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Liturgia

Vie 12 Nov 2021

La voz del Pastor | 14 de noviembre de 2021

Reflexión de monseñor Luis José Rueda Aparicio, Arzobispo de Bogotá y primado de Colombia Lectura del Santo Evangelio segúnSan Marcos 13,24-32

Jue 11 Nov 2021

Reunirá de los cuatro puntos cardinales a sus escogidos

TRIGÉSIMOTERCER DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO Noviembre 14 de 2018 Primera lectura: Dn 12,1-3 Salmo: Sal 16(15),5+8.9-10.11 (R.1) Segunda lectura: Hb 10,11-14.18 Evangelio: Mc 13,24-32 I. Orientaciones para la Predicación Introducción De los textos bíblicos en consideración emergen unas ideas para nuestra reflexión: · Los discípulos de Cristo, con discernimiento profético, buscarán siempre los significados de los misterios de Dios en las difíciles circunstancias. · La Iglesia es partícipe de la suerte de la humanidad, realizando el nuevo mundo inaugurado por el Hijo del hombre. · La razón, por sí sola, es capaz de aceptar la igualdad entre los hombres y de establecer una convivencia cívica entre ellos, pero no consigue fundar la hermandad. (Caritas in Veritate, 19) 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? La Iglesia es partícipe de la suerte de la humanidad, realizando el nuevo mundo inaugurado por el Hijo del hombre. La Palabra para este Domingo revela los rasgos fundamentales de la creación que, al final de los tiempos, estarán en plena armonía con la voluntad de Dios. Mientras en el mundo presente "en la medida en que los hombres son pecadores, les amenaza, y les amenazará hasta la venida de Cristo, el peligro de la guerra" (Gaudium et spes, 78), el querer de Dios tendrá como telón de fondo la paz y la armonía universales, que son y serán un derecho fundamental de todo hombre, ya que es fruto de la justicia y muchos otros bienes y que, sólo al final de los tiempos, surgirán luego de todos los fracasos experimentados por la humanidad al pretender implantar diversos modelos de sociedad basados en el poder del más fuerte y del uso constante de la violencia y el miedo como medios de sumisión. Es así como lo declaran los hagiógrafos para este este Domingo: La primera lectura del Profeta Daniel expresa la fe en la resurrección de los muertos, resaltando el apoteósico final de los que han mantenido su fidelidad a Dios a través de la enseñanza y práctica de la justicia. En la última página de la monumental reflexión sobre el sacerdocio y el sacrificio de Cristo, el autor de la Carta a los Hebreos concluye que todos los enemigos de Cristo serán vencidos y puestos bajo sus pies para lograr la plena perfección de los elegidos. El Evangelio de San Marcos describe la inmensa novedad del gran triunfador denominado Hijo del Hombre, título anunciado en el Profeta Daniel 7, que es el gran Salvador potente, que aparece en el esplendor de su gloria divina, para reunir a los elegidos, para hacerlos partícipes de la vida eterna en el reino dichoso del cielo. No hay en Marcos escenas de juicio, amenaza o condena queriendo alimentar la esperanza de aquellos que creen en la victoria final del Mesías, presente ya en la persona de Jesús. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? Este capítulo 13 del Evangelio de Marcos emplea el lenguaje apocalíptico, que es la manera más apropiada para expresar lo que quiere Dios en medio de ambientes tan horripilantes. La primera comunidad cristiana de Roma, a la que pertenece Marcos, ha contemplado la muerte de Pedro y Pablo, lo mismo que la del emperador Nerón, asumiendo el poder Vespasiano quien, junto a su hijo Tito, propició la caída de la Ciudad Santa y la destrucción del Templo en el año 70, lo que produjo un enorme y nefasto impacto por su teológico significado. Es un contexto dramático por lo que los discípulos de Roma se preguntan ¿qué está pasando? pues no se ve el mundo nuevo anunciado por Cristo; hay mucha injusticia e inmenso dolor, sólo dominan los malos. Es necesario mirar a profundidad para dilucidar el misterio (apocalipsis=quitar lo que impide ver para observar lo que está escondido). Se requiere urgentemente quitar ese velo para ver lo que esconden las circunstancias. Desde la mentalidad evangélica, la mente de Cristo, los dolores padecidos son como los dolores inevitables de un parto, pues algo nuevo está surgiendo. Es el Kayrós de Dios, el tiempo propicio del actuar divino. Esa es la mentalidad que debería prevalecer. Pero la tentación de los discípulos en tiempos de dolor es quedarse con los aspectos de la agonía y la incertidumbre sin apreciar lo nuevo que está brotando: una Iglesia purificada y evangelizadora. Es necesario aprender a ver lo que ve Dios. De acuerdo con la mentalidad judía, y la cristiana, la destrucción del templo y de Jerusalén significa el fin del mundo, pero la interpretación de Jesús es más profunda por lo que acude al lenguaje apocalíptico: el sol se oscurecerá, etc. El sol era considerado como una divinidad en el medio oriente y sus descendientes en la tierra tenían el derecho de gobernar a toda costa. Pero esta divinidad caerá y con él los demás astros del cielo, es decir, los dominadores del mundo. La luna era en Mesopotamia una divinidad que dominaba los ciclos de la vida, y los astros eran las divinidades que habían seducido al pueblo con sus perversiones, por eso, también caerán. Es aquí donde el término “catástrofe” indica una nueva realidad pues significa el “cambio” de algo hacía otra cosa. Los que caen son los poderosos porque son inicuos dominadores, son ídolos creados por fuerzas humanas que engañan con falsas promesas. Entonces, está por nacer el mundo nuevo y es aquí donde surge la figura del Hijo del hombre (Daniel 7). Este profeta nos presenta las imágenes de las bestias que simbolizan la crueldad y la inhumanidad: el León que representa a Babilonia; el oso que representa a los medos por su ferocidad y destrucción; el leopardo que representa los persas, y la denominada “bestia”, la más fuerte de todas, que representa Alejandro magno. A cada poder le sucede uno mucho peor. Surge un quinto, que no es una bestia, con poder y fuerza, siendo un Hijo