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Iglesia

Lun 28 Mar 2022

San José, maestro de la escucha

Por: Mons. José Libardo Garcés Monsalve - Hemos celebrado la solem­nidad de san José, patrono de la Iglesia Universal, de nuestra Diócesis y de varias ins­tituciones de nuestra Iglesia Par­ticular. Son muchas las virtudes que hemos reflexionado sobre la figura de san José, pero en este momento lo vamos a considerar como maestro de la escucha. San José escuchó todo lo que Dios le pedía y en el silencio de su vida lo pudo realizar, en una acti­tud obediente a la voluntad de Dios. El Evangelio nos presenta a san José en silencio, sin embar­go, toda su vida es una escucha atenta de la llamada del Señor, con corazón abierto y disponible para todo lo que Dios le pide. San José escuchando en silencio supo contemplar el misterio del plan de Dios, que se hizo hombre como nosotros, para perdonarnos y lle­varnos a la vida eterna. El Papa Francisco ha convocado a la Iglesia Universal a participar del sínodo, que tiene como lema: “Por una Iglesia sinodal: comu­nión, participación y misión”, haciendo énfasis en la necesidad de la escucha de unos para con otros, realidad tan difícil de con­cretizar en una sociedad del ruido, de los afanes, del individualismo y la ansiedad, que impide arrodi­llarse en silencio a escuchar; en primer lugar, la Palabra de Dios que nos guía, nos orienta y nos ilumina, pero también escuchar al otro, que necesita una escucha atenta, compasiva y misericordio­sa, capaz de mirar el dolor ajeno y hacerlo propio. Escuchar significa hospedar al otro en el propio co­razón, y por eso la escucha es una puesta en práctica de la caridad, es la obra de caridad más necesa­ria, sencilla y eficaz en el momen­to presente. El ambiente familiar hoy necesita muchos espacios de escucha, el esposo que escuche a la esposa, la esposa que escuche al esposo, y como padres escuchen a los hijos, estos también escuchen a sus pa­dres y juntos escuchen al Espíritu Santo, para descubrir entre todos la voluntad de Dios, de tal mane­ra que en el hogar no prevalece el que más grite, maltrate o alce la voz, sino quien sea capaz de permanecer en silencio escuchan­do al otro, sin pedir muchas razones y explicaciones, sino hospedando al próji­mo en la propia vida, para compartir juntos las alegrías y las tris­tezas, los aciertos y desaciertos del diario vivir. San José con una fe firme nos en­seña a escuchar la voz de Dios, con la disposición de la obedien­cia a su voluntad y con gran doci­lidad, a su Palabra. La misión que se le confiaba no era fácil de en­tender en el momento, sin embar­go, con la simplicidad de su vida interior, supo contemplar al Señor y obedecer sus mandatos desde una vida silenciosa. San José que vivió en silencio fue el primero en escuchar la Palabra. Al respecto San Juan Pablo II en ‘Redempto­ris Custos’ (Custodio del Reden­tor) afirma: “El clima de silencio que acompaña a todo cuanto concierne a la figura de José se extiende también a su trabajo de carpintero en su casa de Nazaret. Se trata de un silencio que revela de manera especial el perfil in­terior de esta figura. Los Evan­gelios hablan exclusivamente de lo que José ‘hizo’, pero permite descubrir en estas ‘acciones’, envueltas en el silencio, un clima de profunda contemplación del misterio de Dios” (RC 25). Este silencio es contemplativo del misterio de Dios, que como luz ilumina a todo ser humano, por eso san José habló más con el si­lencio que con las palabras, él que conoce su misión, la cumple totalmente y está completamen­te atento y presente para hacer la volun­tad de Dios, en una actitud de obedien­cia sin límites. San José el hombre de la fe, de la disponibili­dad, de la obedien­cia y de la entrega de sí mismo para realizar los pla­nes de Dios y servir a la humani­dad, es modelo en nuestro camino de vida cristiana y en mostrar con el ejemplo de vida el Evangelio a todos los que nos encontramos ca­minando juntos en la misión que cumplimos. Desde el primado de la Gracia de Dios y de la vida interior en cada uno, san José enseña la sumisión a Dios, como disponibilidad para dedicar la vida de tiempo com­pleto a las cosas que se refieren al servicio del Señor, logrando ha­cer su voluntad, desde el ejercicio piadoso y devoto a las cosas del Padre Celestial, que ocupaban el tiempo del niño Jesús, desde que estaba en el templo en medio de los doctores de la ley escuchándo­los y haciéndoles preguntas (Cf. Lc 2, 46 - 49). Ser cristiano hoy teniendo como modelo a san José, es vivir la fe sin buscar protagonismos, vivir la esperanza con la confianza pues­ta en Dios, aún en los momentos de dolor, saber estar como Ma­ría al pie de la Cruz, esperando la promesa de la salvación y vi­vir en cada momento la caridad como amor total a Dios, en quien vivimos, nos movemos y existi­mos, también amando al prójimo en una entrega de total donación y escucha, sobre todo a los más pobres, sencillos y humildes que están frente a nosotros. La Iglesia siempre ha mirado a María y a José como modelos y patronos, reconociendo que ellos, no sólo merecieron el honor de ser llamados a formar la familia en la que el salvador del mundo quiso nacer, sino que son el signo de la familia que Él ha querido reunir; la Iglesia sinodal: comunión, participación y misión. Que la contemplación de la figura de san José nos ayude a todos nosotros a ponernos en camino, dejando que la Palabra de Dios sea nuestra luz, para que así, encendido nuestro corazón por ella (Cf. Lc 24, 32), podamos ser auténticos discípu­los de Jesús y transformar la vida en Él, siguiéndolo como Camino, Verdad y Vida, en la acogida de la Palabra de Dios y en la escucha de unos para con los otros caminan­do juntos. Para todos, mi oración y mi bendición. + José Libardo Garcés Monsalve Obispo de la Diócesis de Cúcuta

