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conferencia episcopal

Mié 7 Jul 2021

Criterios de la CEC 2021–2024: “Comunión permanente, verdad y respeto a la vida”

Este martes 06 de julio, en rueda de prensa, la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) presentó a la nueva directiva elegida para guiar el caminar pastoral de la Iglesia que comprende el trienio 2021 – 2024. Durante su intervención, monseñor Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y primado de Colombia, quien fue elegido para asumir como presidente de esta Institución, agradeció a la junta saliente su servicio de colegialidad episcopal y el aporte que hicieron al país, dejando “un legado de servicio y comunión”. Monseñor Rueda Aparicio mencionó tres criterios que considera marcan las necesidades que tiene hoy no solo la Iglesia, sino también el país; estas, señaló, marcarán la ruta de trabajo para ir avanzando hacia la reconciliación: Camino de comunión permanente, verdad y respeto a la vida. Observó que, entre todos, como miembros de la Iglesia, se tiene la tarea de buscar la verdad y esta, agregó, solo se logra a través del diálogo, de las diversidades, de los distintos puntos de vista que se tienen, del respeto y la escucha, señaló además, que es importante el papel que juega la familia en la construcción de estos escenarios donde los colombianos trabajan y viven. “Le pido al Señor que nosotros, los que hemos sido nombrados para acompañar el caminar de la Iglesia, de la mano de los diferentes actores y en los distintos ambientes, podamos ser servidores de Cristo Jesús que se nos muestra como camino, verdad y vida”, aseveró. La Iglesia no ha dejado nunca de trabajar por la paz Por su parte monseñor Omar Sánchez Cubillos, arzobispo de Popayán y nombrado a ocupar el cargo de vicepresidente de la CEC, al ser interrogado sobre el papel que seguirá realizando la Iglesia durante esta gestión en materia de paz, observó que la Iglesia nunca ha estado ausente de este trabajo y es visible a través de las diferentes acciones que adelantan obispos, párrocos, religiosos, religiosas y laicos a lo largo del territorio nacional, pues “en toda parroquia de esta Colombia hay obreros por la paz”. “Una de las tareas que esta responsabilidad que el Señor nos entrega hoy, a través de la CEC, es pensar el país y ayudarlo a salir de este conflicto que lo aflige en materia de paz. De no resolver el tema de la paz, estaremos estancados en muchos dolores, con muchas fracturas y, finalmente, no veremos el país que nos merecemos”. Un mensaje de cercanía para los jóvenes Monseñor Rueda también se dirigió a los jóvenes, recordándoles que son los protagonistas de este momento histórico que vive el país: “Ustedes son los constructores de la paz, constructores de un país que merece vivir bien, ustedes tienen todos los elementos para poder vivir en unidad, justicia y respeto”. En este sentido también dijo: “Nosotros como Iglesia queremos acompañarlos, los que ya tuvimos una época de juventud, de trabajo y de anhelos los entendemos, queremos estar sirviéndoles a ustedes, en todos los caminos que sean caminos de bien común. Todos los caminos que sean búsquedas honestas para tener regiones en paz, para tener familias en paz, tener un país mejor y donde todos quepamos”. A este respecto, monseñor Luis Manuel Alí Herrera, obispo auxiliar de Bogotá y quien ocupará el cargo de secretario general de la CEC, invitó a los jóvenes a caminar de manera sinodal con la Iglesia, siendo parte activa, dinámica y