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conferencia episcopal

Dom 1 Ago 2021

En solidaridad con la minoría étnica del pueblo Rrom en Colombia

Al celebrarse este 2 de agosto a nivel mundial el 77º aniversario del Día del Holocausto del Pueblo Gitano, que se vivió durante la Segunda Guerra Mundial, la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), a través del Departamento de Animación Misionera y el área de Etnias, ha querido recordar y saludar de manera especial a la minoría étnica conocida como comunidad de Rrom, que significa “pueblo” o “persona” en el idioma Rromaní. “La Iglesia colombiana, desde la Conferencia Episcopal de Colombia, desea expresar su más hondo sentido de solidaridad con los pueblos Rrom a nivel mundial y en particular con el pueblo Rrom, el pueblo gitano, que vive en Colombia desde hace ya varias centurias; aprovechando esta ocasión, al hacer memoria del genocidio perpetrado por el imperio NAZI de Adolfo Hitler durante la Segunda Guerra Mundial”. A través de un mensaje el padre Omer Giraldo, director del área de Etnias, ha recordado que esta minoría étnica tiene sus orígenes en la región asiática de Kannauj, del norte de la India y se ha caracterizado a lo largo de su historia por “ser un pueblo con tendencia al nomadismo y que lleva en su ser, además, una firme convicción de libertad, un sentido espíritu (…) Sus lazos familiares son para este grupo étnico una enorme fortaleza cultural, junto a sus convicciones, su fe en Dios, y la riqueza de sus expresiones artísticas, como la música y la danza”. Haciendo historia, el sacerdote observa como la noche del 2 al 3 de agosto de 1944 es tristemente recordada por el infame asesinato de más de 4.300 miembros de las minorías conocidas como los Sinti y los Rromaníes, variantes culturales de la misma etnia gitana. Esta noche es registrada en el idioma alemán como la “Zigeunernatch”, “La Noche de los Gitanos”. En este contexto, en nombre de la CEC, el religioso hace una invitación a los colombianos, a que se tome consciencia del sufrimiento que, a lo largo de la historia ha tenido que padecer esta población gitana. De manera especial, pide para que este 02 de agosto, se haga una oración especial y se habrá espacios de reflexión frente a las actitudes que se asumen muchas veces cuando se conocen de cerca estas comunidades asentadas en territorios de Colombia. “Los gitanos han sido víctimas, incomprendidos donde quiera que lleguen. También en nuestro suelo colombiano los gitanos han sufrido la discriminación y la exclusión social en el empleo, la educación y la salud. Un hecho muy positivo que ha marcado el destino de los pueblos Rrom en Colombia es el reconocimiento del Estado Colombiano del pueblo gitano como minoría étnica, a partir de la nueva Constitución de 1991. La guerra interna que sufre Colombia ha obligado a estas comunidades a desplazarse a las ciudades”. Según indicó el religioso, actualmente en Colombia existen entre 5 y 7 mil gitanos, mayoritariamente en los dos Santanderes, Atlántico, Tolima, Antioquia, Sucre y Bogotá, organizados en clanes llamados Kumpañy. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar mensaje[/icon] Subsidio litúrgico para esta celebración El Departamento de Animación Misionera y el área de Etnias han elaborado un subsidio que podrá servir para acompañar la celebración litúrgica de este 02 de agosto. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar subsidio[/icon] Beato Ceferino Giménez Malla, «El Pelé» Este 02 de agosto, la Iglesia católica también celebra la memoria del Beato Ceferino Giménez Malla, el gitano que fue fusilado en Barbastro en 1936 por intentar salvar a un sacerdote. En la vida del “Pelé”, como es conocido popularmente por los gitanos, se encuentran reflejados los valores centrales de la vida cristiana. Era muy devoto de la Virgen y de la Eucaristía, generoso con los más necesitados y preocupado por la catequesis de los niños. El 4 de mayo de 1997 san Juan Pablo II lo encumbró a los altares. Ese día el pontífice recordó que Ceferino «supo sembrar concordia y solidaridad entre los suyos, mediando también en los conflictos que a veces empañan las relaciones entre payos y gitanos, demostrando que la caridad de Cristo no conoce límites de razas ni culturas». A este respecto, elCardenal Peter K.A. Turkson, Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Integral, envió un mensaje para conmemorar la memoria del Beato Ceferino Fiménez, conozca el mensaje [icon class='fa fa-download fa-2x'] AQUÍ[/icon]

