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iglesia colombiana

Lun 31 Oct 2022

Episcopado pone a disposición la Novena de Navidad 2022: “Peregrinos de esperanza”

Con el título “Peregrinos de la esperanza”, la Conferencia Episcopal de Colombia, a través de su Departamento de Catequesis y Animación Bíblica, entrega este año la "Novena de Navidad 2022", reflexiones que fueron elaboradas pensando en el camino sinodal al que el Papa Francisco invita y animando a sembrar semillas de paz y reconciliación. En su presentación, monseñor Luis José Rueda, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, señala que “Colombia sigue trabajando en su camino de reconciliación y en la esperanza de una paz verdadera que restaure el corazón herido de un pueblo que tiene fe, que ha aprendido a encontrar en el Señor su vida y su alegría”. El directivo exhorta para que el rezo de la novena “sea una Peregrinación de Esperanza que escuche la Palabra, que cante con los gozos el anhelo de vida y de paz, que sepa orar con la fe de la Iglesia, que siembre paz y coseche alegría”. Por su parte el parte el padre Francisco Mejía, director del Departamento de Catequesis y Animación Bíblica de la CEC, dijo que con “la Novena de Navidad de este año 2022 comenzamos la preparación hacia el Jubileo de la Esperanza. Por eso queremos prepararnos a la noche de la Navidad rezando la Novena, caminando juntos movidos por la esperanza que sostiene, acompaña e ilumina la historia de la humanidad”. Las meditaciones de este año siguen un ritmo sencillo: un texto bíblico, una reflexión, una plegaria y una acción que pueda servir para que la comunidad medite en la virtud de la esperanza como un camino para recordar con alegría el misterio de la Encarnación que nos hizo presente en la historia el amor de Dios, que nos hizo sentir, cercano y hermano al mismo Salvador. La novena se encuentra disponible en la Librería de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), PBX: 4 37 55 40 Ext. 264, cel: 3138808447, email: libreria@cec.org.co. Aporte por unidad: 1.500 pesos.

