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“Aquí estoy Señor en medio de tu pueblo”: Arzobispo de Popayán
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Estas son las palabras que marcan el caminar del nuevo arzobispo de la Arquidiócesis de Popayán, monseñor Omar Alberto Sánchez Cubillos, pronunciadas el sábado doce de diciembre en la toma de posesión de su sede y en una fecha personalmente para él significativa, la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, emperatriz de América.
“El Señor ha querido conducirme a esta Iglesia particular y confiarme la misión que le es propia a los apóstoles, entregándome el cuidado pastoral de este pueblo en su integridad, en esta hermosa y bendecida tierra del Cauca. Aquí estoy como el que obedece y acata la voluntad del Señor a través de las mediaciones de las que él se vale, con la confianza puesta justo en él, porque al final somos solo simples instrumentos en las manos de Dios”, afirmó.
Cómo definir un pastor: "Siervo de Cristo, Cristo total"
Durante su homilía ofreció algunos elementos que muestran el camino de la tarea que ha de seguir un pastor, o como él mismo lo señaló, lo que el pueblo de Dios esperaría de un ministro sucesor de los apóstoles de Jesús. “Un ministro es un pastor que está llamado a tener un corazón ancho y profundo para con amor servir al pueblo que se le confía, por lo cual ora y suplica siempre por su pueblo, al tiempo que le duele su dolor y le alegra su alegría”.
Al considerar que es imposible que la tarea evangelizadora se cumpla no solo desde la cabeza del pastor, advirtió que esta es una misión que ha de ser compartida. Por tanto, no se “debe emprender en singular” y evocando al Papa Francisco afirmó: "Nadie puede pelear la vida aisladamente, se necesita una comunidad que nos sostenga y en la que nos ayudemos unos a otros a mirar hacia adelante. Somos uno en la misión”.
Por lo anterior, apuntó que el obispo ha de realizar su tarea con el presbiterio, con la vida consagrada, con cada comunidad, con los grupos apostólicos, con los cientos o miles de fieles laicos maduros en su fe y, por supuesto, también “con todo hombre y mujer de buena voluntad, con quien compartiremos en muchos y variados escenarios, el verdadero interés y servicio por el bien del hombre”.
Elogio y reconocimiento a los obreros de la mies
Al resaltar las raíces profundas de esta Iglesia del Cauca, también exaltó el trabajo de tantos “obreros de la mies” que han pasado por esta Iglesia particular donando su trabajo con generosidad, sacrificio, audacia, esfuerzo y lucha, dejando sembrados unos cimientos que han seguido dando sus frutos.
Reconoció el servicio y la entrega desde sus inicios al primer obispo de esta jurisdicción, monseñor Juan del Valle; a su obispo saliente, monseñor Luis José Rueda Aparicio, destacando su acertado liderazgo y humildad, así como también la tarea generosa que por más de dos décadas prestó monseñor Iván Antonio Marín López.
Igualmente, resaltó la valiosa generosidad del presbiterio que ha pasado por esta Iglesia y de manera particular los actuales sacerdotes, quienes enfrentan un memento complejo en estos territorios; el aporte hecho por la vida religiosa, la vida contemplativa desde sus distintos carismas y, por supuesto, la participación de los laicos que animan y acompañan esta obra y misión de la Iglesia, resaltando el importante papel de la mujer como referente transmisor y de vivencia del evangelio.
En este contexto, el prelado asintió que “el arzobispo es una discreta pieza en un gran engranaje de la Iglesia de Popayán. Ciertamente ahora no se trata de hacer cábalas de proyección, se trata más de disposición y docilidad a quien sabe darle continuidad, unidad y perfeccionamiento a la única misión que Dios tiene para esta Iglesia”.
La tarea pastoral y evangelizadora exige una promoción integral de todo ser humano
Advirtió que no pasará un día sin ocuparse, como lo ha venido haciendo esta Iglesia, en sembrar esperanza, respetando siempre a legitimidad autónoma de las distintas instituciones. “La Iglesia no se cansa de ofrecer la contribución de su enseñanza y experiencia a aquellos que pretenden servir a causa del hombre, del trabajo, del progreso, de la justicia social y de la paz”.
“Su atención a los problemas sociales ha crecido a lo largo de los últimos tiempos, en una tarea exigente que la compromete en la salvaguarda de la dignidad del hombre y de las exigencias reales de la sociedad. Desde el corazón del Evangelio reconocemos la íntima conexión que existe entre la evangelización y la promoción humana, por tanto, como pastores tenemos el deber y el derecho de emitir opiniones sobre todo aquello que afecte la vida de las personas”, aseveró.
Todos somos hojas de un mismo árbol
“Por ahora lo importante, lo que interesa es continuar caminando juntos, déjenos acompañarlos a todos y, por su puesto, nos dejamos invitar de todos; nos haremos en adelante como el Señor en Emaús, los encontradizos, para poder devolvernos juntos la esperanza”.
Sostuvo que es el momento de experimentarnos simplemente como hermanos y al mismo tiempo felizmente distintos, pero todos llamados a un único proyecto común, el servicio hacia los demás.
“Todos somos hojas de un mismo árbol. Necesitamos soñar como una única humanidad, como caminantes de la misma carne humana, como hijos de esta misma tierra que nos cobija a todos, cada uno con la riqueza de su fe o de sus convicciones, cada uno con su propia voz”.
Es una propositiva carta de navegación
Frente a la presencia del nuncio apostólico, monseñor Luis Mariano Montemayor, agradeció sus palabras, que marcan, según lo expresó el prelado, la ruta propositiva de navegación que ha de seguir en su caminar pastoral.
“Agradezco el análisis juicioso y profundo con la mirada aguda y exhaustiva del señor nuncio, con inteligencia y corazón de Iglesia universal y que, personalmente, esperaba con enorme interés, porque supuse pondría los puntos más relevantes de nuestra atención pastoral, dándole un claro orden que orienta la misión desde el inicio y nos determina en nuestras principales acciones de iglesia particular, ayudándonos a ser parte del propósito de sentirnos uno en la barca de Pedro”, puntualizó.
El cambio de la sinodalidad, es el camino que Dios espera
“Este camino de construir juntos en la Iglesia, hoy tiene un nombre y le decimos sinodalidad”. Resaltó que la renovación de la Iglesia será, sin lugar a dudas, la implementación de un camino sinodal donde la Iglesia enseña “el arte de la escucha con alta participación, generosamente abierta para llegar a un diálogo fecundo y continuo en todos los niveles”, advirtió.
Por lo que llamó a “abrir las ventanas de la Iglesia para evitar el moho de la auto referenciación del clericalismo”, no solo con un cambio de mentalidad, sino de sinodalidad, aclarando que esto no puede quedase solo como una expresión de slogan sin contenido real. “Tenemos juntos que llenar de sentido vital esta esencial dimensión de la Iglesia para hacerla efectivamente sal y luz del mundo”.
Aportes como provincia eclesiástica de Popayán
Agradeció las manifestaciones de cercanía de los obispos que hacen parte de la provincia eclesiástica de Popayán y les expuso que todos como parte de este territorio de Iglesia caucana están llamados a actuar con convicción y pasión.
“Como provincia eclesiástica tenemos un gran desafío que, estoy seguro por las grandes cualidades de sus pastores, podremos hacer un aporte significativo como región a la Iglesia colombiana y al país. Como obispos de esta región estamos llamados a ahondar en la sinodalidad con convicción y pasión para responder al audaz llamado del Papa Francisco a renovar la Iglesia”.
Finalmente, pidió la intercesión de la Santísima Virgen y de San José para que este nuevo caminar esté guiado por ellos.
Vie 28 Nov 2025
Del altiplano al pacífico nariñense: ordenan a monseñor Franklin Betancourt como obispo de Tumaco
Este jueves 28 de noviembre, en la Catedral San Pedro Mártir de Ipiales, y en medio de una solemne celebración que congregó a gran parte del episcopado del suroccidente colombiano y a tres obispos ecuatorianos, monseñor Franklin Misael Betancourt fue ordenado como obispo de la Diócesis de Tumaco.El acto, presidido por monseñor José Saúl Grisales Grisales, obispo de Ipiales, estuvo marcado por un llamado al servicio humilde y una profunda reflexión sobre el ministerio pastoral.En representación de la Comunidad de Presidencia, en la ceremonia estuvo presente el vicepresidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, monseñor Gabriel Ángel Villa Vahos, arzobispo de Tunja.Exhortación episcopal: monseñor Grisales describe la misiónEn una homilía que fue a la vez una exhortación paterna y un mapa espiritual para el nuevo ministerio, monseñor Grisales describió la misión que aguarda a monseñor Betancourt. Subrayó que su designación por el Papa León XIV es un “signo de afecto” que fortalece la comunión eclesial.Con claridad, definió el corazón de la tarea episcopal: “Recuerda, querido monseñor Franklin, que los que Dios pone delante de ti para que los cuides como padre y pastor, no te pertenecen. Son de Cristo, y Él los confía a tu cuidado pastoral”. Esta idea central se tradujo en varios desafíos concretos:- Guía para su presbiterio: Le encomendó un “amor especial y solícita atención” a sus sacerdotes, sus colaboradores inmediatos.- Opción por los pobres: Le instó a mantener “muy al corazón el cuidado de los más pobres y de aquellos que ven conculcados sus derechos”.- Arquitecto de paz: En un mensaje crucial para Tumaco, lo llamó a dedicarse con todas las fuerzas a la “arquitectura y artesanía de la paz”, buscando transformar las dinámicas de violencia y cultivar la concordia a través del diálogo y el perdón.- Humildad en el servicio: Grisales recordó a todos que la condición de obispo “no es fruto de méritos humanos, sino manifestación de la misericordia divina”, un llamado a la humildad que libera de “las vanas pretensiones y de caer en las redes de las grandezas humanas”.Finalmente, puso el ministerio del nuevo obispo bajo el amparo de la Virgen María, en su advocación de Nuestra Señora de las Lajas, pidiendo para él obediencia, fidelidad y una solicitud materna por los más humildes."Aquí estoy, Señor": la respuesta agradecida del nuevo obispoCon emoción y un palpable sentido de gratitud, monseñor Franklin Misael Betancourt tomó la palabra, trazando un recorrido íntimo por su vocación. “Aquí estoy, Señor Jesús, como el leproso sanado que vuelve a dar gracias. Aquí estoy, como el hijo pródigo que recibe el abrazo del Padre”, inició su mensaje.Revivió los orígenes de su llamado, que brotó a los ocho años tras una Eucaristía en su pueblo natal: “María fue mi primer encuentro consciente con Cristo, un amor a primera vista”. Relató cómo, ese mismo día, le dijo a su madre que quería ser acólito. A pesar de la advertencia de que “no sería fácil”, su perseverancia lo llevó a acercarse al párroco, quien con una pregunta sencilla —“¿eres honrado?”— confirmó el primer sí de una vida de servicio.Hizo un sentido homenaje a sus formadores en el seminario, a sus padres —“que hoy descansan en la paz del Señor”— y a su madre Inés, a quien encontraba siempre “con el rosario en las manos” al regresar de sus labores pastorales. Dirigiéndose a los futuros sacerdotes que formó, les dejó una convicción: “Vale la pena gastar la vida sirviendo a Dios y a los hermanos. Vale la pena cargar la cruz de Cristo”.Al dirigir su mirada a Tumaco, sus palabras transmitieron un amor anticipado y una confianza inquebrantable: “Mi mente aún no los conoce, mi corazón ya los ama porque Cristo me los ha confiado como hijos y hermanos”. Pidió oraciones para ser un “santo Pastor” y cerró su intervención refiriéndose a su lema episcopal, “Ven, Santo Espíritu”, como la fuerza que iluminará y hará fructificar su servicio.La posesión en TumacoLa posesión canónica de monseñor Franklin Misael Betancourt como Obispo de Tumaco está programada para el 11 de diciembre de 2025. Se llevará a cabo en la Catedral San Andrés de Tumaco.
Mié 26 Nov 2025
Papa León XIV nombra nuevo obispo para la Diócesis de San José del Guaviare: Pbro. Jesús Alberto Torres Ariza
El Papa León XIV nombró al sacerdote Jesús Alberto Torres Ariza, hasta ahora Vicario de Pastoral de la Diócesis de Valledupar, como nuevo obispo de la Diócesis de San José del Guaviare.Con esta designación, el padre Torres Ariza se convierte en el quinto obispo de esta Iglesia particular del nororiente amazónico colombiano y sucede en el cargo a monseñor Nelson Jair Cardona Ramírez, quien fue trasladado por el Papa Francisco a la Diócesis de Pereira el 4 de octubre de 2024. Desde el 6 de diciembre del mismo año, la sede venía siendo administrada por el padre Edgar Liévano Labrador, como Administrador Diocesano designado por el Colegio de Consultores.Perfil del nuevo PastorEl padre Jesús Alberto Torres Ariza nació en Urumita (Cesar), territorio de la Diócesis de Valledupar, el 6 de junio de 1975. Realizó sus estudios de Filosofía y Teología en el Seminario Juan Pablo II de Valledupar, donde fue ordenado sacerdote el 2 de agosto de 2003.Su formación se enriqueció con una Licenciatura en Misionología en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma (2011) y una Licenciatura en Ciencias Religiosas en la Universidad Javeriana de Bogotá.A lo largo de más de dos décadas de ministerio sacerdotal, ha desarrollado una sólida y extensa labor pastoral en la Diócesis de Valledupar, desempeñándose en cargos de gran responsabilidad como:-Párroco en diversas comunidades, entre ellas, "Santa María Madre y Reina de la Paz", su último encargo.-Vicario de Pastoral y Delegado Episcopal de Pastoral Social.-Director del Banco de Alimentos.-Rector del Colegio "El Carmelo".- Delegado de Pastoral Educativa e Indígena.-Profesor de Teología Pastoral y Misionología en el Seminario Diocesano.-Miembro del Consejo Presbiteral y del Colegio de Consultores.Una Diócesis con vocación misioneraLa Diócesis de San José del Guaviare, erigida canónicamente en el año 2000, es heredera de una rica historia evangelizadora que se remonta a las misiones de jesuitas y carmelitas en el siglo XVII. Su labor, continuada por los Monfortianos y los Misioneros de Yarumal, ha estado marcada por el acompañamiento a las comunidades en un territorio de gran diversidad étnica y complejos desafíos sociales.En la actualidad, la Diócesis cuenta con una estructura pastoral robusta que incluye dos vicarías foráneas y 18 parroquias, tanto urbanas como rurales. Su acción se centra en la evangelización, la educación a través de la contratación de sedes educativas, la promoción de alternativas productivas, el acompañamiento a poblaciones vulnerables y una intensa labor a favor de la reconciliación y la paz.Con esta designación, la Iglesia en Colombia recibe un nuevo obispo cuya amplia experiencia en territorios multiculturales y en la gestión pastoral será un valioso aporte para guiar a la comunidad de San José del Guaviare en este nuevo capítulo de su historia pastoral.
Vie 14 Nov 2025
Iglesia acompañó a sobrevivientes de Armero con mensaje de fe y esperanza durante acto conmemorativo a 40 años de la tragedia
Bajo el sol inclemente que baña la llanura donde alguna vez estuvo Armero, cientos de sobrevivientes, familiares de las víctimas y autoridades se congregaron este 13 de noviembre para conmemorar los 40 años de una de las mayores tragedias naturales de Colombia. En un acto de profundo recogimiento, la Iglesia acompañó el duelo con un mensaje de fe, esperanza y memoria.La Eucaristía, celebrada poco antes del mediodía frente a la cruz gigantesca que se erige como símbolo del lugar, fue el acto espiritual central de la jornada conmemorativa. Presidida por el Nuncio Apostólico en Colombia, monseñor Paolo Rudelli, en representación del Papa León XIV, contó con la presencia de una significativa delegación eclesiástica. La acompañaron monseñor Orlando Roa Barbosa, Arzobispo de Ibagué; monseñor José Luis Henao Cadavid, obispo de la Diócesis de Líbano-Honda, a la que pertenece Armero; y monseñor Hency Martínez Vargas, obispo de la Dorada-Guaduas. También participaron en la Misa todos los sacerdotes de Líbano-Honda y algunos de la Arquidiócesis de Ibagué, donde hoy residen muchos de los armeritas sobrevivientes.Homilía: Un mensaje de fe frente al misterio del dolorEn su homilía, monseñor Rudelli transmitió la cercanía del Papa León XIV y la de toda la Iglesia universal con las víctimas y los sobrevivientes. Frente a la inmensidad del dolor, reconoció que la tragedia “nos interroga” y “quizás ha puesto a prueba la fe de muchos”. Ante la pregunta “¿Dónde estaba Dios en ese día?”, que muchos se la han hecho por años, el Nuncio ofreció una reflexión desde la fe: “No hay respuestas sencillas y superficiales. Sin embargo, la fe nos dice que en ese día Dios estaba con esos hermanos nuestros y ha permanecido con ellos”.Argumentó que, en el misterio pascual, Cristo quiso compartir toda la condición humana, incluyendo la muerte y la sepultura, “esa condición que desde hace 40 años viven los cuerpos de estos hermanos y hermanas nuestros”. “Cristo quiso vivir esa condición (…) para que nadie pudiera pensar que exista un lugar donde el amor de Dios no puede alcanzar”, afirmó, asegurando que el amor de Cristo sí alcanzó a cada una de las víctimas desde el primer momento.Finalizó su homilía con un llamado a mirar al futuro con esperanza, invitando a construir “vidas entregadas a sus seres queridos, hogares en los que reine el amor (…) un país donde vivamos en paz”, y leyendo la conmovedora oración que San Juan Pablo II elevó en este mismo lugar en 1986.Mensaje de los obispos colombianos: Memoria agradecida y resilienciaAl final de la liturgia, el padre Martín Sepúlveda Mora, director de comunicaciones de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), leyó un mensaje oficial dirigido a la comunidad diocesana y a todos los afectados. En nombre de la Presidencia de la CEC, el documento expresa un “solidario y fraterno saludo en esperanza cristiana”.El mensaje hace “memoria, con devoción y respeto”, de las víctimas, recordando también las palabras de Juan Pablo II, quien dijo que los fallecidos “cayeron como trigo en las entrañas de la tierra para germinar en la resurrección de los muertos”. Asimismo, reconoce “el vivo testimonio de las personas que lograron sobrevivir”, de quienes se ha aprendido que “el amor es más fuerte que la muerte”, destacándolas como un “ejemplo vivo de resiliencia y fortaleza”.El obispo local: Armero, un camposanto que irradia esperanzaEn declaraciones posteriores a la conmemoración, monseñor José Luis Henao Cadavid, obispo de la diócesis que acoge el territorio de Armero, enfatizó el papel de la Iglesia como acompañante. “Llegamos con un mensaje de esperanza, animarnos y fortalecernos en la fe y ayudarlos a sentir esa presencia viva de Dios”, afirmó.Un Parque para la Memoria: la reconstrucción de la parroquia San LorenzoPrevio a la ceremonia, los prelados, junto al Nuncio Apostólico, realizaron un recorrido por la primera fase del Parque Jardín de la Vida, un proyecto adelantado por la Gobernación del Tolima que cumple con la Ley de Honores 1632 de 2013. Acompañados por el arquitecto encargado y representantes de la Gobernación, constataron los avances centrados en la reconstrucción y restauración de las ruinas de la antigua parroquia de San Lorenzo, símbolo de fe y punto de encuentro de la comunidad antes de la tragedia.Las obras se concentraron en habilitar el espacio, respetando escrupulosamente su estructura original. “Lo que se hizo allí fue habilitar ese espacio, cuidar cada pedazo de baldosa, cuidar cada pedazo de la memoria, recuperar el púlpito y, desde el punto de vista arquitectónico, tratar de encontrar un elemento que entrelace la naturaleza con la memoria histórica”, explicó Alexander Castro, Secretario de Turismo del Tolima.El objetivo es convertir estas ruinas, ahora consolidadas e integradas en un paisaje de respeto y espiritualidad, en un destino de turismo religioso y de memoria histórica que permita un nuevo renacer para Armero.Sobre esta obra, monseñor Cadavid afirmó que busca “cuidar y organizar el espacio del presbiterio” donde actualmente se celebra la Eucaristía cada sábado. El objetivo, explicó, es que “siga siendo un lugar de encuentro, un lugar de paz, un lugar de recogimiento y de oración”. Reafirmando el mensaje de esperanza, citó la frase que la comunidad ha hecho suya: “Armero vive es un lugar camposanto desde el que cada año se irradia ese mensaje de esperanza”.Pétalos y esperanza para ArmeroLa jornada concluyó con un simbólico homenaje aéreo, donde un helicóptero de la Fuerza Aérea Colombiana sobrevoló el área para lanzar una lluvia de pétalos de rosa, un acto que, año tras año, marca el cierre de la conmemoración y ofrece un momento esperanza y recuerdo en medio del dolor.Vea los momentos más destacados de la jornada a continuación:
Vie 14 Nov 2025
El Papa León XIV nombra nuevo obispo para la Diócesis de Vélez: Pbro. José Camilo Arbeláez Montoya
El Santo Padre León XIV ha designado al padre José Camilo Arbeláez Montoya, del clero de la Arquidiócesis de Medellín, como nuevo obispo de la Diócesis de Vélez, en el departamento de Santander. El nombramiento, anunciado este viernes por la Santa Sede, pone fin a un período de sede vacante que se extendía desde abril de 2023.El padre Arbeláez Montoya, nacido en Bogotá el 18 de junio de 1961, fue ordenado sacerdote el 25 de noviembre de 1995 e incardinado en la Arquidiócesis de Medellín. Su perfil académico es notablemente diverso: es Médico Veterinario por la Universidad de Antioquia, Teólogo por la Universidad Pontificia Bolivariana (UPB) de Medellín, y posee licenciaturas en Teología Moral por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma y en Estudios Bíblicos por la Universidad de Antioquia.Trayectoria pastoral y académicaA lo largo de casi tres décadas de ministerio sacerdotal, el padre Arbeláez ha acumulado una amplia experiencia en labores pastorales, de formación y de administración. Entre los roles pastorales más destacados se encuentran:Formación:Se desempeñó como Vicerrector del Seminario Menor de Medellín (1996) y posteriormente como Rector del Seminario para Profesionales “Juan Pablo II” (2011-2014).Gobierno arquidiocesano:Ejerció como Vicecanciller de la Arquidiócesis de Medellín (2011-2014) y fue miembro del Consejo Presbiteral (2016-2019).Pastoral parroquial:Ha servido como párroco en varias comunidades, entre ellas, San Andrés Apóstol, Nuestra Señora de Lourdes, La Niña María y, más recientemente, La Visitación (2021-2025).Capellanías y asesorías:Fue capellán en instituciones de la UPB y asesor arquidiocesano y nacional de la Renovación Carismática Católica por un período de diez años.Servicio en Roma:Durante sus estudios en la Pontificia Universidad Gregoriana (1998-2000), también fungió como Director de la Casa de Estudios de la Arquidiócesis de Medellín en la capital italiana.Adicionalmente, ha presidido la Fundación “Pan y Paraíso” desde el año 2001, institución que tiene como misión atender a las necesidades de los niños de comunidades vunelrables, desarrollando programas de alimentación y atención espiritual.Sucesión en la Diócesis de VélezEl padre José Camilo Arbeláez Montoya sucederá en la sede episcopal de Vélez a monseñor Marco Antonio Merchán Ladino, quien fue trasladado por el Papa Francisco a la Diócesis de Neiva el 14 de abril de 2023. Durante estos casi dos años de transición, la administración de esta diócesis santandereana estuvo a cargo del padre José Ricardo Santos Rodríguez, en calidad de Administrador Diocesano.