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evangelio del día

Lun 23 Oct 2023

24 de octubre | Lectura del santo Evangelio según San Lucas 12, 35-38

24 Octubre, Martes.Lc 12, 35-38Bienaventurados los criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en velaLectura del santo Evangelio según san Lucas.EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:«Tengan ceñida su cintura y encendidas las lámparas. Ustedes estén como los hombres que aguardan a que su señor vuelva de la boda, para abrirle apenas venga y llame. Bienaventurados aquellos criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela; en verdad les digo que se ceñirá, los hará sentar a la mesa y, acercándose, les irá sirviendo. Y, si llega a la segunda vigilia o a la tercera y los encuentra así, bienaventurados ellos.»Palabra del Señor.

Dom 22 Oct 2023

23 de octubre | Lectura del santo Evangelio según San Lucas 12, 13-21

23 Octubre, Lunes.Lc 12, 13-21¿De quién será lo que has preparado?Lectura del santo Evangelio según san Lucas.EN aquel tiempo, dijo uno de entre la gente a Jesús:«Maestro, dile a mi hermano que reparta conmigo la herencia». Él le dijo: «Hombre, ¿quién me ha constituido juez o árbitro entre ustedes?». Y les dijo: «Miren: guárdense de toda clase de codicia. Pues, aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes».Y les propuso una parábola: «Las tierras de un hombre rico produjeron una gran cosecha. Y empezó a echar cálculos, diciéndose: ´´¿Qué haré? No tengo donde almacenar la cosecha´´. Y se dijo: “Haré lo siguiente: derribaré los graneros y construiré otros más grandes, y almacenaré allí todo el trigo y mis bienes. Y entonces me diré a mí mismo: alma mía, tienes bienes almacenados para muchos años; descansa, come, bebe, banquetea alegremente´´. Pero Dios le dijo: ´´Necio, esta noche te van a reclamar el alma, y ¿de quién será lo que has preparado?´´. Así es el que atesora para sí y no es rico ante Dios».Palabra del Señor

Sáb 21 Oct 2023

22 de octubre | Lectura del santo Evangelio según san Mateo 22, 15-21

22 Octubre, Domingo.Mt 22,15-21Den al César lo que es del César y a Dios lo que es de DiosLectura del santo Evangelio según san Mateo.EN aquel tiempo, se retiraron los fariseos y llegaron a un acuerdo para comprometer a Jesús con una pregunta. Le enviaron algunos discípulos suyos, con unos herodianos, y le dijeron:«Maestro, sabemos que eres sincero y que enseñas el camino de Dios conforme a la verdad, sin que te importe nadie, porque no te fijas en apariencias. Dinos, pues, qué opinas: ¿es lícito pagar impuesto al César o no?».Comprendiendo su mala voluntad, les dijo Jesús:«Hipócritas, ¿por qué me tientan? Enséñame la moneda del impuesto».Le presentaron un denario. Él les preguntó:«De quién son esta imagen y esta inscripción?».Le respondieron:«Del César».Entonces les replicó:«Pues den al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios».Palabra del Señor.

Jue 19 Oct 2023

20 de octubre | Lectura del santo Evangelio según san Lucas 12, 1-7

20 Octubre, Viernes.Lc 12, 1-7Hasta los cabellos de su cabeza están contadosLectura del santo Evangelio según san Lucas.EN aquel tiempo, miles y miles de personas se agolpaban.Jesús empezó a hablar, dirigiéndose primero a sus discípulos:«Cuidado con la levadura de los fariseos, que es la hipocresía, pues nada hay cubierto que no llegue a descubrirse, ni nada escondido que no llegue a saberse. Por eso, lo que digan en la oscuridad será oído a plena luz, y lo que digan al oído en las recámaras se pregonará desde la azotea».Testimonio valiente, sin temorA ustedes les digo, amigos míos: no tengan miedo a los que matan el cuerpo, y después de esto no pueden hacer más. Les voy a enseñar a quién tienen que temer: teman al que, después de la muerte, tiene poder para arrojar a la gehenna. A ese tienen que temer, se lo digo yo. ¿No se venden cinco pájaros por dos céntimos? Pues ni de uno solo de ellos se olvida Dios. Más aún, hasta los cabellos de su cabeza están contados. No tengan miedo: valen más que muchos pájaros».Palabra del Señor.