Vie 30 Jul 2021

El que viene a mi no tendrá hambre, y el que cree en mi no tendrá sed

DECIMOCTAVO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO Agosto 1 de 2021 Primera lectura: Ex 16,2-4.12-15 Salmo: Sal 78 (77),3+4bc.23-24.25+54 (R. cf. Jn 6,32) Segunda lectura: Ef 4,17.20-24 Evangelio: Jn 6,24-35 I. Orientaciones para la Predicación Introducción Los textos de la Liturgia de la Palabra nos invitan a: • Crecer en el optimismo, en la fe y en la esperanza porque Dios nunca nos abandona en las dificultades. • Pero eso implica un compromiso para que los creyentes marquemos la diferencia en nuestra forma de actuar frente a los criterios del mundo. • Y para eso necesitamos alimentarnos de Jesucristo, que se hace pan para darnos Vida Eterna. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? La primera lectura nos ofrece el relato de lo acaecido inmediatamente después del éxodo, cuando los israelitas se tienen que enfrentar a las duras condiciones del desierto y empiezan a quejarse, idealizan el estado en el que vivían como esclavos, pero al menos tenían garantizada la comida. El pueblo le reclama a Moisés y a Aarón y Dios les promete un alimento de cereales en la mañana (el maná) y de proteínas en la tarde (las codornices). En la segunda lectura se toma un texto de la segunda parte de la carta a los Efesios, que, según el estilo epistolar de la época y propio de los escritos paulinos, es la parte “práctica” en la que el apóstol señala las implicaciones que la fe en Cristo tiene para la vida de los creyentes. En el fragmento de hoy se insiste en que los cristianos “no podemos comportarnos como los paganos, no podemos dejarnos engañar por las pasiones, sino que debemos llenarnos del Espíritu para ser criaturas nuevas. El Evangelio es continuación del texto del domingo pasado, el relato de san Juan de la multiplicación de los panes, y presenta lo que parece un diálogo de sordos: Jesús habla del pan celestial, que da vida al mundo, y los discípulos se ilusionar con un pan material, sin entender que lo que Jesús quiere es que experimentemos el amor del Padre y lo reconozcamos en el que Él ha enviado, su Hijo Jesucristo. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? Como el pueblo de Israel peregrinó en el desierto hacia la tierra prometida, somos peregrinos en este mundo y también a nosotros se nos puede olvidar de dónde venimos y a dónde vamos. Y en medio de las circunstancias de la vida, podemos quejarnos y lamentarnos de la situación que vivimos, en esta pandemia, por las difíciles circunstancias que atravesamos (a nivel económico, laboral, relacional, etc.), y lo más fácil es caer en la tentación de compararnos, que es la fórmula infalible para llenarnos de amargura. No podemos caer en el pesimismo, en el derrotismo, en la desesperanza. Así como el Señor cuidó de su Pueblo peregrino en el desierto, sigue cuidando de nosotros y colmando de bendiciones nuestra vida. Abramos los ojos para reconocer el amor Providente de Dios y demos testimonio de los milagros y prodigios que sigue operando en la historia y en nuestra vida. Por el contrario, el Señor nos invita a abrir los ojos y a redescubrir las bendiciones con las que nos colma día tras día, para que a partir de esa experiencia podamos marcar la diferencia en nuestra vida, con la vida de personas que viven en pecado o que no han experimentado la misericordia de Dios. Siempre tenemos la tentación de volver a introducir en la propia vida la conducta y los razonamientos paganos. Hoy el Apóstol nos vuelve a decir con toda la firmeza de su argumentación: “entre ustedes, ¡no sea así!” Si a nuestro alrededor todo el mundo dice mentiras, o groserías, no es fiel a sus palabras o a sus promesas, se deja corromper en sus principios y en sus valores, el cristiano tiene que marcar la diferencia. Estamos llamados a ser testigos, a ser luz del mundo”. En el Evangelio hay una pregunta que es sumamente actual, y es cuando los discípulos interrogan a Jesús: “¿Qué debemos hacer para cumplir las obras de Dios?” y Jesús responde: “¡La obra de Dios