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Iglesia

Jue 14 Oct 2021

Clamor de los pueblos indígenas del suroriente colombiano

Convocados por la Pastoral Social Regional del suroriente colombiano, del 3 al 8 de octubre se reunieron en Timbo de Betania, municipio de Mitú – Vaupés, líderes y lideresas indígenas de los departamentos de Vichada, Guaviare, Vaupés y Amazonas, con el objetivo de visibilizar la realidad de “la casa común” de la Amazonía colombiana. Luego de este trabajo, que se dinimizó a partir de espacios participativos y el compartir de conocimientos tradicionales, se ofreció un comunicado a la opinión pública con las conclusiones, donde se hace un llamado a la presevación, conservación y protección del territorio y el cuidado de la "casa común". Fuente: Of. comunicaciones del Secretariado Nacional de Pastoral Social [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar comunicado[/icon]

Lun 11 Oct 2021

Aprendiendo a caminar juntos

Por: Mons. Darío de Jesús Monsalve Mejía - “Juntos vamos más despacio, pero podremos llegar más lejos”, reza una popular consigna. La tentación de quedarnos quietos, de instalarnos como seres sedentarios, es contrarrestada por la vocación nómada que convierte el camino, la vía, el sendero, el viaje y las encrucijadas, en metáforas de la existencia. Como seres vivos, el dinamismo interior nos hace buscar la luz y tener ojos que la reciban y nos permitan ver. Todos nuestros sentidos están en función del movimiento, del pensamiento, del horizonte, del crecimiento y del avance. La vida puede ser vista como un proceso de subida hasta el descenso de la vejez y la muerte, o como un progreso hacia la felicidad más plena y eterna. También el vivir puede ser simplemente un coexistir, o tirando a más, una convivencia y, más plenamente aún, una comunión que engendra comunidad y sinodalidad, es decir, un caminar juntos. Desde la fe, tanto la génesis como la escatología, es decir, el inicio y la meta de la humanidad, marcan la existencia como itinerario de vida e historia, pero más profundamente, como “alianza” con Dios, arraigada en la consciencia personal, en la relación interhumana, en el trato con los demás seres vivos, en el dinamismo de toda la creación. Son “los caminos de Dios en la tierra” y el perpetuo caminar de la fe que caracteriza la condición del creyente. Este destino no es un errar por caminos azarosos, sino una perpetua marcha siguiendo la estrella, como los magos de Oriente (Mateo 2,9), como rebaño del Buen Pastor o séquito del Cordero. “Dios es origen, guía y meta del Universo” (Romanos 11,36). “Yo soy el camino la verdad y la vida” (Juan 14,6). “Recapitular en Cristo todas las cosas del cielo y de la tierra, cuando llegase el momento culminante” (Efesios1,10), es “el plan de Dios” para el universo. El mismo ser de Dios se ve plasmado en este obrar dinámico del Padre Creador, del Hijo Salvador y del Espíritu Unificador, proyectándolo “al mundo entero y a toda la creación” (Marcos 16, 15). Este gran horizonte entre el mundo, la persona y Dios, llamados “a la perfección del amor”, es el que nos permite percibir también el actuar de Dios en nuestros tiempos, espacios y procesos. Más aún, nos impulsa a comprender “la sinodalidad eclesial” que intentamos despertar entre los creyentes católicos y los de otros credos, también en la humanidad como tal, en los actuales tiempos y acontecimientos. Somos humanidad e Iglesia en camino, “aprendiendo a caminar juntos”. Somos “compañeros de viaje”: “en la Iglesia y en la sociedad estamos en el mismo camino, uno al lado del otro”, reza el documento preparatorio para “el Sínodo de la sinodalidad”. Este no es un sínodo temático