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conferencia episcopal

Jue 15 Jul 2021

Andaban como ovejas que no tienen pastor

DECIMOSEXTO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO Julio 18 de 2021 Primera lectura: Jr 23,1-6 Salmo: Sal 23(22),1-3a.3b-4.5-6 (R. 1) Segunda lectura: Ef 2,13-18 Evangelio: Mc 6,30-34 I. Orientaciones para la Predicación Introducción Los pastores que no siguen el camino de Dios dejan de ser principio de unidad para el rebaño y se convierten en foco de dispersión. Las ovejas, el pueblo de Dios, sólo se dejan conducir por los pastores cuya voz recuerda la del Señor. El profeta amonesta a los pastores porque el pueblo se encuentra disperso y sin esperanza; sin embargo, el fallo de los pastores no aleja el amor de Dios, quien siempre buscará pastores que apacienten el rebaño. Dios dará un nuevo pastor que restaure y una a su pueblo. San Pablo declara a los efesios que el plan misterioso de Dios se ha revelado ya en Cristo, comenzando en él a vivir un hombre nuevo capaz de unir con un mismo Espíritu a judíos y gentiles. Se nos ofrece también una de las verdades teológicas más impresionantes del Nuevo Testamento: Él es nuestra paz. Con ello se presenta la obra de Cristo como una restauración de las relaciones amistosas entre Dios y el hombre, rotas por el pecado. El fruto de la reconciliación es la paz y la amistad. La reconciliación es un proceso objetivo y real. Es Cristo mismo el signo y la realidad de esa reconciliación de Dios y la humanidad. El pasaje del evangelio nos muestra un relato de transición, que nos prepara a la primera multiplicación de los panes. A la vuelta de los apóstoles de su primera misión, Jesús escucha sus experiencias y los invita a un tiempo de retiro, descanso y reflexión, en un gesto que manifiesta la delicadeza humana de Cristo, pero la realidad que se impone en forma de muchedumbre ansiosa: “ovejas sin pastor”. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? Los textos de hoy se refieren, especialmente, a los responsables de la comunidad cristiana: obispos y sacerdotes. Pero se aplican perfectamente a todos los que tienen alguna responsabilidad respecto a personas. Vale la pena observar en las lecturas de este día: * La promesa del Señor de conducir a su Pueblo mediante líderes responsables, dignos, sabios y generosos, según el corazón de Dios. Es Jesús el pastor mesiánico, en quien se cumple lo anunciado por Jeremías. * La pedagogía de Jesús respecto al Reino. Ante el rechazo de Israel, Jesús va concentrando su misión en los Doce, preparándolos para cuando Él muera. * La sabiduría práctica de entrega y descanso que Jesús busca para sí y los suyos; pero que, en definitiva, sólo el amor juzga. Un buen tema de discernimiento, cuando una persona es responsable y, además, vive la responsabilidad incondicionalmente y la fundamenta en el amor incondicional de Jesús, entregando su servicio hasta no tener tiempo ni siquiera para comer. Es difícil discernir cuando la responsabilidad nace de la necesidad de amar y no reservarse. Sin embargo, no siempre el amor es «discreto»; y, fácilmente, la necesidad de no reservarse depende de otra necesidad, la de «estar a la altura» de la situación, de modo que uno no puede permitirse defraudar a los demás ni a la propia conciencia. Parece generosidad, pero no; es amor de libertad interior. El amor de libertad interior nunca se reserva, incluso cuando descansa, pues lo hace para entregarse más y mejor a los demás. Lo que pasa es que la vida obliga en ocasiones a prescindir de análisis, y no tienes otro remedio que olvidarte del todo de ti. Hay un momento en el proceso de crecimiento del amor en que ya no se distingue entre entrega y descanso: «todo es uno». 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? Las lecturas nos obligan de nuevo a reflexionar sobre el misterio de Cristo. Si atendemos a la primera lectura, al salmo responsorial y al evangelio, podríamos representarnos a Jesús bajo la figura del Pastor. La primera lo anuncia, el segundo lo canta, el tercero lo constata. Jesús, el Pastor de Dios. Efectivamente, las ovejas que andan descarriadas encuentran en Jesús su auténtico Pastor. Como Pastor tiene lástima de ellas, las reúne en torno a sí, les enseña con calma. El las hace recostar en verdes y jugosas praderas, las abreva en arroyos tranquilos y claros, las conduce con seguridad y aplomo. No espantan las cañadas oscuras, él va delante de ellas; su «cayado» - la Cruz - es cobijo y orientación, por una parte, y, por otra, arma terrible contra los enemigos. La mesa, la copa, el perfume de acción de gracias pueden recordarnos la Eucaristía, alimento