Lun 28 Mar 2022

Obispo pide orar, cuidar y acompañar a los sacerdotes

En la sede del episcopado se llevó a cabo el Encuentro Nacional de Delegados de Pastoral sacerdotal, que tuvo como objetivo “afinar y afianzar la conciencia en el trabajo de cuidado y acompañamiento de nuestros sacerdotes”, así lo expresó monseñor Luis Albeiro Maldonado Monsalve, obispo de Mocoa y miembro de la Comisión Episcopal de Ministerios Ordenados. El también encargado de la pastoral sacerdotal en Colombia, indicó que es preocupación de todos los obispos del país, la situación anímica y afectiva del clero, quien también se ha visto afectado por la coyuntura mundial de la pandemia, es por ello, que “cada Obispo tiene una preocupación por su presbiterio y delega un sacerdote para que ejerza el cuidado y acompañamiento en las situaciones distintas en que vive cada sacerdote. Estamos analizando la realidad en que se encuentran, generando el diálogo para concertar algunos criterios orientativos que nos lleven al desempeño de esta noble tarea”. El prelado recordó que si bien es competencia del obispo encargado velar y acompañar a los sacerdotes, también es tarea de quienes por desempeños pastorales, estén cerca de ellos, les brinden el cuidado, apoyo y acompañamiento necesarios. “A veces se piensa que el acompañamiento a los sacerdotes es solamente competencia del obispo o del delegado, pero yo creo que es competencia y responsabilidad primeramente del obispo, pero también es del presbiterio, es de la comunidad parroquial, es de todos los bautizados, que oran, cuidan y los acompañan”. En desarrollo del encuentro se definieron líneas de acción A su vez, el padre Manuel Vega, director del Departamento de Ministerios Ordenados y Vida Consagrada del Secretariado Permanente del Episcopado, indicó que este encuentro estuvo orientado por el principio de la sinodalidad, es decir, fue un espacio de escucha. El sacerdote observó que, luego de un análisis de realidad de la vida sacerdotal en el país, se plantearon algunas líneas de acción a nivel de provincia eclesiástica y se solicitaron apoyos propios desde el Departamento de Ministerios Ordenados. Testimonio: “Si un sacerdote está bien, la comunidad estará bien” Por su parte, el padre Rodrigo Gallego Trujillo, delegado de la pastoral sacerdotal de la Diócesis de Buga y quien participó del encuentro, dijo que este espacio fue un momento importante para reflexionar sobre la necesidad de pastorear a los pastores y agregó que “si un sacerdote, un párroco o el pastor están bien, las comunidades estarán bien”. “Vale la pena pedirles a ustedes su oración, no desfallecer en la plegaria por los ministros ordenados, cada sacerdote es una historia vocacional, una historia de fidelidad de Dios con nosotros”. El sacerdote añadió además que, para dar una mejor respuesta a los desafíos de la pastoral de estos tiempos, se hace necesario seguir formando a los sacerdotes, en lo espiritual y en la lectura activa de los signos de los tiempos, esto, afirmó el sacerdote, es una conclusión que sale del encuentro.

