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Iglesia

Lun 19 Sep 2022

Papa Francisco establece el Fondo "Populorum Progressio" y lo confía al Celam

El Papa entregó al Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) la tarea de ayudar en el análisis de los proyectos y su realización. El Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral conservará la responsabilidad de la administración del fondo. Por medio de un rescripto, el prefecto del Dicasterio para el Desarrollo Humano comunicó el pasado 16 de septiembre que el Papa suprimía la Fundación Popolorum Progressio, instituida por San Juan Pablo II en 1992. Esa entidad de la iglesia latinoamericana será la encargada "del análisis de los proyectos y de su realización", explicó el pontífice argentino al recibir el viernes en el Vaticano al consejo de administración de la fundación. En el discurso dirigido al Consejo administrativo, el Papa recordó el itinerario histórico de la Fundación: «San Pablo VI, el 26 de marzo de 1969, fecha del segundo aniversario de su Encíclica Populorum Progressio, instituyó un Fondo para ayudar a los campesinos pobres y promover la reforma agraria, la justicia social y la paz en América Latina, según las orientaciones ofrecidas por los Episcopados de ese continente. En 1992, con motivo del quinto centenario del inicio de la evangelización del continente americano, se reunió la IV Asamblea General del Episcopado Latinoamericano, en la que San Juan Pablo II quiso establecer una Fundación autónoma “Populorum Progressio” para promover el desarrollo integral de las comunidades campesinas más pobres de América Latina». Tras agradecer el trabajo de 30 años realizado por la Fundación, el Papa señala que «La reforma de la Curia Romana que estamos llevando a cabo, y que se ha plasmado en el Praedicate Evangelium, nos enfrenta a una serie de cambios necesarios. Entre ellas, la relativa a la Fundación Populorum Progressio, que cumple 30 años al servicio de la causa de los pobres en el continente, según el testamento de San Pablo VI, confirmado por San Juan Pablo II. En este contexto, es necesario promover una mayor vinculación con las Iglesias locales, para hacer más efectivos los programas de desarrollo integral en las comunidades indígenas y afrodescendientes más postergadas, sumidas en la miseria y el abatimiento». Considerando que los pobres no debe ser vistos como destinatarios de una obra de beneficencia y «Deseando que la ayuda al desarrollo de proyectos siga siendo una expresión de la caridad del Papa, pero sin tener su centro en la Curia Romana, y también en la línea de la simplificación», el Papa confía «al CELAM la tarea de ayudarnos en el análisis de los proyectos y su realización. El Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral conservará la responsabilidad de la administración del fondo, que estará vinculado al servicio de esta misión». De esta manera, y como dice el texto del rescripto, se crea el «Fondo Populorum Progressio», delegando en el Dicasterio para el Desarrollo Humano la elaboración de unos reglamentos. El Pontífice subrayó que el nuevo fondo "mantiene su misión y sigue siendo una obra de caridad del Papa" para ayudar a "muchas familias en América Latina y el Caribe que sobreviven en condiciones infrahumanas" y pidió que se involucren activamente los pobres en los proyectos que los conciernen.

