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evangelización

Vie 24 Oct 2025

Recibirán la fuerza del Espíritu Santo para que sean mis testigos

Por Monseñor José Libardo Garcés Monsalve, Obispo de la Diócesis de Cúcuta - Avanzamos en este mes de octubre consagrado por la Iglesia para reflexionar y orar por las misiones en todo el mundo, conscientes del mandato que hemos recibido del Señor de ser sus testigos por todos los confines de la tierra: “ustedes recibirán la fuerza del Espíritu Santo; Él vendrá sobre ustedes para que sean mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaría y hasta los extremos de la tierra” (Mt 28, 19 - 20), misión que estamos realizando en nuestra Diócesis de Cúcuta durante este mes, en el desarrollo del Proceso de Evangelización con el lema: sean mis testigos, vayan y hagan discípulos.Del mandato del Señor nadie queda excluido, ya que todo bautizado es un discípulo misionero, que tiene la misión de comunicar a otros la experiencia de Jesucristo, dando testimonio de Él con la vida y anunciándolo con las palabras. Así lo expresa el Concilio Vaticano II cuando afirma: “todos los fieles cristianos donde quiera que vivan, están obligados a manifestar con el ejemplo de su vida y el testimonio de la palabra el hombre nuevo de que se revistieron por el bautismo, y la virtud del Espíritu Santo, por quien han sido fortalecidos con la confirmación, de tal forma que, todos los demás, al contemplar sus buenas obras, glorifiquen al Padre (Cf. Mt 5,16) y perciban, plenamente, el sentido auténtico de la vida y el vínculo universal de la unión de los hombres” (Ad Gentes 11), para llevar a la salvación a los que están cerca, a los alejados y a los que rechazan abiertamente a Jesucristo (Cf. Evangelii Gaudium 14).La misión esencial de la Iglesia es evangelizar y lo realiza para convocar a todos en torno a Jesucristo y formar comunidad que en plena unión con Dios y con los hermanos pueda dar testimonio del Evangelio en todos los ambientes y lugares en los que se encuentra un cristiano, que, iluminado por el Espíritu Santo transmite la fe a otros. Así lo enseña el Concilio Vaticano II: “el Espíritu Santo, que llama a todos los hombres a Cristo por la semilla de la Palabra y proclamación del Evangelio, y suscita el homenaje de la fe en los corazones, cuando engendra para una vida nueva en el seno de la fuente bautismal a los que creen en Cristo, los congrega en el único Pueblo de Dios que es ‘linaje escogido, sacerdocio real, nación santa, pueblo adquirido por Dios’” (AG 15).El primer ambiente para transmitir la fe es el propio entorno familiar y de trabajo, donde cada uno tiene la tarea de anunciar el Evangelio, “cada cristiano y cada comunidad discernirá cuál es el camino que el Señor le pide, pero todos somos invitados a aceptar este llamado: salir de nuestra propia comodidad y atreverse a llegar a todas las periferias que necesitan la luz del Evangelio” (EG 20), periferias que pueden estar a nuestro lado e incluso en nuestro propio corazón, porque son lugares físicos y existenciales donde aún no ha llegado la Palabra de Dios y el mensaje de Jesucristo no ha inundado la existencia y por eso la salida misionera en la que estamos empeñados ayudará a fortalecer una vida nueva en Jesucristo que nos da la gracia de vivir en comunión con todos.La salida misionera que tenemos por mandato del Señor, no es algo añadido a la misión evangelizadora de la Iglesia, sino que hace parte del proceso evangelizador de la Iglesia que se acerca, que es capaz de llegar a todos, para comunicarles con alegría el Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo. El Papa Francisco nos decía que: “la alegría del Evangelio que llena la vida de la comunidad de los discípulos es una alegría misionera que la sienten llenos de admiración los primeros que se convierten al escuchar predicar a los Apóstoles cada uno en su propia lengua en Pentecostés. Esa alegría es un signo de que el Evangelio ha sido anunciado y está dando fruto” (EG 21), que genera una vida nueva en quienes escuchan y reciben con gozo el primer anuncio, para luego profundizarlo en el proceso que podemos vivir en la comunidad cristiana y comunicarlo con fervor y alegría a los hermanos.La alegría de predicar el Evangelio brota de una experiencia con Jesucristo vivo en nuestro corazón y que está en medio de la comunidad, to¬mando conciencia que este gozo no lo podemos dejar encerrado en nuestra vida, sino que lo tenemos que comunicar. La salida misionera no es ir muy lejos de nuestro entorno, algunos tendrán vocación específica para hacerlo y saldrán fuera de los confines de su propio territorio, pero en el caso de la mayoría de los bautiza¬dos la salida misionera es renunciar al propio individualismo y egoísmo que ahogan a la persona, para salir a comunicar el mensaje de Jesucristo comenzando por la propia familia, donde en ocasiones se hace difícil ser misionero de Jesucristo.Terminar el mes de reflexión y oración por las misiones no es culminar la tarea, pues estamos en estado permanente de misión como nos lo ha pedido el Concilio: “esta misión continúa, y desarrolla a lo largo de la historia la misión del mismo Cristo, que fue enviado a evangelizar a los pobres. La Iglesia debe caminar por moción del Espíritu Santo, por el mismo camino de Cristo” (AG 5); por eso, los animo a todos en la Diócesis de Cúcuta a continuar con el anuncio gozoso de la persona, el mensaje y la palabra de Nuestro Señor Jesucristo, siempre en salida misionera y con la alegría de hacer nuevos discípulos misioneros del Señor. Que la Santísima Virgen María y el Glorioso Patriarca San José alcancen del Señor el fervor misionero y en el desarrollo del proceso pastoral de nuestra Diócesis podamos recibir con gozo el mandato del Señor: sean mis testigos, vayan y hagan discípulos.En unión de oraciones, reciban mi bendición.+José Libardo Garcés MonsalveObispo de la Diócesis de Cúcuta

