias a Dios y un homenaje por la vida de este misionero infatigable. Pidió a quienes le sucedan en esta tarea, para que su obra especialmente en beneficio de las diversas etnias y afrodescendientes a los que él sirvió con tanto amor y por las que él lucho hasta el final, puedan continuar. Finalmente, recordó que “en cada hermano que él sirvió vive Dios y cada hermano necesita tocar, sentir cercana la ternura, el amor y la salvación de Dios”. A la eucaristía, que se realizó de manera virtual este lunes 08 de febrero, se conectaron los funcionarios de la Conferencia Episcopal de Colombia, hermanos de la Comunidad de Misioneros Javerianos de Yarumal, parientes y amigos del padre Constantino Gutiérrez Gómez. Misioneros Javerianos de Yarumal despiden al padre Constantino Gutiérrez Así mismo, este día en horas de la tarde, los Misioneros Javerianos de Yarumal, comunidad a la que pertenecía el sacerdote fallecido, celebraron la santa misa exequial, presidida por monseñor Elkin Fernando Álvarez Botero, obispo de Santa Rosa de Osos y secretario general de la Conferencia Episcopal de Colombia. Durante su homilía y tomando las lecturas escogidas para esta ocasión, una de ellas de la carta de San Pablo sobre el bautismo como prenda de la vida eterna; el Salmo: "El Señor es compasivo y misericordioso"; y el pasaje del Evangelio sobre la Resurrección del hijo de la viuda de Naín, afirmó que si bien es dolorosa la partida del padre Constantino, desde la fe y la fraternidad ha de ser asumida como una garantía de esperanza y cercanía a Dios en medio del sufrimiento humano. Dijo monseñor Álvarez que este es un momento para renovar la fe en la resurrección de Cristo y de los cristianos. “Lo que estamos viviendo no nos puede menguar en la confianza en el amor de Dios, al contrario, debe afianzar en ella, pues sentimos su presencia amorosa que da sentido a nuestra vida. En Cristo, quien dio su vida por nosotros, hallamos la luz para nuestra vida y para esta situación dura por la que atravesamos”. El prelado destacó las grandes virtudes del padre Constantino, pues lo tuvo como cercano colaborador en el trabajo misionero de la Conferencia Episcopal. Exaltó su sencillez, humildad, su servicialidad, su cercanía a todos y especialmente a los más necesitados. “Él desplegó su confianza completa en la providencia, a pesar de las limitaciones económicas, siempre buscó la manera de sacar adelante sus proyectos con un trabajo continuo y dedicado, tratando de hacer con ella la tarea evangelizadora”. En un segundo momento, resaltó su espíritu misionero, su celo pastoral expresado en todo lo que realizaba para poder asistir a cuanta reunión se le convocaba, reuniones pastorales o encuentros con indígenas “era capaz de hacer largos trayectos por tierra para poder vivir esa condición de evangelizador y anunciador”. Por último, resaltó su grande amor por las etnias, indígenas, afrodescendientes y rom, a los cuales les dedicó completamente su vida y ministerio “Era su carisma personal. No había reunión en el Episcopado en la que Constantino no contara de su trabajo con las etnias o tuviera una iniciativa para ellos”. Concluyó su homilía haciendo un llamado a la confianza en Dios y a buscar la intercesión de los santos más cercanos en la vida del padre Constantino, como fueron santa Laura Montoya, y el beato Jesús Emilio Jaramillo, obispo Javeriano mártir en Arauca, para pedir por la tarea evangelizadora, continuar en este caminar y hacer llegar el amor de Dios a todos en medio de estas circunstancias tan difíciles y duras.

