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La iglesia en Colombia

Mié 24 Sep 2025

“Huellitas de la Niña María”: el nuevo centro de la Diócesis de Cúcuta que atenderá a niños y niñas migrantes

La Fundación Pía Autónoma Asilo Andresen, institución de origen centenario administrada desde 2017 por la Diócesis de Cúcuta, amplió su misión caritativa con la inauguración del centro “Huellitas de la Niña María”. La iniciativa está dirigida específicamente a atender a niños, niñas y adolescentes migrantes, reforzando el compromiso de la Iglesia con las comunidades en situación de vulnerabilidad.Mientras que el Centro de Caridad Infantil "La Niña María", ubicado en el centro de la capital de Norte de Santander, brinda servicio a niños y niñas de 4 a 10 años, el nuevo espacio "Huellitas de la Niña María" se ha establecido estratégicamente en el barrio La Fortaleza para responder ha llamado del papa Francisco de construir una Iglesia en salida hacia las periferias geográficas y existenciales, y al fenómeno migratorio que tiene en Cúcuta uno de sus principales puntos de entrada en Colombia.Atención integral con un equipo interdisciplinarioEl enfoque de "Huellitas de la Niña María" es la atención integral a menores de edad migrantes, que será realizada mediante un equipo interdisciplinario conformado por psicólogas, catequistas y las hermanas de La Nueva Vida. Al respecto, monseñor José Libardo Garcés, Obispo de Cúcuta, explicó la motivación del proyecto: “Hemos traído hasta aquí 'Las huellitas de la niña María' para atender en este sector a estos niños, a estas madres de familia, a estas familias y llevarles primero el Evangelio”.Formación para padres: un pilar complementarioLa fundación complementa la atención directa a la niñez con un programa de desarrollo para las familias. El proyecto de medios de vida "Las Delicias de la Niña María" está dirigido a padres y madres de los niños atendidos, con el objetivo de formarlos en panadería, repostería, comidas rápidas y atención al cliente, buscando mejorar sus oportunidades de emprendimiento o empleabilidad.Cifras que respaldan la urgencia de la laborEsta expansión de la obra social se enmarca en un contexto de alta necesidad. De acuerdo con el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), con corte al 31 de diciembre de 2024, se estima que en Colombia hay 796.286 niñas, niños y adolescentes migrantes, lo que representa el 28% del total de la población migrante venezolana en el país. El 16% de este grupo se encuentra en el rango de 0 a 4 años, y el 84% restante entre los 5 y 17 años.Un legado centenario que se renuevaLa historia de la fundación se remonta a 1907, cuando Teresa y Christian Andresen, junto con la Hermana Natividad de la comunidad Dominica de la Presentación, construyeron el primer asilo para niños en situación de abandono. Un siglo después, la Diócesis de Cúcuta mantiene vivo aquel legado, adaptando su labor a las necesidades actuales y reafirmando así su compromiso con la construcción de un futuro mejor para la juventud más vulnerable de la región.Vea a continuación el informe audiovisual:Ver esta publicación en InstagramUna publicación compartida por Conf. Episcopal de Colombia (@episcopadocol)

Vie 19 Sep 2025

Arquidiócesis de Cali celebra en Yumbo 400 años de devoción al Señor del Buen Consuelo