de hombre, es decir, un humano que viene a inaugurar un reino diferente al de las bestias, que no se deja espantar por los poderes de la tierra porque trae el anuncio del evangelio; es el Hijo del hombre que no domina, sino que ama al extremo y ese es su “poder”; de esa manera inaugura un mundo nuevo. Este Hijo del hombre envía a sus ángeles a reunir a todos los suyos, que están dispersos, desde los confines de la tierra. Ángel significa mediador de la salvación de Dios, es un instrumento en las manos del Señor en favor de los hombres, es decir, un espíritu enviado por Dios desde el cielo, pero, en este caso, la persona humana elegida y enviada por Dios para este propósito. Los ángeles son los hermanos que se mantienen fieles a Dios en medio de las grandes dificultades y reúnen a los dispersos. El evangelio de hoy habla a la realidad eclesial de nuestros tiempos: mentalidad laicista, relajación sexual, indiferentismo, hedonismo, etc., que requiere de una predicación valiente; no se puede presentar el evangelio con reduccionismos, ideologías, timideces o con desvíos; así no se puede reunir a nadie. Hay que presentar el evangelio auténtico, que contiene todo lo que Jesús ha anunciado. La parábola de la higuera representa lo nuevo que ya viene: las dificultades son las señales de que está por suceder un mundo nuevo “una nueva estación” y ya muchos ángeles están reuniendo a los hijos de Dios dispersos. Esta realidad se puede observar; solo basta abrir los ojos porque a Jesús pertenece el futuro. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? Hace un poco más de un año, el Papa Francisco regaló a la humanidad entera el bello texto de su Carta Encíclica Fratelli Tutti dedicada a la a la fraternidad y a la amistad social. Allí nos previene sobre las nuevas “Situaciones extremas que pueden llegar a presentarse como soluciones en circunstancias particularmente dramáticas, sin advertir que son falsas respuestas, que no resuelven los problemas que pretenden superar y que en definitiva no hacen más que agregar nuevos factores de destrucción en el tejido de la sociedad nacional y universal. Se trata de la guerra y de la pena de muerte” (255). “No podemos pensar en la guerra como solución, debido a que los riesgos probablemente siempre serán superiores a la hipotética utilidad que se le atribuya. Ante esta realidad, hoy es muy difícil sostener los criterios racionales madurados en otros siglos para hablar de una posible “guerra justa”. ¡Nunca más la guerra!” (258). Y “Recordemos que «ni siquiera el homicida pierde su dignidad personal y Dios mismo se hace su garante»”(258). “El firme rechazo de la pena de muerte muestra hasta qué punto es posible reconocer la inalienable dignidad de todo ser humano y aceptar que tenga un lugar en este universo. Ya que, si no se lo niego al peor de los criminales, no se lo negaré a nadie, daré a toda la posibilidad de compartir conmigo este planeta a pesar de lo que pueda separarnos”. (269) “Quien derrame sangre humana, su sangre será derramada por otro ser humano» (Gn 9,5-6). Esta reacción de Jesús, que le brotó del corazón, supera la distancia de los siglos y llega hasta hoy como un constante reclamo.” (270). Por tanto, hay que invitar a toda la feligresía a meditar y orar sobre estas crudas realidades, ya que, como cristianos y miembros vivos de la Iglesia, no podemos acoger los métodos del mundo para establecer las “nuevas normalidades” para vivir tranquilos y en paz; tenemos que ser el reflejo vivo del Reino de Dios en medio de los hombres. II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Queridos hermanos: estamos terminando el año cristiano, el próximo domingo celebraremos la Solemnidad de Cristo Rey del Universo, quien es el Señor y el futuro de la historia. Hoy, en medio de tantas dificultades, se nos invita como miembros vivos de la Iglesia, a vivir el auténtico amor fraterno que se expresará en las buenas y fraternas relaciones con la sociedad en la que vivimos, caminando cerca de los pobres, de los abandonados, de los enfermos, de los descartados, de los últimos. Celebremos con inmensa alegría. Monición a la Liturgia de la Palabra La Palabra de Dios nos presenta la esperanza viva del Hijo del Hombre, sentado a la derecha de Dios, quien ha creado un mundo según su querer, donde el mal, el pecado, la violencia y la muerte son los enemigos vencidos. Esta realidad está ya presente y hemos de aprender a verla en medio de las circunstancias adversas. Escuchemos con atención la Palabra de Dios. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Hermanos, el amor rompe las cadenas que nos aíslan, tiende puentes, nos permite construir”; roguemos al Padre y presentémosle nuestras intenciones diciendo: R. Que venga a nosotros tu Reino, Señor 1. Por la Iglesia, para que promueva en cada sociedad un crecimiento genuino e integral, a través de la transmisión de los valores como la ética, la bondad, la fe, la honestidad, ante aquellos que fomentan la degradación moral y la destrucción de todo fundamento de la vida social. Oremos. 2. Por los gobernantes de las naciones, para que, en sus planes, puedan guiar a sus pueblos hacia el mínimo de conciencia universal y de preocupación por el cuidado mutuo de las personas, promoviendo una cultura moral que les permita trascender más allá de las propias fronteras. Oremos. 3. Por las familias cristianas que pretenden disfrutar de todo lo que ofrece el mundo para que, a imagen del Hijo del hombre, participen en la creación de un mundo nuevo en el que habite la justicia, la paz y la misericordia. Oremos. 4. Por todos nosotros para que, como Hijos de Dios, busquemos el bien y la verdad para no participar de falsas justificaciones que propicien condiciones rigurosas de legitimidad moral ante la posibilidad de la guerra o la pena de muerte. Oremos. En un momento de silencio presentemos al Padre nuestras intenciones personales. Oración conclusiva Padre de infinita bondad, recibe las oraciones que te presentamos con esperanza en esta celebración comunitaria de nuestra fe. Por mediación de Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.

