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Actualidad

Lun 6 Jul 2020

Iglesia reflexiona claves pastorales para continuar la tarea evangelizadora

Este lunes 06 de julio se ha dado inicio a la 110 Asamblea Plenaria de Episcopado Colombiano que, en esta ocasión y de manera inusual, se realizará virtualmente. Cada uno de los arzobispos, obispos y vicarios apostólicos, se encuentran en sus respectivos territorios desde donde, gracias a la tecnología, se conectan con la sede del episcopado en Bogotá, donde está el secretario general de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), monseñor Elkin Fernando Álvarez Botero, junto con varios directores de departamento de la institución. En su discurso de apertura, monseñor Óscar Urbina Ortega, presidente de la CEC, se refirió a la crisis sanitaria que afecta al país y al mundo entero, tema central que marcará la reflexión de los obispos. Al respecto, dijo que la transformación que la Iglesia colombiana requiere ahora, comienza por la toma de conciencia del momento complejo que se atraviesa por cuenta de la pandemia. “Desde una perspectiva de fe, la trágica y dolorosa crisis sanitaria nos introduce, sin embargo, en un nuevo tiempo de gracia, en un Kairós con múltiples desafíos que es preciso discernir y a los cuales es necesario responder, pero que en últimas, nos confronta con la permanente novedad del Evangelio que es el llamado a la conversión”, afirmó. La agenda de trabajo, que se extenderá hasta el miércoles 8 de julio, permitirá que los obispos del país se encuentren a través de una plataforma virtual y reflexionen sobre un objetivo planteado para esta ocasión: el “discernir, a la luz del Evangelio, la hora presente de la Iglesia y el mundo, marcada por la pandemia del Covid-19, que nos pide pensar y replantear las realidades fundamentales de la convivencia social, religiosa, política, económica, cultural y ecológica, para situar la misión de la Conferencia Episcopal en este contexto y establecer sinodalmente las claves y directrices pastorales para continuar la tarea evangelizadora”. El también arzobispo de Villavicencio mencionó en su alocución que esta Asamblea cierra las dos primeras décadas del tercer milenio y plantea un nuevo horizonte para el camino de la Iglesia. “Estas dos décadas se cierran con un fenómeno de pandemia que ha paralizado al mundo y que pone en cuestión el camino, la metodología, las opciones y hasta las finanzas de la Iglesia. Se abre un horizonte que parece brumoso, incierto y hasta tenebroso”. Así mismo recordó la misión por la que fueron llamados al servicio episcopal, la de guiar y estar al servicio de los demás, dijo que para realizar esta misión se requiere de creatividad y liderazgo enraizado en la persona de Jesús. “Esto implica cambiar los paradigmas y ser dóciles para dejarnos guiar por el Espíritu Santo, que nos llena de valor, imaginación y creatividad para favorecer nuevos ministerios y servicios e ir como Jesús hacia las periferias, y para salir como los Apóstoles de los cenáculos que encierran y no confrontan”. Pidió no ver este momento de la pandemia como una fatalidad irreversible, sino más bien como una posibilidad de conversión y cambio en el ser humano y agregó que “el corazón humano, centro de nuestro trabajo evangelizador, desempeña un papel relevante para ayudar a gestar un mundo nuevo, en medio y después del drama que estamos viviendo (…) El tiempo que vivimos es el terreno donde acontece la obra buena de Dios en nosotros. Señala horizontes y empieza a hablarnos de Dios. Él, interviene y revela comienzos completamente nuevos”. Estamos iniciando una nueva forma de ser Iglesia en salida Acentuó que en este momento de la historia humana la Iglesia debe estar en la capacidad de evangelizar como Jesús y estar atenta a realizar un discernimiento sobre el qué hacer, cómo y a quién servir. “El