Lun 19 Sep 2022

Protestar desde la Iglesia

“Convirtieron el Rosario en un arma de protesta”, dijo recientemente un prelado, viendo las imágenes de unas personas situadas en la calle para protestar contra algo que no era de su agrado. Y es cierto. Se ha convertido en una especie de hábito el que algunos católicos se agrupen ante instituciones, clínicas, edificios estatales y, camándula en mano, expresen su protesta por una u otra cuestión. Aunque hay que reconocer la valentía de situarse en la calle para levantar la voz de protesta cuando hay ofensas a la religión y a la Iglesia, cabe preguntarse si una oración como la del Rosario fue diseñada para tal fin, pero, sobre todo, si esos plantones generan a la larga algo positivo o una mayor repelencia con la fe y la Iglesia. En lo que estamos de acuerdo unos y otros es que la Iglesia, los fieles bautizados, no podemos permanecer estáticos cuando hay actos que violentan la libertad religiosa y de culto, cuando se ataca a la institución eclesiástica o a sus ministros, a las comunidades, en razón de su fe. La historia milenaria de la Iglesia demuestra una y otra vez que, si no está atenta a los signos negativos de los tiempos, la fe corre peligro de extinguirse, la Iglesia es desplazada, sus instituciones aniquiladas. Hoy en día se ha visto un despertar notable de los laicos para ser la voz de protesta de la Iglesia pues a veces consideran las intervenciones de los pastores muy genéricas y diplomáticas, sin efectos reales sobre ciertos problemas por solucionar. Sin embargo, pareciera que hoy en día la Iglesia tiene que ser la abanderada del diálogo en todo momento, pero sobre todo en cuestiones problemáticas que causan tensiones. Hay que tener cuidado de no fomentar a nivel de la misma Iglesia y en el campo religioso posiciones extremas y polarizantes, pues cualquier persona radicalizada en lo religioso puede convertirse en problema mayúsculo y hasta generadora de violencia. Por eso, insistimos, el diálogo para crear, fortalecer o sanar vínculos de la fe y la sociedad, o la fe y las instituciones, o la fe y el Estado, debe ser la herramienta –no arma- para lograr acuerdos benéficos para que los creyentes puedan vivir su fe en medio de la sociedad sin mayores inconvenientes. La Iglesia toda debe ser consciente de que estamos en un mundo cambiante y que se hace necesario encontrar las formas adecuadas para continuar su misión en todas partes. En Colombia, la Constitución y las leyes admiten y protegen los derechos religiosos de las personas y en ese marco hay que actuar. Las protestas sobre realidades que afecten derechos adquiridos o la misma libertad religiosa, además de manifestaciones públicas válidas y necesarias, deben ir acompañadas de claros soportes teológicos y jurídicos, de manera que se obtengan los resultados esperados. Pero siempre hay que tener presente que ninguna manifestación eclesial debería producir alejamientos de la fe de otras personas, ni cerrar las puertas del diálogo en toda circunstancia. Como quiera que sea, a todas las personas, incluso a quienes no simpaticen con la Iglesia, esta debe llevarles el mensaje salvador de Jesús y por eso siempre se necesitan puentes. Y la oración que siempre siga siendo eso: oración. Fuente: Oficina Arquidiocesana de Comunicaciones de Bogotá

Sáb 17 Sep 2022

Voz del Pastor | 18 de septiembre de 2022

Reflexión de monseñor Luis José Rueda Aparicio, Arzobispo de Bogotá y primado de Colombia Lectura del Santo Evangelio segúnSan Lucas 16,1-13

Vie 16 Sep 2022

18 de septiembre | Lectura del santo Evangelio según san Lc 16, 1-13

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Un hombre rico tenía un administrador, a quien acusaron ante él de derrochar sus bienes. 2 Entonces lo llamó y le dijo: “¿Qué es eso que estoy oyendo de ti? Dame cuenta de tu administración, porque en adelante no podrás seguir administrando”. 3 El administrador se puso a decir para sí: “¿Qué voy a hacer, pues mi señor me quita la administración? Para cavar no tengo fuerzas; mendigar me da vergüenza. 4 Ya sé lo que voy a hacer para que, cuando me echen de la administración, encuentre quien me reciba en su casa”. 5 Fue llamando uno a uno a los deudores de su amo y dijo al primero: 6 “¿Cuánto debes a mi amo?”. Este respondió: “Cien barriles de aceite”. Él le dijo: “Toma tu recibo; aprisa, siéntate y escribe cincuenta”. 7 Luego dijo a otro: “Y tú, ¿cuánto debes?”. Él dijo: “Cien fanegas de trigo”. Le dice: “Toma tu recibo y escribe ochenta”. 8 Y el amo alabó al administrador injusto, porque había actuado con astucia. Ciertamente, los hijos de este mundo son más astutos con su propia gente que los hijos de la luz. 9 Y yo digo: gánense amigos con el dinero de iniquidad, para que, cuando les falte, los reciban en las moradas eternas. 10 El que es fiel en lo poco, también en lo mucho es fiel; el que es injusto en lo poco, también en lo mucho es injusto. 11 Pues, si no fueron fieles en la riqueza injusta, ¿quién les confiará la verdadera? 12 Si no fueron fieles en lo ajeno, ¿lo de ustedes, quién se lo dará? 13 Ningún siervo puede servir a dos señores, porque, o bien aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No pueden servir a Dios y al dinero». Palabra del Señor.