Lun 25 Jul 2022

26 de Julio | Lectura del santo Evangelio según san Mt 13, 36-43

EN aquel tiempo, Jesús dejó a la gente y se fue a casa. Los discípulos se le acercaron a decirle: «Explícanos la parábola de la cizaña en el campo». 37 Él les contestó: «El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; 38 el campo es el mundo; la buena semilla son los ciudadanos del reino; la cizaña son los partidarios del Maligno; 39 el enemigo que la siembra es el diablo; la cosecha es el fin del tiempo y los segadores los ángeles. 40 Lo mismo que se arranca la cizaña y se echa al fuego, así será al final de los tiempos: 41 el Hijo del hombre enviará a sus ángeles y arrancarán de su reino todos los escándalos y a todos los que obran iniquidad, 42 y los arrojarán al horno de fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes. 43 Entonces los justos brillarán como el sol en el reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga. Palabra del Señor.

Sáb 6 Ago 2016

Para orar, meditar y vivir

Por Monseñor Omar de Jesús Mejía Giraldo - “Ojos y oídos bien abiertos” Para comenzar nuestra meditación de hoy, partamos de cinco máximas que se enseñan en el movimiento scout, en la rama de los lobatos. Se trata de las máximas fundamentales para sobrevivir en la selva, son a su vez las palabras mágicas que debe aprender el niño al inicio de su proceso de formación en el movimiento mencionado. Son máximas tomadas del “libro de la selva”: • El Lobato piensa ante todo en los demás. • El Lobato tiene los ojos y los oídos bien abiertos. • El Lobato es limpio y bien aseado. • El Lobato dice siempre la verdad. • El Lobato es alegre. Continuando nuestro proceso de formación en la escuela de discipulado, escuchemos ahora las máximas o palabras mágicas que Jesús, el Señor dirige a sus discípulos: 1.No temas, pequeño rebaño: porque vuestro Padre ha tenido a bien darles el reino El discípulo no puede ser temeroso. El discípulo sabe en quién ha puesto su confianza. El discípulo sabe que su Padre celestial cuida de él y por eso se confía en Él. El discípulo se reconoce un hijo amado del Padre y por eso no tiene porque temer. Dice la Palabra, salmo 36: “Sea el Señor tu delicia. Él te dará lo que pide tu corazón. Encomienda tu camino al Señor, confía en Él y Él actuará. Descansa en el Señor y espera en Él, los que esperan en el Señor poseerán la tierra. El Señor asegura los pasos del hombre. Se complace en sus caminos, si tropieza, no caerá, porque el Señor lo tiene de la mano. Confía en el Señor, sigue su camino”. El seguidor de Jesús debe vivir sabiendo que el reino del Padre es ya una realidad en él. Su vida goza del cariño, la protección y la seguridad que el Padre otorga. Hermanos, creámosle a la Palabra. Preguntas: ¿Hermanos, vivimos confiando absolutamente en el Padre celestial o vivimos en la desconfianza y en el miedo? ¿Por qué tanto temor al futuro? No temas, pequeño rebaño. Dios nos ama y nos ha prometido la vida eterna, a quiénes creamos en Él. Tengamos en cuanta las siguientes palabras de San Agustín al interpretar el texto: “Si, a pesar de las fatigas diarias, perpetuas y gigantescas, ponen los hombres tanto cuidado en morir lo más tarde posible, ¡cuánto mayor no debe ser el esmero para no morir nunca! Sin embargo en esto nadie quiere pensar”. No temas, pequeño rebaño. Hermanos, pensemos en Dios, pensemos en nuestro futuro con Él y en Él. En nuestra vida cristiana el futuro es ya, porque quien vive en Dios, ya vive en la eternidad. Recordemos las palabras de la Beata Isabel de la Trinidad: “Qué importa estar en el cielo o en la tierra. Vivamos en el amor para glorificar al Amor”. El cristiano, cristiano, el que ha tomado en serio el don de la fe; quién de verdad, verdad, es ya discípulo del Señor vive inserto en el reino de Dios; reiteremos esto nuevamente con el testimonio de la Beata en mención: “Yo he hallado mi cielo en la tierra en mi querida soledad del Carmelo, donde vivo a solas con Dios solo. Todo lo hago con Él. Por eso realizo las cosas con alegría divina. Que barra, trabaje o haga oración, todo me resulta encantador y delicioso porque descubro a mi divino Maestro en todas partes”. 