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adviento

Mié 28 Nov 2018

El Mesías nos traerá la justicia y la libertad

La liturgia de la Palabra en este primer domingo de Adviento nos introduce en la dinámica de la espera del Salvador. Los pasajes de la Escritura nos aseguran que el Mesías nos traerá la justicia y la libertad; y al mismo tiempo nos indican las actitudes con las que debemos esperar y acoger al Señor que viene. Primera lectura: Jeremías 33,14-16 Salmo: 25(24),4-5ab.8-9.10+14 (R. cf. 130[129],5) Segunda lectura: 1Tesalonicenses 3,12 - 4,2 Evangelio: Lucas 21,25-28.34-36 ¿Qué dice la Sagrada Escritura? El profeta Isaías, en el breve oráculo que hemos escuchado, recoge la esperanza que el pueblo de Israel mantuvo a través de los siglos: ¡vendrá un Salvador, el Mesías, el Señor! Esta promesa hallará cumplimiento con la encarnación del Hijo de Dios; ésta es su primera venida. En el pasaje de San Pablo a los Tesalonicenses la perspectiva se amplía a la segunda venida del Señor. El tono del apóstol es exhortativo; invita a los fieles a “presentarse” santos e irreprochables ante Dios cuando vuelva Jesucristo. La idea central del texto es la necesidad de esforzarse permanentemente por agradar a Dios en todo, mientras se espera el encuentro definitivo con él. El Evangelio nos anuncia, con símbolos y señales propios del género apocalíptico, el momento de la llegada del Señor. Si bien en un primer momento aparecen como señales terroríficas, ellas son indicación de la conmoción de todo lo creado frente a la presencia inminente e inmediata del Señor, que, para los cristianos, es señal inequívoca del momento esperado: “¡levántense, alcen la cabeza, se acerca su liberación!”. La condición para acoger esta acción salvífica en plenitud es “tener cuidado” o “mantenerse despiertos”.

Vie 23 Nov 2018

Acerquemos la Palabra de Dios, adquiere la Predicación Orante de la Palabra

La Conferencia Episcopal de Colombia, a través del Departamento de Liturgia, pone a disposición de ministros ordenados, religiosos y laicos laPredicación Orante de la Palabra y las Moniciones y Oración Universal de los Fieles. [tabs class="horizontal"][tab title="PRESENTACIÓN" icon="Icon name 1"] El Secretariado Permanente del Episcopado Colombiano (SPEC), en coordinación con el Departamento de Liturgia, ha elaborado este material de La Predicación Orante de la Palabra y de las Moniciones y Oración Universal o de los Fieles, que tiene como finalidad, en primer lugar, motivar y animar el debido encuentro personal del homileta con la Palabra Divina, para que permeado por ella, sea el mismo Espíritu divino quien disponga las mentes y los corazones de quienes, a su vez, se encontraran con esta Palabra en asamblea litúrgica. Y, en segundo lugar, ofrecer unas orientaciones y pautas a todos los que, ejerciendo el oficio de la predicación, tienen la misión de servir la Palabra Sagrada a través de la solemne proclamación y la correspondiente reflexión profunda en el acto de culto de la homilía, en este caso, dominical y festiva. Departamento de Liturgia Conferencia Episcopal de Colombia [/tab][tab title="DETALLE" icon="icon name 2"] Autor(a): Departamento de Liturgia Catálogo: Liturgia Idioma: Español Número de Páginas: 236 Editora: . Año de publicación:Noviembre 2019 Dimensiones: 17cm x 24cm [/tab][tab title="COMENTARIOS" icon="Icon name 1"] [/tab][/tabs] Mayores informes: PBX: 437 55 40 Ext. 264 Correo electrónico: libreria@cec.org.co