Vie 25 Mar 2022

Voz del Pastor | 27 de marzo de 2022

Reflexión de monseñor Luis José Rueda Aparicio, Arzobispo de Bogotá y primado de Colombia Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 15,1-3.11-32

Vie 25 Mar 2022

El Papa consagra Rusia y Ucrania a la Virgen pidiéndole "el fin de la guerra insensata"

En el marco de la Celebración de la Penitencia, este 25 de marzo, Francisco consagró a Rusia y a Ucrania al Inmaculado Corazón de María. Un gesto -dijo el Pontífice- que no es una fórmula mágica, sino un acto espiritual que refleja "la plena confianza de los hijos que, en la tribulación de esta guerra cruel e insensata que amenaza al mundo, recurren a la Madre, entregándose totalmente a Ella". Reflexionando sobre el Evangelio de hoy, solemnidad de la Anunciación del Señor, el Santo Padre invitó a los fieles a hacer nuestras las palabras del ángel Gabriel tras su encuentro con la Virgen María: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo» (Lc 1,28); sobre todo cuando nos acercamos a recibir el sacramento de la Reconciliación: "Hermano, hermana, hoy puedes oír estas mismas palabras dirigidas a ti; puedes hacerlas tuyas cada vez que te acercas al perdón de Dios, porque allí el Señor te dice: Yo estoy contigo", dijo Francisco haciendo hincapié en que cuando pensamos en la confesión, no debemos presentarnos "cabizbajos", puesto que confesarse, es dar al Padre la alegría de volver a levantarnos: “En el centro de lo que experimentaremos no están nuestros pecados sino su perdón. Imaginemos que en el centro del Sacramento estuvieran nuestros pecados: casi todo dependería de nosotros, de nuestro arrepentimiento, de nuestros esfuerzos, de nuestros afanes. Pero no, en el centro está Él, que nos libera y vuelve a ponernos en pie” La Reconciliación es el sacramento de la alegría En este sentido, el Pontífice exhortó a todos a pedir el don de comprender que la Reconciliación "no es principalmente un paso que nosotros damos hacia Dios, sino su abrazo que nos envuelve, nos asombra y nos conmueve". Continuando con su alocución el Santo Padre destacó la importancia de confesarse desde la perspectiva de nuestro Creador: "Lo necesitamos, porque cada renacimiento interior, cada punto de inflexión espiritual comienza aquí, en el perdón de Dios", aseveró Francisco alentando, especialmente en este tiempo de Cuaresma, a no descuidar nuestra Reconciliación, sino más bien, a redescubrirla como el Sacramento de la alegría: “Sí, de la alegría, donde el mal que nos hace avergonzarnos se convierte en ocasión para experimentar el cálido abrazo del Padre, la dulce fuerza de Jesús que nos cura y la ternura materna del Espíritu Santo” Sacerdotes: "No pongan obstáculos a la confesión" Por ello, el Papa pidió a los sacerdotes que administran el sacramento del perdón de Dios, que ofrezcan este anuncio de misericordia, "Alégrate, el Señor está contigo", a todos los que deciden confesarse sin ser rígidos, sin poner obstáculos o incomodades, ya que en la Confesión -dijo- "estamos especialmente llamados a encarnar al Buen Pastor que toma en brazos a sus ovejas y las acaricia; a ser canales de la gracia, que vierten el agua viva de la misericordia del Padre en la aridez del corazón". Asimismo, Francisco subrayó otra de las frases del ángel Gabriel a María «No temas» (v. 30). Un temor que, según el Obispo de Roma, puede invadirnos cuando nuestros pecados nos asustan, nuestro pasado nos inquieta, nuestras heridas no cicatrizan o cuando nuestras caídas nos desmoralizan. En este punto, resulta fundamental seguir el ejemplo de la Virgen María, que siempre nos acompaña brindándonos un mensaje claro y consolador: “Cada vez que la vida se abre a Dios, el miedo ya no puede convertirnos en sus rehenes. Dios conoce tus debilidades y es más grande que tus errores. Te pide una sola cosa: que tus fragilidades, tus miserias, no las guardes dentro de ti; sino que las lleves a Él, las coloques ante Él, y de motivos de desolación se convertirán en oportunidades de resurrección. ¡No temas!” Ante la guerra sólo Dios elimina el mal y devuelve la paz Y haciendo alusión a las noticias e imágenes de muerte que nos llegan desde Ucrania en medio de la atroz guerra y las bombas que destruyen las vidas de tantas personas indefensas, el Pontífice reiteró que ante estas "experiencias de miedo, impotencia y aflicción", necesitamos escuchar que nos digan “no temas”. "Sin embargo las seguridades humanas no son suficientes -añadió Francisco- resaltando que, en cambio, es necesaria la presencia de Dios, la certeza del perdón divino, el único que elimina el mal, desarma el rencor y devuelve la paz al corazón. Volvamos a Dios, a su perdón". Para el Papa la situación es clara: "Nosotros solos no logramos resolver las contradicciones de la historia, y ni siquiera las de nuestro corazón. Necesitamos la fuerza sabia y apacible de Dios, que es el Espíritu Santo. Necesitamos el Espíritu de amor que disuelve el odio, apaga el rencor, extingue la avidez y nos despierta de la indiferencia". Sin amor no podemos ofrecer nada al mundo Igualmente, el Santo Padre recordó que sin amor, en efecto, no podemos ofrecer nada al mundo, de ahí la importancia de cambiar primero nuestros corazones si verdaderamente queremos cambiar lo demás. Consagración de Rusia y Ucrania al Corazón de María Y para que esto suceda Francisco expresó su deseo de dejarnos guiar por la mano de la Virgen a quien consagró el futuro de los dos países enfrentados: “En unión con los obispos y los fieles del mundo, deseo solemnemente llevar al Corazón inmaculado de María todo lo que estamos viviendo; renovar a Ella la consagración de la Iglesia y de la humanidad entera y consagrarle, de modo particular, el pueblo ucraniano y el pueblo ruso, que con afecto filial la veneran como Madre” Antes de finalizar, el Papa indicó que estas palabras "no son una fórmula mágica", sino un acto espiritual ya que es el gesto "de la plena confianza de los hijos que, en la tribulación de esta guerra cruel e insensata que amenaza al mundo, recurren a la Madre, depositando en su Corazón el miedo y el dolor, y entregándose totalmente a ella". Francisco concluyó afirmando que los labios de María pronunciaron la frase más bella que el ángel pudiera llevar a Dios: «Que se haga en mí lo que tú dices» (v. 38): “La Madre de Dios, después de haber pronunciado el sí, afrontó un largo y tortuoso viaje hacia una región montañosa para visitar a su prima encinta (cf. Lc 1,39). Que Ella tome hoy nuestro camino en sus manos; que lo guíe, a través de los senderos escarpados y fatigosos de la fraternidad y el diálogo, por el camino de la paz”. Fuente:Radio Vaticana | Vatican News