2.Vendan sus bienes, y den limosna Una vez más se aborda en el evangelio de Lucas el tema del dinero. Es una exhortación continua, en la cual el Señor pretende instruir muy bien a sus discípulos. Quien de verdad opta por ser cristiano seriamente, debe entender que su vida no depende de sus bienes. Los bienes materiales son necesarios, pero no son la vida. El dinero no puede ser el móvil de uno a quien el Padre le ha confiado su reino. 3.Dónde está tu tesoro, allí está tu corazón El corazón para la sagrada escritura es fundamental porque es allí, donde se anidan los sentimientos de bendición o de perdición. El corazón es el centro de las emociones, de las pasiones y de los sentimientos; el corazón es el centro de la “inteligencia emocional”. El corazón es un órgano físicamente esencial para conservar la vida. Igualmente ocurre en la vida espiritual, sin un corazón sano no hay vida espiritualmente sana y no podrá existir una relación sana y trasparente frente a Dios y frente a los hermanos. Sin un corazón sano jamás reconoceremos la presencia de Dios en nuestras vidas. La persona que no posee un corazón sano espiritualmente vive en conflicto con Dios y con los demás. Custodia tu corazón dice el Papa Francisco. Custodia tu corazón es lo que le dice el Señor a sus discípulos, porque “dónde está tu tesoro allí está tu corazón”. Hermanos: ¿Cuál es el tesoro de nuestra vida? ¿A qué o a quienes le hemos endosado nuestro corazón? ¿Cuál es la razón de ser de nuestra vida? ¿Tenemos una razón por la cual luchar? ¿Esa razón por la cual luchamos es realmente importante, es trascendental o pasajera? Para custodiar nuestro corazón es fundamental: Orar; estudiar la Palabra; el amor al hermano; respetar y amar la naturaleza; conocer nuestra fe (formación); anunciar el reino, esto nos enriquece y nos ayuda a ser custodios de nuestra fe. 4.Estén siempre en vela Dice el Señor a sus discípulos en el huerto de los olivos: “Estén en vela y en oración para que no caigan en la tentación, porque la carne es débil y el espíritu es fuerte”. El Señor continua formando a sus discípulos y Él sabe de la debilidad de cada uno de ellos, por eso, los invita a estar en actitud vigilante. Estén despiertos, atentos, cuídense de no caer en la tentación. Sin vigilancia no hay perseverancia y sin perseverancia es imposible la fidelidad. Para permanecer en la fe es necesario mantener los “ojos y los oídos bien abiertos”. San Pedro dice: “Estén sobrios y vigilantes, porque el diablo, como león rugiente anda buscando a quién devorar, resistan firmes en la fe(1 Pe 5,8). Por los sentidos externos entran a nuestro corazón los buenos o los malos deseos. 5. Ser administradores fieles y solícitos Frente al Señor cada uno deber dar a la medida de sus capacidades. Dice San Agustín: “¿Qué tienes que no lo hayas recibido del Señor?” La vida es un don, la fe es un don, los bienes que se poseen son dones que Dios nos ha dado. Pedro le pregunta al Señor, ¿has dicho esa parábola por nosotros o por todos? Él le responde con otra parábola que termina con la siguiente máxima: “Al que mucho se le dio, mucho se le exigirá; al que mucho se le confió, más se le exigirá”. Es decir, cada uno debe dar en cuanto ha recibido. Hemos recibido el don de la fe y de la esperanza, tenemos que dar fe y esperanza, el cristiano no puede ser una persona derrotada. No podemos enterrar nuestros talentos, debemos ponerlos a producir. “Cada ser obra de acuerdo a lo que es su ser”. Somos discípulos del Señor, debemos entonces pensar, obrar y vivir como discípulos del Señor. El evangelio nos invita a ser proactivos a ser misioneros y difusivos. La Palabra de Dios nos convoca a gastar nuestra existencia con responsabilidad y buscando siempre producir frutos de eternidad, de paz y de fraternidad. Tarea: Continuar con la lectura del libro de los proverbios.

