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monseñor Paolo Rudelli

Mié 23 Oct 2024

"No solo se está destruyendo el planeta sino también la convivencia": Nuncio Apostólico en Colombia sobre la importancia de la COP16

Aunque la Santa Sede no hace parte del listado de Estados miembros de Naciones Unidas y, por tanto, no toma decisiones en el Convenio sobre Diversidad Biológica a partir del cual se desarrolla la COP16, sí estará presente como Estado Observador, condición que le fue otorgada desde el 6 de abril de 1964. En la actualidad, el arzobispo observador vaticano es monseñor Gabriele Caccia. Entre tanto, el Nuncio Apostólico en Colombia, monseñor Paolo Rudelli, participará en varios espacios de esta importante reflexión mundial bajo el propósito central de hacer eco de los aportes de la Iglesia Católica, especialmente de los llamados del papa Francisco, frente a la urgencia de la ecología integral.El representante diplomático del Vaticano afirmó que la voz de la Santa Sede es una voz que apela a los valores que deben estar en el fondo de esta convención. Recordó que se trata de algo mucho más profundo que cuidar la naturaleza porque la crisis que se empieza a percibir hoy no es solo ecológica. “El papa Francisco en Laudato si' nos ha mostrado que no solo se trata, claro, es importante, de cuidar la naturaleza, pero eso es parte de una respuesta a una crisis que no es solo ecológica, sino que es una crisis del sistema económico, es una crisis antropológica, es una crisis espiritual. Es decir, cuando el hombre pone al centro de su interés solo el desarrollo económico, solo el tener siempre más, el consumir siempre más, no solo vamos destruyendo el planeta, vamos destruyendo nuestra convivencia, esto lo estamos viendo ahora con las guerras”.Monseñor Rudelli ratificó que el interés de la Iglesia en los temas que se abordan por estos días en la COP16 transciende mucho más allá de la conversación del momento “porque la Casa Común es un reflejo para nosotros de inteligencia y de la belleza del Creador, de Dios. Y si nosotros no la cuidamos, no cuidamos ese plan de Dios”.El Nuncio Apostólico afirmó que será fundamental en estos espacios poder “testimoniar” el trabajo que las Iglesias en todo el mundo están adelantando desde hace varias décadas, especialmente en América del Sur y en Colombia, por el cuidado del medio ambiente. En este sentido, destacó la importancia de aquellos organismos que en el continente han enfocado su misión en estos temas específicos. Entre ellos, la Red Eclesial PanAmazonica (REPAM), la Red Eclesial Ecológica Mesoamericana (REMAM) y la Conferencia Eclesial de la Amazonía (CEAMA), que estarán presentes en la COP16.“Justamente después de la Laudato si' y recogiendo ahí también un trabajo que ya se venía haciendo, han surgido organismos que son de la Iglesia Católica, como la REPAM, como CEAMA que quieren poner ese tema. Por un lado, ponerlo a la atención de la Iglesia universal y por otro lado coordinar un poco lo que se hace en distintas regiones, distintas iglesias de países que a veces, a lo mejor, no conocen lo que está haciendo el otro, Brasil lo que está haciendo Colombia, Colombia, lo que está haciendo Ecuador o Perú, pero que todos trabajan en un conjunto que tienen ese bioma, tienen un medio ambiente común que también nos da una tarea común como Iglesia. Entonces creo que la creación de estos ha sido una realidad muy importante y seguirá siéndolo en el futuro, para también darnos como Iglesia Universal una idea de conjunto de esa cuestión”.El representante del papa Francisco en Colombia también pidió a los fieles y a las comunidades para que hagan parte de las iniciativas de adelantan las diferentes pastorales sociales y organismos en esta dimensión; y también, hizo un contundente llamado a la acción a los Estados:“Un llamado a las autoridades para que todas esas, esos temas, esos valores que percibimos de la biodiversidad, del cuidado de la Casa Común, se vuelvan en políticas de Estado, eso es muy importante; porque es importante el trabajo de las ONG, el trabajo de la Iglesia, de otras confesiones cristianas, pero no se puede alcanzar resultados si no hay también una política de Estado. Es decir, que la comunidad, en su conjunto, toma la responsabilidad por la tutela de la biodiversidad y por el cuidado de la Casa Común”.Vea a continuación el mensaje del Nuncio Apostólico en Colombia:

Jue 29 Feb 2024

Iglesia profundiza sobre su rol pastoral y enfoque humanitario en el Mecanismo de Monitoreo y Verificación del Cese al Fuego entre el Gobierno y el ELN

Este 27 y 28 de febrero, se llevó a cabo el segundo encuentro nacional de delegados de la Iglesia en el Mecanismo de Monitoreo y Verificación (MMV) del Cese al Fuego entre el Gobierno Nacional y el Ejército de Liberación Nacional (Eln).En el espacio, convocado por la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), a través de su Delegación para las Relaciones Iglesia–Estado, participaron 43 representantes de 24 jurisdicciones eclesiásticas del país. Los agentes pastorales intercambiaron allí experiencias, aprendizajes, recomendaciones, buenas prácticas y retos sobre la participación de la Iglesia en el MMV. Además, recibieron herramientas de formación e iluminación doctrinal.El primero de estos encuentros se llevó a cabo en junio de 2023 y tuvo como enfoque central la socialización inicial del protocolo de participación de la Iglesia Católica en dicha instancia técnica. Ambos se desarrollaron en la sede del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (CELAM), en Bogotá.Monseñor Paolo Rudelli, Nuncio Apostólico en Colombia y el cardenal Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente de la CEC, acompañaron la reunión. Allí, tanto el purpurado, como el representante del Santo Padre, recordaron que esta misión está iluminada por Jesús de Nazaret y se centra en el Evangelio. Además, que se enmarca en las motivaciones hechas por el papa Francisco para seguir aportando incansablemente a la búsqueda de la reconciliación y la paz.“Puede ser que haya muchas personas desanimadas, pero el desánimo no puede llegar al corazón de alguien que está convencido que el Evangelio de la paz hay que llevarlo a todos los territorios. Por eso, este encuentro, los fortalece también espiritualmente en su misión y sienten que no están solos”, afirmó el cardenal.“Es un compromiso que asumimos como Iglesia siguiendo también el mensaje que el papa Francisco nos ha dado: “Demos el primer paso”. El primer paso que tratamos de dar todos los días, estando cerca a nuestras comunidades, especialmente de las que más sufren por las consecuencias de la violencia y del conflicto que sigue presente en muchas regiones (…) En nombre del Santo Padre les animo a seguir en este trabajo de la reconciliación y de la paz en nuestro país”, agregó monseñor Rudelli.En el encuentro participaron también el padre Rafael Castillo Torres, director del Secretariado Nacional de Pastoral Social - Cáritas Colombiana; el padre Eliecer Soto Ardila, secretario general de la Comisión de Conciliación Nacional, organismos de la Iglesia Católica colombiana que también motivan y acompañan permanentemente el trabajo por la paz. Además, asistieron algunos representantes de la Misión Verificación de Naciones Unidas, la Embajada de Suiza, el Gobierno Nacional y el Eln.Monseñor Héctor Fabio Henao, delegado de la CEC para las Relaciones Iglesia-Estado, a cargo de la coordinación de este encuentro, destacó tres alcances fundamentales: la posibilidad de que se conozcan con mayor profundidad las circunstancias regionales actuales asociadas al cese y que entren en contacto directo los diversos representantes del mecanismo; analizar conjuntamente las normas y protocolos creados para esta misión; y profundizar en el sentido pastoral y la perspectiva humanitaria que caracteriza la participación de la Iglesia en el MVV.“Con estas perspectivas fortalecidas, salimos a continuar la labor y hacer que el mecanismo sea cada vez más robusto en todas sus dimensiones y alcances (…) Tenemos la voluntad máxima de aportar para que se reduzcan las violencias y confrontaciones; para que se cree un clima en el cual el respeto por la dignidad de cada persona sea el centro de la vida social; para que los hechos victimizantes comiencen a desaparecer. El compromiso nuestro es que el cese al fuego sea realmente un espacio en el cual se abran los caminos para que las negociaciones avancen, vayan alcanzando metas y, luego, produzcan el gran resultado de la paz”, expresó monseñor Henao.