sino un proceso de conversión de la Iglesia, primeramente hacia adentro de ella misma, en tres planos: en el plano de su estilo y naturaleza asamblearia, de sus estructuras comunitarias e institucionales y de sus procesos y procedimientos, basados en la escucha, el ejercicio de la palabra, del diálogo, de la consulta y los consensos. Pero este “hacia adentro” de la comunidad eclesial diocesana, regional y universal, no es auto referencial: no se reduce a ampliar reuniones y conversatorios, ni siquiera a integrar a los creyentes, hombres y mujeres, generaciones y carismas, servicios y ministerios. Es una sinodalidad misionera, ecuménica, espacial y diaconal. Es “la Iglesia en salida” hacia periferias y centros; abierta como espacio de encuentro y de diálogo sociocultural, para diversos y adversos; identificada como servidora de la humanidad, desde su sentido más ecuménico, samaritano y profético. Por todo lo anterior, la sinodalidad no es sólo un método pastoral, sino ante todo un propósito territorial de integrar poblaciones y etnias, culturas y tradiciones. Un compromiso colectivo de cuidar de los más débiles, de los más vulnerables, de las víctimas e indefensos, así como de “la casa común”. Hacia afuera es entonces llegada, conversación, escucha, diálogo e integración de espiritualidades, para suscitar propuestas y llegar a propósitos comunes, a tejer ese “caminar juntos”, indispensable hoy ante los desafíos de las crisis sanitaria, ambiental, migratoria, de seguridad e inclusión social. Y hacia adentro ha de ser, fundamentalmente, de configuración comunitaria, de participación y discernimiento, de respuesta a las preguntas y desafíos que nos plantea el “caminar juntos” hacia afuera, con nuestros pueblos y naciones, construyendo con ellos vida, dignidad humana, convivencia, paz, progreso y futuro. Escribo estas reflexiones con todo el “beneficio de inventario”: la sinodalidad no es una “novedad” sino un aprender a caminar con Jesús y como Él, con la Iglesia Primitiva y con María. Un aprendizaje para estos tiempos y realidades que todos debemos hacer. Necesita hoy la humanidad que la Iglesia la contagie del espíritu de comunidad, del ambiente de concilios y de sínodos, desde el de Jerusalén en los inicios, hasta el Vaticano II. Aún en nuestro continente americano, desde Santo Toribio de Mogrovejo, gran arzobispo de Lima y gigantesco ejemplo de sinodalidad, hasta el Sínodo de la Amazonia, que recién se hizo, marcan este “caminar juntos” que nos urge asimilar y testimoniar. Todo un desafío por afrontar, partiendo siempre del itinerario que ya hemos hecho como Iglesia del post concilio, desde la “Evangelii Nuntiandi” de San Paulo VI, hasta la “Evangelii Gaudium” y el magisterio del Papa Francisco. Nuestro plan quinquenal arquidiocesano, con sus previstas asambleas presinodales y el sínodo parroquial quinquenal, recoge, en gran medida, este contenido sinodal y conciliar de la Iglesia. Una Iglesia Servidora, discípula, samaritana, esponsal, territorial y sinodal, son los trazos de ese rostro comunitario y sinodal que nos hemos propuesto darle a nuestra Iglesia Particular de Cali y que ahora podemos configurar y fortalecer desde las Asambleas Parroquiales de Servidores y la llegada misionera a las gentes de todo el territorio parroquial. Una parroquia sinodal, con esposos, familias. Carismas, servicios y ministerios, con verdaderos espacios de encuentro y de acuerdos dos, con una espiritualidad de participación, comunión y misión. Volvamos consigna nuestra para estos años de aprendizaje en este “caminar juntos”: “desde cada parroquia, nuestra Iglesia se hace sinodal”. + Darío de Jesús Monsalve Mejía Arzobispo de Cali