crítica de ella. Los animó a realizar sus aportes en lo que será la próxima Asamblea Eclesial Latinoamericana que se realizará del 21 al 28 de noviembre en México. “A partir del mes de octubre vamos a iniciar el camino sinodal que nos propone el Papa Francisco; por eso, en estas iniciativas de Iglesia, queremos que los jóvenes nos acompañen, que caminen junto a nosotros y también sean Iglesia con nosotros”. Seguiremos un camino de sinodalidad Monseñor Omar Sánchez explicó que, si quizás el termino sinodalidad no es muy claro para todos, este indica es “un caminar juntos, una capacidad de lectura del otro, de integrar al otro, leer su diferencia y no escandalizarse, estos son elementos que son efectivamente la esencia de la Iglesia”. Igualmente agregó: “Nosotros estaremos al frente para animar la acción pastoral de toda la Iglesia, esta será nuestra responsabilidad, animar a todo el episcopado recogiendo todos los intereses, todas las visiones, todas las preocupaciones y todas las apuestas posibles”. “Así que la sinodalidad por todos los medios será propuesta y promovida por estos años que vienen, pero no como consenso de dos o tres personas, sino que hay un espíritu en la asamblea que quiere realmente renovar la Iglesia colombiana y a partir de esa inspiración, alcanzar esa meta de una sinodalidad encarnada y efectiva que le dé un nuevo matiz de acogida, de encuentro y de participación a todos dentro de la Iglesia”, puntualizó. Cercanía en tiempo de pandemia A este respecto, monseñor Alí Herrera dijo que a la Iglesia le duelen los casi 110.000 fallecidos que ha dejado la pandemia en el país, entre los que se han visto también afectados varios miembros de la Iglesia. “Como todos los colombianos también nosotros hemos tenido pérdidas. Somos conscientes de esta realidad de sufrimiento que se vive. Por ello, queremos ser esa Iglesia que acompaña, que es samaritana, que está muy atenta a las situaciones de dolor de tantas familias”. El prelado agregó que, ante esta situación de dolor, la Iglesia seguirá acompañando, “pero sabiendo que acompañamos a los demás porque somos también ese signo de fragilidad y de vulnerabilidad, como cualquier ser humano”. Seguiremos acompañando un diálogo social Frente a las manifestaciones que se vienen presentando en el país, donde los jóvenes han venido siendo los protagonistas, monseñor Rueda Aparicio, señaló que la Iglesia ha venido y seguirá acompañando, junto con el PNUD, el escenario de diálogo. “Quiero animar a los jóvenes y quiero animar a nuestros gobernantes, animar a los medios de comunicación que juegan un papel muy importante, a las universidades, al PNUD y nosotros como Iglesia nos animamos para seguir acompañando estos diálogos. Creo que cuando somos capaces de mirarnos de frente, de reconocernos, de valorarnos, de no estigmatizar al otro, sino de escucharlo con respeto, siempre vamos encontrando cosas nuevas que nos enriquecen y que nos proponen salidas”, asintió. La sabiduría y la amistad social le hacen falta al país Al referirse a este tema, el arzobispo de Bogotá aseguró que es importante, desde la vida familiar, empezar a cultivar la sabiduría social; considera que es desde el hogar donde se debe compartir y dialogar en las diferencias. “Cuando las distintas generaciones se encuentran y se escuchan, ahí va creciendo esa sabiduría social”. Finalmente, dijo que “la sabiduría social unida a la amistad social son caminos, son herramientas, para ponerlas al servicio del momento histórico de la Iglesia y de la sociedad”.

