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Actualidad

Lun 25 Ago 2025

Obispos de la CEAMA ratifican su compromiso con los pueblos originarios y territorios de la Panamazonía

En el marco de su primer encuentro, los Obispos de la Amazonía reafirmaron el compromiso de la Iglesia con los pueblos originarios y los territorios del bioma. El evento proyectó el fortalecimiento de la Conferencia Eclesial de la Amazonía (CEAMA), organismo encargado de promover una fe intercultural, la ecología integral, el cuidado de la casa común y nuevos caminos para la misión evangelizadora.Un primer encuentro lleno de memoria y reflexiónEl evento, desarrollado en la sede del CELAM en Bogotá entre el 17 y el 20 de agosto, congregó a cerca de 200 personas, entre ellas 95 obispos. Acompañaron en la reflexión sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos provenientes de 76 jurisdicciones de los países de la región panamazónica: los andino-amazónicos (Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia), las Guayanas (Guyana, Surinam y la Guayana Francesa) y Brasil.Por Colombia estuvieron presentes diez obispos. Monseñor Omar de Jesús Mejía Giraldo, arzobispo de Florencia, destacó la alegría de tener al país como sede del encuentro: “Es la gran oportunidad para reimpulsar y revitalizar. Como Iglesia colombiana le demos vida realmente a esos cuatro sueños del Papa Francisco: el sueño social, el sueño eclesial, el sueño cultural y el sueño ecológico”.Estos sueños, evocados por el Papa Francisco en su exhortación apostólica “Querida Amazonía”, son la defensa de los más pobres; el cuidado de la riqueza cultural; la protección de la naturaleza y la vida de la Amazonía; y una Iglesia con rostro amazónico que internalice la realidad de la región.Esta misión recibió el respaldo del Papa León XIV, quien, a través de un telegrama enviado por el cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado del Vaticano, pidió a los participantes considerar “tres dimensiones interconectadas en la labor pastoral en la Amazonía: la misión de la Iglesia de proclamar el Evangelio a todos, el trato equitativo a los pueblos que la habitan y el cuidado de nuestra casa común”.El mensaje tomó mayor fuerza con la declaración del cardenal Michael Czerny, Prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, durante la rueda de prensa de cierre: “La diplomacia vaticana va a seguir apoyando a las iglesias locales y dando voz a estas realidades en los ámbitos internacionales en los que estamos presentes”.Objetivos y dificultades a superarLos objetivos del evento incluían resaltar la labor de los obispos como primeros responsables de la sinodalidad, identificar avances en la implementación de una Amazonía sinodal, compartir experiencias y proyectar propuestas para perfeccionar los objetivos de la CEAMA.Obispos, sacerdotes y religiosas compartieron sus experiencias pastorales y relataron las dificultades que afrontan sus territorios. La violencia, la contaminación, el extractivismo, el cambio climático y el desplazamiento fueron las principales preocupaciones expresadas en el espacio conducido mediante ponencias, conversatorios y mesas de diálogo con la metodología de “conversación en el Espíritu”.La Iglesia al servicio de la AmazoníaDurante el encuentro también se compartieron experiencias positivas del trabajo eclesial, como la del Vicariato Apostólico de Inírida. Monseñor Joselito Carreño Quiñones presentó un video que narra su labor en pro de la comunidad: “El servicio que ofrecemos nosotros es principalmente de educación, pero también trabajamos con el servicio de la Pastoral Social y lo hacemos en clave de la defensa de los derechos humanos y también de acogida y acompañamiento de las comunidades migrantes venezolanas”.Otras jurisdicciones relataron iniciativas como procesos educativos y la “pastoral del agua” en Iquitos (Perú), donde la Iglesia promueve la defensa del agua como derecho fundamental. También se destacó la conservación de la cultura indígena. “La Iglesia es una aliada muy importante, muchos somos católicos y el mensaje que dan repercute dentro de la gente”, expresó Patricia Gualinga, vicepresidenta de la CEAMA, originaria de la etnia kichwa, quien afirmó que fue acompañada por la Iglesia cuando más lo necesitaba, facilitando la adjudicación de títulos de propiedad para su pueblo.La Doctrina Social de la Iglesia, que enmarca este trabajo, “no es una simple teoría, somos peregrinos de esperanza para transformar los problemas en oportunidades para trabajar juntos”, concluyó el cardenal Pedro Barreto, presidente de la CEAMA, durante la rueda de prensa final. Evocó a San Juan Pablo II, refiriéndose al clamor de los pueblos originarios como un clamor de la propia Iglesia.Mensaje finalLos compromisos del encuentro se consolidaron en un mensaje final titulado “CEAMA, un signo de esperanza”. En él se destaca el fortalecimiento de los vínculos entre las iglesias que conforman la CEAMA como uno de los frutos centrales. Asimismo, se asumió el compromiso de que cada jurisdicción consolide la sinodalidad, incentive la colaboración mutua y busque recursos económicos comunes para programas de formación. El objetivo es que seminaristas, religiosos, sacerdotes y agentes de pastoral se formen en la sinodalidad y los sueños del Papa Francisco para la Amazonía.Vea a continuación el informe audiovisual:

Vie 22 Ago 2025

Obispos colombianos condenan con vehemencia atentados terroristas en Cali y en Amalfi, piden justicia y llaman a la paz

Frente a la ola de violencia que sacudió al país este 21 de agosto, con brutales atentados terroristas en el municipio de Amalfi, Antioquia, y en la ciudad de Cali, la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) y la Arquidiócesis de Cali emitieron contundentes comunicados en los que condenan los actos, claman por justicia y hacen un llamado urgente a la paz.Los ataques, que han dejado al menos 18 personas fallecidas, entre miembros de la Fuerza Pública y civiles, así como 76 personas heridas, han sido atribuidos por las autoridades a grupos armados ilegales que operan en las regiones, generando una profunda alarma nacional por el recrudecimiento de la violencia.Un duelo que comparte la naciónLa Conferencia Episcopal de Colombia, en un mensaje firmado por la Comunidad de Presidencia, condenó con vehemencia los atentados terroristas y extendió sus “sentimientos de solidaridad” a las familias de las víctimas “en estos momentos en los que la violencia sigue tocando a las puertas de los hogares colombianos sembrando dolor y desesperanza”.Los obispos también hacen un llamado directo a todos los actores del conflicto para que abandonen “el sendero de la muerte y recorrer el camino del respeto a la vida que dignifica y hace posible el verdadero desarrollo humano”.Además, piden a las autoridades del Estado intensificar la seguridad y el cuidado integral de la población civil, situando la protección de los ciudadanos como una prioridad ineludible.El grito de Cali: un llamado contra la impunidadPor su parte, en la noche del jueves 21 de agosto, el arzobispo de Cali, monseñor Luis Fernando Rodríguez Velásquez, emitió un comunicado donde detalló el impacto de la violencia en su ciudad. El prelado recogió el clamor de una ciudad que “nuevamente sienten el atronador ruido de las explosiones de bombas que acaban vidas humanas”.En su mensaje, citado literalmente por la CEC, el arzobispo expresó el dolor compartido: “Nos duele la pérdida de vidas humanas…Nos duele el sentimiento de incertidumbre y miedo…Nos duele la descomposición social y ética”. Hizo hincapié en que este es el cuarto atentado terrorista en Cali este año, una situación que se agrava con el flagelo del secuestro en el Valle del Cauca.Monseñor Luis Fernando fue contundente al exigir justicia: “La impunidad no puede volverse un paisaje. Pedimos que actúe con vehemencia la justicia para que quienes planean, deciden y realizan estos actos criminales sean sometidos a ella”.Un llamado universal a la oración y el ayunoAmbas declaraciones eclesiales se alinean con el llamado del Papa León XIV, quien convocó para este 22 de agosto a una jornada mundial de “ayuno y oración para suplicar al Señor que nos conceda paz y justicia, y la capacidad de enjugar las lágrimas de los que sufren”.En sintonía con este pedido, el Arzobispo de Cali celebró una Eucaristía por la paz al medio día de este viernes en la Catedral Metropolitana San Pedro Apóstol. También instó a “implorar la paz del Resucitado” en todas las parroquias de su arquidiócesis.El pedido final de la Conferencia Episcopal es un mensaje de esperanza; confián “a la intercesión de María, Reina de la Paz, el difícil momento que atravesamos como nación y la búsqueda conjunta de salidas que hagan posible reavivar la esperanza por los caminos del perdón, la reconciliación y la paz”.

