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monseñor ricardo tobón restrepo

Mié 16 Oct 2024

Monseñor Ricardo Tobón explica el trabajo que adelantan bajo el módulo "Lugares" durante la tercera semana XVI Asamblea General del Sínodo

El arzobispo de Medellín, monseñor Ricardo Tobón Restrepo, quien también fue designado por el episcopado colombiano para participar como padre sinodal en la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo, dio a conocer detalles del trabajo que han venido adelantando en lo corrido de esta tercera semana durante la segunda sesión. El prelado explicó la metodología de trabajo y los frutos que se esperan, correspondientes al módulo o etapa denominada “Lugares” en el Instrumentum laboris(documento que orienta el encuentro). Sobre el tema central, monseñor Ricardo Tobón explicó: “Nos ocupamos de examinar un poco la relación entre las Iglesias Particulares y la Iglesia Universal, y mirar también los elementos con los que se construye y se formula la unidad en la Iglesia”.Recordó monseñor Ricardo que el trabajo desarrollado por los padres y madres sinodales durante la Asamblea Sinodal, y que pronto dará como fruto un documento final, es “serio y largo”, pero también muy interesante, “donde en primer lugar se escucha al Espíritu, luego se escucha el cuerpo de Cristo; la Iglesia que vive en todos los lugares del mundo”, afirmó.Además, el Arzobispo de Medellín, invitó a todos en la Iglesia colombiana a asumir este importante momento como una oportunidad para aprender a caminar juntos, a ser hermanos y a vivir un proceso sinodal en orden a la misión, sobre la que enfatizó: “La misión no la inventamos, nos la dio el Señor: llevar el Evangelio hasta los confines de la tierra”.Vea a continuación el informe que envía el Arzobispo de Medellín:

Lun 26 Ago 2024

El XIV Congreso SINE en la Arquidiócesis de Medellín renovó las fuerzas de la Nueva Evangelización para Colombia

Entre el 16 al 19 de agosto se vivió el XIV Congreso del Sistema Integral de Nueva Evangelización (SINE) en la capital de Antioquia. Fueron tres días en donde, según indicó monseñor Ricardo Tobón Restrepo, arzobispo de Medellín, el pueblo de Dios vivió la fe, la fraternidad y la esperanza, respondiendo a los llamados del Señor.En el encuentro participaron cerca de mil personas, entre ellas, laicos, sacerdotes, diáconos, seminaristas y obispos, representantes de 36 jurisdicciones eclesiásticas del país. Como signo de acogida y unión, cerca de 650 personas que llegaron de otras ciudades, fueron alojadas en casas de fieles medellinenses. El congreso tuvo lugar en la Pontificia Universidad Bolivariana.Eucaristía inaugural: “Al mundo le hace falta Evangelio”La jornada inició con la Eucaristía inaugural celebrada en la Catedral Metropolitana de Medellín el día viernes 16. Fue presidida por monseñor Ricardo Tobón. En su homilía, el prelado hizo énfasis en el acontecimiento que menciona Mateo 19, 3-12 donde Jesús deja Galilea, cuna del Evangelio, y se encamina a Jerusalén. Allí comparte sus enseñanzas sobre el matrimonio y el divorcio, donde también están implícitas las exigencias que implica para sus discípulos seguirlo.El Arzobispo de Medellín destacó este hecho porque la respuesta de Jesús, frente a la prueba que le hacen los fariseos es ir al principio, donde está el acto creador de Dios; ir a la fuente, es la proclamación del Reino de Dios que viene con poder. Por eso, según explicó monseñor Tobón, este Evangelio es un alegre anuncio de que, siguiendo a Cristo aquí y ahora, es posible actualizar el proyecto original de Dios.“Jesús quiere llevar hasta el fondo las posibilidades de la libertad humana, esto es una llamada profética que tiene un alcance profundo, el hombre solo debe ser lo que es, si busca primero el reino de Dios y su justicia”.Subrayó que Jesús mismo ha sido el más grande evangelizador y el primero de todos.; "lo ha sido hasta el final, hasta la perfección, hasta el sacrificio de su existencia terrena". A partir de su evangelización, de su vida, y sobre todo de su muerte y resurrección, Jesús convoca una comunidad para tenga vida en abundancia y para que vaya también a evangelizar, así lo explicó el prelado.“Solo Cristo es el camino, la verdad y la vida, solo Él tiene palabras de vida eterna, solo él es la esperanza y el futuro de la humanidad. No podemos despreciar la invitación de entregarnos con pasión por Dios y los hermanos, tenemos el mandato de ir hasta los confines del mundo para anunciar su nombre y su Evangelio. Por tanto, nos toca a nosotros ir al principio, nos toca entender”.Monseñor Ricardo Tocón también hizo referencia a la miseria que margina grandes grupos humanos, el subdesarrollo como realidad promotora de tensiones contra la paz, la violencia institucionalizada, las injustas desigualdades y diversas formas de opresión, narcotráfico, drogadicción que daña a las jóvenes generaciones, la mentira y la corrupción en todas sus formas, el vacío y la angustia en la que viven tantos hijos de Dios.“Sentir el dolor de tantos que viven sin fe y sin esperanza, descubrir la belleza y la grandeza de la misión, estamos llamados a entender, lo que le falta al mundo es Evangelio y por eso debemos ser discípulos misioneros”.El Arzobispo destacó que se deben percibir grandes cambios en la sociedad, en la vida, en la cultura, en la organización social del mundo y del país. También mencionó que debe haber una conciencia en cuanto al debilitamiento de la fe debido al secularismo, al hedonismo y al egoísmo. Recalcó que no se puede ignorar que la familia, que es uno de los tesoros más grandes de la sociedad, sufre situaciones adversas por el relativismo ético, la pobreza, la inestabilidad social, la ideología de género y la acción de ciertas fuerzas políticas.De acuerdo con monseñor Ricardo Tobón, en estos momentos la Iglesia está siendo invitada a purificarse y a ir a lo esencial. A construir una profunda unidad, a acrecentar el fuego misionero, a vivir sus opciones preferenciales por los pobres, las familias y los jóvenes, por lo cual no se puede ignorar los llamados del Espíritu.Mencionó también, que, en una época de cambios sin precedentes como esta, hay una única oportunidad para aportar los valores del Evangelio en la construcción de una nueva cultura.“Nunca es más fértil la evangelización que cuando hay necesidad de ella. Por lo que, no debe haber espacio para la división dentro de la Iglesia”.Monseñor Ricardo enfatizó que al mundo le falta Evangelio, razón por la que hay urgencia de ser discípulos misioneros. Para ello, hay que volver al principio, al proyecto de Dios, permitir que reine, lanzarse con audacia a una vida auténticamente cristiana y a la evangelización de todos los hermanos.Finalmente recordó que, a pesar de todas las apariencias, este es un tiempo de gracia, por lo que hay que renovar las fuerzas para centrarse en lo esencial y así desarrollar la misión a la que está llamada cada persona en particular dentro de la Iglesia.“Continuar por el camino sin caer en las tentaciones todavía presentes en la ideologización del mensaje evangélico del funcionalismo eclesial y del clericalismo, porque está siempre en juego la salvación que Cristo nos trajo”.Desarrollo de XIV Congreso SINE: “El Evangelio está en camino”Entre el sábado 17 y el lunes 19 de agosto, se desarrolló la agenda académica y celebrativa del congreso. Allí se presentaron diversas conferencias y charlas que tenían como objetivo fortalecer el llamado misionero con espíritu de sinodalidad, buscando guiar la pastoral de conservación, como modelo de evangelización, a una pastoral misionera. Así mismo, se buscó abordar los retos principales del Sistema Integral de Nueva Evangelización (SINE) para con los jóvenes. También, se plantearon espacios de trabajo como capacitaciones y talleres que permitieron reforzar etapas y conceptos esenciales para abordar la nueva evangelización.Al cierre del congreso monseñor Ricardo mencionó que ha sido un espacio donde se ha experimentado realmente la alegría de ser Iglesia del Señor y de responder a lo que Él le pide a su pueblo.“No podemos sino decir: el Evangelio está en camino, está en marcha y son muchas las personas que le quieren responder al Señor”.De igual forma, monseñor José Mauricio Vélez García, Obispo Auxiliar de Medellín, expresó que personas de distintas latitudes, de distintos lugares, comparten que este Sistema Integral de Nueva Evangelización necesita fuerza, empeño y más tenacidad, también afirmó que es necesario apostarle a las pequeñas comunidades. Si quiere saber más, vea las transmisiones de las jornadas del Congreso SINE a través del canal de Youtube de la Arquidiócesis de Medellín, haga clic AQUÍ.

Vie 17 Mayo 2024

¡La Arquidiócesis de Medellín está lista para vivir Pentecostés! 6 mil personas se congregaron para clamar “¡Abbá! ¡Padre!” y preparar la venida del Espíritu Santo

El pasado 13 de mayo, la Arquidiócesis de Medellín vivió su tradicional jornada de preparación para Pentecostés. En esta oportunidad, durante cinco horas, cerca de 6.000 personas se congregaron en el Polideportivo de la Universidad Pontificia Bolivariana para preparar, entre alabanzas, Hora Santa y Eucaristía, la venida del Espíritu Santo. Esto, en el marco de la importante fiesta litúrgica que la Iglesia Universal vivirá el próximo domingo, 19 de mayo.“El Espíritu Clama: ¡Abbá!”, fue el lema elegido este año para la celebración, tomado de la Carta de San Pablo a los Gálatas 4, 6. Con él, la arquidiócesis buscó motivar a los fieles para asumir esta fiesta como un acontecimiento de gracia que sigue vigente y que se hace realidad por la capacidad de cada uno para clamar en la intimidad de la oración: “¡Abbá! ¡Padre!”Monseñor Ricardo Tobón Restrepo y monseñor Mauricio Vélez García, arzobispo y obispo auxiliar de esta jurisdicción, respectivamente, acompañaron y motivaron los momentos de oración y adoración celebrados durante la jornada. Monseñor Mauricio, en su oración inicial, destacó la oración como la principal forma de relación con Dios. Por su parte, monseñor Ricardo, durante su homilía en la Eucaristía, expresó: “No hay grito que el padre no escuche, no hay ningún clamor que le sea indiferente. Somos hijos de Dios situados en su plan divino”. El arzobispo de Medellín también dirigió el culto eucarístico, que se convirtió en un espacio de silencio para abrir los sentidos y estar atentos a la respuesta de Dios ante el grito ¡Abbá!En este encuentro también hubo espacio para la catequesis. Estuvo a cargo del padre Gerardo Díaz, vicario episcopal del sur, quien presentó al Espíritu Santo como la mejor forma que tiene Dios de manifestar el amor hacia sus hijos.Como era de esperarse en este mes mariano, la jornada de oración y adoración finalizó con un encuentro especial con María a través del rezo del Santo Rosario, dirigido por el equipo de la Pastoral Vocacional. Desde allí, lograron acercar las intenciones más profundas de la Arquidiócesis de Medellín a la Madre de las Madres para seguir contando con su intercesión bondadosa.Todos los momentos de esta jornada fueron acompañados por los jóvenes del ministerio musical “Son de Dios”.El evento fue transmitido a través de las redes sociales de la Arquidiócesis de Medellín, véalo a continuación:

Jue 7 Mar 2024

Cuaresma: un camino de fe en comunidad

Por Mons. Ricardo Tobón Restrepo - La Cuaresma, si por una gracia especial de Dios la vivimos en serio, es un verdadero camino hacia la Pascua. Es decir, asumimos el éxodo en que estamos y aprendiendo a interpretar y a aprovechar los dones y las pruebas en medio de las que avanza nuestra existencia, vamos haciendo resurrección en cada uno de nosotros y en las personas que nos rodean. Para esclarecer las sombras, afrontar las luchas y no perder la esperanza, es necesario peregrinar en comunidad a la luz de la fe. Tal vez, entonces, la primera pregunta es si hoy tiene sentido creer.Partamos de la realidad. Junto a tantos signos de bondad y junto a un desarrollo impensable de la ciencia que cada día abre nuevos horizontes, crece igualmente una especie de desierto espiritual. Se tiene la sensación de que, a pesar de tantos logros, a veces el mundo no se dirige hacia la construcción de una sociedad más justa y fraterna. El hombre no aparece más libre y humano, continúan tantas formas de explotación y de violencia, quedan preguntas fundamentales sin responder, constatamos que, además del pan, necesitamos también sentido, fundamentos seguros, amor y esperanza.En este contexto, se requiere una renovada educación para la fe, que lleve a un conocimiento de la verdad y de los acontecimientos de la salvación, pero que brote sobre todo de un encuentro con Dios. Realmente, la fe verdadera se produce en un contacto profundamente personal con Dios, que nos pone frente a Él en absoluta inmediatez de modo que podamos hablarle, amarlo, entrar en comunión con Él, permitirle que nos toque en lo más íntimo de nosotros mismos. La fe es confiarse a un Tú, que es Dios, el cual nos da una certeza diversa, pero no menos sólida de la que viene de los cálculos exactos de la ciencia.La fe no es un mero asentimiento intelectual a unas verdades particulares sobre Dios; es un acto con el que nos confiamos libremente a un Dios que es Padre y que nos ama, es adhesión a un Tú que nos da confianza y esperanza. Este amor tiene su máxima revelación en la cruz de Cristo. Con la muerte y resurrección de su Hijo, Dios desciende hasta el fondo de nuestra humanidad para levantarla hasta Él. Así la fe hace ver cómo el amor de Dios es capaz de transformar toda forma de mal en salvación y cómo en Cristo se ha revelado la realidad profunda de la persona, el camino a la libertad y la posibilidad del amor.La fe viene por la escucha, dice San Pablo; es necesario escuchar a Dios que, a partir de una historia que Él mismo ha creado, nos interpela. Para que podamos creer tenemos necesidad de testigos que han encontrado a Dios y nos lo hacen accesible. De ahí la importancia de la comunidad. Pero la comunidad de fe no se crea por sí sola. La Iglesia ha sido creada por Dios y viene continuamente formada por Él. Esto encuentra su expresión en los sacramentos, especialmente en el Bautismo, en el que venimos acogidos por una comunidad, que no se ha originado por sí misma y que se proyecta más allá de sí misma.Esta realidad profundamente personal que es la fe está en relación inseparable con la comunidad. La fe es un don comunicado a través de otro don que es la comunidad. En efecto, es parte de la esencia de la fe el hecho de quedar introducidos en el nosotros de los hijos de Dios, en la comunidad peregrina de los hermanos y hermanas. El encuentro con Dios significa que, al mismo tiempo, somos sacados de nuestra soledad y acogidos en la comunidad viva de la Iglesia. Ella es mediadora de nuestro encuentro con Dios, que llega al corazón de cada uno de un modo completamente personal.La Cuaresma es entonces una oportunidad imperdible para consolidar nuestra fe y al mismo tiempo construir la comunidad cristiana. Nuestra sociedad requiere cristianos que se comprometan con Dios y su proyecto de salvación, que estén vitalmente incorporados a Cristo por la acción de su Espíritu, que sean la Iglesia que testimonia al mundo la experiencia de la vida nueva que surge del bautismo. Tengamos presente que esto se logra por la acción de Dios mediante la catequesis bien conducida, la liturgia celebrada con unción, la práctica de la oración humilde y el ejercicio de la caridad con todos los hermanos. Esta es la tarea pastoral de las parroquias en este tiempo de Cuaresma.+ Ricardo Tobón Restrepo Arzobispo de Medellín

Sáb 8 Jul 2023

Los arzobispos de Bogotá, Medellín y Manizales representarán a la Iglesia colombiana en el Sínodo

Monseñor Luis José Rueda Aparicio, monseñor Ricardo Tobón Restrepo y monseñor José Miguel Gómez Rodríguez, arzobispos de Bogotá, Medellín y Manizales, respectivamente, serán los encargados de representar al episcopado y transmitir el sentir de toda la Iglesia que peregrina en Colombia durante la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos que se llevará a cabo del 4 al 29 de octubre de 2023. Así lo oficializó la Santa Sede este viernes 7 de julio, cuando hizo pública la lista de participantes. Los tres prelados colombianos habían sido elegidos por sus hermanos obispos durante la CXIV Asamblea Plenaria celebrada en el mes de febrero del presente año. Sobre la esencia del Sínodo, monseñor Ricardo Tobón explicó que se trata de una experiencia eclesial en “donde en la oración, la reflexión y el diálogo se va encontrando el camino de Dios para la Iglesia”, con la guía del Espíritu Santo. Por su parte, monseñor José Miguel dijo que a través del Sínodo de los Obispos se pueden abordar, aclarar y ampliar las doctrinas del Concilio Vaticano Segundo, así como “seguir dialogando con el mundo en todos los aspectos”. El arzobispo de Manizales agregó que representa también una ocasión muy importante para reunirse con representantes de toda la Iglesia Universal y “para analizar para el Papa y con el Papa el tema de la sinodalidad en la vida de la Iglesia”. Recordando también al papa Francisco, monseñor Rueda afirmó que este Sínodo es una oportunidad para que como Iglesia podamos mirar hacia adentro y revisar cómo estamos, “como se decía en el Concilio: Iglesia, ¿Qué piensas de ti misma? Y en este tiempo, en el año 2023, y luego lanzarnos porque el Papa quiere que nosotros vivamos la fraternidad y la espiritualidad del servicio, y esa fraternidad nos lleva a abrir las puertas, a ensanchar la tienda, a que todos nos sintamos hijos del mismo Padre”, precisó el arzobispo de Bogotá. El presidente del episcopado agregó que este Sínodo también será una oportunidad para profundizar en la fraternidad y para llevarla a la práctica, usando la metodología de la conversación espiritual, la misma bajo la cual reflexionaron y trabajaron los obispos colombianos durante su Asamblea CXV, encuentro que finalizó este viernes 7 de julio. “De tal manera que va a ser una posibilidad de escucharnos desde los distintos lugares, con las preocupaciones que tenemos y también con las esperanzas (…) Hacer silencio, orar y pedirle al Espíritu Santo que nos muestre el camino. Y esa va a ser la pregunta: ¿Qué nos está pidiendo el Espíritu Santo a nosotros como Iglesia en este momento histórico de la humanidad?” explicó monseñor Rueda. A propósito de esta Asamblea General del Sínodo, el Vaticano ha informado que dos colombianos más han sido elegidos por parte del Santo Padre para participar, se trata de la hermana Gloria Liliana Franco Echeverri, presidenta de la Confederación Caribeña y Latinoamericana de Religiosas y Religiosos (CLAR), así como monseñor Juan Usma del Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos. Conozca más detalles sobre el Sínodo y la participación de los arzobispos colombianos en el video:

Lun 8 Oct 2018

El mes del Rosario

Por Monseñor Ricardo Tobón Restrepo.: Se cuenta en la vida de san Pío X que, en una audiencia, se le acercó un joven con el rosario en la mano; el Papa lo miró fijamente y le dijo: Te recomiendo, cualquier cosa… con el Rosario. El Papa estaba convencido de que con el Rosario nos llegan tantas gracias, consolaciones, conversiones, fortaleza interior, gozo espiritual, favores y ayudas que necesitamos; en síntesis, cualquier cosa buena y santa. A santa Teresita esto le parece normal, pues piensa, con una sencilla imagen, que el Rosario es una cadena que une el cielo y la tierra; un extremo está en nuestras manos y el otro en las de la santísima Virgen. El Papa Pío XII decía que el Rosario es “el compendio de todo el Evangelio”. Luego, san Pablo VI ha explicado esta índole evangélica del Rosario subrayando que pone el alma en contacto directo con la fuente genuina de la fe y de la salvación. Por eso, tiene “una orientación netamente cristológica”, al llevar a vivir los misterios de la encarnación y la redención realizados por Jesús con María, para la salvación de la humanidad. Y recomienda vivamente la contemplación de los misterios: “sin ella el Rosario es cuerpo sin alma y su recitación se vuelve repetición mecánica de fórmulas” (MC, 2, 156). Igualmente, san Juan Pablo II nos invita a la práctica constante del Rosario como un medio muy válido para favorecer la contemplación del misterio cristiano, verdadera y propia “pedagogía de la santidad”. Es necesario, nos enseña, llegar a un cristianismo que se distinga ante todo en el arte de la oración y a unas comunidades cristianas que se conviertan en auténticas escuelas de oración; es una manera de responder a la urgente necesidad de espiritualidad en nuestro tiempo. El Rosario es una verdadera introducción al corazón de Cristo, abismo de gozo y de luz, de dolor y de gloria (cf RVM, 5,19). Si la vida de la persona humana es un tejido continuo de esperanzas, de realizaciones, de sufrimientos y de alegrías, en los misterios del Rosario encuentra su mejor expresión. En efecto, llena de vitalidad las almas que saben hacer propios el gozo de los tiempos mesiánicos, la luz que alumbra a los pueblos, el dolor en el amor que salva y la gloria del Resucitado que inunda la Iglesia. La santísima Virgen nos ayuda a configurar nuestra vida con la de Jesús, así como ella se compenetró con todos los momentos, experiencias, sufrimientos y triunfos de su Hijo. El Rosario es una oración simple, catequética, eclesial, popular, que respeta los ritmos de la vida y que no riñe con la liturgia. Puede ser recitado sólo por una persona o por un grupo, es una oración para los adultos y para los niños, se puede hacer en silencio o en voz alta, no exige ningún rito o ceremonia pero también se integra en una celebración más solemne, acompaña viajes y desplazamientos pero tiene a la vez en el hogar y la comunidad su espacio más propicio y bello. En verdad, el Rosario es una plegaria sencilla y universal. El mes de octubre se ha tenido en la Iglesia como una oportunidad para hacernos conscientes de la belleza y la importancia del Rosario, plegaria muy propia de los católicos e instrumento eficaz para el crecimiento espiritual. Recientemente, el Papa Francisco nos ha invitado a volver a esta oración como un medio privilegiado para el encuentro con Dios y para la intercesión en favor de la Iglesia. Pido encarecidamente, entonces, que promovamos el rezo del Rosario en las parroquias, en los grupos apostólicos y especialmente en las familias. Con el Rosario, los santos han librado los pueblos de los peligros, han conseguido el fervor de las almas, han logrado la conversión de los pecadores, han atajado las guerras y han unido las familias. Sobre todo, han recomendado el Rosario para que la Iglesia viva con fidelidad su identidad y su misión. En un momento difícil de su pontificado, Pablo VI pedía que se rezara el Rosario con fe porque a través de él se alcanzaba que la Madre de todas las gracias socorriera a la Iglesia y a la humanidad en horas de turbulencia. Monseñor Ricardo Tobón Restrepo Arzobispo de Medellín

Jue 2 Nov 2017

"La muerte está vencida, somos ciudadanos del cielo": Arzb. Tobón Restrepo

En el marco de la conmemoración de Todos los Fieles Difuntos, el arzobispo de Medellín y vice presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, monseñor Ricardo Tobón Restrepo, afirmó que a la muerte no le debemos tener miedo, sino mirar con esperanza. El prelado aseguró que cuando llega la muerte, Cristo nos lleva como pastor bueno que nos dirige al camino de la vida. "La muerte está vencida, nosotros somos ciudadanos del cielo", afirmó. Así mismo, señaló que esta fecha nos brinda la oportunidad para encontrarnos con nuestra fragilidad y posibilidades. "Es un día para vivir a todos los que se purifican en su camino hacia Dios. Es un día de esperanza", dijo el obispo. Monseñor Tobón Restrepo recordó que ser consciente de la muerte, también nos debe llevar a ser defensores de la vida. En ese marco invitó a oponernos a los asesinatos, la eutanasia y el aborto. Finalmente, señaló que los creyentes no estamos en un camino de destrucción, sino de creación. "Mientras esta tienda terrenal se destruye, se construye otra tienda incorruptible", concluyó.

Sáb 9 Sep 2017

“Hoy algo nuevo debe comenzar entre nosotros”: Arz. Tobón Restrepo

Tras la Eucaristía que presidió el Papa Francisco en el Aeropuerto Olaya Herrera, el arzobispo de Medellín y vicepresidente de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), monseñor Ricardo Tobón Restrepo, compartió algunas de las acciones que se vienen desarrollando en favor de la evangelización, la pastoral social y la promoción humana. El prelado recordó que, si bien se está trabajando por una sociedad más justa, reconoció que todavía no se ha logrado superar “la estructura del mal que pervierte las consciencias”. Tobón Restrepo aseguró que estas estructuras del mal “pervierten las consciencias, trabajan con la mentira, generan diversas formas de corrupción, mantienen la inequidad social, arruina la vida con el egoísmo y no deja de promover la falsa solución de la violencia”. Sin embargo, en medio de este panorama, destacó el servicio al bien común de personas que de forma dedicada “trabajan con entusiasmo la alegría del Evangelio”, resaltó la labor pastoral de sacerdotes y religiosas “que se dan sin medida” y subrayó el “despertar de un compromiso apostólico” de los laicos. “Se multiplican las iniciativas de fe que llenan de entusiasmo”, señaló. El jerarca católico afirmó que todavía se requiere de una espiritualidad más profunda y un compromiso social más fuerte para que “no se despilfarre en la superficialidad y el hedonismo, las mejores posibilidades de evangelización”. En esta línea, se comprometió a formar una comunidad de discípulos “con pasión al proyecto del reino de Dios” y “aportar el testimonio, valores y propuesta cristiana para construir un país reconciliado y con horizontes de esperanza”. Finalmente, el arzobispo Tobón Restrepo entregó al Papa una imagen de Nuestra Señora de la Candelaria. “Que ella guie sus pasos, mantenga su ardor, sea dulzura y consuelo en los momentos de prueba en su misión apostólica”, concluyó. ​Algo importante de resaltar dentro en la Santa Misa fue la presencia de cerca de 100 presos de cárceles de la ciudad, 300 enfermos con diferentes diagnósticos y 100 personas pertenecientes a la Pastoral de Sordos de la Arquidiócesis de Medellín.