Jue 4 Feb 2021

Curó a muchos enfermos de diversos males

QUINTO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO Febrero 7 de 2021 Primera Lectura: Jb 7,1-4.6-7 Salmo: 147(146),1-2.3-4. 5-6 (R. cf. 3) Segunda Lectura: 1Co 9,16-19.22-23 Evangelio: Mc 1,29-39 I. Orientaciones para la Predicación Introducción Desde las lecturas que se nos ofrecen para este domingo, tres temas emergen para nuestra reflexión: • El sentido y la brevedad de la vida humana sometida al trabajo y a la enfermedad. • Los oficios desarrollados por el hombre y su respectiva recompensa, donde entra la dimensión infrahumana y trascendente del valor del trabajo y su “paga”. • El sentido que Jesús (su mensaje en acción: la evangelización) da a la vida humana. Este tema es el que abordaremos a continuación. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? El texto de la primera lectura forma parte del primer ciclo de conversaciones entre Job y sus amigos (cap. 3-14); Job ha exteriorizado su confusión y desahogo por la situación, más que difícil, que está viviendo; sus amigos han intentado ayudarlo condenando injustamente a Job en una pretendida defensa de Dios, donde “Dios premia a los buenos y castiga a los malos”. Job responde a su amigo Elifaz (6,1 - 7,21) reiterando su confesión de inocencia, al tiempo que describe los grandes sufrimientos, y concluye haciendo una lectura sobre el sentido de la vida humana, donde el principio de premio y castigo de buenos y malos es insuficiente para comprenderla, porque la vida desde la experiencia vivida no es vista más que como un “servicio”, un “jornal”, “una sombra”, “un soplo”, un “consumirse sin esperanza”, una “fatiga” que se alarga inexplicablemente. El tema dominante de la primera lectura es un desgarrador lamento sobre la fugacidad de la vida humana que se muestra frágil, sufriente. ¿Qué puede cambiar este desgarrador sentido de la vida humana? El salmo 147 (146) es una primera respuesta. Es un himno de alabanza a Dios, estructurado en tres secciones mediante claras invitaciones a la alabanza (vv. 1.7.12); la primera sección que es la que se ha proclamado, invita a alabar al Señor porque es el protector de los humildes; se celebra el poder y la bondad de Dios que es grande y poderoso, y que muestra su poder con las acciones que realiza, pues después de la tragedia de la deportación reconstruye la ciudad y la vida destrozada del pueblo. La narración del evangelio presenta las curaciones en la jornada de Cafarnaúm y una síntesis del recorrido de Jesús por Galilea. Tres partes: 1. La curación de la suegra de Pedro, en su casa, destacando la presencia de los discípulos que han sido llamados - Pedro, Andrés, Santiago y Juan (vv. 29-31); 2. Un resumen de la actividad de Jesús: curaciones y exorcismos (vv. 32-34) 3. Otras acciones de Jesús: Oración y predicación. Pero, el evangelio nos dice algo más que el mero recuerdo histórico. Aquí aparece la irrupción de Jesús en la historia concreta del hombre, pues él “salió” para prestar su servicio a la vida humana. El texto se estructura a partir del verbo “salir” y las acciones complementarías de este salir; esta insistencia debe notar que Jesús salió del Padre y vino al mundo para dar sentido a esta existencia. “Salió” de la sinagoga para “acercarse” y entrar en “contacto” con los necesitados, con el hombre sumido en la enfermedad y la realidad que le hace experimentar la existencia humana como desgarradora; Jesús se “levantó” y “salió” para entrar en relación con Dios, salió para “hacer oración”; definitivamente, la acción de Jesús se resume en que él “salió” para “recorrer” y “predicar”, es decir, llevar la Buena Nueva; y ésta se realiza con gestos concretos sirviendo al hombre sumido en su lamento, él salió para “curar” y “expulsar a los demonios”. Así, el mensaje del evangelio, Jesús Hijo de Dios, es la respuesta definitiva al desgarrador lamento sobre la fugacidad de la vida humana. Pablo, en la segunda lectura, bien que el texto pertenece a la reflexión sobre los derechos de los apóstoles o de quienes anuncian el evangelio, se encuadra en el sentido de la vida. Pablo proclama el evangelio sin buscar salario alguno, porque su gozo, ganancia, paga, es haberse encontrado con el Resucitado; su paga es “precisamente dar a conocer el Evangelio”, él tiene claro por qé hace las cosas que hace, “hago todo esto por el Evangelio, para participar de sus bienes”. El Evangelio es Jesús, su mensaje, y por él hace todo. Predicar es un encargo u oficio que lo exige todo y da sentido a todo. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? Jesús da sentido a la vida humana. El hombre afligido conoce su miseria; la reflexión de Job es solidaria de la humanidad entera que sufre, que se resigna a morir, pero que en medio de su angustia percibe que la existencia humana tiene una misión, un servicio que realizar. La dimensión trascendente confiere a la vida del ser humano un sentido de gran valor. Encontrarse con Jesús y su mensaje todo se transforma; Jesús no deja las cosas iguales. Esta no es una idea o frase de cajón, sino que es la inexplicable respuesta que Dios ha dado a la humanidad. Nada más provechoso que abrir el corazón y conocer a Jesús. Les pasó a los discípulos que él llamó a su caminar, a Pablo, a la suegra de Pedro que se levanta y se pone a servirles; les pasó a ellos, y les ha pasado a millones de personas a lo largo y ancho del mundo y de la historia. Y hoy pasa aquí contigo y conmigo. La apertura de corazón para alabar a Dios introduce una dinámica nueva en la existencia, la oración crea un espacio de confianza e intimidad transformante, solo debemos repetir el gesto de Jesús, “salir e ir a un lugar solitario” para encontrarnos con Dios en la oración. El lugar solitario es cualquier lugar, mejor aún, el lugar solitario es el corazón, en ese ambiente debe nacer la oración. La vida mirada desde la oración adquiere valor, vista desde la mera condición humana no es más que lamento desgarrador. Jesús “salió” del Padre y vino a nuestro encuentro para dar sentido a nuestra existencia; su acción transforma las realidades que desgarran la vida humana; la muerte, el mal, el sufrimiento, el dolor, los mismos amarres del demonio son nada ante el Señor. Como él mismo le responde a Pedro, “para esto he salido”; él ha salido, es decir, se ha encarnado, para ser la respuesta última y completa a la realidad del ser humano. La humanidad tiene necesidad de conocer a Jesús, y Jesús tiene deseos de ir al encuentro de toda la humanidad; lo expresaba Pedro en el evangelio “todo el mundo te busca”; ojalá esta sea la realidad de hoy. Para que este encuentro entre Jesús y la humanidad acontezca, hoy, se necesitan hombres y mujeres que, como la suegra de Pedro, Pablo y los otros discípulos, entiendan que después de conocer al Señor solo hay una respuesta: ¡Servirlo!, “se puso a servirles” o como lo entiende Pablo, predicar, evangelizar, “es que me han encargado este oficio”. Jesús nos enseña a vivir la “cultura del encuentro”. Él salió del lugar del culto (sinagoga) y entró en el lugar de la existencia cotidiana (casa), y en sus actitudes se vive la cultura del encuentro, pues “se acercó” y “tocó”. Hoy corresponde a sus seguidores seguir repitiendo estas actitudes; ir al encuentro del otro, especialmente del enfermo y los marginados, como dice el Papa Francisco, ir y tocar la carne de Cristo en los enfermos. Se necesitan evangelizadores convencidos del poder y amor de Dios. Evangelizadores que hagan todo por el Evangelio. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? Señor, que nuestra oración sea una alabanza por todo el amor que tú nos has manifestado; que cada momento vivido sepamos usarlo para tener un mayor e íntimo encuentro contigo, encuentro que transforme nuestra vida y nuestra manera de ver la vida, encuentro que nos lleva a ser evangelizadores, a darlo todo con entrega total por el Evangelio. Que el mundo te conozca y te sirva, no de palabras sino de obras concretas en bien de los más necesitados. II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Hermanos el Señor nos convoca, una vez más en su glorioso día, para vivir este encuentro intimo con él, y nos invita a dejar en sus manos el sentido de nuestra vida, especialmente abandonar en su amor los dolores y sufrimientos que aquejan nuestra existencia; pero al mismo tiempo confiar a él nuestro compromiso evangelizador que da sentido a nuestra existencia y que, transforma la vida de los demás. Trayendo, pues, nuestras tristezas y alegrías participemos con fe en esta celebración. Monición a la Liturgia de la Palabra Las realidades que a diario vivimos nos cuestionan sobre el sentido de la vida humana, nos preguntamos ¿qué da sentido a esta fugacidad de la existencia humana? Las lecturas nos mostrarán que este interrogante se ha planteado desde muy antiguo, y que muchos creyentes, en la vivencia de su fe, y en la búsqueda de sentido, han encontrado respuestas sorprendentes. Escuchemos con fe. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Elevemos hermanos nuestra oración a Dios, para que con su gracia acoja nuestras súplicas, dé sentido a nuestra existencia y nos ayude a servirlo con santidad y justicia todos los días de nuestra vida. R. Santifica a tu pueblo Señor 1. Oh Dios, custodia a tu Iglesia, protege al Papa Francisco y asiste a los Obispos de la Conferencia Episcopal de Colombia para que, viviendo el encuentro con Cristo, ayuden a su rebaño a vivir las dinámicas de la Nueva Evangelización. 2. Oh Dios, ilumina a los legisladores y gobernadores para que, viviendo el encuentro con Cristo, tomen decisiones y acciones que busquen siempre el bien común. 3. Oh Dios, socorre y consuela a tu pueblo conservándolo en la paz y concede la gracia del encuentro con Cristo, para que cada uno sea un verdadero evangelizador para los demás, haciendo todo por el Evangelio. 4. Oh Dios, esta asamblea te alaba y te bendice al reconocer que solo tú con tu providente amor das sentido a nuestra existencia, acoge favorablemente nuestra humilde oración y concédenos un ferviente espíritu evangelizador. En un momento de silencio presentemos al Padre nuestras intenciones personales Oración conclusiva Acoge, Padre bueno las plegarias que tus hijos te han presentado con fe. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén

Mar 2 Feb 2021

Falleció monseñor Héctor Epalza Quintero, obispo emérito de Buenaventura

Al medio día de hoy, martes 02 de febrero, falleció a la edad de 81 años, en la clínica Comfamiliar en la ciudad de Pereira, monseñor Héctor Epalza Quintero, obispo emérito de la Diócesis de Buenaventura, Valle del Cauca. La noticia fue confirmada por el actual obispo de Buenaventura, monseñor Rubén Darío Jaramillo Montoya, quien lo acompañó desde el pasado jueves 29 de enero, fecha en la que el prelado fue ingresado a la clínica por un derrame cerebral. “A las 12:15 del mediodía falleció Monseñor Héctor Epalza. Elevamos oraciones a Dios, lleno de amor y de misericordia que lo acoja en su reino”, expresó monseñor Jaramillo. La Conferencia Episcopal de Colombia expresa sus sentimientos de tristeza por la partida de este gran pastor y defensor de los derechos humanos y se une en oración "para que Dios conceda la gloria eterna a este servidor fiel". Igualmente, extiende su saludo de cercanía a la familia Epalza Quintero, a los Padres Sulpicianos, a monseñor Rubén Darío Jaramillo y a la iglesia diocesana de Buenaventura. Monseñor Epalza, nació en el Municipio de Convención (Norte de Santander), el 14 de junio de 1940. Recibió el Sagrado Orden del Presbiterado el 14 de julio de 1965 en Cali y en esa Arquidiócesis quedó incardinado. Fue admitido a la Compañía de San Sulpicio, Provincia de Canadá, el 30 de enero de 1989. El 16 de Julio de 2004 Su Santidad Juan Pablo II lo nombró Obispo de Buenaventura. El 30 de junio del 2017, el Papa Francisco aceptó la renuncia a su cargo. EXEQUIAS Velación: Martes 02 de febrero en la Catedral de Pereira Misa de cuerpo presente: Miércoles 03 de febrero en Pereira, a las 9:00 a.m. Traslado a Buenaventura: Miércoles 03 de febrero a las 4:00 p.m. Se recibirá el féretro en la entrada de Buenaventura (Comfamar), se trasladará en el carro de bomberos hasta la Catedral para su velación. Eucaristía de exequias: Jueves 04 de febrero a las 10:00 a.m. Catedral San Buenaventura donde reposarán sus restos mortales. ho [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar BIOGRAFÍA[/icon]