Sáb 9 Jul 2016

Para orar, meditar y vivir

Seguimiento – Misericordia Por Monseñor Omar de Jesús Mejía Giraldo - Seguir a Jesús, ser sus discípulos implica identidad y misión, pero es además una acción concreta que se manifiesta en la misericordia. No basta con decir Señor, Señor, ni tampoco es suficiente saber la ley. Es necesario reconocer la vida eterna como una acción absolutamente gratuita de Dios, pero que me compromete compasivamente con el prójimo. Con éste preámbulo que nos muestra la estrecha unidad de la liturgia de la Palabra de cada domingo, miremos la pregunta con la cual comienza el evangelio de hoy: ¿Qué tengo que hacer para heredar la vida eterna? Pregunta hecha por un letrado a Jesús, además, para ponerlo a prueba. Jesús antes de responder plantea a su vez otra pregunta: ¿Qué dice la escritura o que dice la ley? La respuesta del letrado es precisa y demuestra gran erudición: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu mente, con todo tu ser y amarás a los demás como te amas a ti mismo”. La clave es el amor, ¿pero qué clase de amor? Amar es el imperativo del cristiano. Amar al estilo de Dios, amar como Dios ama, amar sin limites, amar sin esperar recompensa. Dice San Agustín: “la medida del amor es el amor sin medida”. Según el texto y la respuesta del letrado, que recibe la aprobación de Jesús, la ley como ley es clara y contundente, la ley es precisa, la ley es propositiva, la ley es un consenso. Aún más la ley según la Sagrada Escritura es un mandato: “Amarás al Señor tu Dios…”; pero la clave está en el corazón y en la mente. Del corazón del hombre nacen la buenas y las malas intenciones. La ley sin un corazón nuevo, sin un corazón anclado en Dios, se queda en letra muerta que no transforma absolutamente a nadie. El hombre del evangelio sabe perfectamente la ley, es un hombre doctrinalmente bien formado, sabe que la vida eterna es una herencia, es don, es misericordia. En la conversación con Jesús el letrado no se contenta con responder bien. Recordemos que él quiere poner a prueba a Jesús y además quiere demostrarle que él es un hombre justo. El Señor va más allá, Él exige que el amor a Dios se manifieste en lo práctico, en el amor a los hermanos. Dice el apóstol San Juan: “Cómo dices tu que amas a Dios a quien no ves, si no amas a tu hermano a quien si pues ver”, y San Mateo en el capítulo 25 dice: “Todo aquello que hiciste con uno de mis hermanos más pequeños a mi me lo hiciste”. Así pues, amar a Dios con todo el corazón, con toda la inteligencia, con todo el ser, consiste en amar al prójimo con la misma fuerza que Dios nos ama y con el mismo impulso que de nuestra parte decimos que amamos a Dios. La pregunta que el letrado le hace a Jesús, es también nuestra pregunta: ¿Y quien es mi prójimo? La respuesta de Jesús, es la respuesta valida para hoy y para mañana. Es una respuesta testimonial, ejemplarizante y contundente, se trata de un hecho real y no de un simple discurso sobre la misericordia. La respuesta a la pregunta la tiene la parábola del buen samaritano. Miremos la acción de éste hombre de Samaria. Con los siguientes gestos manifiesta misericordia, compasión, cercanía y fraternidad. El samaritano va de camino y se encuentra con un hecho inesperado y espontáneo: un herido en el camino. Allí está la oportunidad para ejercer la caridad y la misericordia sin mucho discurso y quizás sin saber mucha doctrina al respecto. Contemplemos su actitud: Se acerca, venda las heridas, monta al herido en su propia cabalgadura y lo traslada a una posada, cuida personalmente de él, paga la cuenta de la primera noche y deja su anticipo, se muestra disponible para seguir cuidando de él. El samaritano se involucra activamente en la vida del enfermo. El samaritano se conmovió interiormente, hasta tal punto que el dolor del enfermo del camino le entró hasta sus entrañas, hasta su propio corazón, por eso tuvo compasión. El samaritano no es un asistencialista, comparte el dolor del enfermo y hace todo lo que está a su alcance para que el herido restablezca su salud. Recordemos que una vez recuperada su salud el hombre puede volver a sus labores cotidianas y recuperar sus relaciones con los demás. Hermanos, ser prójimo es tomar la iniciativa para ir hacía el otro, en especial hacía aquel que sufre. No se pueden trazar limites en el amor, hay que ayudar allí donde Dios nos ha puesto. Soy yo el que me hago prójimo, para ver la necesidad y poder socorrer al otro. En el prójimo estoy yo porque lo amo. El samaritano se hizo prójimo del herido y no se preguntó quien era el otro, respondió en lo inmediato y en una necesidad real. Conclusión final de la parábola: ¿Cuál de los tres se comportó recta y misericordiosamente? Quien práctico misericordia. ¡Anda, y haz tu lo mismo! La misericordia hace que el seguimiento del Señor sea concreto y se dé realmente en la acción. El discípulo debe saber, pero debe también practicar lo que sabe. Finalmente, es necesario decirlo: la misericordia es la manera más concreta y real de demostrar que se es discípulo del Señor. Sin misericordia no se es cristiano. Tarea: Practiquemos la misericordia. Que no pase una semana sin visitar a un enfermo y manifestarle nuestro acompañamiento, nuestra misericordia. Monseñor Omar de Jesús Mejía Giraldo Obispo de Florencia