es creer en aquel que él ha enviado!” Pero… ¿cómo vamos a creer en Él si no lo conocemos? Por eso una invitación concreta de este Domingo es a que creamos en Jesús, conociéndolo cada día más. Y ¿cómo podemos conocerlo? En primer lugar, conociendo su Palabra, leyendo y meditando la Escritura, concretamente el Nuevo Testamento. Al comienzo del texto de hoy, Jesús les dice que ellos lo buscan porque “comieron de ese alimento” (la multiplicación de los cinco panes y los dos peces). Muchos estudiosos consideran que los cinco panes se refieren a la Ley (los cinco primeros libros de la Escritura, el Pentateuco), y los dos peces señalan las otras dos grandes secciones de la Biblia hebrea (los Profetas y los “otros Escritos”). Y Jesús les dice a sus discípulos que deben buscar es “el pan que dura para la vida eterna” y luego hace referencia a sí mismo como el enviado del Padre. Si la Toráh (Ley), los Nebiim (profetas) y los Ketubiim (escritos) tienen sentido para los cristianos es porque los leemos a la luz de Jesucristo. ¡Conozcamos más el Nuevo Testamento! 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? En la Eucaristía los creyentes reconocemos a Jesucristo como el Pan que da Vida, que alimenta nuestro Espíritu, que nos orienta por medio de su Palabra. Creer en el que el Padre ha enviado es hacer vida la Vida nueva que nos ofrece, es hacer presente su amor con nuestras palabras y con nuestras obras. En medio de las dificultades e incertidumbres, pidamos con todas las fuerzas: “¡Señor, danos siempre de ese pan!”. II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Bienvenidos todos a esta celebración de acción de gracias en la que experimentamos la presencia de Jesús que se hace alimento, verdadero Pan de Vida para fortalecernos en medio de las dificultades. Dispongámonos a celebrar nuestra fe y a experimentar la presencia amorosa y providente de Dios, que nos anima a ser testigos de los valores y principios del Evangelio. Participemos con fe y alegría. Monición a la Liturgia de la Palabra La angustia de los israelitas que se enfrentan a las dificultades de peregrinar el un desierto después de haber huido de Egipto nos invita a pensar en las dificultades que cada uno de nosotros vive en este momento de su existencia y que hacen que a veces nos sintamos abatidos y derrotados. Pero el Señor se hace siempre presente y Jesús, el Pan de Vida nos fortalece y nos anima para que nuestro comportamiento sea distinto, marque la diferencia, ilumine a los que están a nuestro alrededor y para que vivamos en santidad. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Dirijamos nuestras súplicas y peticiones al Padre misericordioso con la confianza de los hijos, con la certeza de que él hace posible lo que para nosotros es imposible y que nos fortalece con el Pan de Vida para enfrentar y superar las dificultades. R. ¡Escucha Padre nuestra oración! 1. Te pedimos por la Iglesia que, como el pueblo de Israel, tiene que enfrentar dificultades en su peregrinar por la historia, para que experimente siempre la presencia providente de Dios que la guía y la conforta. 2. Te pedimos por los pastores de la Iglesia para que, como Moisés y Aarón, puedan guiar siempre a su pueblo, fieles a la verdad, testimoniando el amor y orientando a toda la humanidad hacia el encuentro con Cristo, verdadero Pan de Vida. 3. Te pedimos por los que sufren y son perseguidos, y de modo especial por los que han perdido las fuerzas y la esperanza, para que encuentren en el testimonio de solidaridad y fraternidad de los que los rodean el nuevo maná que renueva la fé y la esperanza. 4. Te pedimos por todas las personas que trabajan por el desarrollo humano integral y por todos los que arriesgan su vida por ayudar a los que más sufren, para que encuentren en Cristo, Pan de Vida Eterna, la fuerza necesaria para ser incansables testigos de tu amor. Oración conclusiva Escucha, Padre bondadoso, las plegarias que te dirigimos con fe, por intercesión de tu Hijo, Jesucristo, nuestro Señor, quien vive y reina por los siglos de los siglos. R. Amén.