Vie 25 Mar 2022

Vicariato de Puerto Carreño en formación permanente

Durante los días 15, 16 y 17 de marzo de 2022 los sacerdotes del Vicariato Apostólico de Puerto Carreño en el Departamento del Vichada, presididos por Monseñor Raúl Alfonso Carrillo, vicario apostólico de Puerto Gaitán y administrador apostólico de esta jurisdicción que se encuentra en sede vacante desde abril de 2020 se dieron cita para llevar a cabo el curso de formación permanente “Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión”, con el apoyo del Departamento de Doctrina del Secretariado Permanente del Episcopado Colombiano. Aprovechando la ocasión y teniendo en cuenta que muchos de los sacerdotes misioneros debieron enfrentar largas jornadas de viaje por ríos o trochas para llegar a esta cita, también se realizó la consulta sinodal al clero, la evaluación y proyección de actividades pastorales, y la celebración de la Santa Misa Crismal. También, en las noches, se realizaron encuentros laicales para dar a conocer el proceso sinodal a otros agentes de pastoral. El vicariato apostólico de Puerto Carreño tiene ocho parroquias y fue creado por el papa Juan Pablo II el 22 de diciembre de 1999; desde aquel entonces fue encargado a los Misioneros Redentoristas que atienden la misión de Primavera y la catedral de Puerto Carreño y suman en total siete sacerdotes. La Arquidiócesis de Manizales, por hermanamiento misionero, envía cada dos años algunos de sus miembros para ayudar en la actividad pastoral; en este momento las misiones de Santa Rosalía y El Milagroso son atendidas por dos sacerdotes del clero manizalita. El grupo de misioneros lo completan cuatro sacerdotes incardinados en el vicariato, uno de los cuales se encuentra realizando estudios de especialización. El vicariato de Puerto Carreño es uno de los lugares en Colombia donde la religión católica es practicada por una minoría de la población, sobre todo, aquella foránea ligada a las instancias de gobierno y a las fuerzas del orden público como la Policía, el Ejército y la Armada, con sus respectivas familias, que puede sumar hasta 3.000 personas. Las entidades religiosas preponderantes son las pentecostales y evangélicas, además de las religiones de cultos ancestrales propias de la población indígena. A pesar de esta realidad, la Iglesia Católica trabaja en procesos de evangelización y promoción humana para toda la población, y cuenta con valiosos proyectos en beneficio de la población indígena y de los migrantes venezolanos.

Jue 24 Mar 2022

“Vinimos a compartirle al Santo Padre los grandes dolores y desafíos de Colombia”