Mar 6 Jul 2021

“Es necesario superar las visiones individuales y avanzar todos con el proyecto de Dios”

Insistió monseñor Ricardo Antonio Tobón, arzobispo de Medellín, durante la santa Misa con la que inició el segundo día de Asamblea Plenaria del Episcopado Colombiano, desarrollada en Bogotá. Retomando las lecturas del día, el prelado exhortó a los obispos del país a “liberar y purificar el corazón para que no estemos pegados a nuestra visión, a nuestros propósitos a nuestro modo de actuar, sino que tengamos la capacidad de hacer solo y todo lo que Dios quiere”. “Este fue el secreto de la libertad de Jesús”, señaló, precisando que también es “el secreto para nuestra comunión, para nuestra fraternidad. ¡No cada uno, sino todos con el proyecto de Dios!”. Refiriéndose a la primera jornada de trabajo en la Conferencia Episcopal de Colombia, en la que reflexionaron sobre la realidad del país, su complejidad social, cultural, política y económica, monseñor Tobón afirmó que “es preciso, en primer lugar, acrecentar nuestra realidad con Cristo, en palabras de san Pedro, tener los mismos sentimientos de Cristo Jesús; entonces, vamos a sentir dolor por todos los que están abatidos, especialmente por los más pobres y desamparados; vamos a sufrir por que la mies se pierde; vamos a tener ilusión y fuerza; vamos a tener viento y fuego, para continuar la misión”. Finalmente, pidió la asistencia el Espíritu Santo, “que nos haga capaces de aportar lo que nos corresponde en este mundo (…) Teniendo presente que no tenemos una misión individual, sino que somos el cuerpo del Señor; somos una comunidad apostólica, donde la misión del uno se complementa con la del otro, donde la misión que uno comienza el otro la continua”.

Mar 6 Jul 2021

Micrositio para honrar a sacerdotes y consagrados fallecidos por Covid-19

El episcopado, en su página web, a través del micrositio “Iglesia ante Coronavirus”, ha querido mostrar el rostro de cada uno de esos hombres y mujeres consagrados a Dios que, lamentablemente, no pudieron ganarle la batalla al virus, pero sí ganaron la eternidad en Dios. La Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), en la asamblea plenaria de estos días, rinde homenaje póstumo a cada uno de ellos. Así, con esperanza cristiana y la certeza de la resurrección, la Iglesia quiere recordar a cada uno de ellos recogiendo sus nombres y reconociendo la labor de entrega que tuvieron con la Iglesia y la sociedad. Si bien, ha dicho la CEC, “no se tiene una cifra precisa de los miembros de la Iglesia fallecidos por Covid en Colombia, el reporte hasta la fecha ofrecido por las jurisdicciones eclesiásticas y las comunidades religiosas suma 148 fallecidos”. Son: 4 obispos, 69 sacerdotes, 30 religiosos y 45 religiosas en todo el país. Quienes deseen conocerlos y orar por su eterno descanso, pueden ingresar al micrositio iglesiaantecoronavirus.cec.org.co, ubicado en la página web de la CEC.

Dom 4 Jul 2021

Colombia ora por la salud del Santo Padre

La Conferencia Episcopal de Colombia recibe con alegría la noticia emitada por la oficina de prensa del Vaticano, que anuncia el éxito de la intervención quirúrgica a la que fue sometido el día de hoy el papa Francisco, al ser operado de «una estenosis diverticular sintomática del colon». Los obispos de Colombia, quienes este lunes inician su CXI Asamblea Plenaria, expresan su cercanía con el obispo de Roma y oran por su pronta recuperación.

Dom 4 Jul 2021

Obispos de Colombia realizan su 111ª Asamblea Plenaria

La plenaria de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) tendrá lugar del 05 al 07 de julio de 2021, en la ciudad de Bogotá, así lo anunció el secretario general de esta Institución, monseñor Elkin Fernando Álvarez Botero. A través de un mensaje en video, el prelado indicó que serán tres los objetivos que marcarán el caminar de la asamblea: 1. Hacer un discernimiento del camino que se ha recorrido en los últimos años y poner en común diversos aspectos de la realidad que ya han sido reflexionados en las regiones. 2. Elegir las nuevas directivas de la CEC para el trienio 2021-2024, y escoger los obispos que presidirán las comisiones episcopales que se ocuparán de los diversos aspectos pastorales para la misión de la Iglesia a nivel nacional. 3. Proyectar y definir las líneas de acción que marcarán la marcha de la Iglesia para los próximos tres años. El tercer día, los obispos designarán algunas responsabilidades episcopales propias de cargos administrativos y harán el nombramiento de los nuevos directores de departamentos de las pastorales que conforman el Secretariado Permanente del Episcopado Colombiano (SPEC), órgano que cumple la función de coordinar y promover el desarrollo de las normas trazadas por la Conferencia Episcopal. Finalmente, monseñor Álvarez Botero invitó a toda la comunidad católica a extender sus oraciones por el éxito de la asamblea: “Necesitamos vivir la gracia del Espíritu Santo que nos ayude a acertar en las decisiones y en los caminos para este momento complejo, desafiante, pero esperanzador que vivimos en Colombia y en la Iglesia”. La CEC adelantará esta asamblea de manera presencial, siguiendo las recomendaciones sanitarias sugeridas por los entes de salud. RUEDA DE PRENSA VIRTUAL El día martes, 06 de julio, fecha en que se elegirán las nuevas directivas de la CEC, se ofrecerá una rueda de prensa virtual, donde los obispos elegidos darán un saludo en nombre del episcopado al pueblo colombiano.