Vie 30 Jul 2021

Iglesia anima jornada de sensibilización y prevención contra la trata de personas

En el marco del Día Internacional contra la Trata de Personas, que se celebra este 30 de Julio, la Conferencia Episcopal de Colombia, en unión con otras organizaciones religiosas y laicas, viene adelantando por estos días jornadas de sensibilización frente a esta problemática social, con el lema: “La vida no es una mercancía, se trata de personas”. Entre los grandes desafíos que ha de mantener la Iglesia en esta tarea, es continuar impulsando e implementando las pautas pastorales sobre la trata de personas, documento presentado por el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano. Este, es fruto de un proceso de consulta con conferencias episcopales, organizaciones católicas y congregaciones religiosas, con el objetivo de “comprender, reconocer, prevenir y erradicar el azote de la trata de personas, proteger a las víctimas y promover la rehabilitación de los supervivientes”. Por su parte, la hermana Ilse Cedeño, lideresa en acciones de prevención contra la trata de personas de la Red Tamar, ha planteado que con la jornada de encuentros y conversatorios que se están adelantando, se busca llegar a un gran número de personas. Añadió además, que “es importante que se tome conciencia de que la trata de personas no es un problema alejado de nuestras realidades, por eso, con esta iniciativa buscamos prevenir y salvar vidas por medio de la visibilización de esta problemática”. Actividades a realizar. Algunas de las acciones programadas por las organizaciones están: el 30 de julio se ofrecerá el lanzamiento de un poemario que muestra algunas de las historias de las víctimas de trata de personas; el 31 de julio de 7:00 p.m. a 10:00 p.m. se realizará un conversatorio que será transmitido por el canal católico Cristovisión, el mismo, busca llamar la atención de las personas frente a este fenómeno creciente que aqueja a la humanidad. Así mismo, con esta intención, el domingo 01 de agosto por el canal nacional de RCN, se transmitirá la eucaristía a las 9:00 a.m., presidida por monseñor Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia. Las organizaciones convocantes a estas jornadas son: La Conferencia Episcopal de Colombia, a través del Secretariado Nacional de Pastoral Social-Cáritas Colombiana, Red Clamor, Red Tamar, Campaña Alas Libres, Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) y Confederación Latinoamericana de Religiosos (CLAR). Mayor información Los interesados en seguir las diferentes actividades y jornadas podrán ingresar al Facebook de la campaña continental de la Iglesia Católica Latinoamericana contra la trata de personas, La vida no es una mercancía, se trata de personas, @LAContraLaTrata. Día Mundial Contra la Trata Cada 30 de julio se conmemora el Día Mundial Contra la Trata, un delito que explota a mujeres, hombres, niñas, niños y adolescentes con diversos propósitos, como explotación sexual, trabajo forzado, mendicidad forzada, matrimonio forzado, venta de menores y extracción de órganos, entre otras.

Vie 23 Jul 2021

«Repartió a los que estaban sentados todo lo que quisieron»