Sáb 25 Jun 2016

Para orar, meditar y vivir

Por Monseñor Omar de Jesús Mejía - Seguimiento – identidad “Tú eres el Mesías”, es el reconocimiento que Pedro hace de Jesús. Ahora los discípulos, entre luces y sombras saben quien es el Señor. Él les invita a seguirle a pesar de la cruz. Si quieren ser de verdad, verdad, sus discípulos, deben donar sus vidas, de lo contrario el seguimiento se queda en mera teoría o en buenas intenciones. En éste sentido, el evangelio de hace ocho días con el de éste domingo, tiene una perfecta conexión. Hasta éste momento el ministerio público de Jesús se ha vivido en Galilea, ahora Jesús, el Señor, el Mesías, opta por ir a Jerusalén, ciudad capital, donde se concentran todos los poderes. Él sabe que será allí, donde debe asumir el reto de presentar el Reino de Dios y su justicia. Será en la ciudad donde finalmente debe configurar la identidad de sus discípulos e incluso donde donará su ser definitivamente, pero Él sabe que está en las manos de su Padre y quiere cumplir su santa voluntad: Salvar la humanidad. Jesús, el Señor, ahora va a Jerusalén, no como peregrino, ni de paseo, va con una misión especifica: Consumar definitivamente su misión y en ello compromete a sus discípulos. Dice la Palabra que “envía mensajeros por delante”. Sus mensajeros entran a Samaria para prepararle un alojamiento y no son bien recibidos. Ésta actitud es consecuencia de la división histórica entre judíos y samaritanos. Santiago y Juan, discípulos suyos, se llenan de sentimientos de dolor y furia, hasta tal punto que quieren destruir a los samaritanos, es la gran oportunidad de Jesús, para corregir a sus seguidores: “Él se volvió y les regañó. Y se marcharon a otra aldea”. En éste contexto de camino, sentimientos de dolor y corrección, se desarrolla la bonita escena del seguimiento del Señor. Seguir a Jesús es “identidad” con Él, con su misión, es compartir su misión y aún su suerte. Seguir al Señor es aprender a jugarnos la vida por Él y con Él. El seguimiento del Señor se debe caracterizar por las siguientes actitudes: Libertad absoluta • Libertad es “ser lo que se es”. Se es discípulo, se debe vivir como discípulo, se deben asumir las responsabilidades de discípulo. En la libertad el discípulo debe saber que nada, ni nadie, lo puede amarrar para ser lo que se es y para ser lo que se debe ser. • En la libertad que ofrece el Señor, el discípulo sabe que el evangelio es para todos, pero no es una obligación es una opción radical, seria y serena. La vida cristiana es un “camino”, Jesús es el “camino” y nos invita a ir con Él, para que donemos la existencia por la salvación de aquellos a quienes él nos confía. • Padres de familia, recuerden que deben ser instrumentos de salvación para sus hijos. Hermanos, debemos ser instrumentos de salvación entre nosotros. Maestros, jefes, empleados…, todos, deberíamos preocuparnos por