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colombia

Mié 9 Nov 2016

Novena de Navidad una oración por la paz de Colombia

La Conferencia Episcopal de Colombia pone a disposición de los fieles la tradicional Novena de Navidad que tiene como énfasis especial pedir a Dios que regale a Colombia el don de la paz. El presidente del episcopado, monseñor Luis Augusto Castro Quiroga, nos recuerda que la paz es un don y un regalo de Dios y que para acceder a ella debemos pedir con insistencia. “Esta novena ha de ser una súplica al Señor Jesús, para que nos regale el don de la paz”, subrayó. También explica que la paz presenta una dimensión interior y otra exterior, además ambas deben estar en armonía. “Si tenemos solo la paz interior pero no tenemos la paz exterior nos sentimos prisioneros” dijo el prelado. Monseñor Castro Quiroga resaltó que la paz, al igual que una planta, debe ser cuidada las 24 horas del día. “Entonces la paz es dedicación, no es una forma simplemente que todo lo resuelve, la paz es parte de la vida y de las relaciones que hay que ir cultivando”, señaló. En este marco la Novena de Navidad de la Conferencia Episcopal quiere ser un insumo que permita a todos los creyentes ser artesanos del perdón, la reconciliación y la paz. Para adquirir la Novena de Navidad pueden comunicarse con el Teléfono: 437 55 40 Ext. 264 – Celular: 3138808447 - Email: libreria@cec.org.co