Sáb 20 Ago 2022

Desafíos que debe afrontar hoy la catequesis

Por: Mons. Ricardo Tobón Restrepo - Acostumbramos incluir en nuestro cronograma, durante este mes de Agosto, algunas iniciativas que nos permitan hacernos conscientes de la importancia de la catequesis en la vida eclesial y que nos ayuden también a formarnos para asumirla adecuada y eficazmente. La catequesis, en efecto, es una actuación pastoral que debe pensarse constantemente con el fin de redescubrir su verdadera naturaleza y situarla provechosamente dentro del proceso evangelizador y demás actividades de la comunidad cristiana. Es importante, entonces, percibir los retos que desafían hoy a la catequesis, para evitar que se sitúe en un mundo abstracto lejos de la realidad, de los problemas y de las posibilidades que tiene hoy la misión de la Iglesia. Según el Directorio de Catequesis, a la acción catequética, que tiene como finalidad la iniciación en la fe, la precede la acción misionera con el primer anuncio y la sigue la acción pastoral para la formación y acompañamiento permanente de los fieles en el seno de la comunidad cristiana (cf DGC, 66-68). Estas tres etapas están profundamente unidas, ninguna puede encerrarse en sí misma ni excluir a las otras. En este proceso dinámico, la catequesis es una parte integral de la iniciación cristiana; así la doctrina y los sacramentos actúan el Evangelio. Además, la catequesis es formación permanente a la vida cristiana ayudando a que la persona responda a la fe y se haga capaz de vivir en un estado de conversión. Esta acción catequética no se limita al creyente individual, sino a toda la comunidad (cf DGC, 69-73). Aunque el Concilio Vaticano II no trató a profundidad el tema de la catequesis ha abierto un camino que superó una época caracterizada por los catecismos y la memorización de fórmulas. A partir del Vaticano II ha surgido un conjunto de reflexiones e iniciativas que han trazado nuevos rasgos a la catequesis: redescubrimiento de la Palabra de Dios, primacía de la evangelización, especial atención a la persona humana, sensibilidad frente a la realidad social, valoración de la catequesis de adultos, importancia de la comunidad cristiana, implementación de diversas técnicas y recursos. Al considerar hoy la catequesis, se perciben grandes logros, experiencias locales muy positivas, configuración de itinerarios catequéticos y, sobre todo, la formación de laicos catequistas; esto y muchos otros signos son motivo de esperanza y anuncio de una realidad eclesial que silenciosamente crece desde la base. Sin embargo, se constata también que la catequesis no logra todavía responder a las necesidades de una comunidad cristiana que se esfuerza en vivir su fe en medio de una sociedad en profunda transformación. Debemos, por consiguiente, afrontar desafíos grandes y concretos. Con frecuencia la catequesis de iniciación cristiana no “inicia”; no logra llevar a vivir la fe y a incorporarse activamente en la comunidad cristiana; además de que muchos ya no buscan los sacramentos, para algunos la primera comunión se convierte en la “última comunión” y la confirmación marca para otros el final de la práctica religiosa; el proceso de “iniciación” cristiana es paradójicamente, con frecuencia, un proceso de “conclusión”. También es preciso ver que no pocas veces la catequesis no logra presentar la vida cristiana de una manera convincente; como señala un análisis del CELAM, la comunicación de la fe a menudo utiliza lenguajes que nadie entiende, se dirige a auditorios que ya no existen, responde a preguntas que nadie tiene y aborda problemas que nadie vive. La catequesis sigue siendo catequesis infantil y no hay verdaderas respuestas a la urgente catequesis de adultos; no se logra responder a las exigencias de una fe adulta en el mundo actual. Aunque se hacen grandes esfuerzos, no tenemos los agentes suficientes, con pasión apostólica y verdadera competencia, para la catequesis; la formación catequética no es suficiente ni en sacerdotes ni en laicos para responder a las necesidades actuales. Hay que reconocer también que, por un profundo cambio cultural, hay una quiebra en la transmisión de la fe de una generación a otra. La celebración de los sacramentos responde más a costumbres e imperativos sociales que a una vivencia real de la fe cristiana. Constatar esta realidad, lejos de desanimarnos, nos impulsa a trabajar juntos por lo que Dios nos pide hoy. + Ricardo Tobón Restrepo Arzobispo de Medellín