Mar 2 Feb 2021

Obispos de Colombia ofrecen oración por la vida consagrada

Con ocasión de la XXV Jornada Mundial de Oración por la Vida Consagrada, que la Iglesia católica anima cada 2 de febrero, los obispos de Colombia saludan a todos los hermanos y hermanas que hacen parte de los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica en el país, agradeciéndoles el servicio y la entrega hacia los más necesitados. En el mensaje, firmado por monseñor Óscar Urbina Ortega, presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), se subraya que frente a la difícil circunstancia que vive el mundo entero y de manera particular el país, por causa de la pandemia del Covid-19, la Iglesia quiso proponer el lema: “La vida consagrada, signo de esperanza en medio de la pandemia”. Esto, con el fin de resaltar el testimonio de la vida consagrada “que refleja al Señor Jesús en el servicio a los más pobres, los enfermos y los que sufren”. Igualmente, los obispos ofrecen sus oraciones por aquellos sacerdotes, religiosos y religiosas que han muerto víctimas de la pandemia, así como por aquellos que hoy se encuentran batallando contra este poderoso virus. Momentos que animan a vivir la Jornada Observan que son tres las razones por las que san Juan Pablo II animó a vivir esta celebración de la vida consagrada: Primero, dar gracias a Dios por el gran don de la vida consagrada; segundo, promover en todo el pueblo de Dios el conocimiento y la estima de la vida consagrada; y, por último, celebrar la acción del Espíritu Santo que anima a la insustituible misión evangelizadora en la Iglesia y en el mundo. Finalmente, los prelados confían a la Virgen de Chiquinquirá, patrona de Colombia, la vida y misión de quienes han tomado la decisión de consagrar su vida a Cristo y al servicio de la Iglesia. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar comunicado[/icon]