Luego de la audiencia con el Papa Francisco en el Vaticano, la presidencia de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), dialogó con Radio Vaticana - Vatican News, donde contaron algunos detalles de este encuentro. Algunos de los temas abordados con el santo Padre fueron: Realidad de la Iglesia en Colombia (el proceso sinodal); en lo social: la pobreza e inequidad, la violencia, el narcotráfico, la insurgencia, entre otros La delegación que se reunió con el santo Padre, estuvo compuesta por el arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), monseñor Luis José Rueda Aparicio; el arzobispo de Popayán y vicepresidente de la CEC, monseñor Ómar Sánchez Cubillos; y obispo auxiliar de Bogotá y secretario general de la CEC, monseñor Luis Manuel Alí Herrera. Lea aquí la entrevista completa ⬇️ Obispos de Colombia al Papa: La paz ahora no es un propósito nacional El encuentro del Santo Padre con los obispos de la presidencia de la Conferencia episcopal de Colombia recorrió, en 40 minutos, los “grandes dolores y desafíos” de un país que suma esfuerzos por la paz. Una conversación serena y sincera donde recibieron del Papa algunas claves para continuar el camino sinodal. “Vinimos a compartirle al Santo Padre los grandes dolores y desafíos de Colombia”. Así lo expresaron los obispos de la presidencia de la Conferencia episcopal de Colombia a Vatican News, tras la audiencia de este jueves, 24 de marzo, con el Papa Francisco. Y es que no se puede hablar de Colombia sin hablar de reconciliación y de paz, de los más de 50 años de conflictos armados, de narcotráfico, desplazamientos forzados, inequidad y muerte, pero tampoco se pueden ignorar las riquezas de un pueblo que van desde su cultura hasta una profesión de fe, mayoritariamente católica, y que no abandona la esperanza y lucha por una mejor calidad de vida y dignidad humana. Todos estos han sido temas tratados en los 40 minutos que duró el encuentro del Pontífice con monseñor Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia episcopal de Colombia (CEC); el vicepresidente, monseñor Omar Sánchez Cubillos, arzobispo de Popayán, y monseñor Luis Alí Herrera, auxiliar de Bogotá y secretario de la CEC. Una conversación “abierta, serena y sincera” coincidieron los prelados donde se habló de evangelización y sinodalidad y la difícil realidad nacional con sus luces y sombras. La razón de ser de la Iglesia “Es una oportunidad maravillosa poder encontrarnos con el Santo Padre para hablar de lo central, de la razón de ser de la Iglesia católica en todo el mundo, que es la evangelización”, comenta monseñor Rueda, al destacar que el proceso sinodal, el espíritu sinodal, ha sido el primer tema tratado con Francisco. En especial, los obispos colombianos agradecieron la clave que el Pontífice ha propuesto a la Iglesia para “tratar de entendernos primero como pueblo de Dios y luego, como pueblo de Dios en camino”. En este sentido, el arzobispo de Bogotá confirmó que el camino sinodal ha sido asumido en cada una de las jurisdicciones eclesiásticas, donde se ha realizado una profunda consulta sinodal y se ha podido dialogar con distintos sectores humanos, las academias, los líderes sociales, los indígenas, los afroamericanos, niños, jóvenes y movimientos apostólicos. Sin embargo, el prelado insistió en la necesidad de que el Sínodo y la sinodalidad no se conviertan en una frase, sino en “una actitud, una manera de ser Iglesia, una manera de ser pueblo de Dios”. La importancia de la I Asamblea Eclesial Latinoamericana, en noviembre, que ha avanzado paralelamente con el camino sinodal, también fue tema de conversación con el Pontífice. Y al respecto, el presidente de la CEC destacó que “desde hace muchos años, motivados por el CELAM (Consejo episcopal latinoamericano) y por el Concilio Vaticano II, la Iglesia latinoamericana “ha aprendido a ser pueblo de Dios y en esto llevamos un avance y sensibilidad mayor de sinodalidad”, agregó, con respeto a otras iglesias. Inequidad y pobreza escandalosas “Por supuesto que Colombia tiene avances, tiene cosas positivas, ha hecho evoluciones en todos los campos incluso, en lo social, hay un gran sentido de solidaridad, por ejemplo, con la cuestión de la migración, pero tenemos grandes dolores, grandes desafíos que compartimos con el Santo Padre”. Éstas las palabras de monseñor Sánchez, al dividir estos retos en tres grandes grupos: la inequidad, la pobreza y la ilegalidad. El “abismo enorme” en temas de inequidad y pobreza en Colombia fue ilustrado por el arzobispo de Popayán con cifras: Cerca de 7 millones de personas viven en pobreza absoluta y 21 millones de personas, según las últimas estadísticas, pasan hambre: “En la grande plataforma económica que tiene el país, no se logra integrar a tantos pobres. Hay una pobreza muy distante de los grandes capitales, y eso escandaliza, esa brecha duele y la compartimos con el Santo Padre”. En este contexto, el vicepresidente de la CEC subrayó que esta situación ha provocado reclamaciones sociales, de derechos sociales, por parte de esa pobreza que “ya no guarda silencio” y que se ha traducido en manifestaciones, paros, y protestas que son la expresión del “dolor que está en la estructura del país”. Narcotráfico, insurgencia e ilegalidad El tema de la ilegalidad y también de “esa legalidad” que, de alguna manera, se mueve a partir de la ilegalidad, la producción de coca y de otros cultivos de uso ilícito y su consecuencia directa, el narcotráfico, también fueron tocados en el encuentro con Francisco. “Colombia está atrapada en una herradura”, explica monseñor Sánchez al hablar de los territorios que en Colombia engloban el negocio del cultivo, el tráfico y la violencia armada por su dominio y control. “Ahí, la maquinaria de guerra se fortalece con esos capitales y, por supuesto, ahí también hay muchas víctimas, hay reclutamiento forzado, ahí hay temas muy graves de asesinatos por temas políticos, por temas de Derechos Humanos, por temas de reclamación de territorios, temas ambientales, en fin, digamos que esa es una amenaza muy grande para el país. Violencia: Una pandemia que no quiere irse de Colombia “La apuesta de paz en el país se ha ido a la sombra, ha bajado en el marco de interés nacional, nos hemos resignado al conflicto”. Con estas palabras describe el arzobispo de Popayán el tema de la reconciliación y la paz que tanto preocupa al Papa Francisco. Tras hablar de los acuerdos de desmovilización de una de las guerrillas (FARC) en La Habana, el prelado colombiano, afirma que sus débiles resultados han impedido un “verdadero clima de paz”, que “lo haya saboreado la sociedad civil y lo haya valorado como para querer continuar en esa batalla. “Digamos que la paz ahora no es un propósito nacional. Digamos que los colombianos, los grupos que lideran lo político, no consideran que la paz sea una variable determinante”, enfatizó el arzobispo de Popayán, no sin antes manifestar que espera que las “nuevas contiendas electorales le den un poco más de proyección a estos grandes temas”. Se acerca la beatificación de la Madre Berenice Monseñor Luis Manuel Alí Herrera, obispo auxiliar de la arquidiócesis de Bogotá y secretario general de la CEC comentó a Vatican News los diversos encuentros que ha tenido la presidencia de la CEC en su paso por los dicasterios de la Santa Sede. En particular, mencionó la visita a Propaganda Fide, con el cardenal Luis Antonio Tagle, a quien presentaron la situación de los nueve vicariatos apostólicos del país y de algunas diócesis que, a pesar de ser territorios muy pobres, “hacen un trabajo evangelizador y misionero muy importante”. De igual manera, la Comisión para América Latina y la Congregación para la Causa de los Santos, fueron también dos importantes visitas. “Hicimos como una lista de nuestros datos y de todas aquellas personas que están en proceso de beatificación y de canonización. La próxima será la madre Berenice, una mujer muy santa que hizo un trabajo apostólico hermoso y es la madre de todas las Hermanas de la Anunciación que, en Colombia y en tantas regiones de Latinoamérica, tienen una extensión evangelizadora muy importante”. Fuente: Radio Vaticana | Vatican News Lea también[icon class='fa fa-download fa-2x'] La Iglesia en Colombia signo de esperanza en busca de la paz[/icon]

Jue 24 Mar 2022

Concluye en Manizales primer encuentro de delegados y profesores de liturgia

Del 8 al 10 de marzo se realizó en la ciudad de Manizales el primer encuentro de delegados y profesores de liturgia de la Provincia Eclesiástica del Eje Cafetero, los asistentes reflexionaron sobre “el culto eucarístico fuera de la misa en la vida de la Iglesia”. Las ponencias que fueron dirigidas por los sacerdotes Juan David Muriel, profesor de la Universidad Pontificia Bolivariana UPB de Medellín, Andrés Camilo Castrillón, delegado de Liturgia y Canciller de la arquidiócesis de Manizales, Jorge Iván Rincón, párroco de la comunidad parroquial san Juan María Vianey de Manizáles, trataron sobre la Historia del culto eucarístico fuera de la Misa, la pastoral del culto eucarístico en la perspectiva de la iniciación cristiana, hacia una teología del culto eucarístico fuera de la misa a partir de la eucología, Derecho Canónico y culto eucarístico fuera de la misa, y el lugar de la reserva eucarística, ¿un tema abierto? El encuentro contó con la presencia y acompañamiento de monseñor José Miguel Gómez, Arzobispo de Manizales y del padre Jairo de Jesús Ramírez Ramírez, director del Departamento de Liturgia del Secretariado Permanente del Episcopado (SPEC). Identificado el status quaestionis puntualizado en la “pobreza teológica del clero y los laicos,” el “desconocimiento de la norma” y la “ambigüedad pastoral”, los expositores propusieron como clave de acción pastoral la catequesis de iniciación cristiana. Las conclusiones de este encuentro serán publicadas en el Boletín NOTAS DE ACTUALIDAD LITÚRGICA del mes de junio.

Jue 24 Mar 2022

Los templos, el último bastión de la ciudadanía

Poco a poco, y sin que la ciudadanía se haya percatado del asunto, cada día se le cierran, aparentemente por seguridad, todos los recintos que deberían ser de uso público. Todo está lleno de policías y guardias armados, de perros que olfatean indignamente a las personas, de detectores de metales, de cámaras que graban la cara de hombres y mujeres, de lectores de barras que atrapan los datos de los adultos. Los recintos y sedes de gobierno, de policía y militares, las sedes educativas, los hospitales y clínicas, las calles anexas a todo esto, los aeropuertos, los bancos, todo está plagado de cámaras, rejas, alambres de púas. Es un mensaje claro a la ciudadanía de que no se le desea en esos lugares o que cada uno primero debe demostrar que no es un delincuente para acceder a esos lugares e instituciones. Tal vez el único lugar realmente público y significativo en Colombia al que todo el que quiera tener acceso puede hacerlo, es el templo religioso. Cuando sus puertas se abren quieren ver entrar por ellas a todo el que quiera hacerlo, sea creyente, no creyente, vecino o viandante. Todos son esperados con igual gusto y respeto. En los templos no hay lugares para privilegiados o para desposeídos; sus duras bancas están hechas para dar cabida a todo el que tenga deseo de permanecer en la casa de Dios. A todo el que entra al recinto sagrado se le invita a la oración, a pedir el perdón sincero por sus pecados, a escuchar la única Palabra de Dios, a caer de rodillas ante la majestad de la divinidad sacramentada, a escuchar también la enseñanza del predicador, a darse un abrazo de paz y a unirse piadosamente en la comunión al Salvador del mundo. Por todo lo anterior, es absolutamente incomprensible hacer del templo, quizás el último bastión realmente democrático de nuestra nación, donde en verdad caben todos, un lugar de profanación, de irrespeto a las creencias o de agitación política. Aterrorizar a unas personas que oran o celebran un sacramento a través de arengas, antifaces, morrales cargados con quien sabe qué objetos peligrosos, cámaras para filmar a quienes se defiendan, es en verdad una falta de respeto y de sentido de verdadera humanidad. Es un acto violento en muchos sentidos e inaceptable para quienes profesan una religión y la practican libre y pacíficamente en medio de la sociedad. Jamás se podrá decir que el pueblo colombiano salió de la misa a ofender a nadie, a irrespetar a otras personas, a sabotear la política o a difamar personas. La misa católica y seguramente la congregación dominical de otras confesiones cristianas y la de otras religiones, en general, son oasis de paz y encuentro en medio de la tensión en que se da hoy la vida en Colombia. Pese a todas las tensiones sociales y las violencias organizadas que se ciernen hoy sobre la vida colombiana, los templos seguirán abiertos porque han sido construidos para la gloria de Dios y para el servicio espiritual de todas las personas. Y seguirán abiertos sin vigilantes ni cámaras, sin perros guardianes ni alambres de púas, sin detectores de mentiras a no ser los confesionarios, sin pedir cédulas o carnets a la entrada, sin pedir abusivamente las huellas digitales. En suma, los templos seguirán abiertos porque la Iglesia, las iglesias, las religiones confían en las personas, las respetan y les favorecen el derecho a profesar una fe y a rendir culto a Dios cuando quieran y cuantas veces se desee. El día que se deban cerrar los templos a causa de la violencia y la intolerancia no habrá duda de que Colombia perdió su libertad y la ciudadanía sus más elementales derechos. Oficina Arquidiocesana de Comunicaciones Fuente: Dirección El Catolicismo