Mar 2 Ago 2022

Participación de la mujer en la vida de la Iglesia colombiana

Tras la nominación en días pasados de tres mujeres como miembros del Dicasterio para los Obispos, unida a otros nombramientos de más mujeres en organismos de la Santa Sede, el Papa Francisco continúa reafirmando su intención de otorgarles un papel preponderante en la vida de la Iglesia, no solo en el discurso teológico sino en la vida práctica. Esta decisión va en sintonía con la anhelada reforma de la Curia Romana luego de la promulgación y entrada en vigor de la Constitución Apostólica “Praedicate Evangelium” que busca empoderar a todos los miembros del Pueblo de Dios en su rol de pertenencia activa en las estructuras, los procesos, los estilos eclesiales, siempre en sintonía sinodal. En el contexto de la pasada Asamblea Plenaria del Episcopado Colombiano 113 ha tenido lugar la primera reunión entre la Comisión Episcopal de Doctrina y el nuevo Comité Teológico Consultivo del trienio 2021-2024 que, por primera vez, tiene una amplia participación de mujeres (3 de 7 miembros). Se trata de tres doctoras en teología, de las cuales una pertenece a la vida consagrada y dos al estado laical, todas muy vinculadas a diversos ambientes pastorales y académicos de la Iglesia: Gloria Liliana Franco Echeverry, ODN; María Isabel Gil Espinosa y Olga Consuelo Vélez Caro; precisamente, con esta última hemos conversado sobre la actual coyuntura eclesial. Departamento de Doctrina (DD): Comparta con nosotros algunos datos de su perfil personal, pastoral y profesional. Olga Consuelo Vélez: Soy doctora en Teología por la Pontificia Universidad Católica de Rio de Janeiro. Profesora titular e investigadora por 35 años de la Facultad de Teología de la Universidad Javeriana. Actualmente me desempeño como profesora e investigadora de la Licenciatura en Teología de la Fundación Universitaria San Alfonso. Profesora invitada en instituciones nacionales e internacionales. Autora de libros y numerosos artículos. Asesora de grupos eclesiales. Ponente nacional e internacional. DD: Seguramente ha recibido con alegría y esperanza los recientes nombramientos de mujeres en organismos eclesiales de la Iglesia Universal; ¿qué aporta la presencia de las mujeres en estos ámbitos que, históricamente, eran preponderantemente masculinos y clericales? OCV: La participación de las mujeres en organismos eclesiales contribuye a dar un testimonio más creíble de una Iglesia sinodal, de una Iglesia Pueblo de Dios que se fundamenta en el sacramento del bautismo por el que todos son hijos e hijas de Dios y partícipes del sacerdocio, profetismo y realeza de Jesucristo. La participación de las mujeres en niveles de decisión permite ser una Iglesia más en consonancia con los signos de los tiempos, en concreto, con terminar con la exclusión que han sufrido las mujeres a muchos niveles en la sociedad y en la misma Iglesia. El Papa Francisco reconoce que es urgente abrir más espacios de participación a las mujeres porque todavía su presencia es muy pequeña. Además, si varones y mujeres han sido creados a imagen y semejanza de Dios (Génesis) no hay razones teológicas para cerrar espacios de participación para las mujeres. Finalmente, el “sentido de fe de todo el pueblo de Dios” sensus fidelium, reside en varones y mujeres, con lo cual no abrir espacios de participación a las mujeres es limitar el sentido de fe del pueblo de Dios a través del cual Dios sigue hablándonos. DD: ¿Qué experiencias significativas podría resaltar en el ámbito de la Iglesia colombiana con respecto al empoderamiento de las mujeres en el campo de la evangelización, tanto en el estado laical como en la vida consagrada? OCV: Especialmente a nivel teológico hay una presencia significativa de teólogas, con reconocimiento internacional, participando activamente de la formación del clero (religiosos) y elaborando la teología feminista (de la mujer) con aportes significativos a nivel nacional e internacional. También hay más mujeres laicas estudiando teología. La vida religiosa empieza a inquietarse por los temas de la mujer y por tener mayor protagonismo. DD: En el contexto del Sínodo de la Sinodalidad, ¿cómo pueden las mujeres lograr que su participación integral en la Iglesia no sea eventual y pasajera, por seguir el ritmo de la coyuntura, sino que permee a largo plazo y ayude a renovar las estructuras eclesiales, los procesos evangelizadores y los estilos de vida? OCV: Se necesita un proceso de formación a nivel de todo el pueblo de Dios. Los elementos que anoté en la primera pregunta son fundamento para que el esfuerzo de una Iglesia sinodal perdure en el tiempo y no se reduzca a una moda pasajera. Se necesita una formación eclesiológica para consolidar una Iglesia Pueblo de Dios; una formación bíblica que ayude a redescubrir y valorar la vida de las primeras comunidades cristianas en las que los ministerios eran plurales y se ejercían por varones y mujeres; una formación cristológica que muestre la praxis de reconocimiento y valoración de las mujeres por parte de Jesús. Una formación antropológica, psicológica y sociológica, que ayude a evidenciar la sociedad machista y patriarcal en la que vivimos, denunciar toda subordinación y violencia contra las mujeres y proponer acciones y espacios que favorezcan la defensa de la dignidad de las mujeres y la igualdad fundamental entre varones y mujeres. La participación de las mujeres en la Iglesia sinodal es más que dar una responsabilidad, es un cambio de mentalidad, de actitudes y de valores para que haya una participación de todo el pueblo de Dios en aquello que afecta a todos. DD: ¿Se podría hablar, entonces, de la necesidad de un renovado modelo eclesial de Pueblo de Dios? OCV: La Iglesia no podrá ser sinodal si no promueve un modelo eclesial de Pueblo de Dios donde todos –ministros ordenados, estado laical y vida religiosa- tengan una real participación en los niveles de decisión de la Iglesia. El aporte de las mujeres no se reduce a que haya más presencia femenina o al aporte que puedan dar en intuición, servicio, generosidad, etc. (y todas aquellas funciones culturales que se les atribuyen por el hecho de ser mujeres), sino que se comprenda que sin la presencia del laicado y, más aún, de las mujeres en todos los espacios eclesiales, la Iglesia no logra ser sacramento de comunión, medio para caminar juntos, espacio del sensus fidelium, a qué está llamada. Por supuesto en la Iglesia se ejercen diversos ministerios, pero todos ellos han de ser para el servicio del pueblo de Dios y no para tener privilegios o excluir de la misión de evangelizar a algunos de sus miembros, ya que esta es responsabilidad de todos. Una Iglesia sinodal, necesariamente, es una Iglesia con la participación efectiva y afectiva de las mujeres.

Mié 20 Jul 2022

Desiderio desideravi: Carta apostólica del Papa sobre la formación litúrgica

En la solemnidad de San Pedro y San Pablo, el Santo Padre Francisco publicó este 29 de junio, la carta apostólica "Desiderio desideravi" sobre la formación litúrgica del pueblo de Dios. “Una celebración que no evangeliza no es auténtica”, es el mensaje que el papa Francisco quiere enviar con la carta apostólica al Pueblo de Dios, y con la que quiere recordar el sentido profundo de la celebración eucarística surgida del Concilio e invitar a la formación litúrgica. Además, un comunicado del Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos recuerda que esta Carta apostólica “es la continuación de la dirigida únicamente a los obispos con motivo de la publicación de la Motu Proprio Traditionis custodes, cuyo objetivo principal es continuar ‘la búsqueda constante de comunión eclesial’ en torno a la expresión única de la lex orandi del Rito Romano que es expresada en los libros de la reforma litúrgica deseada por el Concilio Vaticano II”. Finalmente, el Dicasterio subraya que “el tono del documento no es el de una instrucción o un directorio: es, más bien, un texto de meditación, con una vívida impronta bíblica, patrística y litúrgica, que ofrece muchas motivaciones para comprender la belleza de la verdad de la celebración litúrgica” porque de la liturgia “nace y se fortalece la comunión vivida en la caridad fraterna, que es el primer y más eficaz testimonio del Evangelio”. Comprender la belleza de la Liturgia Desiderio desideravi, no se trata de una nueva instrucción o de un directorio con normas específicas, sino de una meditación para comprender la belleza de la celebración litúrgica y su papel evangelizador, que concluye con un llamamiento: "Abandonemos la controversia para escuchar juntos lo que el Espíritu dice a la Iglesia, guardemos la comunión, sigamos asombrados por la belleza de la liturgia". La fe cristiana, escribe Francisco, es un encuentro con el Jesús vivo, “y la Liturgia nos garantiza la posibilidad de tal encuentro”. “Quisiera que la belleza de la celebración cristiana y de sus necesarias consecuencias en la vida de la Iglesia no se vieran desfiguradas por una comprensión superficial y reductiva de su valor o, peor aún, por su instrumentalización al servicio de alguna visión ideológica, sea cual sea”. "Al Cenáculo no se entra sino por la atracción de su deseo de comer la Pascua con nosotros" Después de haber advertido sobre la "mundanalidad espiritual" y el gnosticismo y el neopelagianismo que la nutren, Francisco explica que "la participación en el sacrificio eucarístico no es nuestra conquista como si pudiéramos jactarnos de ello ante Dios y ante nuestros hermanos" y que "la liturgia no tiene nada que ver con un moralismo ascético: es el don pascual del Señor que, acogido con docilidad, hace nueva nuestra vida. Al Cenáculo no se entra sino por la atracción de su deseo de comer la Pascua con nosotros”. Es necesario redescubrir la belleza de la liturgia, expresa el Papa, pero este redescubrimiento “no es la búsqueda de un esteticismo ritual que se deleita sólo en el cuidado de la formalidad externa de un rito o se conforma con una escrupulosa observancia de la rúbrica. Evidentemente esta afirmación no quiere en modo alguno aprobar la actitud opuesta que confunde la sencillez con la banalidad descuidada, la esencialidad con la superficialidad ignorante, la concreción de la acción ritual con un funcionalismo práctico exasperado”. Cuidar todos los aspectos de la Liturgia El Papa explica que hay que cuidar todos los aspectos de la celebración (espacio, tiempo, gestos, palabras, objetos, ropa, canto, música) y evitar despojar a la asamblea de lo que le corresponde, es decir, “el misterio pascual celebrado en la modalidad ritual que establece la Iglesia. Pero incluso si la calidad y la norma de la acción celebratoria estuvieran garantizadas, esto no sería suficiente para que nuestra participación sea plena”. Detrás de las batallas por el rito, en definitiva, hay diferentes concepciones de la Iglesia. No podemos decir, precisa el Pontífice, reconocer la validez del Concilio y no aceptar la reforma litúrgica nacida de la Sacrosanctum Concilium. La importancia de la formación Es importante, prosigue el Papa, educar en la comprensión de los símbolos, y una forma de hacerlo "es ciertamente cuidar el arte de celebrar", que "no puede reducirse a la mera observancia de una rúbrica y ni siquiera puede pensarse como una creatividad imaginativa, a veces salvaje, sin reglas". El rito es en sí mismo una norma y la norma nunca es un fin en sí mismo, sino siempre al servicio de la realidad suprema que quiere salvaguardar”. El arte de celebrar no se puede aprender "por hacer un curso de oratoria o de técnicas de comunicación persuasiva", se necesita "dedicación diligente a la celebración, dejando que sea la celebración misma la que nos transmita su arte". Francisco lamenta que en muchas comunidades cristianas, su manera de vivir la celebración “está condicionada -para bien y, por desgracia, también para mal- por la forma en que su párroco preside la asamblea” que se ven amplificadas cuando las celebraciones son retransmitidas online. Por último, el Papa concluye la carta pidiendo a "todos los obispos, presbíteros y diáconos, formadores de seminario, profesores de facultades teológicas y escuelas de teología y los catequistas, que ayuden al pueblo santo de Dios a aprovechar lo que siempre fue la fuente primaria de espiritualidad cristiana”, reiterando lo establecido en Traditionis custodes, para que “la Iglesia pueda suscitar, en la variedad de lenguas, una y la misma oración capaz de expresar su unidad”. Fuente: Agencia católica AICA [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar carta apostólica "Desiderio desideravi"[/icon]

Lun 4 Jul 2022

REPAM Colombia y SNPS presentan el boletín "La Amazonia eres Tú"

REPAM Colombia, junto al Secretariado Nacional de Pastoral Social - Cáritas Colombiana (SNPS-CC), presenta la segunda edición del boletín viajero "La Amazonía eres Tú", con un contenido que identifica y reconoce la Amazonía. En esta segunda edición, se recopilan todas las actividades realizadas en la Semana Laudato Si’, voces de diferentes lugares, próximos encuentros y actividades y espacios que realiza REPAM Colombia en la Amazonía y la Orinoquia. Descargar BOLETÍN AQUÍ

Jue 9 Jun 2022

REPAM Colombia y SNPS presentan el boletín "La Amazonia eres Tú"

REPAM Colombia, junto al Secretariado Nacional de Pastoral Social - Cáritas Colombiana (SNPS-CC), presenta la segunda edición del boletín viajero "La Amazonía eres Tú", con un contenido que identifica y reconoce la Amazonía. En esta segunda edición, se recopilan todas las actividades realizadas en la Semana Laudato Si’, voces de diferentes lugares, próximos encuentros y actividades y espacios que realiza REPAM Colombia en la Amazonía y la Orinoquia. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar BOLETÍN AQUÍ[/icon] Fuente: Of. comunicaciones SNPS

Vie 20 Mayo 2022

Obispos: “La participación en la vida política es una obligación moral”

El mensaje que envían los obispos al pueblo colombiano a pocos días de las elecciones presidenciales, es una exhortación a participar “activa y conscientemente” de estos comicios. Los prelados señalan que ante las distintas opciones que se ofrecen para ejercer el derecho al voto, es importante aplicar tres verbos: distinguir, ponderar y valorar, esto, agregan “es lo que llamamos el arte de la búsqueda democrática del bien común”. “Hoy más que nunca necesitamos de esta capacidad para reflexionar sobre la realidad en la cual vivimos y reconocer las causas profundas de nuestros males sociales, sin dejar de mirar las grandes potencialidades que tenemos para progresar unidos”. A través de un comunicado invitan a los colombianos a cuestionarse sobre ¿En qué Colombia queremos vivir mañana?. Responder este interrogante observan los obispos, permitirá motivar y dar la posibilidad de “engendrar ideales para el bien de todos”. “Al participar, superamos el pesimismo y el miedo que nos llevan a desconfiar permanentemente unos de otros. El sueño compartido de un país mejor para todos nos permite recuperar la confianza ciudadana en las instituciones, si logramos entregar su dirección a las personas que consideramos más dispuestas a servir al bien común”. En este contexto, invitan a participar de esta jornada electoral recodando que, “a pesar de nuestras circunstancias, el voto es la herramienta sin violencia más poderosa que tiene una sociedad democrática para determinar su futuro; cuando votamos, hacemos que nuestras voces sean escuchadas”. La misiva fue firmada por los obispos Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia - CEC; Ómar Alberto Sánchez Cubillos, arzobispo de Popayán y vicepresidente de la CEC, y Luis Manuel Alí Herrera, obispo auxiliar de Bogotá y secretario general de la CEC. El comunicado finaliza con una cita contenida en el Evangelii Gaudium, exhortación apostólica del papa Francisco: “Recordemos que el ser ciudadano fiel es una virtud y la participación en la vida política es una obligación moral”. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar comunicado[/icon]

Mié 11 Mayo 2022

Colombia se unirá al 4° Rosario Mundial por la Paz

Con el lema “Recen el Rosario y hagan la paz”, el movimiento Mater Fátima invita al 4º Rosario Mundial, que se llevará a cabo desde Managua - Nicaragua el próximo 13 de mayo, a las 12 del mediodía, hora de Colombia, allí se orará por la paz del mundo entero. El fundador y director de Mater Fátima, el padre Héctor Ramírez, extiende la invitación para que los colombianos se unan a esta convocatoria mariana "pidamos de manera especial por la esperanza del mundo". Así mismo señala el directivo, el llamado es para que "cualquier sacerdote, religioso, consagrado o laico que, con el permiso de su párroco, organice la misa y Hora Santa en su parroquia. Lo mismo puede replicarse en colegios, cárceles, hospitales, en todos aquellos lugares que pueda exponerse el Santísimo". Es una exhortación abierta a todos los católicos, para que desde los diferentes continentes se eleve una misma oración y súplica, invitando a los fieles a participar en esta convocatoria de una forma muy especial "a fin de que el eco de nuestras plegarias retumben en el Cielo y obtengamos el favor de Dios en nuestras intenciones". El mundo entero, se vuelve a unir en oración, en esta ocasión desde Managua, en la Catedral Metropolitana dedicada al Inmaculado Corazón de María, desde allí el Cardenal Nicaragüense Leopoldo Brenes, arzobispo de Managua, presidirá la eucaristía y el acto mariano. PROGRAMACIÓN La jornada comenzará a las 12 m. (hora Colombia), con la celebración de la eucaristía. A la 1:00 p.m. (hora Colombia) se realizará la Hora Santa y el Santo Rosario en 105 idiomas, y finalizará con la consagración de los Corazones de Jesús y María, a través de la intercesión de San José. Quienes lo deseen podrán seguir la transmisión en el canal de YouTube: Mater Fátima Internacional o a través del Facebook de la CEC @Episcopadocol. Recordemos que tanto en las apariciones a los tres pastorcitos en Fátima, Portugal, como en sus apariciones en Cuapa, Nicaragua, la Santísima Virgen pidió el rezo del Santo Rosario para alcanzar la paz.