Vie 16 Sep 2022

Charla de Pastoral Penitenciaria: “Llamados a la conversión pastoral y renovación misionera”

Este 14 de agosto se realizó la segunda emisión del ciclo de charlas “Estoy en la cárcel, ¿has venido a visitarme? Iniciativa que el Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam), viene organizando con la Dirección de Pastoral Justicia y Libertad de la Conferencia Episcopal de Colombia. La ponencia estuvo a cargo del diácono Edgardo Farías, director de la pastoral carcelaria de la Arquidiócesis de Miami (EEUU), quien hizo un análisis de la Pastoral penitenciaria a la luz del documento de Aparecida. Llamados a la conversión pastoral Al respecto, señaló que “en este documento el subtítulo 7.2 llama conversión pastoral y renovación misionera de las comunidades, que entra en este contexto del capítulo 7, denominado la misión de los discípulos al servicio de la vida plena”. “El sentido de este llamado a la conversión proviene de una realidad eclesial que necesita transformarse en vista de transmisión de la fe y la evangelización en estos tiempos tan necesarios”, acotó. Por tanto, “hoy se vuelve necesaria una conversión pastoral que modifique nuestras disposiciones generales de la Iglesia y la concepción grupal de la misión o de la pastoral penitenciaria”. Para el diácono “la palabra de Dios es y será siempre una invitación a la revisión y al cambio como lo fue para las primeras comunidades cristianas y como será en los años venideros, porque en cada época el pueblo de Dios está llamado a descubrir los signos de los tiempos”. Fuente: Of. Comunicaciones Celam ADN

Vie 16 Sep 2022

17 de septiembre | Lectura del santo Evangelio según san Lc 8, 4-15.

EN aquel tiempo, 4 habiéndose reunido una gran muchedumbre y gente que salía de toda la ciudad, dijo en parábola: 5 «Salió el sembrador a sembrar su semilla. Al sembrarla, algo cayó al borde del camino, lo pisaron, y los pájaros del cielo se lo comieron. 6 Otra parte cayó en terreno pedregoso, y, después de brotar, se secó por falta de humedad. 7 Otra parte cayó entre abrojos, y los abrojos, creciendo al mismo tiempo, la ahogaron. 8 Y otra parte cayó en tierra buena, y, después de brotar, dio fruto al ciento por uno». Dicho esto, exclamó: «El que tenga oídos para oír, que oiga». 9 Entonces le preguntaron los discípulos qué significaba esa parábola. 10 Él dijo: «A ustedes se les ha otorgado conocer los misterios del reino de Dios; pero a los demás, en parábolas, para que viendo no vean y oyendo no entiendan. 11 El sentido de la parábola es este: la semilla es la palabra de Dios. 12 Los del borde del camino son los que escuchan, pero luego viene el diablo y se lleva la palabra de sus corazones, para que no crean y se salven. 13 Los del terreno pedregoso son los que, al oír, reciben la palabra con alegría, pero no tienen raíz; son los que por algún tiempo creen, pero en el momento de la prueba fallan. 14 Lo que cayó entre abrojos son los que han oído, pero, dejándose llevar por los afanes, riquezas y placeres de la vida, se quedan sofocados y no llegan a dar fruto maduro. 15 Lo de la tierra buena son los que escuchan la palabra con un corazón noble y generoso, la guardan y dan fruto con perseverancia. Palabra del Señor.

Jue 15 Sep 2022

16 de septiembre | Lectura del santo Evangelio según san Lc 8, 1-3

EN aquel tiempo, Jesús iba caminando de ciudad en ciudad y de pueblo en pueblo, proclamando y anunciando la Buena Noticia del reino de Dios, acompañado por los Doce, 2 y por algunas mujeres, que habían sido curadas de espíritus malos y de enfermedades: María la Magdalena, de la que habían salido siete demonios; 3 Juana, mujer de Cusa, un administrador de Herodes; Susana y otras muchas que les servían con sus bienes. Palabra del Señor.

Jue 15 Sep 2022

Así vivió la Diócesis de Cúcuta la 35° versión de la ‘Semana por la Paz’