de las ovejas. Sin temor a errar caminan hacia la Casa del Padre. El Espíritu del Señor va con ellas. Las ovejas forman un rebaño, uno solo, por más que por un tiempo estuvieran dispersas. Dos pueblos separados forman uno. No hay judío ni griego, ni señor ni esclavo. Todos hermanos en el Señor. Urge, hoy día, fomentar el sentimiento de hermandad que debe caracterizar al rebaño del Pastor. Las separaciones impuestas por la historia, por la raza, por intereses personales o nacionales, no tiene ya sentido. Jesús nos ha hermanado a todos en su sangre de una vez para siempre. ¿No suspira hoy el mundo entero por la unidad y la comprensión? ¿Dónde quiere encontrarlo? Ahí está el Pastor de la humanidad, no hay otro. El rebaño debe dar señales de ello. Jesús, Pastor, trae la paz. ¿Qué más desea el mundo que la paz? Jesús es la paz. Paz con Dios, paz de unos con otros. Él da la vida por sus ovejas. Jesús nos lleva a Dios. ¿Qué más puede desear el hombre que alcanzar a Dios? Jesús nos conduce a él. ¿Qué decir de los malos pastores? ¡Ay de ellos! ¿Somos buenos pastores? ¿Qué buscamos en el ejercicio de nuestra pastoral? ¿A nosotros mismos? ¿Ahuyentamos, desperdigamos, abandonamos el rebaño? ¡Ay de nosotros! ¿Somos la paz? ¿Creamos la paz? ¿Vivimos la hermandad? ¿Nos dejamos llevar por el Espíritu de Cristo en ver los demás hermanos en Cristo? ¿Qué papel desempeña en nuestra vida nuestra nación, nuestra provincia, nuestro pueblo? ¿Separa, disgrega, destroza? Hay un solo pueblo, un solo rebaño. Por ello murió Cristo. ¿Somos buenas ovejas? ¿Nos dejamos conducir? ¿Sabemos derribar con nuestra vida el odio, la envidia, el rencor de siglos que tiene separada la humanidad? ¿Confiamos en el Señor? ¿Es en realidad nuestro Pastor? ¿O son quizás los líderes políticos los que nos apasionan más que Cristo? Pensemos, meditemos y actuemos en consecuencia. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? La misericordia o el amor de Cristo a los hombres como razón íntima de su apostolado, y la necesidad del reposo, de la soledad, en medio de la actividad misionera. La misericordia del Padre es una faceta de su amor y es una de las primeras experiencias salvíficas que ha tenido la humanidad. Jesús es la plena experiencia de esta misericordia: la ofrece repetidas veces; la pone como pieza clave en su enseñanza y es el secreto íntimo de toda su actividad misionera. El descanso y la soledad están relacionados con el «discipulado» de los Apóstoles: es el tiempo necesario para vivir bajo el influjo directo de la Palabra de Jesús, puesto que han de ser embajadores suyos. Toda actividad apostólica cristiana deberá ser aprendida en soledad, en contacto personal con el Señor, y partir de una experiencia de la misericordia del Padre, que ha de ser su móvil auténtico. II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa El Señor, que es el Buen Pastor, nos convoca y reúne cada domingo como una sola familia, como un solo pueblo miembros de un mismo Cuerpo, para que celebremos este Banquete Pascual de su amor. Participemos con mucha fe y renovemos en esta Eucaristía nuestro compromiso cristiano de ayudar a toda la humanidad a encontrar los caminos de paz y verdadero progreso; de verdad y felicidad. Monición a la Liturgia de la Palabra El Señor reconoce la necesidad de su pueblo y viéndolo desorientado nos enseña con sus acciones la tarea y misión de un verdadero pastor. ¿Cómo lo hace? ¿A qué nos invita? Escuchemos con atención la palabra de Dios. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Unidos en oración, como una sola familia y como un solo rebaño que reconoce a Jesús, como pastor y paz verdadera, elevemos nuestras oraciones y súplicas a Dios Padre, diciendo: R. Padre misericordioso, escúchanos 1. Pidamos por la Iglesia Universal, por sus ministros ordenados, sus religiosos y fieles laicos; que todos tengan el corazón compasivo de Jesús. 2. Pidamos por quienes son responsables del gobierno de las naciones; que mantengan vivo su empeño por alcanzar la paz y la justicia. 3. Pidamos por todos aquellos que tienen dificultades o problemas y por cuantos sufren; que la presencia de Jesús los conforte y reanime. 4. Pidamos por todos los que nos encontramos participando de esta Eucaristía; que trabajemos a ejemplo de Jesús, Buen Pastor buscando la unidad de los pueblos: instruyendo, enseñando, acompañando, pero sobre todo sembrando paz. En un momento de silencio presentemos nuestras intenciones personales… Oración conclusiva Dios de bondad y misericordia, que te compadeces continuamente de nosotros, oye los ruegos de tu familia santa para alcanzar un día la paz. Por Cristo nuestro Señor. R. Amén.

