Mar 24 Nov 2015
Firmes en la Fe a la espera del Señor
La Palabra de Dios nos presenta hoy a Jesús como el hijo prometido a David para establecer en el mundo la justicia y la paz. Su venida, ahora y al fin de los tiempos, exige que estemos preparados y nos mantengamos firmes en la fe, con la certeza de alcanzar nuestra plena liberación.
Lecturas
[icon class='fa fa-play' link=''] Primera Lectura: Jeremías 33,14-16[/icon]
[icon class='fa fa-play' link=''] Salmo de respuesta: 25(24),4-5ab.8-9+14(R.cf.130[129],5)[/icon]
[icon class='fa fa-play' link=''] Segunda Lectura: Lucas 21,25-28.34-36[/icon]
[icon class='fa fa-play' link=''] Evangelio: Juan 18,33b-37[/icon]
[icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO BÍBLICO[/icon]
La Palabra de Dios nos da hoy un mensaje de esperanza, de fidelidad y de liberación. De esperanza, porque hoy comenzamos el tiempo del Adviento o advenimiento o Venida del Señor. Esperamos que en los días de Navidad venga de nuevo, como vino hace dos mil años, y establezca la paz y la justicia, según lo había profetizado Jeremías. Y esperamos también su última venida, al fin de los tiempos, porque él trae el premio de la vida eterna para sus discípulos. De hecho, para cada uno vendrá Jesús el día de la muerte. Estas verdades nos exigen mantenernos firmes en nuestra fidelidad a Cristo, siguiendo su camino, como nos lo dice el salmo. San Pablo nos anima a tener firmeza de espíritu para poder presentarnos santos e irreprensibles ante Dios, siguiendo el camino que el mismo Pablo nos ha enseñado, y esto a pesar de todas las angustias y tribulaciones que nos vengan, como nos lo recuerda hoy Jesús en el evangelio. La fidelidad a Cristo adquiere en este Adviento una dimensión especial: debemos ser fieles a Cristo en cuanto Él es la expresión maravillosa de la misericordia del Padre. Así nos lo recuerda el papa al anunciar el inicio del año de la misericordia el próximo 8 de diciembre. Jesús quiere venir a nuestro mundo como la expresión más maravillosa de la misericordia de Dios y espera manifestarla por medio del testimonio de nuestra propia vida. Todos estos esfuerzos y las demostraciones de fidelidad al Señor, siguiendo su camino, tienen su final feliz y glorioso. El Señor, justo juez, nos premiará liberándonos de toda esclavitud y haciéndonos partícipes de su reino.
[icon class='fa fa-play' link=''] Librería[/icon]
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