Lun 19 Feb 2024

Líderes religiosos de Colombia renovaron su compromiso en el trabajo por la paz y el desarrollo humano integral

En el contexto de la V Jornada Internacional de la Fraternidad Humana y convocados por la Iglesia Católica a través de la Comisión Episcopal para la Promoción de la Unidad y del Diálogo (PUD) de la Conferencia Episcopal de Colombia y la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Javeriana (PUJ), varios líderes religiosos del país renovaron su compromiso en el trabajo por la paz y el desarrollo humano integral.Una jornada en la que se conmemoró, de manera especial, la firma del documento sobre la “Fraternidad humana por la paz mundial y la convivencia común” por parte del papa Francisco y del Gran Imán Al-Tayyeb. Hecho producido el 4 de febrero de 2019, en Abu Dabi, capital de los Emiratos Árabes Unidos.El acto conmemorativo de los cinco años de la firma de este texto, conocido como la Declaración de Abu Dabi, se desarrolló el pasado 7 de febrero en la Universidad Javeriana en Bogotá. Evento que contó con una nutrida asistencia, tanto a nivel presencial, como virtual.En el espacio intervinieron el Nuncio Apostólico del papa Francisco en Colombia y decano del Cuerpo Diplomático, monseñor Paolo Rudelli; el Gran Rabino Alfredo Goldschmidt, representante de la comunidad judía; el Sheikh Ahmad Tayel, en nombre de la comunidad musulmana; y la doctora Loida Sardinas, reverenda de la Iglesia Episcopal de Comunión Anglicana. Las cuatro ponencias centrales estuvieron precedidas por los saludos protocolarios del presidente de la Comisión Episcopal PUD, monseñor Edgar Aristizábal Quintero, obispo de Yopal, y el rector de la Universidad Javeriana, padre Luis Fernando Múnera, S.J.Monseñor Fadi Abou Chebel, O.M.M., el exarca apostólico del rito oriental maronita en Colombia, también estuvo presente en el espacio. Además, el padre Raúl Ortiz Toro, director director de los departamentos de Doctrina y Promoción de la Unidad y del Diálogo del Secretariado Permanente del Episcopado Colombiano (SPEC), encargado de la organización.El llamado a la acción de la Declaración de Abu DabiAl iniciar el evento, el padre Luis Fernando Múnera Congote, S.J., se refirió a la importancia de recordar que el documento de la declaración de Abu Dabi fue concebido como una guía para conducir a las nuevas generaciones hacia una cultura de respeto recíproco, en la comprensión de la inmensa Gracia Divina que hace hermanos a todos los seres humanos.“Sin embargo, en estos últimos cinco años hemos visto con tristeza como sigue la guerra y la violencia en muchos lugares del mundo, algunos de los que nos llegan noticias, porque de muchos ni siquiera tenemos noticia, son Ucrania y más reciente, la guerra que enfrenta a los pueblos de Israel y Palestina, y también la violencia en nuestra América Latina”, expresó el padre Múnera.Por razones como estas, de acuerdo con el rector de la PUJ, la búsqueda de la fraternidad, la paz y la convivencia continúa siendo una urgencia de nuestro tiempo, en la que hombres y mujeres religiosos deben estar aún más comprometidos, desde la vida compartida y la espiritualidad.Al mismo tiempo, se refirió al contenido específico de la declaración. Allí subrayó dos súplicas centrales que hicieron el papa Francisco y el Gran Imán a través de ella: intervenir y redescubrir. La primera, dirigida a ellos mismos y a los líderes del mundo, a los artífices de la política internacional y de la economía mundial.“Intervenir para parar el derramamiento de sangre inocente y poner fin a las guerras, a los conflictos, a la degradación ambiental y a la decadencia cultural y moral que el mundo vive actualmente”.La segunda petición dirigida a los intelectuales, a los filósofos, a los hombres de religión, a los artistas, a los trabajadores de los medios de comunicación, a los hombres y mujeres de cultura de cada parte del mundo. Grupo en el que subrayó que se encuentran cada uno de los presentes en este espacio.“Redescubrir los valores de la paz, de la justicia, del bien, de la belleza, de la fraternidad humana y de la convivencia común. Con vistas a confirmar la importancia de tales valores como ancla de salvación para todos y buscar difundirlos en todas partes”.El padre Luis Fernando afirmó también que el contenido de este documento, nacido de un encuentro lleno de esperanza en un futuro luminoso para todos los seres humanos, debe trascender la simple mirada del texto e inspirar a la acción para lograr frutos transformadores con el mensaje. De acuerdo con el padre rector, es fundamental que tenga consecuencias y que no se quede "refundido entre el entusiasmo de las palabras que son recibidas, pero que al final pueden terminar siendo desconocidas".