discernimiento nos convoca a la comprensión espiritual y a la acción que nos exige una profunda formación espiritual, que cobije toda la persona”. Lo anterior añadió “nos pide mirar la cultura expresada en estos momentos de cuarentena, no para juzgarla, menos acusarla, sino para una toma de conciencia”. Por otra parte, observó que la pandemia ha llevado a crear una cultura del uso de la tecnología, es decir, a una globalización desenfrenada; “esto expresa una fe insaciable de respuestas que sin duda están indicando la necesidad de un encuentro de la cultura con el misterio, para una experiencia profunda de Dios”, por lo que pidió hacer una lectura cuidadosa sobre el comportamiento de las personas en estos momentos de crisis, sus necesidades, líneas de pensamiento, modelos de vida que hayan podido ser afectados, pero no solo de los creyentes, sino de los diferentes actores presentes en este contexto. “Todo esto desvela ante nuestros ojos la necesidad que el servicio del Evangelio vaya al corazón de la cultura colombiana, profundamente mestiza y a la vez hija de nuestro tiempo; se requiere conocer sus profundas raíces que impactan en las toma de decisiones de las personas y en la que sutil o explícita aparece la presencia divina; no podemos cerrar los ojos, ante una identidad cada vez más frágil, que no permite enfrentar el pluralismo, ante una mentalidad materialista y superficial, ante las violencias que se extienden a lo largo y ancho del país, y ante la deshumanización que impide dejar salir las bondades que se esconden en el propio corazón para reconocer y vivir la fraternidad”, aseveró. Nuestra tarea es hacer posible nuevos comienzos de la fe Monseñor Urbina advirtió que en estos momentos en que la Iglesia no ha podido acompañar de cerca a sus fieles, ni recibirlos en los templos, es cuando más se requiere de creatividad pastoral, así como lo ha venido haciendo, valiéndose de las redes de la información y de los medios de comunicación. “Necesitamos generar proyectos y objetivos claros, dinamizadores que pongan en movimiento las comunidades locales (…) Nuestra tarea es hacer posible nuevos comienzos de la fe, favorecerlos, acompañarlos en un clima de humildad y espíritu de servicio. Estamos iniciando una nueva forma de ser Iglesia en salida”. Apuntó que solo se logrará llegar a un nuevo amanecer, a la superación de la pobreza, la reconciliación, la fraternidad y la fe de los pueblos, si se trabaja de manera sinodal comunicando la esperanza como “pueblo Santo de Dios que peregrina en Colombia”, es decir, siendo misioneros de esperanza y sirviendo a los más necesitados.. “Nuestra espiritualidad misionera debe vivir la experiencia del servicio a los hermanos que sufren, como el mejor lugar de encuentro con Jesucristo. Él es la Piedra Angular de la esperanza para Colombia. Él nos hace ver con realismo nuestras posibilidades de un nuevo futuro, nos acompaña y previene contra el pesimismo reinante que atemoriza, y no nos deja caer en la tentación de euforia, que ciega ante los obstáculos en el camino de un futuro nuevo”. Finalmente, al referirse a las diferentes realidades y preocupaciones que aquejan a cada uno de los obispos en sus regiones, el prelado evocó las palabras que el Papa Francisco pronunciara en su visita a Colombia: “Siento el deber de transmitirles mis ganas de darles ánimo. Los animo, pues, a no cansarse de hacer de sus Iglesias un vientre de luz, capaz de generar, aun sufriendo pobreza, las nuevas creaturas que esta tierra necesita. Hospédense en la humildad de su gente para darse cuenta de sus secretos, recursos humanos y de fe, escuchen cuánto su despojada humanidad brama por la dignidad que solamente el Resucitado puede conferir. No tengan miedo de migrar de sus aparentes certezas en búsqueda de la verdadera gloria de Dios, que es el hombre viviente. ¡ánimo! Los animo en este camino”.

Sáb 4 Jul 2020

La Asamblea del Episcopado colombiano virtual

En medio de la contingencia que nos ha tocado vivir por la pandemia del coronavirus, se realizará de forma virtual la 110ª Asamblea del Episcopado Colombiano, los días 6, 7 y 8 de julio, no sin antes haber tenido dos encuentros preparativos, también de forma virtual, de las Comisiones episcopales y las Provincias Eclesiásticas. El objetivo general de la Asamblea convocada es “discernir, a la luz del Evangelio, la hora presente de la Iglesia y el mundo, marcada por la pandemia del Covid-19, que nos pide pensar y replantear las realidades fundamentales de la convivencia social, religiosa, política, económica, cultural y ecológica, para situar la misión de la Conferencia Episcopal en este contexto y establecer sinodalmente las claves y directrices pastorales para continuar la tarea evangelizadora”. Sin duda que será una reunión del todo inédita. Un nuevo aprendizaje, no siempre fácil, nos ha tocado hacer a los Obispos. Es cierto que sentimos nostalgia, pues cada Asamblea, más que el trato de temas y situaciones especiales, es una ocasión de compartir personalmente con los hermanos obispos, fortaleciendo los vínculos de la colegialidad episcopal, la fraternidad y la ayuda espiritual, pues cada reunión tiene una alta dosis de encuentros y celebraciones litúrgicas, en especial la santa Misa concelebrada por todos. Con base en el propósito de esta reunión, aprobada por la Congregación para los Obispos por su especificad, es importante que los presbiterios, las comunidades religiosas, los grupos apostólicos y los fieles en general, se unan en oración para que podamos tener una reunión fructífera. Los retos y necesidades son innumerables. Las enseñanzas de este tiempo de “encierro” tocan todos los campos de la vida individual, de las comunidades eclesiales y el mundo en general. Por eso, haremos los obispos una aproximación a la situación actual, a las luces y sombras que han aparecido en estos días. Igualmente, se compartirán las acciones concretas que la Iglesia colombiana ha hecho en favor de los más necesitados, de los enfermos, de los migrantes, de los presos y de quienes se han visto afectados humana, psicológica y espiritualmente por la pandemia. Se evaluará la presencia física y a través de los medios de comunicación, TV, radio y redes sociales de la Iglesia con las celebraciones litúrgicas, las jornadas de oración, las consejerías y las múltiples iniciativas que los sacerdotes en general han tenido para acompañar a sus fieles y hacer cercano el abrazo paternal del Señor que no abandona a sus hijos. Pero también nos vamos a preguntar sobre el futuro de la Iglesia y su acción evangelizadora en la época de la post pandemia, pues el mundo y la Iglesia no serán iguales una vez pase esta prueba. Más aún, no es necesario mirar al futuro, el presente nos habla a gritos diciéndonos que muchas cosas han cambiado ya. ¿Qué lecciones nos está dejando la pandemia? ¿qué caminos nos está señalando Dios en este momento? Serán las preguntas claves de nuestro encuentro virtual. Nos vamos a preguntar, seguramente, sobre el significado de la “nueva normalidad” de la que se habla tanto, y la visión que desde el humanismo cristiano esa “nueva normalidad” deberá tener. En fin, desde ahora los obispos nos ponemos en las manos de Dios, le pedimos su luz y su fuerza para entender este su kairós y la paciencia para estar cerca de seis horas diarias delante del computador. + Luis Fernando Rodríguez Velásquez Obispo Auxiliar de Cali

Dom 28 Jun 2020

Diplomado protección de menores y personas vulnerables

La formación virtual, ofrecida por el Centro de Investigación y Formación Interdisciplinar para la Protección del Menor (CEPROME) de la Pontificia Universidad de México, con el apoyo del Consejo Latinoamericano CEPROME, se desarrollará del 20 al 31 de julio. El diplomado, dirigido a comisiones nacionales, diocesanas y congregacionales de protección de menores y personas vulnerables, será orientado por profesores, especialistas en el tema, provenientes de Argentina, Chile, México, Colombia y España. “La seriedad y el profesionalismo de CEPROME, de la Pontificia Universidad de México y de la Congregación para la Doctrina de la Fe, aseguran que el Diplomado adopte una visión cristiana del ser humano e intenta dar respuesta integral al reiterado llamado del Papa Francisco de erradicar de la Iglesia y del mundo el flagelo de la violencia y los abusos sexuales”, señalan los organizadores. Temáticas que abordará la formación: - El abuso sexual en la Iglesia: Contexto histórico - La respuesta de la Iglesia desde los últimos pontificados y documentos normativos - Nociones generales y presupuestos básicos - Comisión de protección de menores: estructura y conformación - Abordaje jurídico secular - Abordaje jurídico canónico - Aportaciones desde la psiquiatría y la psicología - Recepción del informe - Acompañamientos y procesos - La cultura de la protección: Misión de la comisión - La formación permanente de la comisión Inscripción: Las personas interesadas deben ser presentadas por la respectiva autoridad eclesiástica y realizar su inscripción a través de: https://bit.ly/38aw1y4 Costos: $2,000 MXN (pesos mexicanos) $90 USD (dólares americanos). Mayor información: https://bit.ly/3ieRNVW

Sáb 27 Jun 2020

Jornada Mundial de la Caridad del Papa, aplazada por emergencia sanitaria

Debido a la pandemia ocasionada por el Coronavirus, la colecta mundial del Óbolo de San Pedro ha sido aplazada para el domingo 4 de octubre. Cada año, en la solemnidad de los santos Pedro y Pablo, o el domingo más cercano a esta celebración, la comunidad católica tiene la oportunidad de unirse al Papa a través de la oración y el aporte económico voluntario que se ofrece en la colecta del Óbolo de San Pedro. “Considerando la situación de emergencia sanitaria actual, el Santo Padre ha establecido que en el año 2020 la colecta para el Óbolo de San Pedro, que se lleva a cabo tradicionalmente en proximidad de la solemnidad de los santos Pedro y Pablo, el 29 de junio, se traslade en todo el mundo al domingo XXVII del tiempo ordinario, el 4 de octubre, día dedicado a San Francisco de Asís”, afirmó el director de la oficina de prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni, el pasado 29 de abril. El Óbolo de San Pedro, también conocida como la Jornada mundial de la caridad del Papa, es una campaña de oración y de ayuda económica que los fieles ofrecen al Santo Padre, para el apoyo de las obras que él lidera en beneficio de la Iglesia universal, dirigidas especialmente a los más necesitados. Algunas de las obras hechas por el Santo Padre con estos donativos, corresponden a la ayuda a diócesis pobres que existen en el mundo, a los institutos religiosos y a los fieles en dificultad (pobres, niños, ancianos, marginados, víctimas de la guerra, prófugos y emigrantes). Asimismo, parte de este dinero se dirige a la colaboración humanitaria cuando suceden desastres naturales o también para favorecer la educación católica en lugares que no cuentan con los recursos suficientes para tal fin.

Jue 25 Jun 2020

Encuentro sobre el Documento "Pandemia y Fraternidad Universal"

La tarde del 23 de junio se llevó a cabo un encuentro “on line” entre la Pontificia Academia para la Vida, el Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral y los representantes de las Conferencias Episcopales del norte de América Latina (Colombia, Centroamérica, Cuba y México), para profundizar acerca del tema de la pandemia. El diálogo se centró en el documento: "Pandemia y Fraternidad Universal", que fue presentado por la Pontificia Academia para la Vida y que aborda el tema de la emergencia del COVID-19. Por Colombia participaron monseñor Elkin Álvarez Botero, secretario general de la Conferencia Episcopal, y monseñor Héctor Fabio Henao Gaviria, director Secretariado Nacional de Pastoral Social - Cáritas Colombia. Compartamos algunos aspectos que el portal digital Vatican News ofrece como conclusiones de esta reunión. La salud como bien público "Nos interesa un diálogo sobre los problemas de salud y el bien común y esto es un primer paso para salvar vidas humanas: la salud como bien público", explicaron los representantes de los episcopados. Por su parte, monseñor Vincenzo Paglia, presidente de la Pontificia Academia para la Vida, reconstruyó las etapas más importantes que han marcado la actividad del organismo pontificio. Humana communitas en la era de la pandemia "La Academia ha publicado una primera nota titulada Pandemia y Fraternidad Universal, el 30 de marzo", dijo monseñor Paglia y añadió que "en los próximos días saldrá un segundo documento, dedicado específicamente al tema de la salud pública, Humana communitas en la era de la pandemia: reflexiones sobre el renacimiento de la vida". Cambio de época El presidente de la Pontificia Academia para la Vida anticipó, asimismo, que "se está trabajando en un texto sobre los ancianos, que han sido y siguen siendo las víctimas más numerosas de la pandemia". Estos textos se entregarán a la reflexión de todos para ayudarnos a entender el significado de lo que está sucediendo en el mundo hoy en día. Y añadió que se dan cuenta de lo oportuna que es la afirmación del Papa Francisco, aclarando que: "No estamos en una época de cambios, sino de cambio de época. No cabe duda de que todo el horizonte de la atención médica debe ser repensado, tanto a nivel regional como internacional". “Lo que está en juego –dijo- es complejo y abarca varias áreas, desde la integridad de la investigación científica hasta su libertad con respecto a cuestiones de beneficio económico. En este contexto, se pide que se replanteen las instituciones internacionales relacionadas con la salud de todos los miembros de la familia humana que viven en la casa común, que es el planeta". En el curso del foro, el sociólogo Gianni Tognoni, denunció la "fragmentariedad” de las respuestas de los gobiernos y de los científicos frente a la crisis, mientras monseñor Héctor Fabio Henao, director de Caritas Colombia, volvió a referirse a la gravedad de la actual crisis ambiental y su impacto en la salud. Monseñor Carlos Garfias (de México) insistió en la solidaridad y en las respuestas que la Iglesia puede ofrecer a las poblaciones perdidas. También para monseñor Alfonso Miranda (de México), generar esperanza y dar respuestas concretas es fundamental frente a la crisis laboral y social provocada por la pandemia. Por su parte, monseñor Elkin Álvarez habló de la grave "desarticulación de las instituciones" y de la falta de respuestas frente a las necesidades de la población de Colombia. En conclusión, se pidió a la Pontificia Academia para la Vida que acompañe la reflexión de la Iglesia en América Latina para asegurar que la misma Iglesia sea capaz de generar esperanza y solidaridad. A la vez que monseñor Paglia reiteró: “Necesitamos reformas del sistema de salud, pero sobre todo un cambio decisivo hacia una civilización del amor, de la solidaridad, y de la fraternidad”.

Mié 24 Jun 2020

“Pido a Dios ser un buen testigo de la verdad en esta región cordobesa”

Así lo expresó el nuevo obispo de Montelíbano, monseñor Farly Yovany Gil Betancur, quien tomó posesión de su sede este este miércoles 24 de junio, durante la solemnidad de la natividad de san Juan Bautista. “Hoy, asumo para mí las palabras del Señor a san Pablo: “Te basta mi gracia” (…)Recibo las llaves y la espada de san Pedro y san Pablo, para abrir el tesoro de las gracias para esta comunidad y para defenderla de las amenazas de los enemigos que pretenden robar la fe y la esperanza sembrada en tantos años por tantas personas (…) Abriré mis brazos y mi corazón para custodiar a todo el pueblo de Dios peregrino en esta mi Diócesis”, afirmó el prelado. En una ceremonia realizada en la catedral de Montelíbano, el nuevo obispo centró su reflexión en torno a la figura de Juan el Bautista, “Siervo del Señor”, así, explicó: “el episcopado se presenta como un servicio concreto para hacer un discipulado misionero”, y esta es la tarea del obispo “ser luz para llevar la salvación a las comunidades”, a la vez que reconoció la labor evangelizadora que por años ha marcado el caminar de esta tierra cordobesa. “Aquí, en esta catedral de la Santa Cruz, en esta capital del níquel de América Latina, recibo este encargo pastoral. Vengo en nombre del Señor que, como a san Juan Bautista, elige, consagra y envía a una misión. Llego como sucesor de los Apóstoles, a ratificar el llamamiento que el Señor me ha hecho”. Igualmente, haciendo referencia a las palabras de Juan Bautista: “es preciso que Él crezca y que yo disminuya”. El obispo también dijo: “vengo a estas tierras para evangelizar, para vivir el Reino de Dios con ustedes y servir con humildad, para hacer que Jesucristo aparezca radiante y con todo su esplendor”. Agregó que la grandeza del episcopado está en ser esa figura paterna dispuesta a entregarse a un grupo de “hijos para hacerlos crecer” y -continuó- “espertenecer y entregarse a una familia para alimentarla y fortalecerla, en procura de adelantar en sus vidas el proyecto de Dios (…) Vengo en nombre del Señor, Luz del mundo, a acogerlos a todos, a desgastarme por el bien espiritual y material de cada uno”. Juan el Bautista se proclama como ‘la voz que grita en el desierto’, así mismo el prelado señaló estar dispuesto a prestar su voz a la Palabra Divina y al mensaje de salvación, para que desde las comunidades se descubran nuevos portavoces de Dios que anuncien la Buena Nueva. Al hacer un recorrido sobre quienes han sido sus antecesores en esta sede episcopal y la huella que han impregnado, no solo en lo pastoral sino en lo social, reafirmó su total disponibilidad para dar continuidad a estos procesos evangelizadores, pidiendo la unión “para que allanemos caminos, enderecemos sendas, seamos voz que clama desde todo el territorio diocesano”. Al admirar la gran riqueza que estas tierras cordobesas tienen en su diversidad de personas, culturas, tierras, flora y fauna, el prelado pidió orar por la purificación de esta región para que cesen los flagelos que afectan estos territorios. “Oremos para que tenga un progreso integral, buscando el bien común, alejando toda forma de egoísmo y violencia. Que todos los que habitan estos siete municipios, con sus corregimientos y veredas, estén llamados a anunciar y vivir el Evangelio”. Finalmente, pidió a toda la comunidad diocesana orar ante Dios por su ministerio pidiendo al Señor le conceda las tres“cercanías” que propone el Papa Francisco para un ministerio episcopal fecundo:“Cercanía con Dios, cercanía con los sacerdotes y diáconos, y cercanía con el pueblo de Dios”. Saludos y agradecimientos Expresó su saludo al Papa Francisco a quien le manifestó su comunión y obediencia; al Nuncio Apostólico en Colombia, monseñor Luis Mariano Montemayor; a los obispos de la Provincia Eclesiástica de Cartagena, y a todos los obispos del colegio episcopal; también saludo a los sacerdotes, seminaristas, comunidades religiosas, movimientos eclesiales, asociaciones y consejos pastorales, comunidades parroquiales, grupos apostólicos y a todos los fieles de esta jurisdicción. "A todas las comunidades parroquiales, desde ya un saludo muy especial. Espero encontrarme muy pronto con cada una. En cada comunidad un abrazo a todas las familias, una bendición para cada una de ellas, de manera especial un saludo a los campesinos, a los enfermos. Que la gracia, el amor y la paz permanezca en cada corazón de los fieles diocesanos". También saludó al Gobernador de Córdoba,Orlando Benítez Mora, a los señores parlamentarios, al Alcalde de Montelíbano, José David Cura, a los concejales del municipio, a los demás alcaldes de los municipios que conforman la Diócesis y a sus concejales, a las demás autoridades civiles, militares, judiciales y de policía. Al dirigirse a su familia sostuvo: "Desde estas tierras cordobesas un saludo amoroso a mis familiares. A mis padres, gracias por la vida y la fe; gracias por ese amor incondicional. A mis hermanos y a sus familias, un agradecimiento por su amor y compañía para seguir dando este sí al Señor. A los demás familiares mi recuerdo agradecido". También agradeció y saludó al clero de la diócesis de Santa Rosa de Osos, a sus paisanos donmatieños y a todos aquellos amigos por donde ha pasado a lo largo de estos casi veinte años de ministerio sacerdotal. Fotos: Of. de comunicaciones diócesis de Montelíbano [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar homilía[/icon]

Sáb 20 Jun 2020

"Volver los ojos al Corazón de Jesús", pidió a los colombianos Arzobispo de Bogotá

En la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, fiesta que celebró la Iglesia católica este 19 de junio, el arzobispo de Bogotá, monseñor Luis José Rueda Aparicio, en un acto eucarístico que se realizó en el templo del Voto Nacional, pidió a los colombianos orar por la paz y la reconciliación de nuestra Nación. Durante su homilía hizo memoria del significado que este templo ha tenido desde sus inicios en el Siglo XX para la historia del país como símbolo de paz y reconciliación. Expresó que este lugar seguirá siendo un signo de esperanza donde los colombianos se reúnan para pedir por una verdadera unidad, “aunque a veces el pesimismo de la paz y la reconciliación agobie a las regiones y a los líderes de nuestro país, sin embargo, el Señor está haciendo su obra en medio de nosotros”, por lo que agradeció a la comunidad de los padres Claretianos, cuidadores de este templo, considerado patrimonio histórico, haberle permitido renovar “la consagración como personas, como familias y como país, al Corazón de Jesús”. El prelado continúo su reflexión tomando la lectura del Salmo 102 sobre el que resaltó tres aspectos: Él perdona todas tus culpas, Él cura todas tus enfermedades, y Él te colma de gracia y de ternura. Él perdona todas tus culpas Describió cómo el ser humano hoy reconoce sus pecados personales, familiares o sociales: “Esas clases de pecado que acompañan la vida de nuestras ciudades, de nuestros campos, de nuestras familias, de nuestras regiones”, pero advirtió como estos pecados se han ido convertido en algo que hace ver la guerra como algo normal, es decir, “nos hace ver el narcotráfico como una realidad económica que hace parte de nuestra vida, nos hace ver la corrupción como una realidad que no tiene solución”. “Reconocemos que hay pecado en todos los corazones de nosotros y, por eso, renovar la consagración al Corazón de Jesús y al amor de la Virgen María es reconocernos pecadores y solamente el que se reconoce verdaderamente pecador puede recibir el perdón de sus culpas”, afirmó. Él cura todas tus enfermedades Expuso cómo la humanidad se está reconociendo frágil en estos momentos, no solo por cuenta de la pandemia del coronavirus, sino por tantas enfermedades sociales que le oprimen. De manera particular se refirió a la carencia de un servicio médico efectivo y un sistema hospitalario colapsado, a lo que invitó a respetar la vida y a asumir con responsabilidad los protocolos de bioseguridad sugeridos por los entes de la salud. “Hoy le pedimos al Señor, en su Corazón Sacratísimo, que Él cure todas nuestras enfermedades físicas, enfermedades morales, enfermedades familiares, enfermedades sociales, que no nos dejan vivir en la plenitud de la vida que el Señor Jesús nos ha traído”, puntualizó. Él te colma de gracia y de ternura Hizo notar cómo cada vez el ser humano se va volviendo vacío en el camino de la vida, “perdiendo la gracia y caminando hacia la desgracia”, es decir, observó, “vamos perdiendo la capacidad de recibir la ternura y de transmitir la ternura, nos vamos volviendo agresivos”. “Es normal que muchas mujeres sean atacadas en nuestro país y se nos olvida que ellas son fuente de ternura; se nos vuelve normal que muchos niños por la violencia o por la injusticia mueran en nuestro barrios, en nuestras ciudades, aun sabiendo que los niños son expresión de ternura; y se nos va olvidando que la ternura de Dios se hizo presente con rostro de niño en el vientre de la Virgen María”. Por último, animó a todos los colombianos volver sus ojos al Corazón Sacratísimo de Jesús, para que en Él se encuentre la puerta de ingreso a la fraternidad y a la construcción de un mejor país “dónde nos comprometamos a cuidarnos entre nosotros, a tratarnos con ternura, a ser instrumentos de sanación y de reconciliación dentro de nuestras casas, con las demás personas, con la casa común y con Dios mismo”.

Jue 18 Jun 2020

[Convocatoria] CEC requiere coordinador del área de contabilidad

La Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), a través del Centro de Desarrollo Corporativo y Organizacional, convoca a los interesados en una vacante para el puesto de coordinador del área de contabilidad. FUNCIONES DEL CARGO - Coordinar preparación y elaboración de informes financieros. - Ejercer como contador público. - Acompañamiento al proceso de control interno. - Dar respuesta oportuna a los requerimientos realizados por los entes de control, revisoría fiscal y organismos directivos. - Elaborar presupuestos o traslados presupuestales, para la aprobación del Comité Económico. - Revisar y aprobar todos los asientos contables y velar por la autenticidad de los documentos contables como recibos de caja, comprobantes de egreso, consignaciones, facturas de crédito y contado, notas de contabilidad, notas de traslado, entradas de almacén, conciliaciones bancarias. - Proyectar los flujos de caja para programar ingresos y egresos. - Controlar los activos fijos de la CEC en lo referido al manejo contable. - Controlar la liquidación y registro mensual de la nómina. - Coordinar y supervisar la elaboración y presentación de las declaraciones de impuestos (IVA, Rete Fuente, Ica, Rete Ica, Ingresos y Patrimonio, Información Exógena e impuesto predial). - Apoyar el proceso de contratación referente a afiliaciones a la seguridad social y al sistema bancario, cuando se requiera. PERFIL Profesional en Contaduría pública con tarjeta profesional vigente. Preferiblemente con especialización en tema tributario. Con mínimo 5 años demostrable en: Registros contables y tributarios, estados financieros, respuesta ante entes de control, procedimientos financieros, conciliaciones bancarias, liquidaciones y prestaciones sociales. CONDICIONES CONTRACTUALES - Ubicación del puesto: en Bogotá - Horario de lunes a viernes de 8:00 a.m. A 5:00 pm. - El titular del cargo será empleado por la Conferencia Episcopal de Colombia bajo un contrato regido por la legislación laboral Colombiana Laboral a término fijo inferior a un año, contrato que tiene vigencia de tres (3) meses. - Reportará al Director Financiero y Ecónomo de la Conferencia Episcopal de Colombia. - Salario básico mensual a convenir de acuerdo con el cumplimiento del perfil solicitado: experiencia y formación académica. CRONOGRAMA DEL PROCESO DE SELECCIÓN Los candidatos deberán enviar su hoja de vida, y diligenciar el formato anexo “HVCEC”, y su portafolio en el mismo correo, especificando el cargo: CONVOCATORIA No. 021 – Coordinador del Área de Contabilidad, al correo convocatoriascec@cec.org.co Fecha de Envío de hojas de vida: del 23 al 26 de junio de 2020 Fecha de proceso y pruebas: del 01 al 03 de julio de 2020 [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar convocatoria I Formato Hoja de vida CEC[/icon]