Este año, la Diócesis de Cúcuta animó la Semana por la Paz, con el lema del proceso pastoral de la Jurisdicción para el mes de septiembre: “El amor todo lo puede, sigamos adelante”, unido igualmente al propuesto a nivel nacional: “Territorios en movimiento por la paz, reconociendo, resignificando y reivindicando”. Desde el año 1987 se conmemora la ‘Semana por la Paz’, un espacio en el que, como Iglesia Católica, se resalta la importancia de este don de Dios precioso para toda la humanidad, a través de actividades que permiten romper barreras individualistas a cambio de un pensamiento colectivo que construya el bien común. La Semana por la Paz, nace en el marco del ‘Programa por la paz’ de la Compañía de Jesús, con el objetivo de mantener viva en el seno de la sociedad colombiana la idea de solución política al conflicto armado interno, e incentivar la construcción de paz por parte de la sociedad, desde cada uno de los municipios y regiones del país. Esto en compañía de Redepaz y el Secretariado Nacional de Pastoral Social Cáritas Colombiana. Como lo menciona monseñor José Libardo Garcés Monsalve, obispo de la Diócesis de Cúcuta, “la misión de Nuestro Señor Jesucristo en esta tierra, fue conducirnos a la paz, reunir a los que están dispersos y divididos, y establecer la paz entre los que crean división”. Con estas palabras del prelado, como Iglesia particular, la Diócesis de Cúcuta a través de la Corporación de Servicio Pastoral Social (COSPAS), del 4 al 11 de septiembre desarrolló la Semana por la Paz, desde diferentes espacios de participación que permitieron no solo encontrarse como Iglesia, sino como hermanos con un mismo fin: la búsqueda de la paz. Durante esta semana se llevaron a cabo foros, conversatorios y espacios radiales (a través de la Emisora Vox Dei), donde se trataron temáticas sobre la paz territorial, el reconocimiento de las víctimas en su dignidad, la reconstrucción de memoria histórica, el reconocimiento como reconciliación, y la resignificación de la vida en Cristo para construir paz desde el amor. Además, se adelantaron actividades de integración que llevan a construir paz, como la visita al Salón de la Memoria en la Biblioteca Pública Julio Pérez Ferrero, donde asistieron personas de diversas instituciones, incentivando el conocimiento de la historia del conflicto armado, para la no repetición; y el ciclopaseo, que permitió desde el deporte, unirse como hijos de Dios. En el desarrollo de cada encuentro se recordaba las enseñanzas del obispo de Cúcuta, quien afirma que “debemos aceptar que la paz es una responsabilidad de todos, y es compromiso aceptarla como propia y extenderla a los hermanos”. En el marco de la Semana por la Paz también fueron partícipes miembros de las instituciones de educación superior de la ciudad, como la Universidad Francisco de Paula Santander (UFPS), la Universidad de Santander (UDES) y la Universidad Simón Bolívar (Unisimón); miembros de organizaciones de cooperación internacional en la región como la Misión de Verificación para las Naciones Unidas y la Misión de Apoyo al Proceso de Paz en Colombia (MAPP-OEA); y la Agencia de Cooperación Cáritas Alemana, desde su proyecto PARTICIPAZ que incide en el municipio de Sardinata, región del Catatumbo, desde donde se busca promover el desarrollo humano integral, fundamentado desde la Doctrina Social de la Iglesia, a organizaciones de base comunitaria de la región del Catatumbo, fortaleciendo sus estructuras, y promoviendo acciones desde lo político, y socioeconómico que construyen paz y el tejido social afectado por el conflicto armado a lo largo de los años. Este proyecto centra su objetivo en la búsqueda del bien colectivo, y tiene retos importantes como la reconstrucción del tejido social afectado por el conflicto a lo largo del tiempo, a través de asociaciones productivas que Participaz ha guiado en todo su proceso de formación y comercialización, lo que ha sido una oportunidad laboral para muchas familias productivas, en donde no se da cabida para la ilegalidad; al igual que su trabajo con las Juntas de Acción Comunal, a las que brindaron acompañamiento con ciclos formativos y ser legalmente constituidas. Ahora tanto asociaciones como Juntas de Acción Comunal del municipio de Sardinata y corregimientos aledaños, van tras el bien común y la consolidación de la paz territorial. Desde la Diócesis de Cúcuta y la Pastoral Social, para el trabajo de la evangelización de lo social, continúa el reto de motivar a las comunidades a seguir practicando el ejercicio de la paz desde la dinámica de avanzar hacia los valores de la Doctrina Social de la Iglesia, donde hay que dejar entrar las virtudes al corazón para que, desde la fe, la esperanza y la caridad se procuren ambientes de paz. Como menciona Monseñor Héctor Fabio Henao Gaviria, delegado de la Conferencia Episcopal de Colombia para las relaciones Iglesia-Estado, “la Iglesia cumple el rol de acompañar y apoyar los procesos de paz en las comunidades”; siendo un puente para que las negociaciones avancen, ya que desde el sentido pastoral, la Iglesia genera un clima de confianza, transparencia, respeto y democracia. Desde estos valores se logra transformar el país que todos los colombianos anhelan. Fuente: Centro de comunicaciones Diócesis de Cúcuta