la salvación de todos. El cristiano es un ser universal y por lo tanto no se debe escandalizar, ni se debe llenar de rabia frente a la diversidad. El cristiano debe amar a todos, sin distinción de credo o clase social. Si algunos tenemos que estar abiertos a la pluralidad, somos nosotros los seguidores de Jesús, el Señor. • Nada produce tanta libertad como cuando se obra el bien, es mas difícil ser malo que bueno, para hacer el mal nos debemos esconder, el bien se puede hacer a la luz de todos. Hacer el bien genera luz y esperanza, hacer el bien nos convierte en luz y sal de la tierra. 2. Disponibilidad para dejarse corregir • Dice la Palabra: “Santiago y Juan, discípulos suyos, le preguntaron: Señor, ¿quieres que mandemos bajar fuego del cielo que acabe con ellos? El se volvió y les regañó”. El discípulo tiene que estar dispuesto siempre a dejarse corregir de su Maestro y Señor. • El discípulo hace su tarea por mandato del Maestro y debe estar dispuesto a sufrir persecuciones e incomodidades. Seguir a Jesús, es identificarnos con Él, es aprender a “tratar a los demás como queremos ser tratados por ellos”. Ser discípulos del Señor es aprender a perdonar como Él perdona, es amar como él ama. 3. Firmeza de voluntad – opción definitiva • Con Dios no hay medias tintas, se es o no se es. No se puede ser discípulo del Señor a medias. No se puede ser seguidor del Señor sólo en los momentos placenteros de la vida. Dios es plenitud y es eternidad. Dios es trascendencia y es absoluto. Por eso, cuando se hace una alianza con Él, el compromiso es para siempre y es una opción que plenifica, aunque pase por momentos de cruz y de pasión. • Nuestras alianzas las debemos asumir como opciones definitivas y plenificantes, “el oro se prueba en el crisol y el leño en el fuego. Ejemplos: Sacerdocio, matrimonio, vida consagrada. La vida cristiana en sí misma tiene que ser una opción para siempre. 4. Vivir con pasión el presente • Dice el evangelio: “El que echa mano al arado y sigue mirando atrás, no vale para el Reino de Dios”. Quien se decide a seguir al Señor, no puede estar anclado en el pasado. Si el pasado fue mejor, fijarse en él genera tristeza, porque se quiere volver a él. Si el pasado fue peor que el presente, genera tristeza, porque se vive con angustia y resentimiento. • El pasado paraliza y enferma cuando no se observa con gratitud. El ejemplo típico lo encontramos en Génesis 19,26, dice la Palabra: “Entonces la esposa de Lot miró atrás, a espaldas de él, y se volvió estatua de sal”. El Papa Juan Pablo II, al comenzar el nuevo milenio nos decía: Es necesario vivir con gratitud el pasado, con pasión el presente y con esperanza el futuro. Tarea: • Miremos el pasado, pero con sensatez, si fue mejor, demos gracias a Dios, si fue peor que el presente, por favor sanémoslo. • Soñemos el futuro, por favor, soñémoslo con esperanza y optimismo.