Lun 7 Nov 2016

Los retos de la construcción de paz en Colombia

Por Monseñor Juan Carlos Barreto - Frente a las cercanas posibilidades de éxito en la negociación entre el Gobierno Nacional y la guerrilla de las FARC, y el próximo inicio de los diálogos públicos con el ELN, es importante tener en cuenta el panorama hacia el futuro para que en Colombia realmente se establezcan las bases para la construcción de la paz integral. Identificar los aspectos necesarios para esta nueva etapa de la historia es fundamental, pues el ignorarlos o reconocerlos superficialmente, induce inevitablemente a repetir errores y sufrir nuevos fracasos. Algunos elementos esenciales para garantizar una auténtica construcción de paz son: 1. PONER FIN A LA GUERRA “Un reino en guerra civil va a la ruina” (Lc 11,17) Las escandalosas cifras del conflicto son argumento suficiente para tomar la decisión de detener la guerra. Cerca de ocho millones de víctimas entre desplazados, desparecidos, asesinados, secuestrados, torturados, mutilados y con muchas otras afectaciones violentas, indican el nivel de degradación al que se ha llegado por la persistencia de la guerra. La solución militar, la cual será necesaria mientras haya indisposición al diálogo por parte de los actores armados ilegales, exige un alto precio en vidas humanas e inversión económica. Por lo tanto, la solución negociada al conflicto es más humanizante y menos costosa. El paso que se ha dado en las negociaciones de la Habana garantizan el fin de la guerra con uno de los actores principales del conflicto. En este mismo sentido, se valora la decisión del ELN de iniciar los diálogos públicos con el Gobierno Nacional. La continuidad de las bandas criminales y los paramilitares, plantean la necesidad de establecer nuevos diálogos y procesos de sometimiento a la justicia. La paz no se limita a detener la guerra, pero comienza con este paso absolutamente necesario e importante. 2. REINTEGRACIÓN SOCIAL DE EXCOMBATIENTES “Su padre, conmovido, corrió, lo abrazó y lo besó efusivamente” (Lc 15,20) Abandonar el camino de las armas implica que los excombatientes de los grupos armados ilegales se reintegren a la Sociedad Civil. Por consiguiente, si se acepta la opción negociada al conflicto, quienes toman esta valiente decisión deben ser acogidos positivamente por la comunidad nacional. Es un discurso de doble moral la petición de que dejen las armas pero se las arreglen como puedan para sobrevivir. Lo que se requiere es un esfuerzo grande para que quienes renunciaron a la guerra puedan vivir en paz y dejen vivir en paz a sus conciudadanos, lo cual exige una sólida conciencia de brindarles oportunidades para una exitosa reintegración a la sociedad con acceso a educación, empleo y protección. La tarea en este sentido exige responsabilidad por parte del Estado colombiano, solidaridad ciudadana y transparencia de los excombatientes. 3. RECONCILIACIÓN “Ve primero a reconciliarte con tu hermano” (Mt 5,24) Las inevitables y abundantes heridas de la guerra pueden suscitar dos caminos: el de la venganza o el de la reconciliación. La venganza encierra muerte y desolación y nos hunde en el abismo de una guerra sin fin. El camino de la reconciliación nos abre el panorama de una nueva y esperanzadora etapa en la historia. La fe cristiana es maestra en la reconciliación y debe ofrecer el apoyo al país en estos momentos tan definitivos de la historia colombiana. No es un camino fácil, pero es la única vía para avanzar en la construcción de una paz estable y duradera. Los maravillosos ejemplos de muchas víctimas nos deben animar a recorrer este sendero. La reconciliación no sólo abarca el reconocimiento de responsabilidades por parte de los victimarios y la disponibilidad al perdón por parte de la víctimas, sino que exige la participación de esa gran parte de la sociedad que de alguna manera ha sido espectadora del conflicto armado, y que en ocasiones ha sido indiferente ante el sufrimiento de las víctimas, complaciente ante la barbarie de los victimarios o ha estigmatizado a quienes han sufrido el rigor de la guerra. 4. ATENCIÓN INTEGRAL A LAS VÍCTIMAS “Acercándose, vendó sus heridas” (Lc 10,34) Aunque ya se cuenta en el país con la Ley de Víctimas, es una realidad que su atención integral ha sido insuficiente. Es el momento para restablecer sus derechos y ofrecerles lo que necesitan a nivel de verdad, justicia, reparación y no repetición. Las víctimas del conflicto armado deben estar al centro de las iniciativas de construcción de paz en Colombia. No se trata de tener consideraciones que se inspiran en sentimientos de lástima. Realmente es importante que sean reparadas en todos los campos y se constituyan en protagonistas de una nueva etapa histórica. Por el bien de nuestra patria la meta debe ser la superación de las categorías de víctimas y victimarios. 5. AGENDAS REGIONALES DE PAZ “Recorría todas las ciudades y pueblos” (Mt 9,35) El tradicional centralismo político del sistema de gobierno en Colombia ha generado crecimientos regionales inequitativos. Mientras algunas regiones absorben los recursos del país y alcanzan altos niveles de prosperidad, en otras regiones el abandono estatal ha consolidado el empobrecimiento de millones de hombres y mujeres. Las regiones deben generar sus propios modelos de desarrollo a partir de agendas regionales de paz y desarrollo. Para este propósito hay que fortalecer liderazgos regionales honestos y competentes, y unas sanas y maduras relaciones con el nivel central. Es triste ver que en Colombia, alcaldes y gobernadores deben mendigar ante el Gobierno Nacional los dineros y las obras que requieren los habitantes de sus regiones. 6. PEDAGOGÍA PARA LA PAZ “Bienaventurados los que trabajan por la paz” (Mt 5,9) Los acuerdos de paz con los grupos armados ilegales constituyen un logro muy importante para la sociedad colombiana. Sin embargo, la paz integral va mucho más allá. La paz empieza en el corazón de las personas y se traduce en paz familiar, escolar, con los vecinos, entre sectores de la sociedad, habitantes de barrios y veredas, sana convivencia entre grupos religiosos y étnicos, regiones y países. Las diferentes violencias existentes exigen construir pedagogía para la paz. En Colombia, esta es una asignatura pendiente pero debe ocupar un lugar privilegiado en los esfuerzos de la Iglesia Católica y de todas las Iglesias, de las familias, de la academia de las organizaciones sociales y del Estado. Sin pedagogía para la paz, hay pocas esperanzas de cambios estructurales en Colombia. 7. CAMBIO DEL MODELO ECONÓMICO “Vivían unidos y tenían todo en común” (Act 2,44) Aunque siempre existirá un sector de la población que optará por la vía del delito y la criminalidad, los estudios sociológicos demuestran que muchas personas entran en la perspectiva de la delincuencia al no encontrar oportunidades de estudio, trabajo, sana recreación y construcción de empresa. El modelo económico colombiano, inspirado en el capitalismo, es el responsable de la pobreza y la injusticia en que viven muchos colombianos. Esta constatación es una invitación a trabajar por el cambio de tal modelo, hasta lograr un país con un sistema económico más equitativo, solidario y con altos niveles de inversión social. Este desafío es un compromiso que la Sociedad Civil colombiana debe asumir, sin confundirlo con el modelo de socialismo totalitarista que tanto daño ha causado en muchos países. 8. SUPERACIÓN DE LA ANTICULTURA DE LA ILEGALIDAD Y LA CORRUPCIÓN “Los hijos de las tinieblas son más astutos que los hijos de la luz” (Lc 16,8) La ilegalidad y la corrupción son el principal cáncer de la sociedad colombiana. Los innumerables ejemplos que sostienen esta afirmación dan cuenta de la profunda crisis humana de nuestra sociedad, de nuestras instituciones y de nuestra tradición política. La corrupción administrativa, el narcotráfico, la minería irresponsable, el contrabando, la extorsión, la trata de personas, la evasión de impuestos, la deshonestidad frente al trabajo, son signos del desgaste de una sociedad en la que ni el evangelio de Cristo ni los valores éticos han hecho una incidencia profunda. Colombia debe despertar ante esta tiranía de los corruptos e ilegales para que la actual y las nuevas generaciones puedan gozar de un país en paz. 9. FORMACIÓN POLÍTICA DE LA SOCIEDAD CIVIL “Los reyes de las naciones las dominan… No sea así entre ustedes” (Lc 22,25-26) La indiferencia política, la ignorancia frente a la realidad social, la falta de amor por el bien común y la anticultura de la corrupción son pesadas cargas de la débil democracia colombiana. La inmensa cantidad de personas que venden y compran votos, otros que han decidido no participar en la política, muchos que se quejan de sus malos gobernantes pero no disponen de mecanismos de veeduría ni de reclamación, configuran una sociedad sin formación política. Llegó la hora de generar ciudadanos comprometidos y formados en la verdadera participación política, inspirados en los Derechos Humanos y la Doctrina Social de la Iglesia; sólo así combatiremos la politiquería y el dominio de las élites mafiosas y corruptas. Nos queda un largo y hermoso camino para recorrer en búsqueda de la paz integral. El Dios de Jesús, el Padre misericordioso, nos acompaña. + Juan Carlos Barreto B. Obispo de Quibdó