Lun 6 Oct 2025

Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos

Por Monseñor José Libardo Garcés Monsalve - Sigue resonando en nuestra Diócesis de Cúcuta la tarea que ha dejado el II Congreso Nacional de Evangelización PEIP, que tuvo como lema: peregrinos de la esperanza “vayan y hagan discípulos” (Mt 28, 19). En este mes de octubre la Iglesia invita a reflexionar haciendo propio el mandato misionero que Jesús nos ha dejado: “vayan y hagan discípulos a todos los pueblos y bautícenlos para consagrarlos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, enseñándoles a poner por obra todo lo que les he mandado. Y sepan que yo estoy con ustedes todos los días hasta el final de los tiempos” (Mt 28, 19 - 20).Con el mandato de Jesús “vayan y hagan discípulos a todos los pueblos” (Mt 28, 19), renovamos el compromiso que tenemos como evangelizadores de transmitir la fe a los demás, haciendo nuestra la misión esencial de la Iglesia que es evangelizar, tal como lo ha enseñado San Pablo VI: “evangelizar constituye, en efecto, la dicha y vocación propia de la Iglesia, su identidad más profunda” (Evangelii Nuntiandi 14), conscientes que en esta tarea que asumimos con gozo, el Espíritu Santo es el protagonista principal de la evangelización: “ustedes recibirán la fuerza del Espíritu Santo; Él vendrá sobre ustedes para que sean mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaría y hasta los extremos de la tierra” (Hch 1, 8).En nuestra Diócesis como bautizados, discípulos misioneros, tenemos la certeza que hemos recibido el mandato del Señor de ser auténticos misioneros, para anunciar a Jesucristo en todos los ambientes y sectores, aún en los más difíciles; abiertos a la gracia del Espíritu Santo que nos da la fortaleza necesaria para dar testimonio de Él por todas partes, porque “el Espíritu en la Iglesia forja misioneros decididos y valientes como Pedro (Cf. Hch 4,13) y Pablo (Cf. Hch 13,9), señala los lugares que deben ser evangelizados y elige a quienes deben hacerlo (Cf. Hch 13,2)” (Documento de Aparecida 150). Cumpliéndose así, el mandato misionero de ir por todas partes a transmitir la persona, el mensaje y la Palabra de nuestro Señor Jesucristo.Esta tarea que es mandato del Señor no es para unos pocos en la Iglesia, sino para todos los bautizados, pues con el bautismo somos elegidos por Dios como discípulos misioneros y a la vez llamados y enviados por la Iglesia a la acción misionera en el mundo que debe ser iluminado por la Palabra de Dios. Así lo enseñó el Papa Francisco: “en todos los bautizados, desde el primero hasta el último, actúa la fuerza santificadora del Espíritu que impulsa a evangelizar” (Evangelii Gaudium 119); de tal manera, que cada día debemos tomar mayor conciencia de esta misión que es para todos, no importando el lugar y el estado de vida en que se encuentra cada uno, “en virtud del Bautismo recibido, cada miembro del Pueblo de Dios se ha convertido en un discípulo misionero (Cf. Mt 28, 19). Cada uno de los bautizados, cualquiera que sea su función en la Iglesia y el grado de ilustración de su fe, es un agente evangelizador” (EG 120), basta simplemente tener a Dios en el corazón y estar lleno de su gracia y presencia para salir con alegría a dar testimonio de Él.Por esto, entendemos que la evangelización no se hace con mucha ciencia humana, sino con la sabiduría que viene de Dios, que es un don del Espíritu Santo, que hace que habite en nuestro corazón la gracia y que tengamos fervor interior para transmitirla, porque “si uno de verdad ha hecho una experiencia del amor de Dios que lo salva, no necesita mucho tiempo de preparación para salir a anunciarlo, no puede esperar que le den muchos cursos o largas instrucciones. Todo cristiano es misionero en la medida en que se ha encontrado con el amor de Dios en Cristo Jesús” (EG 120).La tarea misionera de todos los bautizados es mucho más urgente en el mundo actual que está sin Dios, para llevar a todos la Esperanza en el Señor y afrontar las dificultades y conflictos desde el Crucificado, porque la humanidad sin Jesucristo, pierde toda esperanza. Así lo expresó el Papa Benedicto XVI: “el hombre necesita a Dios, de lo contrario queda sin esperanza” (Spe Salvi 23), cayendo en el abismo más sombrío y tenebroso, de donde puede sacarlo solamente el amor de Dios manifestado a través de nuestra presencia misionera. Se trata de no perder la pasión y el fervor por la evangelización, recordando que la “primera motivación para evangelizar es el amor de Jesús que hemos recibido, esa experiencia de ser salvados por Él que nos mueve a amarlo siempre más” (EG 264).Como bautizados sigamos fortaleciendo nuestra condición de discípulos misioneros del Señor, comenzando por el anuncio de Jesucristo en el propio hogar y en el entorno en el que vivimos. Que este mes misionero que estamos viviendo juntos, sea un momento especial de gracia para conocer y amar más a Jesucristo y darlo a conocer a nuestros hermanos, incluyendo a aquellos que no lo conocen, lo rechazan abiertamente o se han alejado de su rebaño (Cf. EG 14). Que la Santísima Virgen María y el Glorioso Patriarca San José, alcancen de nuestro Señor Jesucristo el fervor misionero para cumplir con el mandato del Señor “vayan y hagan discípulos a todos los pueblos” (Mt 28, 19).En unión de oraciones, reciban mi bendición.+José Libardo Garcés MonsalveObispo de la Diócesis de Cúcuta