Jue 15 Jul 2021

La voz del Pastor | 18 de julio de 2021

Reflexión de monseñor Luis José Rueda Aparicio, Arzobispo de Bogotá y primado de Colombia Lectura del Santo Evangelio segúnMarcos 6,30-34

Mié 14 Jul 2021

“La eutanasia directa es moralmente inaceptable”

Apropósito de la sentencia T-970 del 2014 y de la resolución No. 971 del 2021, expedida por el Ministerio de Salud, donde se legitima el derecho a morir con dignidad a través de la eutanasia, monseñor Francisco Antonio Ceballos Escobar, presidente de la Comisión Episcopal de Promoción y Defensa de la Vida, ha dicho que una acción u omisión con la intensión de provocar la muerte para suprimir el dolor, se constituye en un homicidio. Afirmó que el catecismo de la Iglesia Católica así lo recuerda: “Las personas enfermas o disminuidas deben ser atendidas para que lleven una vida tan normal como sea posible. Cualesquiera que sean los motivos y los medios, la eutanasia directa es moralmente inaceptable, por tanto una acción u omisión que, de suyo o en intención provoca la muerte para suprimir el dolor, constituye un homicidio gravemente contrario a la dignidad de la persona humana y al respeto divino de su creador”. El también obispo de Riohacha recordó que para la moral cristiana la vida es sagrada y por tanto debe ser tutelada desde el momento de la concepción hasta su muerte natural. “No matarnos dice el quinto mandamiento de la ley de Dios, también el catecismo de la Iglesia Católica nos enseña que aquellos cuya vida se encuentra disminuida o debilitada tienen derecho a un respeto especial”. Los cuidados paliativos constituyen la caridad desinteresada Al respecto de este tema, el jerarca aseguró que aunque la muerte de una persona se considere inminente, los cuidados ordinarios debidos a una persona enferma no pueden ser legítimamente interrumpidos, por tanto “los cuidados paliativos constituyen una forma privilegiada de la caridad desinteresada”. Así mismo, observó que antes de pensar en la eutanasia se debiera alentar en el mundo de la medicina y la jurisprudencia a los cuidados paliativos en las personas enfermas, esto agregó “sí es ayudar a morir con dignidad”. Finalmente, dijo que la medicina paliativa se propone humanizar el proceso de la muerte y acompañar hasta el final. “Es que no hay enfermos incuidables, aunque sean incurables”.

Dom 11 Jul 2021

Bodas de oro episcopales del cardenal Rubiano

En un mensaje, la Conferencia Episcopal saludó al arzobispo emérito de Bogotá y cardenal de Colombia, monseñor Pedro Rubiano Sáenz, con motivo de celebrar los 50 años de su ordenación episcopal. Las directivas de la institución, al expresar la acción de gracias por la vida y ministerio del cardenal, recordaron que es un compromiso de cada creyente en esta nación "acordarnos de todo el servicio y bien que prestó y presta con su vida y testimonio (...) Toda una vida entregada al servicio de Dios y de su pueblo". Luego de hacer un recorrido de su servicio pastoral, que inició hace 65 años cuando se ordenó como sacerdote, indicaron que estos "son motivos suficientes para elevar nuestra acción de gracias a Dios por su vida y ministerio, seguir orando por su bienestar y salud". Finalmente, al hacer un reconocimiento al cardenal Rubiano, por su entrega generosa en el anuncio del Evangelio, extendieron también su saludo de gratitud y felicitación a la familia del prelado y a las iglesias particulares de Cali, Cúcuta y Bogotá, donde sirvió como su pastor. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar comunicado[/icon]