DECIMO SÉPTIMO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO Julio 25 de 2021 Primera lectura:2R 4,42-44 Salmo: Sal 145 (144),10-11.15-16.17-18 (R. cf. Mt 6,11) Segunda lectura: Ef 4,1-6 Evangelio: Jn 6,1-15 I. Orientaciones para la Predicación Introducción Elíseo, varón de Dios, es el heredero del espíritu de Elías (cfr. 2Re 2, 15). El continuará incansablemente la defensa del yahvismo puro. Elíseo se vale de esta ocasión para demostrar una vez más que él no es más que el portavoz del Señor. Por medio del profeta, el Señor hace oír su voz y manifiesta su voluntad. El Antiguo Testamento es sombra y figura del Nuevo. Jesucristo realizará obras semejantes a la de los profetas antiguos; pero Él es más que profeta, pues es el Verbo encarnado; la revelación del Padre. Decir un solo cuerpo, un Señor, una fe, un Bautismo es hablar de una llamada urgente a la unidad. La vocación cristiana, por la que todos hemos sido constituidos uno, exige mantener esta unidad lograda con la muerte de Cristo. En ocasiones exigirá sacrificios; de aquí que Pablo recuerde su situación de prisionero por la causa del Señor. Se recomiendan, por lo tanto, las llamadas virtudes sociales, que regulan las relaciones existentes entre los miembros de la comunidad cristiana: humildad. Esta vinculación entre los fieles está exigida por la unidad, que es característica primordial de la Iglesia. Siete son los motivos que reseña el apóstol, agrupados bajo tres elementos: la Iglesia, Cristo y el Padre. Todos formamos un solo cuerpo, vivificado por un mismo Espíritu; y todos abrigamos la misma y única esperanza: la herencia celestial. Dentro de la Iglesia, todos proclamamos a Cristo como único Señor; profesamos la misma fe que nos salva; y por el mismo Bautismo hemos sido configurados con Cristo muerto y resucitado. En fin, todos adoramos a un solo Dios, que es el Padre común de todos, por habernos constituido hijos adoptivos. La multiplicación de los panes revela a Jesús como el Mesías, que alimenta con el nuevo maná al nuevo pueblo de Dios en la celebración de la nueva pascua. Revela, asimismo, la abundancia de la nueva era: no hay medida, cada uno come lo que quiere y sobra una cantidad suficiente para alimentar a todas las generaciones presentes y futuras. El prodigio provoca una adhesión de fe, aunque imperfecta. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? La segunda lectura termina con una doxología: «Bendito sea (Dios) por los siglos de los siglos. Amén». Comencemos por ahí: Dios. El Dios que predica Pablo, después de conocido el misterio de salvación en Cristo, es un Dios, Padre de todos, que lo transciende todo, y lo penetra todo, y lo invade todo. En Él, naturalmente, nos movemos y somos. Él es la causa de nuestro ser. Es un Dios bueno, cariñoso. Abre la mano y sacia de favores a todo viviente. Está cerca de los que lo invocan. Él da la comida a todos a su tiempo. Es, pues, un Padre bondadoso y atento. Y la atención aparece aún en los casos extremos. Hace maravillas para sacar de la necesidad al afligido. La primera lectura nos lo recuerda. Multiplicó en manos del profeta el alimento para dar de comer a un centenar de hombres. El evangelio presenta un acontecimiento semejante, aunque con sentido más profundo. La historia de Israel lo confiesa, el salmo lo canta, el evangelio lo proclama y Pablo lo predica. Dios es un Padre cariñoso. Pero sólo el hombre religioso ve en los acontecimientos de la vida diaria, en el vivir cotidiano, la mano bondadosa del Padre que nos ama. Hay que despertar el sentido religioso que se está apagando. Estamos, se suele decir, en una sociedad de consumo, de máquinas y de ruido. No sabemos apreciar los dones del Señor. Tenemos lo necesario y nos turba sobre manera la falta de lo superfluo. Debemos acostumbrarnos a dar gracias a Dios por los bienes que nos concede: pan, agua, aire; vestido, salud, … la vida. En la redacción de Juan, la escena de la multiplicación de los panes está descrita subrayando el señorío salvador de Jesús. Su persona y su palabra tienen la iniciativa en todo momento. Sin duda, Juan está releyendo el recuerdo de lo acontecido históricamente en Galilea a la "luz de la presencia del Señor Resucitado”. Al trasladar la escena de la multiplicación de los panes a la vida, se podrá apreciar cómo adquiere resonancias distintas, especialmente actuales. Dependerá de la fe, pues los signos externos parecerán rutinarios. Pero es ahí, cabalmente, en la Eucaristía, donde Jesús, en medio de la multitud hambrienta, da gracias al Padre y se multiplica Él mismo, alimento en sobreabundancia. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? La bondad de Dios, Padre de todo, no en saciar nuestras hambres físicas. Va mucho más lejos. Su mano nos recoge y nos introduce en su mismo seno. Nos transporta a un mundo transcendente. Nos hace hijos suyos y partícipes de su propia felicidad. El evangelio lo proclama: Jesús Pan de Vida eterna. Ese es el profundo sentido del «signo» operado por Cristo. Cristo otorga al hombre la posibilidad de vivir para siempre. La bondad del Dios, Padre de todo, se manifiesta inefable en Jesús. Lleno de misericordia, de compasión, de cariño y afecto. Cristo es la expresión perfecta de un Dios que nos ama de forma indescriptible. Nuestro destino es la vida eterna. El relato de la multiplicación de los panes aún nos asombra. “Los pedazos de pan, antes estériles e insignificantes, gracias a la bendición de Jesús –como seno fecundo de mujer– dieron un fruto del cual hasta sobraron muchos pedazos”. Cabe anotar que los panes que Jesús multiplica no son comprados, son dados. Jesús inicia este proceso siguiendo la pregunta que le hacen sus discípulos: “¿De dónde vamos a sacar... (para dar vida)?”