Mar 23 Sep 2025

Lámpara es tu Palabra para mis pasos

Por Monseñor José Libardo Garcés Monsalve- Caminamos en este mes de septiembre al ritmo del proceso evangelizador de la Iglesia en nuestra Diócesis de Cúcuta, pidiendo el don de la paz para nuestras familias y comunidades, con el lema del Plan Pastoral que dice: sean mis testigos, trabajen por la paz. Lo hacemos iluminados por la Palabra de Dios que nos permite renovar cada día nuestro caminar centrados en Cristo, “lámpara es tu Palabra para mis pasos, luz en mis caminos” (Sal 119, 105), reconociendo en la Sagrada Escritura a Jesucristo luz del mundo que nos confronta y nos ayuda a discernir la voluntad de Dios.Nuestra tarea evangelizadora consiste en compartir la Palabra de Dios con quienes no conocen a Jesucristo y también con aquellos que conociéndolo se encuentran tibios en su fe. Para cumplir con esta misión el Señor siempre nos renueva ese mandato para ir por todas partes, iluminados por el Espíritu Santo a comunicar el mensaje de salvación: “Ustedes recibirán la fuerza del Espíritu Santo; él vendrá sobre ustedes para que sean mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaría y hasta los extremos de la tierra” (Hch 1, 8).Santo que viene sobre nosotros por mandato del Señor, nos llenamos de fervor misionero para evangelizar que es la tarea prioritaria de la Iglesia; como nos lo enseñó el Papa Francisco: “quiero recordar ahora la tarea que nos apremia en cualquier época y lugar, porque no puede haber auténtica evangelización sin la proclamación explícita de que Jesús es el Señor, y sin que exista un primado de la proclamación de Jesucristo en cualquier actividad de evangelización” (Evangelii Gaudium 110), que está contenido en la Palabra de Dios y por esta razón la fuente de la predicación y la evangelización se encuentra en las Sagradas Escrituras, que contienen a Jesucristo que ilumina nuestros pasos.El llamado insistente que el Papa Francisco nos hizo es el fortalecimiento en la Iglesia de la conciencia misionera, que es el mandato de Jesucristo desde los orígenes “Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos y bautícenlos para consagrarlos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, enseñándoles a poner por obra todo lo que les he mandado. Y sepan que yo estoy con ustedes todos los días hasta el final de los tiempos” (Mt 28, 19 - 20), como una invitación a compartir la fe, la esperanza y la caridad con los hermanos, en todos los ámbitos y circunstancias en las que se encuentran las personas. A todos tenemos que llegarles con la Palabra de Dios (Cf. EG 14).Con esto, todos los cristianos entendemos que la misión de la Iglesia de transmitir la Palabra de Dios, no puede ser algo opcional, ni un agregado a nuestra vida de fe, esperanza y caridad, sino que es el núcleo de nuestro ser cristianos; estamos llamados a comunicar como prioridad en nuestra vida. Se trata de participar en la vida y misión de la