Lun 18 Dic 2017

Adviento - Esperanza

Por: Mons. Luis Fernando Rodríguez Velásquez - Luces, colores, nacimientos, fiestas, alegría, hacen parte del tiempo litúrgico del adviento. Las casas y los templos se ornamentan. Pero también aparecen otras dimensiones muy importantes, la preparación de la llegada del Salvador con las novenas al Niño Dios y la evaluación del año que termina. A estos elementos se unen otros de reconocido valor, como los encuentros de familia, las cenas y celebraciones con amigos y vecinos y el inicio del nuevo año. La Iglesia ha querido que hagamos el propósito de darle a este tiempo el significado que le corresponde, y no dejarnos dominar por las propuestas mercantilistas que el mundo hace desde meses antes. El significado central del adviento, teniendo en cuenta que viene de la palabra latina ad-venio (llegar, acercarse), remite necesariamente a la esperanza, como capacidad de esperar a alguien que llega o algo que se ha prometido. El adviento 2017, marcado por la primera jornada mundial del pobre, y animados por la visita del papa Francisco a Colombia, tiene que suscitar en todos el auténtico sentido de la esperanza cristiana. Dijo el Papa Francisco varias cosas en su maravilloso magisterio, relacionado con la esperanza. Sólo recuerdo aquí lo que nos dijo sobre la esperanza en la plaza de Bolívar de Bogotá, el jueves 7 de septiembre: “Vine hasta aquí como peregrino de paz y de esperanza”. “No le tengan miedo al futuro. Atrévanse a soñar a lo grande. A ese sueño grande yo los invito hoy”. Y a los jóvenes insistió: “Una ayuda les pido: contagiarnos la esperanza joven que tienen ustedes, esa esperanza que siempre está dispuesta a darle a los otros una segunda oportunidad”. “Jóvenes, sueñen, muévanse, arriesguen, miren la vida con una sonrisa nueva, vayan adelante, no tengan miedo”. ”Los jóvenes son la esperanza de Colombia y de la Iglesia; en su caminar y en sus pasos adivinamos los de Jesús, Mensajero de la paz, Aquel que siempre nos trae noticias buenas”. La vida del cristiano está marcada por la esperanza. Sabemos que nuestra vida no termina aquí, que estamos llamados a la eternidad. Por eso el adviento no se limita sólo a las cuatros semanas anteriores a la navidad, sino que ha de hacer parte de la existencia misma del creyente. Por eso mismo, cuando la vida se mira con los lentes del adviento, las actitudes y comportamientos del cristiano se destacan por la alegría y la esperanza. “Me dirijo ahora a todos, queridos hermanos y hermanas de este amado país, niños, jóvenes, adultos, ancianos, que quieren ser portadores de esperanza: que las dificultades no los opriman, que la violencia no los derrumbe, que el mal no los venza”, nos dijo el papa Francisco en Bogotá. Que vivamos en esta tónica el adviento 2017, como tiempo de paz, de reconciliación y de esperanza. + Luis Fernando Rodríguez Velásquez Obispo Auxiliar de Cali

Mar 12 Dic 2017

En Adviento y Navidad CEC propone campaña “Celebremos la vida del naciente”

Es importante considerar que, en la preparación de esta Navidad, la vida de todo ser humano debe ser respetada y valorada. Por ello el Departamento de Promoción y Defensa de la Vida de la Conferencia Episcopal, desea promover para estas fechas la Campaña “Celebremos la vida del naciente”. El objetivo de esta campaña es el de salvaguardar el valor fundamental de la humanidad, es decir, el respeto a la vida y a su dignidad incomparable desde el instante mismo de la concepción. Para animar esta jornada el Departamento de Vida, ha elaborado unos subsidios litúrgicos que permitirán promover el respeto y el valor a la vida. Descargar subsidios: 7-8 de diciembre Inmaculada Concepción 10 de Diciembre Derechos Humanos 12 de diciembre: Virgen de Guadalupe, Oración a la virgen de Guadalupe y bendición de las madres gestantes. 16 de diciembre: Novena de Aguinaldos; ¡Acojamos con gozo la vida naciente! 24 y 25 de diciembre: Nacimiento del Niño Jesús, nuestro Salvador, Celebración eucarística y signo de bendición de los niños. 30 de Diciembre Sagrada Familia Carta Campaña VIDA NACIENTE Navidad 2017 Descripción Campaña de Navidad

