Vie 4 Oct 2024
Misioneros hoy
Por Mons. Luis Fernando Rodríguez Velásquez - Por tradición, octubre es un mes en el que se nos invita a reflexionar, orar y colaborar con la actividad misionera de la Iglesia católica.Pero, ¿De qué misión se trata y qué significa ser misioneros? San Pablo nos hace la síntesis básica de la misión que Jesucristo, el misionero del Padre, confió a los apóstoles y a los discípulos de ayer y de hoy. Dice así el Apóstol de los gentiles en una de sus cartas: “Ahora, hermanos, quiero recordarles el Evangelio que les anuncié, el que ustedes recibieron y en el que perseveran firmes, gracias al cual se salvarán si lo conservan tal como yo lo anuncié; de lo contrario, ¡habrán creído en vano! Porque se les transmitió en primer lugar, lo que a mi vez recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras, que fue sepultado y que resucitó el tercer día, según las Escrituras, que se apareció a Cefas y, más tarde, a los doce. Después se apareció a más de quinientos hermanos a la vez... Por último se me apareció también a mí… De cualquier modo, tanto ellos como yo, esto es lo que proclamamos, y es lo que ustedes han creído” (1Cor. 15, 1-8.11).La misión que el Señor Jesús nos ha confiado consiste esencialmente en darlo a conocer, y en su persona hacer posible que la humanidad conozca al Padre por la acción de Espíritu Santo. Quien ve al Hijo ve al Padre, lo dijo el mismo Jesús, y nadie puede hacer esta profesión de fe si no es por la acción del Espíritu Santo. También dirá, por ejemplo, que quien “reciba a un niño por amor a Mí, me recibe a Mí. Y el que me recibe a Mí, no me recibe a Mí, sino al que me envió” (Mc. 9, 37).Así pues, en un mundo sediento de Dios, la misión encomendada es hacer que todos se llenen de Dios, le abran las puertas de su corazón, y con la experiencia del encuentro personal con su Hijo Jesús, descubran el verdadero sentido a sus vidas.Sin duda que cuando se encuentra a Jesús y nos dejamos transformar por Él, la vida cambia, tomamos conciencia del llamado a una vida mejor, a una vida santa, y nos vamos convirtiendo poco a poco en misioneros, testigos, proclamadores de una verdad escrita en el corazón del mismo Dios, que es el amor. Y porque Dios es amor, anunciamos su misericordia y su perdón.De esta manera, la misión consiste en hacer presente la cercanía de un Dios que nos está diciendo que nos ama y que está junto a nosotros en medio de las adversidades. Por tanto, es una misión que tiene como fin también animar la esperanza de todos, de los que no creen para que descubran la fuerza en la lucha de la vida, y para los que creen, para que fortalezcan en ellos la esperanza. En todos es animar una vida signada por la fe en Dios, que lleva indudablemente a una fe en sí mismos.De esta manera, el misionero es la persona que, habiendo tomado conciencia de su bautismo, pone en práctica el sacerdocio común que le es propio, para anunciar a Jesús que pasó haciendo el bien y que venció la muerte con su resurrección.La misión es una tarea que no se limita a los pueblos donde por tradición no conocen a Jesús. Hoy, la misión es hace necesaria en nuestras casas, en nuestros barrios, en nuestras ciudades, en nuestro país. Colombia es un territorio de misión, ya porque crece el número de personas no bautizadas, ya porque muchos bautizados en la Iglesia católica se han alejado de ella o no ponen en práctica los principios cristianos, ya porque muchos pueden ser considerados “analfabetas” en lo que tiene que ver con las verdades esenciales del Evangelio y de Magisterio de la Iglesia. Hoy entonces, la misión se hace urgente.El domingo 20 de octubre es el Día de las Misiones. Los animo para que sean generosos en la oración por las misiones, los misioneros y misioneras, pero también con el aporte económico que se hace llegar al Papa para la misión que, en Colombia, él comparte con nuestros territorios de misión que son tan necesitados.Termino con un aparte de la Exhortación apostólica Evangelii Gaudium (La alegría del Evangelio) del Papa Francisco que describe una importante dimensión de la misión en la Iglesia:“Ser Iglesia es ser Pueblo de Dios, de acuerdo con el gran proyecto de amor del Padre. Esto implica ser el fermento de Dios en medio de la humanidad. Quiere decir anunciar y llevar la salvación de Dios en este mundo nuestro, que a menudo se pierde, necesitado de tener respuestas que alienten, que den esperanza, que den nuevo vigor en el camino. La Iglesia tiene que ser el lugar de la misericordia gratuita, donde todo el mundo pueda sentirse acogido, amado, perdonado y alentado a vivir según la vida buena del Evangelio” (n.114). El nuevo nombre de la Iglesia es misión.+Luis Fernando Rodríguez VelásquezArzobispo de Cali