Jue 28 Ene 2021

La vida consagrada, una bonita experiencia de la Iglesia

El próximo 02 de febrero, en la solemnidad de la Presentación de Jesús en el Templo y la fiesta de la Candelaria, la Iglesia católica celebra la Jornada Mundial de la Vida Consagrada, instituida hace 25 años por san Juan Pablo II. Para ayudar a animar esta celebración, el Departamento de Ministerios Ordenados y Vida Consagrada de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), ha elaborado un subsidio pastoral bajo el lema: “La Vida Consagrada, signo de esperanza en tiempos de pandemia”. El padre Manuel Hernando Vega León, director de este Departamento en el episcopado, recuerda tres momentos que llevaron a San Juan Pablo II ha instituir esta Jornada. Ellos son: Primero. Responder a esta íntima necesidad de alabar solemnemente al Señor y darle gracias por el gran Don de la vida consagrada, que enriquece y edifica a la Iglesia. Segundo Promover en todo el pueblo de Dios el conocimiento y la estima por la vida consagrada. “Estas Jornadas han permitido conocer cada vez más ese abanico tan amplio de carismas que tiene la Iglesia y de la identidad muy propia de los consagrados”. Al respecto de este punto, el sacerdote resalta el importante número de institutos de vida consagrada nacidos en Colombia. Destaca su asombro ante el crecimiento de institutos seculares “son laicos que estando en el mundo, hacen un compromiso con Dios de los consejos evangélicos, castidad, pobreza y obediencia, consagrando así su vida a un servicio particular, en un carisma y una misión específica en el mundo”. Estos últimos, explica, se están congregando a través de la Federación Colombiana de Institutos Seculares (FECIS). Exalta igualmente, el papel de aquellas personas que se consagran a la vida contemplativa. Son hombres y mujeres que en los conventos se dedican a orar por la Iglesia “yo pienso que la tarea y la misión que ellos tienen es lo que de una u otra manera ayuda a sostener la vida de la iglesia”. Y, en tercer lugar,un día para celebrar y renovar en comunidad esa gracia que Dios ha dado a cada consagrada o consagrado. “Es un momento para dinamizar también, a partir de la oración, esa experiencia bonita de la vida de la iglesia”. Igualmente, el sacerdote explica que la solemnidad de la Presentación del Señor en el Templo, recuerda “la bella imagen del justo Simeón cuando toma en sus brazos al Verbo hecho carne y, portando a su Creador, proféticamente, ve cumplida la promesa de salvación de la humanidad”. Así mismo, “se reconoce a María en la bella advocación de nuestra Señora de la Candelaria, como portadora de quien es la luz y fuente de misericordia, perdón y paz”. A la espera del mensaje del Santo Padre El padre Vega afirma que esperan con ansia el mensaje que cada año el Papa emite para la fecha de esta Jornada, porque allí se ofrecen criterios que han de ayudar al fortalecimiento de la vida consagrada en cada instituto o en cada sociedad de vida apostólica. En esta ocasión, advierte, que ante la situación que vive la humanidad por la pandemia del Covid-19, la vida consagrada tiene una especial incidencia en el pueblo de Dios, en el consuelo, en la vivencia de la virtud de la esperanza, en la evangelización y en la alegría que la misma vida consagrada debe imprimir al pueblo fiel de Dios. “Esta situación que vivimos, desde luego puede suscitar preocupaciones, desesperanzas, angustias, la tristeza de la misma muerte y de tantas situaciones que viven las familias en medio de todo esto, pero pienso que tenemos que ser testigos y el consagrado debe ser testigo precisamente de la esperanza cristiana y de una vida nueva”. Observa, que a pesar de todo lo que está pasando alrededor de la pandemia, las Comunidades han de ir perdiendo el miedo y seguir adelante ofreciendo esperanza y consuelo a quienes lo necesitan; hay que actuar con precaución y tomar las medidas necesarias de bioseguridad. Resalta que la experiencia espiritual de esa vida comunitaria intensa que se vive al interior de las comunidades, es la que debe comunicarse a los demás, una vida llena de valores, de alegría y esperanza, seguros de que esto pronto pasará y la humanidad volverá a una nueva normalidad. Por esta razón indica el sacerdote, la Comisión Episcopal de Vida Consagrada propone como lema de la jornada: “La Vida Consagrada, signo de esperanza en tiempos de pandemia”. Subsidio pastoral para animar la jornada El subsidio se ofrece para que las diócesis, parroquias y comunidades eclesiales de Colombia, se sumen a esta jornada de manera virtual y presencial donde sea posible, para orar de modo especial por las vocaciones, los Institutos de vida consagrada y las sociedades de vida apostólica. Este insumo pastoral está pensado para vivirlo en tres momentos: Un taller para ser desarrollado por los consagrados en ambiente comunitario de modo virtual o presencial; seguido se propone un esquema de hora Santa; y finalmente un acto mariano, con el rezo del Santo Rosario. Unido a ello, se sugiere dedicar un momento a la reflexión del Año de San José, “San José consagró su vida en el cuidado del Niño Jesús y creo que ahí hay una imagen signo y ejemplo de fidelidad, de castidad y obediencia que los consagrados pueden seguir con ternura y con un amor particular, como el Papa Francisco nos los ha insistido en su mensaje de apertura para este año”. Oración por los sacerdotes y consagrados fallecidos por Covid-19 El sacerdote expresa que a la fecha hemos registrado, el fallecimiento por Covid-19 de un obispo, 34 sacerdotes y 14 religiosas. “La pérdida de un sacerdote, de una religiosa, de un religioso, golpea profundamente la vida comunitaria y la vida de la diócesis, entonces creo que en este camino tenemos que pedirle a Dios nos cuide nos proteja y que bueno contar con la intercesión de la Virgen de La Candelaria”. Para finalizar, el sacerdote recuerda que si bien esta jornada de la vida consagrada, san Juan Pablo II la propuso para vivirla al interior de los consagrados, también advierte que se debe vivir hacia afuera, como bautizados, la invitación es a reconocer esa labor de Iglesia que los consagrados han realizado en la historia de la evangelización del país, por lo que pide orar por las vocaciones. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar SUBSIDIO PASTORAL[/icon]

