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Iglesia

Jue 22 Abr 2021

Recomendaciones para vivir el ‘Año de la Familia’ en tiempo de pandemia

Fruto de una reunión virtual realizada el pasado 16 de abril, la Comisión Nacional del Departamento de Matrimonio y Familia de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), presidida por monseñor Édgar de Jesús García Gil, obispo de Palmira, surgieron algunas líneas pastorales para tener presente en este tiempo de pandemia. Motivados por el año de la “Familia Amoris Laetitia”, convocado por el Santo Padre el pasado 27 de diciembre de 2020 con ocasión del quinto aniversario de la publicación de la exhortación apostólica Amoris Laetitia, los miembros de la comisión se dieron a la tarea de hacer una lectura de la realidad de esta pastoral, encaminados a motivar algunas acciones puntuales que podrán ser aplicadas en las jurisdicciones eclesiásticas a través de los delegados de la pastoral de matrimonio y familia, con el claro concepto de una nueva evangelización. Sugerencias concretas para vivir el año de la “Familia Amoris Laetitia”Aquí se describen algunas de las iniciativas que se proponen para que los diferentes agentes de esta pastoral las apliquen en las Iglesias particulares (vicarías, parroquias, movimientos eclesiales, asociaciones familiares y en las diferentes delegaciones pastorales): * Seguir el sitio web del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida https://acortar.link/dYz1Edonde se está ofreciendo material de catequesis, videos y presentaciones que pueden ser útiles para la formación de agentes. * Con el fin de promover la belleza de la familia y aprovechando la exhortación apostólica Amoris Laetitia, se sugiere a todas las jurisdicciones elaborar los planes pastorales pensados en sinodalidad, donde se haga un análisis riguroso a este documento del Papa Francisco. * Este, que es un año especial y que exhorta a ser testigos del amor familiar, el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, ha propuesto doce (12) itinerarios en “Camino con las familias”. La Comisión Episcopal propone ser aplicados, pero resalta de manera especial tres de ellos: Estudio de la Exhortación Amoris Laetitia, itinerario del catecumenado para el amor en la preparación para los jóvenes y parejas a su matrimonio como un proceso de evangelización, y procurar que a lo largo de este año dedicado a la familia se tengan los equipos de pastoral familiar parroquial con las parejas que se han formado en la pedagogía del amor, de la escucha, en este rango del matrimonio y de la familia. Finalmente, animaron para que en el mes de mayo o cuando consideren pertinente, se realicen celebraciones que puedan destacar esta propuesta eclesial entre los feligreses.