Mié 6 Dic 2017

En Adviento descubramos la presencia del Señor y testimoniemos

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Lun 12 Dic 2016

"La fuerza de la familia reside esencialmente en su capacidad de amar"

Las lecturas bíblicas de hoy nos enseñan la importancia de la colaboración de José y María en la encarnación y nacimiento de nuestro Redentor. No es tenida en cuenta ni la grandeza ni el poder, sino la pobreza y la humildad. Escuchemos atentos. Lecturas [icon class='fa fa-play' link='']Primera lectura: Is 7,10-14[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Salmo: 24(23),1-2.3-4ab. 5-6 [/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Segunda lectura: Rm 1,1-7 [/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Evangelio: Mt 1,18-24[/icon] [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO BÍBLICO[/icon] Las lecturas bíblicas de hoy nos presentan al hijo de María con dos nombres: “Emmanuel”, que significa “Dios con nosotros” y “Jesús”, que significa “El que salva”, nombres muy apropiados para conocer quién es el Niño, cuyo nacimiento esperamos. En primer lugar, nos enseña que él es Dios, infinito y eterno, pero no un Dios lejano, sino un Dios que está con nosotros, vive entre nosotros, es hombre como nosotros. Como lo expresa hoy san Pablo, “según la carne, es de la estirpe de David”, pero sin dejar de ser Dios, “constituido, según el Espíritu Santo, Hijo de Dios”. El segundo nombre; “Jesús”, nos manifiesta que él se hizo hombre para salvarnos del pecado y de la muerte y hacernos hijos de Dios. Jesús es nuestro Salvador, nuestro Redentor. Accede al contenido completo del plan [icon class='fa fa-play' link='']VISITA EL ESPECIAL DE ADVIENTO[/icon]

Mié 7 Dic 2016

"Aquel que esperamos viene"

En este tercer domingo de adviento nos reunimos para celebrar con alegría cristiana la presencia de Dios que vino a la tierra como Hijo de Dios, viene cotidianamente a nosotros en su Palabra, en la Eucaristía y en los necesitados, y vendrá como Juez de vivos y muertos. Manifestemos esta alegre esperanza con nuestros cantos y oraciones, para que nuestra voz esté en consonancia con el alma. Lecturas [icon class='fa fa-play' link='']Primera lectura: Is 35,1-6a.10[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Salmo: 146(145),6c-7. 8-9a.9bc-10 [/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Segunda lectura: St 5,7-10 [/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Evangelio: Mt 11,2-11[/icon] [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO BÍBLICO[/icon] El adviento es un período del año litúrgico que nos ilumina en la doctrina y nos motiva en la pastoral. Y, este domingo, aparece como tiempo de alegría, de misericordia y de espera. Los cristianos no nos preguntamos dudando ¿Quién va a venir? Sino que nos alegramos exclamando: Aquél que esperamos “viene, viene con alegría y viene a todos” (Isaías). Y ese viene no es una foto, es una película de cine, con movimiento en tres tiempos: “Vino, viene, vendrá” (Santiago). Cuando encendemos el tercer cirio de la corona, sabemos muy bien: vino el Dios hombre, viene el Salvador y vendrá el Juez. “El Señor está cerca, el juez está ya en la puerta” (Santiago); pero no temamos a ese juez; él no quita alegría, porque por las buenas obras sabemos que su juicio será favorable. En efecto: ¿A quién viene? Recordemos: viene a todos (Isaías), a todos los necesitados, los expectantes. Gaudete, gozaos, alegraos y regocijaos porque vuestra recompensa será grande en los cielos (Mt 5,12); alegraos de que vuestros nombres estén inscritos en el cielo (Lc 10, 20); alegraos al participar de los sufrimientos de Cristo (1 Pedro 4,13). Accede al contenido completo del plan [icon class='fa fa-play' link='']VISITA EL ESPECIAL DE ADVIENTO[/icon]