Mar 26 Ene 2021

Mensajes de condolencias de la CEC

El presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), monseñor Óscar Urbina Ortega, en nombre de todos los obispos del país, expresa sentimientos de pesar por el fallecimiento del doctor Carlos Holmes Trujillo García, ministro de Defensa Nacional, haciendo llegar un mensaje escrito a la Presidencia de la República y a la familia Trujillo García. Asimismo, el Episcopado Colombiano manifiesta sus condolencias por la muerte del doctor Julio Roberto Gómez Esguerra, presidente de la Confederación General del Trabajo (CGT) y miembro de la Comisión de Conciliación Nacional (CCN), organismo de la CEC. Los obispos y la comunidad católica de Colombia continúan ofreciendo oraciones por todos los enfermos y fallecidos a causa del Covid-19. Carta de la CEC por fallecimiento del Dr. Carlos Holmes Trujillo García, Ministro de Defensa Nacional [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar CARTA[/icon] Carta de la CEC por fallecimiento delDr. Julio Roberto Gómez Esguerra, presidente de la Confederación General del Trabajo (CGT)[icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar CARTA[/icon]

Lun 25 Ene 2021

Comunicado del Episcopado sobre situación laboral del país

Frente a la crisis de desempleo que enfrentan hoy los colombianos por cuenta de la pandemia del Covid-19, la Conferencia Episcopal de Colombia, acogiéndose al magisterio de la Iglesia, presenta en un comunicado a la opinión pública algunas consideraciones a tener en cuenta: 1. El trabajo es un derecho fundamental y un bien para cada persona. 2. No se puede reducir la situación laboral a estrategias de producción o a cálculos materiales. 3. El trabajo tiene en sí mismo una naturaleza social: es clave esencial en la vida de las comunidades humanas para lograr el bien común y el desarrollo integral. 4. El desempleo es una “verdadera calamidad social”. En el comunicado, los obispos valoran las iniciativas gubernamentales y privadas que actualmente se adelantan para superar la crisis laboral, a la vez que exhortan a promover la participación de todos los ciudadanos en la búsqueda de soluciones que lleven a la formalización del empleo: “abrir nuevas plazas de trabajo, respetar los derechos de los trabajadores y procurar condiciones laborales dignas para todos”. El Episcopado Colombiano reconoce la ayuda que se ha prestado a través de programas, a quienes han quedado sin empleo, y pide “avanzar hacia formas de asegurar de manera permanente una renta básica para los sectores más pobres y vulnerables, como algunos lo vienen promoviendo, ya que ésta es una manera de expresar conciencia social y de construir solidariamente la justicia social”. Finalmente, los obispos se dirigen a los trabajadores pidiéndoles su cooperación en la consecución de ocupar puestos de manera honesta, estar abiertos al diálogo y al compromiso con el bien común. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar comunicado[/icon]