Iglesia, escuchando la voz del Espíritu Santo que nos ilumina la manera como debemos comunicar hoy a nuestro Señor Jesucristo. Así nos lo enseñó el Papa Benedicto XVI: “no podemos guardar para nosotros las palabras de vida eterna que hemos recibido en el encuentro con Jesucristo: son para todos. Toda persona de nuestro tiempo, lo sepa o no, necesita de este anuncio. El Señor mismo, suscita entre los hombres nueva hambre y sed de las palabras del Señor. Nos corresponde a nosotros la responsabilidad de transmitir lo que, a su vez, hemos recibido por gracia” (Verbum Domini 91).Con este llamado que hizo Benedicto XVI a todos a participar en la misión de la Iglesia de trasmitir la Palabra de Dios por todas partes, invito a todos los bautizados, familias, parroquias, comunidades cristianas, asociaciones y movimientos apostólicos de nuestra Diócesis de Cúcuta a redoblar los esfuerzos por la evangelización y cada uno desde su carisma y don que ha recibido del Espíritu Santo se ponga en salida misionera, para transmitir la fe a otros que no conocen a Jesús, porque “la actividad misionera representa aún hoy día el mayor desafío para la Iglesia y la causa misionera debe ser la primera” (EG 15). Sabemos que en esta tarea no estamos solos, pues el Señor mismo nos ha dicho que nos acompaña siempre en la misión: “sepan que yo estoy con ustedes todos los días hasta el final de los tiempos” (Mt 28, 20), por lo que no hay que temer ir a todas partes, aún donde podríamos ser rechazados por llevar a Jesucristo.Se hace necesario para todos nosotros redescubrir la urgencia de anunciar la Palabra de Dios, para que el Reino de Jesucristo llegue y crezca en todos los corazones y familias de nuestras comunidades cristianas. Así lo enseñó el Papa Benedicto XVI cuando dijo que “la misión de anunciar la Palabra de Dios es un cometido de todos los discípulos de Jesucristo, como consecuencia de su bautismo. Ningún creyente en Cristo puede sentirse ajeno a esta responsabilidad que proviene de su pertenencia sacramental al Cuerpo de Cristo. Se debe despertar esta conciencia en cada familia, parroquia, comunidad, asociación y movimiento eclesial. La Iglesia como misterio de comunión, es toda ella misionera y, cada uno en su propio estado de vida, está llamado a dar una contribución incisiva al anuncio cristiano” (VD 94).Como creyentes en Cristo sigamos anunciando la Palabra de Dios por todos los confines de la tierra. Que este tiempo dedicado a la reflexión sobre la Palabra de Dios, fortalezca en nosotros la experiencia de Jesucristo, para salir a comunicar lo que hemos visto, oído y sentido por gracia de Dios. Que la Santísima Virgen María y el Glorioso Patriarca San José, alcancen de nuestro Señor Jesucristo el fervor misionero para cumplir con el mandato del Señor: “sean mis testigos por todos los extremos de la tierra” (Hch 1, 8).En unión de oraciones, reciban mi bendición.+José Libardo Garcés MonsalveObispo de la Diócesis de Cúcuta

