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Opinión

Mar 23 Feb 2016

Plegarias de los abuelos

Por: Mons. Gonzalo Restrepo - Señor, gracias por habernos permitido ser padres. Los hijos que nos regalaste son frutos de tus manos, de tu inteligencia y de tu voluntad. Esos hijos han sido la alegría de nuestras vidas, y a través de ellos tenemos nuestros nietos que se convierten en doble alegría para nosotros los abuelos al atardecer de nuestra existencia. Hemos llegado a una etapa maravillosa de nuestra existencia. En estos tiempos de crisis, de inquietud, de revoluciones y de violencia, nosotros tenemos el espíritu puesto en ti. Por eso experimentamos paz, sosiego, esperanza y mucho amor. Porque tú eres la fuente de toda paz. Sólo en ti encuentra el hombre el sosiego y la esperanza tan anhelada y buscada por todos los caminos a través de la existencia. Ahora podemos gozar de la frescura de la naturaleza. Pasamos largos ratos mirándonos y agradeciendo el poder estar juntos después de tantos años de matrimonio. Es ahora cuando nos necesitamos, cuando valoramos nuestra compañía, cuando agradecemos el don maravilloso del matrimonio. Ahora Señor, estamos dispuestos para ti y todos los días nuestras plegarias se elevan a ti. Tú eres la fuente de nuestra existencia. Te queremos repetir las palabras de san Agustín, y te las decimos desde el fondo de nuestros corazones: “Nuestros corazones no descansarán hasta que no contemplemos tu rostro, hasta que no descansemos en ti”. Reconocemos que tú eres nuestro origen y nuestra meta. Estamos felices de haber cumplido la labor que nos diste. Queremos llegar a ti con las manos llenas de frutos, recogidos en varias cosechas de nuestra existencia, surgidos de las hermosas semillas que tú plantaste en nuestras vidas. Nos diste varios talentos. Gracias Señor. Queremos presentarnos ante ti con esos talentos multiplicados; por eso, mientras nos sigues prestando la existencia, ayúdanos con tu fuerza, ilumínanos con tu inteligencia y mueve nuestra voluntad para que sigamos produciendo frutos y multiplicando los talentos que nos regalaste. Sentimos la soledad de un hogar que, en un momento estuvo lleno con el calor y la alegría de los hijos, y ahora nos sentimos solos porque todos ellos han tomado su camino y están cumpliendo su deber en otros surcos. Pero esta soledad física, la llena tu presencia, la certeza que tenemos de que siempre nos acompañas y que jamás nos abandonarás. Estarás contigo hasta el final de nuestros días, y tu presencia nos colmará por toda la eternidad. Cuida de nuestros hijos y nuestros nietos. Protégelos con tu gracia y tu poder, llévalos por el camino del bien, de la verdad, de la justicia y de la paz, aliméntalos con tu palabra y no permitas que ellos se separen de ti. Un día moriremos pero estamos seguros que tú seguirás con ellos y tu protección jamás les faltará. Mientras nos vemos para siempre, cuenta con nosotros, con nuestra plegaria, nuestra fidelidad y nuestra existencia. Queremos ser abuelos alegres y llenos de fe, de amor y de mucha esperanza. Sabemos que un día llegaremos a buen puerto y que tú estarás allí para acogernos y estar con nosotros para siempre. + Gonzalo Restrepo Restrepo Arzobispo de Manizales

Mar 16 Feb 2016

"Profeta y mártir de la paz"