Jue 21 Ene 2021

“Domingo de la Palabra de Dios”. Entrevista con el padre Francisco Mejía

Dedicar un domingo completamente a la Palabra de Dios. Con esta intención el papa Francisco estableció el “Domingo de la Palabra de Dios”, una jornada que la Iglesia celebra cada tercer domingo del Tiempo Ordinario. Este año se realizará el próximo 24 de enero y tendrá como tema: ¡Mantengan firme la Palabra de la Vida! (cf. Fil 2, 16), tomado de la Carta de San Pablo a los Filipenses. Para ayudarnos a entender mejor esta celebración, que por segundo año consecutivo la Iglesia católica colombiana anima, hemos invitado al padre Francisco Mejía, director del Departamento de Catequesis y Animación Bíblica de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), quien nos explicará el significado del Domingo de la Palabra y cómo lo podremos vivir desde nuestra fe. ¿Qué se celebra el este domingo y por qué el papa nos ha convocado a esta celebración? R/ El próximo domingo, nosotros los católicos celebramos el “Domingo de la Palabra”. Es el tercer domingo del Tiempo Ordinario y el papa ha querido instaurar esta celebración para que nosotros, como católicos, le demos una centralidad a la Palabra de Dios, una palabra de Dios que nos ha hablado en Cristo, pero que continúa hablándonos y diciéndonos aquello que es fundamental de la vida. Esa es la invitación para todas las parroquias de Colombia, para todas las 77 jurisdicciones eclesiásticas, para que este día preparemos y celebremos con entusiasmo y con alegría esto que nos recomienda el Santo Padre. ¿Hay algún tipo de subsidio preparado? ¿Cómo nos podemos vincular a la celebración? R/ Se ha preparado un subsidio pastoral a nivel de toda la Iglesia Universal, elaborado desde el Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, se le ha enviado a todos los señores obispos y a las parroquias del país. Son unos subsidios donde se encuentran algunas consideraciones prácticas para preparar la celebración. El material incluye una oración de fieles, unos comentarios, unas pistas para la celebración, incluso hay un rito de entronización de la Palabra durante la misa; incluye unas vísperas para celebrar el “Domingo de la Palabra de Dios”, que se puede hacer desde el sábado, y una lectio divina. También algunos materiales de acuerdo con la situación que estamos viviendo para que la celebración se haga en familia. Este documento lo pueden adquirir en la página de la CEC www.cec.org.co. ¿Cuál debe ser nuestra respuesta como creyentes a esta invitación del Santo Padre? R/ El Papa dice que ha escogido esta fecha por varios motivos. En primer lugar, porque en la liturgia del tercer domingo del Tiempo Ordinario, todos los evangelios en los ciclos A B y C, ya sea de san Lucas, san Marcos o san Mateo, nos hablan de la predicación del Señor, el comienzo del anuncio mismo, de parte de Cristo, de lo que era su mensaje. En segundo lugar, porque es un domingo en el que en cualquier año litúrgico podemos encontrar una referencia explícita de esa comunicación, de ese anuncio que el Señor hacía de la obra de Dios. Este domingo todos los cristianos tenemos que pensar en varias cosas: Entender que la Palabra tenemos que ponerla en el centro de nuestra vida y no se puede quedar la Biblia en un estante de nuestra casa a veces lleno de polvo, sino que tiene que ser un instrumento para despertar nuestra fe. El Papa Benedicto XVI lo decía en su momento: “La Palabra tiene que ser la brújula que oriente el camino que tenemos que seguir”. Esta realidad no aplica solo para este domingo, se extiende a todos los domingos del año, durante toda nuestra vida, en la cotidianidad. Poner la Palabra en el centro, leerla, orar con ella y que ella se vaya convirtiendo en luz, en un faro iluminador para nuestro camino. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar SUBSIDIO DOMINGO DE LA PALABRA DE DIOS [/icon]