. Notamos así que hay una tensión entre la vida que se consigue por el propio esfuerzo y la vida que se recibe como don. Jesús muestra que la vida (plena) es don y hay que saber acogerla. El discurso del Pan de Vida va a desarrollar este tema: dar vida desde el don de la vida. Lo poco que se coloca en manos de Jesús se multiplica. Notemos tres acciones claves de Jesús: Manda que la gente se siente; toma el pan y da gracias; lo parte y da a todos. Jesús preside la mesa de la comunidad: Antes que el pan se multiplique, Jesús hace que la gente se siente. El gesto indica un “ponerse a la mesa” juntos. La idea de fondo es el de ser comunidad. Jesús ora al Padre: Siguiendo la costumbre de los padres de familia en la cultura hebrea, quienes presiden la mesa no sólo con un puesto de honor sino entonando la oración de bendición, Jesús toma el pan y eleva una oración de acción de gracias. Jesús reparte los panes y los peces: El presidente de la mesa también asume el puesto del servidor: uno por uno, Jesús coloca el pan y pescado en las manos de los comensales. Este detalle de un Jesús que actúa sin asistencia es propio de Juan (en cambio en Mt 14,19; Mc 6,41 y Lc 9,16, son los discípulos los servidores del pan que viene de la mano de Jesús). El alimento viene en última instancia de mano de Jesús. Aunque con ciertas variantes, los verbos que describen la multiplicación de los panes por parte de Jesús nos remiten a los verbos eucarísticos de la última cena. Es en la Eucaristía donde se comprende plenamente lo que está sucediendo aquí. Cristo es la figura clave. No llegamos al Dios bondadoso y transcendente sino por Cristo. Cristo realiza las obras del Padre bueno. Cristo nos da de comer su propia carne (Eucaristía). Cristo ha muerto por nosotros y ha resucitado también por nosotros: bautizados en él, morimos y resucitamos en él. La fe en él nos salva. El canto, la bendición, la acción de gracias ha de surgir espontánea después de considerar tales maravillas de amor del Dios, Padre de todo, y de Jesús, su Hijo bendito, en el Espíritu Santo. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? Es tan significativa la multiplicación de los panes en los evangelios porque es el signo-milagro que simboliza y realiza, inseparablemente, la celebración del Don de Dios y la solidaridad humana. Cuando la Eucaristía queda reducida a culto y olvida el compartir, o a la inversa, termina vacía de sentido. ¿Dónde y cómo se realiza en mi vida la multiplicación de los panes? La palabra decisiva es compartir, y ¡ojalá no sea una de tantas palabras, que sólo sirven para hinchar nuestras buenas intenciones! Se multiplica mi dinero cuando no necesito guardarlo, acumularlo en los bancos o en acciones. Se multiplica mi casa cuando acoge a personas extrañas y no se abre sólo a amigos y conocidos. Se multiplica mi tiempo cuando lo invierto con los que necesitan ser escuchados. Se multiplica mi amor cuando no lo limito a los míos. Este domingo somos invitados a pensar en la Eucaristía en cómo ser más solidarios. Pero no pensaremos en gestos que tranquilicen nuestra conciencia, sino en algo que pertenezca a la vida cotidiana. II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Estamos aquí todos juntos, reunidos como un cuerpo por el poder del Espíritu Santo, unidos en un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo y un solo Dios. El Señor, que sacia todas nuestras necesidades, nos congrega nuevamente alrededor de este sacramento admirable. Participemos con mucha alegría y gozo, demos gracias porque en este banquete podemos encontrar el alimento que satisface todos nuestros gustos. Monición a la Liturgia de la Palabra El Señor cumple sus promesas y satisface las necesidades más profundas del hombre pues Él da, en abundancia, a quien bien la acoge. Es Jesús el Pan bajado del cielo que llega para calmar nuestra hambre y saciar nuestra vida con su amor. Escuchemos con fe y atención la Palabra de Dios. Oración Universal o de los Fieles Presidente: La generosidad desbordante de nuestro Padre Dios, nos mueve a dirigirnos a Él en oración, para pedir por las necesidades del mundo y de la Iglesia. Digamos juntos: R. Padre de amor, escúchanos 1. La Iglesia, a través de sus ministros ordenados, religiosos y fieles es consciente de las múltiples necesidades. Oremos por ella, para que, se esmere en distribuir siempre el pan de la Eucaristía. 2. En el mundo hay demasiada pobreza y miseria. Oremos por los gobernantes de todas las naciones, para que, atentos siempre a cuantos sufren por cualquier motivo, respondan con prontitud a tantas dificultades. 3. A nuestro alrededor viven muchos ancianos, enfermos, discapacitados, reclusos, desplazados, desempleados. Oremos por ellos, para que, nuestra caridad sea cada vez más sincera con cada uno de nuestros hermanos. 4. En toda celebración eucarística somos testigos del amor de Dios, manifestado en la multiplicación del pan de la Eucaristía. Oremos por cuantos estamos reunidos, para que, renovados con la gracia sacramental caminemos hacia la patria celestial reconfortados por el Pan de la Vida. En un momento de silencio presentemos al Padre, nuestras intenciones personales… Oración conclusiva Dios misericordioso, atiende las súplicas que te hemos presentado, y renueva en todos nosotros el deseo de vivir siempre unidos a Ti, saciados de tus dones y reconfortados por tu providencia. Por Jesucristo nuestro Señor. R. Amén.

