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La prevención de abusos en nuestra Iglesia: una mirada desde América Latina
Tags: protección de Menores
Por: Consejo Nacional de Protección de Menores.
“No podemos permitir que en un recinto sagrado se arrebate la inocencia y la esperanza”. Esta frase de Josefina Martínez, chilena, laica y psicóloga de profesión, evidencia el tono de las reflexiones presentadas en el Webinar “La prevención del abuso en la Iglesia latinoamericana”, realizado el pasado 31 de julio, evento organizado por el Consejo de Protección de Menores (CEPROME) y el Vatican Safeguarding Taskforce, con la colaboración del Centre for Child Protection de la Pontificia Universidad Gregoriana, el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), la Confederación Latinoamericana de Religiosos (CLAR) y diferentes Conferencias Episcopales, y en donde varios miembros del Consejo Nacional de Protección de Menores de la Conferencia Episcopal de Colombia participaron.
En ese conversatorio virtual, que congregó a más de quince mil personas, también se puso de presente que la prevención del abuso sexual de niños y de personas vulnerables es un trabajo todavía pendiente en América Latina. Para recuperar la confianza perdida, la Iglesia debe emprender el camino de reconocer sus errores y ser fiel a su misión evangélica de acoger a las víctimas/sobrevivientes de las violencias y los abusos cometidos por miembros de la Iglesia, sean clérigos, religiosos o laicos. El rostro de Cristo sufriente se descubrirá en la persona herida y sólo desde Él se podrá restablecer la dignidad del hijo de Dios violentada.
La primera intervención ante el auditorio virtual fue la del Arzobispo de Malta y miembro de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Mons. Charles Scicluna. Para el alto jerarca, su experiencia con víctimas le ha dejado una señal profunda en el alma, como pastor, sacerdote y hombre: “Debemos escuchar a la víctima” para entender “cuán grande es el trauma y cuán grande es el flagelo del abuso sexual”. Además, invitó a escuchar, porque “la escucha sana al herido y nos sana a nosotros mismos”.
Por su parte, el Padre Hans Zollner, Presidente del Centre for Child Protection de la Universidad Pontificia Gregoriana, hizo un llamado para emprender la lucha contra el abuso a través de los textos básicos del Evangelio en donde destacó la frase de Jesús: “Dejad que los niños vengan a mí”. En esa línea, afirmó que, si no hemos escuchado a las víctimas, no hemos escuchado a nuestro Señor Jesucristo e invitó a vencer el miedo, a no negar el dolor ni las heridas de los abusos. Si la divinidad se esconde en las víctimas, debemos escucharlas para cambiar una espiritualidad fría, distante e intelectual y así transformar nuestra actitud hacia ellas. Dirigiéndose a los participantes del conversatorio dijo a cada uno de ellos: “Tú tienes que buscar que se llegue a recuperar la confianza en la Iglesia”.
Para el laico Andrew Azzopardi, coordinador del Vatican Safeguarding Taskforce, existe una necesidad de crear una cultura de la protección y de la prevención positiva. “No hay que olvidar la centralidad de la persona en los abusos (…) y crear esa cultura requiere de una estrategia y de un sistema de prevención, fundados en la verdad y en la curación”.
Jordi Bertomeu Farnós, Oficial de la Congregación para la Doctrina de la Fe, centró su intervención en hacer unas glosas al Vademécum, dado a conocer el 16 de julio de 2020, a partir de la coherencia del novísimo documento con el ordenamiento jurídico canónico, la fidelidad en la acción que lo motiva y la homogeneidad en el texto. A su juicio, el Manual es una buena herramienta, aunque perfectible. Además, hizo énfasis en la atención sobre la provisionalidad del texto, al estar llamado a actualizarse, así como la compleja redacción de algunos de sus 164 numerales. La novedad del Vademécum no radica en su contenido, sino en ser expresión del cambio de mentalidad impulsado por el Papa Francisco en la Iglesia, orientado a hacer posible “un lugar justo para las víctimas”.
En la siguiente intervención la psicóloga Josefina Martínez afirmó que la experiencia con las víctimas de los abusos sexuales le ha permitido advertir el sentido de encarar el horror de ese flagelo. Una y otra vez, así lo puso de presente, ha escuchado el clamor doliente de la expresión “nunca más”. Es una necesidad de verdad conmovedora y desafiante: anima a un trabajo coordinado para que “no vuelvan a repetirse episodios de tanta angustia y oscuridad”.
El Director de CEPROME, padre Daniel Portillo Trevizo, enfatizó que la prevención tendrá futuro si es eclesial. Invitó a saber conjugar nuestros tiempos, a no caer en la tentación de una “mirada retrotópica”, a asumir con humildad la “osteoporosis eclesial” y a conjugar nuestras acciones en gerundio: “Los católicos de hoy somos llamados a pertenencer a esta Iglesia herida y lastimada por los abusos cometidos al interno de ella; comprometiéndonos para que el pasado no represente una añoranza enfermiza, sino que el futuro de la Iglesia se presente cada vez más rico de promesas y de esperanzas. Una Iglesia viva, presente y consciente de su historia, formada por los creyentes que aman la verdad y buscan incansablemente la justicia”.
Finalmente, se dirigieron al auditorio virtual, Monseñor Sergio Buenanueva, Coordinador del Consejo Pastoral para la Protección de Menores de la Conferencia Episcopal Argentina, y la hermana María Rosaura de González Casas, del Centre for Child de la Pontificia Universidad Gregoriana, para quienes la prevención ha sido el aspecto más olvidado en la Iglesia y requiere de una nueva “cultura relacional” ordenada a generar una “cultura de buen trato” en la Iglesia.
El marco allí presentado allana el camino para erradicar el flagelo de los abusos sexuales dentro de la Iglesia, así como la enorme necesidad de escuchar, poner cara y atender a las víctimas, siendo compresivos y misericordiosos, sabiendo que sufren mucho para así hacer todo lo necesario para aliviarlos y evitar que otros lo sufran.
“El divorcio exprés”: una píldora que no sana
Lun 2 Dic 2024
Una sociedad que odia a los niños
Jue 28 Nov 2024
Sáb 28 Dic 2024
El Presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia hace un llamado a la esperanza y la reconciliación para el 2025
De cara al 2025, y en un momento crucial para Colombia, marcado por grandes desafíos sociales y políticos, monseñor Francisco Javier Múnera Correa, arzobispo de Cartagena y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, envía un mensaje cargado de esperanza. Invita a todos a cerrar este año 2024 con un corazón agradecido y abrir el 2025 bajo la perspectiva de un tiempo de gracia especial: el Jubileo Ordinario convocado por el papa Francisco.Según el prelado, este Jubileo de la Esperanza es una oportunidad para que los colombianos renueven su compromiso con los valores del Evangelio:“Los invito a no desfallecer en el cuidado de nuestros niños, jóvenes y abuelos, a tender la mano a los migrantes, a los enfermos y a quienes son excluidos. Juntos, con fe y esperanza, construiremos un país reconciliado y lleno de vida”.El presidente del Episcopado también hizo un llamado especial a los colombianos a no dejarse vencer por la desesperanza ni por las divisiones:“Recordemos las palabras del Santo Padre en su visita a Colombia en 2017: ‘No se dejen robar la esperanza, no se dejen robar la alegría’. Que este Jubileo sea un tiempo propicio para fortalecer nuestras familias, apoyar a los más vulnerables y comprometernos con la búsqueda de la paz y la justicia”.Monseñor Francisco Múnera recordó también que la paz es uno de los grandes anhelos de la nación. “No perdemos la esperanza en el camino que recorremos para alcanzarla”, expresó, destacando la necesidad de que para que esta sea posible, existan gestos concretos de reconciliación, especialmente en un país que aún enfrenta las heridas del conflicto. En este sentido, recordó que el Jubileo será una oportunidad privilegiada para renovar el compromiso con la construcción de un futuro fraterno y solidario.En el marco de la 58 Jornada Mundial de la Paz, que se celebrará el 1 de enero de 2025 bajo el lema “Perdona nuestras ofensas, concédenos tu paz”, monseñor Múnera Correa recuerda que la paz no es solo la ausencia de violencia, sino el fruto de la reconciliación con Dios, con los hermanos y con nosotros mismos.El Jubileo Ordinario 2025: un tiempo de gracia para Colombia“La virtud de la esperanza nos recuerda que nuestra vida es una peregrinación hacia Dios. En este Jubileo, queremos reforzar nuestra confianza en que el bien y la paz son posibles, superando el pesimismo y las sombras de la violencia”, afirma monseñor Múnera, haciendo eco del llamado del Papa en la bula de convocatoria del Jubileo.Participación en el Rito de Iniciación del Jubileo en las catedralesEl presidente de la Coferencia Episcopal de Colombia también invita a los fieles a unirse, este domingo 29 de diciembre, al Rito de Iniciación del Jubileo en las catedrales de todo el país. Este acto será un signo de comunión con la Iglesia universal y un paso más en el camino hacia un futuro lleno de esperanza.El mensaje de la Iglesia es claro: el 2025 será un tiempo para renovar el espíritu y trabajar juntos como verdaderos Peregrinos de Esperanza, convencidos de que la paz y la reconciliación son posibles.Vea el mensaje a continuación:
Mar 24 Dic 2024
Navidad 2024: Vicepresidente del Episcopado Colombiano pide a los fieles liberar la Navidad del consumismo y aportar en la construcción de la paz
Al celebrar esta Navidad 2024, los obispos colombianos, a través del arzobispo de Tunja y vicepresidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Gabriel Ángel Villa Vahos, piden a los fieles asumir este tiempo desde el amor, mientras reflexionan sobre su papel en la construcción de un futuro mejor para el país, donde la paz, tan anhelada por todos, se pueda hacer realidad con el aporte de cada uno.En su mensaje, el prelado subraya que la paz no es solo un don divino, sino también una tarea que exige el esfuerzo de cada persona desde lo más profundo de su corazón. "Preguntémonos: ¿qué estoy dispuesto a aportar yo para la construcción de la paz?", expresa.En línea con las palabras del papa Francisco, el vicepresidente del episcopado colombiano también llama a liberar la Navidad de todo aquello que no refleja su verdadero sentido, como el consumismo, los odios, los rencores y las venganzas:"Que este tiempo sea también de unión familiar, de sacar de nuestro corazón todo asomo de rencor, de violencia, de venganza".Además, recuerda que el Santo Padre, al convocar el Jubileo de la Esperanza, que se inaugurará en Roma el 25 de diciembre y, en las diócesis colombianas, el 29 de diciembre, está invitando a todos los creyentes a renovar su confianza en el Señor y a caminar como "peregrinos de la esperanza"."Les estamos deseando a todos una muy Feliz Navidad 2024. Que Santa María, Nuestra Señora de la Esperanza, camine con nosotros en este peregrinar. Bendiciones", concluye monseñor Villa.Vea el mensaje a continuación:
Mié 11 Dic 2024
¿Cómo vivir el Jubileo de la Esperanza 2025 en la Iglesia colombiana? La Conferencia Episcopal lanza un libro con orientaciones
La Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), a través de su Secretariado Permanente, presenta un nuevo libro titulado "Caminar en esperanza". Su contenido busca ayudar a las comunidades católicas del país a reflexionar y vivir plenamente el Jubileo Ordinario del 2025 convocado por el papa Francisco bajo el lema “Peregrinos de la esperanza”. Más que un material de lectura tradicional, es una ruta concreta para orientar a todos los miembros de la Iglesia en un peregrinaje hacia la renovación de su fe y compromiso cristiano, especialmente en medio de un contexto nacional y mundial marcado por profundas incertidumbres y temores sociales y políticos.Este compendio de 137 páginas, concebido como una guía práctica y espiritual, ofrece reflexiones, talleres y recursos para que los fieles católicos colombianos incorporen la esperanza en su vivencia diaria y en sus dinámicas pastorales desde distintas dimensiones. Entre ellas, en la Biblia, en los padres de la Iglesia, a nivel litúrgico, desde el rol de sacerdotes y religiosos, en la familia, en la misión, a nivel social, desde la comunicación y desde los signos de los tiempos. En la presentación del libro y evocando las palabras del papa Francisco, quien en su exhortación Spes non confundit resalta que la esperanza es la virtud que “indica la dirección y la finalidad de la existencia cristiana”, el presidente de la CEC, monseñor Francisco Javier Múnera Correa, destacó que este tiempo jubilar es una oportunidad para fortalecer la virtud de la esperanza, que orienta y sostiene la vida cristiana. A partir de esta premisa, se invita a los fieles a reconocer que la esperanza tiene un rostro: Jesucristo, quien camina con la humanidad como peregrino para guiarla hacia el Padre."Caminar en esperanza" es una invitación de la Conferencia Episcopal de Colombia a fomentar la comunión en los diversos espacios eclesiales del país; desde las parroquias hasta las familias, así lo expresa su presidente, monseñor Francisco Múnera:“Deseo que este material sea acogido en todos los lugares eclesiales para la vivencia de la comunión en nuestro país; y que, en aquellos espacios vitales, se asuma con esperanza el seguimiento del Señor Jesucristo, nuestra paz, y con este horizonte podamos fomentar las relaciones, los procesos y los vínculos necesarios para una Iglesia sinodal, misionera y misericordiosa, como lo pide el Proceso Sinodal”.El libro ya puede ser adquirido a través de la Librería de la Conferencia Episcopal de Colombia o en las librerías San Pablo del país.Datos de contacto:Correo: libreria@cec.org.coWhatsApp: 3138808447Teléfono: PBX (57) 601 9157779 Ext. 125Horario de atención:Lunes a viernes 8:00 a.m. - 12:30 p.m. / 1:30 p.m. - 4:30 p.m.
Mar 10 Dic 2024
La Diócesis de San José del Guaviare ya tiene Administrador Diocesano: Pbro. Edgar Liévano Labrador
El Colegio de Consultores de la Diócesis de San José del Guaviare eligió a su nuevo administrador. Se trata del padre Edgar Liévano Labrador, quien se venía desempeñando como vicario general de esa Iglesia particular ubicada en el departamento del Guaviare. La nueva designación por parte de los sacerdotes se dio este 6 de diciembre, tras la posesión del anterior obispo de esta jurisdicción, monseñor Nelson Jair Cardona, en la Diócesis de Pereira.El padre Edgar Liévano Labrador nació el 10 de agosto de 1955 en Ibagué (Tolima). Cursó sus estudios de teología en el Seminario IntermisionalSan Luis Beltrán de Bogotá. Fue ordenado sacerdote el 26 de marzo de 1988 para la Prefectura Apostólica de Mitú. Estudió una licenciatura en Filosofía y Educación Religiosa en la Universidad Católica de Oriente y una especialización en Derecho Matrimonial Canónico en la Pontificia Universidad Javeriana.Los encargos pastorales que ha desempeñado son:Párroco de la Parroquia San Antonio de Carurú- Vaupés (1988)Párroco de la Parroquia Cristo Rey de Calamar-Guaviare (1989-1995)Párroco de la Inmaculada Concepción de San José (1996-2001)Fundación de la Parroquia Nuestra Señora de la Paz de San José (2001-2003)Párroco de la Parroquia Divino Niño de Puerto Concordia-Meta (2004)Administrador Parroquial de la Parroquia La Sagrada Familia de San José (2005-2007)Párroco de la Parroquia Nuestra Señora de la Paz de san José (2008-2011)párroco de la Parroquia María Auxiliadora de San JoséPárroco de la Parroquia Catedral de San José (2015-2020)Párroco de la Parroquia Nuestra Señora de la Paz de san José (2020 hasta la fecha)Provicario del Vicariato apostólico de San José del Guaviare (1999)Vicario General (2000-2003, 2006-2010 y 2016 hasta la fecha)Canciller y notario (2006 hasta la fecha)Actualmente es miembro del Consejo Presbiteral y del Colegio de Consultores.En diálogo con el Departamento de Comunicaciones de la Conferencia Episcopal de Colombia, el padre Edgar Liévano expresó su gratitud hacia los sacerdotes que conforman el Colegio de Consultores de la Diócesis de San José del Guaviare, por haber confiado en él para guiar esta Iglesia particular. En ese sentido, dio a conocer tres prioridades pastorales:“Seguiré con la ayuda de Dios y las oraciones de los fieles, trabajando en el Plan de Pastoral y en su implementación; en el crecimiento fraterno y espiritual del clero, religiosos y religiosas; y en la ayuda para con los pobres y necesitados. Dios me ayude en este trabajo que ha puesto en mis manos”, expresó el sacerdote.El padre Liévano estará desarrollando este encargo hasta que se produzca un nuevo nombramiento episcopal para esa jurisdicción eclesiástica por parte del Santo Padre.