Jue 1 Jul 2021

No desprecian a un profeta más que en su tierra

DECIMOCUARTO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO Julio 4 de 2021 Primera lectura: Ez 2,2-5 Salmo: Sal 123 (122),1-2a.2bcd.3-4(R. 2d) Segunda lectura: 2Co 12,7b-10 Evangelio: Mc 6,1-6 I. Orientaciones para la Predicación Introducción La Palabra de Dios que se nos ofrece para esta celebración nos presente tes ideas temáticas para nuestra escucha y reflexión: • Por el bautismo hemos sido constituidos “profetas”, para hablar, anunciar y denunciar, la Palabra de Dios. • No se puede vivir la vocación profética sin que ésta se fundamente en una experiencia viva de Cristo en nuestra vida, a través de la escucha de la Palabra y de la oración. • Estamos invitados a reconocer a Cristo y su mensaje en las realidades cotidianas de nuestra vida: familia, trabajo, estudio… 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? A partir del Evangelio, el mensaje de la Palabra en este domingo se centra en Cristo como profeta, quien, aún en medio de la incomprensión y el cuestionamiento de sus “paisanos”, anuncia la salvación de Dios. La breve lectura de Ezequiel, profeta que vivió su vocación en un contexto histórico muy complejo, pues el pueblo estaba en pleno destierro, da cuenta de la dificultad que entraña el anuncio de la palabra del Señor, especialmente por la testarudez o rebeldía del pueblo. No obstante, el llamado de Dios al profeta es un imperativo misionero para que este pueblo sepa que hay un profeta en medio de él. San Pablo, escribiendo a la comunidad de Corinto, nos presenta esta realidad desde otro punto de vista: el apóstol o el profeta experimenta también la fragilidad personal. Frente a esta conciencia de debilidad, el apóstol hace una profesión de fe en el Señor que le dice: “mi gracia te basta; la fuerza se realiza en la debilidad”. Con plena confianza en la gracia del Señor, el apóstol afirma: “vivo contento en medio de las debilidades”; y extiende esta certeza a todas las demás dificultades que puedan aparecer en el ejercicio de su misión: “insultos, privaciones, persecuciones y todas las dificultades sufridas por Cristo”. El pasaje del Evangelio nos permite contemplar a Cristo, que resulta motivo de escándalo para sus conciudadanos a causa, justamente, de la enseñanza y de los milagros que realiza. En el texto paralelo de San Mateo se lee que sus paisanos “desconfiaban de él” (13,57). El escándalo o la desconfianza se convierten en un obstáculo para que Jesús haga los milagros, porque demuestran la falta de fe. No obstante, el trozo del Evangelio asegura que el Señor continúa la misión evangelizadora: “recorría los pueblos de alrededor enseñando”. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? El mensaje de la palabra hoy, para todos nosotros, lo podemos enfatizar en tres invitaciones: * Una experiencia más viva de Cristo en nuestra vida: se trata de propiciar un encuentro personal y una relación más estrecha con Dios, a través de la oración, de la escucha de su Palabra, de la gracia de los sacramentos, en fin, de la más plena conciencia de ser hijos de Dios y testigos de su amor. Hay que tener presente que nuestra vida cristiana no será realmente testimonio, si no se fundamenta en esta experiencia de Cristo, pues es la garantía de “autenticidad” profética. Si no es así, nuestras palabras y obras corren el riesgo de ser vacías e infructuosas. * Ser profetas, aunque encontremos oposición: como bien lo sabemos el profeta no es un adivino, sino uno que habla en nombre del Señor y que transmite la propia experiencia de su amor. Como bautizados, todos somos profetas; es necesario que asumamos con valentía esta misión: hablar, anunciar y denunciar, ofrecer un testimonio público de nuestra fe. Como para Jesús y para los profetas del Antiguo Testamento, también hoy se nos presenta oposición, rechazo y crítica, pero contamos con la gracia del Señor que nos fortalece y hace fecunda la misión. * Conciencia de las propias debilidades y confianza en la gracia de Dios: quizás un freno a la vocación profética son nuestras propias faltas y debilidades; por eso la palabra también tiene un llamado a la confianza en la fuerza del Señor y a la conversión a partir de ella. La conversión del profeta, además de ser un imperativo, es también un signo de la aplicación del mensaje a la propia vida y de la eficacia de la gracia del Señor. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? Las palabras del profeta Ezequiel, escuchadas en la primera lectura de nuestra asamblea dominical, nos invitan a alabar a Dios porque está en medio de nosotros, en los vaivenes de la vida cristiana, familiar, social, laboral… él siempre está animándonos y su palabra nos respalda: “Hijo de Adán, yo te envió…” Es bueno dar gracias a Dios por aquellos hombres y mujeres, bautizados, que hablan de Dios con sus palabras y obras a los suyos. Que nuestra oración se extienda también por quienes los escuchan, para que, abiertos a la fe, valoren y vean en ellos a un Dios cercano, que habla en lo cotidiano de la vida. Que el Espíritu Santo anime en cada momento nuestro profetismo, para vivir en la santa alegría de reconocer a Jesús, el profeta del Padre, y ser, en medio de los nuestros y de los lejanos, signo de Dios. Que nuestra plegaria llegue a Dios, en quien tenemos puesta nuestra fe, esperando su misericordia. II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Hermanos, nos congregamos como Iglesia para celebrar el memorial de la Nueva Alianza, en la cual hemos sido salvados. Así pues, levantemos nuestros ojos al Señor, implorando su infinita misericordia, para que, nos dé la fuerza en la debilidad y la gracia en los momentos más difíciles, para salir victoriosos y fortalecidos en la lucha para implantar su reinado entre nosotros. Con estas disposiciones, y con el corazón lleno de gozo, participemos con fe y alegría de esta celebración eucarística. Monición a la Liturgia de la Palabra El Señor, a través de su Palabra, nos hace un llamado de atención como humanidad, nos llama a levantar de nuevo nuestros ojos a Él e implorar su misericordia, que es infinita e inagotable. También, nos invita a confiar en su gracia que nos basta y que obra en nosotros, y a ser “profetas” de su amor en medio de un mundo que parece olvidarse del Señor. Con el corazón lleno de gozo por saber que tenemos un Dios misericordioso, escuchemos con atención la Palabra de Dios. Oración Universal o de los Fieles Presidente: La experiencia con Cristo fortalece el amor y la entrega solidaria al otro; elevemos nuestra oración para que, nuestro clamor humilde y sincero, sea escuchado por Dios Padre, supliquémosle diciendo: R. Dios de misericordia, escúchanos 1. Por el Papa Francisco, los obispos, sacerdotes y diáconos, que han aceptado la misión profética, para que vivan con fidelidad y en todo momento sientan la gracia de Dios que los acompaña en su tarea misionera. 2. Por los gobernantes y los encargados de legislar en bien de las personas, para que en todo busquen el bien común y promuevan leyes justas a favor de la vida de las personas. 3. Por los que sufren en el alma y en el cuerpo, para que comprendan que en su debilidad triunfa el poder de Cristo, que los fortalece en su cuerpo y en su espíritu. 4. Por los que participamos en esta Eucaristía, para que mantengamos encendida la llama de la fe, y vivamos la vocación profética que hemos recibido en el bautismo, y estemos siempre dispuestos a seguir a Cristo que es nuestra fuerza. En un momento de silencio presentemos al Padre, nuestras intenciones personales Oración conclusiva Escucha, Padre misericordioso, las oraciones que, ilumínanos con la luz de tu Espíritu, te hemos presentado con fe. Por Jesucristo nuestro Señor. R. Amén

Dom 27 Jun 2021

"¿quién dice la gente que es el Hijo del Hombre?"

SAN PEDRO Y SAN PABLO, APÓSTOLES Junio 29 de 2021 Primera lectura: Hch 12,1-11 Salmo: Sal 34(33),2-3.4-5.6-7.8-9 (R. 5b) Segunda lectura: 2Tm 4,6-8.17-18 Evangelio: Mt 16,13-19 I. Orientaciones para la Predicación Introducción Tres temas se pueden destacar hoy en la Solemnidad de san Pedro y san Pablo: • La Iglesia, obra del Señor, la Iglesia confesante, • La Iglesia martirial, • La Iglesia de la esperanza. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? El texto de los Hechos de los Apóstoles nos relata que aquel momento fue de grave crisis para la comunidad cristiana. Tenían problemas con las autoridades religiosas y con las civiles. Herodes Agripa, nieto de Herodes el Grande, para agradar a los judíos, empezó a perseguir a la Iglesia y, así, había mandado decapitar a Santiago, encarceló a Pedro y todos temían lo peor. La comunidad "oraba insistentemente a Dios por él". Y, en efecto, el ángel lo liberó de un modo milagroso. El mismo Pedro no se lo acababa de creer: "Pues era verdad: el Señor ha enviado a su ángel para librarme". La de aquella noche fue una gran experiencia para la comunidad. Lucas dice que era la semana de Pascua: en cierto modo, se repetía el acontecimiento del éxodo liberador del pueblo en Egipto y el de la resurrección de Jesús de entre los muertos. En esta ocasión era Pedro el liberado de la cárcel. En la carta a Timoteo esta vez es Pablo el que está en la cárcel, prisionero en Roma, como un malhechor, sintiéndose abandonado de todos, sin hacerse ilusiones sobre cuál va a ser el final de su prisión, la condena a muerte: "El momento de mi partida es inminente". El que se entregó a Cristo a lo largo de sus trabajos apostólicos, está casi deseando unirse a él con la ofrenda de su propia vida, imitando su sacrificio pascual. Mirando hacia atrás, puede sentirse satisfecho de la labor realizada: "He combatido bien mi combate, he corrido hasta la meta, he mantenido la fe". Lo que no le abandona es la confianza en Dios: "Me aguarda la corona merecida: el Señor me ayudó y me dio fuerzas; el Señor seguirá librándome de todo mal". En el evangelio a la pregunta de Jesús "¿quién dice la gente que es el Hijo del Hombre?", responde impetuoso, como siempre, Pedro, en nombre de los demás. Y recibe por ello no sólo la alabanza de Jesús, sino lo que podríamos llamar "la investidura" en el papel de responsable de la comunidad: le llama Pedro, Piedra (Cefas), y le encomienda las llaves del Reino. Al "tú eres el Mesías" le sigue el "tú eres Pedro". En otras ocasiones le encomendará ser el pastor de la comunidad, o pescador de hombres. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? Celebramos hoy, unidos en un entrañable recuerdo, la fiesta de estos dos grandes apóstoles, Pedro y Pablo, columnas de la Iglesia y testigos -cada uno desde su personalidad propia- de la fe y del amor a Cristo. Pedro era pescador, de Betsaida. Pablo, un judío de Tarso, en la actual Turquía, de la tribu de Benjamín, de formación farisea. Ambos fueron llamados por Cristo Jesús: el uno, junto al lago de Genesaret; el otro, en el camino de Damasco, donde iba para perseguir a los cristianos. Ambos respondieron con prontitud y se convirtieron o murieron juntos. Pedro fue mártir en el circo de la colina del Vaticano, en tiempos de Nerón. Pablo, poco más tarde, en la vía Ostiense, camino del mar. El primero, según una tradición muy antigua, crucificado cabeza abajo, porque no se sentía digno de morir como su Señor y Maestro. El segundo, decapitado. Cada uno de ellos tiene una basílica dedicada en el lugar de su martirio, -en el Vaticano y en la vía Ostiense-, basílicas levantadas en el siglo IV por Constantino, apenas