Jue 14 Ago 2025

Dona Nobis 2025: la iniciativa que invita a orar y apoyar la misión evangelizadora de la Iglesia Católica en Colombia

La Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) pone en marcha Dona Nobis 2025, la campaña anual que busca fortalecer la labor evangelizadora de la Iglesia en el país. Este año, la jornada central de oración y colecta se celebrará el domingo 31 de agosto en todas las parroquias del país.En esta oportunidad, la iniciativa se inspira en el lema “Donde el Evangelio ilumina, la Esperanza renace”; invita a recordar que en medio de las dificultades, el Evangelio es luz que renueva la Esperanza, no como un simple deseo humano, sino como confianza en Dios, que acompaña a su pueblo a través de la Iglesia.Una campaña de oración y solidaridadDona Nobis —que significa "Danos" en latín— es una invitación a los fieles católicos y a la sociedad en general a unirse en oración y contribuir económicamente para:-Apoyar la misión de los diez vicariatos apostólicos del país, ubicados en zonas de misión con grandes necesidades.-Poner en marcha programas pastorales (en áreas como catequesis, liturgia, formación de agentes, jóvenes, comunicaciones, entre otros).-Aportar sostenimiento de aquellos obispos eméritos, que, tras años de servicio y liderazgo eclesiástico, requieren apoyo.¿Cómo participar?La Conferencia Episcopal de Colombia propone los fieles tres formas de unirse a esta jornada:1.Orando por la misión de la Iglesia.2.Donando en las parroquias el 31 de agosto, o en cualquier momento, por transferencia bancaria (Cuenta de ahorros Banco de Bogotá No. 078-34683-0) o desde el portal en línea: www.cec.org.co/donanobis.3.Difundiendo la información de la campaña para que más personas puedan sumarse.Además, se ha preparado un guion litúrgico especial para que las comunidades parroquiales durante la Eucaristía de ese domingo, vivan este día como un momento de encuentro con Dios y compromiso con la evangelización.Un llamado a la EsperanzaEn un momento donde muchas regiones enfrentan desafíos sociales y espirituales, las obras realizadas gracias a los recursos de Dona Nobis 2025 surgen como un recordatorio de que la Iglesia sigue llevando consuelo y anunciando a Cristo. Como señala el lema, allí donde llega el Evangelio, la Esperanza —con mayúscula (porque proviene de Dios)— renace.Vea a continuación el mensaje del Secretario General de la Conferencia Episcopal de Colombia:

Vie 14 Feb 2025

15 de febrero | Lectura del Santo Evangelio según San Marcos 8, 1-10

15 Febrero, Sábado. 5ª Sem. del TOMc 8,1-10​La gente comió hasta quedar saciadaLectura del santo Evangelio según san Marcos​POR aquellos días, como de nuevo se había reunidomucha gente y no tenían qué comer, Jesús llamó asus discípulos y les dijo:«​Siento compasión de la gente, porque llevan ya tres díasconmigo y no tienen qué comer, y si los despido a sus casasen ayunas, van a desfallecer por el camino. Además, algunos han venido desde lejos»​.Le replicaron sus discípulos:«¿Y de dónde se puede sacar pan, aquí, en despoblado,para saciar a tantos?»​Él les preguntó:«¿Cuántos panes tienen?»​.Ellos contestaron:«​Siete».Mandó que la gente se sentara en el suelo y tomando lossiete panes, dijo la acción de gracias, los partió y los fuedando a sus discípulos para que los sirvieran. Ellos lossirvieron a la gente.Tenían también unos cuantos peces; y Jesús pronunció sobre ellos la bendición, y mandó que los sirvieran también​.La gente comió hasta quedar saciada y de los trozos quesobraron llenaron siete canastas; eran unos cuatro mil ylos despidió; y enseguida montó en la barca con sus disc​ípulos y se fue a la región de Dalmanuta.Palabra del Señor