Jue 22 Abr 2021

Invertir la degradación de los ecosistemas

Por: Mons. Fernando Chica Arellano - “Restaurar nuestra Tierra” es el lema escogido para la celebración del Día Internacional de la Tierra, este 22 de abril de 2021, de acuerdo con la resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Esta significativa jornada reconoce a la Tierra y sus ecosistemas como el hogar común de la humanidad, así como la necesidad de protegerla para mejorar los medios de vida de las personas, contrarrestar el cambio climático y detener el colapso de la biodiversidad. La salud de nuestro planeta y de los que en él vivimos está fuerte y directamente relacionada con la salud de nuestros ecosistemas, por lo cual es esencial y perentorio atajar e invertir su degradación. En efecto, una mirada atenta a nuestro alrededor pone en evidencia la creciente deforestación, el agravarse de la contaminación de los océanos, que se están colmando de plásticos y volviéndose cada vez más ácidos. También se percibe por doquier el incremento del calor extremo, la propagación de los incendios forestales, una profusión de desastrosas inundaciones, así como la multiplicación de los huracanes, fenómenos que tienen nocivas repercusiones para millones de personas. Estas dañinas problemáticas, que se han visto enormemente agudizadas por la vigente pandemia, reclaman una actuación incisiva y urgente, fruto de una decidida voluntad política, así como de una leal y franca colaboración entre instancias internacionales, gubernamentales, el sector público, el privado y la sociedad civil organizada, sin dejar al margen a las personas individuales, que no podemos ser indiferentes a la suerte y el porvenir de nuestro planeta. Este año la elección del lema sintoniza con la puesta en marcha del Decenio de la ONU sobre la Restauración de los Ecosistemas (2021-2030), que se lanzará oficialmente en el marco del próximo Día Mundial del Medio Ambiente (5 de junio), aunque la acción en todo el mundo ya está despegando. Por ello, vamos a dedicar los siguientes párrafos a reflexionar sobre esta cuestión. Mitigar, adaptar y restaurar El cambio climático constituye uno de los grandes retos del planeta y de la humanidad en estos momentos, y de cara a todo el siglo XXI. De manera general, suele hablarse de una doble estrategia ante este desafío: la mitigación y la adaptación. En primer lugar, mitigar, suavizar, frenar o reducir el cambio climático supone, sobre todo, disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero hacia la atmósfera para, de este modo, evitar que el planeta se caliente de manera más extrema (internacionalmente, se ha marcado el objetivo de impedir que la temperatura media global aumente más de 1,5ºC). En segundo lugar, adaptarse al cambio climático implica modificar nuestras prácticas para proteger nuestra vida y la de nuestro entorno; incluye iniciativas como reforestar bosques, diversificar cultivos, edificar de un manera sostenible o prevenir catástrofes naturales, entre otras. Cuanto más mitiguemos el cambio climático en este momento, más fácil será adaptarse a los cambios que ya no podemos evitar. Estas dos estrategias coinciden en plantear un enfoque pragmático y posibilista; sin duda, necesario y, más aún, imprescindible. Ahora bien, desde la fe cristiana y desde la Doctrina Social de la Iglesia podemos preguntarnos si eso es todo lo que podemos hacer, si este enfoque agota nuestra respuesta. Sinceramente, creo que no. Y aquí es donde entra el tercer verbo que menciono: restaurar. Necesitamos restaurar unas relaciones sanas con el cosmos, con toda la creación. Decía el papa Francisco en su encíclica sobre el cuidado de la casa común: “Muchas cosas tienen que reorientar su rumbo, pero ante todo la humanidad necesita cambiar. […] Se destaca así un gran desafío cultural, espiritual y educativo que supondrá largos procesos de regeneración” (Laudato Si’, n. 202). Necesitamos, pues, “una mirada distinta, un pensamiento, una política, un programa educativo, un estilo de vida y una espiritualidad que conformen una resistencia ante el avance del paradigma tecnocrático” (Laudato Si’, n. 111). Difícilmente podremos restaurar nuestra Tierra mientras no superemos este “paradigma homogéneo y unidimensional”, que vincula tecnología y poder, y que mira la realidad desde la “técnica de posesión, dominio y transformación” (Laudato Si’, n. 106). Restaurar todo en Cristo En este contexto, resuenan con renovada pujanza las palabras de san Pablo, cuando afirma que “la creación misma espera anhelante que se manifieste lo que serán los hijos de Dios” (Rom 8,19). “Sabemos, en efecto, que la creación entera está gimiendo con dolores de parto hasta el presente” (Rom 8,22). Y este anhelo, cósmico y universal, se abre a la promesa de Dios: “Repoblaré las ciudades y haré que las ruinas sean reconstruidas. La tierra desolada, que los caminantes veían desierta, será cultivada de nuevo” (Ez 36,33-34). Los creyentes sabemos que el plan de Dios consiste en llevar a plenitud todo el cosmos, restaurando, recapitulando y reuniendo todas las cosas en Cristo (cf. Ef 1, 10). “En efecto, Dios tuvo a bien hacer habitar en Él toda la plenitud y por medio de Él reconciliar consigo todas las cosas, tanto las de la tierra como las del cielo” (Col 1,19-20). Ahí tenemos un paradigma alternativo, que permite verdaderamente restaurar toda la realidad en Cristo, porque, como dijo san Pedro, “llegarán tiempos de consuelo de parte del Señor […] cuando todo sea restaurado” (Hch 3,20-21). O, en palabras del Apóstol de los gentiles, “cuando le están sometidas todas las cosas [a Cristo], entonces el mismo Hijo se someterá también al que le sometió todo, para que Dios sea todo en todas las cosas” (1 Cor 15,28). En realidad cumplir el mandato de trabajar y custodiar la tierra (Gn 2, 14), como ya observaba un autor de la antigüedad, requiere vivir bajo la ley del Creador, y no dejarse arrastrar por la soberbia (cfr. Ambrosiaster, Quaestiones veteris et novi testamenti, 123, 9 [CSEL 50, 377]): tal cosa solo es posible cuando la persona es restaurada por la fe en Cristo. Ahora bien, esta restauración exige un giro radical, un cambio de paradigma. Así, por ejemplo, en 2019, el Documento final del Sínodo de los Obispos sobre la Amazonía invitaba a una verdadera conversión integral, esto es, a “una conversión personal y comunitaria que nos compromete a relacionarnos armónicamente con la obra creadora de Dios” (n. 17). Esta “única conversión al Evangelio vivo, que es Jesucristo, se podrá desplegar en dimensiones interconectadas para motivar la salida a las periferias existenciales, sociales y geográficas” (n. 19); estas dimensiones son la conversión pastoral, la cultural, la ecológica y la sinodal. Por eso, el mismo papa Francisco planteó, en su exhortación apostólica post-sinodal Querida Amazonía, un cuádruple sueño social, cultural, ecológico y eclesial. Restaurar nuestra Tierra Concluyo con unas palabras de san Pablo VI, cuando reflexionaba sobre los íntimos vínculos entre evangelización y promoción humana, señalando que se trata de vigorosos y profundos nexos antropológicos, teológicos y evangélicos: “No se puede disociar el plan de la creación del plan de la Redención, que llega hasta situaciones muy concretas de injusticia, a la que hay que combatir, y de justicia, que hay que restaurar” (Evangelii Nuntiandi, n. 31). Sí, sin duda, estamos llamados a restaurar nuestra Tierra, en todos los ámbitos de la realidad. Y de este reto ninguno de nosotros estamos excluidos. Por el contrario, todos hemos de poner de nuestra parte con convicción y entusiasmo. Fernando Chica Arellano Observador Permanente de la Santa Sede ante la FAO, el FIDA y el PMA

Mié 21 Abr 2021

La comunicación, pieza clave en la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe

Con el fin de avanzar en la estrategia de comunicaciones que guiará el camino de la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe, prevista del 21 al 28 de noviembre, en México, bajo el lema "Todos somos discípulos misioneros en salida", se realizó este miércoles 21 de abril una reunión virtual para presentar los referentes de comunicaciones que deben tener en cuenta las conferencias episcopales del continente, así como otras organizaciones y redes afines a este trabajo. Óscar Elizalde Prada, coordinador del Centro para la Comunicación del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), quien moderó la reunión, agradeció la participación de los más de 55 asistentes, a quienes explicó que este espacio buscaba generar articulaciones y sinergias entre las distintas instituciones, para enriquecer la propuesta de comunicaciones que se viene desarrollando previo a la asamblea. La responsabilidad en el campo comunicativo de la asamblea la lleva una comisión de comunicaciones integrada por un grupo interdisciplinar de profesionales, que tendrá la tarea de buscar estrategias para llegar con un lenguaje sencillo e incluyente al pueblo de Dios, antes, durante y después de este evento eclesial. Janeth Pedraza, miembro del comité organizador de la asamblea y quien trabaja en la oficina de comunicaciones de la Conferencia Episcopal de México, presentó la propuesta del plan de comunicaciones sobre el que se ha ido avanzando e informó que ya se cuenta con el sitio web www.asambleaeclesial.lat disponible en cuatro idiomas: español, portugués, francés e inglés. Agregó que están activas las redes sociales de Facebook, Instagram, twitter y YouTube, sobre las que invitó a las instituciones a multiplicar la información allí publicada. Por su parte, Javier Rodríguez, coordinador de la comisión de contenidos de la asamblea y director de comunicaciones de la Arquidiócesis de México, animó a los presentes a generar contenidos que sirvan como insumos para enriquecer esta propuesta comunicativa; pero, sobre todo, los invitó a ponerse la camiseta de la asamblea para hacer la mayor promoción posible sobre este evento. La reunión concluyó con un espacio de diálogo donde los asistentes expresaron sus inquietudes; entre ellas, desarrollar una estrategia que permita que las personas que no tienen acceso a la tecnología puedan ser partícipes de este gran acontecimiento eclesial latinoamericano. Además, se hicieron algunos aportes sobre los contenidos que se vayan a ofrecer, para que a estos pueda tener acceso, de manera sencilla, a todo el pueblo de Dios. El comité organizador de la asamblea informó que el próximo miércoles 5 de mayo se ofrecerá un taller virtual para compartir herramientas que permitan producir materiales gráficos, audiovisuales y periodísticos para promocionar la asamblea eclesial. Los interesados pueden acceder a esta información en la página web. Asamblea Eclesial de América Latina y Caribe Recordemos que la Asamblea Eclesial de América Latina y Caribe, fue convocada por el Papa Francisco y quiere ser una reunión de todo el pueblo de Dios latinoamericano y caribeño, bajo el tema: “Todos somos discípulos misioneros en salida”. La misma busca hacer memoria de Aparecida, la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano. Esta Asamblea, fue inaugurada oficialmente el pasado 24 de enero en la basílica de la Virgen de Guadalupe de México, y culminará presencial y virtualmente, del 21 al 28 de noviembre de 2021, en ciudad de México.

Mié 21 Abr 2021

Arquidiócesis de Bogotá: "Acción y Participación de los Fieles- APF"

Con el fin de seguir dando marcha al trabajo pastoral y fortalecer las diferentes obras sociales, educativas, asistenciales, así como el sustento de las 300 parroquias en Bogotá, esta Iglesia particular ha tomado la iniciativa de crear la oficina de "Acción y Participación de los Fieles- APF". Según lo indica un comunicado emitido por la Arquidiócesis de Bogotá, esta oficina se encargará de la “consecución de recursos, la identificación de necesidades, diversificación de acciones y el fortalecimiento de fuentes de ingresos”. Para lograr este objetivo, señalan que trabajarán en la gestión con organizaciones privadas, agencias nacionales e internacionales, públicas y privadas; así como también animarán la participación de la comunidad católica y donantes a través de los medios digitales. Serán tres los pilares que marquen esta tarea: alianzas y cooperación; camino, verdad y vida, y plataforma de crowdfunding. Alianzas y cooperación: Busca y promueve la participación de las empresas, entidades, agencias nacionales e internacionales, públicas y privadas, para la atención de las grandes necesidades de la población del territorio arquidiocesano. Camino, verdad y vida: Se trata de fomentar la participación de los fieles en las distintas acciones de la Iglesia a través de campañas de donación y fidelización de los donantes. Así mismo, busca que las personas se comprometan con alguno de los tres componentes del programa donde se encuentran identificadas y clasificadas las obras de la Arquidiócesis de Bogotá según sus objetivos, como: evangelizar (camino), educar (verdad) y servir (vida). Plataforma de crowdfunding: A través de esta plataforma de recaudación de fondos alojada en la página web de Camino, Verdad y Vida, se visibilizará las necesidades puntuales de las obras sociales de esta Iglesia particular. “Porque la fe es acción” Este será el lema que marque el caminar de APF, “de esta manera nos invita a plasmar en obras nuestra fe, es un llamado a la acción”. Frente a esta iniciativa la Iglesia arquidiocesana exhorta a todos los fieles y personas de buen corazón para que se vinculen con esta noble causa. Para ampliar esta información los interesados podrán ingresar al sitio web https://accionyparticipacion.org/

Mar 20 Abr 2021

Vaticano anima a los artistas a seguir regalando sonrisas

En el XI Día Mundial del Circo, que se celebra cada año el tercer sábado de abril, el cardenal Peter K.A. Turkson, Prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, a través de una comunicación escrita, pidió a los artistas circenses del mundo que, a pesar de las adversidades generadas por la pandemia, no paren de hacer sonreír a los niños y ancianos que sufren. "Pido a los circenses de todas las latitudes que tanto están sufriendo en esta pandemia que lleven el circo, cuanto antes, a los lugares donde sufren los niños y los ancianos: los abuelos y los nietos, que son los espectadores más frecuentes bajo el “chapiteau” (carpa), han sido los que han pagado un precio muy alto y tienen tanta sed como los circenses de una explosión de pura alegría como la que puede dar el circo. Y también los que cuidan tanto su salud necesitan el bálsamo de la risa". afirmó. El prelado, quien a través de este dicasterio se encarga del acompañamiento pastoral de los itinerantes y de todos los cirqueros, lamentó la actual situación que sufren los artistas. "La prolongación de la situación de emergencia y de las medidas para evitar aglomeraciones, amenazaron la industria del circo, así como la existencia misma de estas empresas, a menudo familiares, que tuvieron que endeudarse a la espera de tiempos mejores". Al recordar que esta tarea del circo nació en Europa hace más de 250 años, pidió el apoyo financiero por parte de la Unión Europea y de cada país, asegurando que "están llamados a proteger a los más débiles, así como a los sectores más vulnerables de la economía". [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar comunicado[/icon]

Lun 19 Abr 2021

Hacia una reforma tributaria más humana que técnica

Por: Mons. Luis Fernando Rodríguez Velásquez - “La economía tiene necesidad de la ética para su correcto funcionamiento; no de una ética cualquiera, sino de una ética amiga de la persona” (Benedicto XVI. Caritas in veritate, 45). En la discusión que se ha abierto en Colombia respecto de la propuesta de la reforma tributaria que ha sido entregada para su estudio y aprobación al Congreso, son muchos los decires en particular sobre el borrador del articulado. Es muy común escuchar que en lo que tiene que ver con la elaboración de las leyes, muchas veces llevan al horno una torta de manzana, y sale un pan. Esto para decir, que en la mayoría de las veces, los borradores borradores son y casi siempre se modifican sustancialmente. Esto quiere decir que, en el caso que nos ocupa de la reforma tributaria, no sobra conocer las propuestas y articulados, pues en sana discusión puede ayudar a los legisladores a mejorarlos, adicionarles otros o eliminarlos y por qué no, a descubrir la oportunidad o no de una decisión. Con esta reflexión no pretendo aproximarme a los artículos y propuestas de reforma, sino al espíritu que ha de animar la realización de la misma, pues si el espíritu está en el vía correcta, sin duda que el resultado será, de pronto no perfecto, pero sí más justo. Un aspecto, que es el que quisiera respetuosamente abordar, es el que tiene que ver con los agentes de la ley, los legisladores y los ciudadanos en general que a través de ellos tienen su representatividad. ¡Cuánto me gustaría que estas reflexiones lleguen a quienes tienen en sus manos el deber de legislar no solo los asuntos pertinentes a la reforma tributaria, sino también en los múltiples aspectos de la vida en Colombia! Como Obispo católico, ¡cuánto quisiera que la luz el Espíritu Santo los ilumine y les ayude a entender la grandeza de su misión! Si lo hacen todos, no importa el grupo político o ideológico al que pertenezcan, podrán poner por obra la principal motivación de la política: el bien común, el bien de la persona y el desarrollo integral de nuestros pueblos. La Doctrina Social de la Iglesia, que aplica de especial manera el mandamiento del amor al prójimo desde lo social, trae un innumerable acopio de reflexiones, mensajes y exhortaciones para que los hombres y mujeres de buena voluntad tomemos conciencia del papel de ser constructores de la gran familia humana. Algunas de sus afirmaciones pueden parecer fuertes y lo son, pues pretenden hacer despertar la conciencia de muchos que nos hemos venido acostumbrando a un estilo de vida sin Dios y sin ley. La Iglesia ha sido abanderada de la defensa de los más débiles, de los pobres. Realiza con valentía la denuncia de la violación de los derechos y la dignidad de los que no tienen voz. Por eso en este acervo de labor profética, la dimensión económica no ha estado ausente en la evangelización. El papa Benedicto XVI regaló a la humanidad la magnífica encíclica Caritas in veritate, en el 2009, sobre el desarrollo humano integral en la caridad y la verdad. Quiso invitarnos a reflexionar entorno de la magistral encíclica Populorum progressio de Pablo VI, que cumplía 40 años de su publicación, la que presenta como la Rerum Novarum de la época contemporánea, ésta última, de León XIII sobre la cuestión social en la época de la industrialización. Partiendo de la afirmación sobre la impostergable necesidad de asumir los parámetros éticos en la implementación de las leyes, quise proponer primeramente la dimensión ética y humana en la aproximación a la economía, pues una economía que no sea de por sí humana, solo conduce a la esclavitud y a la explotación del otro. Ahora bien, la necesidad de hacer una reforma tributaria, que tiene suficientes argumentos para su realización y que nadie puede negar, como la crisis fiscal y económica de todos los sectores de la población por causa, por un lado de la pandemia, pero también por la corrupción tan alarmante que parece como un cáncer que derrumba los fundamentos relacionales de los ciudadanos y las instituciones, se va volviendo cada vez más apremiante. Así las cosas, una reforma como la propuesta y las que vengan, no puede tener la motivación de solucionar solo los problemas de hoy, a manera de bomberos que aparecen para apagar el fuego, sino que tiene el deber que mirar al futuro. La mirada no puede ser de corto plazo, ha de ser también amplia, con la que se busque asegurar el presente y el futuro de la sociedad. Un aspecto clave también para los legisladores, que sin duda es de difícil compaginación, es combinar la respuesta a los dramáticos problemas actuales como el desempleo, la poca capacidad adquisitiva de las familias, la falta de vivienda digna, el hambre, la violencia en todas sus manifestaciones y un largo etcétera, con asentar las bases duraderas que permitan un futuro tranquilo. Las presiones e intereses seguramente son innumerables y requerirá por parte de todos serenidad, estudio y compromiso. Como esto es trabajo de todos, y todos deberemos ser responsables de todo y de todos, el papa Benedicto plantea una cuestión que en Colombia ha cogido una fuerza descomunal. Veamos: “En la actualidad, muchos pretenden pensar que no deben nada a nadie, si no es a sí mismos. Piensan que son solo titulares de derechos y con frecuencia cuesta madurar en su responsabilidad respecto al desarrollo integral propio y ajeno…. La exacerbación de los derechos conduce al olvido de los deberes. Los deberes delimitan los derechos porque remiten a un marco antropológico y ético en cuya verdad se insertan también los derechos y así dejan de ser arbitrarios” (CI, 43). Es también común escuchar que “a nadie le gusta que le toquen el bolsillo”. Esto es, que pocos están dispuestos a aportar de lo que es propio para el beneficio común de los demás. Cierto es que las cargas impositivas que tenemos los colombianos son enormes, pero tampoco se puede negar que cuando se da primacía a los derechos individuales, se va opacando poco a poco la dimensión solidaria del ser humano, para dar espacio al egoísmo simple de quien se cree en el derecho solitario de defender sus propios derechos. Cuando en un expendio de cualquier cosa el vendedor pregunta al cliente ¿necesita la factura?, ¿qué hay detrás de esta pregunta? Dicen los expertos que si en realidad todos en Colombia pagáramos como debe ser los impuestos y fuéramos responsables con las obligaciones frente al fisco nacional, no sería necesaria ninguna reforma tributaria y hasta sobraría dinero…. La ética de una economía verdaderamente humana, parte del reto que es necesario recuperar cada vez más la responsabilidad de la ciudadanía, las implicaciones del ciudadano que tiene sentido de pertenencia a su comunidad, a su ciudad, a su región, a su país, al mundo. Limitar los derechos a un asunto personal, lleva también a una esclavitud que solo conduce a la propia y solidaria autodestrucción. De nuevo es necesario decir que todos somos responsables de todos. Así, afirmar tajantemente que esto de la economía y de la reforma tributaria le toca solo al Estado, es una verdad parcial, porque si bien al Estado -estructura- le corresponde liderar, coordinar, ejecutar y administrar la dinámica fiscal del país, los primeros que también debemos participar responsablemente en esta gestión somos los ciudadanos como aportantes y veedores de la misma. Es una realidad innegable que sin Estado no hay sociedad, pero ¿cómo tener un Estado que no ahogue, limite o clasifique la sociedad o al menos a una parte de ella? ¿Cómo garantizar la transparencia en el uso de los recursos que los ciudadanos entregan al Estado? Una pregunta, de no poca monta es necesario plantear: ¿a qué sociedad sirve el Estado? ¿Cuál es su tamaño y cómo está distribuida social y económicamente? ¿Cómo se debería hacer una caracterización de la sociedad que vaya más allá de las estadísticas y encuestas? Y por último, ¿cómo hacer para que efectivamente todos contribuyamos de manera equitativa y proporcional al desarrollo integral de Colombia? Como ayuda respetuosa para los legisladores que tienen en sus manos la tarea de analizar y llevar a cabo la posible reforma tributaria, traigo nuevamente al papa Benedicto XVI, quien con elocuencia y firmeza dirá: “Toda la economía y todas las finanzas, y no solo alguno sectores, en cuanto instrumentos, deben ser utilizados de manera ética para crear las condiciones adecuadas para el desarrollo del hombre y de los pueblos. Es ciertamente útil, y en alguna circunstancia indispensable, promover iniciativas financieras en las que predomine la dimensión humanitaria. Sin embargo, esto no debe hacernos olvidar que todo el sistema financiero ha de tener como meta el sostenimiento de un verdadero desarrollo… Recta intención, transparencia y búsqueda de los buenos resultados son compatibles y nunca se deben separar” (CI, 65) “Necesitamos la reforma para cumplir con los planes sociales”, dijo el señor Ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla cuando explica las razones del Gobierno nacional para realizar la reforma tributaria. Aquí entramos en otra dimensión de la economía; la primera que he propuesto es el espíritu humano integral que debe regir los principios de una sana economía, ahora propongo el o los objetivos de la economía en general. Dejo que el sea Magisterio de la Doctrina Social de la Iglesia el que nos ilustre con su sabiduría: “Los ingresos fiscales y el gasto público asumen una importancia económica crucial para la comunidad civil y política: el objetivo hacia el cual se debe tender es lograr una finanza pública capaz de ser instrumento de desarrollo y solidaridad. Una Hacienda pública justa, eficiente y eficaz, produce efectos virtuosos en la economía, porque logra favorecer el crecimiento de la ocupación, sostener las actividades empresariales y las iniciativas sin fines de lucro, y contribuye a acrecentar la credibilidad del Estado como garante de los sistemas de previsión y de protección social, destinados en modo particular a proteger a los más débiles". (Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, n. 355). Se dice que la pandemia ha hecho que muchos de nuestros países, en especial los de Latinoamérica, hubiéramos perdido más de 10 años de lo ganado en desarrollo y crecimiento. La pobreza extrema creció a ritmos agigantados. Por eso las palabras claves -a mi parecer- del objetivo de todo plan financiero macro son desarrollo y solidaridad. Recuperar una mejor calidad de vida y hacernos más humanos, es decir, más solidarios, tiene que ser el fin de un serio plan financiero y fiscal del Estado. No se trata solo de ser solo asistencialistas, sino ayudar al que lo necesita y poner las bases para que su pobreza sea superada. Dios quiera que “los planes sociales” de los que habla el señor Ministro de hacienda no se limiten solo a lo asistencial, sino que miren y conciban lo social como un todo en las que se fortalezcan las relaciones de cada individuo consigo mismo, entre sí y con la casa común que es la naturaleza. Finalmente, en el ejercicio de la economía personal, familiar, colectiva, estatal y ciudadana hay una serie de principios, que también podemos denominar compromisos, que hoy más que nunca toman especial vigencia. La Iglesia los ha propuesto desde siempre y los resume el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, n. 355 así: La finanza pública se orienta al bien común cuando se atiene a algunos principios fundamentales: 1. el pago de impuestos como especificación del deber de solidaridad; 2. racionalidad y equidad en la imposición de los tributos; 3. rigor e integridad en la administración y en el destino de los recursos públicos. En la redistribución de los recursos, la finanza pública debe seguir los principios 1. de la solidaridad, 2. de la igualdad, 3. de la valoración de los talentos, y 4. prestar gran atención al sostenimiento de las familias, destinando a tal fin una adecuada cantidad de recursos”. Como las necesidades y expectativas de la población son tantas, la responsabilidad de los legisladores es superior. Por tanto, espero que estas reflexiones sobre el modo, el cómo y el fin de la reforma tributaria y de la economía en general que he planteado, ayuden a los legisladores y a la ciudadanía a hacer gala de la grandeza y sabiduría que en momentos de crisis han surgido siempre en nuestra querida patria. Dios nos ayude. + Luis Fernando Rodríguez Velásquez Obispo Auxiliar de Cali

Sáb 17 Abr 2021

La caridad del Papa Francisco para los enfermos de COVID en Colombia

El Santo Padre Francisco en un gesto de caridad y afecto hacia Colombia ha hecho llegar por medio de la Nunciatura Apostólica material médico y quirúrgico para la atención de los enfermos de COVID-19. Se trata de cuatro respiradores pulmonares (4) con toda su dotación, una buena cantidad de mascarillas KN 95, Mascarillas de protección MASK, Mascarillas de protección King Mask JR 7001 y 200 gafas de protección. Este material ha llegado a la Nunciatura Apostólica en Colombia, el representante del Santo Padre, monseñor Luis Mariano Montemayor, como Nuncio Apostólico ha hecho todo lo necesario para enviar estos dones a una zona con gran necesidad en Colombia, para la atención de personas necesitadas en el campo médico. Con la ayuda de la Fuerza Aérea de Colombiana y con la colaboración del Obispado Castrense de Colombia, este material ha sido entregado al Obispo de Quibdó, monseñor Juan Carlos Barreto Barreto, para los centros de atención hospitalaria en la ciudad de Quibdó (Hospital “San Francisco de Asis” y la Clínica “Santiago”) que atienden el Departamento del Chocó. Con este gesto de caridad, el Santo Padre Francisco quiere acompañar y ayudar a las personas que se encuentran en dificultades médicas, ocasionadas por la pandemia. Se une este gesto a la continua solicitud del Papa Francisco por Colombia en muchos campos, expresando su solicitud por todas las Iglesias y se suma esta donación a la de otros respiradores que en varias ocasiones han sido entregados durante este tiempo a Colombia por el Papa. Respondamos a este gesto de caridad del Santo Padre, con nuestro afecto y oración por el Obispo de Roma, Sucesor de San Pedro. Fuente: Oficina de comunicaciones Obispado Castrense de Colombia

Vie 16 Abr 2021

Abierta convocatoria para el VII Salón BAT de Arte Popular

Una de las tantas tareas de la Iglesia católica es evangelizar a través del arte. Por esta razón, el Departamento de Comunicaciones de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) apoya, una vez más, a la Fundación BAT que avanza en la convocatoria, hasta el 14 de julio, del VII Salón BAT de Arte Popular con el tema: “Colombia y el Medio Ambiente”. “Esta es una gran oportunidad para que los artistas empíricos del país, aquellos que no cuentan con una carrera en artes plásticas, muchos de ellos cercanos a nuestras parroquias, aprovechen esta convocatoria y se inscriban. Así, tantos artistas populares podrán salir del anonimato y presentar sus obras públicamente, lo cual es muy importante para enriquecer el espíritu y fortalecer el talento de todo artista”, dijo el padre Jaime Alberto Marenco, director de comunicaciones de la CEC. Durante el evento de presentación del VII Salón BAT, que se realizó en el Museo Histórico de la ciudad de Cartagena, Ana María Delgado Botero, gerente del Salón de Arte Popular, afirmó que con este proyecto se busca consolidar un espacio para que los artistas autodidactas de los distintos rincones del país puedan obtener un merecido reconocimiento a su labor. La directiva de la Fundación BAT, al invitar a los artistas para que se inscriban y participen, también informó que una de las novedades de este VII Salón es la apertura de un premio en la categoría del arte urbano responsable, creado en conjunto con la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte de Bogotá, donde se premiará la mejor propuesta mural o grafiti responsable. En esta séptima versión del Salón BAT se brinda un homenaje especial al artista magangueleño Eduardo Butrón Hodwalker, quien estuvo presente en el evento ianugural y aseguró que esta es “una oportunidad muy importante para que los artistas empíricos se hagan presentes en este salón con sus creaciones, formulando obras con materiales que sacamos del entorno y del medio ambiente y mandar un mensaje a toda Colombia sobre la importancia de mantener nuestros recursos naturales sanos y limpios”. Bases de la convocatoria La convocatoria, que se abrió el pasado 14 de abril, se extenderá hasta el 20 de julio de 2021, y las inscripciones pueden hacerse a través de la página web http://www.fundacionbat.com.co Las exposiciones regionales de selección se llevarán a cabo entre el 2021 y 2022. El Gran Salón y el evento de premiación se realizarán en 2022 y la itinerancia nacional tendrá lugar en los principales museos y centros culturales del país desde el 2022 hasta el 2024. Las exposiciones estarán acompañadas por actividades académicas y pedagógicas, producciones audiovisuales y editoriales. [icon class='fa fa-download fa-2x'] DESCARGAR BASES DE LA CONVOCATORIA[/icon] Quién es Eduardo Butrón Hodwalker Este artista popular de Magangué, Bolívar, resultó ganador del primer premio del VI Salón BAT de Arte Popular con la obra ‘Una mirada desde lo rural’, de acuerdo con el jurado, por la transformación del espacio urbano de Magangué, un municipio que ha sido afectado por los problemas ambientales, el conflicto armado y la delincuencia. Eduardo Butrón lleva más de 25 años recorriendo las orillas del río Magdalena, recogiendo todo tipo de desechos, trasmitiendo con su obra conceptos que van más allá de las formas y colores y haciendo un llamado a la sociedad sobre la urgencia y la responsabilidad de preservar el medio ambiente, convirtiendo las basuras que recoge de las laderas en obras de arte que representen sus raíces, cotidianidad y vivencias culturales. Qué es el Salón BAT Es una plataforma única en su género en Colombia, se inició en el año 2004 y a lo largo de sus seis ediciones se ha constituido como una iniciativa de impacto nacional que promueve el emprendimiento y, fortalece la interacción del público con el arte empírico a través de exposiciones, actividades académicas y pedagógicas, producciones audiovisuales y actividades en ambientes virtuales que fomentan la creatividad y propician la comercialización del arte popular, contribuyendo al desarrollo social y económico del país.