Jue 21 Ago 2025

Iglesia en Colombia se une a la ‘Jornada mundial de oración y ayuno por la paz’ convocada por el Papa León XIV

El cardenal Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y primado de Colombia, junto con los obispos auxiliares, hace un ferviente llamado a toda la Iglesia para unirse activamente a la ‘Jornada de oración y ayuno por la paz’ convocada por el Papa León XIV para este viernes 22 de agosto.En un mensaje dirigido a todos los fieles, los prelados subran la urgencia de esta iniciativa en el contexto nacional, invitando a no permanecer indiferentes ante la realidad que vive Colombia. “Las condiciones adversas de nuestro tiempo nos deben mover a aportar en la consolidación de una sociedad más justa, fraterna y en paz”, señalaron, añadiendo de manera contundente: “No podemos acostumbrarnos al imperio de la muerte y la violencia, esto es contrario al anuncio gozoso de la Pascua”.El comunicado enfatiza que la oración y el ayuno no son actos pasivos, sino herramientas espirituales poderosas que reflejan la confianza en Dios y la responsabilidad humana:“La oración y el ayuno son acciones valiosas que expresan nuestra confianza en la presencia de Dios y la corresponsabilidad que tenemos como seres humanos en la construcción de una sociedad justa y en paz para todos”.Por la importancia de este signo y la compleja situación que atraviesan comunidades en diversos territorios del país, este llamado se hace extensivo a todas las jurisdicciones, comunidades religiosas y fieles laicos de Colombia. También es una invitación para en todos los ambientes eclesiales, se faciliten espacios para participar en esta jornada, uniéndose espiritualmente a la intención del Santo Padre de pedir “el don inestimable de la paz en todos los rincones de la tierra y para que todos los afligidos por la violencia y la guerra alcancen el consuelo”.La jornada se encomienda a la intercesión de la Bienaventurada Virgen María Reina, “a quien confiamos los derroteros de la paz y el consuelo para tantos hermanos y hermanas de nuestro país que sufren por el recrudecimiento de la violencia”.Con este llamado, la Arquidiócesis de Bogotá y, por extensión, toda la Iglesia en Colombia, busca responder con fe y esperanza al clamor por la paz, demostrando que, desde la espiritualidad, se puede contribuir a la transformación social del país.

Mié 20 Ago 2025

Cúcuta, epicentro de la reflexión Catequética de Colombia: II Congreso Nacional de Evangelización reúne a más de 2700 agentes pastorales