Vie 23 Jul 2021

Mensaje del episcopado para Jornada Mundial de los Abuelos y Personas Mayores

El próximo domingo 25 de julio se llevará a cabo la primera Jornada Mundial de los Abuelos y las Personas Mayores instituida por el Papa Francisco, una oportunidad para “recordar que ellos son necesarios para construir en fraternidad y amistad social el mundo del mañana”, así lo afirmó monseñor Francisco Antonio Ceballos Escobar, presidente de la Comisión Episcopal de Promoción y Defensa de la Vida. Ante esto, el también obispo de Riohacha, se refirió a tres pilares que a su consideración pueden llevar a los abuelos y personas mayores a que este propósito se cumpla y sea aplicado en las nuevas generaciones: los sueños, la memoria y la oración. Los sueños Les animó a no dejar de soñar, advirtiéndoles que sus sueños serán tomados por los jóvenes y estos a su vez los llevarán adelante, esto al referirse al texto del profeta Joel «Sus ancianos tendrán sueños, y sus jóvenes, visiones». “Sí, el futuro del mundo reside en esta alianza entre jóvenes visionarios y mayores soñadores. Los jóvenes están llamados abrir nuevas puertas y los ancianos tienen las llaves, es que no hay futuro sin este encuentro entre los ancianos y los jóvenes”, asintió. La memoria Les alentó igualmente, a no perder la memoria, “la memoria es vivir, esta memoria puede ayudar a construir un mundo más humano más acogedor”. La oración Les señaló que la oración es necesaria para construir un futuro mejor “La oración de los ancianos puede proteger al mundo. Sí, querido abuelo, querida abuela tu oración es un recurso muy valioso, es un pulmón del que la Iglesia y el mundo no puede privarse”. El prelado recordó que el Papa Francisco en su mensaje hace referencia al sufrimiento por la soledad que pueden estar pasando los abuelos y las personas mayores, en estos tiempos de pandemia. “El Señor sigue enviando ángeles para consolar a quienes se sienten excluidos, descartados, abandonados, solos, enfermos, ancianos, su promesa permanece y se hace realidad en sus hijos y nietos como también en las instituciones del Estado, pues es nuestra la responsabilidad de atender a los mayores”. Finalmente, el obispo pidió una oración especial por los abuelos y personas mayores e invitó a los hijos y nietos a acompañarlos, protegerlos y estar presentes siempre en sus vidas. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Mensaje de la Jornada[/icon]

Mié 21 Jul 2021

Episcopado informa del fallecimiento de monseñor Alberto Giraldo Jaramillo

Este miércoles, 21 de julio de 2021, la Conferencia Episcopal de Colombia informó a través de un comunicado del fallecimiento de monseñor Alberto Giraldo Jaramillo, arzobispo emérito de Medellín, quien se encontraba internado en el Hospital de San Jorge de la ciudad de Pereira. “Con profundo dolor y, al mismo tiempo, con esperanza firme en la resurrección que el Señor nos aseguró con su ministerio pascual, comunicamos que, hoy 21 de julio a las 3:40 p.m., falleció en el Hospital de San Jorge de Pereira, S.E. Mons. Alberto Giraldo Jaramillo, arzobispo emérito de Medellín”. En su mensaje los obispos, se unen en oración por el eterno descanso de su alma y expresan su cercanía a monseñor Hernán Giraldo Jaramillo, obispo emérito de Buga, a la familia Giraldo Jaramillo, a los padres Sulpicianos y a las Iglesias particulares de Chiquinquirá, Cúcuta, Popayán y Medellín, donde prestó su servicio episcopal. Biografía Monseñor Alberto Giraldo Jaramillo nació en Manizales el 7 de Octubre de 1934. Fue ordenado sacerdote el 9 de Noviembre de 1958, incardinándose a su Arquidiócesis de origen. Luego, en 1960, se vinculó a los Padres Sulpicianos. Obtuvo la licenciatura en Teología en Canadá, prosiguiendo luego los estudios teológicos en el Angelicum de Roma, donde consiguió el doctorado. Durante su ministerio como presbítero se desempeñó como profesor en los Seminarios de Manizales y Bogotá. El 8 de Agosto de 1974 fue elegido para la Iglesia titular de Obba y Auxiliar de Popayán y el 15 de septiembre siguiente fue consagrado como Obispo. Trasladado a la Diócesis de Chiquinquirá, de la que fue su primer Prelado el 26 de Abril de 1977. Luego, el 26 de Julio de 1983, recibió un nuevo nombramiento para la Diócesis de Cúcuta. El 18 de Diciembre de 1990, fue promovido a la Sede Arzobispal de Popayán y el 19 de marzo de 1997 tomó posesión como Arzobispo de Medellín. Fue designado por el Episcopado Colombiano como su delegado en los Sínodos de los Obispos de 1977 sobre la Catequesis, de 1983 sobre la Reconciliación, de 1987 sobre los Laicos y de 1990 sobre la Formación Sacerdotal. Igualmente participó, en nombre de los Obispos de Colombia, en las Conferencias del Episcopado Latinoamericano celebradas en Puebla (1979) y en Santo Domingo (1992). Vicepresidente de la Conferencia Episcopal desde julio 1990 hasta julio 1996 y Presidente desde julio 1996 hasta julio de 2002. El 16 de febrero de 2010 Su Santidad Benedicto XVI le aceptó la renuncia como Arzobispo de Medellín.

Dom 18 Jul 2021

¡No nos dejemos robar la esperanza!

En un comunicado, la Conferencia Episcopal de Colombia ha dicho que frente a los momentos de incertidumbre que vive actualmente el país, es importante no tener miedo y caminar juntos a pesar de las tormentas. "Las verdaderas soluciones no se imponen; por el contrario, nos necesitamos unos a otros, para restablecer el rumbo de la vida hacia los demás, aportando cada quien desde sus capacidades y talentos: instituciones, sociedad civil y cada persona". Advierten del dolor de patria que sienten por el sufrimiento de tantas familias, de enfermos, de aquellos que pasan hambre perdiéndolo todo, la falta de esperanza de los jóvenes a un futuro mejor y de quienes han sido violentados en sus derechos. A esta realidad, invitan "volver la mirada al Señor de la vida, a sentir el abrazo íntimo de su misericordia, y la exigencia de seguir construyendo juntos el proyecto de una nación equitativa e incluyente". Por otra parte, en su comunicado los obispos remarcan, el daño que hace seguir profundizando por los caminos del odio y la división. “El esfuerzo por superar lo que nos divide sin perder la identidad de cada uno, supone que en todos permanezca vivo un básico sentimiento de pertenencia; porque nuestra sociedad gana cuando cada persona, cada grupo social, se siente verdaderamente de casa” (Fratelli Tutti 2. 30). Finalmente, piden unirse en oración para que "Dios dé la gracia de transformar este momento de coyuntura, en historia de salvación para todos". La misiva fue firmada por monseñor Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal; monseñor Omar Alberto Sánchez Cubillos, arzobispo de Popayán y Vicepresidente de la Conferencia Episcopal y monseñor Luis Manuel Alí Herrera, obispo Auxiliar de Bogotá y secretario general de la Conferencia Episcopal. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar comunicado[/icon]

Vie 16 Jul 2021

Nuevas directivas del episcopado colombiano

La CXI Asamblea Plenaria del Episcopado celebrada en la ciudad de Bogotá, del 5 al 7 de julio de 2021, estuvo marcada por un momento especial, donde los obispos cumplieron la misión de elegir las nuevas directivas y los comités que guiarán la tarea evangelizadora de la Iglesia Católica en Colombia para el trienio 2021-2024. La asamblea plenaria es la instancia máxima de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), en ella se expresa y se pone en práctica el espíritu colegial y contribuye eficazmente a mantener la unidad del episcopado. En este contexto, la asamblea eligió de entre sus miembros al presidente, monseñor Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá; vicepresidente, monseñor Omar Alberto Sánchez Cubillos, arzobispo de Popayán; y secretario general, monseñor Luis Manuel Alí Herrera, obispo auxiliar de Bogotá. Así también, los responsables de las 14 comisiones episcopales con sus presidentes y a los directores de departamentos y secciones del Secretariado Permanente de Episcopado (SPEC), órgano que cumple la función de coordinar y promover el desarrollo de las normas trazadas por la Asamblea. Finalmente, nombró los miembros que prestarán sus servicios en los comités episcopales, consejos superiores, comité económico, comité de estatutos, comité de límites de las diócesis, comité de asuntos administrativos y del consejo superior de la Fundación Mutua Auxilio Sacerdotal Colombiano (MASC). Los elegidos para este trienio, cada uno desde su área de competencia, tendrán la misión de proponer, promover y guiar la acción pastoral de la Iglesia, en conformidad con las decisiones de la asamblea plenaria y la comisión permanente, integrada por los 14 arzobispos con que cuenta la Iglesia en el país. Descargue [icon class='fa fa-download fa-2x'] AQUÍ[/icon] la lista de quienes conforman las nuevas directivas y sus distintos comités y comisiones de la CEC.