Vie 5 Nov 2021

Esta viuda pobre ha echado más que nadie

TRIGÉSIMO SEGUNDO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO Noviembre 7 de 2021 Primera lectura:1R 17,10-16 Salmo: Sal 146(145),7.8-9a.9bc-10 (R. 1) Segunda lectura: Hb 9,24-28 Evangelio: Mc 12,38-44 (forma larga) o Mc 12, 41-44 (forma breve) I. Orientaciones para la Predicación Introducción La Palabra de Dios nos exhorta a reflexionar sobre: • La Justicia en la tierra es la consecuencia de vivir la misericordia que viene del cielo. • La pureza de las intenciones se refleja en la gran riqueza de acciones en favor de los hermanos, especialmente los menos favorecidos. • El peligro para la Iglesia si se llegasen a introducir comportamientos ajenos a su naturaleza. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? El Profeta Elías nos recuerda las fatales consecuencias que caen sobre la tierra cuando se adolece de la falta del sentido de la misericordia, que es el resultado de la idolatría, pues la adoración de dioses falsos sólo genera estructuras de injusticia, ya que ellos supuestamente `piden sacrificios´ especialmente de sangre que, por lo general, la aportan los más débiles y pobres. Esto genera terribles estructuras de pecado e injusticia, situación que no deja a Dios indiferente. Por esta razón el gran Profeta Elías confronta al rey de Israel por dar su apoyo al culto de los ídolos y cuya consecuencia es la agobiante sequía que cae sobre la tierra, la cual ha de ser sufrida por todos, incluido el profeta. En medio de tanta tragedia se hace patente la acción misericordiosa de Dios que, en el salmo de hoy, nos anuncia la generosidad de Dios, que "hace justicia a los oprimidos y da pan a los hambrientos”. En la Carta a los Hebreos se nos recuerda el gran salto cualitativo de la misericordia, que ya no consiste en hacer obras de justicia externas a la persona, sino en el don total de sí mismo a Dios y que Jesús realiza cuando asume el cruento sacrificio con el que da Gloria al Padre, llegando, así, a la cumbre de la vivencia de este don del sacerdocio, del cual Jesús es el supremo representante. En el Evangelio de San Marcos aparecen los modelos contrastantes de comportamiento, especialmente de los representantes de las cuestiones religiosas. La figura de la viuda pobre es presentada por Jesús como el perenne modelo ideal de comportamiento para la comunidad cristiana. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? El Evangelio de Marcos de este domingo nos aproxima a la última semana de la vida pública de Jesús. Es la última de las siete diatribas de Jesús, en este caso, contra los escribas, por lo que recurre a la sátira y a la ironía, ya que Jesús quiere que sus discípulos eviten este tipo de comportamientos dentro de la comunidad, pues serían un peligro para la subsistencia de la misma, porque si dichas actitudes se infiltrasen dentro de la comunidad se tomarían como expresión de la acción de Dios, lo cual afectaría gravemente su imagen y la de la Iglesia, en relación con ella misma y con el mundo. El respeto ha de ser el mismo para todos en su máximo grado, no sólo para los que tienen cargos de responsabilidad; por eso Jesús quiere abrir los ojos a sus discípulos y, en ellos, a todos nosotros. Los escribas, eran los intérpretes oficiales de la Ley, la Torá, pues eran quienes emitían las debidas explicaciones de la ley para que se pronunciasen las sentencias de los tribunales. El Libro del Eclesiástico (Sirácida 38) habla de la actitud de los escribas y el honor que debía tributárseles. Lo que preocupa a Jesús de los escribas es que sus actitudes se podrían replicar en los discípulos: a. Su manera de vestir, que es una expresión de petulancia y exclusión, ya que no quieren que los confundan con la gente simple e ignorante. El sumo sacerdote era considerado el representante de Dios en la tierra por lo que debía ser contemplado por todos, por eso, sus vestidos debían ser espectaculares y por eso llevaba las piedras preciosas en el pecho, signo de las tribus de Israel, y las campanillas en el borde de su vestido que servían para llamar la atención. La casta sacerdotal y, en tono menor, los escribas, se tenía por algo superior dentro de la sociedad y lo manifestaban con la fastuosidad en el vestir que llegaba a extremos teatrales de boato y extravagancia. b. Los saludos debían ser ofrecidos con gran ritual y deferencia por parte de todos. c. Los primeros puestos en las sinagogas y en los banquetes. d. Sus oraciones eran una comedia para convencer a todos de que Dios estaba de su parte. Todo esto era para Jesús una comedia ridícula. Además, algunas de sus acciones eran deplorables, pues devoraban los bienes de las viudas en lugar de ser sus defensores. Por todo eso recibirán una condena mayor. Ahora viene la parte de bella. En el templo, lugar de inmensas riquezas porque recibía dinero proveniente de todo el orbe conocido de parte de los judíos de la diáspora, aparece una viuda pobre, sin ninguna señal que reclame algún respeto en sus vestidos. Ella asistió el templo para cumplir íntegramente la ley haciendo la ofrenda de toda su vida, representada en las desvalorizadas monedas. Jesús invita a sus discípulos a observar un bello ejemplo de la verdadera grandeza: como viuda y como pobre no reclama la atención de ninguno. Al comportarse así hace como Jesús quiere: es una verdadera discípula. Y donde los demás dan de lo superfluo, ella, en cambio, da su vida entera: lo que tenía para vivir. Para ser discípulo no basta con dar una ofrenda económica consistente, sino que se ha de poner toda la vida al servicio del diseño de Dios, entregando la vida como un don de amor a los hermanos. La viuda es una mujer dócil al impulso del espíritu. El evangelio hace notar el contraste entre los que dan de lo que les sobra y los que hacen el don de sí mismos. En San Marcos el servicio del verdadero discípulo ha de ser silencioso sin demostraciones espectaculares. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? Para un comportamiento como el que pide Jesús en el Evangelio de hoy es necesario cultivar una actitud muy particular: ser castos. Esta actitud, como un gran don de Dios hay que pedirla al cielo y, además, requiere de nuestra máxima donación. Es la suprema enseñanza que nos aporta el Sumo Pontífice, el Papa Francisco, al establecer el Año de San José, del cual estamos en la recta final, y que en su documento oficial Patris Corde nos afirma: “La tradición también le ha puesto a José, junto al apelativo de padre, el de “castísimo”. No es una indicación meramente afectiva, sino la síntesis de una actitud que expresa lo contrario a poseer. La castidad está en ser libres del afán de poseer en todos los ámbitos de la vida. Sólo cuando un amor es casto es un verdadero amor. El amor que quiere poseer, al final, siempre se vuelve peligroso, aprisiona, sofoca, hace infeliz. Dios mismo amó al hombre con amor casto, dejándolo libre incluso para equivocarse y ponerse en contra suya. La lógica del amor es siempre una lógica de libertad, y José fue capaz de amar de una manera extraordinariamente libre. Nunca se puso en el centro. Supo cómo descentrarse, para poner a María y a Jesús en el centro de su vida. La felicidad de José no está en la lógica del auto-sacrificio, sino en el don de sí mismo. Nunca se percibe en este hombre la frustración, sino sólo la confianza. Su silencio persistente no contempla quejas, sino gestos concretos de confianza. El mundo necesita padres, rechaza a los amos, es decir: rechaza a los que quieren usar la posesión del otro para llenar su propio vacío; rehúsa a los que confunden autoridad con autoritarismo, servicio con servilismo, confrontación con opresión, caridad con asistencialismo, fuerza con destrucción. Toda vocación verdadera nace del don de sí mismo, que es la maduración del simple sacrificio”. Rogamos para que el Padre del cielo, por su Hijo, casto y obediente, nos permita vivir la lógica de la donación total de nosotros mismos, entregados al auténtico amor, reflejado en relaciones humanas castas, prudentes y misericordiosas como Él quiere. II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Queridos hermanos, nos alegramos de tenerles hoy aquí, pues la Palabra nos interpela para que hagamos un examen sobre el estado de nuestro corazón, nuestra mente, nuestras actitudes y acciones. El ejemplo de dos viudas nos llevará de la mano para comprender la confianza plena en Dios y la donación de la entera existencia para que nuestras vidas se ajusten plenamente a su querer. Participemos con inmensa alegría de este encuentro con el Señor. Monición a la Liturgia de la Palabra La Iglesia, comunidad de los discípulos y hermanos, requiere de comportamientos apropiados, que, vividos en la fe, nos ayudarán a ser más dóciles a los impulsos del Espíritu. Que este mismo Espíritu nos haga percibir el contraste entre los que dan de lo que les sobra y los que hacen el don de sí mismos, según el Evangelio que hoy se proclama. Escuchemos con atención. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Hermanos, reunidos en nombre de Jesucristo, elevemos con afecto filial nuestra oración a Dios Nuestro Padre, para pedirle por todas las necesidades del mundo, especialmente la justicia. Digamos: R. Padre Santo, te alabamos por tu misericordia 1. Para que la Iglesia, extendida por todas las naciones, conserve la integridad de la fe y el Papa, los obispos, sacerdotes y todos los ministros de la Iglesia, se santifiquen más cada día para bien de la humanidad y propagación del Reino de Dios. Oremos. 2. Para que todos los que van a recibir los sacramentos, especialmente la Eucaristía y la Confirmación, obtengan una fe más viva mediante el encuentro personal con Cristo y donen sus vidas como discípulos y misioneros del Reino de Dios. Oremos. 3. Para que todos los que sufren por causa de la enfermedad, el hambre, la incomprensión y la injusticia, sean ayudados por la caridad eficaz de sus hermanos cristianos. Oremos. 4. Para que todos los aquí reunidos, conscientes de ser templos del Espíritu Santo, manifestemos con obras el Misterio de salvación que estamos celebrando. Oremos. Se pueden añadir otras intenciones personales… Oración conclusiva Padre santo, Tú conoces nuestras necesidades, nosotros te las confiamos y sabemos que las atenderás. benignamente dándonos el auxilio esperado. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.

Vie 29 Oct 2021

La voz del Pastor | 31 de octubre de 2021

Reflexión de monseñor Luis José Rueda Aparicio, Arzobispo de Bogotá y primado de Colombia Lectura del Santo Evangelio segúnSan Marcos 12,28b-34

Vie 22 Oct 2021

Ya se encuentra disponible el boletín: "Notas de Actualidad Litúrgica" No. 79

La Iglesia vive de la Eucaristía. Así se titula la edición No. 79 del Boletín Notas de ACTUALIDAD LITÚRGICA, publicado por el Departamento de Liturgia del Secretariado Permanente del Episcopado Colombiano (SPEC). Para el sacerdote Jairo de Jesús Ramírez Ramírez, director del Departamento de Liturgia, con esta nueva edición, “queremos continuar animando al pueblo fiel para que, valorando el sentido del Domingo, participe activa, plena y conscientemente en la celebración de la Eucaristía, que es la pascua semanal de los creyentes y el alimento de vida eterna que sostiene nuestra vida cristiana”. “Lo hacemos recuperando las motivaciones doctrinales profundasque son la base del precepto eclesial, para que todos los fieles, junto con sus pastores, vean muy claro el valor irrenunciable de la eucaristía dominical en la vida cristiana”, observó el directivo. Así también, el boletín ofreceademás de las temáticas sobre la importancia de la Eucaristía, la ponencia: “Espiritualidad de la Sinodalidad”, compartida por la hermana Gloria Liliana Franco, presidenta de la Confederación Latinoamericana de Religiosos - CLAR, en el marco del 2do. ciclo de Conferencias sobre la sinodalidad organizadas desde la Conferencia Episcopal de Colombia. Por último, se concluye con una sección denominada Entérese, que recoge algunas noticias relacionadas con el SPEC, más específicamente, con el Departamento de Liturgia y con la Iglesia universal. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar Boletín Nol 79[/icon] ANTERIORES BOLETINES: Lea también: Boletín "Notas de ACTUALIDAD LITÚRGICA" No. 71 Lea también: Boletín "Notas de ACTUALIDAD LITÚRGICA" No. 72 Lea también: Boletín "Notas de ACTUALIDAD LITÚRGICA" No. 73 Lea también: Boletín "Notas de ACTUALIDAD LITÚRGICA" No. 74 Lea también Boletín "Notas de ACTUALIDAD LITÚRGICA No. 75 Lea también: Boletín "Notas de ACTUALIDAD LITÚRGICA" No. 76 Lea también: Boletín "Notas de ACTUALIDAD LITÚRGICA" No. 77 Lea también: Boletín "Notas de ACTUALIDAD LITÚRGICA" No. 78

Vie 22 Oct 2021

La voz del Pastor | 24 de octubre de 2021

Reflexión de monseñor Luis José Rueda Aparicio, Arzobispo de Bogotá y primado de Colombia Lectura del Santo Evangelio segúnSan Marcos 10,46-52

Jue 21 Oct 2021

«Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación»

JORNADA MUNDIAL DE LAS MISIONES Octubre 24 de 2021 Primera lectura: Is 56, 1.6-7 Salmo: Sal 66, 2-3.5.7-8 Segunda lectura: Ef 3 2-12 Evangelio: Mc 16, 15-20 I. Orientaciones para la predicación Introducción • La salvación es para todos los que por la fe se adhieran al mensaje del Señor. • La salvación no es exclusiva para un determinado grupo. • El mandato misionero de Cristo es para ir a anunciar el Evangelio a todo el mundo. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? El pasaje de Isaías que leemos este domingo corresponde al Trito-Isaías que a su vez está organizado en tres partes, y en el caso del texto que nos ocupa se ubica dentro de la primera parte de los capítulos 56 al 59, donde se denuncian los aspectos negativos de Israel y se ofrece un mensaje de esperanza para el futuro de la humanidad. Así, el mensaje de este día, nos habla del universalismo de la salvación mediante la figura del lugar de culto como casa de oración, abierta para todos sin excluir a nadie. Esto se debía a que en la época del Exilio se habían presentado muchas dificultades para ofrecer sacrificios en la ciudad de Jerusalén, por lo que los judíos buscaron otro modo de relacionarse con Dios mediante la escucha de la Torá y la oración como medios para comunicarse con Yaveh. Ahora el culto y la relación con Dios no se limita únicamente al templo, sino que se habla del monte como lugar de encuentro y casa de oración, para todos aquellos hombres y mujeres que quieran acceder a la comunión con el Señor. El apóstol san Pablo en su carta a los Efesios nos dice que la salvación no es algo exclusivo del pueblo judío, sino qué por gracia de Dios, a él como anunciador de la Buena Nueva, le ha sido confiado este anuncio que es para todos los pueblos y así se incluye a los gentiles que no pertenecían al pueblo hebreo. A estos se les llama los coherederos de la salvación y con esto se reconoce que los primeros herederos fueron los judíos; a ellos, en primer lugar, se les reveló este mensaje de salvación, pero posteriormente la herencia también se dio para los paganos como coherederos, es decir, que se comparte la herencia de la salvación junto con los judíos. Así, la salvación es una herencia a la que todos podemos acceder por gracia de Dios como don reservado para los hombres y mujeres de buena voluntad que se adhieren a Jesucristo mediante la fe. En el Evangelio nos encontramos con el epílogo de San Marcos donde se narra el envío solemne de los discípulos por parte de Jesús resucitado. El envío es para aquellos que son testigos de la resurrección del Señor, todos los que son discípulos de Cristo y pueden dar testimonio de la buena noticia de la Vida que ha vencido a la muerte. Ese envío es para ir todo el mundo conocido, es decir que no debe quedar ningún lugar sin ser partícipe de este anuncio, por lo tanto, es una tarea ardua y exigente porque son muchos los hombres y mujeres que aún no lo han recibido y para ellos es este mensaje de salvación. De este anuncio también participa la creación como obra salida de las manos de Dios y que experimenta la redención que trae Jesucristo para toda la humanidad. Para recibir la salvación se pone como condición fundamental la fe para el sacramento del bautismo como puerta de entrada a la salvación, de modo que es una tarea que aún se sigue realizando, ya que muchos hombres y mujeres no se han bautizado y necesitan de este anuncio para poder creer. Los discípulos que son enviados tienen la garantía de que no están solos, ellos como enviados serán acreditados por los mismos signos y hechos que acompañaron al maestro. Jesús después de haberlos enviado es elevado al cielo a la diestra de Dios y desde allí sigue acompañando a la Iglesia como aquel que intercede delante de la presencia del Padre para que esta tarea misionera se siga cumpliendo, por eso los discípulos salen a anunciar el Evangelio y son acreditados con los signos que realizan en nombre de Jesucristo. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? La salvación es un don que Dios hace para toda la humanidad, no hay nadie excluido de ella, pues Dios ama a todos sus hijos y su deseo es que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad, tal como lo recuerda la oración colecta de la misa por la evangelización de los pueblos. Pero para acceder a la salvación solo hay una condición, y es la aceptación de Cristo por la fe, es la fe la que posibilita el sacramento del bautismo como puerta de entrada a la salvación. Por eso, Jesús envía a sus discípulos para que en su nombre anuncien la buena noticia de la salvación, al igual que lo hizo san Pablo en su momento, que abrió paso al anuncio del Evangelio entre los pueblos paganos, también nosotros como bautizados estamos llamados a anunciar esta salvación para que los hombres y mujeres de buena voluntad abracen la fe y reciban el sacramento del bautismo. Es cierto que este mandato misionero aún falta por cumplirse, ya que en el mundo actual son muchos los hombres y mujeres que aún no acogen la fe o muchos no se han bautizado, o incluso habiéndose bautizado se han alejado y permanecen indiferentes viviendo como si Dios no existiera. Por eso nosotros como discípulos del Señor, por el bautismo somos enviados para seguir llevando la buena noticia del Evangelio a todo el mundo, eso es a todos los lugares del planeta donde hace falta este anuncio y un anuncio que hace partícipe a toda la creación, pues también ella como la obra salida de las manos de Dios necesita experimentar la salvación que Dios ha traído para todo el género humano. Para comonecesidad de un encuentro profundo y sincero con el Señor, cara a cara con él, para poder ser testigos de su Palabra, ya que necesitamos experimentar la fuerza de su resurrección, pues Él sigue vivo en medio de su pueblo y no nos ha dejado solos, ante las dificultades o limitaciones de nuestra condición humana, debemos saber que él mismo Cristo nos ha prometido estar con nosotros; los mismos signos y prodigios que él realizó durante su pasó por la tierra, son los mismos signos que nos acompañan a nosotros como sus discípulos, pero necesitamos acercarnos a él por medio de la fe y la oración que son los medios que nos posibilitaran un encuentro personal con Jesucristo para poder tener la fortaleza de quienes le anuncian en la misión. El Papa Francisco en su homilía del 19 de octubre de 2019, nos decía que “la Iglesia, está en misión en el mundo: la fe en Jesucristo nos da la dimensión justa de todas las cosas haciéndonos ver el mundo con los ojos y el corazón de Dios; la esperanza nos abre a los horizontes eternos de la vida divina de la que participamos verdaderamente; la caridad, que pregustamos en los sacramentos y en el amor fraterno, nos conduce hasta los confines de la tierra”. Hoy como ayer somos enviados por Jesús para que anunciemos el Evangelio con alegría como lo hicieron los apóstoles que fueron testigos del Resucitado. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? En este domingo mundial de las misiones, nos dirigimos a ti, Padre bueno para pedirte que nos concedas un corazón sensible para que podamos adquirir un compromiso misionero, sabemos que en el mundo son muchos los hombres y mujeres que no te conocen o habiendo escuchado hablar de ti, se han alejado por diversas causas. Concédenos la fe y entrega necesaria para que nuestros corazones ardan de alegría y se decidan a anunciarte entre los hermanos para que tu Hijo Jesucristo sea conocido y amado por todos. II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Nos reunimos en torno al altar para dar gracias a Dios por el bautismo que nos inició en la vida de la fe y nos compromete como discípulos y misioneros de Jesucristo para ir por todo el mundo y predicar el Evangelio. Pidamos al Señor que nos permita cumplir su mandato misionero para anunciarlo con alegría. Participemos con fe en esta celebración. Monición a la Liturgia de la Palabra La salvación es un don que Dios ofrece a la humanidad, todos tenemos acceso a Dios tal como lo relata el profeta Isaías, esto no es para un grupo exclusivo como lo recuerda San Pablo a los Efesios; así, al igual que los discípulos en el Evangelio, nosotros somos enviados a proclamar la buena noticia de la salvación a toda la creación. Escuchemos con atención. Oración Universal o de los Fieles Presidente: A Dios Padre, que en su Hijo nos envía como discípulos y misioneros de su Palabra, elevemos nuestra suplica confiada diciendo: R. Padre bueno, ayúdanos a anunciar tu Palabra 1. Por el Papa y los ministros consagrados, para que con su predicación den testimonio de la salvación que Dios ofrece a toda la humanidad. 2. Por los gobernantes, para que garanticen el respeto a la libertad religiosa y se permita el anuncio del Evangelio en todo el mundo. 3. Por las familias, para que sean educadoras en la fe y con su testimonio anuncien el Evangelio de la vida. 4. Por los misioneros, para que con nuestra oración y la ayuda material, sigan anunciando a Cristo con valentía. 5. Por los que no conocen a Cristo, para que reciban el anuncio del Evangelio y abracen la fe que se les predica. Se pueden añadir otras intenciones personales... Oración conclusiva Acoge Padre, nuestra súplica confiada y envía operarios que anuncien tu Palabra a todas las naciones. Por Jesucristo Nuestro Señor. R. Amén.

Mié 20 Oct 2021

"Vete, tu fe te ha dado la salud"

TRIGÉSIMO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO Octubre 24 de 2021 Primera lectura: Jr 31,7-9 Salmo: Sal 126(125),1-2ab.2cd-3.4-5.6 Segunda lectura: Hb 5,1-6 Evangelio: Mc 10,46-52 I. Orientaciones para la Predicación Introducción • Los más frágiles y los que sufren también son destinatarios de la salvación. • Cristo es el Sumo Sacerdote que se compadece de nuestro sufrimiento. • Jesús se compadece y cura nuestra ceguera cuando nos acercamos con fe. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? El profeta Jeremías que normalmente dirige mensajes contundentes al pueblo para exhortarlo a la conversión o para anunciar las consecuencias del pecado, ahora se encuentra ubicado en el reino del Norte y desde allí dirige un mensaje de consolación y de esperanza con un oráculo salvífico enmarcado en el tema de la nueva alianza. Se hace eco del salmo 126,5 y se anuncia un cambio, de modo que lo que en el pasado fue dolor y sacrificio, ahora en el retorno es alegría y triunfo. Así se invita a Judá para que reciba a Israel que llega triunfante como el predilecto del Señor, pues ya terminó el tiempo de la prueba y pueden regresar de la cautividad, de manera que los que antes estaban en envueltos en la fragilidad y el sufrimiento, tal como ocurre con los enfermos, los cojos y los ciegos, ahora experimentan con gozo la salvación que Dios les ofrece. El autor de la carta a los Hebreos, nos presenta a Cristo como el Sumo y Eterno sacerdote que reúne todos las condiciones que se exigían para ejercer el sacerdocio: 1) Es capaz de compadecerse, porque al asumir nuestra condición humana sin cometer pecado conoce el pecado de la humanidad; 2) ya no tiene necesidad de ofrecer dones y sacrificios como lo hacían los sacerdotes, ahora él mismo perpetua el único y definitivo sacrificio con su ofrecimiento en el altar de la cruz; 3) es sacerdote no porque descienda de una familia o casta sacerdotal sino que es sacerdote eterno según el orden de Melquisedec. Por esto es capaz de compadecerse de la humanidad y ahora es entronizado como rey delante del Padre como su Hijo predilecto, el único y eterno sacerdote de la nueva alianza. En el Evangelio nos encontramos con la curación del ciego Bartimeo, un hombre que sale y se pone al borde del camino para esperar que los peregrinos que van hacia Jerusalén le den una limosna y así conseguir su sustento, sin embargo, la situación de este hombre cambia y lo desacomoda se su situación de mendicidad desde el momento que escucha que viene Jesús y es que el camino del discipulado se inicia a través de la escucha para poder llegar hasta el encuentro con Jesús como es el caso de este hombre impedido a causa de su ceguera. El obstáculo de la ceguera no fue un impedimento para que este hombre se encontrara con Jesús de Nazaret, ya que el mismo toma interés en el encuentro con el maestro, y por eso, se pone a gritar usando una expresión de fe y de esperanza cuando lo llama como el Hijo de David, y con esto lo reconoce como el Mesías esperado por el pueblo de Israel, y aunque intentan callarlo no se detiene hasta lograr lo que desea, así se convierte en un ejemplo de superación de las situaciones de marginación a través de la fe y la confianza en Jesús, y al lograr captar la atención de Jesús con una súplica implora la compasión y le pide que le devuelva la vista y acercándose a él deja a una lado el manto, lo único que tenía para abrigarse y guardar su dinero, su única seguridad desaparece porque ahora su única seguridad es el Señor, y por eso da un brinco, indicando que se arroja a los pies de Jesús con una absoluta confianza que él será su salvador y el único que le devolverá la vista. Así, este hombre ciego se encuentra con Jesús quien lo cura por el poder de su Palabra, de modo que lo primero que ve es a Jesús y lo sigue por el camino. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? Dios tiene poder para cambiar y transformar todas las situaciones de dolor y de tristeza en oportunidades para experimentar su salvación, tal como lo anuncia el profeta Jeremías. Todos somos llamados a la salvación, es el momento para dejar atrás el dolor y la tristeza porque ha llegado el momento en que Dios actúa y se manifiesta para llamarnos a vivir un nuevo tiempo. La fragilidad y la debilidad manifestada en la enfermedad será transformada en fortaleza y firmeza. Durante la pandemia, hemos experimentado la enfermedad, el dolor, el sufrimiento y la prueba, pero no estamos solos, nuestro Dios se manifiesta y nos dará un nuevo tiempo para experimentar el gozo y el consuelo por la llegada de la salvación. Por ese grande amor que Dios nos tiene nos ha enviado a su Hijo Jesucristo, el cual se ha encarnado y se ha hecho hombre, en todo igual a nosotros menos en el pecado, pero como dice san Ireneo, “se hizo carne de pecado para sacarnos del pecado”, así es el Sumo y Eterno sacerdote, capaz de compadecerse de nuestra flaqueza, de modo que ahora es él quien se ofrece en el altar para expiar nuestro pecado y ser alimento para fortalecer nuestra debilidad. Él es el sacerdote de la alianza nueva y eterna que en la eucaristía se ha quedado con nosotros para darnos la vida eterna. Así, nosotros venimos como peregrinos como el ciego Bartimeo para mendigar su misericordia y pedirle que cure nuestra ceguera, aquella que nos impide acercarnos a su amor, por eso como este ciego del evangelio queremos hacer el camino del discipulado escuchando a Jesús que pasa a cada momento por nuestra vida y quiere encontrarse con nosotros si somos capaces de dejar nuestras seguridades y postrarnos a sus pies para reconocer su señorío en nuestra vida, pues solo él es capaz de curarnos, ya que su Palabra tiene poder y sigue actuando en el momento actual solo necesitamos una fe como la del ciego, una fe que busca, que vence obstáculos, que no se da por vencida, que es capaz de llevarnos a la oración confiada, que nos hace lanzarnos a la presencia de Jesús para tener un encuentro personal con él y experimentar su misericordia. En este tiempo de tantas dificultades para la humanidad, necesitamos recorrer el mismo camino de fe de Bartimeo, para salir de nuestras falsas seguridades y dejarnos encontrar por el amor de Dios manifestado en Cristo. El papa Francisco nos recuerda un aspecto del Evangelio: “Jesús pide a sus discípulos que vayan y llamen a Bartimeo. Ellos se dirigen al ciego con dos expresiones, que sólo Jesús utiliza en el resto del Evangelio. Primero le dicen: «¡Ánimo!», una palabra que literalmente significa «ten confianza, anímate». En efecto, sólo el encuentro con Jesús da al hombre la fuerza para afrontar las situaciones más graves. La segunda expresión es «¡levántate!», como Jesús había dicho a tantos enfermos, llevándolos de la mano y curándolos” (Homilía, 25 de octubre de 2015). También nosotros en medio de esta pandemia, como los discípulos, estamos llamados a salir al encuentro de tantos hombres y mujeres que sufren para animarlos y levantarlos de su enfermedad y ayudarles a experimentar el gozo de la salvación. 3.Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? Hoy le pedimos al Señor, que como a Bartimeo nos ayude a salir de nuestras seguridades, para ponernos a la vera del camino y tener un encuentro personal con Jesús, un encuentro que nos fortalezca en la fe y nos posibilite la curación de nuestra ceguera, porque necesitamos ver a Jesús para poderlo seguir como sus discípulos. Sabemos que Jesús sigue pasando por nuestra historia personal para compadecerse de nuestro dolor y el sufrimiento de la humanidad, por eso le suplicamos que nos ayude a salir de esta pandemia venciendo los obstáculos y fortalecidos en la fe. II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Dios se muestra cercano al dolor y el sufrimiento de la humanidad, Él se compadece de nuestra miseria y nos posibilita un encuentro personal con su presencia sacramental que se ofrece en el altar, por eso, venimos a la eucaristía y le pedimos que como a Bartimeo, nos aumente la fe para seguirlo con alegría como auténticos discípulos suyos. Participemos de este encuentro con el Señor. Monición a la Liturgia de la Palabra El profeta Jeremías anuncia que los más frágiles y lo que sufren también son destinatarios de la salvación. El autor de la carta a los Hebreos, nos presenta a Cristo es el Sumo Sacerdote que se compadece de nuestro sufrimiento. En el Evangelio, Jesús se compadece y cura la ceguera de Bartimeo quien lo sigue como discípulo creyente. Escuchemos con atención. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Dios es padre clemente y compasivo, a él dirigimos nuestra suplica confiada, unidos a la oración de toda la Iglesia. R. Padre Misericordioso, compadécete del dolor de la humanidad 1. Por el Papa y los ministros ordenados, para que sigan anunciando la compasión y la ternura de Dios. 2. Por los gobernantes, para que en medio de pandemia favorezcan la atención sanitaria y prioritaria a los más débiles y desfavorecidos de la sociedad. 3. Por las familias donde hay enfermos, para que unan su dolor a la pasión de nuestro Señor Jesucristo y ella sea medio de purificación. 4. Por los que sufren la enfermedad física o espiritual, para que unidos a Cristo encuentren el don de la salud. 5. Por el personal médico y de salud, para que con su trabajo ayuden al cuidado de la vida y la salud de todos los seres humanos afectados por la enfermedad. Se pueden añadir otras intenciones personales... Oración conclusiva Padre de bondad, tú que eres el médico del cuerpo y del alma, escucha estas suplicas que te presentamos con fe. Por Jesucristo Nuestro Señor R. Amén.