Lun 5 Dic 2016

Adviento 2016

Por: Mons. Luis Fernando Rodríguez Velásquez - En medio de la encrucijada por la que está atravesando nuestro país, con las incertidumbres que están generando las controversias entorno de la aprobación e implementación del acuerdo de paz con las FARC, así como las inquietudes relacionadas con el inicio de los diálogos con el ELN y la posibilidad de entablar acercamientos con otros grupos armados, esto sin contar la aprobación y entrada en vigor de la reforma tributaria y la sensación del incremento de la pobreza y la inseguridad en tantos lugares, por mencionar sólo algunos aspectos de la vida ordinaria de los colombianos, puede darse la impresión de que para muchos se esté perdiendo la esperanza y de que la mirada hacia el futuro se esté nublando. En la Iglesia comenzamos el tiempo de Adviento. Es por excelencia el tiempo de la espera, de la llegada del Salvador, del “cielo nuevo y de la tierra nueva” como lo afirma el libro del Apocalipsis (21,1). En el año jubilar que acabamos de terminar, el Papa Francisco afirmó que la “Misericordia: es la vía que une a Dios y el hombre, porque abre el corazón a la esperanza de ser amados para siempre no obstante el límite de nuestro pecado” (MV, 2). Por eso, “la Iglesia siente la urgencia de anunciar la misericordia de Dios… Ella sabe que la primera tarea, sobre todo en un momento como el nuestro, lleno de grandes esperanzas y fuertes contradicciones, es la de introducir a todos en el misterio de la misericordia de Dios, contemplando el rostro de Cristo” (MV, 25). Ante la suma de incertidumbres, no nos queda sino tener la certeza de la misericordia divina para no perder el sentido de la vida futura, para seguir confiando, para seguir creyendo, para seguir amando. En este sentido, el Adviento que comenzamos litúrgicamente, ha de marcar la vida de todos, pues el nacimiento del Salvador y el cumplimiento de sus promesas, nos alientan a seguir caminando con la mirada puesta en Jesús, dador de todo bien. La fe en Cristo, cuando está arraigada y es madura, hace que la esperanza no se derrumbe. De allí el deber que tenemos los bautizados en la Iglesia católica, de ser los testigos de la esperanza, pues “Dios no es Dios de muertos, sino de vivos” (Mac. 12, 27) y nuestro Dios, por su infinita misericordia, nunca nos abandona. La Iglesia colombiana, en este tiempo de la gozosa espera, ratifica el mensaje del Cristo Jesús: “no tengan miedo, yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo” (Mt. 28, 29). Esto hace pensar, además, en que el Adviento es también el tiempo de la confianza filial y del abandono en los brazos del Padre del cielo. Esta es la mejor forma de hacer frente a lo que estamos viviendo y de preparar los corazones para la llegada de la Navidad, para hacer posible que Niño Dios de Belén nazca realmente en los corazones de cada uno y pueda así darse cumplimiento al anuncio del profeta: “Pues he aquí que yo creo cielos nuevos y tierra nueva… habrá gozo y regocijo por siempre jamás por lo que voy a crear… No habrá allí jamás niño que viva pocos días, o viejo que no llene sus días, pues morir joven será morir a los cien años… Edificarán casas y las habitarán, plantarán viñas y comerán su fruto… El lobo y el cordero pacerán juntos, el león comerá paja como el buey, y la serpiente se alimentará de polvo, no harán daño ni perjuicio en todo mi monte santo” (Isaías 65, 17.20.25). Que estos sentimientos animen este tiempo de gracia y de bendición, de espera y de confianza en Dios pidiendo en todo momento el don de la paz para nuestros corazones y para nuestros pueblos. + Luis Fernando Rodríguez Velásquez Obispo Auxiliar de Cali