Sáb 10 Mar 2018
“Periodista, viajero, peregrino y hombre de fe”
Así se define José Alberto Mojica, quien trabaja hace 13 años en El Tiempo y entra a formar parte de nuestra ‘galería de rostros’ de comunicadores sociales y periodistas.
José Alberto nació en el Tolima y tiene sus raíces en una familia tradicional de origen cafetero y campesino. “Tengo una familia maravillosa a la que amo, tengo la dicha de gozar de la presencia y apoyo de mis padres que son el fundamento de mi vida, son el polo a tierra, mi inspiración, mis ganas de seguir luchando. En general, mi familia es muy importante y busco ser un amigo y ser ese miembro que tiene fe, llama al entusiasmo y a la esperanza”, comenta.
Como todas las vocaciones, José Alberto sintió el llamado para comunicar, contar historias y los medios de comunicación siempre fueron su fascinación. “Desde que estaba pequeño, sobre todo los periódicos, para mí eran como un sueño y creo que luché mucho para llegar a trabajar en un periódico. Siempre he creído en el buen periodismo, en el poder que tienen las buenas historias y que ayudan a construir la memoria de un país”.
“Mojica”, como le decimos cariñosamente, es consciente que esta profesión tiene un lado oscuro donde se mueven intereses y en el que los periodistas diariamente deben batallar para que la verdad salga a la luz. “No pretendo ser una autoridad moral en el periodismo ni mucho menos, pero sí soy un convencido de que, independientemente de las realidades y amenazas que tiene el periodismo actual, en cuanto a los intereses políticos, económicos y muchas veces al desprestigio que ha caído esta carrera, es posible hacer un periodismo ético, decente y honesto en el que los periodistas decidamos qué tipo de información publicar y qué enfoque darles a nuestras historias”.
Este ‘peregrino del periodismo’ también tiene una faceta espiritual y aunque no va a misa frecuentemente, asegura que cada día busca ser un buen ser humano. “Soy un hombre muy creyente, para quien la religiosidad y la espiritualidad hacen parte de mi vida. No soy el más camandulero, no voy a misa cada ocho días. Creo que, además, mi trabajo como periodista en temas religiosos me ha ayudado a fortalecer también mi fe. Creo que no podría afrontar mi vida, ni todas las dificultades de la vida cotidiana, si no tuviera una fe y una relación espiritual y directa con Dios. Yo soy católico”, afirma.
Lejos del estereotipo de que la noticia religiosa es aburrida o que solamente invita a la oración, Mojica sabe que allí hay historias. “Para mí el hecho de cubrir temas religiosos y de fe ha sido una oportunidad personal y periodística. Creo que he podido construir gran parte de mi carrera con estos temas, a los que muchos periodistas le hacen el feo por considerarlos aburridos y evangelizadores. Yo no he escrito temas religiosos para evangelizar, ni para poner a la gente a rezar, sino para analizar e interpretar como la religión hace parte fundamental de la vida de la gente y la sociedad”.
Para nuestro amigo periodista, un resultado de estos años de cubrir la fuente Iglesia fue haber escrito y publicado el libro ‘Habemus Santa’. “Yo estaba en Roma de vacaciones y me enteré que Colombia iba a tener una primera santa. Llegué del viaje y me puse a investigar, fui a Medellín, a su santuario. Tuve una conexión muy fuerte con la santa y creo que somos muy buenos amigos, y me encontré con una historia fascinante que, más allá de haber sido una monja, fue una educadora revolucionaria, una mujer trasgresora en su momento, me encontré con una historia de vida maravillosa y, pues, ahí dije voy a escribir un libro. Han salido dos ediciones del libro y estuvo nominado como uno de los mejores libros en el Círculo de Periodistas de Bogotá.”
Finalmente, José Mojica nos contó que una de las experiencias que jamás podrá olvidar fue la de estar viajando con el papa Francisco durante su visita a Colombia. “Efectivamente fui uno de los pocos periodistas colombianos elegidos por el Vaticano para acompañar al papa Francisco durante su visita a Colombia, saliendo desde Roma en todo el recorrido que hizo. En el vuelo de regreso, fui el único periodista que pude hacerle una pregunta durante la rueda de prensa que nos dio a los que le acompañamos en el avión. Realmente fue una experiencia personal y periodística maravillosa, a veces como que yo no me la creo, como que devuelvo el video y no lo creo. Aparte de todo, verlo en las calles cuando llegaba a las misas, fue realmente ver a un Santo y ver que la fe sigue más viva que nunca.”