Mié 2 Nov 2016

Retos de la construcción de paz en Colombia (I)

Por: Mons. Juan Carlos Barreto - Frente a las cercanas posibilidades de éxito en la negociación entre el Gobierno y las FARC, y el próximo inicio de los diálogos públicos con el ELN, es importante tener en cuenta el panorama hacia el futuro, para que en Colombia realmente se establezcan las bases de una construcción de paz integral. Identificar los aspectos necesarios para esta nueva etapa de la historia es fundamental; ignorarlos o reconocerlos superficialmente induce a repetir errores y sufrir nuevos fracasos. Las escandalosas cifras del conflicto son argumento suficiente para tomar la decisión de detener la guerra. Cerca de ocho millones de víctimas indican el nivel de degradación al que se ha llegado. La solución militar implica un alto precio en vidas humanas e inversión económica. La solución negociada al conflicto es más humanizante y menos costosa. El paso dado en las negociaciones de La Habana garantiza el fin de la guerra con uno de los actores principales del conflicto. En este mismo sentido, se valora la decisión del ELN de iniciar los diálogos públicos con el Gobierno. La continuidad de las bandas criminales y los paramilitares plantea la necesidad de establecer nuevos diálogos y procesos de sometimiento a la justicia. La paz no se limita a detener la guerra, pero comienza con ello. Abandonar el camino de las armas implica que los excombatientes de los grupos armados ilegales se reintegren a la sociedad civil. Si se acepta la opción negociada al conflicto, quienes toman esta decisión deben ser acogidos positivamente. Es un discurso de doble moral pedirles que dejen las armas pero que se las arreglen como puedan para sobrevivir. Se requiere un esfuerzo grande para que quienes renunciaron a la guerra puedan vivir en paz y dejen vivir en paz a sus conciudadanos. Esto exige brindarles oportunidades para una exitosa reintegración a la sociedad, con acceso a educación, empleo y protección. Una tarea que supone responsabilidad por parte del Estado colombiano, solidaridad ciudadana y transparencia de los excombatientes. Aunque ya se cuenta en el país con la Ley de Víctimas es una realidad que su atención integral ha sido insuficiente. Es momento para restablecer sus derechos y ofrecerles lo que necesitan a nivel de verdad, justicia, reparación y no repetición. Las víctimas del conflicto armado deben estar en el centro de las iniciativas de construcción de paz en Colombia; deben ser reparadas en todos los campos y constituirse en protagonistas de una nueva etapa histórica. Por el bien de nuestra patria la meta debe ser la superación de las categorías de víctimas y victimarios. DESTACADO: Las víctimas del conflicto armado deben estar en el centro Mons. Juan Carlos Barreto Barreto Obispo de Quibdó Tomado de: Revista Vida Nueva