iniciada la era de paz para la Iglesia. La fiesta de hoy nos estimula, ante todo, a aumentar nuestra conciencia de Iglesia y, en concreto, de "Iglesia apostólica". El fundamento de nuestra fe es siempre Cristo Jesús; pero él mismo quiso que Pedro y los demás apóstoles fueran los fundamentos visibles, puntos de referencia de la unidad, de la fe, de la caridad. Como ahora lo sigue siendo el Papa al frente del colegio episcopal, que preside la comunidad desde la caridad y merece nuestro respeto y nuestra aceptación, porque Cristo ha querido una comunidad eclesial apostólica, basada en el ministerio de los apóstoles y sus sucesores. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? Pedro y Pablo nos enseñan a superar con valentía las dificultades que podamos encontrar en nuestro camino. En nuestra vida de cristianos y de testigos de Cristo, seguro que habrá días nublados, de abatimiento y de ansia. El salmo responsorial lo podemos aplicar a tantos momentos de nuestra historia, eclesial y personal. "El ángel del Señor librará a los que temen a Dios". Como dice con gozosa confianza el salmista: "Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha y lo salva de sus angustias". Pedro lo experimentó en la noche de la cárcel, en un momento crítico para toda la comunidad. Pablo sintió la ayuda de Dios a lo largo de sus muchas peripecias apostólicas, cuando también él sentía dudas y miedos, y tenía que saltar por encima de obstáculos que parecían insalvables. La Iglesia lo ha podido constatar a lo largo de dos mil años de existencia. Ojalá cada uno de nosotros, que seguramente sabe lo que es pasar por momentos de crisis y angustia, pueda experimentar, al recurrir a Dios, cómo nos alcanza su ayuda y su fuerza salvadora: "Y lo salva de sus angustias: me libró de todas mis ansias". II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Celebramos hoy la solemnidad de los apóstoles San Pedro y San Pablo. Ellos fueron columnas de la Iglesia y heraldos del Evangelio. Hoy recordamos especialmente también al Papa, Obispo de Roma y sucesor de San Pedro y pedimos al Señor que siga velando por su Iglesia. Monición a la Liturgia de la Palabra La liturgia de la Palabra nos muestra hoy que la fidelidad de los apóstoles Pedro y Pablo a su misión les llevó a la cárcel, a la persecución y finalmente al martirio. Ellos han recorrido el mismo camino de amor y dolor que el Señor. Escuchemos con atención. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Animados por la fe y por la caridad de los santos apóstoles Pedro y Pablo, presentemos a Dios Padre nuestras súplicas. Respondamos a cada una diciendo: R. Aumenta, Señor, nuestra fe 1. Para que el Santo Padre, el Papa Francisco, gobierne, con la sabiduría del Espíritu y la firmeza de la fe apostólica, a la Iglesia del Dios vivo. Roguemos al Señor. 2. Para que Dios, que envió́ a Pablo a anunciar el mensaje de salvación a todos los pueblos, envíe hoy también sacerdotes que proclamen el Evangelio en nuestra diócesis y en todo el mundo. Roguemos al Señor. 3. Para que los responsables del gobierno de las naciones, como servidores de Dios, procuren siempre la justicia y el bien de los ciudadanos. Roguemos al Señor. 4. Para que los que sufren persecuciones y están encarcelados a causa de su fe obtengan su libertad por la oración perseverante de la Iglesia. Roguemos al Señor. 5. Para que quienes nos encontramos reunidos hoy aquí́ perseveremos firmemente cimentados en la doctrina apostólica y en la integridad de la fe y anunciemos a Cristo al mundo. Roguemos al Señor. Oración conclusiva Señor Dios nuestro, por la intercesión de San Pedro y San Pablo, recibe las súplicas que te hemos presentado con fe. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.