Estamos iniciando la celebración del año centenario del nacimiento de Mons. Jesús Emilio Jaramillo Monsalve, primer Obispo de Arauca. Mons. Jesús Emilio nació en Santo Domingo (Antioquia) el 14 de febrero 1916; fue ordenado presbítero para el Instituto de Misiones de Yarumal, donde se formó, el 1 de septiembre de 1940; luego, se doctoró en Teología en la Universidad Javeriana de Bogotá; recibió la consagración episcopal el 10 de enero de 1971; fue secuestrado, torturado y asesinado, en nombre de la “justicia”, por un comando del ELN, el 2 de octubre de 1989. Prestó varios servicios dentro de su Instituto; primero, como formador de los futuros misioneros y después en el gobierno, llegando a ocupar el cargo de Superior General. Se desempeñó como celoso pastor de Arauca durante casi 19 años, hasta su muerte. Estuvo dotado de una clara inteligencia y de una rica sensibilidad, que le permitieron ser un gran intelectual, literato y teólogo. Llegó a adquirir fama como escritor y como orador sagrado, por la profundidad de sus conceptos y la belleza de su estilo, en la línea de los Padres de la Iglesia. Se caracterizó por la sencillez de su vida entregada toda al servicio de su vocación misionera y por su honda espiritualidad que le daba una luminosa visión de la realidad y una fuerza apasionante para hablar de Cristo y su Evangelio. En su diócesis, se esforzó en promover diversos programas de catequesis, de educación y de salud, buscando el bienestar de los indios Tunebos y de los campesinos. Se presentó siempre como un apóstol de la paz ante la violencia de los colonizadores, la violencia de las guerrillas y la violencia de la represión militar, que azotaban su diócesis. La figura de Jesús Emilio Jaramillo nos resulta actual y digna de especial relieve por diversos motivos. Fundamentalmente, porque ante la presencia del mal y la violencia, hizo las mismas opciones de Jesús, que infortunadamente no han hecho otros eclesiásticos. Supo que la única arma que podía usar para cambiar una sociedad violenta e injusta era el Evangelio. Cuando, ante las amenazas de que era objeto, se le ofreció la posibilidad de ejercer su ministerio en otra diócesis respondió resueltamente que prefería acompañar a la grey más bien que huir ante el peligro, como un mercenario. Quiso continuar la obra de Jesús, como él, dejándose matar más bien que matando a otros. Mons. Jesús Emilio nos esclarece hoy el camino, cuando meditando sobre la misión de la Iglesia ante la difícil situación de violencia de nuestro país escribe: “Ella tiene que ser imparcial como una madre cuyos hijos están peleando entre sí. Ella no puede ser testigo de un hijo contra el otro. Esta imparcialidad de la Iglesia no significa cobardía, no compromiso. Al contrario, es una posición heroica, es un sacrificio cruento en favor del hombre. Es posición difícil el no dejarse parcializar, cuando todos los bandos en conflicto halan de sus vestidos en sentido contrario. Esta imparcialidad es el mejor servicio de la Iglesia a la comunidad”. Su vida fue Cristo. Él mismo, desde su juventud, confesó: “Me siento forzosamente apóstol, mensajero. Llevo una Buena Nueva a mi pueblo sentado en sombras de muerte… Diré a los ciegos: llegó la luz; diré a los muertos: llegó la resurrección; a los equivocados: la verdad; a los cautivos: la libertad; a los combatientes: la paz. Porque todo eso es Cristo, y el mundo moderno, mi mundo, él también es todo eso: el ciego, el muerto, el extraviado, el cautivo y el sin paz. Pero quiero asimilar el mensaje, identificarme con él. El mensaje no irá en mi boca sino en mi vida. Yo mismo seré el mensaje, identificado con Jesús”. Por eso, puede leerse sobre su tumba: “Profeta y mártir de la paz”; y por eso también, San Juan Pablo II lo propuso como uno de los “testigos de la fe” en el siglo XX. + Ricardo Tobón Restrepo Arzobispo de Medellín

Mar 16 Feb 2016

Manifiesta “FETOFOBIA”