Con la participación de 2740 personas, entre ellas, 22 obispos, 456 sacerdotes, 118 seminaristas y 2038 laicos, se desarrolla en la ciudad de Cúcuta (Norte de Santander) el II Congreso Nacional de Evangelización – PEIP (Proceso Evangelizador de la Iglesia Particular), un evento de gran impacto para la Iglesia colombiana que, en esta oportunidad, buscará revitalizar la acción catequética en el marco del proceso evangelizador que se adelanta en cada una de las jurisdicciones eclesiásticas del país.El PEIP: un Camino para una Iglesia en salida misioneraEl congreso no es un evento aislado, sino la segunda etapa de un camino iniciado en 2024 en Barranquilla. Durante el acto inaugural, monseñor Gabriel Ángel Villa Vahos, arzobispo de Tunja y vicepresidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, enfatizó la naturaleza misionera de todo bautizado: “Todos por el Bautismo, discípulos, misioneros... Nos convoca el interés por compartir nuestros sueños y los deseos que tenemos de avanzar en nuestros procesos evangelizadores”.El prelado subrayó que el PEIP no es un plan pastoral prefabricado, sino que “ofrece criterios comunes y propone un diseño integral útil para implementar procesos de evangelización vigorosos y llenos de auténtico espíritu misionero”, siempre con el kerigma (el primer anuncio de Cristo) como eje transversal.Un diagnóstico nacional: entre la Esperanza y la urgencia de cambioLa primera ponencia magistral del congreso estuvo a cargo del padre Francisco León Oquendo Góez, director de los departamentos de Catequesis y Animación Bíblica de la Conferencia Episcopal. Ofreció un panorama detallado y auto-crítico del estado de la catequesis en Colombia, basado en un ejercicio de escucha sinodal a las jurisdicciones eclesiásticas.Con una metáfora contundente, el sacerdote alertó sobre el riesgo de una catequesis desconectada: “Una catequesis como rueda suelta del proceso de evangelización no nos llevará muy lejos”. Su diagnóstico se articuló en torno a la identificación de "signos de esperanza" y "signos de los tiempos" que exigen una conversión:Signos de esperanza:El padre Oquendo destacó la emergencia de "nuevos enfoques metodológicos" donde la catequesis despliega dimensiones kerigmáticas y comunitarias. Resaltó el fortalecimiento de "estructuras diocesanas estables" como escuelas de formación y delegaciones catequéticas, y una mayor "articulación con otras dimensiones pastorales" como la liturgia y el compromiso social. “La catequesis está ayudando a consolidar las comunidades eclesiales misioneras...Incrementando el compromiso laical”, afirmó, citando como ejemplo experiencias significativas de inculturación en contextos indígenas.Signos de los tiempos (aspectos críticos):El diagnóstico alertó sobre un modelo que podría ser obsoleto. Señaló como la principal debilidad “una acción catequética todavía entendida y vivida como preparación para recibir los sacramentos, cuya consecuencia es la deserción post sacramental”. A esto se suman la "formación deficiente y fragmentada de los catequistas", la "falta de procesos para adultos", la "baja participación de las familias" y la "poca articulación con los planes pastorales".El sacerdote fue enfático al señalar la solución: “La receta para nuestra catequesis hoy nos la da el Directorio para la Catequesis. Fuera de él estamos cocinando con la receta equivocada”. Su llamado más urgente fue a recuperar el arte del primer anuncio: “El gran reto que tenemos como iglesia colombiana es volver a hacer escuela kerigmática... Hemos perdido la memoria procedimental. Ya no sabemos cómo entregar el kerigma... que era la fuerza, la especialidad, el talento y el talante de los primeros cristianos”.El Kerigma: Corazón de la EvangelizaciónProfundizando en este punto, el padre Oquendo explicó, citando el Directorio, que “el anuncio ya no puede considerarse simplemente como la primera etapa de la fe previa a la catequesis, sino más bien como la dimensión constitutiva de cada momento de catequesis”. Esto implica que todo proceso formativo debe ser, ante todo, una profundización de ese encuentro inicial y gozoso con Cristo.Homilía del Presidente del Episcopado Colombiano: un llamado a la confianza en la misiónLa Eucaristía inicial, presidida por monseñor Francisco Javier Múnera Correa, Arzobispo de Cartagena y Presidente de la Conferencia Episcopal, fue el signo visible de la comunión que une a la Iglesia en esta tarea. En su homilía, tomando como base la vocación de Gedeón (Jueces 6), monseñor Múnera ofreció una profunda reflexión espiritual sobre el estado de ánimo del evangelizador.El prelado comenzó identificándose con el desaliento que a veces afecta a la comunidad creyente: “Sus reclamos denotan desconfianza ante la precariedad del momento presente... Denota igualmente una desconexión con la historia de salvación. ¿Ha perdido la esperanza?”. Reflejó el sentir de muchos al preguntar: “¿Si el Señor está con nosotros, por qué nos ha sucedido esto? ¿Dónde están todos los prodigios que nos han narrado nuestros padres?”.Frente a este escenario de "desazón" y "desesperanza", monseñor Múnera señaló la respuesta de Dios: “Dios siempre nos sorprende ante el reclamo...Le devuelve el reclamo en un llamado y una vocación, le da una misión. Dios no lo desafía. Dios no nos da desafíos. Lo envía y lo compromete: ‘Ve con esa fuerza tuya y salva a Israel’”.Dirigiéndose directamente a los congregados, dibujó el perfil del misionero hoy: “Podemos simplemente seguir en la pobre rutina de la sobrevivencia. Gedeón estaba sencillamente desgranando trigo para esconderlo y sobrevivir en un tiempo durísimo de opresión. El Señor está siempre a la espera, está siempre con una iniciativa suya”.La homilía culminó con un mensaje de fortaleza y confianza en la gracia divina: “El Señor acepta hoy nuestra ofrenda. Esa ofrenda somos nosotros mismos. Y el Señor enciende en nuestros corazones el fuego de su Espíritu. La pasión por evangelizar...Y le donó la paz. El Señor es Paz”. Monseñor múnera conectó este mensaje con el Salmo 84, subrayando que la obra de Dios es donde “la misericordia y la fidelidad se encuentran, la justicia y la paz se besan”, e invitó a todos a “comprometerse con ella”.La digitalización: un tema ineludibleEl congreso, que reúne a 25 jurisdicciones del país, también aborda desafíos contemporáneos. La evangelización digital se perfila como un ámbito prioritario, aunque el diagnóstico presentado por el padre Oquendo muestra una presencia aún incipiente y desigual a nivel de las jurisdicciones eclesiásticas. De allí que otra de las charlas destacadas del Congreso será la de monseñor Lucio Adrián Ruiz, secretario del Dicasterio para la Comunicación. En el último día, llamará la atención sobre la necesidad imperiosa de adaptar los lenguajes y los métodos para llegar a niños y jóvenes en sus propios códigos, enfatizando que comunicación de la fe no puede quedar rezagada frente a las nuevas formas de interacción y expresión que marcan la realidad actual.Un compromiso renovadoAl finalizar estos días de intenso trabajo, los más de 2700 “peregrinos de la esperanza” regresarán a sus comunidades no solo con diagnósticos y estrategias, sino con un llamado espiritual a superar el desaliento. Con la convicción de que la fuerza para la misión no nace de su capacidad, sino de la promesa de Cristo —“Yo estaré contigo”—, su objetivo es claro: impulsar una catequesis que sea verdadero motor de discípulos misioneros, listos para sembrar el Evangelio con una fe renovada en la Colombia actual.Para seguir cada una de las ponencias, momentos y datos claves del congreso que están siendo transmitidos en tiempo real, hagla clic aquí.Vea a continuación el informativo del congreso:

Vie 15 Ago 2025

Esperanza, sinodalidad y memoria en la vida cristiana: reflexiones de la primera edición de 'Actualidad Teológica' de la Conferencia Episcopal de Colombia

Aunque desde febrero de este año 2025, la Comisión y el Departamento de Doctrina de la Conferencia Episcopal de Colombia estaban ofreciendo algunos textos de reflexión sobre diversos temas asociados a la vida de la Iglesia y del país, a partir de este mes de agosto, ponen a disposición de todos los fieles del país una publicación especial denominada "Actualidad Teológica".A través de esta revista digital, se estarán planteando diversos tópicos con profundidad teológica y doctrinal, que puedan servir de guía para los fieles. Para ello, contarán con la colaboración de académicos, teólogos y miembros de la vida de la Iglesia, de diferentes territorios e instituciones del país, animando así la construcción colectiva de pensamiento en la Iglesia colombiana.Esta primera edición propone una reflexión profunda sobre la esperanza, la sinodalidad y la memoria en la vida cristiana. Lo hace a través de tres artículos:1. El Obispo como profeta, testigo y servidor de la esperanza, escrito por el padre Guillermo Leon Zuleta Salas, sacerdote de la arquidiócesis de Medellín, doctor en Teología y profesor de la Universidad Pontificia Bolivariana.Explora el papel del obispo en la sociedad actual. Basado en las reflexiones de la CXIX Asamblea Ordinaria del Episcopado Colombiano, el texto destaca cómo los obispos están llamados a ser guías espirituales que inspiren esperanza en medio de desafíos como la secularización y la injusticia social. Citando a san Juan Pablo II, se subraya que el obispo debe ser "profeta, testigo y servidor de la esperanza" en un mundo que margina la trascendencia.2. Mística, Espiritualidad y Sinodalidad, escrito por el teólogo Luis Fernando González Gaviria, profesor de la Fundación Universidad Católica del Norte, de la Diócesis de Santa Rosa de Osos y de la Universidad San Buenaventura de Medellín.Analiza la relación entre la vida interior y la comunidad. El autor propone que la sinodalidad no es solo una estructura eclesial, sino una "disposición espiritual" que debe impregnar la vida cotidiana de los creyentes. Resalta la importancia del diálogo, la escucha y la reconciliación como pilares de una Iglesia que camina junta.3. Una Teología de la memoria al servicio del Jubileo de la Esperanza, escrito por fray Jorge Ferdinando Rodríguez Ruiz, O.P., doctor en teología y en educación.Aborda cómo la memoria puede ser un instrumento de sanación y esperanza. Invita a reflexionar sobre preguntas como: ¿Dónde está Dios en el sufrimiento humano? Y propone que la memoria, lejos de ser un lastre, es una fuerza que impulsa hacia el futuro, especialmente en contextos de violencia y desigualdad.Esta primera edición de 'Actualidad Teológica' no solo ofrece un análisis teológico, sino también herramientas prácticas para la vida pastoral. Por ejemplo, sugiere acciones concretas como la recuperación de la memoria histórica en las parroquias y la escucha intergeneracional. Además, resuena con los llamados del Papa Francisco a una Iglesia sinodal y comprometida con los más vulnerables. Descárguela haciendo clic en el botón:

Vie 15 Ago 2025

Diócesis de Yopal llevó la Esperanza del Evangelio a 47 veredas de Támara, cuna de la fe en el Casanare

Inspirados en el lema “Támara, cuna de la fe y la cultura, familias que caminan hacia la esperanza”, 38 sacerdotes, 3 religiosas, 92 laicos y algunos seminaristas de la Diócesis de Yopal hicieron posible la primera misión pastoral en el municipio de Támara, comunidad cafetera ubicada en el occidente de Casanare, a 95 kilómetros de Yopal.Es la primera vez que 47 veredas de este territorio tienen la oportunidad de interactuar directamente con agentes pastorales sin tener que desplazarse grandes distancias. La iniciativa, que se desarrolló entre el 4 y el 8 de agosto, llevó la palabra de Dios a hogares campesinos, colegios, empresas e instituciones. “Todos quisimos hacer esta experiencia, pues en nuestras parroquias, casi siempre, los feligreses, ellos vienen, pero esta vez nosotros fuimos a buscarlos” comenta el padre Jeison Salguero, Administrador Diocesano de Yopal.“Hemos venido desde el mes de enero haciendo una invitación y organizando para que toda la misión que realizamos durante estos cuatro días saliera de la mejor manera”, comenta el padre Rubén Darío García, uno de los organizadores de la iniciativa.La cuna del catolicismo en el llanoLa Diócesis de Yopal eligió Támara como el lugar para desarrollar esta misión por su historia con la Iglesia, fue el primer territorio del llano en haber recibido misioneros españoles. Aquí se creó el Vicariato Apostólico del Casanare antes de la existencia de la Diócesis de Yopal, establecida hace 25 años.Un viaje desafianteLas familias visitadas en esta experiencia pastoral viven en zonas de difícil acceso. Para llegar a ellas, los misioneros tuvieron que caminar durante horas, trasladarse en caballos por largos trayectos, atravesar ríos, puentes colgantes, usar canastillas con cables móviles y poleas para llegar a su destino.Salían en el alba y volvían con la luna, todo con el objetivo de que ningún tamareño se quedara sin escuchar la palabra de Dios. “De una casa a otra era una, dos, tres horas de camino entonces, siempre fue muy grande la vereda San Pedro”, narra Nubia Modesta Chaparro, una misionera que, a pesar de las distancias, perseveró en este importante signo de esperanza.Hogares tamareños con puertas abiertas a DiosEn las visitas casa a casa los misioneros fueron recibidos con los brazos abiertos. "Eso fue espectacular, el padre Pedro hizo unas oraciones con las que la gente lloró, alabó a Dios y bendijo”, relata la hermana Elsa Lucía Gutiérrez. Tanto ella, como el resto de misioneros, vivieron momentos emotivos junto a las comunidades visitadas, llenos de oración y alabanza.La falta de un templo no detuvo al padre Yefer Omar Piragauta, párroco del Sagrado Corazón de Jesús, de Villanueva, Casanare, quien improvisó un altar en la naturaleza para presidir la Misa a las familias de la vereda más lejana a la que llegó la misión.Los sacerdotes también visitaron a los ancianos y enfermos de las veredas; pudieron darle unción a una mujer de más de cien años, encomendando su alma a Cristo.La primera misión pastoral en Támara no solo llevó consigo oraciones y sacramentos, sino también un mensaje claro: la Iglesia colombiana camina hacia donde más la necesitan. Recuerda que, incluso en los rincones más apartados, la Esperanza que proviene de Dios no conoce distancias.Vea a continuación el informe audiovisual de esta misión:

Jue 14 Ago 2025

Dona Nobis 2025: la iniciativa que invita a orar y apoyar la misión evangelizadora de la Iglesia Católica en Colombia

La Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) pone en marcha Dona Nobis 2025, la campaña anual que busca fortalecer la labor evangelizadora de la Iglesia en el país. Este año, la jornada central de oración y colecta se celebrará el domingo 31 de agosto en todas las parroquias del país.En esta oportunidad, la iniciativa se inspira en el lema “Donde el Evangelio ilumina, la Esperanza renace”; invita a recordar que en medio de las dificultades, el Evangelio es luz que renueva la Esperanza, no como un simple deseo humano, sino como confianza en Dios, que acompaña a su pueblo a través de la Iglesia.Una campaña de oración y solidaridadDona Nobis —que significa "Danos" en latín— es una invitación a los fieles católicos y a la sociedad en general a unirse en oración y contribuir económicamente para:-Apoyar la misión de los diez vicariatos apostólicos del país, ubicados en zonas de misión con grandes necesidades.-Poner en marcha programas pastorales (en áreas como catequesis, liturgia, formación de agentes, jóvenes, comunicaciones, entre otros).-Aportar sostenimiento de aquellos obispos eméritos, que, tras años de servicio y liderazgo eclesiástico, requieren apoyo.¿Cómo participar?La Conferencia Episcopal de Colombia propone los fieles tres formas de unirse a esta jornada:1.Orando por la misión de la Iglesia.2.Donando en las parroquias el 31 de agosto, o en cualquier momento, por transferencia bancaria (Cuenta de ahorros Banco de Bogotá No. 078-34683-0) o desde el portal en línea: www.cec.org.co/donanobis.3.Difundiendo la información de la campaña para que más personas puedan sumarse.Además, se ha preparado un guion litúrgico especial para que las comunidades parroquiales durante la Eucaristía de ese domingo, vivan este día como un momento de encuentro con Dios y compromiso con la evangelización.Un llamado a la EsperanzaEn un momento donde muchas regiones enfrentan desafíos sociales y espirituales, las obras realizadas gracias a los recursos de Dona Nobis 2025 surgen como un recordatorio de que la Iglesia sigue llevando consuelo y anunciando a Cristo. Como señala el lema, allí donde llega el Evangelio, la Esperanza —con mayúscula (porque proviene de Dios)— renace.Vea a continuación el mensaje del Secretario General de la Conferencia Episcopal de Colombia:

Mié 13 Ago 2025

Colombia despide a Miguel Uribe Turbay con un clamor por la unidad y la paz

Bogotá se vistió de luto para despedir al senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, víctima de un atentado que acabó con su vida el pasado 11 de agosto. Durante tres días de duelo nacional, miles de personas, líderes políticos, diplomáticos, autoridades y ciudadanos de a pie lo acompañaron en su último adiós, que tuvo como momento central la misa exequial, celebrada este 13 de agosto, en la la Basílica Metropolitana de Bogotá – Catedral Primada de Colombia.Durante la emotiva y solemne eucaristía, el cardenal Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá manifestó a la familia y amigos del senador su cercanía y oración, ante el sufrimiento por esta “tragedia que trae ecos del pasado, de una violencia política (…) Un momento especialmente triste, trágico y doloroso”.“Le pedimos al Señor que conceda paz y fortaleza a su papá, a su hermana, a su esposa, a su hijo, a sus hijas y a todos los seres queridos más cercanos. Que nos dé a todos la luz de su Palabra, la presencia viva del Espíritu Santo, y la ternura de la Virgen María, solo así podremos avanzar con el dolor de estas heridas hacia la cultura del respeto social, de la dignidad humana y de la libertad con justicia”, afirmó.Un llamado urgente a sanar las heridas de ColombiaRetomando el pasaje evangélico de las bodas de Caná (Jn 2, 1 – 11), el cardenal invitó a seguir el ejemplo de la Virgen María, capaz de detectar las crisis y buscar soluciones verdaderas en Jesús.“Ella se dio cuenta de la crisis en las bodas de Caná y por eso se acerca a su Hijo para decirle: «No tienen vino». No tienen el vino de la alegría y de la fiesta, solo les queda tristeza y luto, solo tienen la tinaja vacía, como vacías están nuestras familias, cuando la absurda guerra les arrebata la vida a los jóvenes.En medio de este dolor y desconcierto, afirmó: “El dolor nos puede dejar con la tinaja vacía y desanimados; el sufrimiento nos puede robar la capacidad de discernir el camino, pero la Virgen nos enseña a dar los pasos necesarios y oportunos, para salir de esta crisis, y para salir mejor".En un tono firme y pastoral, el purpurado denunció la polarización agresiva y el empobrecimiento ético que —dijo— “nos arruina como país”.Es la hora, aseguró, “para tejer juntos nuevas relaciones, con nosotros mismos, con Dios, y en el ambiente social, porque estamos viviendo tiempos de relaciones enfermas debido al egoísmo (…) Reconozcamos sinceramente que estos son tiempos de empobrecimiento ético y de polarización agresiva, que nos arruina, que acaba con nuestro país”, advirtió al tiempo que exhortó a que cada colombiano aporte lo mejor de sí para reconstruir la unidad social.“Les propongo que nos preguntemos si estamos dispuestos a respetarnos y a trabajar para dejarle a las próximas generaciones una Colombia unida… Que juntos paremos esta fábrica de muertos en campos y ciudades. Que estas dos preguntas nos ayuden a reflexionar, y que la respuesta sea positiva para el bien de nuestro país…”.Semillas de paz y esperanzaHaciendo eco del mensaje de la Conferencia Episcopal, afirmó que “no podemos dejarnos robar la esperanza” y, citando al papa León XIV, invitó a sembrar “semillas que, incluso en la tierra más árida, puedan dar fruto de vida y futuro”.Reiteró que el amor, y no la violencia, tiene la última palabra“El amor se expresa en palabras de bondad y verdad, educa para curar y cuidar a la sociedad herida. Ese amor es el vino nuevo que nos da Jesús para llenar la tinaja vacía de nuestra historia”.Finalmente, el cardenal expresó gratitud a quienes, en silencio, trabajan y oran por la unidad del país, mencionando de manera especial a la esposa del senador, María Claudia Tarazona, por su valentía y testimonio de fe en medio del dolor; y por, junto a sus familiares “hablarle desde el corazón a Colombia”.Ahora nos corresponde, precisó, “continuar nuestro camino con valentía para servir al bien común y a la unidad de nuestra amada Patria, movidos por la fuerza de la esperanza, sin ocultar la atrocidad de los hechos que nos entristecen, sin someternos con resignación a la anticultura de muerte, que se quiere ensañar con nuestro país, y a las estructuras de pecado. Más bien, con la certeza de que nada nos podrá separar del amor de Dios, manifestado en Cristo Jesús”.Acompañaron la misa exequial expresidentes y sus esposas; el alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán; el Nuncio apostólico en Colombia, monseñor Paolo Rudelli; el presidente y vicepresidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, monseñor Francisco Javier Múnera Correa y monseñor Gabriel Ángel Villa Vahos, respectivamente; obispos y presbíteros colombianos; miembros del cuerpo diplomático acreditados en el país; altas cortes; magistrados; ministros; representantes de delegaciones internacionales; fuerzas militares y de policía; alcaldes; gobernadores; diputados; concejales; demás autoridades del país; familiares y amigos del senador.Un eco que no puede apagarseTras la misa y los honores militares, el cortejo fúnebre recorrió varios puntos del centro de Bogotá hasta el Cementerio Central, última morada de Miguel Uribe Turbay, junto importantes figuras de la vida política y administrativa del país.El asesinato de Miguel Uribe Turbay vuelve a poner sobre la mesa la urgencia de blindar la vida de los líderes y erradicar la violencia política.Las últimas palabras del cardenal, inspiradas en el Salmo 27, resonaron como compromiso nacional: “Sé valiente, ten ánimo, espera en el Señor”. Un mensaje que se alza como hoja de ruta para un país que, entre el dolor y la esperanza, busca dejar atrás el ciclo de muerte.Crédito:Oficina Asesora de ComunicacionesArquidiócesis de Bogotá