Lun 31 Oct 2016

Iglesia agradece al Papa Francisco gestos de paz con Colombia

Monseñor Héctor Fabio Henao Gaviria, compartió este lunes 31 de octubre con los participantes del Encuentro Mundial de la Federación Luterana, algunos rasgos de la realidad de nuestro país y la paz que se busca. El evento contó con la participación del Papa Francisco, quien por estos días se encuentra en una visita ecuménica en Suecia con motivo de los 500 años de la reforma luterana y los 50 años de las relaciones entre esta confesión y la Iglesia Católica. El Pontífice escuchó atentamente los cerca de 5 minutos que intervino monseñor Héctor Fabio Henao Gaviria, quien es Director del Secretariado Nacional de Pastoral Social. Monseñor Henao Gaviria explicó los alcances que la violencia ha tenido en nuestro país causando cerca de 7 millones de víctimas. Puntualizó que el conflicto armado ha generado una de las crisis humanitarias más graves del mundo. En este marco, resaltó la labor que Caritas Colombia viene realizando durante estos años, tratando de “curar las heridas de las víctimas, denunciando la barbarie de los victimarios” y “haciendo presente el amor de Dios”. Relató a los participantes uno de los episodios más trágicos que registró el conflicto armado. El 2 de mayo de 2002 durante un enfrentamiento entre las Farc y los paramilitares se hizo uso de armas no convencionales y se atacó el templo donde se hallaban refugiados civiles no armados. Producto de este ataque murieron un centenar de personas. Explicó que tras estos hechos Caritas Colombiana, junto a la Iglesia local, ha trabajado incansablemente en la reconstrucción de la vida, la esperanza y el tejido social de esta comunidad. También dijo que en diciembre de 2015 el jefe guerrillero ‘Pastor Alape’ encabezó un acto en el que las Farc pidieron perdón a la comunidad por lo ocurrido en Bojayá. Monseñor Henao Gaviria destacó el proceso de paz que se viene trabajando en el país, donde el reconocimiento a las víctimas ha sido uno de los puntos centrales. Aseguró que los colombianos tienen la confianza en que pronto se implementen los acuerdos y se llegue a un fin del conflicto. Durante su intervención monseñor Henao Gaviria valoró y agradeció la solidaridad y el trabajo conjunto con la Federación Luterana Mundial. “El trabajo conjunto es testimonio vivo de fraternidad entre las Iglesias”, afirmó. Finalmente agradeció los gestos que ha tenido el Papa Francisco por la paz en Colombia: “Agradecemos su viva cercanía en el proceso de paz de nuestro país, sus oraciones y mensajes insistiendo en que no podemos perder esta oportunidad. Su mensaje ha llegado hasta las comunidades más alejadas de Colombia, animándolas en el compromiso de la paz territorial”, aseguró. Al respecto, el papa Francisco comentó su agrado por la reunión “en espíritu de comunión” entre luteranos y católicos, así como por la declaración de ambas organizaciones “que en un mundo fragmentado por guerras y conflictos han sido y son un ejemplo luminoso de entrega y servicio al prójimo”. Los exhorto –dijo- “a seguir adelante por el camino de la cooperación”. En su alocución pidió “una oración especial por esa tierra maravillosa, para que se pueda llegar finalmente a la paz, tan deseada y necesaria para una digna convivencia humana”. Finalmente, el papa Francisco instó a que como “hermanos y hermanas, no nos dejemos abatir por las adversidades, que estas historias nos motiven y nos den nuevo impulso para trabajar cada vez más unidos; cuando volvamos a nuestras casas, llevemos el compromiso de realizar cada día un gesto de paz y de reconciliación, para ser testigos valientes y fieles de esperanza cristiana”. El encuentro se realizó este lunes 31 de octubre en el estadio Malmö Arena, de Lund, Suecia, donde, además de la intervención de monseñor Héctor Fabio Henao participaron la joven india Pranita, quien se centró en el maltrato a la creación; Marguerite, una mujer de Burundi que aludió a “la locura del amor” y su proyecto a favor de los niños; y Rose, una refugiada de Sudán del Sur. Fuente: Secretariado Nacional de Pastoral Social

Mar 25 Oct 2016

Padre Silverio Suárez fue llamado para ser General de la Policía

El padre Silverio Ernesto Suárez, capellán y coronel de la Policía Nacional ha sido llamado, junto a 53 coroneles, para que inicie el Curso Estratégico de Seguridad Pública (CESEP) que le permitirá iniciar curso de ascenso al grado de brigadier general, alcanzando la primera estrella en diciembre de 2017. El Coronel Silverio, nació el 26 de enero de 1961, después de haber trabajado en el periódico El Tiempo en su rol de Comunicador Social, ingresó a la Policía Nacional en donde desarrolló su trabajo profesional como Jefe de Prensa de la Escuela General Santander y de la Dirección General de la Policía Nacional, allí es donde surgió su vocación sacerdotal, la cual cristalizó en la Universidad de la Sabana, Seminario Mayor de Bogotá y el Seminario Castrense “Jesucristo Redentor”. El padre Silverio Suárez sirve a la Policía hace 23 años y ejerce el ministerio sacerdotal hace 17. Con esta primera estrella del generalato, el Padre Silverio es consciente que estará enfocada al fortalecimiento de los valores, la consolidación del Proceso de Paz y el fortalecimiento de las familias al interior de la Policía Nacional. El sacerdote ha manifestado que su labor como General de la Policía Nacional será la de fortalecer los valores, animar la espiritualidad en la institución policial y ayudar a la reconciliación y la paz en Colombia.

Vie 30 Sep 2016

Episcopado invita a estar en oración y participar del plebiscito

A pocas horas de la realización del plebiscito para aprobar o desaprobar los acuerdos de La Habana, el episcopado colombiano, a través de su Secretario General, monseñor Elkin Fernando Álvarez Botero, recordó que por medio de la oración hay que pedir al Señor que ilumine y ayude a los colombianos a decidir con responsabilidad. "Pidamos en la oración que el Señor ilumine nuestra capacidad de decidir y así podamos asumir con responsabilidad lo que debemos elegir en este momento concreto de la vida de nuestra nación", afirmó el prelado durante la Eucaristía que celebró la Jornada de Oración intensa por Colombia este jueves 29 de septiembre. Monseñor Álvarez Botero, quien también es obispo auxiliar de Medellín, explicó que hoy más que nunca los colombianos deben tener tres características: confianza y abandono en el Señor, escucha atenta a la Palabra de Dios y dejarse sanar y curar las heridas. "Entreguemos nuestras esperanzas y anhelos de una Colombia libre, justa, fraterna donde todos podamos construir la alegría y la fraternidad para avanzar y ser verdaderos hermanos", afirmó. Finalmente, el obispo invitó a que los colombianos vivamos unidos, superemos los egoísmos y desconfianzas para acabar con las divisiones, discriminaciones y polarizaciones. El episcopado colombiano reitera su invitación para que todos los colombianos unidos en permanente oración participen este 2 de octubre en el plebiscito de manera responsable, con un voto informado y a conciencia, que exprese libremente su opinión, como ejercicio efectivo de la democracia y con el debido respeto de lo que la mayoría finalmente determine.

Mié 28 Sep 2016

Iglesia convoca a jornada de oración por Colombia

La Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) invitó al pueblo colombiano a celebrar una Jornada de Oración por la paz ante el Santísimo Sacramento el próximo jueves 29 de septiembre en todas las comunidades parroquiales, movimientos apostólicos, seminarios y casas de formación religiosa. En una carta del 20 de septiembre firmada por Mons. Elkin Fernando Álvarez Botero, Secretario General del Episcopado, se informa que la CEC preparó “ayuda litúrgica que incluye textos bíblicos, reflexiones y oraciones que pueden motivar a las comunidades reunidas para la oración delante del Santísimo Sacramento”. Monseñor Álvarez Botero será el encargado de presidir la eucaristía que se celebrará mañana jueves 29 a las 7:00 am en la sede de la Conferencia Episcopal. Luego de este acto litúrgico se realizará a las 8:00 am.la Hora Santa guiada por el padre Jairo Montoya, director del Departamento de Liturgia del Episcopado. Esta jornada de oración será transmitida por el canal católico CRISTOVISIÓN. Descarga esquema de oración Descarga Invitación Descarga temas de los mensajes Descarga Artículo de opinión Mons. Ricardo Tobón Restrepo

Mar 27 Sep 2016

Jornada de oración por Colombia

Por: Mons. Ricardo Tobón Restrepo - La Conferencia Episcopal nos ha invitado para que, el próximo 29 de septiembre, hagamos en todas las parroquias, en cada una de las instituciones católicas y a nivel personal una Jornada de Oración por Colombia. Pablo VI enseñaba que la oración es un recurso muy valioso para construir la sociedad “por sus maravillosas energías de tonificación moral y de impetración de trascendentes factores divinos, de innovaciones espirituales y políticas; y por la posibilidad que ella ofrece a cada uno para examinarse individualmente y sinceramente acerca de las raíces del rencor y de la violencia que pudieran encontrarse en su corazón” (1.1.1967). El Catecismo de la Iglesia Católica nos indica que la intercesión es una oración de petición que nos conforma muy de cerca con la oración de Jesús, quien es “capaz de salvar perfectamente a los que por El se llegan Dios, ya que está siempre vivo para interceder en su favor” (Hb 7,25). Luego señala que interceder es lo propio de un corazón conforme a la misericordia de Dios, porque el que intercede busca “no su propio interés sino el de los demás” (Fil 2,4). Y añade, finalmente, que las primeras comunidades cristianas vivieron intensamente esta forma de participación, llamadas a orar “por todos los hombres y por todos los constituidos en autoridad” (Hech 12,5; 1 Tim2,1; CCE 2634 ss). Orar por Colombia es ver a Dios vivo que actúa en las historia de los pueblos y pedirle que venga en nuestra ayuda porque lo necesitamos. Es presentarle nuestras heridas para que las cure y entregarle todo lo que nos agobia para que nos sostenga y alivie. Es decirle que queremos ser una nación libre y justa para que nos ayude a desarrollar nuestra identidad. Es ponernos ante Él para que nos llame desde adentro a la verdad y a la solidaridad. Es permitirle que nos purifique de los pecados que están corrompiendo la personalidad propia que debe tener nuestra patria. Es lograr, con su luz y con su fuerza, acrecentar nuestro compromiso de trabajar decididamente por el bien común. Sin estos elementos la nación no existe. Debemos orar para tener la libertad de los hijos de Dios. Sólo con esa libertad se pueden superar la lucha entre grupos y facciones, la confrontación ideológica que oscurece el horizonte de una nación, la brecha entre ricos y pobres, el egoísmo que clasifica, atropella y excluye a los otros, el odio que genera divisiones, venganzas y muerte. El camino de los hijos de Dios lleva a buscar en todo la verdad y a desterrar el mal. Este es un camino de sabiduría que se debe aprender a recorrer cada día. La señal de que vamos por el camino de Dios es que va desapareciendo el temor, la violencia y la angustia. Por este camino se va llegando a un desarrollo integral para todos y se va renovando la esperanza. El temor y la desesperanza matan a un pueblo. Todas las personas se pueden equivocar, todos los recursos pueden resultar insuficientes, todos los proyectos pueden fallar; el único que no defrauda es Dios. Por eso, debemos apoyarnos totalmente en Él. Un pueblo que ora, es un pueblo que se encuentra con su responsabilidad y su destino, que se convierte y se une para un trabajo en común, que se abre al proyecto de Dios y se compromete a realizarlo. Esta Jornada de Oración implica ponernos a disposición de Dios para que se realice su voluntad sobre nosotros; permitir que él ilumine y dirija nuestra vida para que a través de nosotros haga lo mejor que sea posible en este momento de nuestra patria. Un pueblo sin espíritu nunca será justo, ni libre, ni feliz. Necesitamos a Dios. + Ricardo Tobón Restrepo Arzobispo de Medellín