Vie 25 Jun 2021

Los movimientos eclesiales y su aporte a las familias

La Iglesia Católica no ha sido indiferente a los grandes desafíos que han tenido que enfrentar las familias colombianas en tiempo de pandemia, por ello ha estado acompañando el trabajo que desde esta pastoral y los movimientos de laicos se han ido planteando en favor de las familias. En este contexto y desde que inició la emergencia sanitaria, el Departamento de Matrimonio y Familia de la Conferencia Episcopal de Colombia, ha venido desarrollando encuentros permanentes con los actores que intervienen en el acompañamiento pastoral de las familias. Es así como el pasado 19 de junio se desarrolló de manera virtual el “Encuentro de Movimientos Eclesiales de Familia”, contando con la participación de 400 personas. En este evento se conocieron las experiencias espirituales, pastorales y culturales, que los movimientos eclesiales de familia vienen desarrollando de manera creativa en este tiempo. Monseñor Édgar de Jesús García Gil, obispo de Palmira y presidente de la Comisión Episcopal de Matrimonio y Familia, fue el encargado de hacer la apertura del evento. Durante su intervención, el prelado invitó a los participantes a cultivar el camino del amor con sinodalidad, es decir, caminando juntos de manera articulada con la Iglesia que se hace visible en las diócesis y parroquias del país. Desde Roma, la doctora Gabriella Gambino, subsecretaria del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, envió un video mensaje de saludo y contextualizó sobre lo acontecido en el fórum que realizó recientemente este dicasterio y en el que se reflexionó sobre el siguiente interrogante: “En qué punto estamos como Amoris Laetittia”. Estrategias para la aplicación pastoral de la Exhortación del Papa Francisco. Durante el encuentro, parejas de cuatro movimientos eclesiales de familia: Encuentro Católico de Novios, Equipos de Nuestra Señora, Movimiento Familiar Cristiano y Encuentro Matrimonial, de manera ágil llevaron a los participantes a conocer sus experiencias y apostolados en favor de las familias de Colombia y del mundo. Por su parte, el padre Néstor Torres, de la Asociación Misioneros de la Juventud, luego de hablar sobre el apostolado que dirige, tuvo la tarea de moderar el diálogo que se abrió entre los movimientos eclesiales: Retrouvaille, Jesús salva mi Familia, Hombres y Mujeres de futuro, Comunidad Matrimonial Alegría, Familias Misioneras, Acompañamiento Psicosocial a las familias de las Hermanas Vicentinas, quienes a la luz de Amoris Laetitia, reflexionaron sobre temas como: preparación de los novios, la espiritualidad conyugal, la belleza del matrimonio, entre otros. Los asistentes a este importante encuentro se fueron con el compromiso de trabajar en la construcción de una gran Red de movimientos eclesiales, que les permita avanzar de manera articulada en la siembra de semillas que den frutos fecundos de amor en las familias colombianas.