Entre el 18 y el 28 de septiembre, la Arquidiócesis de Cali estará celebrando las Rogativas Jubilares y Fiestas Patronales 2025 en el Santuario Nuestro Señor del Buen Consuelo ubicado en el municipio de Yumbo. Será un tiempo especial de gracia, oración y encuentro con el Señor, bajo la mirada amorosa de esta imagen milagrosa que acompaña al pueblo desde hace más de 400 años.Una fiesta históricaLas Fiestas Patronales son una tradición religiosa y cultural del municipio de Yumbo que data desde los inicios del siglo XVII, época en la que llegó al pueblo la imagen milagrosa del Cristo del Buen Consuelo desde Quito, Ecuador.Este año 2025, por primera vez en la historia, se realizarán Rogativas Jubilares al Señor del Buen Consuelo, un hecho sin precedentes que llenará de fervor, devoción y fe cada rincón y cada corazón del pueblo yumbeño, así como de todos los peregrinos que año tras año acuden al santuario en busca de consuelo, esperanza y bendición. Todo esto en honor a este Cristo milagroso, profundamente amado por fieles y peregrinos del Valle del Cauca y de toda Colombia.Una imagen única en el mundoLa venerada imagen del Señor del Buen Consuelo es una hermosa talla en madera de cedro negro, elaborada por la reconocida Casa Legarda, taller de la prestigiosa escuela quiteña, una de las más importantes del arte religioso en América Latina durante aquella época. Este Cristo vivo, con su rostro sereno y su mirada abierta y llena de compasión, ha sido consuelo para generaciones enteras que han depositado su confianza y oraciones en Él.Esta sagrada imagen ha acompañado la historia espiritual del municipio vallecaucano por más de cuatro siglos y ha sido testigo de incontables gracias, favores y milagros concedidos. Esta devoción se manifiesta con especial intensidad durante sus fiestas patronales.Las celebraciones iniciaron con la tradicional Novena y las Rogativas Jubilares. Cada día, a las 6:00 p.m., el Templo abrirá sus puertas para acoger las oraciones elevadas por distintas entidades gubernamentales, empresas privadas, comunidades, familias, instituciones y sectores de la ciudad. Será un espacio para que fieles y peregrinos presenten sus intenciones, agradezcan por los dones recibidos y pidan la protección amorosa del Señor del Buen Consuelo.La celebración jubilarEl sábado 27 de septiembre se vivirá una jornada llena de tradición: el Día del Peregrino, donde se espera la visita de fieles y peregrinos de diferentes parroquias, movimientos y grupos pastorales del Valle del Cauca. A las 6:00 p.m. se celebrará la Solemne Eucaristía de Vísperas, como preparación a la gran fiesta patronal.El domingo 28 de septiembre, a partir de las 4:00 p.m., será la gran Fiesta Patronal, con la Solemne Procesión de la imagen milagrosa del Señor del Buen Consuelo por las principales calles de Yumbo. Será un momento de gracia en el que sacaran la imagen del santuario para bendecir a su pueblo. Posteriormente, se celebrará la Eucaristía presidida por el obispo de Buga, monseñor Alexander Matiz Atencio.El Santuario Nuestro Señor del Buen Consuelo ha sido designado oficialmente como Templo Jubilar en el marco de este Año Santo 2025, convirtiéndose en lugar de peregrinación espiritual para todos los fieles que deseen vivir esta experiencia profunda de conversión, oración y encuentro con Dios.Las Rogativas Jubilares, como expresión de fe popular, son momentos en los que el pueblo creyente se une para orar con fuerza y esperanza, presentando nuestras intenciones, agradecimientos y súplicas al Señor del Buen Consuelo.Vea a continuación el informe audiovisual:

Jue 18 Sep 2025

Iglesia movilizó a cerca de 70 seminaristas y sacerdotes para ser "Mensajeros de Paz" en la Diócesis de Barrancabermeja