Mar 20 Ago 2024

Caminar con Jesucristo en el anuncio del Evangelio

Por Mons. José Libardo Garcés Monsalve - En el desarrollo del Proceso de Evangelización de la Diócesis de Cúcuta, este mes de agosto lo dedicamos a la fiesta diocesana, para hacer memoria de los Obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas, seminaristas, agentes de pastoral y fieles, que han hecho historia de salvación caminando desde Cristo en el anuncio del Evangelio, comprometidos por llevar la Palabra de Dios a todos los confines de la Diócesis, cumpliendo con el mandato misionero que el Señor nos ha dejado: “Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos y bautícenlos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a poner por obra todo lo que les he mandado. Y sepan que yo estoy con ustedes todos los días hasta el final de los tiempos” (Mt 28, 19-20).La certeza que nos da Jesús de estar con nosotros todos los días hasta el final de los tiempos, ha acompañado a la Iglesia durante más de dos milenios, y a nuestra Diócesis durante 68 años de trabajo evangelizador y se ha avivado ahora en nuestros corazones con el compromiso misionero de todos los evangelizadores, quienes, ahora estamos al frente de esta misión que realizamos en el nombre del Señor.La fuerza inspiradora para seguir en salida misionera predicando el Evangelio la recibimos del mismo Jesucristo, con quien queremos tener un encuentro personal, para salir a anunciar aquello que hemos visto y oído y lo experimentamos en nuestra vida transformada por la gracia de Dios, conscientes que el Evangelio es la propuesta del Señor, que está con nosotros cada día de nuestra vida en el esfuerzode traer al redil a las ovejas que se encuentran perdidas. Para esto tenemos que renovar el corazón, porque el programa ya está en la persona de Jesucristo. Así nos lo enseña san Juan Pablo II: “No se trata, pues, de inventar un nuevo programa. El programa ya existe. Es el de siempre, recogido por el Evangelio y la Tradición viva. Se centra, en definitiva, en Cristo mismo, al que hay que conocer, amar e imitar, para vivir en Él la vida trinitaria y transformar con Él la historia hasta su perfeccionamiento en la Jerusalén celeste” (Novo Millennio Ineunte 29).Todos los evangelizadores tenemos la tarea de centrar nuestra vida en Jesucristo y caminar con Él en las personas más pobres, necesitadas y alejadas. Se hace necesario el anuncio del Evangelio en la vida diaria, persona a persona, en medio de la informalidad del diario vivir, así lo propone el Papa Francisco cuando nos dice: “Hoy que la Iglesia quiere vivir una profunda renovación misionera, hay una forma de predicación que nos compete a todos como tarea cotidiana. Se trata de llevar el Evangelio a las personas que cada uno trata, tanto a los más cercanos como a los desconocidos. Es la predicación informal que se puede realizar en medio de una conversación y también es la que realiza un misionero cuando visita un hogar. Ser discípulo es tener la disposición permanente de llevar a otros el amor de Jesús y eso se produce espontáneamente en cualquier lugar: en la calle, la plaza, el trabajo, o en un camino” (Evangelii Gaudium 127).Al celebrar la fiesta diocesana a lo largo de este mes, se trata de fortalecer en cada uno el compromiso misionero, que comienza en su ambiente familiar y luego pasa a otros escenarios de la vida diaria, pero también nos comprometemos con el estado permanente de misión que estamos viviendo en los sectores de cada una de las parroquias, visitando constantemente a los iniciados en la fe, con el fin de darles a todos el contenido fundamental de la evangelización como nos lo enseña el Papa Francisco: “En la evangelización se trata de recordar siempre el anuncio fundamental: el amor personal de Dios que se hizo hombre, se entregó por nosotros y está vivo ofreciendo su salvación y su amistad. Es el anuncio que se comparte con una actitud humilde y testimonial de quien siempre sabe aprender” (EG 127).El anuncio fundamental de la evangelización tenemos que profundizarlo cada día en la oración contemplativa, de rodillas frente al Santísimo Sacramento, mirando y contemplando el Crucificado. Sin la oración el trabajo que se realiza se convierte en acción social y activismo desgastante. Con el poder de la oración nuestro quehacer pastoral es anuncio de Jesucristo. El Papa Francisco así lo insiste en su magisterio cuando afirma: “Evangelizadores con Espíritu quiere decir evangelizadores que oran y trabajan. Desde el punto de vista de la evangelización, no sirven las propuestas místicas sin un fuerte compromiso social y misionero, ni los discursos y praxis sociales y pastorales sin una espiritualidad que transforme el corazón. Sin momentos detenidos de adoración, de encuentro orante con la Palabra, de diálogo sincero con el Señor, las tareas fácilmente se vacían de sentido, nos debilitamos por el cansancio y las dificultades, y el fervor se apaga” (EG 262).Como bautizados seguimos comprometidos en la Diócesis de Cúcuta con la iniciación cristiana de muchos bautizados para fortalecerlos en la fe, esperanza y caridad y hacerlos discípulos del Señor y misioneros en la Iglesia, para gloria de Dios y salvación nuestra y de nuestros hermanos; que lleguemos a decir juntos: Tú eres el Cristo, condúcenos al Padre. Que la Santísima Virgen María y el Glorioso Patriarca San José, alcancen del Señor todas las gracias y bendiciones necesarias, para vivir la misión evangelizadora en nuestra Iglesia Particular en salida misionera, caminando con Cristo en el anuncio del Evangelio.+José Libardo Garcés Monsalve Obispo de Cúcuta