Vie 9 Jul 2021

“Si hay algo que puede transformar a Colombia es el amor”

Ha insistido monseñor Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), durante la celebración eucarística en la conmemoración de los 102 años de la coronación canónica de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, reina y patrona de los colombianos. Desde el Santuario Mariano Nacional, en Chiquinquirá (Boyacá), el prelado pidió tener presente que “el amor es más poderoso que la guerra, el amor es más poderoso que la violencia, el amor nos abre el camino de la resurrección y nos llena de esperanza (…) El amor saca el odio, el rencor, el irrespeto a la vida. El amor saca de nosotros las armas, las convierte en herramientas de trabajo para que busquemos el bien común de todos, el bien integral”, precisó. El amor es más poderoso que la guerra Refiriéndose a los lamentables hechos ocurrido en la madrugada del 9 de Julio en el Santuario, en los que el lienzo de la Virgen fue violentado y asaltado, monseñor Rueda señaló que al ver la imagen despojada “recordamos que Ella, la Santísima Virgen María, estuvo junto al dolor de su hijo en la cruz y hoy, viéndola así, tenemos que constatar que hay muchas familias también despojadas en Colombia, en ciudades, en el campo, en distintas regiones, sobre todo, despojados de la paz, de la dignidad, de la vida, de lo necesario para vivir”. Es como si María, agregó, “hoy nos estuviera diciendo: Me solidarizo totalmente con el sufrimiento de los colombianos despojados. Pero en el corazón de la virgen María no hay amargura, hay amor. Le han despojado de las alhajas, pero no podrán despojarla de su corazón de madre de Cristo, de madre de la Iglesia, de madre y reina de todas las familias de Colombia”. La Verdadera maternidad que corresponde a los seguidores de Cristo Retomando el Evangelio del día en el que “se narra la escena en la que una mujer, entre la multitud, alaba a Cristo y alabándolo a Él alaba a la Santísima Virgen María”, afirmó que también nosotros al alabar al Redentor de la humanidad, al príncipe de la paz, al que murió y resucitó, alabamos la maternidad dichosa de María de Nazaret, en el hogar de san José”. Sumando a lo anterior, la maternidad que “nos corresponde a todos los seguidores de Cristo Jesús”, está relacionada con la escucha de la Palabra de Dios y manera cómo la aplicamos en nuestra vida". Dirigiéndose a los niños, a los jóvenes y a las familias, les recordó que “es la Palabra la que viene en ayuda nuestra, la que nos da sabiduría, la que nos hace sentir que, a pesar de los problemas que tenemos, es más grande el amor de Dios y nunca nos abandona”. Por ello, “dichosos aquello que toman la Palabra de Dios en sus manos, en sus labios, en su consciencia y la convierten en manera de ser (…) logrando ser felices aún en medio del sufrimiento, pero amando al estilo de Jesús y de María”. El amor de Dios transforma nuestra historia Como tercer punto de reflexión en su homilía, el arzobispo afirmó que “Colombia tiene futuro en el amor. El camino que transforma a Colombia es el amor y se lo digo a los violentos, a los corruptos, a todos los que han manchado sus manos y la geografía del país con sangre y con atentados contra la vida, especialmente de los más pobres, de los campesinos, de los indígenas, de los afro, de los jóvenes (…) Hoy quiero decirles que el amor de Dios transforma nuestra historia. Quiero llamar a todo al que ha tomado el camino de la violencia para que dejándose amar se haga instrumento del amor y el amor se vuelve servicio”. Finalmente, precisó: “La ética y la cultura del servicio llenarán de esperanza y de caminos de progreso integral, de paz y de reconciliación toda la geografía de Colombia”. Participaron de manera presencial en la solemne eucaristía, respetando los protocolos de bioseguridad y el aforo: monseñor Omar Alberto Sánchez Cubillos, arzobispo de Popayán y vicepresidente de la CEC; monseñor Luis Manuel Alí Herrera, obispo auxiliar de Bogotá y secretario general de la CEC; monseñor Luis Felipe Sánchez Aponte, obispo de la diócesis de Chiquinquirá; monseñor Óscar Urbina Ortega, arzobispo de Villavicencio; Frailes Dominicos; comunidades religiosas; sacerdotes y obispos de distintas regiones; e invitados especiales. Fuente: Of. comunicaciones arquidiócesis de Bogotá Fotos: Basílica Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá

Vie 9 Jul 2021

Iglesia agradece gesto de entronización de la Virgen de Chiquinquirá en el Vaticano

Ante un hecho sin precedentes para Colombia, donde la imagen de la Virgen de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, en su aniversario 102 de coronación canónica, fue entronizada en los Jardines de Ciudad del Vaticano, la presidencia saliente de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), a través de un comunicado ha expresado en nombre de los obispos, su regocijo y viva unión al Santo Padre y a la Iglesia entera por este bello gesto que el Papa Francisco ha tenido con Colombia. “Este gesto sin precedentes en la historia de Colombia tiene un inmenso valor para la comunidad católica de nuestro país y es, al mismo tiempo, un testimonio de la profunda vocación del pueblo colombiano a la Virgen Madre, que en Chiquinquirá se manifestó, con la renovación milagrosa de su imagen en 1586”. En su mensaje, agradecen al Papa Francisco quien desde el inicio de la presentación del proyecto lo aceptó y animó para que fuera una realidad. Observan que por la intervención quirúrgica practicada en días pasados, el Pontífice no pudo asistir a la ceremonia, pero se hizo presente dejando expresar su cercanía para vivir con el pueblo colombiano este momento de espiritualidad. Agradecen la gestión diplomática realizada ante la Santa Sede por el doctor Jorge Mario Eastman Robledo, Embajador de Colombia, quien, “con decidida voluntad y generosa dedicación, se empeñó en llevar a término esta iniciativa, recogiendo el sentir del pueblo católico colombiano, su amor a la Virgen y al Santo Padre”. Igualmente, extienden su gratitud a los Padres Dominicos, por vincularse a esta fiesta de fe, “prolongando la misión evangelizadora que realizan desde hace tantos años desde el Santuario de Chiquinquirá. "También reconocemos su aporte material para la realización del Mosaico”. Los obispos aseguran que esta celebración la viven como un signo de esperanza: “Nuestra Señora del Rosario, que no ha desamparado al pueblo colombiano desde sus remotos orígenes, no dejará de interceder por él en esta hora compleja de su historia. Ella nos alcanzará de Dios la reconciliación y la paz que tanto necesitamos”. Por otra parte, evocan la visita que los últimos Pontífices han hecho a Colombia para postrarse a los pies de la Santísima Virgen de Chiquinquirá e implorar por la paz de la nación. “Ahora esta imagen permanecerá como continua inspiración, en la sede del sucesor de Pedro, para que la Iglesia Colombiana renueve su compromiso evangelizador y misionero”. Finalmente, advierten que este acto mariano fue un momento de devoción, pidiendo “para nuestro país ‘la renovación’ de toda su vida, de modo que avancemos juntos hacia el bienestar común y la paz”. La ceremonia de entronización fue transmitida desde el Vaticano; seguidamente, en la Basílica de Nuestra Señora del Rosario en Chiquinquirá se celebró la Eucaristía, presidida por monseñor Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y Presidente de la Conferencia Episcopal, quien acompañado del Nuncio Apostólico, monseñor Luis Mariano Montemayor; monseñor Omar Sánchez Cubillos, arzobispo de Popayán y vicepresidente de la CEC; y monseñor Luis Manuel Alí Herrera, obispo auxiliar de Bogotá y secretario general de la CEC, pusieron en manos de la Virgen el camino evangelizador de la Iglesia para el trienio 2021-2024. El comunicado fue suscrito por monseñor Óscar Urbina Ortega, arzobispo de Villavicencio y presidente saliente de la CEC; monseñor Ricardo Tobón Restrepo, arzobispo de Medellín, vicepresidente saliente de la CEC; y monseñor Elkin Fernando Álvarez Botero, obispo de Santa Rosa de Osos y secretario general saliente de la CEC. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar comunicado[/icon]