Entre el 6 y el 13 de septiembre, en el marco de la Semana por la Paz 2025, la Diócesis de Barrancabermeja vivió una intensa jornada de evangelización con la misión “Mensajeros de Paz”. Guiados por el versículo “Mira que estoy a la puerta y llamo” (Ap 3,20), seis sacerdotes y 61 seminaristas del Seminario Nacional Cristo Sacerdote de La Ceja (Antioquia) visitaron quince parroquias, llevando un mensaje de fe y cercanía a las familias y comunidades.La misión, impulsada por monseñor Ovidio Giraldo Velázquez, Obispo de la Diócesis, buscó ser el reflejo de la “Iglesia en salida”, que proponía el Papa Francisco, especialmente, para llegar a las periferias existenciales. El objetivo central de esta misión fue la creación de “casas de reunión”, espacios destinados a fortalecer la fe, compartir la Palabra y tejer lazos fraternos que perduren en el tiempo.Esta iniciativa pastoral adquiere una importancia crucial en el contexto actual de Barrancabermeja. Esta región del Magdalena Medio continúa enfrentando complejos desafíos de violencia, presencia de grupos armados ilegales y afectaciones a la población civil. En este escenario, iniciativas que promueven la paz, la reconciliación y la reconstrucción del tejido social desde la base, como la llevada a cabo por la Diócesis, no son solo actos de fe, sino también una respuesta concreta a la necesidad de espacios de protección, dignidad y esperanza para las comunidades.Un trabajo de visita y encuentro“Hemos tenido una experiencia muy bonita, de visiteo, el encuentro con las personas, con las familias, encuentros comunitarios... celebraciones piadosas y la Santa Eucaristía”, compartió monseñor Giraldo, reflejando el espíritu de cercanía que caracterizó la iniciativa.Esta misión se enmarca dentro del Plan de Misión y Pastoral Integral de la Diócesis, que promueve la formación de pequeñas comunidades eclesiales como núcleos vivos de fe, esperanza y caridad; un caminar pastoral que se articula con el lema de esta 38ª Semana por la Paz: “Arropamos la vida con dignidad y esperanza”, reflejando la necesidad de ser Iglesia samaritana en medio de un pueblo que anhela reconciliación, justicia y paz.El diácono Brayan Mayorga explicó otro una de las grandes metas: “El Sistema Integral de Evangelización tiene como propuesta fortalecer la comunidad para lograr algún día tener una comunidad más fraterna”.La post-misión: el trabajo continúaEl éxito de la misión se medirá por su continuidad. Carlos Patiño, seminarista de la diócesis, destacó el siguiente paso: “De aquí en adelante simplemente es coordinar muy bien la post misión, donde nuestros laicos, en estos grupos y casas de reunión, seguirán con esa labor de kerigma, conformando más en la fe a nuestros fieles”.La misión “Mensajeros de Paz” dejó una semilla de esperanza en las comunidades visitadas. Con la oración compartida y el testimonio de los misioneros, la diócesis renueva su propósito de ser fermento de paz y faro de luz en la región.Vea el informe audiovisual a continuación:

Mar 16 Sep 2025

Nueve décadas de una promesa: el Divino Niño sigue congregando multitudes en Bogotá

Con la participación de más de diez mil personas, el Santuario del Divino Niño Jesús en el barrio Veinte de Julio en Bogotá fue el epicentro de una celebración histórica: los 90 años de una de las devociones más arraigadas y queridas en Colombia. La fiesta central, que se llevó a cabo el domingo 7 de septiembre, no fue solo una efeméride religiosa, sino una vibrante muestra de fe popular que refleja el significado profundo de este símbolo para la identidad nacional.Una celebración de nueve días y noventa añosLos actos conmemorativos iniciaron con el tradicional rezo de la novena. El sábado 6 de septiembre, se ofreció un almuerzo solidario para mil niños de las casas salesianas y se celebró una Eucaristía presidida por monseñor Alejandro Díaz García, obispo auxiliar de Bogotá.Al día siguiente, desde primeras horas de la mañana, miles de peregrinos llegaron al santuario para recibir el sacramento de la Reconciliación, participar en las eucaristías y elevar sus plegarias frente a la imagen original del Divino Niño, custodiada en una capilla lateral del templo.La misa central del mediodía, celebrada por el padre Rubén Darío Jaramillo, superior salesiano, fue precedida por la emblemática procesión. A pesar de la lluvia, la imagen recorrió las calles del barrio Veinte de Julio sobre los hombros de un grupo de peregrinos mexicanos—testimonio de la internacionalización de la devoción—, acompañada por el rezo del rosario, cantos y los niños de la pastoral salesiana vestidos a semejanza del Niño Jesús. El retorno de la imagen al santuario, recibida con repique de campanas y aplausos, fue uno de los momentos más emotivos.El significado de una devoción nacionalEn su homilía, el padre Jaramillo profundizó en el significado de la devoción, preguntándose “¿Quién es el Niño Jesús?” y definiéndolo como “Aquel que crecía en gracia, sabiduría y santidad”. Hizo un llamado a los fieles a seguir su ejemplo para “construir un país con gracia, sabiduría y santidad”. “Solamente así venceremos la mentira, el engaño, la falsedad, la corrupción; solamente así seremos la humanidad colombiana que el Señor quiere”, afirmó, conectando la fe con un mensaje de esperanza y regeneración social para el país.Para millones de colombianos, el Divino Niño es mucho más que una imagen religiosa, es un símbolo de consuelo, esperanza y resiliencia. En un país que ha enfrentado décadas de conflicto e incertidumbre, la promesa atribuida a Jesucristo en 1636 a la venerable Margarita del Santísimo Sacramento —“Todo lo que quieras pedir, pídelo por los méritos de mi infancia, y tu oración será escuchada”— resuena con fuerza. El santuario se erige así como un faro de fe donde convergen ciudadanos de todas las clases sociales para pedir, agradecer y encontrar paz.Raíces históricas en Colombia y devoción globalEsta devoción nació hace nueve décadas de la mano del sacerdote salesiano italiano Juan del Rizzo, quien llegó al entonces marginado barrio Veinte de Julio con un mensaje sencillo y poderoso: “Jesús quiere ser honrado en el misterio de su niñez y a Él le agrada mucho cuanto se haga en favor de los niños pobres y de las gentes más necesitadas”.La necesidad de albergar a la creciente comunidad de devotos llevó a la construcción del santuario. Su primera piedra se bendijo el 19 de marzo de 1937, según planos de los coadjutores salesianos Juan Buscaglione y Constantino de Castro. El templo se inauguró solemnemente en 1942, erigido ya como parroquia por monseñor Ismael Perdomo, arzobispo de Bogotá entre 1928 y 1950, hoy Venerable sobre el que avanza su proceso de beatificación.Lo que comenzó en el sur de Bogotá hoy es un fenómeno global. La devoción se ha extendido con fuerza a países como México, Perú, Ecuador y República Dominicana, llevando consigo un pedazo de la cultura y la fe colombiana.La ceremonia concluyó con la bendición de las miles de imágenes que los fieles llevaron consigo, un ritual que simboliza la perpetuación de una fe que, 90 años después, sigue más viva y vigente que nunca, reinando en el corazón de Colombia.Vea el video sobre la celebración a continuación:Ver esta publicación en InstagramUna publicación compartida por Conf. Episcopal de Colombia (@episcopadocol)