“Que en los lugares a los que iremos para continuar nuestra vida ordinaria, sean un testimonio de la grandeza de la fe en Dios, que une los corazones divididos y eleva el espíritu humano. Sean un símbolo del abrazo entre Oriente y Occidente, entre el norte y el sur y entre todos los que creemos que Dios nos ha creado para conocernos, para cooperar entre nosotros y para vivir como hermanos que se aman”, puntualizó el jesuita.Orientaciones clave para la promoción de la reconciliación, paz, justicia y desarrollo humano integral en ColombiaPor su parte, monseñor Edgar Aristizábal, recordó que muchos de los conflictos que se viven actualmente en el mundo tienen una raíz religiosa debido a la incapacidad de reconocer la diversidad con la que hemos sido creados, actitud que, de acuerdo con el Obispo de Yopal, es la base del “lamentable fundamentalismo”.“En la declaración de Abu Dabi, de la cual estamos conmemorando el primer lustro, se llegaron a acuerdos que otros líderes religiosos han suscrito con el pasar de los años, como son: trabajar por vencer el individualismo, fortalecer los valores espíritu, luchar contra cualquier tipo de extremismo religioso, buscar la distribución equitativa de los recursos naturales, redescubrir a la familia como el núcleo de la sociedad, trabajar con las nuevas generaciones, sobre todo en lo que concierne el cuidado de la casa común, entre otros”, refirió monseñor Aristizábal.Además, el presidente de la Comisión Episcopal para la Promoción de la Unidad de los Cristianos y del Diálogo Interreligioso de la CEC, refirió que la actual Política Pública de Libertad Religiosa que tiene Colombia reconoce que las entidades religiosas son promotoras de reconciliación, paz, justicia y desarrollo humano integral. Por ello, de acuerdo con el obispo, el Estado, favorece las iniciativas que buscan estas metas.“Por nuestra parte, desde una y otra orilla de la diversidad religiosa, continuamos incentivando en la cotidianidad de la vida las enseñanzas que sostienen nuestras convicciones. Y en medio de toda esta diversidad, convergemos en las esperanzas de un país en paz y en justicia. Ese es el motivo que nos impulsa a conmemorar y recordar los compromisos de trabajar con insistencia en estas metas”, agregó monseñor Aristizábal.La Declaración de Abu Dabi: punto de llegada y punto de partida en la búsqueda de la fraternidadEl Nuncio Apostólico en Colombia, monseñor Paolo Rudelli, basó su intervención en la importancia del diálogo interreligioso para la construcción de la fraternidad y para la defensa de la justicia en la sociedad, a la luz del magisterio de la Iglesia. Allí, inició recordando que, aunque la Declaración de Abu Dabi representa un hito único en la historia del diálogo interreligioso, tiene una larga prehistoria que merece ser recordada para no cometer el error de considerarlo como el fruto de una intuición improvisada, sino como una especie de catalizador que se pone como punto de llegada de un largo camino y, al mismo tiempo, como nuevo punto de partida.En este sentido, realizó un recorrido que incluyó varios pronunciamientos y documentos previos durante los pontificados de Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI, en medio de diversos contextos históricos. Posteriormente, se refirió a cómo Abu Dabi ha inspirado algunas nuevas pistas y cómo el principio fraternidad se ha vuelto un pilar central en el magisterio del papa Francisco.“El Papa expresa la necesidad de acompañar a los jóvenes para que, como árboles plantados, transformen cada día el aire contaminado de odio en oxígeno, de fraternidad”, anotó el representante del Papa Francisco en Colombia. Reconoció también el señor Nuncio que esta declaración ha servido como base fundamental para algunas de las ideas expuestas posteriormente por el Santo Padre en diversas intervenciones y en documentos como su Encíclica Fratelli tutti - “Hermanos todos” .“El papa Francisco, al proponer la fraternidad como fundamento de la amistad social y de la búsqueda del bien común, podríamos decir, propone la fraternidad como fundamento de una ética universal”, puntualizó monseñor Rudelli. Una oportunidad especial para reafirmar el compromiso interreligioso en el trabajo por la paz y el desarrollo humano integralAl cierre del evento, diez líderes religiosos provenientes del cristianismo, el judaísmo, el islamismo, el budismo y el hinduismo realizaron un acto simbólico en el que cada uno leyó un pasaje extraído de la Declaración de Abu Dabi. Al final, se unieron los más de 200 participantes presenciales con la lectura al unísono de un compromiso por la reconciliación y la paz.Los ponentes coincidieron en hacer eco de las palabras del papa Francisco en su encíclica Fratelli tutti sobre la fraternidad y la amistad social, escrita en el año 2020 cuando expresaba que:“Las distintas religiones, a partir de la valoración de cada persona humana como criatura, ofrecen un aporte valioso para la construcción de la fraternidad y para la defensa de la justicia en la sociedad. El diálogo entre personas de distintas religiones no se hace meramente por diplomacia, amabilidad o tolerancia. Como enseñaron los Obispos de India, «el objetivo del diálogo es establecer amistad, paz, armonía y compartir valores y experiencias morales y espirituales en un espíritu de verdad y amor»”. (FT, 271).Vea a continuación la transmisión del evento:

Mié 24 Ene 2024

El Nuncio Apostólico en Colombia visita las jurisdicciones eclesiásticas y amplifica el llamado del Papa a la unión y a la misión

El Nuncio Apostólico en Colombia, monseñor Paolo Rudelli, continúa su recorrido por las diversas jurisdicciones del país para conocer la realidad eclesial y social de sus comunidades. El representante del papa Francisco inició el año 2024 con una visita a la Diócesis de Duitama-Sogamoso donde participó, de manera especial, en las actividades litúrgicas y festivas realizadas el 6 de enero en honor al Divino Niño Jesús, patrono de esta ciudad del departamento de Boyacá. Por estos días, visita la provincia eclesiástica de Manizales. Posteriormente, entre el 30 de enero y el 1 de febrero, estará presente en la Arquidiócesis de Ibagué.Durante sus viajes, monseñor Rudelli, quien llegó a Colombia en septiembre del 2023, además de celebrar la Eucaristía en la parroquia catedral de cada ciudad que suele convocar a cientos de feligreses, en compañía de los obispos y/o administradores diocesanos, se reúne con miembros de los cleros y de las comunidades religiosas. Además, aprovecha para visitar instituciones educativas y diferentes obras de la Iglesia que le permiten comprender el importante trabajo pastoral que desarrollan sus miembros, a partir de los desafíos propios de cada territorio.Este martes, 23 de enero, durante su visita a la ciudad de Manizales, el señor Nuncio destacó la profunda fe de los caldenses y recordó que los católicos, como Iglesia, son un signo de la presencia de Dios en la tierra con una vocación especial para aportar a la reconciliación de toda la humanidad.“Estamos llamados a vivir en comunión y unidad en un mundo fragmentado. El Papa nos invita a ser una Iglesia samaritana que ayude a un mundo herido, a ser Iglesia sinodal que camine unida y una Iglesia en salida siempre misionera”, expresó el señor Nuncio durante su encuentro con los sacerdotes y seminaristas de esta jurisdicción.En la capital de Caldas, monseñor Rudelli también visitó el CECAM (Centro de Evangelización y Catequesis de la Arquidiócesis de Manizales). Allí, manifestó su alegría por esta iniciativa que convoca a tantos laicos en la misión:“Es una gran riqueza que en una arquidiócesis exista un centro de formación para laicos. Es una Arquidiócesis muy bendecida. Conocer la doctrina es un don para nosotros mismos que nos ayuda a servir y vivir esta formación”, afirmó el Nuncio Apostólico en Colombia.Este jueves, 25 de enero, a las 12 del mediodía, el Nuncio Apostólico del papa Francisco presidirá la Sagrada Eucaristía en la Catedral Nuestra Señora de la Pobreza de Pereira (Risaralda). En esta ciudad también sostendrá un diálogo con el clero diocesano.En su visita a la capital del departamento del Tolima, el Nuncio Apostólico estará en el Hogar de Paso para personas migrantes y en condición de vulnerabilidad, en el Banco de Alimentos de la Arquidiócesis de Ibagué y en el Santuario del Divino Niño, tan especial para esta comunidad. Además, se reunirá con los seminaristas de esta jurisdicción.El día miércoles 31 de enero, a las 3:00 p.m., monseñor Rudelli presidirá la Eucaristía en la Catedral de la Inmaculada Concepción, en Ibagué. Al día siguiente, se reunirá con los obispos de toda la provincia eclesiástica, conformada por la Arquidiócesis de Ibagué, la Diócesis de El Espinal, la Diócesis de Líbano-Honda y la Diócesis de Neiva.Durante estos meses y en diversas oportunidades, monseñor Paolo Rudelli ha expresado su alegría al sentir en Colombia una tradición católica tan arraigada, así como la fuerza viva de todos los sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos que hacen posible la evangelización, especialmente en aquellos territorios que tienen mayores retos sociales. De allí, su invitación a construir una Iglesia colombiana cada vez más participativa e inclusiva, que alcance a aquellos más necesitados en las periferias existenciales.

Jue 30 Nov 2023

El Nuncio Apostólico en Colombia, monseñor Paolo Rudelli, comparte sus primeras experiencias en el país y su percepción sobre la misión de la Iglesia

En un diálogo exclusivo y cercano con el equipo de comunicaciones de la Conferencia Episcopal de Colombia, monseñor Paolo Rudelli, Nuncio Apostólico en Colombia desde el pasado mes de julio, cuando recibió la designación por parte del papa Francisco, compartió algunas de sus experiencias en el país y lo que sintió cuando el pontífice le encomendó esta misión. Además, reconoció la importancia del trabajo de la Iglesia colombiana por la atención y prevención de los abusos, y ante el complejo momento social que vive la nación, envió un mensaje de esperanza.Monseñor Paolo Rudelli llegó al país en septiembre. A los pocos días, los obispos le dieron la bienvenida oficial con una Santa Misa presidida en la Catedral Primada de Colombia por el Cardenal Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal. Desde ese momento, ha tenido varios encuentros con los pastores y también, algunos de tipo diplomático (propios de su rol), con diferentes actores institucionales.En lo corrido del último mes, el representante de la Santa Sede en Colombia, realizó varias visitas pastorales a diversas jurisdicciones eclesiásticas. Uno de los propósitos centrales de estos viajes ha sido entregar los palios arzobispales a monseñor Misael Vacca Ramírez, monseñor Hugo Alberto Torres Marín y a monseñor Luis Fernando Rodríguez Velásquez, arzobispos de Villavicencio, Santa Fe de Antioquia y Cali, respectivamente. Sin embargo, se convirtieron también en oportunidades especiales para empezar a acercarse a la realidad de los territorios y escuchar el sentir de algunas de sus comunidades.A partir de estas primeras experiencias, en la entrevista, monseñor Paolo Rudelli destacó la vitalidad de la Iglesia colombiana. Para él, se trata de una Iglesia comprometida socialmente y afortunada por la participación activa de los laicos en su misión evangelizadora. Destacó, por ejemplo, el importante acompañamiento que realizan diócesis como la de Apartadó por los hermanos migrantes.Para el representante diplomático de la Santa Sede en Colombia, quien afirmó haber recibido con sorpresa la designación del Santo Padre, ha sido muy importante poder sentir la tradición católica tan arraigada se tiene aquí. Según ha dicho, la Iglesia de Zimbabue (África), donde estuvo ejerciendo esta misma misión desde 2020, pese a tener también un trabajo pastoral muy importante, es bastante “joven”, es decir, mucho más pequeña en comparación con las 78 jurisdicciones que hay en Colombia.Sobre los encuentros diplomáticos que ha sostenido hasta el momento en Colombia, el Nuncio, quien es el Arzobispo Titular de Mesembria (Bulgaria), aseguró haber podido percibir un alto compromiso de todos los actores con el bien del país, así como destacada valoración del trabajo de la Iglesia en la búsqueda de la reconciliación y la paz, temas que son prioridad en la misión que le fue encomendada por el papa Francisco.En relación con la creación de monseñor Luis José Rueda Aparicio como cardenal, monseñor Rudelli, se refirió a la importancia de tener una voz colombiana a través del presidente del episcopado en el consejo asesor del Santo Padre. “La Iglesia en Colombia tiene mucho qué aportar al camino que la Iglesia Universal está llevando adelante”, puntualizó.Al abordar temas dolorosos para la Iglesia como el de los abusos, el Nuncio Apostólico reafirmó la importancia del compromiso de todos para construir una Iglesia segura y abordar este tema de manera justa, preventiva y bajo el principio de reparación. Hizo hincapié en el trabajo espiritual y en la colaboración con las autoridades civiles. “A nosotros como Iglesia nos compete trabajar para que podamos todos vivir una vida cristiana en la que los más débiles, los más desprotegidos, sean el centro de nuestra atención y que las relaciones que construimos puedan ser relaciones de confianza recíproca”, enfatizó.En cuanto a las prioridades de la Iglesia en Colombia, el representante del Santo Padre enfatizó en la construcción de una Iglesia participativa e inclusiva, que alcance a aquellos más necesitados en las periferias existenciales. Animó a mantener la confianza en el Señor y seguir transitando el camino sinodal propuesto por el papa Francisco.Finalmente, monseñor Paolo Rudelli envió a los colombianos un mensaje de ánimo y apertura. Destacó la riqueza y vocación de la Iglesia colombiana, y alentó a todos a seguir contribuyendo a ella y a la sociedad en general.

Mié 1 Nov 2023

Arquidiócesis sinodal y misionera

Por Mons. Luis Fernando Rodríguez Velásquez - El pasado 29 de octubre culminó en el Vaticano la primera sesión del Sínodo ordinario sobre la sinodalidad. La segunda sesión se realizará en octubre de 2024. Ha sido un tiempo maravilloso durante el cual el Papa, con los miembros de la asamblea sinodal, han hecho el ejercicio de orar, de dialogar, de escucharse y de proponer, dejando espacio a la acción del Espíritu Santo que, seguramente, marcó las líneas diciéndoles a ellos y a nosotros lo que quiere para la Iglesia de hoy y de mañana.PRIMERO: Los tiempos de la Iglesia y del mundo no son fáciles. Los retos siguen siendo enormes. La llamada de la Iglesia a caminar juntos, sinodalmente, daría la impresión que no ha sido entendida ni valorada. Es una llamada que va más allá de lo religioso, para que la humanidad comprenda que el único camino de avanzar, de crecer y de superar los problemas es caminar juntos, aún en medio de la diferencia.Las noticias de las acciones bélicas entre diversos pueblos del mundo, y en nuestros territorios, no solo nos llenan de dolor, sino que nos deben llenar de vergüenza, pues cómo es posible entender, que en un mundo donde el desarrollo científico, industrial social y de la conciencia de los derechos y la dignidad de los seres humanos son tan evidentes, nos podamos ver sumidos en una hecatombe de estas dimensiones. Es como decir que el ser humano no aprende las lecciones de vida, con guerras por doquier, guerras que solo dejan a su paso destrucción, muerte y desolación.Es una pena que deba iniciar este editorial haciendo referencia a lo que desde mediados del pasado mes de octubre se está viviendo en el medio oriente, con la guerra entre el grupo Hamás e Israel, y el continuar de la guerra entre Rusia y Ucrania, entre otros. En palabras del Papa Francisco, estamos sumidos en una guerra mundial fraccionada.Es nuestro deber orar. No nos podemos cansar de hacerlo. Como arzobispo los exhorto para en todo momento, en los templos y las casas, se hagan oraciones y súplicas al Señor, para que nos regale la paz que tanto necesitamos.Pero en medio de estas realidades, que tocan también a nuestro país, que acaba de celebrar comicios lectorales regionales, también está el llamado para que los nuevos gobernantes (gobernadores, alcaldes, miembros de las asambleas departamentales y concejos municipales y los ediles) acojan este mensaje de unidad, que sean valientes para trabajar y caminar juntos en favor de las comunidades a las que están llamados a servir y sean artesanos de la paz.SEGUNDO: Nuestra Arquidiócesis está de fiesta. Después de varios años de arduo trabajo se ha podido concluir una primera etapa de las asambleas sinodales. En ellas, cientos de fieles, en la parroquias y grupos de clérigos, religiosos, religiosas, movimientos apostólicos, familias y jóvenes, se pusieron a la escucha de lo que el Espíritu Santo nos estaba diciendo, para discernir acerca de nuestra historia eclesial, y vislumbrar los planes y acciones pastorales que animen la Iglesia que peregrina en la Arquidiócesis de Cali. Sea