Vie 9 Jul 2021

Obispos repudian profanación de la imagen de la Virgen de Chiquinquirá

Una vez conocida la noticia de profanación de la imagen de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, la Conferencia Episcopal de Colombia, a través de un comunicado, repudió este hecho y ofreció sus oraciones de reparación. Igualmente, expresaron su cercanía al obispo de Chiquinquirá, monseñor Luis Felipe Sánchez, y a la orden de Santo Domingo, quienes custodian desde hace años la imagen de Nuestra Señora en este santuario mariano. Finalmente, invitaron a todos los fieles católicos, a unirse a las celebraciones que desde el Vaticano y desde el Santuario Mariano se adelantan en el aniversario 102 años de coronación de la virgen y en la instalación del mosaico de la imagen en los jardines del Vaticano.

Mié 7 Jul 2021

Él nos eligió en Cristo antes de la fundación del mundo

DECIMOQUINTO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO Julio 11 de 2021 Primera lectura: Am 7,12-15 Salmo: Sal 85(84),9ab+10.11-12.13-14 (R. cf. 9b) Segunda lectura: Ef 1,3-14 (forma larga) o Ef 1, 3-10 (forma breve) Evangelio: Mc 6,7-13 I. Orientaciones para la Predicación Introducción La Palabra de Dios en consideración nos presente tres temas que iluminan nuestra oración: • El envío, como parte importante de la vocación, tiene una motivación base: escuchar la voz de Dios y querer anunciarla. • Sentirse enviado es tomar conciencia del compromiso evangelizador que se tiene en favor de los hermanos. • Enviados a todos, sin exclusivismos, así como el Padre desde siempre ha elegido y enviado a su Hijo a toda la humanidad. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? La misión del Hijo se va desarrollando según el querer del Padre y ésta se multiplica por doce en la persona de sus discípulos. Descubramos en este domingo a Jesús como el misionero del Padre que nos llama y envía a todos. Amós, trabajador del campo y pastor de ovejas, inicia su misión profética en un ambiente de rechazo, porque debe hablar a quienes no desean escucharlo. Desde su tierra natal, Técoa, debe ir a profetizar a Betel invitando a cambiar las estructuras, la manera de ver a los pobres, a quienes sufren; así ataca las enormes diferencias sociales, los abusos de poder y la pérdida de fraternidad. En medio de todas las dificultades, donde la justicia y el derecho se ven resquebrajados, el salmista apela a la misericordia de lo alto: Dios anuncia a los suyos la paz. Es una promesa cumplida, es bendición venida del cielo, como lluvia que empapa la tierra. Para san Pablo toda la humanidad, sin distinción alguna, está en Cristo. Por él todos son elegidos, destinados a ser hijos en el Hijo, sentir la misericordia de Dios y caminar como hermanos hacia Cristo, fin de todo el plan divino. El Evangelio de san Marcos presentado el domingo anterior culminaba con la presentación de Jesús predicando en los pueblos de alrededor de Nazaret, su tierra. Hoy, los discípulos, llamados a estar con él, están invitados a asumir el estilo de vida de Jesús. Por ello el punto de partida de este camino es el envío de los doce. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? El envío es la esencia de la vocación. Jesús llama a los doce, los envía y les da poder para efectuar la misión. Jesús no pierde la centralidad del relato: él llama hacia él y envía. También hoy, a nosotros, en medio de las circunstancias que vivimos, Jesús nos llama a “estar con él” y “nos envía a predicar”. Hay que tener muy presente y dimensionar lo que significan ambas facetas del seguimiento: se trata de estar con él, es decir, ser sus discípulos, aprender de él, compartir con él, permanecer en él; y, en segunda instancia, se trata de predicarlo, anunciarlo y testimoniarlo. También significa que, como discípulos y enviados no vamos en nombre propio, sino como testigos de una experiencia discipular, como testigos de un anuncio recibido. El mensaje de Aparecida ha querido resaltar para toda la Iglesia latinoamericana esa doble condición que nos hace de verdad cristianos: discípulos y misioneros. Hoy también, escuchando las instrucciones de Jesús para la misión, nos podemos preguntar: ¿qué llevar para el camino? ¿Cómo debe ser la reacción frente al éxito o fracaso misionero? La misión debe ser itinerante, no