Vie 6 Nov 2015
Misericordiosos como el Padre
Escrito por: MonseñorLuis Adriano Piedrahita Sandoval
Terminando el mes de noviembre estaremos iniciando un nuevo año litúrgico con el tiempo del adviento, es decir, un tiempo que nos habla de la venida, el advenimiento, el acontecer de Dios en nuestra vida, y que nos invita a un avivamiento en los creyentes de la espera del Señor.
Con dicho espíritu de esperanza cristiana ante el Señor que viene, comenzamos a vivir el año santo de la misericordia al que el Papa nos ha convocado, y ante el que aguardamos un paso intenso del Señor en medio de su pueblo.
El ocho de diciembre, cuando estaremos celebrando la solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen, el Santo Padre estará abriendo la Puerta Santa de la misericordia, “a través de la cual, cualquiera que entre podrá experimentar el amor de Dios que consuela, que perdona y ofrece esperanza”.
Y el domingo siguiente se estará abriendo la Puerta Santa de la Misericordia en la Basílica de San Juan de Letrán, la catedral de la diócesis de Roma, y en cada una de las catedrales del mundo, entre ellas, naturalmente, en nuestra Catedral Basílica del “Sagrario y San Miguel” de la diócesis de Santa Marta.
De esta manera, como lo ha pedido el Papa, estaremos directamente comprometidos a vivir este año Santo “como un momento extraordinario de gracia y de renovación espiritual”.
En el transcurso de este año santo todos los fieles de la diócesis tendrán la oportunidad de peregrinar a algunos lugares señalados (La Catedral basílica, Jesús Divina Misericordia del Cisne, Jesús de la Divina Misericordia de Ciénaga, Señor de los Milagros de Fundación y Nuestra Señora del Tránsito de Salamina), como una imagen del camino que cada persona realiza en su existencia por este mundo hacia la casa del Padre.
Quienes vivan con las debidas condiciones de conversión, de piedad, de reconciliación con Dios y con los hermanos, de perdón, teniendo en cuenta que la misericordia es una meta por alcanzar que requiere compromiso y sacrificio, dicha peregrinación les permitirá “dejarse abrazar por la misericordia de Dios y comprometerse a ser misericordiosos con los demás como el Padre lo es con nosotros”. De las gracias extraordinarias del jubileo no estarán excluidos los internos que se encuentran en la cárcel y los enfermos que se ven obligados a permanecer en sus lugares de estancia.
Dispongámonos, pues, a recibir este año de la misericordia con las mentes y los corazones bien dispuestos a transitar el camino de la misericordia de Dios que nos ha hecho sus destinatarios privilegiados en el transcurso de nuestras vidas y se nos sigue manifestando continuamente. Contemplarla con mayor intensidad nos ha de llevar a abrir el corazón al perdón, a la reconciliación, y a cuantos viven en situaciones de precariedad y sufrimiento, para “curar las heridas con el óleo de la consolación, a vendarlas con la misericordia y a curarlas con la solidaridad y la debida atención”, como lo pide el Papa Francisco.
+ Luis Adriano Piedrahita Sandoval
Obispo de Santa Marta