Lun 15 Sep 2025

Arquidiócesis de Popayán se proclamó campeona de la X Copa de la Fe tras vencer a Guadalajara en los penaltis

En una emocionante definición por penaltis, la Arquidiócesis de Popayán se alzó con el título de campeón de la décima edición de la Copa de la Fe, tras vencer a la Arquidiócesis de Guadalajara de México. El partido, que selló con broche de oro este torneo de hermandad deportiva, se disputó en el Estadio Centenario de Armenia ante la vibrante alentada de las tribunas.El encuentro culminó el tiempo reglamentario con un empate 1-1, forzando los penaltis donde el equipo colombiano demostró mayor puntería para imponerse con un global de 3-2, consolidando su nombre en la historia de este certamen organizado por la Diócesis de Armenia.Una ceremonia que unió fe y deporteLa premiación estuvo presidida por monseñor Carlos Arturo Quintero Gómez, obispo de la Diócesis de Armenia, quien hizo entrega de los trofeos a los finalistas. En un emotivo acto, y en nombre de la Conferencia Episcopal de Colombia, monseñor Quintero elevó una oración de agradecimiento a Dios por el cierre de este certamen, que reunió a 619 sacerdotes de Colombia, Venezuela, México y Ecuador.La X Copa de la Fe 2025 se consolidó como una verdadera celebración de la fe, el deporte y la fraternidad entre las diócesis y arquidiócesis participantes. El evento fue posible gracias al trabajo incansable de voluntarios y al apoyo masivo de los fieles.Otros ganadores y reconocimientosAdemás de la copa mayor, se disputaron otros títulos que también reconocieron el talento y el espíritu deportivo. La Diócesis de Garzón se coronó ganadora de la Copa de Plata al vencer 1-0 a la Diócesis de Bucaramanga/Málaga Redentoristas.Por su parte, la Arquidiócesis de Medellín se alzó con la Copa de Bronce tras una contundente victoria de 3-0 sobre la Diócesis de Valledupar.La organización también distinguió a los mejores jugadores individuales del torneo:-Goleador del torneo: Jaime Nolberto Muñoz Cantillo (Arquidiócesis de Popayán).-Valla menos vencida: Diego Alejandro Bonilla Galíndez (Diócesis de Garzón).

Vie 12 Sep 2025

Desde Cartagena, presidente del Episcopado Colombiano pide no normalizar las "nuevas esclavitudes" que amenazan los derechos humanos

Con una multitudinaria caminata y una Eucaristía presidida por monseñor Francisco Javier Múnera Correa, la Arquidiócesis de Cartagena vivió una jornada de profundo significado espiritual y social este 9 de septiembre. En la fiesta litúrgica del patrono de los Derechos Humanos, Día Nacional de los Derechos Humanos y en el marco de la 38ª Semana por la Paz –extendida a Mes por la Paz–, la ciudad portuaria se convirtió en epicentro de esperanza y de un llamado contundente a no acostumbrarse a las injusticias que aún laceran a Colombia.La jornada inició con una simbólica caminata por la paz que partió desde el Colegio Salesiano. Cientos de personas, agentes pastorales, representantes de instituciones educativas, públicas, privadas y de la sociedad civil, portaron como estandarte una “colcha de la paz”, un vasto telar compuesto por retazos que narraban historias de perdón, resiliencia y anhelo de reconciliación desde diversos territorios.Este colorido mosaico de esperanza encontró su destino en la Iglesia de San Pedro Claver, donde monseñor Francisco Javier Múnera Correa, Arzobispo de Cartagena y Presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, presidió una solemne Eucaristía.Un legado que interpela el presenteInspirándose en el legado del “esclavo de los esclavos”, en su homilía, el presidente del Episcopado Colombiano trazó un paralelo entre la obra del santo jesuita del siglo XVII y las “nuevas formas aberrantes de esclavitud” del presente.“San Pedro Claver nos enseñó que la caridad ayuda a comprender la verdad, y que la verdad exige gestos concretos de caridad”, afirmó, citando las palabras del Pontífice.Con firmeza, señaló que el legado de quien restauró la dignidad de los esclavizados africanos exige hoy una acción decidida: “No podemos normalizar —con nuestros silencios o indiferencias— las formas de esclavitud que todavía pasan ante nuestras miradas… la trata de personas, el trabajo forzado, la violencia sexual, el reclutamiento de menores y todas las expresiones de exclusión y marginación”.Monseñor Múnera enfatizó que la paz solo se alcanza mediante “la misericordia activa y el compromiso con la justicia” para “desenredar la compleja madeja de los desencuentros”.“La exigencia de construir la paz pasa por ser firmes en los principios innegociables, pero siempre caritativos. Esa fue la pedagogía de Pedro Claver: hablar con las manos, actuar con las obras, tocar la carne herida del hermano”, subrayó.Voces que tejen esperanzaLos testimonios de los laicos participantes dieron cuerpo y alma a este mensaje episcopal. Nancy Herrera Méndez, del barrio El Pozón, explicó el sentido de la colcha de la paz: “Refleja la paz, el amor, la esperanza… Queremos que haya estos tres valores para que no haya tanta muerte, tanta violación de niños, de mujeres, de secuestro, de desplazamiento. No queremos más guerra, queremos la paz”.Por su parte, Edwin Javier Arrieta Jiménez vio en la actividad “una oportunidad de expresar (…) Todo lo que tiene que ver con la unión y la fraternidad. Esto simboliza el sanar heridas, el reconciliar corazones, el estrechar nuevamente brazos”.Beatriz Salas, feligrés participante, destacó la dimensión nacional y continua del esfuerzo: “Cumplimos 38 años de estar conmemorando la Semana por la Paz… Vamos a continuar con una agenda muy nutrida, partiendo especialmente de la cultura del encuentro y continuar escuchando las voces de los que no tienen voz”.Un compromiso que trasciende lo conmemorativoLa celebración no se limitó a los actos litúrgicos. Frente al altar del Santuario, se exhibieron cuadros de la iniciativa Artepaz, elaborados por jóvenes de 17 instituciones educativas, que plasmaron su anhelo de paz desde la creatividad y la sensibilidad adolescente.Al finalizar, la consigna que el Papa Francisco dejó en 2017 y que monseñor Múnera reiteró resonó con fuerza en el claustro colonial, sellando un compromiso que busca ir más allá de un día de conmemoración: “Pedro Claver nos dejó la consigna a todos los colombianos: ser esclavos de la Paz para siempre”. Un llamado a que la fiesta despierte el deseo de entrega y servicio, inspirando a una nación entera a ser generadora de paz y sembradora de esperanza.Vea el informe audiovisual a continuación:

Mié 10 Sep 2025

Renovación evangelizadora y turismo religioso: claves del legado de los 500 años de fe y cultura en la Diócesis de Santa Marta

Con una Eucaristía presidida por el cardenal Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y primado de Colombia, el viernes 5 de septiembre culminó la visita de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) a la Diócesis de Santa Marta, un hecho histórico que marcó la Semana de la Evangelización 2025 y enriqueció las celebraciones por los 500 años de fe, evangelización y cultura de la primera diócesis en tierra firme en América.La presencia de los catorce arzobispos, encabezados por monseñor Francisco Múnera Correa, presidente de la CEC y acompañados por monseñor Germán Medina Acosta, secretario general, transcendió una reunión administrativa para convertirse en un poderoso signo de comunión, cercanía y refuerzo pastoral para la Iglesia samaria. También estuvo presente en esta experiencia monseñor Joaquín Humberto Pinzón Güiza, vicario apostólico de Puerto Leguízamo-Solano.Una visita pastoral con sello misioneroLa integración de la reunión de la Comisión Permanente con la Semana de la Evangelización honró la historia y riqueza evangelizadora de la Iglesia samaria y sirvió como un impulso para proyectar el futuro.Monseñor José Mario Bacci Trespalacios, Obispo de Santa Marta, explicó el profundo significado de este evento: “La venida de la Comisión Permanente del Episcopado surgió como un deseo de la diócesis de hacer presente la Iglesia a través de un signo concreto en la ciudad por la celebración de sus 500 años…Era justo y necesario que también en modo expresivo y concreto, la Iglesia en Colombia se hiciera presente en Santa Marta, una de las cunas de la evangelización en el país”.Uno de los momentos más especiales de esta visita sucedió el jueves 4 de septiembre, cuando los arzobispos se desplazaron a parroquias de la ciudad de Santa Marta, del municipio de Ciénaga y al monasterio de las Hermanas Concepcionistas que hacen presencia desde hace 55 años en esta jurisdicción, para vivir una verdadera dispersión misionera. En cada lugar, compartieron tres momentos: una catequesis sobre los 500 años, la celebración de la Eucaristía y un encuentro fraterno con la comunidad. “Me consta que esas visitas fueron recibidas con altura, con sentido de Iglesia, con verdadero gozo misionero”, afirmó monseñor Bacci.Monseñor Francisco Múnera fue acogido por la parroquia San Juan Bautista de Ciénaga, la segunda fundada en la Diócesis. Allí, el prelado invitó a la comunidad a tener “memoria agradecida en el pasado, confianza profunda en el presente y mirar con mucha esperanza hacia el futuro”. Exhortó a “remar mar adentro” y a “sacar a tanta gente de las tinieblas para enseñarle la luz del Evangelio, la luz de Jesucristo, la fuerza transformadora que ha construido esta hermosa historia de evangelización”.La feligrés María de los Ángeles Rojas destacó lo significativo de esta visita e hizo eco del llamado de monseñor Múnera. “Nos invitó a buscar y formar más discípulos misioneros, y ser unos verdaderos y auténticos evangelizadores de la Palabra de Dios”. Por su parte, Alfredo José Dávila Murano, también feligrés de Ciénaga, destacó que “esta experiencia nos invita a seguir evangelizando sin miedo a llevar la Palabra del Señor a los rincones más incógnitos de esta tierra evangélica”.Cimientos para una transformación misioneraLa Semana de la Evangelización también sirvió como un espacio fundamental de reflexión y formación para sentar las bases del futuro pastoral de la diócesis. Monseñor Bacci explicó el propósito de fondo: “Quisimos renovar nuestra conciencia y nuestra práctica misionera. Abordamos temas de fondo: ¿Qué es evangelizar? ¿Cómo se vive el proceso de evangelización?”.El obispo conectó directamente esta formación con su proyección evangelizadora: “Queda hacia adelante el trabajo de articular todas esas intuiciones en un concreto plan de pastoral. Estamos en camino de elaboración del nuevo Plan Diocesano de Pastoral y hemos encontrado en toda esta actividad muchas inspiraciones, muchos retos, muchos llamados a la conversión”. Y reveló el objetivo último: “El gran propósito es lograr la transformación misionera de la Diócesis de Santa Marta. Implica asociar cada vez más a los laicos y laicas en papeles protagónicos, de manera que todos los bautizados nos sintamos responsables de esta misión”.El padre Juan Carlos Carvajal, vicerrector de la Universidad San Dámaso de Madrid y uno de los formadores internacionales invitados por la Diócesis, valoró positivamente la respuesta del pueblo de Dios samario y confirmó que este puede ser “un antes y un después para la diócesis”; recalcó la necesidad de volver la mirada a la exhortación apostólica Evangelii Nuntiandi del papa Pablo VI y subrayó elementos esenciales como “la necesidad de hacer una catequesis que inicia la vida cristiana” y la importancia de que “los cristianos