Dom 10 Oct 2021

Mi encuentro con Gloria Cecilia Narváez en la Basílica de San Pedro

Como una feligrés más, con su hábito franciscano y en compañía de una hermana joven de su congregación –las Franciscanas de María Inmaculada– estaba Gloria Cecilia Naváez en la Basílica de San Pedro en la Eucaristía de apertura del Sínodo de los Obispos en la mañana de este domingo 10 de octubre. La noche anterior había visto un tuit de la Presidencia de Mali anunciando su liberación. Fue lo último que leí antes de acostarme. Recordé el Magníficat y pensé: “el buen Dios hace proezas”. No me hubiera dado cuenta de su discreta presencia en el corazón del Vaticano de no haber sido por el papa Francisco que se acercó a una de las barandas cercanas al sector donde nos encontrábamos los invitados del sínodo –en mi caso, como miembro de la comisión de comunicación–. Francisco caminó directamente hacia donde se encontraba ella, como suele hacerlo cuando se encuentra con las multitudes. Los demás nos fuimos aproximando atraídos por el imán de su bondad. Estaba sonriente. La saludó casi abrazándola y luego dijo en voz alta, mirando a otras hermanas que estaban allí: “¿todas son religiosas?”. Yo respondí en voz baja, “también estamos algunos laicos”. Alguien a mi lado gritó: “¡bravo Francisco!”. Y el Papa siguió su camino para dar inicio, minutos después, a la Eucaristía. Lágrimas de alegría Cuando todos comenzaron a volver a sus lugares me quedé mirando a aquella religiosa a quien Francisco había saludado tan afectuosamente. Entonces descubro que se trataba de Gloria Cecilia Narváez, la hermana colombiana secuestrada hace cuatro años, ocho meses y dos días por un grupo yihadista vinculado a Al-Qaeda, por quien hemos orado y de quien hemos escrito en múltiples oportunidades, con la esperanza en su liberación. “Haga hasta lo imposible por liberarme”, había pedido al papa Francisco a inicios de 2018 en un mensaje que le dio la vuelta al mundo. Allí estaba ella con Francisco, y recién caía en la cuenta cuando le pregunté: “¿eres Gloria Cecilia?”. Me dijo que sí con un tenue hilo de voz y con un gesto en su mirada. Me abalancé sin meditarlo y le dije: “Soy Óscar Elizalde, de Colombia, déjame darte un abrazo en nombre de millones de colombianos”. No pude contener algunas lágrimas de alegría. Enseguida le pregunté cómo estaba, y me narró el sufrimiento de muchas religiosas que han vivido el drama del secuestro, como ella. Su voz se entrecortaba. “Las deformaron mucho, las amordazaron”, narró. No me habló de su sufrimiento, sino del de otras hermanas que han corrido con peor suerte. Al instante se acercaron también la Hna. María Luisa Berzosa, Cristina Inogés Sanz y Rafael Luciani. Nos tomamos algunas fotos mientras la abrazábamos expresándole nuestra alegría. Luego le pregunté “¿a qué te aferraste en todo este tiempo?”. No lo dudó: “a Dios”. Se le cortó la voz un poco. “Muy duro…”, continuó. En ese momento me pidieron regresar a mi puesto de inmediato. Le alcancé a decir que luego de la misa quería seguir conversando con ella, y no dejaba de mirarla de reojo desde mi silla (a unos siete metros en diagonal, dos filas adelante). Cuando empezó la misa pensé en ir a darle otro abrazo cuando llegara el momento de la paz, antes de la comunión, pero ella tuvo que salir antes. La vi retirarse con la misma discreción con que estaba sentada allí, en la Basílica de San Pedro, como una parroquiana más. Me alegré de verla acompañada de su hermana de comunidad. Escrito por: Óscar Elizalde Prada Portal católico Vida Nueva - Colombia

Sáb 9 Oct 2021

Episcopado celebra con gozo liberación de la hermana Gloria Narváez

A través de un video mensaje, monseñor Mario de Jesús Álvarez Gómez, presidente de la Comisión de Misiones de la Conferencia Episcopal de Colombia, confirmó la liberación de la religiosa Gloria Cecilia Narváez, secuestrada en Malí, África desde el 7 de febrero de 2017. “Como presidente de la Comisión de Misiones del episcopado colombiano, con inmensa alegría doy el anuncio de la liberación de la hermana Gloria Cecilia Narváez, religiosa de la Congregación de las Hermanas Franciscanas de María inmaculada, hace poco fue liberada allí en Mali África”, afirmó el prelado. El también obispo de Istmina - Tadó, al manifestar su alegría por la liberación de la hermana Gloria Cecilia, agradeció la gestión realizada por la Santa Sede, la Nunciatura Apostólica de Colombia y la Conferencia Episcopal de Colombia. “Damos Gloria y bendición a Dios por este momento tan gozoso de la Iglesia universal y de la Iglesia en Colombia”, finalizó diciendo el prelado Fotos: Tomadas de internet

Sáb 9 Oct 2021

Éxito el foro: ¿Es la eutanasia una solución? Los Cuidados Paliativos como Alternativa”

La Comisión Episcopal para la Promoción y Defensa de la Vida, de la Conferencia Episcopal de Colombia, realizó este 7 de octubre de 2021, el Foro ¿Es la eutanasia una solución? Los Cuidados Paliativos como Alternativa”. Más de 500 personas conectadas a través de plataformas de internet, 1.800 vistas en YouTube y miles de televidentes del Canal Cristovisión, se unieron para encontrar respuestas académicas desde distintas áreas del conocimiento, a las preguntas en torno a si es la eutanasia o no una solución a los problemas que presenta la condición vulnerable de la existencia humana. Este Foro, da inicio a una serie de acciones tomadas por los obispos colombianos que tiene por finalidad convocar a los hombres y mujeres de buena voluntad a dar una respuesta como Iglesia, a los desafíos que supone la intención de consagrar la eutanasia como un derecho fundamental en Colombia. Fue un escenario, donde laicos, personal de la salud, entidades católicas prestadoras de servicio sanitario y la comunidad en general, plantearon la inquietud respecto de su eventual participación forzosa en procedimientos eutanásicos, a lo que expertos en esta materia expusieron desde lo jurídico, científico, ético y moral, respuestas orientadoras que no atenten contra una conciencia bien formada. Por su parte, monseñor Francisco Antonio Ceballos Escobar, presidente de la Comisión Episcopal de Promoción y Defensa de la Vida,resaltó que, la extraordinaria participación de miles de asistentes, es signo evidente de la confusión que enfrentan los colombianos frente a las normativas en este tema tan sensible y que pudo ser expuesto de una manera asertiva por los diferentes panelistas. “Entendemos esta incertidumbre legal como parte del avance del fenómeno denunciado por el Papa Francisco la Cultura del Descarte. Esa cultura que reduce el milagro de la existencia humana, a unos cuantos argumentos de apariencia científica y legal”. “Sin embargo, pudimos conocer de la mano de expertos que la ciencia ha avanzado al punto de garantizarnos que incluso el dolor inaguantable es susceptible de ser aliviado. Damos gracias a Dios por el avance tecnológico que nos permite enfrentar la condición dolorosa de la existencia humana de manera tolerable y digna”. “También comprendimos que tanto desde la perspectiva médica, como desde la perspectiva ética y moral, la eutanasia no resuelve ningún problema humano y, por el contrario, nos conduce a profundas contradicciones con nuestra esencia moral y con la razón de la existencia misma del cuidado de la salud”, puntualizó el también obispo de Riohacha. El prelado agradeció a los profesionales, que durante los últimos meses dedicaron sus talentos y experticia en la preparación de sus ponencias que, de manera contundente, permitieron encontrar respuestas coherentes y esperanzadoras. El Foro también fue ocasión para anunciar el sitio web www.eutanasia.cec.org que se pondrá a disposición de la comunidad con textos del magisterio de la Iglesia, científicos y bioéticos que contienen análisis y evidencias que sustentan a quienes no quieren participar, ni facilitar la eutanasia en Colombia. Así mismo el sitio dispondrá de un espacio de contacto en el cual, un equipo de experimentados profesionales, ofrecerá su orientación para casos puntuales. Finalmente, como conclusión del Foro, se propuso un MANIFIESTO SOBRE LA OBJECIÓN DE CONCIENCIA RESPECTO DE LA PARTICIPACIÓN O FACILITACIÓN DE LA EUTANASIA EN COLOMBIA, que está dispuesto para la firma de todas las personas y organizaciones que no intervendrán en la aplicación de la eutanasia en Colombia. “Somos una Iglesia en Salida. Con la ayuda de Dios y la colaboración de los hombres y mujeres de buena voluntad, esperamos dar una respuesta eficaz a los desafíos que nos impone el momento actual”, con estas palabras concluyó el foro monseñor Ceballos.

Vie 8 Oct 2021

La voz del Pastor | 10 de octubre de 2021

Reflexión de monseñor Luis José Rueda Aparicio, Arzobispo de Bogotá y primado de Colombia Lectura del Santo Evangelio segúnSan Marcos 10,17-27

Vie 8 Oct 2021

Congreso de estudios sobre la Teología del Corazón de Jesús en San Juan Eudes

La Facultad de Estudios Bíblicos, Pastorales y de Espiritualidad de la Universidad Minuto de Dios, realizará del 15 al 17 el Congreso de estudios sobre la Teología del Corazón de Jesús en San Juan Eudes. Será un espacio que busca “contribuir con nuevos estudios a la comprensión de la teología del Corazón de Jesús según san Juan Eudes, en sus dimensiones bíblica, patrística, teológico-espiritual, antropológica y pastoral, de manera que se pueda contar con nuevos elementos para ponderar su originalidad y la pertinencia de su aportación para la doctrina, la vida y la misión de la Iglesia”. El evento que se desarrollará de manera virtual en el horario: 8:00 a.m. - 5:00 p.m. (con intervalos). Los ponentes estarán presencialmente en la sede de la Universidad, así como un grupo especial de invitados, además podrán participar todos los eudistas incorporados, candidatos y asociados de las provincias de la Congregación de Jesús y María (Eudistas); miembros de la Gran Familia Eudista en Colombia; otras congregaciones cuya espiritualidad está enraizada en la devoción del Corazón de Jesús; Teólogos y animadores de Centros de Espiritualidad relacionados con la devoción del Corazón de Jesús. Conozca la agenda [icon class='fa fa-download fa-2x'] AQUÍ [/icon] Inscripciones [icon class='fa fa-download fa-2x'] AQUÍ [/icon]

Jue 7 Oct 2021

Un misionero que siente suyo el dolor de los errores históricos contra las culturas ancestrales

Un corazón misionero que vibra desde la sangre misma, 15 años de misión en Camboya, país del sureste asiático, formador de misioneros, estas, entre otras han sido las tareas pastorales desarrolladas por el padre Omer Giraldo R. MXY, actual director del Área Etnias y del Instituto Misionero de Antropología (IMA) de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC). Nuestro invitado, el padre Omer, misionero Xaveriano de Yarumal, en diálogo con el Departamento de Comunicaciones de la CEC, nos comparte detalles de su experiencia como misionero, su impresión a la designación que los obispos le hicieron como director del Área de Etnias, y además sugiere algunos desafíos que considera han de marcar la ruta de trabajo para esta pastoral. Cuéntenos ¿quién es el sacerdote misionero Omer Giraldo? Siempre me firmo con el acrónimo MXY: Soy Misionero Xaveriano de Yarumal, congregación misionera de origen colombiana fundada por el Siervo de Dios Miguel Ángel Builes. Inicié mi compromiso misionero en la región del Pacífico colombiano, con sede en la ciudad de Buenaventura, donde viví una perdurable experiencia con la cultura negra, afrocolombiana, de nuestro país; la memoria de Mons. Gerardo Valencia Cano, MXY, tan arraigada en la extensa región de Pacífico y de la región amazónica de Colombia, es aún un faro espiritual y misionero en mi vida personal. Hacia el año 1995 me fui como Misionero de Yarumal para la misión de Camboya, país del sureste asiático donde viví cerca de 15 años entre los Khmer, etnia mayoritaria de este país budista. Me sentí especialmente enriquecido en mi vida misionera al hacer parte del proceso de resurrección de la pequeña Iglesia de este martirizado país, donde la Iglesia fue prácticamente suprimida con el asesinato de 2 obispos, 11 sacerdotes, numerosos religiosos, religiosas y laicos, especialmente durante el aciago período de los Jhemeres (o Khmeres) Rouges, del dictaror Pol Pot y las hambrunas de la década siguiente. A partir del año 2010 he estado al servicio de mi Congregación misionera con sede en la ciudad de Medellín, Colombia, particularmente los últimos 8 años en el ministerio de la formación de los nuevos misioneros. Padre Omer, si bien su trabajo con hombres y mujeres indígenas, mestizos y afros, viene marcado en su sangre por la labor que realiza como sacerdote misionero, ahora la CEC le ha encomendado a nivel nacional ponerse al frente de la pastoral de Etnias. ¿Cómo recibe este nombramiento? Fue una sorpresa para mí; la acepté con el pesar de no cumplir mi deseo de regresar a la misión en el continente asiático, pero al mismo tiempo con profunda alegría espiritual por el sujeto de este ministerio pastoral: nuestros hermanos y hermanas de las diversas étnias minoritarias de nuestro país: indígenas de la gran variedad de pueblos originarios que hay entre nosotros; afrocolombianos, pueblos raizales, comunidades Rrom (gitanos) y mestizos que viven en la marginalidad. Desde el área de ETNIAS del Centro de Animación Misionera de la CEC es posible colaborar a los obispos en sus diócesis y vicariatos en la pastoral específica que realizan para el acompañamiento de étnias minoritarias. Siento que el campo de acción es inmenso. Estoy en la etapa de conocimiento de la realidad sobre los pueblos aborígenes que habitan nuestra geografía, la realidad del pueblo y la cultura negra, el dolor de los pueblos Rrom y comunidades raizales y palanqueros. Es mucho lo que la Iglesia ha venido promoviendo desde Etnias y en cada jurisdicción apostólica y particularmente desde el Instituto Misionero de Antropología, IMA, para promover el liderazgo al interior de estos grupos. Mi deseo es apoyar y ampliar la cobertura pastoral, consciente de la inmensa riqueza de los pueblos y culturas indígenas y afrocolombianas, de su diversidad cultural, sus tradiciones, costumbres y sabiduría ancestral. Es una realidad bien compleja la que padece actualmente esta población, (violencia, desplazamiento, despojo de tierras, abandono del Estado, entre otros); ¿de qué manera considera usted que la Iglesia puede seguir aportando para el desarrollo de estas comunidades? Siento que lo primero es asumir una actitud de humildad, siempre en actitud de reconocimiento de los errores históricos que se han cometido con estos pueblos y culturas, como en su momento lo hicieron los papas San Juan Pablo II y el papa emérito Benedicto XVI y lo ha hecho en varias ocasiones el papa Francisco. Por otra parte, incentivar al interior de los diversos liderazgos que ejerce la Iglesia en estos pueblos, comunidades y culturas la reflexión y el proceso pedagógico de acompañamiento a partir de la pastoral local. Es necesario profundizar en el compromiso y conocimiento de cada Iglesia local sobre la realidad de los pueblos originarios, indígenas y raizales, de la cultura afrocolombiana y de otras étnias minoritarias, existentes en su jurisdicción eclesiástica. Para esto considero de gran importancia la consolidación de un plan que abarque las diversas étnias, incluyendo su presencia en zonas urbanas. Un programa que veo muy necesario implementar es la formación de agentes de pastoral (sacerdotes, religiosos, religiosas, laicos) con especialización para la inserción entre las étnias minoritarias, el conocimiento de su cultura, su sabiduría, su espiritualidad y los desafíos pastorales que ello implica. La Iglesia en el campo formativo hacia esta población, lo ha venido desarrollando a través del Instituto Misionero de Antropología – IMA –, cuéntenos en qué consiste. Ciertamente, el Instituto Misionero de Antropología, IMA, es una fundación de los Misioneros de Yarumal desde el año de 1973, siguiendo el impulso inicial de Mons. Valencia Cano y de la reflexión misionera del Encuentro de Melgar y de la Conferencia de los Obispos en Medellín en el año de 1968 y años siguientes. Posteriormente, con el reconocimiento oficial de la Conferencia Episcopal de Colombia en el año de 1989 y el convenio IMA – UPB ha sido posible desarrollar un ambicioso programa de educación universitaria de líderes y lideresas de estas étnias minoritarias. Así, el IMA es un programa de la CEC a través del Centro de Animación Misionera y del área de etnias. A partir de este convenio IMA - UPB ha sido posible, hasta el presente, la graduación universitaria en Licenciatura en Etnoeducación, Especialización en Gestión humana y Maestría en Administración de más de 2,000 estudiantes de étnias indígenas y afros. En la actualidad el IMA cuenta con las sedes de Puerto Asis, Putumayo y de Toribí, Cauca y el Centro IMA en la ciudad de Medellin. Con ocasión de la pandemia, y dadas las dificultades que afrontan la mayoría de estas comunidades que viven en regiones alejadas del centro del país, solo un 40% de los estudiantes actualmente inscritos han podido realizar sus estudios vía virtual. Siguiendo el convenio IMA – UPB asumimos la metodología dela presencialidad intensiva, que consiste en que los estudiantes hacen presencia en cada sede durante 25 días cada semestre. El resto del semestre se estudia con el apoyo a distancia de cada profesor para la presentación de un trabajo escrito de cada módulo o asignatura. Confiamos que pronto podremos reiniciar con los cursos presenciales. Veo importante resaltar que en las sedes de Toribío y Puerto Asis hemos logrado implementar la carrera de Trabajo Social, con un gran éxito. Para ser estudiante del IMA es necesario que el aspirante sea presentado por su comunidad local y por el obispo de la jurisdicción donde vive y trabaja. ¿Cuáles considera han de ser los desafíos a reforzar o implementar en el campo de la pastoral de etnias? . Incrementar la presencia de agentes de evangelización en las diversas étnias en todo el territorio nacional como un medio para visibilizar mejor la presencia de la Iglesia. La creciente presencia de indígenas de diversas étnias en zonas urbanas es un gran desafío para cada Iglesia local que debemos acompañar desde ETNIAS en la CEC. Buscar el crecimiento del Instituto Misionero de Antropología, IMA, y su presencia en más regiones representativas para las Etnias Minoritarias, a fin de aumentar el número de estudiantes, líderes, lideresas, docentes, agentes de pastoral que puedan beneficiarse de estos estudios universitarios que ofrece, actualmente a través del convenio IMA –UPB, y en un próximo futuro con otras universidades. Propiciar el acompañamiento y defensa de los pueblos indígenas, afrocolombianos, Rromi y otras etnias minoritarias en sus justos reclamos por la lucha de sus derechos y conflictos medio ambientales.