Jue 9 Nov 2017
“Jesucristo se hizo pobre”
Por: Mons. Darío de Jesús Monsalve - “Conocen ustedes la generosidad de Nuestro Señor Jesucristo, el cual, siendo rico, por ustedes se hizo pobre, a fin de que se enriquecieran con su pobreza” (2ª.Corintios 7,9).
Estas palabras del Apóstol Pablo hacen eco a las del prólogo del Evangelio de Juan: “La Palabra se hizo carne y puso su Morada entre nosotros” (1,14).
Son palabras que nos mueven al encuentro con Jesucristo vivo en la persona del pobre y en las periferias humanas, en medio de los pobres. Cuando los Obispos de América hablan de “los lugares de encuentro con Cristo”, después de señalar la Sagrada Escritura, especialmente los Evangelios, y la Sagrada Liturgia, fundamentalmente la Eucaristía, nos dicen esto: “No se debe descuidar un tercer lugar de encuentro con Cristo: las personas, especialmente los pobres, con los que Cristo se identifica” (Iglesia en América, 12). Y añaden más adelante: “La Iglesia en América debe encarnar en sus iniciativas pastorales la solidaridad de la Iglesia Universal hacia los pobres y marginados de todo género. Su actitud debe incluir la asistencia, la promoción, la liberación y la aceptación fraterna”. “La atención a los más necesitados surge de la opción de amar, de manera preferencial, a los pobres. Se trata de un amor que no es exclusivo y no puede interpretarse como signo de particularismo o de sectarismo. Amando a los pobres, el cristiano imita las actitudes del Señor, que en su vida terrena se dedicó, con sentimientos de compasión, a las necesidades de las personas espiritual y materialmente indigentes” (58).
Y en nuestros días el Papa Francisco nos dice abiertamente: “Quiero una Iglesia pobre para los pobres”. ” La opción preferencial por los pobres debe traducirse, principalmente, en una atención religiosa privilegiada y prioritaria”. “Nadie puede sentirse exceptuado de la preocupación por los pobres y por la justicia social”. “El sentido evangélico de los pobres y de la pobreza, son requeridos a todos” (La Alegría del Evangelio (198.200.201).
Saludemos todos, como Iglesia Católica y ciudadanos del mundo, la iniciativa del Papa Francisco, de instituir LA JORNADA MUNDIAL DE LOS POBRES desde este año 2017, fijándola en el XXXIII Domingo del Tiempo Ordinario, es decir, el próximo 19 de Noviembre. No es una mera “colecta”: es un espacio de antes, en y después, es decir, un tiempo fuerte para vivir lo que ha de ser una solicitud indispensable, una actitud profética frente a las realidades y modelos excluyentes y depredadores, y un estilo de vida marcado por la austeridad, la solidaridad y el empeño colectivo por la justicia social.
Empecemos por recibir con fe en Jesús, amor a la Iglesia y servicio al pueblo de Dios, el MENSAJE PARA LA PRIMERA JORNADA, que el Papa ha titulado “No amemos de palabra sino con obras”, y hagamos posible su lectura, estudio y aplicación en cada parroquia e institución de Iglesia, así como en los entornos y ambientes de nuestra sociedad, barrio, vereda o población.
Como Pastor de esta Iglesia de Cali, unido a mis Obispos Auxiliares, los convoco a todos, fieles, religiosos y pastores, y a las personas de buena voluntad, para acoger y unirnos, con fuerza y empeño, en torno al llamado del Papa Francisco.
+ Darío de Jesús Monsalve Mejía
Arzobispo de Cali