sean bautizados con experiencia de Cristo, con experiencia de Dios”.Diálogo Iglesia-Sociedad y el impulso al turismo religiosoEl viernes 5 de septiembre, la Universidad Sergio Arboleda fue escenario del “Encuentro Iglesia y Sociedad: 500 años de Fe, Evangelización y Cultura”. Este espacio de diálogo contó con la participación central del cardenal Luis José Rueda Aparicio, quien, junto a académicos y líderes sociales, reflexionó sobre el rol de la Iglesia en la educación, la defensa de la dignidad humana y la construcción de paz en Colombia.El evento, en el que estuvieron presentes los arzobispos, también sirvió para anunciar un hito para el futuro de la diócesis: su incorporación oficial a la Red Mundial de Turismo Religioso, liderada por el Tourism and Society Think Tank. Monseñor Bacci destacó la dimensión pastoral de este paso: “El turismo religioso es una necesidad pastoral, brota en realidad del discernimiento de los signos de los tiempos que pide de la Iglesia presencia eficaz donde hay personas, donde están circulando turistas que llegan a ser peregrinos”. Explicó que quienes llegan “motivadas por las bellezas naturales de Santa Marta pueden también, si la Iglesia sabe salirles al paso, ir a su encuentro, vivir una experiencia espiritual profunda de fe cristiana, de evangelio de Jesucristo”.Testimonios de una fe renovadaLos agentes de pastoral y fieles que participaron en la semana expresaron cómo estas experiencias impactaron su fe y su misión.Para Alfonso Campo González, de las Comunidades Neocatecumenales, las enseñanzas recibidas resonaron profundamente con su experiencia: “Me ha llamado mucho la atención ver que la realidad que vivo realmente el Camino Neocatecumenal es lo que vivimos”. Destacó el llamado a “ser enviados del obispo a poder anunciar el amor de Dios a los demás” y el interés general de la Iglesia por participar.La Hermana Daniela, religiosa de la comunidad Hijas del Fiat, vio en la semana “una riqueza para todos los bautizados” y un capítulo nuevo en la diócesis. Para su comunidad, significó “fundamentos sólidos para la misión” y una oportunidad para “vincularnos con la iglesia local…Conocer lo social, lo político, lo económico para también como comunidad, plantearnos ¿y ahora qué sigue?”.El padre José Didier Pineda, de la Parroquia del Espíritu Santo, lo asumió como un llamado personal a renovar su sacerdocio movido por la Esperanza en Cristo. Enfatizó la necesidad de “volver a las pequeñas comunidades donde surgió la Iglesia, teniendo ese encuentro con la misma Palabra de Dios y teniendo un compromiso con una Iglesia en salida”.Los llamados del Cardenal: Gratitud, Reconciliación y EsperanzaLa jornada concluyó con una solemne Eucaristía en la Catedral Basílica de Santa Marta, presidida por el cardenal Rueda Aparicio y concelebrada por monseñor Bacci y por los prelados presentes en la Comisión Permanente.En su homilía, el pupurado desarrolló una profunda reflexión tomando la parábola del “vino nuevo en odres nuevos” (Lc 5). Señaló que Jesucristo es el vino nuevo que renueva las vasijas de la comunidad, la familia y la sociedad, e invitó a la Diócesis de Santa Marta y, por extensión, a todo el país, a vivir tres actitudes renovadas para el futuro:1. Gratitud: “Agradecidos por una historia de salvación… Por la gracia de los sacramentos celebrada en estos 500 años”.2. Reconciliación: “Solamente el camino de la reconciliación y del perdón nos llevará a la verdadera paz que empieza en el corazón de cada uno”.3. Esperanza: “Celebrando el Jubileo de la Esperanza, las familias de Santa Marta deben ser familias portadoras de esa virtud teologal”.El purpurado elogió el camino de escucha y discernimiento que lleva la diócesis en cabeza de su pastor para elaborar un plan de evangelización hacia el 2033, cuando se cumplirán 500 años de vida diocesana, y los instó a ser “misioneros y misioneras de la gratitud, de la reconciliación y de la esperanza”.Un legado para el futuroLa integración de estos cinco eventos—la Semana de la Evangelización, la visita de los arzobispos, el diálogo Iglesia-Sociedad, la Eucaristía presidida por el cardenal y la entrada de la Diócesis de Santa Marta a la Red de Turismo Religioso—debuja el panorama de una Iglesia samaria que, honrando su pasado milenario, avanza con gratitud, busca la reconciliación y se abre al futuro con esperanza misionera, rumbo a la celebración de sus 500 años como diócesis en el 2033.Vea a continuación el informe audiovisual de la Semana de la Evangelización en la Diócesis de Santa Marta:Vea a continuación los momentos más destacados de la Eucaristía celebrada por el cardenal en la Catedral Basílica de Santa Marta:Ver esta publicación en InstagramUna publicación compartida por Conf. 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Mar 9 Sep 2025

Copa de la Fe 2025: Sacerdotes de cuatro países unen fe y deporte en la tierra del café

Con un colorido y emotivo desfile inaugural que reunió en la Plaza de Bolívar de Armenia a 28 equipos de sacerdotes, inició oficialmente la X Copa de la Fe, el campeonato deportivo más importante de la Iglesia en el país que, este año, tiene como sede la Diócesis de Armenia, en el corazón del Eje Cafetero colombiano. En esta oportunidad, reúne a más de 600 sacerdotes de Colombia, Ecuador, Venezuela y México.El acto de apertura se celebró en la tarde del lunes 8 de septiembre, bajo un espíritu de fraternidad, alegría y esperanza. El evento contó con la presencia de monseñor Alfonso García López, obispo de Guapi, y monseñor Jorge Alberto Ossa Soto, arzobispo de Nueva Pamplona, quienes acompañaron a sus delegaciones. Además, monseñor Hugo Alberto Torres Marín, arzobispo de Santa Fe de Antioquia, quien también está jugando en esta copa. Fue monseñor Carlos Arturo Quintero Gómez, obispo anfitrión, quien dio la bienvenida a los participantes. En su discurso, recordó que este torneo va más allá de lo deportivo; destacó el espíritu de fe y fraternidad que lo caracteriza.Los compromisos deportivos de esta X Copa de la Fe iniciaron este martes, 9 de septiembre. El partido inaugural enfrentó al equipo conformado por de la Diócesis de Armenia y la Diócesis de Palmira contra la Arquidiócesis de Nueva Pamplona, que se alzó con una contundente victoria de 5-2. A lo largo de la mañana, se disputaron otros 13 encuentros en las diferentes sedes habilitadas para el torneo: el Estadio Centenario, las canchas de Comfenalco/Soledén, el Club Campestre de Armenia y el estadio del municipio de La Tebaida. Vea los resultados aquí.Un campeonato con misión evangelizadoraUno de los momentos más significativos de esta copa se vivirá en la tarde del jueves 11 de septiembre. Las delegaciones de sacerdotes dejarán temporalmente las canchas para desplazarse a diversas parroquias de la Diócesis de Armenia. Allí, serán acogidos por las comunidades locales para compartir, orar, visitar barrios, bendecir hogares, llevar consuelo a los enfermos y realizar el sacramento de la confesión, llevando el espíritu del torneo directamente a los feligreses.Transmisión y clausuraLos aficionados al fútbol y los fieles que deseen seguir la emoción de los partidos podrán hacerlo a través de las transmisiones en vivo que realizará la Diócesis de Armenia en su página de Facebook y su canal de YouTube. Algunos de los compromisos también serán retransmitidos en las plataformas de la Conferencia Episcopal de Colombia.Esta copa, que une al clero colombiano y extranjero en una misma jugada, finalizará sus actividades el próximo viernes 12 de septiembre. Dejará como ganadora no solo a una diócesis, sino a la comunidad católica que encuentra en el deporte un puente para la fe, la unión y el testimonio cristiano.Vea a continuación la transmisión del partido inaugural: