SISTEMA INFORMATIVO
Obispo electo de Ipiales recibe Ordenación Episcopal
Tags: ordenación episcopal obispo de ipiales josé saúl grisales Nuncio apostólico catedral sonsón rionegro
En la Catedral Nuestra Señora de Chiquinquirá de Sonsón en Antioquia, monseñor José Saúl Grisales Grisales, obispo electo de Ipiales, recibió el pasado sábado 17 de marzo, la Consagración Episcopal, por imposición de manos, unción y oración consecratoria de monseñor Ettore Balestrero, Nuncio Apostólico del Papa Francisco en Colombia.
La Eucaristía comenzó a las 11 de la mañana y se extendió por más de dos horas y contó con la presencia de más de 20 obispos de diferentes lugares del país, aproximadamente 250 sacerdotes, delegaciones de visitantes de la Diócesis de Ipiales, de otras jurisdicciones eclesiásticas, seminaristas, religiosas, fuerzas cívicas y fieles de la localidad.
Durante la ceremonia litúrgica se leyó el mandato apostólico, expedido por el Papa Francisco y en el cual lo nombraba obispo y le pide ser solícito pastor del rebaño a él encomendado “Haz fielmente, querido hijo, que el gravísimo oficio de Obispo sea ejercido de tal manera, que los fieles a ti confiados te den crédito y permanezcan fuertes en la ley del señor y caminen alegremente recordando estas palabras: “Hijo mío, guarda mis preceptos en tu corazón por todos los días y años de tu vida y tendrás paz”. La luz, la fuerza y el gozo del Espíritu Santo y la protección de Nuestra Señora de Chiquinquirá sea siempre contigo y con la queridísima comunidad eclesial en la amada Colombia” dice el mandato.
Posteriormente, en la homilía el Nuncio Apostólico, recordó el misterio al que será promovido monseñor Grisales, hijo de esa tierra sonsoneña, donde la iglesia ha sido presencia salvadora de su gente y la fe de ellos un terreno fecundo del que Dios se ha servido para suscitar vocaciones para su santo servicio. “Hoy contemplamos dicho sacramento, la realidad de que nos abre el pasaje del profeta Isaías. El Espíritu del Señor está sobre mí, porque el señor me ha ungido, me ha enviado para dar la buena noticia a los pobres, para curar los corazones desterrados, proclamar la amnistía a los cautivos y a los oprimidos la libertad”.
“Si dirigimos nuestra mirada la acción misteriosa de la trinidad, descubrimos que cada una de las divinas personas actúa según su propiedad. Realizando dicha profecía, el Padre es el que ha ungido, el Hijo ha sido ungido y el Espíritu Santo es la unción. Así el mismo espíritu que se derramó sobre Cristo, el ungido y enviado del padre hoy vuelve a difundirse en el alma de monseñor José Saúl, para agregarlo al número de los apóstoles y para no dejarnos nunca más”. Esta infusión del espíritu que se comunica al elegido va unida a la unción, un don gratuito, concedido en orden a una misión: Ser mensajero de la buena noticia, consolar a los abatidos, liberar a los cautivos y llevar a todos la alegría.
De esta manera el obispo pertenece exclusivamente a su misión, es decir, a quien lo ha consagrado por la unción. Por tanto, decía el Nuncio “oremos con fuerza, para que monseñor José Saúl se identifique también subjetivamente, psicológicamente, con cristo obispo y buen pastor; se done a Él sin reserva y desde hoy viva con alegría, empeño y total dedicación el ministerio que recibe”.
Es una inmensa responsabilidad, que él puede y debe vivir con coherencia en cada instante y en caso de circunstancias de su vida. “Entre el evangelio y en el elegido actúa el Espíritu Santo, que colma la pobreza del hombre y lo transforma en un servidor fiel. La palabra cubre y protege la persona y ministerio del obispo; la palabra viva de Dios debe, por así decirlo, invadirlo, de manera que se convierta totalmente en una sola cosa con él; que cristo viva en monseñor José Saúl y dé forma a su vida y de contenido a su vida. No existe más José Saúl, existe Cristo que se ha identificado y vive con Él”.
El nuncio recordó que el obispo necesita dejarse permear por el evangelio, para convertirse en un humilde servidor. El gesto de la Unción sobre la cabeza que reciben todos los obispos, debe conducir a pensamientos de humildad y conciencia de la común pobreza en el Espíritu y debe inducir a vivir una vida auténtica y ordenada en la Oración “la oración se convierte en el pulmón que nos hace respirar en las actividades apostólicas, la luz que ilumina y la fuerza que hace vencer toda dificultad”.
“Ser pastor consiste en decir no tengo nada mejor que hacer que cuidar de mis ovejas. Esta imagen es trasladada a Dios, supone que su principal quehacer es llamarnos y cuidar de nosotros. Y no lo hace y personalmente, sino personalmente con cada uno; de aquí que el primer don que puede ofrecerle el obispo a su grey es la paternidad, y está especialmente manifestada a sus sacerdotes, por quienes debe orar, velar, animar y acompañar”.
Monseñor Balestrero recordó las palabras del papa Francisco a los obispos en su visita a Colombia, “¿Qué cosa pueden dar a sus sacerdotes? El primer don es aquel de la paternidad que asegure que la mano que los ha generado y ha ungido no se ha retirado de sus vidas. El corazón de un padre -dijo el Papa- de un obispo, no puede limitarse a la precaria, impersonal y externa comunicación con su presbiterio; los sacerdotes precisan con necesidad y urgencia vita, de la cercanía física, afectiva y efectiva de su obispo. Los sacerdotes requieren sentir que tiene un padre; al mismo tiempo, la imagen del amor apasionado de un pastor que dedican su tiempo y su vida a amar y cuidar nos hace descubrir que nuestra fe en Dios no se puede concluir en creer que Dios es Padre en cuanto nos ha creado y nos ha traído a este mundo. No. Su paternidad va mucho más allá, no solo creemos en que Dios nos ha creado, sino que creemos en que nos acompaña y en todo momento camina junto a nosotros. El pastor nos cuida, nos alienta, nos indica el camino”.
“Yo confío tu ministerio episcopal a la Virgen María que preside esta catedral y también a la Diócesis de Ipiales, te ayude a guardar en el corazón lo que Dios dice y lo que a veces calla, para que, siendo un servidor fiel y prudente, te ayude con su intercesión, a ser pastor según el corazón de Cristo”, finalizó monseñor Balestrero.
Ver la homilía completa:
Rito de Ordenación
Después de la homilía, se realizó el rito de consagración Episcopal; inició con el interrogatorio, por parte del presidente de la celebración. Ser Obispo de la Iglesia del Señor supone que quien es elegido para este Ministerio, esté dispuesto a cumplir con fidelidad las tareas a él encomendadas, a saber: anunciar el Evangelio, conservar la Tradición Apostólica, edificar la Iglesia, obedecer al Sumo Pontífice como Sucesor de san Pedro, y cuidar de su pueblo con amor de Padre. Sobre estos aspectos fue interrogado monseñor Grisales.
Posteriormente, se postró rostro en tierra, en signo de escucha profunda y de entrega generosa al Señor, mientras todos los asistentes invocaban la protección de los Santos, mostrando la comunión íntima entre la Iglesia peregrina y el coro de los bienaventurados del cielo.
La Imposición de las manos sobre el elegido, es un signo muy antiguo de la Iglesia, empleado para manifestar la invocación del Don del Espíritu Santo sobre quien es destinado a una misión especial. Este gesto, realizado por todos los Obispos presentes, unido a la imposición del Libro de los Evangelios y a la Oración Consecratoria, constituyó el momento cumbre de la Ordenación Episcopal.
Luego se realizó la unción del Santo Crisma sobre su cabeza, así como Dios ungió a su hijo como Sacerdote Supremo; se le entregó el libro de los Evangelios, pues su misión primera es ser maestro de la verdad para sus fieles; se le entregó el anillo, como símbolo de compromiso con la Iglesia de Dios; se le impuso la Mitra, que lo compromete a ejercer su ministerio episcopal en fidelidad; se le entregó el báculo, como signo del Pastor que empieza a ser en las comunidades y se ubicó en la sede de primer concelebrante, como lo indica la liturgia en estos casos.
Monseñor Fidel León Cadavid Marín, obispo de Sonsón Rionegro, y monseñor Elkin Fernando Álvarez Botero, obispo auxiliar de Medellín y secretario de la Conferencia Episcopal de colombia, fueron los primeros obispos ordenantes de la Consagración Episcopal. Al término de la celebración, monseñor Grisales agradeció a todos los presentes por su compañía en esta fiesta de la Iglesia.
La Eucaristía continuó como de costumbre, y al término de la celebración, monseñor José Saúl Grisales Grisales presentó un saludo a todos los presentes, que compartimos a continuación.
Palabras de Gratitud de Mons. Saúl Grisales:
Fuente: Oficina de comunicaciones diócesis de Sonsón Rionegro (Antioquia)
Misioneros hoy
Vie 4 Oct 2024
Jue 3 Oct 2024
Tras 3 años de espera, la Diócesis de San Vicente del Caguán celebró la llegada de su nuevo obispo: monseñor William Prieto Daza
Este miércoles, 2 de octubre, en la Catedral Nuestra Señora de las Mercedes, se llevó a cabo la ceremonia de posesión canónica de monseñor William Prieto Daza como obispo de la Diócesis de San Vicente del Caguán. De forma masiva y con gran alegría, fue acogido por parte de fieles laicos, autoridades públicas, sacerdotes y religiosos, signo de la anhelada espera de un nuevo pastor en esta Iglesia particular ubicada en el departamento del Caquetá.Monseñor William fue nombrado obispo de esta jurisdicción eclesiástica por parte del papa Francisco el 5 de julio de este año. Su ordenación episcopal se había llevado a cabo el pasado 25 de septiembre en la Catedral Metropolitana Nuestra Señora del Carmen de la Arquidiócesis de Villavicencio, donde fue ordenado presbítero en el año 2013.Monseñor Prieto Daza se convierte en el segundo obispo de esa Iglesia particular, que, en 2019, pasó de ser vicariato apostólico a diócesis. Su primer obispo fue el actual arzobispo de Cartagena y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, monseñor Francisco Javier Múnera Correa, quien estuvo presente en esta ceremonia de ordenación episcopal. Tras quedar vacante la sede, en 2021, el metropolitano de esa provincia, monseñor Omar de Jesús Mejía Giraldo, arzobispo de Florencia, fue designado por el Santo Padre como su administrador apostólico; también él estuvo presente.Durante la ceremonia, monseñor Paolo Rudelli, Nuncio Apostólico en Colombia, agradeció el servicio episcopal realizado en la Diócesis de San Vicente del Caguán por parte de monseñor Múnera y monseñor Mejía. Resaltó la entrega de ambos en el anuncio del Evangelio y el llamado misionero que acogieron durante ese tiempo, especialmente, bajo un mensaje de esperanza para esas comunidades que han sufrido tanto a causa del conflicto armado. En el contexto de la fiesta de los Santos Ángeles Custodios celebrada durante este día de la posesión, el representante del Santo Padre recordó que en la Iglesia antigua los obispos eran llamados ángeles. Esto, debido a la correspondencia existente entre la misión del ángel y el ministerio del obispo. Explicó que, el papa Benedicto XVI, en el año 2017, con ocasión de la ordenación de algunos obispos, mencionó que los ángeles son seres orientados a Dios, al mismo tiempo, por ser orientados a Dios y por estar con Él, ponen su nombre al servicio de los hombres, se vuelven mensajeros de Dios. Citó así las palabras del pontífice:“Los ángeles son mensajeros de Dios, llevan a Dios a los hombres, abren el cielo y así, abren la tierra, precisamente porque están en la presencia de Dios, pueden estar, también, muy cerca a los hombres. En efecto, Dios es más íntimo a cada de nosotros, de lo que lo somos nosotros mismos”. En este contexto, el Nuncio Apostólico le manifestó a monseñor William que, inspirado en la misión del ángel, podrá ejercer su ministerio episcopal iluminando, guardando, defendiendo y gobernando con espíritu de servicio a su pueblo, bajo la luz del Evangelio y la doctrina de la Iglesia.“Cuidando tu pueblo, es decir, darle vida, alimentarlo mediante la celebración de los sacramentos, es el ministerio de la santificación, por el cual podrás transmitir una vida, que es la misma vida de Dios en la que recibimos los sacramentos. Tendrás luego que trascender y gobernar a tu pueblo, defender tu grey de las amenazas que vienen desde afuera, de la violencia, del odio, quedándote con tu rebaño en los momentos de la prueba y desde adentro. Defender a tu Iglesia de toda clase de abusos que puedan darse a su interior, fomentando la disciplina eclesiástica, como ya lo hiciste con valentía en tu diócesis. En fin, tendrás que gobernar a tu pueblo; un gobierno que no es dominación sino servicio, con ese estilo sinodal que el papa Francisco nos enseña para llevar a este pueblo a las praderas de la verdadera amistad”, expresó monseñor Rudelli.Durante su homilía, con alegría y a partir de las palabras propuestas en el Evangelio para celebrar su posesión, el nuevo Obispo de San Vicente del Caguán evocó:“Voy a enviar un ángel que vaya delante de ti, querida Diócesis de San Vicente del Caguán, para que te cuide en el camino y te lleve al lugar que te he preparado"Monseñor Prieto recalcó que estas palabras manifiestan confianza, al tener la certeza de que es El Pastor Eterno, quien cuida y apacienta a su pueblo, a través de los pastores de la Iglesia. Destacó que en su ministerio y misión en San Vicente del Caguán será el Señor quien irá delante, señalando horizontes y abriendo caminos para que no se extravíen, y así, llegar a la meta, que es el cielo, aquel lugar preparado donde los ángeles contemplan el rostro del Padre Celestial.“Así que, como familia de Dios que peregrina en San Vicente del Caguán, emprendamos este nuevo trayecto caminando juntos con alegría, con esperanza, confiados en la Providencia de Dios que ha dado órdenes a sus ángeles que nos cuiden en nuestros caminos y que ha querido unir nuestras historias para seguir construyendo el Reino de Dios en esta querida Amazonía”, manifestó monseñor William.El obispo afirmó que, así como el Señor en el Evangelio le pide a Moisés que se quite las sandalias porque la tierra que pisa es santa, así mismo, él ahora pisa ese territorio de San Vicente del Caguán con profundo respeto de su historia, de su pluriculturalidad, de su biodiversidad y de su forma de encarnar la fe, dispuesto a aprender.Monseñor Prieto mencionó también que, en medio de la realidad y retos que viven esas comunidades caqueteñas, es esencial buscar puntos de encuentro y de comunión a través del camino de la escucha y del diálogo respetuoso. Esto, de acuerdo con el pastor, les ayudará a ir construyendo juntos la civilización del amor, “en donde, haya paz y bienestar general para todos, de modo que resplandezca la belleza con la cual Dios ha adornado ese bello territorio”.El nuevo obispo de San Vicente del Caguán terminó su intervención dando gracias de por la presencia de los arzobispos y obispos que estuvieron acompañándolo en su ceremonia, y de manera especial. También agradeció la presencia de los sacerdotes pertenecientes a las jurisdicciones de la Provincia Eclesiástica de Florencia, y a aquellos que llegaron desde Villavicencio como de otros lugares. Además, a religiosos y religiosas, a los distintos grupos y movimientos laicales de la diócesis; así mismo, a sus padres, familiares y amigos que asistieron. Al estilo del papa Francisco,finalizó su homilía encomendando a todos su oración por él y por su ministerio, para que este sea para la mayor gloria de Dios.Vea a continuación la trasmisión de la ceremonia:
Mar 1 Oct 2024
"Como Iglesia y como obispo, nos ponemos a disposición para ayudar en los procesos de paz, nuestro pueblo lo clama": Monseñor Olave, obispo de Ocaña
El pasado 28 de septiembre, en la Catedral Santa Ana de Ocaña, se llevó a cabo la ceremonia de posesión canónica de monseñor Orlando Olave Villanoba como obispo de la Diócesis de Ocaña. El prelado, que venía desempeñando su ministerio episcopal en la Diócesis de Tumaco, se convierte en el sexto obispo de esta Iglesia particular, ubicada en los departamentos de Norte de Santander y Cesar.Previo a la celebración eucarística, monseñor Orlando fue acogido de forma emotiva y multitudinaria por miembros de la comunidad, autoridades civiles, militares y de policía en el parque central del municipio, quienes esperaban con alegría la llegada de su nuevo pastor luego de que se conociera la noticia de su nombramiento por parte del papa Francisco el pasado el pasado 11 de julio.La Eucaristía fue presidida por el Nuncio Apostólico en Colombia, monseñor Paolo Rudelli. Además de sus familiares, participaron sacerdotes, religiosos, religiosas, diáconos y seminaristas de Ocaña, Cúcuta, Tibú, Bucaramanga, Pamplona y Barrancabermeja, de donde es oriundo monseñor Olave. Además, lo acompañaron catorce de sus hermanos obispos, entre ellos, monseñor Gabriel Ángel Villa Vahos, arzobispo de Tunja y vicepresidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, quien pastoreó esa jurisdicción entre agosto de 2014 y febrero de 2020, y el Arzobispo Metropolitano de Nueva Pamplona, monseñor Jorge Alberto Soto, quien se desempeñaba como su administrador apostólico desde abril del 2021, tras el fallecimiento de monseñor Luis Gabriel Ramírez Díaz.En la primera parte de su mensaje, monseñor Paolo Rudelli se refirió a la partida de monseñor Orlando desde Tumaco hacia Ocaña. Afirmó que es un signo del intercambio de dones entre iglesias, por lo que pidió, de manera especial, a los sacerdotes y fieles en Tumaco no sentirse huérfanos: “Es momento para sentir que nosotros, los pastores, solo somos un signo de la presencia de Cristo Pastor que sigue pastoreando nuestras iglesias”, precisó.A la Iglesia que peregrina en Ocaña, el Nuncio Apostólico pidió reconocer en la persona de monseñor Olave al pastor que tanto esperaban y por quien oraban, como enviado del Señor:“Ha venido como lámpara fulgente del Evangelio a presidir y acompañar esta Iglesia como maestro, pastor y principio de unidad. Su misión entre ustedes, como nos enseña el Concilio Vaticano Segundo, es representar a Cristo, prolongar su Palabra, sus gestos, su presencia misma en los que brilla el misterio del Reino de Dios, del cual la Iglesia es germen aquí en la tierra. Continúen caminando junto a su obispo como la familia diocesana; sean agradecidos por las grandes riquezas espirituales que han recibido, bendiciendo al Señor por un recorrido maravilloso de historia de salvación, fruto de tantos que han llevado el peso del día y del calor en estas tierras, con grandes iniciativas en las vertientes de la acción pastoral, pero también con las pruebas y sufrimientos que han dejado huellas de dolor en los corazones, en las familias, en las comunidades con importantes desafíos para vivir a perfección su propia identidad y proyectarse más allá de sus fronteras como Iglesia misionera, con ese ímpetu que nos pide el Evangelio y del que se ha hecho en intérprete el papa Francisco, invitándonos a no cerrarnos en nuestras comunidades, sino que a tener siempre abierto frente a nosotros el horizonte de la Iglesia Universal”.El representante del Santo Padre en Colombia recordó también las virtudes que deben seguir acompañando a monseñor Orlando Olave en esa nueva misión que le encomendó el pontífice: santidad personal, caridad pastoral y generosidad de pastor para dar la vida cuando lo requiera el rebaño.Por su parte, el nuevo obispo de Ocaña enfatizó en la importancia de estar en comunión con el otro y de reconocer los logros de esa Iglesia particular como frutos del trabajo de todos, no solo del esfuerzo de unos pocos. Además, recordó la necesidad de mantener el impulso evangelizador de los obispos, sacerdotes y religiosas que los han antecedido en la diócesis.“No podemos caminar solos, es un suicidio espiritual. Por eso, es importante aprender a caminar juntos, ver que el Señor nos invita a ver al otro como una oportunidad de vivir nuestra vida”.A los sacerdotes les recordó, especialmente, el llamado a donar la vida por todos los fieles creyentes de la Iglesia que peregrina en esas tierras del Norte de Santander y del sur del Cesar, “como nuestra amada Virgen de Torcoroma; ella se reveló en el corazón de un ángel en las montañas de Roma. También nosotros podemos abrir nuestro corazón a Dios, descubrir su amor y donarnos de corazón a todos nuestros hermanos”, agregó.Este llamado del obispo de Ocaña se convierte en una invitación a vivir una verdadera Iglesia en salida, llevando el consuelo y la esperanza de Jesucristo a tantas personas que en esa región llevan consigo las heridas de la violencia, los desplazados, pobres, campesinos sin tierra, mujeres abandonadas, migrantes, jóvenes sin futuro, niños y niñas violentadas. “No nos podemos quedar contemplando nuestro pequeño mundo. Es una invitación del Señor a ver más allá, a descubrir, como el buen samaritano, más allá de los círculos políticos, religiosos, étnicos o de nacionalidad. Salgamos, salgamos a ofrecer a todos la vida de Jesucristo”.Monseñor Orlando tiene claro que una de sus prioridades pastorales en la Diócesis de Ocaña, como venía haciéndolo en Tumaco, será el trabajo por la paz. Desde allí, recordó la petición del papa Francisco a propiciar la amistad social insistiendo en la unidad:“La unidad es superior al conflicto. Todo servicio que debemos prestar a la sociedad actual es el trabajo por la reconciliación y la paz. Nuestra región ha estado marcada por una realidad de violencia pluriforme; desde la violencia intrafamiliar contra la mujer, los niños y las niñas; como la violencia política provocada por los actores armados irregulares, como también por algunos agentes del Estado, sin olvidar la violencia que provocan las realidades de marginación y pobreza, como el doloroso cáncer que ha dejado la corrupción en nuestros territorios”.En ese sentido y frente a los esfuerzos de diálogo, monseñor Orlando Olave recordó que siempre será mejor una paz imperfecta que una guerra que siga cobrando la vida y la integridad de tantas personas en los territorios. Para ello, de acuerdo con el obispo, es necesario tener presente que el camino hacia la paz no implica homogeneizar la sociedad, sino hacer posible un un trabajo común, donde todos ganan; aseguró que con la violencia todos perdemos."Dede aquí quisiera invitar al Gobierno Nacional a que refuerce esos procesos de paz que se han venido desarrollando en nuestro país, quizá imperfectos, pero que no se canse de trabajar por la paz; es mejor una paz imperfecta, que una guerra perfecta, también a los actores armados que están en nuestro territorio. Como Iglesia y como obispo, nos ponemos a disposición para ayudar en los procesos de paz, en los procesos de reconconciliación, nuestro pueblo lo clama”.
Sáb 28 Sep 2024
Delegación del Gobierno en los diálogos con el ELN manifiesta a los obispos su voluntad para continuar en la Mesa
A través de una carta dirigida al presidente, vicepresidente y secretario general de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), la Delegación del Gobierno Nacional en los diálogos con el ELN manifestó a los obispos su voluntad para continuar en la Mesa.La comunicación se produjo el pasado 25 de septiembre, dos días después del mensaje emitido por los obispos, en la que pidieron al Gobierno Nacional y al ELN descongelar la mesa de diálogos para responder al clamor de tantas comunidades del país que están en medio de la confrontación “y no aguantan más derramamiento de sangre”.“Agradecemos inmensamente su sentido llamado a continuar con el diálogo de paz y en ello estamos empeñados…También nosotros seguimos comprometidos y esperanzados en ese camino, dispuestos a volvernos a sentar en la mesa, a resolver las dificultades mediante el diálogo, recuperar el cese al fuego y la participación de la sociedad en la paz”, así se expresa en la carta firmada por la Delegación del Gobierno.En la carta también expresan a la Iglesia su agradecimiento por el apoyo que ha brindado a la búsqueda de paz en el “acompañamiento diario y constante al proceso, tanto en los momentos de avance como en las dificultades”.
Vie 27 Sep 2024
Obispos colombianos emiten comunicado y orientaciones ante Sentencia T-357 de la Corte Constitucional sobre educación religiosa
La Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) se pronuncia a propósito de la Sentencia T-357 de 2024 de la Corte Constitucional, que ordena a una institución educativa eliminar el contenido católico de su clase de religión. En el comunicado, los obispos manifiestan su preocupación ante esta decisión, la consideran extrema y piden su revisión, especialmente, en el contexto de la Ley estatutaria de Libertad Religiosa y de Cultos.El episcopado colombiano afirma que esta decisión modifica “el modelo de educación religiosa que la misma Corte Constitucional recoge y evoca en la Sentencia” y desconoce “el derecho de los católicos a recibir educación religiosa acorde con su fe”.“La Conferencia Episcopal de Colombia continuará el estudio y análisis de esta Sentencia T-357 de 2024 y sus efectos, en orden a promover su revisión y a pedirle al gobierno nacional la adecuada reglamentación de la Educación Religiosa”, se expresa en el documento.Orientaciones PastoralesA partir de este pronunciamiento general y en el contexto de la situación creada por la Sentencia T-357, la Comisión Episcopal de Educación y Culturas de la CEC emite una serie de orientaciones dirigidas a sacerdotes, religiosos, religiosas, encargados de obras educativas de la Iglesia y, de modo especial, a padres de familia.Estas líneas de acción plantean, inicialmente, la necesidad de abrir un debate nacional al respecto de esa decisión y el llamado a solicitar su revisión, “hasta que queden en firme los derechos de los católicos a recibir su educación religiosa”.Convocan a los interesados y a quienes se sientan afectados negativamente con esta Sentencia a ser parte de este análisis, enviando sus apreciaciones a la Secretaría General del Episcopado a través del correo comunicacionsocial@cec.org.co).Además, proponen acciones formativas e informativas a docentes y padres de familia asociadas, por ejemplo, con el derecho de libertad religiosa y de modo particular, los derechos de los católicos en el ámbito educativo. Piden también a las parroquias acompañar y verificar cómo se está llevando a cabo la educación religiosa y la protección y garantía de los derechos de los padres en sus comunidades, “para que sus hijos reciban educación religiosa acorde a su fe católica”.Como medidas de acción pública concretas que pueden tomar los católicos en el ámbito escolar, los obispos de la Comisión Episcopal de Educación proponen estar “atentos para buscar con los Colegios alternativas para los casos en los cuales docentes de educación básica primaria presenten objeción de conciencia para no asumir la educación religiosa de contenido católico”; así como a exigir estar presentes, como Iglesia Católica, en los organismos que las Entidades Territoriales puedan crear para la implementación de la Política Publica Integral de Libertad Religiosa y de Cultos, tales como Consejos, Comités o Mesas de Trabajo, en los cuales debe haber una representación proporcional a la composición socio religiosa del país”.En el documento orientador el episcopado colombiano remarca la importancia de difundir ampliamente “los Estándares de Educación Religiosa adoptados por la Conferencia Episcopal de Colombia en la CXII Asamblea Plenaria de febrero de 2022 a los docentes de esta área en el nivel de básica secundaria y educación media y a los docentes de básica primaria”.Descargue el comunicado aquíDescargue las orientaciones pastorales aquí