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iglesia católica

Vie 22 Abr 2022

Instalación de la mesa de diálogo entre la Iglesia católica y el Estado colombiano

El jueves 21 de abril de 2022 en la sede de la Conferencia Episcopal se llevó a cabo la instalación de la Mesa de Diálogo entre la Iglesia católica y el Estado colombiano según la Resolución 0658 del Ministerio del Interior (del 19 de mayo de 2021) “con el fin de acordar los mecanismos, las temáticas y la normativa para adoptar las políticas públicas concernientes al estatus de la Iglesia católica”. La Mesa estuvo presidida, por parte de la Iglesia católica, por el Señor Arzobispo de Bogotá y Presidente de la Conferencia Episcopal, Monseñor Luis José Rueda Aparicio, y por parte del Ministerio del Interior, por el titular de esta cartera, Doctor Daniel Palacios Martínez. El diálogo entablado en un clima de cordialidad y escucha atenta permitió abordar algunas de las propuestas realizadas por la Iglesia católica frente a temáticas que conciernen su estatus en Colombia como la defensa de la Ley Concordataria, la protección del derecho a la libertad religiosa y de cultos, a la objeción de conciencia en diversos contextos, el trabajo en común y normativas frente a contenidos sociales, administrativos y políticos, así como la participación de la Iglesia católica en la política pública de Libertad Religiosa y de Cultos. El Ministerio del Interior invitó a replicar en las regiones este tipo de mesas de diálogo entre la Iglesia católica y los mandatarios locales, a nivel departamental y distrital, con el fin de adoptar las políticas públicas pertinentes. Además, se invitó al Departamento de Promoción de la Unidad y del Dialogo de la Conferencia Episcopal de Colombia y a la Dirección de Asuntos Religiosos del Ministerio del Interior a darle continuidad y seguimiento a las conclusiones a las que se llegaron para que esta recién instalada Mesa de Dialogo, sea un mecanismo que salvaguarde la participación de la Iglesia en diferentes contextos sociales y políticos en los que podría ser marginada. Participantes en la Mesa de Diálogo: Por parte del Ministerio del Interior de la República de Colombia: Dr. Daniel Palacios, Ministro del Interior; Dra. María Paola Suárez, viceministra de Relaciones Políticas; Dr. Víctor Alejandro Rhenals, director de Asuntos Religiosos del Ministerio del Interior. Por parte de la Iglesia católica: Monseñor Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia; Monseñor Omar Alberto Sánchez Cubillos, arzobispo de Popayán y vicepresidente de la Conferencia Episcopal de Colombia; monseñor Luis Manuel Alí Herrera, obispo auxiliar de Bogotá y secretario general de la Conferencia Episcopal de Colombia; monseñor Edgar de Jesús Quintero Aristizábal, obispo de Yopal y presidente de la Comisión Episcopal para la Promoción de la Unidad de los Cristianos y del Diálogo Interreligioso – PUD; padre Rafael Castillo Torres, director del Secretariado Nacional de Pastoral Social – Caritas Colombia; y el padre Raúl Ortiz Toro, Director de los Departamentos de Doctrina y PUD. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar Resolución 0658 del Ministerio del Interior[/icon]

Lun 11 Abr 2022

Celebrar bien y participar con fe

Se aproxima la fiesta mayor de los cristianos: la Pascua de Resurrección. - Estuvo caracterizada hasta hace poco por una especie de alto en el camino de toda la sociedad para darle un realce especial. Eso ya no es así y los cristianos, en concreto los católicos, deben hacer todo lo posible para que estos días tengan el carácter espiritual que les da la identidad específica y profunda. Todavía el calendario civil facilita las celebraciones religiosas dejando como días festivos el Jueves Santo y Viernes Santo, que se complementan con el Domingo de Ramos, la Vigilia de Resurrección el sábado en la noche, y el Domingo de Pascua. Queda aún, ciertamente, una buena posibilidad de realizar cuidadosamente las celebraciones de los días santos de la fe católica. Para que lo anterior sea realizable, la Iglesia y el pueblo de Dios cuentan con los sacerdotes que presidirán las liturgias de los días santos. Es de la mayor importancia que todos los actos que se realizan en la Semana Mayor estén preparados en la mejor forma posible y, sobre todo, celebrados con todo el cuidado e importancia que les corresponden. La liturgia de la Iglesia, celebrada con respeto y esmero, es de por sí toda una catequesis y posee un lenguaje muy propio, lleno de signos y palabras que alimentan y visibilizan la fe en los fieles. No conviene que las celebraciones de estos días santos se presten para ensayos, cosas raras, omisiones indebidas, pues se desdibuja el contenido de lo que se celebra y se debilita la fe. Ojalá cada sacerdote esté desde ahora preparando cada detalle de las celebraciones que presidirá y preparando muy sesudamente sus predicaciones para que los misterios de Dios sean expuestos y dados en abundancia a todos los fieles. En esta línea, no es de menor importancia la participación consiente y activa de todos los católicos que harán presencia en templos y otros lugares de celebración. Por fortuna, hoy en día este tipo de participación es más notoria en todos los niveles de la vida eclesial. Sin embargo, no está de más insistir en la conveniencia de aproximarse a los días santos habiendo realizado la confesión sacramental. De igual manera, de instruirse previamente para que se pueda obtener un mayor fruto de cada una de las celebraciones litúrgicas, que son abundantes en estos días. Una persona bautizada que realice todo el itinerario litúrgico y de actos piadosos que la Iglesia ofrece en la Semana Mayor podrá obtener mucho fruto para su vida espiritual y para su propia conversión. Conviene insistir, como se hace desde hace varios años en la Iglesia, en la importancia de que cada bautizado se preocupe por celebrar cristianamente estas fiestas de la Pascua y los días que la preceden. El “gran enemigo” hoy en día es el carácter absolutamente disoluto y vacacional que ha transformado unos días santos en simples días de recreación. Colombia tiene el privilegio de que no hay municipios sin parroquias y que en prácticamente toda la geografía nacional hay sacerdotes llevando las celebraciones de la fe. En el lugar que se encuentre un creyente comprometido puede contar con que la Iglesia le ofrecerá las celebraciones principales de su fe. Ojalá los fieles correspondan al esfuerzo que el clero hace en estos días por llevarle los misterios santos. Finalmente, celebrar bien la Semana Mayor y participar con gozo de este momento eclesial, ayuda mucho a mantener viva la fe, a consolidar la identidad de cada creyente y a darle a la sociedad colombiana, siempre agitada y polarizada, unos momentos de reposo, reflexión y fraternidad que están haciendo mucha falta. Oficina Arquidiocesana de Comunicaciones Fuente: Dirección El Catolicismo

Mié 30 Mar 2022

Diplomado: Administración y Gestión de la Radio Comunitaria

La Asociación de Emisoras en Red de Antioquia (ASENRED), de la cual es miembro la Diócesis de Sonsón - Rionegro, ofrece el Diplomado: Administración y Gestión de la Radio Comunitaria. Se trata según lo manifiestan sus organizadores, de un proceso de formación donde se facilitarán herramientas que permitan luego adelantar una tarea de reingeniería en las emisoras, tales como: "Planeación estratégica y la consolidación de servicios y productos mediante la construcción de planes de negocio y mecanismos de gestión, que consoliden la Emisora Comunitaria". El diplomado tendrá una duración de 120 horas y está dividido en 6 módulos, cada uno de 20 horas. Se realizará en sesiones sincrónicas y asincrónicas, con el acompañamiento de uno o varios expertos en cada módulo. MÓDULO 1: Marco Normativo de la Radio Comunitaria MÓDULO 2: Contratación MÓDULO 3: Aspectos Jurídicos, Financieros y Fiscales de las ESAL MÓDULO 4: Planeación Estratégica de la Empresa Radial MÓDULO 5: Formulación y Gestión de Proyectos MÓDULO 6: Mercadeo Costos Los interesados deberán hacer una inversión de $ 200.000.oo Inscripciones El proceso de inscripción es individual y se deberá realiza a través del siguiente link https://asenred.q10.com/Preinscripcion o digitando en el navegador de su preferencia la siguiente dirección electrónica: asenred.q10.com/Preinscripcion [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar más INFORMACIÓN[/icon]

Jue 17 Mar 2022

Obispos peregrinan a Arauca y expresan solidaridad con la Iglesia y sus comunidades

Entre el 14 y el 16 de marzo, se reunieron en la Diócesis de Arauca los obispos que conforman la provincia eclesiástica de Nueva Pamplona. El propósito de la visita fue manifestar el apoyo y cercanía al obispo de esta jurisdicción, monseñor Jaime Cristóbal Abril González, a la Iglesia y la comunidad en general de este territorio, que viene siendo golpeada por la violencia. Monseñor Jorge Alberto Ossa, arzobispo de la Arquidiócesis de Nueva Pamplona, expresó que esta visita manifiesta la cercanía, fraternidad y compromiso por la paz, que Iglesia tiene para con el pueblo araucano que sufre el flagelo de la violencia. “La provincia eclesiástica de Nueva Pamplona fue a visitar al hermano obispo, Jaime Cristóbal Abril González, para expresarle nuestra fraternidad, nuestra unión en la Iglesia de hermanos en el episcopado, nuestra oración y ferviente compromiso por la paz, para que él y el pueblo de Arauca sientan que la Iglesia es una familia, que cuando un miembro sufre, sufre con él y que cuando está alegre, celebra con él”, afirmó el prelado. Con el fin de acompañar y visitar a las comunidades, los obispos hicieron un itinerario por los municipios de Arauca, Tame, Fortul, Saravena y Arauquita. Haciendo presencia en el Santuario Mariano Diocesano «La Negrita de la Cordillera, del Piedemonte y la Sabana», donde realizaron el Santo Rosario por la paz; además durante el trayecto estuvieron en las parroquias de Nuestra Señora de la Asunción en Tame, Nuestra Señora del Carmen de la Esmeralda, en Fortul y San Lorenzo de Arauquita, en Aruauquita; Finalmente hicieron un recorrido por el sector del dique del río Arauca, y visitaron los albergues de migrantes (SEDAMI) que tiene la pastoral social diocesana. Este peregrinaje estuvo acompañado con la réplica de la conocida “Cruz de la Paz” que reviste gran valor, pues representa los 60 años de hermandad entre la diócesis alemana de Aquisgrán (Aachen) y la Iglesia Colombiana. Esta Cruz tiene una particular importancia social e histórica porque está asociada a peregrinaciones y actividades que han contribuido a consolidar la paz en Aquisgrán, amenazada por la violencia y la guerra. En este contexto dijo el arzobispo de Nueva Pamplona: “Queremos con este signo de la Cruz, expresar allí, que el Señor sigue cargando con el dolor y el sufrimiento del pueblo araucano y de Colombia (…) Nosotros les expresamos esa íntima unión y les decimos que el Señor está allí y sigue cargando con nuestras debilidades y flaquezas, pero que nos llama a que nos dejemos reconciliar con él y con el hermano”. El prelado advirtió que esta visita fue un peregrinaje para orar y suplicar la paz de estos territorios, “no es una manifestación, ni reclamos de acuerdos, sino un compromiso porque en primer lugar la paz es un don de Dios y en segundo, un compromiso del cristiano”. Obispo de Arauca agradece gesto de cercanía de sus hermanos en el episcopado Por su parte, monseñor Jaime Cristóbal Abril González, obispo de la Diócesis de Arauca calificó esta visita de los obispos como un signo de esperanza y fraternidad para alcanzar la paz en esta región tan golpeada. Expresó su agradecimiento hacia sus hermanos obispos, el clero, religiosas y fieles que hicieron posible el desarrollo de esta peregrinación. “Fue una visita muy significativa, muy especial, de fraternidad, de cercanía y un testimonio, desde la unidad en la fe, de oración por la paz. Fue una expresión de solidaridad para con todas las personas que, de manera particular, a lo largo de este año 2022 han tenido que sufrir a causa de la violencia”. Agregó que, “ojalá estos signos nos sigan uniendo como realidad de provincia y nos sigan impulsando en nuestra labor evangelizadora”, por lo que pidió de manera especial la intercesión de María Santísima, en la advocación de la Negrita de la Cordillera del Piedemonte y La Sabana; de Santa Bárbara, patrona de Arauca; y del beato mártir, Jesús Emilio Jaramillo Monsalve. Finalmente, observó que es su deseo y el del pueblo araucano, que este gesto de solidaridad, sea un “testimonio del llamado a aquellas organizaciones violentas para que ojalá cesen su accionar, se permitan el respeto del Derecho Internacional Humanitario, que obviamente, parte del respeto a la vida y a la dignidad de toda persona. El llamado es a buscar caminos realmente de reconciliación y de paz entre todos”, puntualizó. Asistieron a esta reunión los señores obispos de la provincia eclesiástica de Nueva Pamplona: monseñor Jorge Alberto Ossa Soto, arzobispo de Nueva Pamplona; monseñor José Libardo Garcés Monsalve obispo de Cúcuta; y monseñor Israel Bravo Cortés, obispo de Tibú. Les acompañó espiritualmente monseñor Luis Gabriel Ramírez Díaz, obispo de Ocaña, quien por dificultades de desplazamiento no pudo asistir a la reunión.

Jue 10 Mar 2022

A ejercer la democracia

Ha llegado el momento para que los colombianos elijan a las personas que los representarán en el congreso de la República. Como representantes a la cámara o como senadores. Las circunstancias políticas actuales, tanto a nivel interno como externo, ameritan que los ciudadanos se tomen muy en serio su derecho y deber a votar y escoger libremente a quienes consideren lo pueden hacer de la mejor manera posible. No es suficiente la crítica feroz que suele darse en torno al Congreso. En todo caso, este cuerpo colegiado es el origen de las leyes de las República y no es sabio desentenderse de su composición. Además, tiene la tarea de ser como el garante de la democracia en nuestra nación, y todos los analistas coinciden en señalar que ésta se encuentra bajo asedio en el mundo entero. Vale la pena destacar que la democracia colombiana, aun siendo bastante imperfecta, permite tanto las campañas como la libre elección por parte de los nacionales. Debates, concentraciones, foros, publicidad, publicaciones políticas, todo esto que ahora es tan visible, es signo de que tenemos una democracia palpitante y que abarca a la mayoría del territorio del país. Todo lo que conllevan las campañas políticas es un buen indicador de que en Colombia hay gusto por la democracia y que hoy, prácticamente nadie, está dispuesto a ser gobernado a nivel local o nacional, sin ser antes escuchado y tenido en cuenta. De la misma manera, desde aquí debe nacer la capacidad de reconocer a quienes triunfan y la de darle espacio a las llamadas oposiciones, las cuales finalmente sirven para controlar posibles desmanes de las mayorías. Y no está de más que el ciudadano se haga consiente de lo importante que es su presencia en las urnas para dar paso a personas que realmente merezcan por méritos e integridad realizar la tarea legislativa de la nación. Y, al mismo tiempo, cerrar el paso a quienes han hecho de la política un negocio, un nido de corrupción sin límites, una actividad hereditaria, una toma del poder para su propio provecho. Hoy, cada persona mayor de edad llamada a elegir cuenta con muchos medios para informarse verazmente de los programas de los candidatos a senado y cámara, lo mismo que de su probidad ética para aspirar a ocupar una curul. Se requiere una ciudadanía cada vez más activa en este sentido o de lo contrario sus quejas caerán en el vacío o se le devolverán al no participar debida y cuidadosamente en la contienda electoral. ¡Cuánto mal hace cada voto cambiado por un tamal, un mercado o unas tejas! Mucho más de lo que el “beneficiario” pudiera imaginarse. La Iglesia, en su largo deambular por la historia, ha realizado su misión bajo todo tipo de modos de gobiernos y ninguno le es desconocido y tampoco absoluto. En medio de la limitación de cada uno de ellos, sin embargo, ha visto en la democracia un modelo político que abre muchas posibilidades a todos los ciudadanos, cuando funciona bien. Y por eso mismo la Iglesia anima, como ya lo han hecho recientemente los obispos católicos de Colombia, a que todos los bautizados y a todas las personas de buena voluntad se conviertan en verdaderos actores políticos de su propia vida, de sus familias y de toda la sociedad. Hay campo para ello y es necesario aprovecharlo para que no sea ocupado indebidamente por nadie. Y la Iglesia también conoce los dolores y despojos del autoritarismo y de las dictaduras y por eso los desaconseja de plano. Que cada colombiana y cada colombiano manifiesten su amor a la patria haciéndose verdaderos actores de la democracia, con el voto libre e informado. No es poco lo que está en juego y a todas luces está claro que se requieren mujeres y hombres nuevos, íntegros y capaces, para darle más impulso al progreso de Colombia. En la actualidad, más que el miedo, lo que debe mover a la ciudadanía es un sueño de construcción del bien común, de la convivencia pacífica y de la justicia social extendida hasta el último rincón de Colombia. Y de la protección de la libertad. Imposible ser pasivo en esta hora crucial de la nación. Oficina Arquidiocesana de Comunicaciones Fuente:Dirección El Catolicismo

Mar 8 Mar 2022

Diócesis de Santa Marta abre espacio de diálogo con candidatos al Congreso

La Diócesis de Santa Marta facilitó, el pasado jueves 03 de marzo, un encuentro de oración y diálogo con los candidatos aspirantes a cargos del Senado y Cámara de Representantes, que viven en esta ciudad. Se trató de un espacio pedagógico donde se hizo primero la presentación de la Pastoral Social Diocesana, a cargo del padre Harold Porfirio Tejada, luego de ello, monseñor José Mario Bacci Trespalacios, obispo de la Diócesis de Santa Marta, a partir del mensaje de los obispos de Colombia sobre el próximo período electoral, propuso a los candidatos reflexionar sobre tres verbos: invitar, exhortar y comprometerse. El prelado hizo un llamado a todos los ciudadanos samarios, a los líderes políticos y a quienes viven dentro del territorio diocesano de Santa Marta para que, a conciencia, analicen la trayectoria y propuestas de los candidatos al Congreso y a la Presidencia de la República, que vean en ellos la capacidad de promover el bienestar, a partir de las necesidades de los territorios y el interés nacional; por ello llamó a votar libre y responsablemente, como fruto de una decisión informada y consciente; a favorecer la democracia y reclamar del Gobierno, garantías para prevenir delitos electorales. Exhortó a los líderes políticos a encontrar en el bien común, la motivación para su servicio, de modo que los clamores, sobre todo de los jóvenes y de los pobres, sean escuchados, y las problemáticas sociales que siguen sin respuesta, sean atendidas; a ejercer un liderazgo que incluya a todos en un proyecto de nación, que cuide la paz, acreciente la confianza en las instituciones y en el prójimo, y en el que cada uno sea artesano del desarrollo humano, económico y social; a impedir la corrupción, acatando la doctrina social de la Iglesia, la cual nos enseña que, “la política, tan denigrada, es una altísima vocación, es una de las formas más preciosas de la caridad” (Evangelii Gaudium, n. 205). En este encuentro, no podían faltar las personas pertenecientes al territorio de la Diócesis de Santa Marta, a quienes Monseñor Bacci invitó a construir con decisión y sin miedo un país mejor, permitiendo que las raíces cristianas muevan a la justicia, al diálogo y a la fraternidad; por ello recalcó, “es necesario el respeto a la vida humana en todas sus etapas y expresiones, la protección de la familia, el derecho a educar a los hijos, la libertad de conciencia y el cuidado de los ecosistemas, a dejar la intolerancia y la violencia, a emprender juntos la amistad social; a mirar con esperanza el futuro de Colombia”. Al final, en comunión con la Iglesia Universal, pidió al Espíritu, guía y protección, para que “nos regale más políticos a quienes les duela la sociedad, el pueblo y los pobres” (Evangelii Gaudium, 205). Fuente: Oficina de Comunicaciones Diócesis de Santa Marta Fotografía: Oficina de Comunicaciones Diócesis de Santa Marta

Vie 25 Feb 2022

Instituciones católicas rechazan despenalización parcial del aborto

Las voces de otros organismos de la Iglesia Católica no se han hecho esperar, en rechazo a la decisión tomada por la Corte Constitucional, que decreta: “La conducta del aborto solo será punible cuando se realice después de la vigésima cuarta (24) semana de gestación y, en todo caso, este límite temporal no será aplicable a los tres supuestos fijados en la Sentencia C-355 de 2006”. Confederación Nacional Católica de Educación (Conaced) Esta corporación colegial católica de carácter privado, que vincula a las delegaciones educativas de las Comunidades Religiosas y agremia a Federaciones de instituciones educativas del país, expresó su rechazo frente a la decisión de la Corte Constitucional. "Nos unimos a todas las entidades que desde diferentes voces rechazan la postura tomada de la Corte y que hiere los principios fundamentales como hombres y mujeres generadoras de vida y esperanza (...) La misión de la escuela católica es formar a las personas para la vida a partir de una determinada escala de valores que liberen al ser humano de cuanto les impide vivir plenamente como la imagen y semejanza de Dios que es. Es decir, guardar la prioridad de la persona de acuerdo a su dignidad. (Ideario de CONACED)”. Descargar comunicado [icon class='fa fa-download fa-2x'] AQUÍ[/icon] Conferencia de Religiosos de Colombia (CRC) La vida religiosa también se manifestó, expresando su dolor y cercanía a la sociedad colombiana, frente a la decisión de la Corte Constitucional y recordó que es tarea del Estado garantizar la vida de todo ser humano. "Como religiosas y religiosos queremos unirnos a toda la sociedad civil, católica y de otras confesiones que se han manifestado. Todos defendemos la vida y anhelamos que el Estado sea quien garantice la vida en el país. No solo el aborto nos conmueve y nos mueve a expresarnos. Las muertes a causa de la violencia, la muerte por hambre y falta de atención sanitaria y demás muertes nos tocan y nos exigen levantar la voz. La vida es sagrada y es un don de Dios de acuerdo a la sana doctrina que nuestra Iglesia conserva y profesa en su Magisterio”. Descargar comunicado [icon class='fa fa-download fa-2x'] AQUÍ[/icon] Red de Universidades Católicas (RUCC) Por su parte, la Red de Universidades Católicas (RUCC), en su mensaje manifestó su preocupación por la reciente despenalización parcial del aborto en Colombia y ofreció una reflexión frente a este fallo. Entre ellas cuestionó la decisión de la Corte, aduciendo que es “el Congreso de la República el órgano llamado a buscar amplios consensos a nivel nacional sobre asuntos especialmente complejos por sus implicaciones sociales”. Recordaron además que la vida, desde su concepción, es un valor absoluto sobre el cual se afincan todos los demás derechos y, por ende, como lo establece la Constitución Política de 1991: “El derecho a la vida es inviolable”. Finalmente, hicieron un llamado al Congreso de la República para que, busque un consenso democrático que permita reglamentar la objeción de conciencia institucional “de modo que se dé continuidad a los servicios de asistencia de ginecobstetricia por parte de las instituciones que trabajan en defensa de la vida en todas sus dimensiones. También, insta a los profesionales de la salud para que bajo el juramente hipocrático protejan la vida desde su concepción”. Descargar comunicado [icon class='fa fa-download fa-2x'] AQUÍ[/icon]