Por Mons. Libardo Ramírez Gómez: No desperdician ocasión defensores de la matanza de niños en crecimiento en el vientre materno. Apenas hay asomo dé que se de alguna de las circunstancias en las que la poderosa Corte Constitucional despenalizó el aborto (no lo legalizó), están listos a promover campañas para invitar a madres gestantes a convertirse en asesinas de sus hijos. Se ha extendido, con razonada alarma el número de personas afectadas por el “zika”, con posibilidad de que en mujeres embarazadas haya repercusiones graves en niños en gestación que como “microcefalia”. Entonces, los adalides del aborto lo primero que recomiendan es practicarlo en esas indefensas creaturas. Esta bien la preocupación general por ese flagelo, está bien buscar, afanosamente, medios para contrarrestarlo. Es lo necesario, como en todos los casos en que están en peligro la madre y el niño en gestación, buscar cómo salvar a los dos, deber de la ciencia médica y de dignos discípulos de Hipócrates. Personas de gran sentido humano, defensores del don sagrado de la vida, no piensan con ligereza en que la solución frente a problemas sea la de matar una creatura humana, ni proponerlo como primera solución con más empeño aún que en fumigar los insectos trasmisores del contagio. Con gran satisfacción, encontramos científicos y médicos que cumplen con su deber de defender la vida buscando efectivos correctivos a las complicaciones que se produzcan en esos niños y no entrar a asesinarlos porque la Corte haya despenalizado esa rudimentaria e inhumana actuación. En el solo campo de la ciencia es de tener presente cuanto afirma, con asentimiento de muchos científicos, el médico con más de cuarenta años de experiencia de labor, Dr. John C. Wilke. Es su documentada conclusión que desde el momento en el cual se ha realizado plenamente la concepción pocas horas después de la fertilización, ya hay una vida humana completa, hay “un ser humano completo del que se irán luego desarrollando sus incipientes miembros. Complementa lo anterior cuando, al referirse al ovulo fertilizado, afirma que no es un ser humano en potencia, es un ser humano con basto potencial, que una vez que se completa la concepción, llega a ser un ser “humano actual” (Cf. “El aborto, Dr. Wilke y Señora, Ricardo Gaitán editores pags. 72-74). Ese ser humano completo e irrepetible es el que recomiendan algunos matar con máxima facilidad antes que buscar otros recursos ante una dificultad que se presente. Reconocen honestos médicos que no es fácil detectar si el niño en gestación haya alguien realmente microcefalia por el contagio de zika, por lo que es apenas una probabilidad y no certeza, por lo que no se puede considerar caso despenalizado. Además, es de destacar cómo padres y madres de hondo sentimiento humano aceptan con edificante amor a un niño limitado antes que sentenciarlo a muerte. Tantas veces se convierten, en hogares de nobles sentimientos, en centro cariñosa de unidad familiar el atenderlo. Desde la revelación divina, no opuesta a la ciencia ni a las correctas costumbres humanas sino sapiente inspiración y ayuda, hay repetidos llamados al respeto a toda vida humana desde la concepción hasta la muerte natural. “No mataras” (Ex. 20,13), “la sangre de tu hermano clama a mi desde el suelo” (Gen. 4,10); “cuanto hicisteis a uno de estos hermanos más pequeños ami me lo hicisteis”. (25,40). Allí están esas enseñanzas científicas y bíblicas, defensoras de la vida de los niños y de la dignidad de las madres para de no ser asesinas de sus hijos. Principios y reflexiones que han de llevar a evitar el exterminio de esas débiles sino propiciar, buscar otras salidas a problemas vitales. Es urgente afrontar pandemias como la que ha traído el zika, pero buscando caminos distintos a recomendaciones fruto de delictuosa “fetofobia”. +Mons. Libardo Ramírez Gómez Obispo Emérito de Garzón Email: monlibardoramirez@hotmail.com

Mié 10 Feb 2016

“Estaba en la cárcel, y vinisteis a verme”

Por: Mons. Darío de Jesús Monsalve Mejía – Llega la Cuaresma 2016, en el marco del Año de la Misericordia. Desde el miércoles de ceniza, empezamos la colecta de COMUNICACIÓN CRISTIANA DE BIENES. Y por cinco años, hasta 2020, Dios mediante, estará dedicada en nuestra arquidiócesis de Cali a la fundación y financiación de LA PARROQUIA PERSONAL DE LAS CÁRCELES. Será uno de los más significativos frutos de este año, cuya sexta obra corporal de misericordia reza: “visitar a los presos”. Villahermosa, Jamundí (hombres y mujeres), las cárceles de menores en Cali, la cárcel de Yumbo, las URI y demás entes similares, albergan una gran población e involucran en este drama a las familias, al personal de guardia (INPEC), al personal administrativo y, de alguna ,manera, a las comunidades y escenarios de influencia de las personas encarceladas. Situaciones de hacinamiento, de reincidencia sistemática, de difícil convivencia, de mercado de armas y drogas, de extorsión, de asistencia humanitaria y jurídica, de vacío educativo y de reeducación, de oportunidades laborales, de un post-penado con condiciones de reintegración afectiva y social, son previsibles en la cotidianidad de los penales. La Iglesia en Aparecida (Brasil), denunció esta difícil realidad (DA427) y llama a los Estados del continente a que se planteen “con seriedad y verdad la situación del sistema de justicia y la realidad carcelaria” y a que apoyen la labor formativa ética y de valores (DA428). Pero, ¿qué pasa en el campo religioso, de espiritualidad y asistencia pastoral, de evangelización e iniciación cristiana, de formación de internos para la labor apostólica, de solidaridad eclesial con las familias, de vinculación de reclusos a la reconciliación y la paz? ¿Cómo se está dando la labor de Iglesia, de los capellanes y la pastoral penitenciaria católica, de otras organizaciones laicales? ¿Cómo esta población debería ser destinataria de esa “responsabilidad social” educativa, desde alfabetización y escuelas digitales hasta grados y postgrados, y de la formación cristiana y de agentes pastorales que ofrece la Iglesia, aprovechando mejor su condición de internado? ¿Cómo podrían los creyentes cristianos y católicos de las cárceles ser formados en la espiritualidad de la intercesión a Dios como camino de reconciliación y sanación, de rehacer los vínculos inexistentes, heridos o rotos? “La Iglesia agradece a los capellanes y voluntarios que, con gran entrega pastoral, trabajan en los recintos carcelarios. Con todo, se debe fortalecer la pastoral penitenciaria, donde se incluyan la labor evangelizadora y de promoción humana por parte de los capellanes y del voluntariado carcelario. Prioridad tienen los equipos o Vicarías de Derechos Humanos que garanticen el debido proceso a los privados de libertad y una atención muy cercana a la familia de los mismos” (DA429). “Se recomienda a las Conferencias Episcopales y Diócesis fomentar las comisiones de pastoral penitenciaria, que sensibilicen a la sociedad sobre la grave problemática carcelaria, estimulen procesos de reconciliación dentro del recinto penitenciario e incidan en las políticas locales y nacionales, en lo referente a seguridad ciudadana y a la problemática penitenciaria” (DA430). La tarea que asumimos como Arquidiócesis, de crear desde lo existente, y en cooperación de Iglesia y con las Instituciones pertinentes, la PARROQUIA PERSONAL DE LAS CÁRCELES, la encomendamos muy especialmente a Nuestra Señora de Las Mercedes, primer rostro de María que conoció América desde el descubrimiento, Patrona liberadora de los cautivos y prisioneros y faro de la justicia y libertad que el Señor Jesús anunció en el comienzo de su misión pública (Lucas 4,18-19): “Me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos”. Que el reclamo de Jesús Preso no nos encuentre vacíos. Que no le suceda hoy a Jesús “el abandono” de los suyos cuando fue detenido en Getsemaní: “Y, abandonándole, huyeron todos” (Mc14, 50). Los bendigo en esta Cuaresma 2016 con el Abrazo de la Misericordia que nos arropa a todos. + Darío de Jesús Monsalve Mejía Arzobispo de Cali

Mar 9 Feb 2016

El rostro de la Misericordia

Por Mons. César Alcides Balbín«Jesucristo es el rostro de la misericordia del Padre» (MV 1). Es esta la frase que encabeza el Motu Proprio con el que el Santo Padre Francisco, convoca el año de la misericordia (11 de abril de 2015), y que va desde el 8 de diciembre de 2015, hasta el 20 de noviembre de 2016. El mundo de hoy, el hombre de hoy, la cultura actual, están necesitados, urgidos, de comprender el significado de la misericordia. «Misericordia quiero y no sacrificios», (Os. 6,6), estamos a punto de escuchar, justo el día que comencemos el tiempo de la cuaresma, que será según también el querer del Papa Francisco, el que mejor debemos aprovechar, para poner en práctica la misericordia. En el origen etimológico de la palabra misericordia encontramos dos expresiones, que son miser: miseria, desdicha, y cor, cordis: corazón. Entonces misericordia es la capacidad de sentir, (con el corazón), las desdichas de los demás. Tener piedad, si nos atenemos a la expresión latina misere, piedad, de los demás. Nosotros somos muy esquivos y sensibles a la expresión lástima, porque pareciera que cuando decimos que alguien nos causa lástima, nos estamos colocando en una posición superior a aquel por quien la sentimos, y que de alguna manera estamos manifestado que estamos mejor que él. Sentimos lastima por los que están abajo, y sentimos compasión por los que están al mismo nivel. Un acercamiento a Lucas 10, 33 – 37, en el pasaje del buena samaritano aparecen claras las dos expresiones: compasión y misericordia: «…Pero un samaritano que iba de camino llegó junto a él, y al verle tuvo compasión», no lástima. Y a la pregunta de Jesús: «Quién de estos tres te parece que fue prójimo del que cayó en manos de los salteadores?», a lo que el maestro de la ley le respondió: «El que practicó la misericordia con él.» Y Jesús le dijo: «Vete y haz tú lo mismo.» Tenemos ya, entonces, todo un derrotero, un mandato claro del Señor, para este año de la misericordia: «Vete y haz tú lo mismo.» En la bula de convocación del año de la misericordia, en el nro. 15, el Papa Francisco nos recuerda para su vivencia y puesta en práctica, la obras de misericordia, las espirituales y las corporales, y nos pide tenerlas claras. Vivir el año de la misericordia es, entonces, acercarse al otro, al sufre, al necesitado, al que está en la periferia, tomando también una expresión de Francisco. Después de un año de reflexión y de vivencia de la misericordia, nuestra vida, la vida de nuestra familia, la de nuestras comunidades, no podrá seguir siendo la misma, si realmente hemos sido tocados por la llamada del Papa y por la acción del Espíritu Santo, que nos invitan a este cambio profundo de vida, porque tendremos que quedar impregnados permanentemente de actitudes de verdadera misericordia. El mundo, la Iglesia, nuestra patria, nuestras comunidades y nosotros mismos, seremos los primeros beneficiarios. Un mundo misericordioso que desplace a una sociedad egoísta, egocéntrica y egolátrica, donde cada uno se mira a sí mismo y desprecia al que camina a su lado. Seamos nosotros, los creyentes, quienes demos siempre el primer paso, y demos testimonio de la misericordia del Padre que es infinita, y que se nos ha manifestado a través de su Hijo, que es el rostro de la misericordia del Padre. + César Alcides Balbín Tamayo Obispo de Caldas

Lun 8 Feb 2016

Sentido bíblico – litúrgico de la cuaresma.

Por Prbo. Jorge Enrique Bustamante Mora: La Cuaresma (latín: quadragésima, Cuadragésimo día, antes de la Pascua) es el tiempo litúrgico de conversión, destinado por la Iglesia para prepararnos a la gran fiesta de la Pascua. La duración de la Cuaresma está basada en el símbolo del número cuarenta en la Biblia y especialmente a los 40 días que Jesús vivió en el desierto. El Catecismo nos dice: “La Iglesia se une todos los años, durante los cuarenta días de Cuaresma, al Misterio de Jesús en el desierto” (CEC 540). Las referencias bíblicas al número cuarenta o a éste acompañado de otros ceros, es abundante, para descubrir su significado respecto al tiempo, nos fijaremos en su uso para referirse a días, y años, haciendo notar las acciones propias que identifican dicho tiempo: 40 días… 1. 40 días duró el diluvio (Gn 7, 4.12.17; 8,6); una acción purificadora que buscó poner fin a la violencia del hombre ya que lo único que ideaba era el mal de continuo (Gn 7, 5.17), y al mismo tiempo sirvió para establecer una alianza con Noé y su familia, varón justo y cabal de su tiempo (Gn 7, 8-9. 18). 2. 40 días de encuentro de Moisés con Dios en la experiencia del Sinaí y la entrega de las tablas de la Ley (Ex 24,18; 34,25); tiempo durante el cual Moisés estuvo sin comer ni beber. En el libro del Deuteronomio encontramos a Moisés haciendo 40 días de ayuno, oración e intercesión por su pueblo (Dt 9, 9.18.25; 10,10). 3. 40 días duró la exploración de la tierra prometida y al cabo de ellos pueden decir “Fuimos al país que nos enviaste y en verdad que mana leche y miel” (Nm 13,25-27). 4. 40 días es el camino del profeta Elías hasta llegar al el monte de Dios, el Horeb, para encontrarse con Dios (1 Reyes 19,8). Hablando de Jesús, quien marca esta experiencia, los evangelistas nos dicen: “después de hacer un ayuno de cuarenta días y cuarenta noches, al fin sintió hambre” (Mt 4,2), “permaneció en el desierto cuarenta días, siendo tentado por Satanás. Estaba entre los animales del campo y los ángeles le servían (Mc 1,13), “durante cuarenta días, tentado por el diablo. No comió nada en aquellos días y, al cabo de ellos, sintió hambre (Lc 4,2). Jesús pasó estos cuarenta días en el desierto antes de iniciar su vida pública, y después de haber sido manifestado en el Bautismo como Hijo de Dios. Después de su muerte y resurrección, Jesús se apareció durante 40 días a sus discípulos dándoles pruebas de su resurrección y hablándoles del Reino de Dios (Hch 1,3) Concluyendo, la Cuaresma fundamenta su experiencia en la fuerza e importancia de cuarenta días en la Biblia. Tiempo fuerte para colocar en marcha las acciones purificadoras de manera que se ponga fin al mal, que a veces, nos domina de manera continua; tiempo para re-establecer la alianza con el Dios de la vida, tiempo para vivir la experiencia de encuentro con Dios en su Palabra, orar, ayunar e interceder; tiempo para explorar, mediante las diversas prácticas de este tiempo, la riqueza de la tierra prometida y poder reconocer como “mana leche y miel”; Tiempo para ponernos en camino al encuentro con Dios y vivir de manera especial esta particular experiencia. Tiempo para redescubrir el Misterio de nuestro Bautismo y nuestro seguimiento de Jesús, reconocer y profundizar nuestra identidad profunda de hijos de Dios, tiempo que prepara la etapa publica de nuestra vida de dar testimonio de nuestra condición de cristianos católicos, reconociendo que siempre aparecerá la tentación pero que sostenidos por la gracia de Dios es posible vivir y dar testimonio del buen olor de Cristo. Son 40 días para descubrir la novedad y el Misterio de la persona de Jesús de Nazaret, para poder aceptarlo de manera personal y definitiva, y/o renovar nuestra entrega total a su amor. Analizando el Sermón 42 de San León Magno, la Cuaresma es “un retiro colectivo de cuarenta días, durante los cuales la Iglesia, proponiendo a sus fieles el ejemplo de Cristo en su retiro al desierto, se prepara para la celebración de las solemnidades pascuales con la purificación del corazón y una práctica perfecta de la vida cristiana”. Claridad bíblica de los 40 días… ¿Cómo vas a vivir estos cuarenta días de la cuaresma del año de la misericordia? ¡No dejes pasar el tiempo, vive intensamente la cuaresma! Prbo. Jorge Enrique Bustamante Mora Director del Departamento de Biblia Conferencia Episcopal de Colombia

Vie 5 Feb 2016

Zika y aborto, se justifica?

Por: Dra. Danelia Cardona - Una vez más hay pánico y desinformación respecto a una epidemia cuyo origen, diagnóstico y tratamiento sigue siendo incierto. El virus del Zika se aisló de un mono Rhesus por primera vez en 1947 que vivía en Zika,un bosque situado en el país Africano de Uganda donde la Fundación Rockefeller estableció en 1936 un centro de investigación para la fiebre amarilla que desde 1977 se conoce como Instituto de Investigación de Virus de Uganda. La manera como se ha propagado a occidente sigue siendo un misterio. Aunque obedece un poco a la trayectoria de otros virus de la misma familia como el dengue o el chikunguña, virus, que aunque genera enfermedad, hasta el momento ninguna se consideraba fatal o se asociaba con complicaciones graves para los mamíferos, incluidos los humanos. La sintomatología al igual que la de sus “primos” está dada por malestar general, fiebre, dolor muscular y articular, rash cutáneo, diagnóstico que en los tres tipos de virus se hace clínicamente, pues las pruebas paraclínicas diagnósticas son escasas, y en el caso del Zika, inexistente. La conexión con la microcefalia y otras malformaciones congénitas no se puede establecer como una asociación causal hasta que no hayan mayores estudios. Numerosos estudios científicos establecen que mientras no se demuestre que es una causal directa deben considerarse otras causas (etiologías). Nos sorprende que se implementen medidas de control poblacional para tratar de controlar una epidemia de un virus transmitido por vectores. El zika no tiene transmisión vertical madre-hijo, no entendemos la lógica de impedirle a las mujeres su derecho a la maternidad o de impulsar el aborto a través del temor y la falta de información para estas mujeres. Duele enormemente el caso de una mujer, que con 8 meses de embarazo, se le practique un aborto por un bebé que traía malformaciones congénitas, no sólo microcefalia, y que por lo tanto, no se podía establecer que las mismas se debían sólo al Zika. El aborto no es un derecho pues no existe ningún tribunal internacional de derechos humanos que así lo haya ratificado. Sin duda, ya la está aprovechando el lobby pro-aborto para liberalizar la legislación en Colombia, con ayuda de presión internacional como las Naciones Unidas y las grandes multinacionales abortistas. El gobierno debe preocuparse por ofrecer adecuada atención médica a las mujeres embarazadas con sospecha o diagnóstico de zika, esto incluye mayor número de ecografías, acceso a personal especializado, derecho a conocer toda la información disponible y a un adecuado acompañamiento que vaya más allá de ofrecerle el aborto. Tristemente el zika es más frecuente en los lugares con focos sociales más deprimidos y rurales, las mujeres necesitan información veraz, compasión y sentirse acompañadas. Vamos a habilitar un email address para remitir mujeres a nuestra red de especialistas, para fortalecer la campaña Fecundar vida y redes con las comunidades en las regiones a través de caritas Colombia. Danelia Cardona Lozada MD MRCPsych Médico Psiquiatra - Especialista en Bioética Dir. Dpto. Promoción y Defensa de la Vida Conferencia Episcopal de Colombia

Lun 1 Feb 2016

La virgen de la Candelaria en Medellín

Por: Mons. Ricardo Tobón: En el comienzo de la Iglesia, San Lucas destaca la figura de María. En el cenáculo, al lado de los Apóstoles están presentes algunas mujeres, pero sólo se recuerda por su propio nombre la madre del Señor. Esta presencia está vinculada a la perseverancia de la comunidad en la oración (cf Hech 1,13). En el inicio mismo de la comunidad cristiana está María, como miembro eminente de la Iglesia, impulsando la vida de oración, de fraternidad y de apertura al Espíritu Santo. Hay un contraste entre esta presencia y actuación de María cuando la comunidad de Jesús empieza a caminar y la discreta participación que tuvo durante la vida pública de su Hijo. Ahora está ella “con los hermanos de Jesús” (Hech 1,14) como llevándolos a que, cumpliendo la voluntad de Dios, pasen de ser su familia natural a ser parte de su familia espiritual (cf Mc 3,34). Lucas, al parecer, quiere mostrar que algo de la presencia del Hijo glorificado permanece en el rostro y en la actitud creyente de su madre. María aparece en Pentecostés no sólo como madre de Jesús, sino también como madre de la Iglesia. Ella ora con la comunidad, la conforta abriendo su corazón para que contemple las maravillas de Dios en ella, la llama a vivir la fidelidad al Señor, la dispone a tener un solo espíritu, la forma en la generosidad constante para realizar el plan de salvación. La relación entre María y la Iglesia, desde el principio, es fascinante y es un medio para vivir con fe profunda y renovada alegría el seguimiento de Cristo. Podemos decir también que desde el comienzo de la evangelización, hace ahora 400 años, en este Valle de Aburrá ha estado presente la Santísima Virgen María. Así nos lo sugiere la imagen de Nuestra Señora de la Candelaria que, desde entonces, ha acompañado y presidido la vida religiosa y civil de nuestra comunidad. En esta venerada imagen tenemos, ciertamente, un signo de la cercanía y de la actuación de la Madre de Jesús, desde el principio, en medio de nosotros. Los invito a todos, sacerdotes, religiosos y fieles a que, con motivo de la fiesta de nuestra Patrona, revivamos la experiencia del cenáculo para “perseverar en la oración, con un mismo espíritu, en compañía de María, la Madre de Jesús”. Entremos en la escuela de la Virgen para que aprendamos a ser una Iglesia diocesana más contemplativa y más misionera. Que con ella contemplemos la gloria de la divinidad que resplandece en el rostro de Cristo (Jn 1,14.18). Que con ella, también, salgamos todos sin miedo a evangelizar. Una Iglesia contemplativa que responde a los grandes desafíos de este momento configurándose más con Cristo, participando más vivamente de su misterio, asumiendo en serio la vocación a la santidad que brota del Bautismo. Esta no puede ser una Iglesia que vive de exterioridades y de programaciones intrascendentes. Como María tiene que entrar en el drama de la redención y desde allí decir un “sí”, al precio que le cueste, a los designios de Dios. Es hora de interioridad, de fidelidad y de valentía. Una Iglesia misionera que, con la cercanía de la Madre, aprovecha las grandes posibilidades que hoy tiene para anunciar la buena noticia de Jesús, se renueva con la permanente efusión del Espíritu para asumir los desafíos de la nueva evangelización, lleva a un encuentro personal y a un seguimiento permanente de Cristo, prepara evangelizadores competentes y santos, se entrega sin descanso por los más pobres y los más alejados del Evangelio y de la comunidad eclesial. + Ricardo Tobón Restrepo Arzobispo de Medellín