Vie 2 Ago 2024

03 Agosto | Lectura del santo Evangelio según San Mateo 14, 1-12

03 agosto, sábado. Semana XVII del T.O.Mt 14, 1-12.Herodes mandó decapitar a Juan, y sus discípulos fueron a contárselo a JesúsLectura del santo Evangelio según san Mateo.EN aquel tiempo, oyó el tetrarca Herodes lo que se contaba de Jesús y dijo a sus cortesanos:«Ese es Juan el Bautista, que ha resucitado de entre los muertos, y por eso las fuerzas milagrosas actúan en él».Es que Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido a la cárcel encadenado, por motivo de Herodías, mujer de su hermano Filipo; porque Juan le decía que no le era lícito vivir con ella. Quería mandarlo matar, pero tuvo miedo de la gente, que lo tenía por profeta.El día del cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías danzó delante de todos y le gustó tanto a Herodes, que juró darle lo que pidiera.Ella, intrigada por su madre, le dijo:«Dame ahora mismo en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista».El rey lo sintió, pero, por el juramento y los invitados, ordenó que se la dieran, y mando decapitar a Juan en la cárcel.Trajeron la cabeza en una bandeja, se la entregaron a la joven y ella se la llevó a su madre.Sus discípulos recogieron el cadáver, lo enterraron, y fueron a contárselo a Jesús.Palabra del Señor.

Vie 26 Ene 2024

Encuentro con Jesucristo en la Palabra de Dios

Por Mons. José Libardo Garcés Monsalve- Para la gloria de Dios y bien de la Iglesia que amamos, comenzamos el año 2024 con ánimos renovados y fervor pastoral fortalecido, para llevar a cabo la evangelización en nuestra Diócesis de Cúcuta. Damos gracias a Dios por el trabajo pastoral y compromiso apostólico de todos nuestros sacerdotes, diáconos, religiosos, religiosas, seminaristas, agentes de pastoral y fieles de cada una de nuestras parroquias, que hasta el momento se han desgastado dando lo mejor de sí para llevar a todos a Nuestro Señor Jesucristo, respondiendo al mandato de ir en salida misionera a predicar el Evangelio del Señor.Para llevar a cabo esta tarea con la alegría de los hijos de Dios, les garantizo a todos mi oración constante de rodillas frente al Santísimo Sacramento y la celebración diaria de la Eucaristía, con la intención de ayudarles en su crecimiento en la fe, la esperanza y la caridad, respondiendo cada día a la pregunta que Jesús le hizo a Pedro: “Y según ustedes, ¿Quién soy yo?” (Mc 8, 29), afirmando con nuestras palabras y obras: “Tú eres el Cristo” (Mc, 8, 29), profesión de fe que tenemos que transmitir en la misión evangelizadora que estamos desarrollando y que este año vamos a fortalecer en la salida misionera por los sectores de cada una de las parroquias.El desarrollo de nuestro Plan de Evangelización comienza con el primer paso que es el “Encuentro con Jesucristo”, que será la insistencia central en este quinquenio y cada año tendrá un momento especial, fortaleciendo en este año 2024, el encuentro con Jesucristo en la Palabra de Dios y luego en años venideros será encuentro con Jesucristo en la liturgia, en la comunidad, en los pobres y en la Virgen María. Cada año retomará la insistencia del año anterior y será fortalecida con el contenido central de la evangelización que es Jesucristo Nuestro Señor, al que seguimos como camino, verdad y vida, que nos lleva hasta el Padre celestial (Jn 14, 6).Este primer año del proceso evangelizador tiene como énfasis el encuentro con Jesucristo en la Palabra. Al celebrar en este domingo el día de la Palabra de Dios, nos convoca de manera particular a profundizar en el conocimiento de Jesucristo en la Sagrada Escritura que es fuente de vida para cada uno de nosotros creyentes en Cristo y de esa manera caminar juntos fundamentados en la Palabra de Dios, tal como lo enseña Aparecida cuando afirma: “Junto con una fuerte experiencia religiosa y una destacada convivencia comunitaria, nuestros fieles necesitan profundizar el conocimiento de la Palabra de Dios y los contenidos de la fe, ya que es la única manera de madurar la experiencia religiosa” (Documento de Aparecida 226c).En el proceso evangelizador de la Iglesia, pastores y fieles, estamos llamados a caminar juntos, fundamentados en la Palabra de Dios. Así lo expresa Aparecida cuando hace el llamado misionero, “hemos de fundamentar nuestro compromiso misionero y toda nuestra vida en la roca de la Palabra de Dios” (DA 247), para encontrarnos con Jesucristo que es la fuente de nuestra salvación.Por eso el anuncio misionero en nuestra Iglesia Particular lo vamos a centrar y a fortalecer este año en la Palabra de Dios entregada a los fieles en su integridad, como lo ha pedido Aparecida: “Se hace necesario proponer a los fieles la Palabra de Dios como don del Padre para el encuentro con Jesucristo vivo, camino de ‘auténtica conversión y de renovada comunión y solidaridad’.Esta propuesta será mediación de encuentro con el Señor si se presenta la Palabra revelada, contenida en la Escritura, como fuente de evangelización” (DA 248).Desde el Bautismo todos somos discípulos misioneros del Señor que anhelamos nutrirnos con el pan de la Palabra y el Pan de la Eucaristía, para ir en salida misionera comunicando el mensaje de salvación a todos los hermanos.Palabra de Dios y Eucaristía siembran en el creyente las semillas del Reino de Dios, que le permite llenarse de fervor pastoral, para comunicarlo con la vida y las palabras en un deseo sincero de evangelizar, transmitiendo el mensaje de la salvación a todos. Un deseo evangelizador que brota del conocimiento y amor por la persona, el mensaje y la Palabra de Jesucristo. Así lo enseña el Papa Francisco cuando afirma: “La Palabra de Dios escuchada y celebrada, sobre todo en la Eucaristía, alimenta y refuerza interiormente a los cristianos y los vuelve capaces de un auténtico testimonio evangélico en la vida cotidiana. La Palabra proclamada, viva y eficaz, prepara para la recepción del Sacramento, y en el Sacramento esa Palabra alcanza su máxima eficacia” (Evangelii Gaudium 174).En este compromiso misionero contamos con la protección maternal de la Santísima Virgen María y del Glorioso Patriarca San José, nuestro patrono, quienes escucharon la Palabra de Dios y entregaron su vida para hacer su voluntad. En nuestra respuesta evangelizadora queremos hoy decir como Pedro: “Tú eres el Cristo” (Mc 8, 29), para recibir la gracia y la fortaleza que vienen del encuentro con Jesucristo, para ir en salida misionera a encontrar al hermano entregando la Palabra de Dios, acercarlo a Nuestro Señor Jesucristo y comprometerlo a vivir sin temor la alegría del Evangelio.En unión de oraciones,reciban mi bendición.+José Libardo Garcés MonsalveObispo de la Diócesis de Cúcuta