sedentaria, es decir, deberá estimular a caminar de nuevo, a encontrarse de nuevo, al desapego de los resultados, a la libertad interior y exterior. Ser enviados, es decir, ir de camino, significa que no nos está permitido instalarnos en comodidades. Si el enviado acumula y se llena de seguridades pasajeras, pierde el ritmo del camino, no ve el sentido de éste y puede declinar de su misión. La libertad, manifestada en el texto en no llevar alimentos, ni dinero, ni alforja, supone la total disponibilidad para compartir la experiencia de Cristo. Si el misionero viene en son de paz, desprendido de bienes, encontrará la benévola acogida de quienes lo escuchan; de este modo se acompaña el inicio del camino de fe de quienes acogen al enviado, para que luego estos hermanos divulguen con su palabra y obra, el encuentro que se ha tenido con el maestro. La orden expresa de Jesús: “Al entrar en una casa, quédense allí…” (6,10) lleva a reflexionar en el verdadero sentido del envío que deja, en los destinatarios, al mismo Jesús; es él quien entra, quien permanece, quien debe quedar. Y en esta experiencia sembrada en el corazón de los otros, se funda el verdadero sentido de formar comunidad. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? Nuestra plegaria se eleva a Dios para dar gracias porque nos ha llamado a estar con él y porque nos prepara para enviarnos desde la experiencia de encuentro y amor con él. Pero también le pedimos que aparte a sus enviados de los caminos fáciles y acomodados, para que así puedan reconocer en los rostros de los hermanos el rostro de Dios amor. Que el envío que tantos asumen hacia los hermanos haga vida siempre aquello a lo que la oración colecta de este domingo nos ha invitado: que muchos descubran a Jesús, luz verdadera, y vuelvan al camino. Que el testimonio de vida de los discípulos lleve a quienes los escuchan a rechazar todo aquello indigno del ser cristiano y asumir la llamada del Señor a ir a tantos que no lo conocen. II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Bienvenidos hermanos a esta celebración eucarística, hoy en el día del Señor. La Eucaristía, es el centro de la vida cristiana, ella nos nutre y llena de esperanza. En este Domingo, se nos invita a reflexionar acerca de nuestra vocación cristiana, que nos impulsa a llevar la Palabra de Dios, y que nos constituye como profetas y enviados a predicar su Reino a los que están a nuestro alrededor. Que el Espíritu Santo nos llene de gozo para celebrar el nombre del Señor y hablar en su nombre a toda criatura. Participemos con fe y alegría de esta celebración. Monición a la Liturgia de la Palabra Dios nos ha elegido por pura iniciativa suya para ser sus hijos; por esta razón él nos envía para proclamar su mensaje en medio de nuestros hermanos, los cercanos y lejanos. Escuchemos con atención la palabra de Dios, que es vigor para nuestra misión evangelizadora. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Elevemos nuestras súplicas al Padre del Cielo, que es rico en misericordia, quien en Cristo nos invita a todos a participar en este memorial y en la entrega del Cuerpo y la Sangre de su Hijo como alimento que nos fortalece en la vida divina. Digamos con fe: R. Dios de bondad, escúchanos 1. Por la Iglesia, para que, movida por la fuerza de tu Palabra, siga ayudando a los enfermos, lleve consuelo a los corazones agobiados y, con espíritu profético, sea manifestación de tu Reino entre los hombres. Oremos. 2. Por los gobernantes, para que, inspirados en la justicia y la paz, trabajen incansablemente por el bien de sus hermanos. Oremos. 3. Por los más necesitados, especialmente por aquellos que no conocen la Palabra de Dios y viven sin esperanza, y sin ilusión, para que en este día se sientan abrazados por el amor de Dios y la fraternidad del prójimo. Oremos. 4. Por nosotros, para que iluminados con la Palabra y fortalecidos por el banquete eucarístico, seamos verdaderos discípulos y misioneros, y participemos activamente en la tarea evangelizadora de la Iglesia. Oremos. En un momento de silencio presentemos al Padre, nuestras intenciones personales Oración conclusiva ¡Oh Dios! Que nos envías para dar a conocer tu Palabra, escucha bondadoso las plegarias que te presentamos. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén