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Iglesia

Jue 2 Mayo 2019

¿Cómo el encuentro con Jesucristo me anima y me fortalece para la misión?

Primera lectura: Hechos de los Apóstoles 5,27-32.40b-41 Salmo: 30(29),3-4.5-6.12ac-13 (R. 2a) Segunda lectura: Apocalipsis 5,11-14 Evangelio: Juan 21,1-19 Introducción Las lecturas de este domingo proporcionan una riqueza temática que permite plantear tres temas: • Después de la Resurrección se muestra la Iglesia naciente, con la predicación activa de los Apóstoles, perseverando en la enseñanza, obedeciendo a Dios antes que a los hombres y sufriendo las persecuciones por causa de predicar a Jesucristo vivo. • La experiencia de Dios en el creyente que, a pesar de las contradicciones de la vida diaria, las angustias, persecuciones, dolores, sufrimientos, lágrimas, es capaz de perseverar en el Señor; y puede convertir el luto en danza, la debilidad en fortaleza, el dolor y el sufrimiento en alegría y esperanza. • El encuentro de los discípulos con Jesucristo Resucitado transforma la desolación en consolación, renace la alegría y la esperanza, y convierte a los apóstoles en misioneros, continuadores de la obra de construcción del Reino de Dios. 1. ¿Qué dice la Sagrada Escritura? La primera lectura de los Hechos de los Apóstoles muestra como el Sanedrín en cabeza del Sumo sacerdote, les prohíbe a los Apóstoles “enseñar en nombre de ese” y los acusan de haber “llenado a Jerusalén con esa doctrina”. Los Apóstoles a su vez les responden: “Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres”. Cómo ellos se convierten en testigos de la resurrección de Jesucristo y cómo salen contentos por haber sido considerados dignos de sufrir los ultrajes por el Nombre de Jesucristo. El Salmo 30 (29), resalta la súplica del creyente que clama y llama a Dios, sana su herida, saca su alma del abismo. A partir de esta experiencia el creyente, hace una lectura de la experiencia de Dios que es capaz de visitarlo en medio del sufrimiento con las lágrimas; pero pasado el tiempo, ese sufrimiento se convierte en gozo. Es así, como Dios es capaz de transformar el luto en danza, por estas proezas, el creyente, alaba a Dios por siempre. La segunda lectura tomada del libro del Apocalipsis, refleja mediante los órganos del oído y de la visión, la experiencia de Dios. El creyente que ve y escucha a Dios vive recibiendo la fuerza, el honor, la gloria y la alabanza para Adorar permanente a Dios. La perícopa del Evangelio, manifiesta tres momentos sublimes en la experiencia de Jesucristo resucitado en la vida de los Apóstoles: 1. Un primer momento de desolación. Los Apóstoles no saben qué hacer, tratan de volver al lugar donde el Maestro los había llamado y escogido. Ante la muerte de Jesús, se pierde la esperanza, y se quiere volver atrás mediante el trabajo cotidiano, a las redes y a la barca. Es una forma de mitigar la tristeza que le ha causado la muerte del Señor. 2. El segundo momento, está iluminado por la pesca milagrosa, los Apóstoles en cabeza del discípulo amado, descubren la presencia del Señor, escuchan y obedecen la Palabra del Señor, y de las aguas vuelven a la tierra, sabiendo que El Señor no ha muerto, está con ellos, renace la esperanza y esto los llena de ilusiones y alegría. 3. Un tercer momento, en el cual el Señor les encarga la misión de continuar predicando el Evangelio y la Buena Nueva de la salvación, se ratifica el amor y el seguimiento del Señor. 2. ¿Qué me dice la Sagrada Escritura? La narración evangélica evoca la celebración de la Eucaristía. Así, como en el Evangelio de este domingo se pueden observar tres momentos sublimes, de la misma manera, se pueden vivir estos tres momentos en la Misa: El momento de la desolación; de la consolación; y de la misión. Así, pues, en la Eucaristía, memorial de la Nueva alianza, podemos observar los tres momentos, así: 1. El momento de la desolación, cuando en la primera parte de la Eucaristía, llegamos de la vida en ocasiones cargados con nuestras contradicciones, desesperanzados, tristes y agobiados por los problemas cotidianos y por la carga de nuestros pecados. En el acto penitencial se nos pide hacer memoria de nuestros pecados y pedirle perdón al Señor, por todos estos momentos de sufrimiento y dolor. 2. En la Liturgia de la Palabra y de la Eucaristía propiamente dicha, nuestros sentidos se abren para que escuchando nos dejemos iluminar por la Palabra del Señor. Como Pedro llegamos a la misa desnudos, desprotegidos y desvencijados, y una vez, que escuchamos al Señor, empezamos a descubrir que Él está allí con nosotros, que no tengamos miedo, que nos revistamos de su gracia, nos cubre y protege. Él nos invita a salir de las aguas que inundan y amenazan nuestra existencia, y nos invita a aterrizar, Él en la Eucaristía, nos prepara el Banquete de la Alianza, su Cuerpo y su Sangre, nos alimenta, nos fortalece, nos invita a hacer comunidad. En comunidad se fortalecen nuestros vínculos, renace en nosotros la alegría y la esperanza. En comunidad permite que escuchemos al Señor en su Palabra. La comunidad permite que trabajemos juntos por una pesca abundante, donde a cada uno no le haga falta el alimento; en este sentido, la comunidad fortalece la fraternidad y se vive la caridad. 3. Tercer momento: Una vez que el Señor nos ha alimentado con su Cuerpo y con su Sangre, salimos de la misa entusiasmados, llenos de alegría y esperanza, el Señor camina con nosotros, como camina con Pedro, ratifica con cada uno de los creyentes su pacto de amor, nos invita a perseverar en el camino de la caridad, y nos encarga la misión de continuar su obra de amor a través de los tiempos y de las naciones. El Señor, nos envía, como envió a sus discípulos. Cada Eucaristía, cuando salimos es a vivir lo que hemos experimentado en comunidad, al salir del templo, cada cristiano, debe sentir que el Señor camina con él, que ratifica su amor por nosotros y nos hace sus discípulos misioneros en el camino de la vida en la edificación del Reino de Dios. 3. ¿Qué me sugiere la Palabra que debo decirle a la comunidad? Cristo resucitado que nos hace discípulos misioneros que construyen su reino con el amor y la paz; a través de las palabras del Papa Francisco, en la reciente Exhortación Apostólica Gaudete ed Exultate, el llamado que nos hace a la santidad, comentando las bienaventuranzas, dice: ¨dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios¨. Al final del numeral 89 de esta exhortación, acuña una frase, que sin duda alguna pudo haber aprendido de la visita en Colombia, pues nos invita a ser artesanos de la paz, y dice textualmente: “Se trata de ser artesanos de la paz, porque construir la paz es un arte que requiere serenidad, creatividad, sensibilidad y destreza. Sembrar paz a nuestro alrededor, esto es santidad”. En esta misma línea del mandato que hace el Señor a Pedro y a los discípulos y a través de ellos, a toda la Iglesia, el Papa Francisco exhorta a la comunidad creyente a que seamos discípulos misioneros al encuentro de Jesucristo vivo. “Para un cristiano no es posible pensar en la propia misión en la tierra sin concebirla como un camino de santidad, porque «esta es la voluntad de Dios: vuestra santificación» (1 Ts 4,3). Cada santo es una misión; es un proyecto del Padre para reflejar y encarnar, en un momento determinado de la historia, un aspecto del Evangelio. Se trata entonces de un camino de santidad que se construye con la Gracia que Cristo resucitado infunde en sus apóstoles, discípulos, misioneros, y en toda la Iglesia. 4. ¿Cómo el encuentro con Jesucristo me anima y me fortalece para la misión? El encuentro con Jesucristo resucitado se parece a ese camino que realizó el Señor con Pedro. Tres veces le pregunta el Señor si lo ama, y tres veces le responde Pedro que, sí lo quiere, y en la tercera, Pedro se entristece, pero el Señor lo ratifica en el amor. Varias interpretaciones sugieren que el número tres en la Biblia, es significativo, porque es la forma de ratificar un compromiso, y sellar un pacto; pero también es la forma de recordar las tres ocasiones en que Pedro negó al Señor. De alguna manera, se ve en esta triple pregunta que, por encima de las negaciones, está el amor que consolida el sello de la alianza con el Señor. Así, nosotros, podemos recordar momentos en que con nuestras actitudes, conductas o pecados hemos negado al Señor. Así, como en la Cruz el cayó tres veces, tres veces se levantó; de esta forma, nosotros debemos ratificar ese amor, no nos quedemos anclados en la negatividad del pasado sino que levantándonos de nuestras contradicciones y pecado, podamos con la Gracia del Señor, animarnos a seguirlo, a ser discípulos, a continuar caminando por el camino de la vida, llenos del amor que Él nos regala. El Señor no nos condena, ni se alegra de nuestras contradicciones, sino que nos amina a seguirlo amorosamente en el camino de la vida. No nos cansemos de levantarnos, no nos cansemos de decirle Señor, tu lo sabes todo, tu sabes que te amo, no nos dejemos inundar de desesperanza en el camino de la vida, sino que sigamos diciéndole, sí, Señor, hágase en mí según tu palabra. RECOMENDACIONES PRÁCTICAS: 1. Se sigue en el Tiempo pascual, cuyo tiempo se expresa en la alegría de los cantos, orientados al seguimiento y discipulado misionero. 2. Cuidar los signos propios de este Tiempo Pascual: manteles, luces, flores, ornamentos festivos, 3. Sería oportuno hacer hoy el Rito para la bendición y la aspersión del agua en memoria del Bautismo, que ocuparía el lugar del acto penitencial al comienzo de la Misa, siguiendo lo indicado en el Apéndice I, propio para la cincuentena pascual, Misal, p. 1058. 4. Debido a la temática del amor que presenta la Palabra de Dios, se recomienda tomar la Plegaria Eucarística para Diversas Circunstancias IV, con su Prefacio: “Jesús, que pasó haciendo el bien”. 5. Recordar que el viernes 3, es en Colombia la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz y día de la Reconciliación. 6. En este día se celebra la Jornada Mundial de la Infancia Misionera.

Jue 2 Mayo 2019

La sociedad arrinconada

Por: Mons. Cesar Alcides Balbín Tamayo - Sí, la sociedad en la que vivimos la podemos definir como una sociedad arrinconada. Podemos hablar de muchas clases de sociedad: la sociedad antigua o primitiva, la sociedad del medioevo, la sociedad moderna, la agraria, la urbana, la industrial, la sociedad de consumo, hasta «la sociedad de los poetas muertos», y la sociedad del miedo, en el sentido en el que lo dice el sociólogo alemán Heinz Bude, cuando afirma que esta sociedad está fuertemente marcada por la incertidumbre, la amargura, la rabia y la impotencia. Esto se experimenta en muchos de los aspectos de la vida. Todo esto lleva a vivir en la sensación de una constante derrota, en la imposibilidad o al menos en la gran dificultad para avanzar; a la soledad en medio de la turba, a unas ganas irrefrenables de no hacer nada, a sentir que no vale la pena, que esto no tiene sentido y que la fuerza de unos pocos arrodilla a muchos: a las personas, a las instituciones, al comercio, a la industria. Sí, así se siente cuando asistimos a lo que estamos asistiendo en nuestro medio: estamos arrodillados por un puñado de forajidos, sin Dios y sin ley. Pequeños grupos de delincuentes que a todos amenazan, que no le es suficiente que hayan invadido nuestras calles, nuestras escuelas y colegios de droga, llevando a niños y niñas, desde la más tierna edad, a perder lo más preciado como es su inocencia y su tranquilidad, y a depender de la malvada droga. Todos acorralados: las autoridades, el Estado, que parece que funciona solo en la gran capital, y desde donde se hacen las leyes y se distribuyen las tareas, más no el presupuesto, gobiernos de escritorio que poco aparecen por nuestras veredas. Acorralados en los campos o en los pueblos, donde mandan los que tienen un arma. Todos confinados a las dos o tres calles del pueblo, y avanzando a pasos agigantados a sus casas, antes de que caiga la noche, a encerrarse por miedo a las bandas que han ocupado los espacios, incluso aquellos de las autoridades. Llaman, juzgan, dictan sentencia, aplican la justicia, hacen las veces de jueces y con la facilidad de quien se toma un vaso de agua, aplican «la ley», la de ellos, y así disponen de los bienes e incluso de la vida de los demás. Es una sociedad acorralada donde el respeto a la autoridad, (si es que la hay), ha desaparecido. Nuestros pueblos, nuestras calles y nuestras veredas están secuestrados nuestras familias, nuestros jóvenes y nuestros niños: todos secuestrados, todos acorralados, todos confinados, todos arrinconados. Ya los delincuentes no caben en las cárceles, tampoco en las calles. Vamos siempre a la defensiva, no sabemos con quien nos vamos a encontrar, cunde la desconfianza, y vamos en veloz carrera. Tememos a las motos, tememos a los carros, tememos a los que van por las calles drogados, “greñudos y sucios”, tememos a los que avanzan de manera sospechosa. Tememos salir por las carreteras veredales, por las calles solitarias y por las calles congestionadas. Tememos ir solos, tememos ir en el tumulto: ¡que contradicción! Es esta la experiencia que se vive en este sur del Valle de Aburrá y en este Suroeste Cercano. La vida en nuestros pueblos se ha venido convirtiendo en una verdadera pesadilla. Escuchar a los sacerdotes y a los laicos de la Diócesis, nos ha llevado a concluir que no hay rincón que se salve. Los pueblos grandes, los pequeños, los corregimientos, las veredas, todos viven la amarga experiencia de sentirse impotentes ante tanta inseguridad. Todos ubican con facilidad el origen de tanto mal. Ubican también los lugares, las bandas, los grupos, las personas. Saben de dónde procede la droga, quién la distribuye, de quién es este perverso mercado. Y es cuando nos hacemos la pregunta: ¿será que las autoridades no lo saben o no lo quieren saber? ¿O sí lo saben, pero…? Hay que escuchar los lamentos y la impotencia de los alcaldes, ante los oídos sordos del gobierno departamental, por ejemplo, cuando ponen en su conocimiento toda esta tragedia. ¿Hasta cuándo? La sociedad arrinconada es la sociedad del egoísmo: sálvese quien pueda. Es y seguirá siendo la sociedad del miedo, del silencio, muchas veces cómplice, y otras veces complaciente, máxime si seguimos en este silencio. ¿Tendremos que concluir, entonces, que en el Suroeste estamos perdiendo el norte? + Cesar Alcides Balbín Tamayo Obispo de Caldas

Jue 2 Mayo 2019

Que la Iglesia en África sea fermento de unidad y de esperanza

Este fue el mensaje que presentó hoy la Santa Sede con las intenciones del Papa Francisco para el mes de mayo. En esta ocasión el Pontífice pide orar por la Iglesia de África. En el video, el Santo Padre asegura que “las divisiones étnicas, lingüísticas y tribales de África pueden superarse promoviendo la unidad en la diversidad”. En este contexto, agradece “a las monjas, los sacerdotes, los laicos y misioneros por su labor a favor del diálogo y la reconciliación entre los diversos sectores de la sociedad africana”. “Recemos este mes para que a través del compromiso de sus miembros, la Iglesia en África sea un fermento de unidad entre todos los pueblos y sea un signo de esperanza para este continente”, expresó Francisco. El Papa confía cada mes a su Red Mundial de Oración, el Apostolado de la Oración, intenciones que expresan sus grandes preocupaciones por la humanidad y por la misión de la Iglesia. Su intención de oración mensual (un mes es universal, otro mes por la evangelización) es una convocatoria mundial para transformar nuestra plegaria en «gestos concretos». Resume su plan de acción para movilizarnos cada mes, por la oración y la acción, por un propósito que nos invita a construir un mundo más humano y solidario.

Jue 2 Mayo 2019

Después de 10 años, habitantes de Canutalito, en Ovejas, reciben atención en salud

En el marco del Programa FortaleSCiendo acompañado en Sucre por la Pastoral Social de la Diócesis de Sincelejo y luego de meses de trabajo y gestión ante organismos públicos y privados, se logró que luego de 10 años, hoy los habitantes del corregimiento de Canutalito, en Ovejas, cuenten con el servicio de salud. Los servicios médicos que se ofrecieron a la población de este corregimiento el pasado 27 de abril, estuvieron marcados por una atención en medicina general y odontología a más de 50 personas, según lo informaron los coordinadores de este proyecto, esto corresponde al cumplimiento de acuerdos establecidos entre la organización y la administración pública durante el proceso de incidencia para la promoción y goce de los DDHH. Dichas jornadas que son resultado de la gestión realizada ante la Alcaldía Municipal de Ovejas, Secretaria de salud departamental de Sucre, ESE Ovejas y la Empresa HOCOL, la organización de la sociedad civil Canutalito y Yo, se están realizando tres veces al mes, suceso histórico para esta comunidad que desde al año 1999 no recibía profesional médico en el territorio a causa del conflicto armado colombiano. La apuesta central de la iniciativa de incidencia que se encuentra ejecutando la organización Canutalito y Yo, se sustenta en el cumplimiento del derecho fundamental a la salud a través de la reactivación del centro médico del corregimiento, el cual meses atrás fue adecuado por la misma organización debido a que se encontraba en condiciones precarias. El abandono estatal histórico que han sufrido los habitantes de Canutalito no se limitan al tema de salud, siendo este uno de los derechos fundamentales, sino además en otros aspectos como educación, vivienda digna y desarrollo socioeconómico. Fuente: Of. de comunicaciones del Secretariado Nacional de Pastoral Social

Mié 1 Mayo 2019

Frank Zapata, con Dios, en las redes sociales

¡Amo la verdad y la defiendo! Son las palabras con las que Frank Zapata se presenta en sus redes sociales. Un profesional en comercio internacional que, a través de un llamado de Dios, como dice él mismo, hace 15 años resultó haciendo periodismo para convertirse en profeta, anunciando el Reino de Dios y denunciando la muerte y el pecado. Su labor consiste en realizar la producción de documentales con temas específicos, exponiendo con argumentos claros su posición frente a la defensa de la vida, la familia y la Iglesia. Su documental sobre el aborto, por ejemplo, ha tenido 64 mil visualizaciones y ha sido transmitido por grandes medios de comunicación. Frank es un joven que vive con sus padres y su hermano, y tiene muy claro que Dios ocupa el primer lugar en su vida, poniéndolo incluso por encima de ser periodista y recordando que hay que darle tiempos y espacios, además de ser la prioridad. Este interés por darle importancia a Dios lo llevó a desarrollar sus documentales fuera de los medios tradicionales, ya que lo menciona abiertamente, no maquilla la realidad con otros nombres, por el contrario, lo menciona, porque según sus palabras: “Dios es la salvación del mundo”. Por esto, se ha dedicado a trabajar en las redes sociales, porque las considera un espacio de gran impacto en la sociedad y hablar de Dios en ellas es importante, entre otras razones, por la presencia de muchos jóvenes usuarios de estas redes. “Para incursionar en estos medios no se requiere mucho, además Dios va enseñando, hay que dejar el miedo”, afirma Frank. Uno de los documentales más significativos que ha producido fue sobre el aborto, que surgió de la necesidad de ayudar a la mujer, de iluminarle el camino, de ver el drama que sufren quienes han abortado. Este documental ha tenido todo tipo de reacciones atacándolo, pero la fortaleza la tuvieron los argumentos claros con los que se expuso el tema y la diversidad de entrevistados. Nuevos proyectos En la actualidad, se encuentra en la producción de un documental sobre apariciones marianas alrededor de todo el mundo; además de tener la intención de hacer uno sobre el tema del suicidio, motivado por la realidad que vive Colombia en este momento.

Mié 1 Mayo 2019

“Vivamos con responsabilidad y alegría el trabajo que realizamos”

Es la invitación de Monseñor Oscar Urbina, Arzobispo de Villavicencio y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, en el Día Internacional de los trabajadores, que se conmemora el 1 de mayo. El prelado, tras enviar un saludo y bendición a todos los que trabajan en el campo, en las ciudades y poblaciones, les invitó a vivir con responsabilidad “el trabajo, pequeño o grande que realicemos”, pues este “nos permite vivir nuestra dignidad humana (…) y sostener la familia”. Finalmente, hizo un llamado para que se atienda y acompañe a quienes le hace falta el trabajo, de manera especial, a los migrantes, a quienes pidió “acojamos, acompañemos, protejamos y si podemos ofrecerles un trabajo, que sea también digno para ellos y su familia”.

Mar 30 Abr 2019

Subsidios litúrgicos para la Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz

El próximo viernes, 3 de mayo, se celebra en Colombia la Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, en la que se nos exhorta a “depositar toda nuestra esperanza en Dios Padre que puso la salvación de la humanidad en el árbol de cruz, para que donde tuvo origen la muerte, resurgiera la vida que es Cristo, quien nos ha salvado y liberado”. En este contexto, en el que también, se conmemora el Día de la Reconciliación, instituido tras la visita apostólica del Papa Francisco a Colombia y del Gran Encuentro de Oración por la Reconciliación Nacional, en septiembre de 2017, el Departamento de Liturgia, del Secretariado Permanente del Episcopado Colombiano ha elaborado subsidios litúrgicos para la Santa Misa; Exposición y Bendición con la Eucaristía; y Mil Jesús, devoción popular para festejar la Exaltación de la Santa Cruz. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar subsidio[/icon]

Mar 30 Abr 2019

Preparemos el sínodo estudiando Laudato Si

Por: Mons. Juan Carlos Cárdenas Toro -Del 6 al 27 de octubre próximos, por primera vez la Iglesia tendrá un sínodo que se ocupará específicamente del medio ambiente. El tema será: «Amazonía: nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral». La cercanía de este acontecimiento eclesial nos estimula para estudiar detenidamente la primera encíclica que Pontífice alguno haya dedicado al cuidado de la casa común. Así, estaremos conectados con la reflexión que se vivirá en octubre y entenderemos la urgencia de apropiarnos como cristianos de un tema que es tan urgente. De este modo, les propongo ir abordando en los seis meses que restan para el sínodo, cada uno de los capítulos de la Encíclica Laudato Sì (Alabado seas). En el espíritu de san Francisco de Asís El Papa Francisco comienza este documento, inspirándose en el fundador de la Orden de los Frailes Menores, en cuyo más famoso cántico llamaba hermano, hermana, a cada ser de la creación. Nos dice el Papa que el Pobrecito de Asís nos debe hacer caer en la cuenta de que «nuestra casa común es… como una hermana, con la cual compartimos la existencia, y como una madre bella que nos acoge entre sus brazos» (LS, 1). El Santo Padre, que no por casualidad tomo el nombre de este Santo para su pontificado, nos invita también a inspirarnos en San Francisco, en su relación entrañable con todo lo creado, de manera que a través de las criaturas se conectaba con Dios. Para San Francisco todo estaba conectado, de modo que profesaba «una atención particular hacia la creación de Dios y hacia los más pobres y abandonados», mostrando con ello, «hasta qué punto son inseparables la preocupación por la naturaleza, la justicia con los pobres, el compromiso con la sociedad y la paz interior» (LS, 10). Pero además, el testimonio de este santo invita a ir más allá de lo simplemente biológico o matemático y abordar la relación con la casa común desde la fe y la espiritualidad; podemos decir que ellas le hablaban del Señor y con ellas, él proclamaba un cántico universal al Creador (Cf. LS 12). Y sumándose a la consigna del Concilio Vaticano II, según la cual a la Iglesia “nada le es ajeno” (Cf. GS), el Papa Francisco se suma a sus antecesores (Los santos Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo II y el Papa emérito Benedicto XVI), quienes también abordaron la problemática ambiental, para hacer un llamado urgente a todos los seres humanos, para dialogar «sobre el modo como estamos construyendo el futuro del planeta»; además nos asegura que «todos podemos colaborar como instrumentos de Dios para el cuidado de la creación, cada uno desde su cultura, su experiencia, sus iniciativas y sus capacidades» (Cf. LS, 13-15). En la Arquidiócesis de Cali hemos iniciado el nuevo plan de pastoral, que contiene el cuidado de la casa común como una dimensión fundamental de nuestra acción evangelizadora. Estudiar la encíclica y estar atentos a las conclusiones del próximo sínodo, nos ayudará a iluminar los grandes problemas que en la materia se vive en nuestro territorio arquidiocesano (agua, contaminación, cultura del descarte, etc.). En la próxima edición iremos abordando, uno a uno, los capítulos de la encíclica, con el afán de motivar su lectura atenta que nos debe interpelar y mover al compromiso personal y comunitario. Si ayudamos a poner en oreen la casa común, todos estaremos también mejor. + Juan Carlos Cárdenas Toro Obispo Auxiliar de Cali