esta la oportunidad para agradecerles a todos. Estoy seguro que sus aportes harán más fructífera la misión de nuestra Iglesia.Para recoger estos trabajos y socializarlos, tendremos el sábado 11 de noviembre, en el Coliseo del Pueblo, la Gran Asamblea Sinodal Arquidiocesana. Allí, en ambiente de oración, testimonio y fiesta, daremos a conocer los resultados y algunas de las conclusiones de las asambleas pastorales parroquiales. Que nadie se sienta excluido de esta fiesta eclesial. A todos los invito.Nos acompañará el Nuncio Apostólico en Colombia, monseñor Paolo Rudelli, quien viene a Cali en su calidad de Legado pontificio, para imponerme también el palio Arzobispal y así concluir, por así decirlo, el protocolo del inicio de mi servicio como arzobispo de Cali, que comencé oficialmente el 8 de diciembre de 2022.El palio, hecho de lana virgen, que es bendecido por el Papa y se coloca en la tumba del apóstol Pedro, es entregado solo por el Papa o por quien él delegue, pues es un signo con el que se fortalece la comunión del arzobispo con el Sucesor de Pedro, y se carga simbólicamente sobre los hombros, la responsabilidad de buscar y cuidar las ovejas, en la caridad, por la senda de la cruz liberadora de Cristo.Los invito pues para que nos acompañen en esta celebración y con el Nuncio Apostólico que representa en nuestra casa al Papa, asumamos el compromiso de trabajar y caminar juntos en la Arquidiócesis. En ella somos llamados a ser discípulos misioneros.+Luis Fernando Rodríguez VelásquezArzobispo de Cali

Mié 19 Jul 2023

El papa Francisco nombra a monseñor Paolo Rudelli como nuevo Nuncio Apostólico en Colombia

El Santo Padre designó al arzobispo titular de Mesembria (Bulgaria), monseñor Paolo Rudelli, como nuevo Nuncio Apostólico en Colombia. Así lo oficializó la oficina de prensa del Vaticano sobre el medio día romano de este miércoles 19 de julio. El prelado italiano venía ejerciendo esta representación pontificia desde el 25 de enero del año 2020 en Zimbabue (África), luego que el papa Francisco lo nombrara Nuncio Apostólico el 3 de septiembre del 2019. Monseñor Rudelli nació el 16 de julio de 1970 en la localidad de Gazzaniga. Fue ordenado presbítero el 10 de junio de 1995 para la Diócesis de Bérgamo. Es licenciado en Derecho Canónico y Doctor en Teología Moral de la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma. Ingresó al Servicio Diplomático de la Santa Sede el 1de julio de 2001. Desde entonces ha ejercido como representante de la Santa Sede en distintos organismos. Estuvo sirviendo en las nunciaturas apostólicas de Ecuador y Polonia, así como en la Secretaría de Estado durante varios años, concretamente en la Sección para los Asuntos Generales. En 2014 fue designado como Enviado Especial con funciones de Observador Permanente ante el Consejo de Europa en Estrasburgo. Por otra parte, cabe recordar que desde el año 2018 hasta el mes de febrero del presente año, este servicio lo venía prestando en Colombia monseñor Luis Mariano Montemayor, Arzobispo titular de Illici, quien fue designado por el papa Francisco como nombrado Nuncio Apostólico en Irlanda.