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Iglesia

Lun 6 Sep 2021

Todo dispuesto en Ibagué para el III Congreso de San José

El arzobispo de Ibagué, Orlando Roa Barbosa, ha extendido una invitación para que los días 11 y 12 de septiembre, se unan a participar del III Congreso de San José, que lleva por nombre "Tesoro de la Iglesia y de la humanidad". El prelado ha dicho que será una oportunidad para pedir del Santo Patriarca, su intercesión por Colombia y el mundo en estos momentos tan complejos que vive la humanidad, no solo por la pandemia, sino además por otras realidades sociales que causan sufrimiento a tantas personas. "San José, para nosotros en la vida de la Iglesia es sumamente importante, ahora en este tiempo de pandemia. En este tiempo de tantas situaciones difíciles en Colombia, queremos contemplar y profundizar la figura de San José como el hombre justo, servidor fiel y prudente que Dios ha puesto al frente de la familia de Nazaret, pidiendo su intercesión y ayuda para fortalecer y cuidar el don de la familia como gran regalo de Dios". Igualmente, el prelado ha dicho que invita, "a unirse a este evento de Iglesia tan importante para nosotros en la Arquidiócesis de Ibagué, en el Departamento del Tolima y bueno también para el país (...) yo les pido que nos encomienden en sus oraciones para que sea exitoso y la devoción a San José crezca cada día más en medio de nuestro pueblo. La convocatoria del congreso responde a la invitación del Papa Francisco a celebrar el año josefino en la Iglesia Universal y tiene por lema: “Con corazón de Padre", inspirados en la carta apostólica del Santo Padre Francisco Patris Corde. ¿Quiénes serán los ponentes? Mons. Roa Barbosa ha dicho que, en este tercer congreso, se contará con la presencia de ponentes como monseñor Flavio Calle Zapata, arzobispo emérito de Ibagué, quien “promovió la devoción a San José en esta localidad"; monseñor Nelson Jair Cardona, obispo de San José del Guaviare, quien hablará de San José, modelo de respuesta al llamado de Dios; monseñor Fabio Duque, obispo de Garzón, hablando de los elementos de la carta Patris Corde del Papa Francisco; y finalmente se contará con testimonios relacionados con la devoción a San José. ¿Cómo hacer presencia en el evento? Los organizadores han indicado que, respetando el aforo del recinto y cumpliendo con los protocolos de bioseguridad, el evento se realizará con la presencia de 250 personas en el auditorio del Colegio Arquidiocesano; además será transmitido por las redes sociales de la Arquidiócesis de Ibagué (Facebook y YouTube) y por el canal de televisión Cristovisión, con el fin de ser seguido desde las distintas regiones de Colombia y llegue a los fieles del mundo que quieran vivir un acto de devoción y amor al santo Patriarca. Costos de participación Para los asistentes se pide una ofrenda de $100.000, la inscripción se podrá realizar en las oficinas de la Pastoral Social o el despacho de la Catedral de Ibagué, o hacerla en línea través de la página web www.arquidiocesisdeibague.org. A quienes participen virtualmente se invita a ofrecer un donativo voluntario para cubrir gastos de logística y transmisión, en la cuenta corriente de Bancolombia No. 86991601200 a nombre de Pastoral Social NIT. 809012633. Para acceder a más información sobre inscripciones, ofrenda, hospedajes u otras inquietudes se han dispuesto las líneas 3202360034 - 3102981049, y el correo electrónico congresosanjoseibague@gmail.com

