SISTEMA INFORMATIVO
"Como Iglesia y como obispo, nos ponemos a disposición para ayudar en los procesos de paz, nuestro pueblo lo clama": Monseñor Olave, obispo de Ocaña
Tags: monseñor orlando olave villanoba obispo de ocaña Diócesis de Ocaña Ocaña iglesia colombiana iglesia católica conferencia episcopal de colombia
El pasado 28 de septiembre, en la Catedral Santa Ana de Ocaña, se llevó a cabo la ceremonia de posesión canónica de monseñor Orlando Olave Villanoba como obispo de la Diócesis de Ocaña. El prelado, que venía desempeñando su ministerio episcopal en la Diócesis de Tumaco, se convierte en el sexto obispo de esta Iglesia particular, ubicada en los departamentos de Norte de Santander y Cesar.
Previo a la celebración eucarística, monseñor Orlando fue acogido de forma emotiva y multitudinaria por miembros de la comunidad, autoridades civiles, militares y de policía en el parque central del municipio, quienes esperaban con alegría la llegada de su nuevo pastor luego de que se conociera la noticia de su nombramiento por parte del papa Francisco el pasado el pasado 11 de julio.
La Eucaristía fue presidida por el Nuncio Apostólico en Colombia, monseñor Paolo Rudelli. Además de sus familiares, participaron sacerdotes, religiosos, religiosas, diáconos y seminaristas de Ocaña, Cúcuta, Tibú, Bucaramanga, Pamplona y Barrancabermeja, de donde es oriundo monseñor Olave. Además, lo acompañaron catorce de sus hermanos obispos, entre ellos, monseñor Gabriel Ángel Villa Vahos, arzobispo de Tunja y vicepresidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, quien pastoreó esa jurisdicción entre agosto de 2014 y febrero de 2020, y el Arzobispo Metropolitano de Nueva Pamplona, monseñor Jorge Alberto Soto, quien se desempeñaba como su administrador apostólico desde abril del 2021, tras el fallecimiento de monseñor Luis Gabriel Ramírez Díaz.
En la primera parte de su mensaje, monseñor Paolo Rudelli se refirió a la partida de monseñor Orlando desde Tumaco hacia Ocaña. Afirmó que es un signo del intercambio de dones entre iglesias, por lo que pidió, de manera especial, a los sacerdotes y fieles en Tumaco no sentirse huérfanos: “Es momento para sentir que nosotros, los pastores, solo somos un signo de la presencia de Cristo Pastor que sigue pastoreando nuestras iglesias”, precisó.
A la Iglesia que peregrina en Ocaña, el Nuncio Apostólico pidió reconocer en la persona de monseñor Olave al pastor que tanto esperaban y por quien oraban, como enviado del Señor:
“Ha venido como lámpara fulgente del Evangelio a presidir y acompañar esta Iglesia como maestro, pastor y principio de unidad. Su misión entre ustedes, como nos enseña el Concilio Vaticano Segundo, es representar a Cristo, prolongar su Palabra, sus gestos, su presencia misma en los que brilla el misterio del Reino de Dios, del cual la Iglesia es germen aquí en la tierra. Continúen caminando junto a su obispo como la familia diocesana; sean agradecidos por las grandes riquezas espirituales que han recibido, bendiciendo al Señor por un recorrido maravilloso de historia de salvación, fruto de tantos que han llevado el peso del día y del calor en estas tierras, con grandes iniciativas en las vertientes de la acción pastoral, pero también con las pruebas y sufrimientos que han dejado huellas de dolor en los corazones, en las familias, en las comunidades con importantes desafíos para vivir a perfección su propia identidad y proyectarse más allá de sus fronteras como Iglesia misionera, con ese ímpetu que nos pide el Evangelio y del que se ha hecho en intérprete el papa Francisco, invitándonos a no cerrarnos en nuestras comunidades, sino que a tener siempre abierto frente a nosotros el horizonte de la Iglesia Universal”.
El representante del Santo Padre en Colombia recordó también las virtudes que deben seguir acompañando a monseñor Orlando Olave en esa nueva misión que le encomendó el pontífice: santidad personal, caridad pastoral y generosidad de pastor para dar la vida cuando lo requiera el rebaño.
Por su parte, el nuevo obispo de Ocaña enfatizó en la importancia de estar en comunión con el otro y de reconocer los logros de esa Iglesia particular como frutos del trabajo de todos, no solo del esfuerzo de unos pocos. Además, recordó la necesidad de mantener el impulso evangelizador de los obispos, sacerdotes y religiosas que los han antecedido en la diócesis.