Jue 24 Feb 2022

Llora el corazón

Por: Luis Fernando Rodríguez Velásquez - Es cierto, no puede ser para menos. Decretar la despenalización total del aborto, más que ser una expresión de desarrollo y progreso de un pueblo, es un signo de la forma como ese mismo pueblo se encuentra inmerso en una terrible crisis antropológica, donde ni siquiera es capaz de respetarse y valorarse a sí mismo, dando prelación a las emociones subjetivas y derechos individuales, considerándose dueño y señor del mundo y de la creación. Una crisis que ha llevado a la inversión plena de los valores, donde, por ejemplo, se lucha y defienden los “derechos” de los animales, y a hasta de “los de un humedal”, condenando a pena de cárcel a la persona que atenta contra la vida de un animal doméstico o derribe un árbol sin permiso de la entidad correspondiente. Pero cuando se trata de un ser humano, la cerrazón y la no aceptación de que ese ser que la mujer lleva en su vientre es otro ser que no le pertenece y que por eso mismo merece vivir, se desconoce y hasta se busca su eliminación. Llover sobre mojado ahora no sirve para nada. Pero no sobra recordar lo que el Papa Juan Pablo II, en su encíclica “el Evangelio de la vida” dijo: “Algunos intentan justificar el aborto sosteniendo que el fruto de la concepción, al menos hasta un cierto número de días, no puede ser todavía considerado una vida humana personal. En realidad, «desde el momento en que el óvulo es fecundado, se inaugura una nueva vida que no es la del padre ni la de la madre, sino la de un nuevo ser humano que se desarrolla por sí mismo. Jamás llegará a ser humano si no lo ha sido desde entonces. A esta evidencia de siempre... la genética moderna otorga una preciosa confirmación. Muestra que desde el primer instante se encuentra fijado el programa de lo que será ese viviente: una persona, un individuo con sus características ya bien determinadas. Con la fecundación inicia la aventura de una vida humana, cuyas principales capacidades requieren un tiempo para desarrollarse y poder actuar». Aunque la presencia de un alma espiritual no puede deducirse de la observación de ningún dato experimental, las mismas conclusiones de la ciencia sobre el embrión humano ofrecen «una indicación preciosa para discernir racionalmente una presencia personal desde este primer surgir de la vida humana: ¿cómo un individuo humano podría no ser persona humana?» (n. 60). Aquí no se trata emitir juicios de valor sobre las razones por las que una mujer accede al aborto. Son muchas y llevan a entender, no a enjuiciar su decisión. Lo que preocupa es que se confunda el ejercicio de la libertad de las personas, hombres mujeres, personal de salud, etc., con la obtención y ganancia de unos derechos que atentan, sin lugar a dudas, contra el derecho fundamental de todo individuo como es la vida. El vientre de toda mujer es cuna de la vida, y ahora, para muchas mujeres, se va convertir en sepulcro de vidas inocentes. Los y las sicólogas que acompañan a las mujeres que han abortado, así hubieran tenido las razones presuntamente válidas, saben muy bien que en su inmensa mayoría quedan afectadas por el llamado “síndrome post aborto”. Y es que, aún sin quererlo, la voz de la conciencia, que ilumina y sabe muy bien lo que es bueno y es malo, pesa y deja una huella prácticamente indeleble. ¡Qué interesante hubiera sido que en los debates de las altas cortes, hubieran dado voz a las mujeres que han abortado para conocer a fondo sus dolores y sentimientos de culpa que van más allá de las convicciones religiosas que digan tener! Llora el corazón. Sí, pero no nos podemos quedar llorando. La vida sigue y para los colombianos, para los hombres y mujeres de buena voluntad y los católicos en general convencidos del valor no negociable de la vida humana, la historia sigue su rumbo. Y toca hacernos la pregunta, ¿qué sigue? 1. Seguir anunciando el Evangelio de la vida. Es decir, la buena nueva de la vida, que como don de Dios, debe ser salvaguardada. 2. Intensificar la oración y pedir a Dios que cambie los corazones de piedra de quienes se abrogan el poder sobre la vida humana, para que reconozcan que los seres humanos no somos dueños de la vida, sino sus administradores y cuidadores y seamos capaces todos de entender que no toda ley, por ser ley, es justa. Lo legal no necesariamente es legítimamente moral. 3. Recordar, sobre todo al personal de salud, y especialmente a los médicos que un día hicieron el juramento hipocrático, que en la constitución colombiana sigue vigente el principio de objeción de conciencia ante leyes que pueden ser consideradas inicuas. El Artículo 18 de la Constitución Política dice: “Se garantiza la libertad de conciencia. Nadie será molestado por razón de sus convicciones o creencias ni compelido a revelarlas ni obligado a actuar contra su conciencia”. Las instituciones y profesionales de salud, desde hace varios años, tienen ya definidos los protocolos para el ejercicio de este derecho constitucional. 4. Acompañar con corazón lleno de compresión y compasión a las familias y mujeres que se encuentren en circunstancias que las estén llevando a la posible toma de la decisión de abortar. Según entiendo, incluso en la misma ley que aprueba el aborto, se abre la puerta para que la entrega de los hijos en adopción sea una alternativa válida. 5. Acompañar a las mujeres que han abortado para que a su vez, reconocida su acción, y fortalecidas por el amor y la misericordia divinas, se conviertan en defensoras y educadoras de la vida naciente, especialmente ante las adolescentes y jóvenes que resulten embarazadas. Hay que recordar que el Papa Francisco amplió la facultad de absolver el delito del aborto a todos los presbíteros que legítimamente están ejerciendo el ministerio. 6. A las mujeres y a quienes les ayuden a realizar el aborto (familiares, amigos, parejas, personal de salud, etc.) creyentes y temerosos y temerosas de Dios, no sobra recordarles el mandamiento de no matar, que tiene su origen en la ley natural del cuidado y respeto de la vida en todas las etapas de su desarrollo. Finalmente, unas reflexiones conclusivas. En el grupo de magistrados de la Corte que aprobaron la despenalización del aborto habían cuatro mujeres. Tres de ellas no lo aprobaron. ¿No sería que latía en sus corazones de mujeres, hijas y posibles madres, el sentimiento maternal propio de quienes están llamadas a dar la vida? ¿No sería que los varones y una mujer que aprobaron la nefasta ley del aborto pudieron estar movidos más por “quedar bien” ante la fuerza mediática y presiones del momento que por ser valientes defensores de la verdad de la vida humana? Personalmente pude ser testigo, en la Clínica Universitaria de la Pontifica Bolivariana, donde se tiene la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales, Santa Gianna Beretta (madre de familia que prefirió dar su vida con tal de no abortar a su hijo), de como bebés de 22 semanas eran recibidos allí, y a través del llamado programa canguro, se desarrollaron y hoy son personas jóvenes y adultos que comparten con sus familias el don maravilloso de la vida. ¿Cómo llegar a autorizar que hasta las 24 semanas, libremente, y después con las tres antiguas causales, se pueda eliminar un bebé en estas condiciones de viabilidad? Mas que un aborto, es un infanticidio. Llora el corazón y elevamos súplicas a Dios, que es rico en misericordia, por todos los hombres y mujeres de Colombia, tristes y afligidos, para que reconozcamos el valor sagrado de la vida humana, y no solo la del embrión en el vientre materno, sino la de toda vida humana que está siendo amenazada de muerte todos los días por la violencia en todas sus formas y con la eutanasia. Dios nos libre del mal y nos bendiga. + Luis Fernando Rodríguez Velásquez Obispo Auxiliar de Cali