Sáb 4 Sep 2021

Así vivirá la Diócesis de Cúcuta la 34 versión de la Semana por la Paz

Durante 34 años, diferentes instituciones y colectivos sociales colombianos promueven la gran movilización de la ‘Semana por la Paz’, para impulsar iniciativas que dignifiquen la vida en los territorios del país. Tradicionalmente se desarrolla en el marco de la celebración de los días de los Derechos Humanos en Colombia y el de san Pedro Claver (9 de septiembre). Este año, se desarrollará del 5 al 11 de septiembre. La Iglesia Católica en Colombia, a través del Secretariado Nacional de Pastoral Social, se ha vinculado año tras año en este ejercicio, con el objetivo de promover en las comunidades de las jurisdicciones eclesiásti­cas, espacios de reflexión so­bre el compromiso cristiano en la construcción de paz y la re­conciliación, desde la transfor­mación de relaciones consigo mismo y con el otro, a partir del reconocimiento de la diversidad y como aporte para el fortale­cimiento del tejido social en la búsqueda del bien común. Así mismo, la Diócesis de Cúcuta acoge esta iniciativa y por medio de la Corporación de Servicio Pastoral Social (COSPAS), desarrolla en esta zona de frontera la celebración de la Semana por la Paz, que, en esta versión, bajo el lema: “Verdad que podemos”, busca discernir sobre las prácticas y acciones que contribuyen a la construcción de la paz a nivel personal, familiar, espiritual, educativo, sociopolítico, ecológico y virtual. Para esto, a partir del material elaborado por la Pastoral Social nacional, COSPAS, ha organizado los temas dentro del contexto que se vive en esta Iglesia Particular y los va a desarrollar a través de encuentros virtuales, que serán transmitidos a través de los medios de comunicación diocesanos (Facebook, YouTube y Emisora Vox Dei). Igualmente, la Diócesis de Cúcuta en su página web ha dispuesto un ‘banner’, donde al ingresar, encuentran la cartilla para leer, reflexionar y desarrollar los encuentros en sus entornos académicos, sociales o con su comunidad eclesial, además de esto, material gráfico y audiovisual. El administrador apostólico de la Diócesis de Cúcuta, Monseñor José Libardo Garcés Monsalve, a través de un video-mensaje, invita a todos los fieles bautizados a participar de la Semana por la Paz, orar por ella y “recibirla como don de Dios”, que cada uno pueda fortalecerla, para hacer de cada ambiente, lugares de “unidad, comunión y armonía”. Descargar los insumos para animar esta Semana [icon class='fa fa-download fa-2x'] AQUÍ[/icon] Fuente: Fuente: Centro de comunicaciones Diócesis de Cúcuta

Vie 3 Sep 2021

Hace oír a los sordos y hablar a los mudos

VIGESIMOTERCER DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO Septiembre 5 de 2021 Primera lectura: Is 35,4-7a Salmo: Sal 146(145),7.8-9a.9bc-10 (R. 1) Segunda lectura: St 2,1-5 Evangelio: Mc 7,31-37 I. Orientaciones para la Predicación Introducción La Palabra de Dios que se nos ofrece a consideración nos ofrece algunas ideas temáticas para nuestra reflexión y oración: • Dios que se encarna en Jesús, viene en persona para salvar a la humanidad. • Jesús viene a salvar a la humanidad, mediante la vivencia de la pobreza y la curación de todas las dolencias. • El testimonio de Jesús empuja a los discípulos y a la humanidad a actuar coherentemente, de acuerdo a la vivencia del estilo del Señor. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? El profeta Isaías profetiza un tiempo de Gracia en el que el mismo Dios baja al mundo en persona para resarcir y salvar a la humanidad; y los signos que lo acompañan son: despegar los ojos del ciego, abrir los oídos a los sordos, el mudo cantará y el cojo saltará. El evangelista san Marcos no hace otra cosa, que testimoniar que en Jesús este tiempo ha llegado y se hace presente, mediante el hecho vivo de un acto taumatúrgico donde el Señor hace oír y hablar a un sordomudo. En realidad, lo que las Sagradas Escrituras manifiestan, es el cumplimiento de las promesas proféticas en nuestro Señor Jesucristo. Por su parte el salmo, que hace parte de los himnos veterotestamentarios, profundiza en la presencia de Dios, mediante otros signos que se complementan al anuncio profético cuando dice que las promesas de Dios se cumplirán porque Él es fiel, y viene a resarcir la justicia a los oprimidos, abrir los ojos al ciego, enderezar a los que ya se doblan, sustentar al huérfano y a la viuda, y proteger el camino de los peregrinos (forasteros, extranjeros). Consecuencia de la presencia del Señor en nuestra vida, es que como discípulos misioneros nuestra actitud como cristianos es no hacer acepción de personas, concretamente nos invita a dar testimonio en el culto y en todos los aspectos de la vida a no discriminar entre un rico y un pobre, entre uno que esté mal vestido y otro que, por su apariencia, esté en mejores condiciones económicas; este ejemplo concreto se encuentra en la segunda lectura del apóstol Santiago y la lectura cierra con una pregunta que nos debe hacer reflexionar y actuar: ¿Acaso no ha elegido Dios a los pobres del mundo para hacerlos ricos en la fe y herederos del reino, que prometió a los que lo aman? 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? El Papa Francisco, en la IV Jornada mundial de los pobres, nos exhorta a que la oración a Dios y la solidaridad con los pobres y los que sufren son inseparables. Para celebrar un culto que sea agradable al Señor, es necesario reconocer que toda persona, incluso la más indigente y despreciada, lleva impresa en sí la imagen de Dios. De tal atención deriva el don de la bendición divina, atraída por la generosidad que se practica hacia el pobre. Por lo tanto, el tiempo que se dedica a la oración nunca puede convertirse en una coartada para descuidar al prójimo necesitado, sino todo lo contrario, la bendición del Señor desciende sobre nosotros y la oración logra su propósito cuando va acompañada del servicio a los pobres. Así mismo, nos señala el papa Francisco, que no se trata simplemente de ayudar al pobre y no discriminarlo, como lo ratifica el profeta Isaías, el salmo 146, el apóstol Santiago y el evangelista san Marcos en estas lecturas. Se trata, como bautizados, de ser otros Cristos en la tierra, con el ejemplo de austeridad, pobreza; no puede ser que yo sea generoso donando desde mi comodidad y no viva la pobreza evangélica como una opción fundamental de mi testimonio. A propósito, escribe el Papa: “El encuentro con una persona en condición de pobreza siempre nos provoca e interroga. ¿Cómo podemos ayudar a eliminar o, al menos, aliviar su marginación y sufrimiento? ¿Cómo podemos ayudarla en su pobreza espiritual? La comunidad cristiana está llamada a involucrarse en esta experiencia de compartir, con la conciencia de que no le está permitido delegarla a otros. Y para apoyar a los pobres es fundamental vivir la pobreza evangélica en primera persona. No podemos sentirnos “bien” cuando un miembro de la familia humana es dejado al margen y se convierte en una sombra. El grito silencioso de tantos pobres debe encontrar al pueblo de Dios en primera línea, siempre y en todas partes, para darles voz, defenderlos y solidarizarse con ellos ante tanta hipocresía y tantas promesas incumplidas e invitarlos a participar en la vida de la comunidad”. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? Suplicamos Señor que no seamos ciegos, sordos y mudos ante tantas pobrezas y miserias que vive nuestra humanidad hoy. Que como Cristo nos animemos ser el cuerpo de tu Iglesia que ayude a los hermanos más vulnerables de la sociedad: los pobres, los ciegos, los sordos, mudos, huérfanos, viudas, migrantes, enfermos y todos los que sufren en su cuerpo y en su alma. Que podamos como comunidad cristiana ser otro Cristo que ayuda a abrir las puertas de posibilidades a quienes se les han cerrado las oportunidades de vivir dignamente; que no Te ignoremos en las personas más necesitadas. Que practiquemos las obras de misericordia tanto espirituales como corporales. Que podamos romper con el egoísmo y el orgullo que nos encierra en un mundo donde la autosuficiencia y la auto referencialidad amenazan con vivir auténticamente el Evangelio. Ante esta pandemia que nos desafía y que está develando nuestra profundas contradicciones, inequidades y desigualdades, no cerremos la mano a quien lo necesita, no nos hagamos los de oído sordo o cerremos los ojos ante tantos que padecen las consecuencias de nuestras contradicciones; sino que abramos los sentidos para establecer un mundo más justo, equitativo y donde todas las personas sean tratadas con dignidad y sus limitaciones las veamos no como un obstáculo, sino como un trampolín para servirlos, ayudarlos, acogerlos, protegerlos y ser mejores cristianos que transforman de verdad el mundo con la vivencia del amor. II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Señor, en la Eucaristía nos encontramos como comunidad, para darte gracias por todos los beneficios que tu infinita misericordia nos ha proveído. Hoy que también nos instruyes con tu Palabra, que no se trata de ser oyentes olvidadizos, sino que nos hace instrumentos de salvación para la humanidad, constituyéndonos desde el bautismo en otros cristos que ayuden a mitigar la multiplicidad de pobrezas que vive nuestra humanidad. Hermanos con el gozo de sentirnos hijos de Dios, participemos con fe. Monición a la Liturgia de la Palabra Las lecturas de hoy nos muestran que Dios se hace persona en Cristo y viene a reinar dando ejemplo de pobreza. Pues Él siendo rico se hizo pobre para enriquecernos con su Gracia. Escuchemos con atención laPalabra de Dios. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Dios Padre, rico en misericordia que te has hecho pobre en Jesucristo para enriquecernos, abre nuestro corazón a la generosidad. Humildes digámosle: R. Escucha, Padre bueno, nuestra oración 1. Por la Iglesia, para que, en sus ministros y fieles, sea testigo del amor misericordioso, viviendo, mediante el ejemplo, los valores evangélicos de la pobreza, austeridad y generosidad. Roguemos al Señor. 2. Por los gobernantes de las naciones, para que reconociendo que la autoridad que tienen procede de Dios, se preocupen por oír y atender a las necesidades que el pueblo le reclama. Roguemos al Señor. 3. Por los huérfanos, viudas, migrantes, desplazados por la violencia, víctimas de la trata de personas, para que encuentren en la comunidad cristiana, discípulos misioneros que les ayuden a mitigar y proveer sus necesidades espirituales y materiales. Roguemos al Señor. 4. Por todos los lisiados, cojos, ciegos, sordos y mudos que padecen en el cuerpo y en el alma; para que encuentren, tanto en la comunidad cristiana, como en las personas de buena voluntad, un sentido de la subsidiaridad que les ayude a vivir dignamente su condición humana. Roguemos al Señor. 5. Por nosotros, que participamos en esta Eucaristía, para que abras nuestros ojos, renueves nuestras vidas, y con tu Luz podamos iluminar nuestras tinieblas del pecado y del egoísmo. Roguemos al Señor. Oración conclusiva Dios Padre, misericordioso atiende benigno, estas súplicas que te presentamos con fe. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.

Vie 3 Sep 2021

Papa Francisco pide oración por un “estilo de vida ecosostenible”.

La intención de oración señalada por el Papa para este mes de septiembre, es urgiendo a cambiar hacia un estilo vida sobrio y ecosostenible. Advierte que son los jóvenes quienes valientemente están emprendiendo proyectos de mejora ambiental y social, por lo que exhorta a imitarlos. “¿Quién está liderando nuevos proyectos para proteger y sostener el medio ambiente? Los jóvenes, sin duda. Ellos saben muy bien que la mejora del medio ambiente y los progresos sociales están muy unidos. Los adultos podemos aprender mucho de los jóvenes, en todo lo que tiene que ver con el cuidado del planeta, los jóvenes están a la vanguardia”. Invitación a ejemplo de los jóvenes El obispo de Roma, al observar como algunos aspectos de la vida cotidiana en los seres humanos, tales como la forma de alimentarnos, de consumir, de desplazarnos o el uso que hacemos del agua, de la energía y de los plásticos, y de tantos bienes materiales, están siendo perjudiciales para la Tierra, invitó a todos, para que se avance junto con los jóvenes en estilos de vida sencillos y respetuosos con el medio ambiente. Orar por la toma de decisiones valientes Finalmente, pide orar por la toma de decisiones valientes y necesarias para continuar llevando una vida más sobria y ecosostenible, “inspirándonos por los jóvenes ya que están comprometidos con este cambio. Y no son tontos, porque están comprometidos con el futuro de ellos. Por eso quieren cambiar lo que ellos van a heredar en un tiempo en que ya nosotros no estaremos”.

Vie 3 Sep 2021

La paz es un bien irrenunciable

Por: Mons. Darío de Jesús Monsalve Mejía - No quiero ocultarles que escribo este mensaje editorial con el corazón palpitante de angustia y con un inevitable sentimiento de impotencia humana, ante la cruel realidad por la que pasamos y ante el horizonte incierto del inmediato futuro en el que nos adentramos. “Verdad que podemos” es el lema que nos han propuesto a nivel nacional para esta 34ª Semana por la Paz 2021. Es un llamado a valorar este bien irrenunciable de la paz y a rehacer el protagonismo ciudadano, personal y colectivo, en su construcción. Es también un llamado a la conciencia que interioriza el valor de la paz como meta, camino y método, basados en la verdad y el respeto por el diverso y por el adversario. La paz transita por el ejercicio de la palabra entre personas, en todo espacio y territorio, entre etnias y pueblos, entre sociedades e instituciones, entre Estado y pueblo, entre nacionalidades y naciones. Es el bien que nos permite forjar una consciencia de humanidad planetaria, de ciudadanos de la tierra y buenos ancestros de las generaciones futuras. Las realidades actuales de la migración que rompe las más lejanas y disímiles fronteras, para nosotros, un país del que muchos emigran por sus graves desajustes y carencia de garantías para la vida, pero que no recibía, hasta hace poco, una inmigración significativa, es una necesidad inmediata. La llegada de poblaciones migratorias es algo que estamos improvisando y que hemos de leer como “providencial” para que salgamos de nuestros muchos egos violentos y acaparadores, hacia un nosotros de gentes solidarias y fraternas. Siempre el forastero fue una imagen bíblica de la visita de Dios a pueblos “cerrados”. Siempre las inmigraciones fueron constructoras de naciones abiertas y prósperas. Venezolanos, haitianos, asiáticos, africanos, quizás afganos, más las corrientes turísticas y de inversionistas mundiales, nos deberían “sacar” de estas mentalidades bandoleras y bravuconas, hegemónicas y tramposas, que han dominado y sepultado gran parte de nuestra historia doméstica colombiana. Junto a ello, necesitamos un país al que retornen los compatriotas exiliados, que no son pocos, los talentos forjados en niveles de vida superiores al nuestro. Esta triste historia de Colombia necesita ya un punto final, un punto de inflexión, liberándola del yugo opresor que se reproduce sobre las mismas carencias y necesidades que produce, mantiene y explota, con demagogia, mentira y fraude. Septiembre es el mes de los derechos humanos y de la “Semana de la Paz”, en torno a la magnífica e insuperable figura de San Pedro Claver, el “esclavo de los esclavos negros”, el defensor de la igual dignidad humana y de los derechos humanos. Para Colombia y para nuestras poblaciones y etnias negras, para la criminal trata de personas como “herramientas de trabajo” y de explotación sexual o como “mercancía humana”, que, dolorosamente aún persisten, quedó sembrada su semilla de inconformidad, de denuncia y protesta cristiana, evangélica, pacífica pero interpelante y solidaria con las víctimas, contra todo tipo de abusos y de esclavitudes. Pero, más que defensor de estas causas, recordadas alrededor de su fiesta litúrgica del 9 de septiembre, San Pedro Claver plantó en el puerto negrero de Cartagena de Indias, como los grandes evangelizadores de la historia de la Iglesia y de la humanidad, el deber creyente de escuchar siempre, en todo tiempo, en todo lugar y modelo social, el clamor de las víctimas, de los indefensos, de los más débiles y de los más necesitados. Hoy en día tendríamos que añadir el clamor del inmigrante y el clamor mismo del planeta tierra. Desde que Dios se hizo hombre, toda persona es más que mera imagen de Dios y todo prójimo hace parte de la fe como deber de amor, respeto y justicia. “Apenas llegaban los barcos con los esclavos, reza un testimonio, miraba por la ventanita pequeña de su cuarto y decía: 'Es Cristo que viene a mi ‘. Y, entonces, iba con sus traductores y ayudantes a llevarles alimento, medicinas y los primeros auxilios, a ayudar al bien morir a los que llegaban moribundos y a mostrarles algo de misericordia”. Las Jornadas de Derechos Humanos y de la Paz Colombiana (del 5 al 12), el Día Internacional de la Paz (el día 21), el mes de la Biblia, dedicado este año a San José de Nazaret, y la 107ª Jornada Mundial de los Migrantes (26 de septiembre), con el mensaje pontificio “hacia un nosotros cada vez más grande”, sean ocasiones para que nuestras comunidades e instituciones eclesiales demos testimonio de nuestro sentido social, arraigado en la Persona de Cristo y en la fe de todo verdadero cristiano. Los días venideros serán nuevamente una prueba a nuestra capacidad de construir paz con justicia social. La pobre y muchas veces dura y virulenta respuesta a los desafíos de la protesta social y del paro nacional, de las “primeras líneas”, buscando culpables sin reconocer responsabilidades de cambio, ni redoblar garantías de derechos y democracia, presagian nuevas movilizaciones y más fuertes reclamos sociales. Ante la jornada electoral del 2022 y su antecedente campaña política, necesitamos preparar la consciencia ciudadana y hacer el compromiso moral de exigir garantías y de votar con absoluta libertad y, quizás, con la responsabilidad más grande de toda nuestra historia. ¡No nos podemos equivocar! No podemos legitimar un estado de cosas como el que indican los asesinatos y las masacres, la corrupción y la represión a los clamores sociales. Oramos unidos y nos unimos a la lucha pacífica y al compromiso comunitario por el logro de una Colombia con pan, educación, convivencia, democracia y seguridad para todos. Nos unimos para promover e impulsar un Estado con garantías para la institución familiar y una economía que incluya a todos y cuide el medio ambiente, que preserve los recursos y el futuro. + Darío de Jesús Monsalve Mejía Arzobispo de Cali

Mié 1 Sep 2021

Amor fecundo: Sexto video dedicado al año de la familia

Avanzan las reflexiones propuestas por el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, en el Vaticano, responsable de animar el año Familia 'Amoris laetitia'. En esta ocasión ofrece el sexto video titulado “Amor fecundo: la dimensión gratuita del amor”, allí, el Papa Francisco indica que el amor conyugal no se agota al interior de la pareja, sino que genera una familia. “La familia se genera y se acoge a la vida ¡Cada hijo que llega es un don de Dios! en cualquier caso y bajo cualquier circunstancia (…) El amor de los padres es instrumento del amor de Dios, que espera junto a ellos el nacimiento de cada niño, lo acepta y lo acoge así como es”. El obispo de Roma, se refiere igualmente al tema de la adopción recordando que esta, es una opción cristiana que una pareja puede tomar y agrega, que, “adoptar es dar una familia a quien no la tiene y es el acto de amor por el que un hombre y una mujer se convierten en mediadores del amor de Dios”. El video viene acompañado del testimonio de un matrimonio, Enrico y Francesca, originarios de Venecia, actualmente están de misión en Bridgeport (Estados Unidos), llevan 28 años de casados. Por años lucharon para tener hijos y luego de cinco abortos espontáneos, tomaron la decisión de adoptar a Emmanel. Unos meses después de haber adoptado a su pequeño hijo, ella queda embarazada, llegando así luego ella a tener seis hijos más, para la gracia y la bendición de esta pareja. Luego de este milagro como ellos le llamaron ofrecieron su familia a la misión. “La acogida de este hijo sana, nos cura y nos sentimos amados y perdonados por Dios, lo que sigue es gracia, unos meses después de la adopción quedo embarazada y nacieron Giosué, Miriam, Benedetta, Israel, Simón Pietro y Natanaele”, cuenta Francesca. Por su parte, Enrico cuenta que ellos ahora viven como una familia normal, “dando testimonio del amor de Dios a las personas que encontramos en nuestro camino, anunciando con nuestras vidas que Cristo ha resucitado y ha vencido la muerte”. Sexto subsidio: Amor fecundo Cada video está siendo acompañado de un subsidio, que puede ser utilizado de manera flexible tanto por las familias como por las distintas realidades eclesiales (jurisdicciones, parroquias, comunidades). Este material, además, está organizado en 4 partes, cada una de las cuales puede ser utilizada para profundizar en la familia o la comunidad, incluso en momentos diferentes. DESCARGAR SEXTO SUBSIDIO [icon class='fa fa-download fa-2x'] AQUÍ[/icon] Videos sobre la familia: Cada mes se está publicando un vídeo con las reflexiones del Papa sobre la exhortación apostólica 'Amoris laetitia' y testimonios de familias de todo el mundo. Este material, ha dicho el Dicasterio, es una invitación a “caminar juntos para redescubrir la familia como un don, a pesar de todos los problemas, obstáculos y desafíos que hoy debe afrontar”. Objetivos del año Familia 'Amoris laetitia' Entre los objetivos propuestos por el Dicasterio para Laicos, Familia y Vida se contempla la difusión del contenido de la exhortación apostólica 'Amoris laetitia', para hacer experimentar que el evangelio de la familia es alegría que llena el corazón y la vida entera. Asimismo, el anuncio de que el sacramento del matrimonio es un don y tiene en sí mismo una fuerza transformadora del amor humano, con la finalidad de hacer a las familias protagonistas de la pastoral familiar. También buscarán concienciar a los jóvenes sobre la importancia de la formación en la verdad del amor y el don de sí mismos, así como ampliar la mirada y la acción de la pastoral familiar para que se convierta en transversal, para incluir a los esposos, a los niños, a los jóvenes, a las personas mayores y las situaciones de fragilidad familiar.

Mié 1 Sep 2021

"La Semana por la Paz, es un momento para reunirse y dialogar": Mons. Henao

El próximo 05 de septiembre se dará inicio en Colombia a la celebración de la Semana por la Paz, que lleva por lema ¡Verdad que podemos!. Desde el Secretariado Nacional de Pastoral Social (SNPS), monseñor Héctor Fabio Henao Gaviria, director de la institución, recordó que este es “un momento grande para reunirse en comunidad, conversar, escucharse y dialogar sobre temas comunes que impactan en la construcción de paz en el país”. “Estamos congregando a muchas instituciones a todos los niveles de la sociedad, academia, colegios, barrios, parroquias, en fin, a todos los sectores sociales para reflexionar qué tipo de verdad queremos, que tipo de verdad puede ayudarnos hoy en el país a crecer en solidaridad, reconciliación y en capacidad de encuentro”, expresó el directivo. Monseñor Henao, observó que la verdad tiene una fuerza muy grande y un poder enorme de sanación. Recordó, además, el dolor de tantas personas que históricamente han tenido que soportar el sufrimiento causado por la violación de sus derechos. A todo ello, dijo que esta semana por la paz “nos invita a nosotros y desde todos los horizontes de la sociedad a abrirnos a la verdad y a construirla de manera colectiva”. Semana por la Paz 2021 En esta ocasión el lema de Semana por la Paz es ¡Verdad que podemos! invitando a la ciudadanía a tomar un rol protagónico en la construcción de una cultura para la paz, y mencionando también la palabra ‘verdad’ con el fin de exaltar su valor para poder transitar hacia la paz. Las actividades que promueven el ideal de una Colombia en paz, se realizarán en el marco de Semana por la Paz, entre el 5 y el 12 de septiembre de 2021; como es usual en septiembre, Mes de la Paz. Semana por La paz es un esfuerzo de múltiples organizaciones, entre las cuales se encuentran: la Pontificia Universidad Javeriana, Red Pro de Paz, Justicia Especial para la Paz, entre otras. El Secretariado Nacional de Pastoral Social-Cáritas Colombiana integra este trabajo colaborativo, aportando desde cada una de las labores de servicio a la verdad y la reconciliación, por eso, nos unimos al mensaje #VerdadQuePodemos. Iniciativas por la paz Como parte de las actividades a realizar durante esta semana y con el fin resaltar la labor de tantas personas y comunidades que a diario trabajan desde sus territorios por la paz, los organizadores han dispuesto de un espacio, para que, quienes lo deseen inscriban sus experiencias de trabajo o las actividades a realizar en el marco de esta celebración. Acceda al link de registro de actividades de Semana Por la Paz[icon class='fa fa-download fa-2x'] AQUÍ[/icon] Material comunicacional para la Semana por la Paz Igualmente, con el fin de animar esta jornada por la paz, en los diferentes espacios eclesiales y civiles, las organizaciones convocantes han elaborado algunas piezas comunicacionales que podrán ser utilizadas. En la carpeta de insumos comunicativos, podrá acceder a: Piezas de Semana Por la Paz oficial Piezas de Semana Por la Paz interna (SNPS-CC) Editables piezas oficiales Editables piezas internas Pendones y portadas oficiales de SPP Jingles Las plantillas de #VerdadQuePodemos Las piezas que vayan adelantando las JE El comunicado oficial de SPP Vídeo de Mons. Henao Infografía sobre cartilla de SPP Acceda a todos los insumos comunicativos [icon class='fa fa-download fa-2x'] AQUÍ[/icon]

Mar 31 Ago 2021

Bienaventurados los que trabajan por la paz

Por: Mons. José Libardo Garcés Monsalve - La paz les dejo, mi paz les doy. Una paz que el mundo no les puede dar” (Jn 14, 27), son las palabras de Jesús en el discurso de despedida y que nos indican que tenemos que trabajar intensamente por tener en la vida a Nuestro Señor Jesucristo que nos conduce a la verdadera paz. Esta paz interior y exterior no depende de nuestro esfuerzo y méritos, sino de la gracia de Dios. Durante la celebración de la eucaristía el sacerdote dice: “Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles ‘la paz les dejo, mi paz les doy’, no mires nuestros pecados sino la fe de la Iglesia y conforme a tu palabra concédele la paz y la unidad”. Luego extiende las manos y nos dice: “La paz del Señor sea siempre con ustedes”. ¿Qué es esta paz? Es un maravilloso regalo que Jesucristo ha ganado con su Sangre para nosotros y que nos quiere dejar para que vivamos en comunión y unidad. De nuestra parte está la responsabilidad de aceptarla, acogiéndola como don de Dios para nuestra vida. Cuando aceptamos a Jesucristo en la vida personal y familiar, brota del interior el deseo de trabajar y construir la paz; como consecuencia de ello seremos llamados por el mismo Señor, bienaventurados. Así lo expresa Jesús en el sermón de la montaña: “Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios” (Mt 5, 9), esta es la tarea de todo cristiano, ayudar a que todos vivamos en paz. Llegar a trabajar por la paz presupone que reinen en nuestro corazón las demás bienaventuranzas. Cuando tengamos la confianza puesta solo en Dios desde la pobreza evangélica, cuando tengamos el alma limpia de todo pecado, comenzamos a tener paz en nosotros mismos y también la podemos ofrecer a los demás. Quienes trabajan por la paz son bienaventurados, porque primero tienen la paz en su corazón y después procuran ambientes de paz entre los hermanos que están en división y conflicto. Para trabajar por la paz y transmitirla a los otros, se necesita tener en el corazón todas las cosas ordenadas, dejar entrar todas las virtudes, desde la fe, la esperanza y la caridad que nos ponen en paz con Dios y luego las demás virtudes que rigen toda la vida del creyente y lo ponen en actitud de acogida del hermano. Desde un corazón que está limpio, que está en gracia de Dios, es posible trabajar por la paz, recibiendo cada uno la paz que Jesucristo nos ha dejado y que nos conduce al encuentro con Él. Del 5 al 12 de septiembre celebramos la semana por la paz, en donde nos disponemos a rezar por la paz tan anhelada por todos y a trabajar para que vivamos en familias perdonadas, reconciliadas y en paz. Se necesitan corazones perdonados y reconciliados con Dios y con los hermanos para que podamos tener una paz verdadera, estable y duradera. Todos queremos la paz y hacemos grandes esfuerzos por conseguirla. En Colombia sabemos de la necesidad que tenemos de la paz, pero no podemos olvidar que es un don de Dios y que trabajar por la paz, nos hace hijos de Dios y hermanos entre sí. Mientras no tengamos este principio cristiano bien anclado en el corazón, todos los esfuerzos meramente humanos que hacemos por conseguir la paz, quedan a mitad de camino y desfallecen en la mitad del sendero. Se necesita amar la paz, que en la vida concreta es amar a Jesucristo, príncipe de la paz y tenerlo en el corazón de hijos de Dios. En este trabajo intenso y desde el corazón, tenemos la certeza de un premio: “bienaventurados los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios” (Mt 5, 9), sabiendo que el Padre de todos es solamente Dios, y no se puede entrar a formar parte de su familia, si no vivimos en paz entre todos por medio de la caridad fraterna, trabajando por crear armonía y unidad en nuestro entorno. Esta es la misión de Nuestro Señor Jesucristo, conducirnos a la paz, reunir a los que están dispersos y divididos y establecer la paz entre los que crean divisiones. Sobre todo, su misión es devolvernos la paz con Dios, perdida a causa del pecado, poniendo en nuestro corazón la gracia para vivir en la presencia permanente de Dios, sabiendo que somos pacíficos cuando en nosotros no hay nada que se oponga a Dios y todos estamos cerca del Señor, así lo expresa el Apóstol san Pablo: “mas ahora, en Cristo Jesús, ustedes, los que en otro tiempo estaban lejos, han llegado a estar cerca por la sangre de Cristo. Porque Cristo es nuestra paz… para crear en sí mismo… un solo hombre nuevo, haciendo la paz, y reconciliar con Dios a ambos en un solo Cuerpo, por medio de la cruz, dando en sí mismo muerte a la enemistad. Vino a anunciar la paz: paz a ustedes que estaban lejos, y paz a los que estaban cerca” (Ef 2, 13 - 15). Nuevamente Jesucristo necesita que lo dejemos obrar en nuestro corazón y que lo dejemos entrar en nuestra vida: “mira que estoy a la puerta y llamo. Cuando alguien me oye y abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y el conmigo” (Ap 3, 20), esta es la clave para vivir perdonados, reconciliados y en paz en nuestras familias y en la sociedad. Para todos, mi oración y mi bendición. + José Libardo Garcés Monsalve Administrador Apostólico de la Diócesis de Cúcuta