“No podemos caminar solos, es un suicidio espiritual. Por eso, es importante aprender a caminar juntos, ver que el Señor nos invita a ver al otro como una oportunidad de vivir nuestra vida”.
A los sacerdotes les recordó, especialmente, el llamado a donar la vida por todos los fieles creyentes de la Iglesia que peregrina en esas tierras del Norte de Santander y del sur del Cesar, “como nuestra amada Virgen de Torcoroma; ella se reveló en el corazón de un ángel en las montañas de Roma. También nosotros podemos abrir nuestro corazón a Dios, descubrir su amor y donarnos de corazón a todos nuestros hermanos”, agregó.
Este llamado del obispo de Ocaña se convierte en una invitación a vivir una verdadera Iglesia en salida, llevando el consuelo y la esperanza de Jesucristo a tantas personas que en esa región llevan consigo las heridas de la violencia, los desplazados, pobres, campesinos sin tierra, mujeres abandonadas, migrantes, jóvenes sin futuro, niños y niñas violentadas.
“No nos podemos quedar contemplando nuestro pequeño mundo. Es una invitación del Señor a ver más allá, a descubrir, como el buen samaritano, más allá de los círculos políticos, religiosos, étnicos o de nacionalidad. Salgamos, salgamos a ofrecer a todos la vida de Jesucristo”.
Monseñor Orlando tiene claro que una de sus prioridades pastorales en la Diócesis de Ocaña, como venía haciéndolo en Tumaco, será el trabajo por la paz. Desde allí, recordó la petición del papa Francisco a propiciar la amistad social insistiendo en la unidad:
“La unidad es superior al conflicto. Todo servicio que debemos prestar a la sociedad actual es el trabajo por la reconciliación y la paz. Nuestra región ha estado marcada por una realidad de violencia pluriforme; desde la violencia intrafamiliar contra la mujer, los niños y las niñas; como la violencia política provocada por los actores armados irregulares, como también por algunos agentes del Estado, sin olvidar la violencia que provocan las realidades de marginación y pobreza, como el doloroso cáncer que ha dejado la corrupción en nuestros territorios”.
En ese sentido y frente a los esfuerzos de diálogo, monseñor Orlando Olave recordó que siempre será mejor una paz imperfecta que una guerra que siga cobrando la vida y la integridad de tantas personas en los territorios. Para ello, de acuerdo con el obispo, es necesario tener presente que el camino hacia la paz no implica homogeneizar la sociedad, sino hacer posible un un trabajo común, donde todos ganan; aseguró que con la violencia todos perdemos.
"Dede aquí quisiera invitar al Gobierno Nacional a que refuerce esos procesos de paz que se han venido desarrollando en nuestro país, quizá imperfectos, pero que no se canse de trabajar por la paz; es mejor una paz imperfecta, que una guerra perfecta, también a los actores armados que están en nuestro territorio. Como Iglesia y como obispo, nos ponemos a disposición para ayudar en los procesos de paz, en los procesos de reconconciliación, nuestro pueblo lo clama”.
“El divorcio exprés”: una píldora que no sana
Lun 2 Dic 2024
Una sociedad que odia a los niños
Jue 28 Nov 2024
Mar 24 Dic 2024
Navidad 2024: Vicepresidente del Episcopado Colombiano pide a los fieles liberar la Navidad del consumismo y aportar en la construcción de la paz
Al celebrar esta Navidad 2024, los obispos colombianos, a través del arzobispo de Tunja y vicepresidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Gabriel Ángel Villa Vahos, piden a los fieles asumir este tiempo desde el amor, mientras reflexionan sobre su papel en la construcción de un futuro mejor para el país, donde la paz, tan anhelada por todos, se pueda hacer realidad con el aporte de cada uno.En su mensaje, el prelado subraya que la paz no es solo un don divino, sino también una tarea que exige el esfuerzo de cada persona desde lo más profundo de su corazón. "Preguntémonos: ¿qué estoy dispuesto a aportar yo para la construcción de la paz?", expresa.En línea con las palabras del papa Francisco, el vicepresidente del episcopado colombiano también llama a liberar la Navidad de todo aquello que no refleja su verdadero sentido, como el consumismo, los odios, los rencores y las venganzas:"Que este tiempo sea también de unión familiar, de sacar de nuestro corazón todo asomo de rencor, de violencia, de venganza".Además, recuerda que el Santo Padre, al convocar el Jubileo de la Esperanza, que se inaugurará en Roma el 25 de diciembre y, en las diócesis colombianas, el 29 de diciembre, está invitando a todos los creyentes a renovar su confianza en el Señor y a caminar como "peregrinos de la esperanza"."Les estamos deseando a todos una muy Feliz Navidad 2024. Que Santa María, Nuestra Señora de la Esperanza, camine con nosotros en este peregrinar. Bendiciones", concluye monseñor Villa.Vea el mensaje a continuación:
Mié 11 Dic 2024
¿Cómo vivir el Jubileo de la Esperanza 2025 en la Iglesia colombiana? La Conferencia Episcopal lanza un libro con orientaciones
La Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), a través de su Secretariado Permanente, presenta un nuevo libro titulado "Caminar en esperanza". Su contenido busca ayudar a las comunidades católicas del país a reflexionar y vivir plenamente el Jubileo Ordinario del 2025 convocado por el papa Francisco bajo el lema “Peregrinos de la esperanza”. Más que un material de lectura tradicional, es una ruta concreta para orientar a todos los miembros de la Iglesia en un peregrinaje hacia la renovación de su fe y compromiso cristiano, especialmente en medio de un contexto nacional y mundial marcado por profundas incertidumbres y temores sociales y políticos.Este compendio de 137 páginas, concebido como una guía práctica y espiritual, ofrece reflexiones, talleres y recursos para que los fieles católicos colombianos incorporen la esperanza en su vivencia diaria y en sus dinámicas pastorales desde distintas dimensiones. Entre ellas, en la Biblia, en los padres de la Iglesia, a nivel litúrgico, desde el rol de sacerdotes y religiosos, en la familia, en la misión, a nivel social, desde la comunicación y desde los signos de los tiempos. En la presentación del libro y evocando las palabras del papa Francisco, quien en su exhortación Spes non confundit resalta que la esperanza es la virtud que “indica la dirección y la finalidad de la existencia cristiana”, el presidente de la CEC, monseñor Francisco Javier Múnera Correa, destacó que este tiempo jubilar es una oportunidad para fortalecer la virtud de la esperanza, que orienta y sostiene la vida cristiana. A partir de esta premisa, se invita a los fieles a reconocer que la esperanza tiene un rostro: Jesucristo, quien camina con la humanidad como peregrino para guiarla hacia el Padre."Caminar en esperanza" es una invitación de la Conferencia Episcopal de Colombia a fomentar la comunión en los diversos espacios eclesiales del país; desde las parroquias hasta las familias, así lo expresa su presidente, monseñor Francisco Múnera:“Deseo que este material sea acogido en todos los lugares eclesiales para la vivencia de la comunión en nuestro país; y que, en aquellos espacios vitales, se asuma con esperanza el seguimiento del Señor Jesucristo, nuestra paz, y con este horizonte podamos fomentar las relaciones, los procesos y los vínculos necesarios para una Iglesia sinodal, misionera y misericordiosa, como lo pide el Proceso Sinodal”.El libro ya puede ser adquirido a través de la Librería de la Conferencia Episcopal de Colombia o en las librerías San Pablo del país.Datos de contacto:Correo: libreria@cec.org.coWhatsApp: 3138808447Teléfono: PBX (57) 601 9157779 Ext. 125Horario de atención:Lunes a viernes 8:00 a.m. - 12:30 p.m. / 1:30 p.m. - 4:30 p.m.
Mar 10 Dic 2024
La Diócesis de San José del Guaviare ya tiene Administrador Diocesano: Pbro. Edgar Liévano Labrador
El Colegio de Consultores de la Diócesis de San José del Guaviare eligió a su nuevo administrador. Se trata del padre Edgar Liévano Labrador, quien se venía desempeñando como vicario general de esa Iglesia particular ubicada en el departamento del Guaviare. La nueva designación por parte de los sacerdotes se dio este 6 de diciembre, tras la posesión del anterior obispo de esta jurisdicción, monseñor Nelson Jair Cardona, en la Diócesis de Pereira.El padre Edgar Liévano Labrador nació el 10 de agosto de 1955 en Ibagué (Tolima). Cursó sus estudios de teología en el Seminario IntermisionalSan Luis Beltrán de Bogotá. Fue ordenado sacerdote el 26 de marzo de 1988 para la Prefectura Apostólica de Mitú. Estudió una licenciatura en Filosofía y Educación Religiosa en la Universidad Católica de Oriente y una especialización en Derecho Matrimonial Canónico en la Pontificia Universidad Javeriana.Los encargos pastorales que ha desempeñado son:Párroco de la Parroquia San Antonio de Carurú- Vaupés (1988)Párroco de la Parroquia Cristo Rey de Calamar-Guaviare (1989-1995)Párroco de la Inmaculada Concepción de San José (1996-2001)Fundación de la Parroquia Nuestra Señora de la Paz de San José (2001-2003)Párroco de la Parroquia Divino Niño de Puerto Concordia-Meta (2004)Administrador Parroquial de la Parroquia La Sagrada Familia de San José (2005-2007)Párroco de la Parroquia Nuestra Señora de la Paz de san José (2008-2011)párroco de la Parroquia María Auxiliadora de San JoséPárroco de la Parroquia Catedral de San José (2015-2020)Párroco de la Parroquia Nuestra Señora de la Paz de san José (2020 hasta la fecha)Provicario del Vicariato apostólico de San José del Guaviare (1999)Vicario General (2000-2003, 2006-2010 y 2016 hasta la fecha)Canciller y notario (2006 hasta la fecha)Actualmente es miembro del Consejo Presbiteral y del Colegio de Consultores.En diálogo con el Departamento de Comunicaciones de la Conferencia Episcopal de Colombia, el padre Edgar Liévano expresó su gratitud hacia los sacerdotes que conforman el Colegio de Consultores de la Diócesis de San José del Guaviare, por haber confiado en él para guiar esta Iglesia particular. En ese sentido, dio a conocer tres prioridades pastorales:“Seguiré con la ayuda de Dios y las oraciones de los fieles, trabajando en el Plan de Pastoral y en su implementación; en el crecimiento fraterno y espiritual del clero, religiosos y religiosas; y en la ayuda para con los pobres y necesitados. Dios me ayude en este trabajo que ha puesto en mis manos”, expresó el sacerdote.El padre Liévano estará desarrollando este encargo hasta que se produzca un nuevo nombramiento episcopal para esa jurisdicción eclesiástica por parte del Santo Padre.
Sáb 7 Dic 2024
El papa Francisco nombró nuevo obispo para la Diócesis de Buga: Pbro. Alexander Matiz Atencio
Este sábado, 7 de diciembre, el papa Francisco designó nuevo obispo para la Diócesis de Buga. Se trata del padre Alexander Matiz Atencio, sacerdote de la Arquidiócesis de Cali, quien se venía desempeñando como Vicario Episcopal de Economía en esa jurisdicción eclesiástica.Desde mayo de 2012, la Diócesis de Buga venía siendo pastoreada por monseñor José Roberto Ospina Leongómez quien, en 2022, al cumplir sus 75 años de edad, y como lo estipula el Código de Derecho Canónico, había presentado su renuncia al Sumo Pontífice.El obispo electo de Buga ha desempeñado importantes roles pastorales en la Arquidiócesis de Cali, entre ellos, Director Comisión de Vida Justicia y Paz y Director de Pastoral Social, entre los años 2002 y 2012.De manera especial, en 1995, con el aval de monseñor Isaías Duarte Cancino y el apoyo de la Arquidiócesis de Cali y diferentes actores de la sociedad civil, el padre Alexander Matiz inició la creación de la Fundación Sergente. Obra que tiene el propósito de “atender a las personas más vulnerables, los habitantes de y en calle, carentes de recursos para su autocuidado y vida digna, con el fin de asistirlos, promoverlos e incluirlos nuevamente en la sociedad”. BiografíaEl padre Alexander Matiz Atencio nació el 4 de agosto de 1960 en Pasto (Nariño).Cursó sus estudios de Filosofía y Teología en el Seminario Mayor San Pedro Apóstol de Cali y fue ordenado sacerdote el 25 de noviembre de 1990, incardinándose en la Arquidiócesis de Cali.En 1986 obtuvo su profesionalización como Arquitecto de la Universidad del Valle; se especializó en Gerencia de Talento Humano en la Unicatólica; cursó un Diplomado en Alta Gerencia de la Universidad de Los Andes y estudios en liturgia y arte sagrado en el Centro de Pastoral Litúrgica de Cataluña.Ha desempeñado los siguientes encargos pastorales:Administrador Parroquial de San José Obrero (1990-1993)Vicario Parroquial en Barcelona – España (1993-1995)Administrador Parroquial de María Madre de Dios (1995-1997)Director de Liturgia Arquidiócesis de Cali (1996)Párroco de Jesús Obrero (1997 - 2003)Director Comisión de Vida Justicia y Paz (2002-2012)Director de Pastoral Social (2002-2012)Párroco de San Juan Evangelista (2004-2010)Párroco de Nuestro Señor de los Cristales (2010-2017)Párroco de María Inmaculada (2017-2024)Vicario Episcopal de Economía (2024 hasta la fecha)