Pasar al contenido principal

semana santa

Sáb 20 Abr 2019

Paz, perdón y narcotráfico, mensajes en sermones del Viernes Santo

Este 19 de abril, Viernes Santo, los obispos y sacerdotes del país durante el Sermón de las Siete Palabras, centraron su reflexión en temas coyunuturales para el país, presentamos algunos de los mensajes que el diario El Tiempo destacó La urgencia de una reconciliación nacional que conduzca a la paz, la necesidad de bajar los homicidios y feminicidios, la importancia de cuidar el medioambiente y la necesidad de ser solidarios con los migrantes venezolanos fueron algunos de los llamados que hicieron este Viernes Santo los obispos y arzobispos del país en el tradicional sermón de las Siete Palabras. Las palabras en pro del perdón y la reconciliación como camino más certero hacia la paz fueron muy reiteradas. “Cuán urgente es este mensaje de reconciliación en nuestro país y sociedad, teniendo presente el nivel de polarización y de odio que se ha ido incubando en el corazón de los colombianos y que se manifiesta en la falta de tolerancia frente a la diferencia, que vivimos a diario a toda escala y aparece de nuevo con fuerza”, dijo el presbítero Juan Ricardo González, de la Arquidiócesis de Medellín. “Nos toca a nosotros, pueblo de Colombia, convertirnos en la generación del perdón. La violencia acumulada y las heridas abiertas son tales que exigen empezar por ahí: reconciliarnos con Dios, con las almas y espíritus de las vidas humanas truncadas por nuestra culpa o desidia personal y colectiva”, dijo por su parte monseñor Darío Monsalve, arzobispo de Cali. El arzobispo de Tunja, monseñor Luis Augusto Castro, también habló sobre la necesidad de la paz, de retomar diálogos, y de “que el Estado se convierta en una oportunidad de esperanza para los más débiles”. En Medellín de igual manera manifestaron la preocupación por los actos de violencia que se han presentado en la región, y que van en aumento. “Preocupa de manera especial que en los municipios del valle de Aburrá, que conforman el territorio de nuestra Arquidiócesis, han crecido de manera alarmante los homicidios, lo que demuestra que es urgente trabajar por consolidar los procesos de paz, de perdón y reconciliación”, dijo el presbítero González, delegado arzobispal para las comunicaciones de la Arquidiócesis de Medellín. Así fue el viacrucis en Roma encabezado por el papa Francisco Papa dice que el cierre de puertas a migrantes es una cruz del mundo El papa dice que quien rechaza a los gays 'no tiene corazón humano' Por ese resurgir de la violencia, la protección de la vida fue otro común denominador en los sermones. Para el caso de Bogotá, el padre Rafael de Brigard, vocero de la Arquidiócesis de Bogotá, afirmó que el país debe actuar en pro de la defensa de los derechos humanos. “Queremos insistir en que se respete la dignidad de las personas, que se acaben los actos violentos en contra de los que piensan distinto o con los que se tienen diferencias”, dijo. En esa misma línea, la migración masiva de venezolanos a Colombia fue otra de las reflexiones. El monseñor Víctor Ochoa, obispo de Cúcuta, invitó, entre otras cosas, a los ciudadanos a no darles la espalda a los venezolanos que están llegando a la ciudad y al país. “Además de los migrantes, hay campesinos que no pueden acceder a la tierra; hay situaciones de violencia, y vamos a levantar la voz para defender la vida de los colombianos y extranjeros”, dijo Ochoa. La corrupción y el narcotráfico fueron otros temas que tocaron algunos representantes católicos. El monseñor José Luis Rueda, el arzobispo de Popayán, y quien es uno de los voceros de la Conferencia Episcopal en Colombia para dicho sermón, dijo que el país no puede permitir que “reine el narcotráfico”. “Estamos denunciando ante la cruz de Jesús que hay una narcoeconomía que nos está haciendo mucho daño. Necesitamos una economía ética que beneficie a todos, sobre todo a los más pobres”, manifestó. Rueda dijo también que en las manifestaciones públicas que se han presentado, como la minga indígena en Cauca, es necesario que se promueva la paz y la tolerancia. “Si humanizamos la protesta y el orden público, podemos encontrarnos en diferencias de pensamiento y no con la violencia”, agregó. Incluso, celebró que se conformen organizaciones y sindicatos para hacer peticiones. “Cuando se unen los obreros, campesinos, indígenas y afrodescendientes, entre otros, hay un signo de esperanza. Eso sí, toda protesta debe llevar una propuesta”. La garantía de los derechos de la mujer fue también otro de los pilares del sermón, pues destacaron el rol de ellas en la sociedad, sobre todo en épocas de guerra y posconflicto. “Las mujeres están en el centro del huracán. Hay mucho feminicidio que las pone en riesgo. Es necesario que todos seamos custodios de sus vidas”, dijo Rueda. El obispo de Quibdó, monseñor Juan Carlos Barreto, se concentró en la crisis humanitaria que se vive en el Chocó, y le pidió una rápida intervención al Gobierno Nacional. “Un tema importante es el acuerdo humanitario para el departamento, que era una de las expectativas con el acuerdo con el Eln, pero como este no se pudo llevar a cabo, se frenó”, dijo Barreto. El obispo de Quibdó le dijo a este diario que “hay temores relacionados con la extorsión a familias y comerciantes. Hay falta de protección a las comunidades después de que se fueron las Farc, y ahora llegan los paramilitares y el Eln. Calculamos que hay 7.000 personas que están confinadas y con riesgo de ser desplazadas. Y todavía no hay respuestas de la institucionalidad”. Incluso, en días pasados la Diócesis de Quibdó hizo una alerta temprana por la posibilidad de que se repita una masacre, como la de 2002 en Bojayá. Otro de los temas que se escucharon desde los púlpitos fue el de la necesidad de que los católicos se pongan la camiseta del planeta y ayuden a preservarlo. “En el valle de Aburrá hemos vivido una emergencia ambiental por la calidad del aire, que nos debe llevar a todos a ser conscientes de nuestra propia responsabilidad frente al ambiente”, subrayó González. Fuente: Diario El Tiempo

Sáb 20 Abr 2019

Sábado Santo: Vigilia Pascual

La vigilia de esta noche es el punto culminante del Triduo Pascual. Es la gran celebración del año litúrgico, porque en ella se celebra con júbilo la resurrección de Jesucristo. Es una celebración para vivirla con toda la intensidad necesaria, pues ella inaugura la cincuentena festiva de Pascua que, a la manera de un gran domingo, se prolonga desde esta noche hasta la solemnidad de Pentecostés. Unos momentos muy bellos se desarrollan en la celebración, iniciando con la bendición del fuego para encender el cirio pascual que representa a Cristo luz del mundo y del que todos los fieles congregados en el templo toman luz para sus cirios. Seguidamente, la liturgia de la Palabra que, entretejida por cantos y oraciones, va proclamando la historia de la salvación. Estas lecturas unidas al Gloria y al Aleluya, son la mejor narración del acontecimiento que celebramos este día: la resurrección de nuestro Salvador. Se continúa con la liturgia bautismal, momento para renovar nuestro bautismo. Y, finalmente, la liturgia de la Eucaristía, donde culmina la celebración pascual; allí se concentra la conmemoración más significante por el pan y el vino, que es un banquete pascual, signo de entrega y permanencia de muerte, de vida y de resurrección. Este es el núcleo, este es el corazón de nuestra vida de fe. Vivámosla con toda la alegría. ¡Aleluya, aleluya, el Señor resucitó!

Vie 19 Abr 2019

Viernes Santo: Últimos instantes de vida del Señor

Hoy no se celebra la Eucaristía, pero sí una liturgia muy especial que no debe confundirse con un funeral, porque lo que se contempla este día es el testimonio fiel de Jesús quien, por amor, llegó hasta el final: entregar su vida voluntariamente para salvar al ser humano de la muerte eterna. La celebración inicia con una conmovedora entrada al templo, en silencio, que motiva a la oración y a la contemplación. Inmediatamente se proclaman las lecturas del día, tomadas del libro de Isaías (52,12 – 53,12), del Salmo 30, de la Carta a los Hebreos (4,14-16; 5,7-9) y en el evangelio se lee la pasión de Nuestro Señor Jesucristo según san Juan (18,1 – 19,42) Sigue el momento de la oración universal, amplia, muy sentida e incluyente, pues no solo oramos por la Iglesia y sus ministros, sino también por los gobernantes, los judíos, los atribulados, los que no creen en Cristo ni en Dios… Se continúa con el momento central de la celebración: la adoración de la cruz, un gesto de fe y agradecimiento a Cristo por su sacrificio. Y se finaliza con la comunión, la cual se hace con el pan consagrado en el día de ayer. Hoy es un día, pues, para contemplar a Cristo en la cruz y reafirmar nuestra adhesión al camino que él nos propone, convencidos de que solo en él encontraremos la salvación. Y, también, es un día para avivar nuestra solidaridad con tantos hombres y mujeres que sufren en este mundo nuestro.

Jue 18 Abr 2019

Viacrucis callejero desvela los rostros del Cristo sufriente en las periferias de Bogotá

“A todos los cachivacheros, loteros, artistas callejeros, ciudadanos habitantes de calle, trabajadoras sexuales, los saludamos, no se olviden que estamos en Semana Santa también, bendiciones para todos”. Así vocifera en las frías calles de Bogotá el sacerdote franciscano Gabriel Gutiérrez, mejor conocido como fray Ñero (compañero), director de la fundación Callejeros de la misericordia, quien por segundo año consecutivo realiza el llamado ‘viacrucis callejero’. En compañía de niños, jóvenes y adultos, pertenecientes al Banquete del Bronx y las fundaciones Callejeros de la misericordia y Callejeras, como también sus propios hermanos de la orden franciscana de Bogotá, el presbítero ha organizado al escalpelo este encuentro con un Cristo que sufre a diario los estragos de la indiferencia de una sociedad y Estado excluyentes, de espaldas a la realidad. Una cruz de madera va al frente de la procesión, cantos, termos repletos de tinto (café), panes, huevos cocidos y salchichón, pero sobre todo un corazón dispuesto a abrazar y como el Cirineo a ayudarlos a llevar su cruz. Vida Nueva acompañó esta experiencia, única en la capital del séptimo país más católico del mundo, según datos suministrados por el Vaticano en 2017. Encontrarnos con Dios Bajo el lema de callejear la fe, el propio fray Gutiérrez ha dicho: “nosotros llegamos, les saludamos y abrazamos como a iguales, no nos vamos a encontrar ni con prostitutas, ni con drogadictos, ni malandros, ni habitantes de calles, vamos a encontrarnos con seres humanos que están en una situación muy especial y que tienen dignidad”. El religioso también ha destacado que en estos hermanos “recordamos al Cristo sufriente que encontramos en los pobres, en los enfermos, en los necesitados, en todo aquel que necesite ayuda de alguien”, por tal razón “a ninguno los juzgamos, con ninguno discutimos, les llevamos el Evangelio a las calles”. En este sentido, el franciscano ha explicado que precisamente el término ‘callejear la fe “es dar testimonio con la presencia, por eso saludamos con cariño, saludamos con amor, compartimos con las personas, oramos y allí encontramos la presencia de Dios, que está en cualquier esquina, en cualquier burdel, en cualquier bar, allí está también Dios, un Dios que sufre en una sociedad del descarte”. Dios los bendiga padrecitos Los típicos personajes del viacrucis son suplantados por una cuadrilla de niños, jóvenes y adultos, identificados con unas camisetas estampadas en vivos colores amarillo, marrón, azul y verde. La cruz la lleva un habitante de calle –en proceso de reinserción– quien encabeza la procesión. “No se separen”, aconseja fray Ñero, porque justamente a esa hora el grupo arriba a la denominada ‘zona de tolerancia’, donde la prostitución es permitida y, claro está, con esta se cuelan otras prácticas ilegales. Es un submundo encarnado en el centro de Bogotá, en el barrio Santa Fe, detrás de la avenida Caracas, paradójicamente repleta de venezolanos. El reloj marca las 6.00 en punto de la tarde, la noche bogotana con su frío intenso y garúas intermitentes abraza a todos. Las miradas perplejas y de curiosidad de trabajadoras sexuales, recolectores y de migrantes venezolanos llegan al grupo que se instala en una esquina. “Hermanos y hermanas, Dios les bendiga, los que quieran vengan a tomarse un cafecito y comerse un pan”. Es la invitación que hace el padre. Entre compartir el café y el pan, se hace el canto, la oración y una que otra jaculatoria. “Dios los bendiga, padrecitos”, suelta una mujer, que frisa los 40 años, se siente conmovida. “En mi país fui evangélica, pero lamentablemente tocó dejar todo y dedicarme a esto”. El acento caraqueño revela su origen. Se despide con su pan y su café. Sus tacones rocambolescos se pierden en la esquina. Crucifixión que se extiende En el viacrucis callejero escenas como esta se repiten, de mendigos políglotas, de artistas callejeros que pueden en un rap improvisar versos con una rima sin igual, de prostitutas con historias conmovedoras, por eso fray Gutiérrez recuerda: “fuimos a encontrarnos con muchas personas que normalmente por su situación de calle, por su trabajo, piensan que están por fuera de la iglesia, pero aun así siguen siendo muy espirituales y especiales”. “Todo esto nos indica que no es un viacrucis histórico el que estamos conmemorando, sino que es la pasión que se extiende, es una crucifixión que se extiende, es una sentencia de muerte que se extiende, la sentencia de discriminación que se extiende, que encontramos y vemos en los empobrecidos de hoy, en los necesitados de hoy, no solo de aquellos que les falta lo material sino de aquellos que no encuentran el camino y que sus cruces a veces son tan pesadas y que no tienen a nadie que se las ayude a cargar”, agrega. “El viacrucis callejero es una manera de ayudar a cargar esas pesadas cruces de la exclusión y el abandono, ver con ojos misericordiosos sus historias de vida, sus dramas y sufrimientos de esas personas que nos encontramos en las calles”, ha destacado el sacerdote franciscano. Erradicar la habitabilidad de calle Más allá de estas acciones, por cierto de un inmenso valor espiritual, el equipo de la fundación de Callejeros de la Misericordia está consciente que el problema de habitabilidad de calle debe ser erradicado, pero con perspectiva de derechos, con inclusión social. Al respecto Diana Granados, tesorera de la fundación, ha comentado que en el viacrucis de este año están participando ex habitantes de calle, quienes recibieron el pan y el café anteriormente, pero que ahora están trabajando en sus carritos de frutas: “sin duda esto es una maravilla, no son uno ni dos, son muchos, ahora venden sus tintos, no esperan que alguien vayan a darles sino que han tomado conciencia y pueden ganarse la vida honradamente”. Se necesitan manos solidarias Desde la fundación de Callejeros de la misericordia recuerdan la imagen del cirineo que ayudó a Jesús a cargar la cruz, en este sentido con el viacrucis encuentran un lugar teológico de denuncia de la injusticia, pero también del anuncio de la buena nueva: “esa semilla que va naciendo para llevar el Evangelio de la manera más sencilla como lo hizo san Francisco”. La invitación es para que desde la fe se pueda dar ese aporte para erradicar la habitabilidad de calle, garantizando la plena reinserción, porque “no basta con sacarlos de las drogas, tienen derecho al trabajo digno, a la salud, a la vivienda”, ha asegurado su director. Entre los proyectos, el presbítero ha mencionado que están en la búsqueda de construir un centro de atención y escucha al ciudadano habitante de calle, pero para que esto suceda “necesitamos de manos solidarias que hagan de este sueño una realidad, especialmente en beneficio de esos rostros de Cristo que sufren la indiferencia”. Fuente: Portal digital Vida Nueva

Jue 18 Abr 2019

Jueves Santo: para reflexionar en el amor

La cuaresma, iniciada el Miércoles de Ceniza, termina hoy Jueves Santo, en la tarde, con la hora menor (Nona) de la liturgia de las horas. En la mañana de este día, en muchas catedrales del mundo, se celebra la Misa Crismal en la que el obispo, junto con los presbíteros que lo acompañan en la tarea pastoral, renuevan las promesas sacerdotales pronunciadas el día de la ordenación. Además, el obispo bendice el óleo de los enfermos, el de los catecúmenos y el santo crisma. En algunas jurisdicciones eclesiásticas, por conveniencias pastorales, la Misa Crismal suele hacerse el jueves anterior o uno de los tres días previos al Triduo. Ya en la tarde, con la Misa de la Cena del Señor, comienza el Triduo Pascual que se extiende hasta el Domingo de Resurrección. En ella, la Iglesia Católica conmemora la institución de la Eucaristía en la última cena del Señor, el sacramento del orden sacerdotal y el mandamiento del amor. Un signo especial en esta Eucaristía es el lavatorio de los pies, con el cual se recuerda que esta acción la tuvo Jesús con sus discípulos para enseñarles que, así como Él vino a servir y no a ser servido, ellos y todos los cristianos estamos llamados a servir a los demás en nuestro camino de vida. Al final de la celebración, se reserva la Eucaristía para la comunión del día siguiente.

Lun 15 Abr 2019

Lunes, martes y miércoles Santos: Por qué son importantes y cómo vivirlos

Estos tres días, dan la oportunidad de disponer el espíritu para vivir la pasión, muerte y resurrección del Señor Jesús, con verdadera fe y recogimiento. ¿Cómo se celebrar estos días? Lo hacemos participando de la Santa Misa, celebrando el sacramento de la penitencia y haciendo el ejercicio del Santo Viacrucis y meditando la Palabra de Dios. Para reflexionar:Jesús nos advierte la necesidad de convertirnos, o sea de cambiar de vida, profunda y radicalmente. Que no bastan cambios superficiales, no alcanza participar de ritos o celebraciones. Estamos llamados a cambiar el corazón, a hacer nueva nuestra mentalidad. Se propone vivir tres momentos que son fundamentales: El primero: El silencio. Es necesario disponer el espíritu y abrir el corazón para escuchar la Palabra de Dios. Este trabajo no se hace de cualquier manera. El silencio es el lenguaje de Dios, que nos permite la meditación, que nos permite un buen discernimiento, que nos permite una oración profunda. Segundo: La reflexión. Días muy propios para pensar y entender dónde nos encontramos y hacia dónde debemos caminar según la voluntad del Señor. Tercer: La reconciliación. Estos días son un momento para acercarnos al Sacramento de la reconciliación, donde se experimenta el gran amor misericordioso de Dios Padre que nos espera para darnos el perdón de nuestros pecados.

Dom 14 Abr 2019

“Vivamos la Semana Santa como un tiempo de gracia y salvación”: Card. Salazar Gómez

El Cardenal colombiano, Rubén Salazar Gómez, recordó a los católicos que esta Semana Santa debe ser aprovechada para hacer un discernimiento personal, por lo que invitó al recogimiento y a la escucha de la palabra de Dios. “Dediquemos un poquito de tiempo al recogimiento, a escuchar la Palabra de Dios, a participar en las celebraciones litúrgicas, pero sobre todo a entrar en una profunda revisión de nuestra vida, para que de esa manera podamos celebrar dignamente estos misterios y llenarnos de la luz, de la fuerza, de la gracia que Él nos da”, afirmó el Prelado. El también presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano –CELAM- dijo, además, que estos son días que muestran de una manera absoluta y única el amor de Dios por los hombres. Por tanto, son acontecimientos que invitan a vivir a profundidad el amor a Dios, que tiene que manifestarse en el amor a los demás. “La Semana Santa, como lo dice la Palabra, es una semana especial en el contexto del año. Es una semana dedicada especialmente a Dios. ¿Para qué? Para llenarnos de su presencia, de su amor y por lo tanto poder vivir a lo largo del año llenos de esa presencia misericordiosa”. El Arzobispo de Bogotá recordó que los católicos celebran el misterio de la muerte y resurrección de Cristo “no como un misterio de algo que sucedió hace algún tiempo, ¡No! Es algo siempre actual, porque la Resurrección del Señor precisamente significa que Dios ha vencido definitivamente la muerte y nos ha dado la vida”, agregó, además, “que esa vida se debe manifestar en el amor especialmente a los demás, en la familia, en el trabajo, hacia los más pobres, los más necesitados, los que necesitan de nuestra ayuda”.

Dom 14 Abr 2019

Domingo de Ramos en la Pasión del Señor

Hoy se abre la puerta para acompañar al Maestro en el momento de su Pasión, Muerte y Resurrección. Este es el último domingo de Cuaresma en el que se conmemora la entrada de Jesús en Jerusalén, aclamado como Mesías, que viene en nombre del Señor, y la solemne proclamación de la Pasión y Muerte en la cruz del Maestro. El Domingo de Ramos celebra la Pascua del Señor, es decir, su paso de la muerte a la resurrección. Es un día donde se abre una gran puerta, se abre la puerta de la Semana Santa. En su entrada triunfal a Jerusalén, Jesús da ejemplo de sencillez, humildad y paz entrando sobre un burrito, el animal del pobre. En este día profundizamos en el infinito amor que Dios nos tiene, un amor que lo llevó a entregar a su propio Hijo a la muerte para darnos vida. El sacerdote lleva vestiduras rojas, signo de la realeza de Jesús y de su martirio en la Pasión. Los fieles acompañan este día llevando ramas o pañuelos blancos en reconocimiento de que es el rey que viene en el nombre del Señor.