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Iglesia

Sáb 6 Jun 2020

Mensaje del CELAM, en del Día Internacional de los Niños Víctimas de Agresión

El Consejo Episcopal Latinoamericano y del Caribe CELAM, se une a los esfuerzos y acciones contra toda forma de violencia hacia los niños. Así lo expresa en su mensaje por el Día Internacional de los niños víctimas inocentes de agresión titulado: “Nuestros niños necesitan ternura y protección en todo momento, pues son ellos la esperanza de la sociedad, de la Iglesia y de la humanidad”. El presidente del organismo de comunión eclesial, monseñor Miguel Cabrejos Vidarte, anima a los creyentes a seguir luchando y trabajando por un mundo cada vez más humano, solidario y justo para los niños. Igualmente recuerda que una sociedad que abandona a los niños está condenada al fracaso y muchos de ellos viven en un entorno que no solo los expone a la muerte; sino que en la mayoría de casos, los deja lesionados o con traumas emocionales que los perseguirán por el resto de sus días. Fuente: Oficina de comunicaciones del CELAM [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar comunicado[/icon]

Vie 5 Jun 2020

Nuevo Obispo de Riohacha tomó posesión de su cargo

En celebración eucarística realizada en la Catedral Nuestra Señora de los Remedios, el nuevo obispo de Riohacha, monseñor Francisco Antonio Ceballos Escobar, tomó posesión de su cargo luego que fuera nombrado el pasado 22 de abril por el Papa Francisco para guiar esta iglesia particular del caribe colombiano. Respondiendo a los protocolos de bioseguridad establecidos ante la pandemia por coronavirus (Covid-19), el acto litúrgico contó con un reducido número de participantes, entre ellos: monseñor Oscar José Vélez Isaza, obispo de Valledupar y monseñor Pablo Emiro Salas Anteliz, arzobispo de Barranquilla, este último fue el encargado de representar en esta ceremonia al Nuncio Apostólico, monseñor Luis Marino Montemayor. La comunidad de Riohacha, así como sacerdotes, religiosos, agentes pastorales y bautizados de Colombia y el mundo, pudieron acompañar espiritualmente al obispo a través de la transmisión por redes sociales que esta diócesis originó y que fue replicada por distintas jurisdicciones e instituciones de Iglesia del país, como signo de unidad, comunión y alegría ante este importante momento para la vida diocesana de Riohacha. “Aquí estoy para callejear la fe” Precisó monseñor Francisco Antonio aldirigirse a esta comunidad Guajira. Acogiendo la invitación que el Papa constantemente hace, dijo: “Aquí estoy para callejear la fe (…) Aquí estoy, enviado por Dios para acompañar a los sacerdotes, a los seminaristas, a los agentes de pastoral; aquí estoy para estar cerca de los más pobres y abandonados; para consolar a los tristes y ofrecer esperanza a quienes la han perdido”. Durante su homilía reconoció con humildad no ser la persona más idónea para este cargo, desafío que para él representa este servicio pastoral, pues no conocía ni sabía de este territorio de la Guajira; sin embargo señaló “me puse en camino con la confianza puesta en Dios y con la seguridad de queelSeñor, quien me eligió, Él mismo me sostendrá”. “De inmediato empecé un curso rápido y a distancia de conocimiento de la realidad de La Guajira y de la diócesis. Me ubiqué geográficamente, recogí y leí con interés toda la información que más pude, con los más variados contenidos: históricos, artísticos, turísticos y religiosos. Consulté enciclopedias, me aprendí el nombre de los municipios de la jurisdicción”, manifestó. Así mismo, observó que luego de una lectura y conversaciones con las diferentes instancias para conocer del territorio, llegó a la conclusión que quienes habitan estos territorios guajiros son “gente amable, querendona y bondadosa; de una profunda religiosidad manifestada en su amor a Dios y a la Iglesia”. También fue descubriendo que la realidad precaria en la que viven muchos de los guajiros es preocupante. “Antes de mi posesión, también aprendí que los índices de desnutrición en La Guajira son altos, por causas muy variadas: sociales, económicas, ancestrales, etc.Que la educación está intervenida. Que la salud está en cuidados intensivos y que hay escasez de agua, realidades que laceran mi corazón de pastor”. Por lo que se comprometió a pasar de lo teórico a lo práctico y visitar cada rincón de la Guajira para conocer de primera mano la realidad de estos territorios y sus comunidades. “Pero nada de estos conocimientos teóricos podrán sustituir el conocimiento directo que fluya de la presencia cercana y personal de todos y cada uno de ustedes. Por eso, trataré de visitar cuanto antes a las distintas comunidades, encontrarme con los sacerdotes, los consagrados, los laicos. No tengo miedo a aprender de todos. Y tengo deseo y prisa por aprenderlo todo. Por eso,permítanme entrar en sus vidas, sus costumbres, sus lugares, sus preocupaciones, sus esperanzas y sus alegrías. Denme el gozo de aprender a conocer la Iglesia diocesana, a la que ya amo, de la mano de ustedes. Sean mi guía. Así será distinto de lo leído y aprendido en el ordenador y en los artículos llegados a mis manos”, aseveró. También se tomó un momento de su predicación para exaltar la labor de los cuatro obispos que le han antecedido en el cargo, de manera particular se refirió al obispo saliente, monseñor Héctor Salah Zuleta, a quien agradeció su labor pastoral y su gestión en la Diócesis. “Gracias monseñor Héctor por entregarme esta Diócesis tan organizada en sus estructuras pastorales y sociales. Procuraré sostener lo que hoy recibo, y, con la ayuda de Dios, seguir creciendo en madurez en todo sentido”. Sin desconocer que habrá momentos difíciles, inherentes a la naturaleza humana, se dirigió a sacerdotes, religiosos y religiosas, colaboradores laicos, voluntarios, docentes, empresarios, autoridades civiles, militares y de policía, campesinos, indígenas, afrodescendientes, medios de comunicación, gente del común, invitándolos para que juntos “abordemos esta embarcación de la diócesis de Riohacha y rememos en la misma dirección (…) los invito a “caminar y navegar juntos, en sinodalidad, en amistosa fraternidad, esto facilitará conocernos mejor y ser más dóciles a la acción del Espíritu Santo (…) cada uno está invitado a aportar desde su competencia en la construcción de esta Iglesia diocesana”. Finalmente, encomendó su nuevo servicio pastoral a la Virgen de los Remedios, coloquialmente conocida como “la Vieja Mello”, patrona de los guajiros, pidiendo de ella la asistencia permanente y a los habitantes “comprensión y cariño, pues soy humano, profundamente humano”. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar homilía[/icon] Fotos: Cortesía oficina de comunicaciones diócesis de Riohacha

Jue 4 Jun 2020

Ipiales redobla sus esfuerzos para acompañar Instituciones educativas

En este tiempo de coyuntura para el país por cuenta de la pandemia, se ha venido generando un impacto a todo nivel, pero de manera particular nos queremos referir en esta ocasión al sector educativo. Por ello la diócesis de Ipiales a través de la pastoral Educativa y Universitaria, no ha cesado en sus esfuerzos por acompañar de manera permanente y a distancia a las Instituciones Educativas tanto privadas como públicas. Así lo ha expresado el Padre José Alexander Florez Guerrero, coordinador de esta pastoral, quien resaltó dos grandes acciones que han adelantado para acompañar en comunión y de forma articulada los centros educativos y a sus docentes, se trata de la celebración del Día del Maestro y la publicación virtual del periódico “Semillero de la Educación”. “Gracias al apoyo de la Confederación Nacional Católica de Educación (CONACED), a los rectores de las instituciones Educativas, la Escuela Normal Pio XII del Municipio de Pupiales y en ella al trabajo de los maestros en formación, presentamos la tercera edición de este periódico, esta vez una edición virtual”, señaló el sacerdote. En esta edición se hace especial mención sobre la necesidad de trabajar en las Instituciones Educativas el área de la Educación Religiosa Escolar (ERE) como fuente de esperanza; además ofrece un espacio de catequesis para los docentes desde el área ética del Educador; y finalmente una serie de opiniones, orientaciones y experiencias significativas sobre la Educación virtual. “Partimos de un dilema: se aprende mucho pero no se comparte lo que se aprende, de esta manera esta edición del periódico que ponemos en sus manos nos ayudará a compartir lo que hemos aprendido”, puntualizó. Otras de las acciones planteadas durante este tiempo de pandemia han sido espacios de formación y eucaristías virtuales. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar periódico virtual "Semillero de la Educación[/icon]

Jue 4 Jun 2020

Webinar: “Pacto educativo global y su impacto en el medio ambiente”

Ante la iniciativa del Papa Francisco de “reconstruir el pacto educativo global”, la Católica del Norte (UCN), se une a esta convocatoria y realizará el próximo 05 de junio el Webinar: “Pacto educativo global y su impacto en el medio ambiente”. La propuesta hecha por el Pontífice busca reunir esfuerzos de todos aquellos que tienen responsabilidades políticas, administrativas, religiosas y educativas, con el objetivo de reavivar el compromiso por y con las nuevas generaciones, renovando la pasión por una educación más abierta e incluyente, capaz de la escucha activa, del diálogo constructivo y de la mutua comprensión. Este acto académico que iniciará a las 10:00 a.m. contará con la participación de ponentes como: Padre Julio César Caro Lopera, delegado para la pastoral educativa y la pastoral universitaria, director de pastoral y bienestar institucional de la UCN; Alex Mauricio Ávila Quiceno, director de TI Colombo Americano de Medellín, decano de sistemas de la Institución Universitaria Escolmo; y Esaú Toro Vanegas, ingeniero forestal de la Universidad Nacional de Colombia. Los interesados podrán inscribirse a través del sitio web www.ucn.edu.co Además podrá seguir el evento conectándose en los siguientes medios institucionales: Canal transmisiones en vivo: https://www.ucn.edu.co/institucion/sala-prensa/Paginas/UCN-en-vivo.aspx Canal youtube: https://www.youtube.com/channel/UCz5B1CzjUA1hxJ9RD_VJTBQ Canal de Facebook: https://www.facebook.com/SoyCatolicaDelNorte/

Mié 3 Jun 2020

El misterio trinitario es para vivirlo, pues para eso nos lo reveló Jesús

Primera lectura: Éx 34,4b-6.8-9 Salmo: Dn 3, 52ac.53a+54a.55a+56a (R. 52b) Segunda lectura: 2Co 13,11-13 Evangelio: Jn 3,16-18 Introducción Un solo Dios y Tres Divinas Personas, es la profesión de nuestra fe, la que los Apóstoles recogieron de labios de Jesús y transmitieron, la que creyeron desde el primer momento todos los cristianos, la que el Magisterio de la Iglesia ha enseñado desde siempre. El Catecismo de la Iglesia Católica nos orienta: El misterio de la Santísima Trinidad es el misterio central de la fe y de la vida cristiana. Sólo Dios puede dárnoslo a conocer revelándose como Padre, Hijo y Espíritu Santo. La Encarnación del Hijo de Dios revela que Dios es el Padre eterno, y que el Hijo es consubstancial al Padre, es decir, que es en él y con él el mismo y único Dios. La misión del Espíritu Santo, enviado por el Padre en nombre del Hijo (cf. Jn 14,26) y por el Hijo "de junto al Padre" (Jn 15,26), revela que él es con ellos el mismo Dios único. "Con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria". "El Espíritu Santo procede del Padre en cuanto fuente primera y, por el don eterno de éste al Hijo, del Padre y del Hijo en comunión" (S. Agustín, Trin. 15,26,47). Por la gracia del bautismo "en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo" somos llamados a participar en la vida de la Bienaventurada Trinidad, aquí abajo en la oscuridad de la fe y, después de la muerte, en la luz eterna (cf. Pablo VI, SPF 9). "La fe católica es esta: que veneremos un Dios en la Trinidad y la Trinidad en la unidad, no confundiendo las personas, ni separando las substancias; una es la persona del Padre, otra la del Hijo, otra la del Espíritu Santo; pero del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo una es la divinidad, igual la gloria, coeterna la majestad" (Symbolum "Quicumque"). Las personas divinas, inseparables en su ser, son también inseparables en su obrar. Pero en la única operación divina cada una manifiesta lo que le es propio en la Trinidad, sobre todo en las misiones divinas de la Encarnación del Hijo y del don del Espíritu Santo. (CIC 261 – 267) Toda la vida sobrenatural del cristiano se orienta a ese conocimiento y trato íntimo con la Trinidad, que viene a ser «el fruto y el fin de nuestra vida». Para este fin hemos sido creados y elevados al orden sobrenatural: para conocer, seguir y amar a Dios Padre, a Dios Hijo y a Dios Espíritu Santo. De estas divinas Personas, el cristiano llega a tener en esta vida «un conocimiento experimental» que, lejos de ser una cosa extraordinaria, está dentro de la vía normal de la santidad. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? En la Primera lectura se nos muestra el misterio de un Dios compasivo y misericordioso. A pesar de la infidelidad del pueblo de Israel, Dios no lo aparta de su amor. Él lo sigue atrayendo con sus lazos de amor y perdón. El Salmo es un hermoso himno, cantado por tres jóvenes israelitas, que, pese a la situación dramática de persecución en la que se encontraban, alaban a Dios. Ellos, metidos en el horno ardiente, a causa de la fe, no dudan en cantar, en alegrarse, en alabar. El dolor rudo y violento de la prueba desaparece, parece casi disolverse en presencia de la oración y de la contemplación. Precisamente esta actitud de confiado abandono suscita la intervención divina. Pablo nos exhorta a vivir en la alegría y en la unidad, teniendo la certeza de que tenemos un Dios cercano, que sale al encuentro del hombre por Cristo, para ofrecerle su amistad, amor y comunión. Para Juan, lo más importante es recordar que Jesucristo es verdaderamente el Dios Encarnado, el Verbo de Dios que existía junto a Dios desde la Eternidad y nos lleva a la vida eterna. ¿Qué ha hecho Dios por amor? Nos ha dado el regalo más grande que puede ofrecerse; darse a sí mismo, entregarse a la humanidad en la persona de Jesucristo, su Unigénito. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? La Santísima Trinidad es, sin duda alguna, el mayor Misterio de nuestra fe: un sólo Dios, en tres Personas divinas. Como católicos y como cristianos, estamos obligados a creer esta Revelación que se nos presenta en las Escrituras: un Dios que es Padre, que es Hijo y que es Espíritu Santo. El peligro a que está sometida esta verdad de fe es el verla como un misterio inescrutable. Efectivamente lo es, pero al revelarnos Jesucristo el misterio trinitario del único Dios que es Padre, Hijo y Espíritu Santo, quiso descubrirnos, ante todo, un misterio de vida y no un enigma religioso para que lo descifremos. Tanto amó Dios al mundo… Las lecturas de hoy nos llevan a ver la Santísima Trinidad de manera viva y no conceptual, pues se muestra a Dios operando por amor la salvación del hombre. En efecto, esto queda contemplado en la frase que abre la lectura del pasaje del evangelio: «Tanto amó Dios al mundo que (le) entregó a su único Hijo, para que no parezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna» (Jn 3,16). El motivo de la entrega es el amor de Dios al mundo, y la finalidad de ese don personal en Cristo, es la salvación y vida del hombre por la fe. Jesús es, pues, el gran signo o sacramento del amor trinitario a la humanidad, patente en la encarnación, vida, mensaje, pasión, muerte y resurrección. El Dios revelado por Jesucristo, imagen visible del mismo, aunque trascendente no es un Dios lejano e inaccesible sino próximo al hombre; un Dios que es compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia y lealtad; un Dios que, pese a nuestra infidelidad, permanece siempre fiel. Ese es el Dios de nuestra fe: el Dios Padre de nuestro Señor Jesucristo y Padre nuestro. A partir de la encarnación de Jesús, Hijo del Padre, el Dios cristiano no se puede comprender ni definir sino en referencia a Cristo que es la imagen y revelación siempre actual del Dios uno y Trino. La entrega de su Hijo al hombre por parte de Dios, como oferta de salvación, es perenne. Es decir, no queda en hecho pasado, sino llega hoy en el acontecer humano de nuestra vida, de nuestro mundo, de nuestra comunidad de fe; especialmente por el anuncio del evangelio y por los sacramentos en los que Dios opera la redención humana. Del Dios comunidad al hombre en relación… Dios no es un ser solitario, cerrado en un círculo hermético de un eterno silencio, sino que, por ser trino, es amor y alteridad. En términos psicológicos, se puede intentar explicar el dogma trinitario: El amor del Padre, el «Yo», al comprenderse y reflejarse a sí mismo engendra al «Tú», que es el Hijo; y del amor mutuo de ambos procede el «Nosotros», que es el Espíritu Santo, don y devolución de amor, comunicación y diálogo. Después, como consecuencia y por amor, comunicación y diálogo. Después, como consecuencia y porque la Trinidad ama al hombre que creó, abre y agranda el círculo, admitiéndonos en su órbita divina como hijos por medio de Cristo. El misterio trinitario es para vivirlo, pues para eso nos lo reveló Jesús. Esa es la manera de entenderlo. Y se vive y se atiende, experimentando y vivenciando en la fe la relación filial con Dios por medio del Espíritu de Cristo que habita en nosotros. Vida y fe, oración y formación han de combinarse en nuestra existencia cristiana. No puede bastarnos saber cosas sobre Dios y hablar de Él. Hemos de llegar a encontrarnos y conversar con Dios mediante la oración y el diálogo personal. Esa es la vía evangélica que nos mostró Jesús: Primeramente, apertura y escucha de Dios y su Palaba; después respuesta y oración; y seguidamente, amor a nuestros hermanos los hombres porque Dios los ama y se refleja en ellos, especialmente en los más pobres porque son los hijos de Dios nuestro Padre que hace salir el sol cada mañana sobre todos ellos. La gracia de Jesucristo, el amor del Padre y la comunión del Espíritu Santo… Esta fórmula trinitaria, probablemente de origen y uso litúrgico en las comunidades apostólicas, atribuye a cada persona de la Trinidad un don o una función, aunque toda esta acción salvadora es común en la Santísima Trinidad: La gracia de Jesucristo, el amor del Padre y la comunión del Espíritu Santo… Ella muestra todo un programa de vida en el amor fraterno. Unión para la alabanza al Dios Uno y Trino en la comunidad de fe, esperanza y amor que nos une en Cristo. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? La Trinidad se nos revela para que cultivemos esa imagen con la que fuimos formados y sellados. Somos hechos y estamos bautizados a imagen y semejanza de Dios, Uno y Trino. La Santísima Trinidad es una comunidad de amor que nos habla con fuerza sobre la donación, la comunicación y la comunión, las tres dimensiones que constituyen la comunidad perfecta. Supliquemos esta gracia: • DONACIÓN: Que a ejemplo de Dios Padre que se nos ha dado a su Hijo, de Jesús que dio su vida por rescate nuestro, podamos, guiados por la luz del Santo Espíritu, darnos en servicio a los demás. Que nuestra vida sea un continuo despojo de nosotros mismos y que en ella resplandezca la gracia de Dios Uno y Trino. • COMUNICACIÓN: Apertura trinitaria, diálogo permanente y sabiduría compartida. • COMUNIÓN: En la Trinidad las personas no sólo están unidas, sino que son Uno, sin perder su identidad. No sólo se pone en común lo que se tiene o lo que se piensa, sino lo que se ES. Este es el gran deseo que manifestó Jesús para nosotros en la Última Cena: «para que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros» (Juan 17, 21).

Mar 2 Jun 2020

Iglesia preocupada ante panorama del conflicto armado durante emergencia sanitaria

La Comisión de Conciliación Nacional (CCN), entidad convocada por la Iglesia Católica e integrada por ciudadanos de diversos sectores y vertientes de pensamiento político, social y religioso con un importante trayectoria de trabajo a favor de la paz en Colombia, comparte la segunda edición de su noticiero digital CCN Noticias “Comunicando verdad y esperanza”, Este informativo es una apuesta de la Iglesia para dar a conocer algunos de los hechos más relevantes de la coyuntura nacional, relacionados con el conflicto armado, la reconciliación y la paz, con enfoque humanitario y un especial énfasis en las necesidades e iniciativas de las regiones. En esta nueva entrega informativa, a partir de lo sucedido en el país en los últimos dos meses, en el marco de la emergencia sanitaria causada por la pandemia, encuentre: En medio de alarmantes cifras actuales de reclutamiento, utilización y asesinatos a menores de edad por parte de grupos armados ilegales, la Iglesia colombiana, a través de la Conferencia Episcopal de Colombia, pide a los grupos armados cesar todo tipo de actividades que continúen poniendo en riesgo la vida y dignidad de los niños, niñas y adolescentes. La Doctora Consuelo Corredor, miembro de la Comisión de Conciliación Nacional, del Cinep y de la Comisión de Notables, habla de las complicaciones que se han presentado para la implementación del Acuerdo de Paz en medio de la crisis generada por el nuevo coronavirus, ocasionando consecuencias negativas no solo para los excombatientes sino también para las comunidades. Ante la intensificación de acciones relacionadas con el conflicto armado en diferentes regiones del pacífico durante la pandemia, así como frente a los preocupantes niveles de pobreza y precarias condiciones para la atención en salud, Mons. Juan Carlos Barreto, obispo de la Diócesis de Quibdó, pide a las autoridades atención urgente y diferenciada para sus territorios, y a los grupos armados, un cese multilateral al fuego, garantizando la protección de sus comunidades. El Padre Darío Echeverri, Secretario General de la Comisión de Conciliación Nacional, habla, en exclusiva, del complejo panorama que se presenta actualmente con la guerrilla del ELN y afirma que la Iglesia seguirá trabajando e insistiendo en la humanización del conflicto. En medio del sufrimiento que viven hoy quienes habitan las zonas más marginadas del país, miembros de la Comisión de Conciliación Nacional insisten en la necesidad priorizar la vida de las comunidades y llaman, tanto al Gobierno como al ELN, a transitar caminos reales de diálogo y negociación para buscar con una paz completa con transformaciones sustantivas. Fuente: Oficina de comunicaciones Comisión de Conciliación Nacional (CCN)

Vie 29 Mayo 2020

Domingo de Pentecostés

Primera Lectura: Hch 2,1-11 Salmo: Sal 104(103),1ab+24ac. 29bc-30.31+34 (R. cf. 30) Segunda Lectura: 1Co 12, 3b-7.12-13 Evangelio: Jn 20,19-23 Introducción Los cincuenta días que ha conmemorado la Iglesia en la pascua, culminan con una fiesta de origen campesino, en la cultura judía, llamada Pentecostés; esta celebración, es adoptada por el cristianismo y va a simbolizar, la forma en que, el Señor, aviva las fuerzas de una comunidad eclesial que, camina inspirada por la fuerza y el poder del Espíritu Santo, el mismo que se hace presente en la fundación de las primeras comunidades cristianas. El mismo que hasta nuestros días, sigue prolongando la experiencia de un Dios que se queda con su pueblo y, en él vierte todo su amor de Padre, por medio de su Hijo y con la potencia trasformadora de amor que inflama el Espíritu Santo en sus dones, ministerios, carismas y acciones. Es de esta manera como en la liturgia de la palabra, en esta solemnidad que llena de alegría y esperanza a la comunidad: • En este pasaje lucano, en oración, se hace visible el relato del Pentecostés, no deja elementos sueltos, todo aquello que narra tiene coherencia y fundamento. • El salmista pone su confianza en el poder de su único Dios y Señor y, por ello, alaba a Dios con todas sus fuerzas, mente y ser. • San Pablo, por su parte, en su relato, hace énfasis en la unicidad que aporta la fuerza del Espíritu Santo en la comunidad. • San Juan, en este pasaje del evangelio, centra el foco de atención en la vida de una comunidad apostólica, la cual, recibe el soplo del Espíritu Santo de parte de su maestro y Señor. Razón por la cual los apóstoles se dispondrán a perdonar pecados y en esa liberación, recibirán el envío a evangelizar. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? El relato lucano del Pentecostés es una exaltación de la acción del Espíritu Santo, en la conformación del ideal de la Iglesia desde su comprensión en las primeras comunidades cristianas. El pueblo reunido a la espera de la efusión del Espíritu Santo era diverso en su nivel cultural y múltiple, por ende, en la manera de hablar, pensar y vivir. De allí que Lucas señale la participación de doce nacionalidades diversas, dejando ver la complejidad que podía significar la comunicación de aquellos coprotagonistas de la acción. El mismo texto de los Hechos, presenta a los apóstoles reunidos en el cenáculo, aclarando que ellos estaban “sentados”, queriendo expresar, que el fuego del amor del cual quedará inflamada la comunidad, pondrá a los seguidores del Señor en acción, por ello, el relato tiene dos escenarios, al interior y al exterior del recinto en donde se da el gesto de la manifestación paráclita, en una escena rodeada de fuego y diversidad. La perícopa usa una forma de comparar algunos signos presentes en el relato, por ello subraya que el Espíritu Santo descendió -como- ráfagas de viento. Es así como la presencia en Jerusalén de “hombres piadosos”, que residían allí, provenientes de distintas partes del mundo, le dan al Pentecostés, un matiz universal y multicultural. Por ello, no en vano, Lucas alistará en el texto la presencia de partos, medos, elamitas, cretenses y árabes, al igual que nombrará residentes de Mesopotamia, Judea, Capadocia, Ponto, Asia, Frigia, Panfilia, Egipto, Libia, Cirene y Roma; todos ellos, le darán una fuerte connotación de la diversidad y, al tiempo, universalidad de la salvación que ha venido a traer Cristo. La catolicidad en la fiesta del Pentecostés, está reflejada en la muy rica y prolifera participación cultural que, el narrador, de los Hechos, plasma en la descripción que hace de aquellos que fueron testigos directos de la acción abrazadora del fuego del Espíritu Santo. Continuando con la mirada en los textos de esta liturgia, el salmo 104 está cargado de figuras y representaciones de Dios como luz o esplendor. Por ello, la presencia glorificada de Dios en el texto, es una evocación de la fuerza que emana un Dios que da vida y genera confianza con su eterno poder. Por esta razón, la aclamación del salmista, es una invitación a alabar la bondad y fuerza de ese Dios que se hace presente e ilumina la vida e historia de su pueblo. En la segunda lectura, la figura con la que el apóstol Pablo representa a la Iglesia en la primera carta a los Corintios, es la del cuerpo, de allí que concentre su reflexión sobre la manera en cómo se manifiesta la Iglesia unida en la diversidad de órganos que tiene el cuerpo. Pero, la evocación y similitud que quiere establecer, el apóstol, se centrará en la diversidad, conexión directa con el relato del Pentecostés. La representación de la unidad está escenificada en el bautismo, pues por medio de él, el Espíritu Santo, purifica y santifica a los miembros del cuerpo místico de Cristo, es decir, de la Iglesia. Por esto en el marco de la solemnidad del Pentecostés, el texto del evangelio de Juan, comienza con una precisión de carácter cronológico: “la tarde del primer día de la semana”, si se tiene en cuenta el momento en que surgen los relatos joánicos, se puede constatar, que ya hay una vasta experiencia por parte de las comunidades cristianas, que tenían la asamblea de los domingos como una evocación de la resurrección de Jesús. Pero, en el texto no todo es festivo, el miedo ha invadido el corazón de los apóstoles, que se encuentran encerrados por miedo a los judíos, por tal razón, la presencia del resucitado, como portador de paz, es un preludio del fuego que abrazará la vida e invadirá los corazones de los creyentes. Así, la presencia de Jesús en la comunidad como el portador de paz, “paz a ustedes”, se convierte en una manera clara de descubrir que la paz que porta Jesús no es la misma que los apóstoles reclamaban de su maestro (Lc 12, 51). Por tanto, la paz que porta el Señor, es la presencia viva y ardiente del Espíritu de amor del Padre. El Resucitado soplará sobre su comunidad como signo de vida y al tiempo envío misionero. Por esta razón, la figura de Jesús soplando en el texto, nos remonta al Génesis en donde Dios mismo, insufla sobre el hombre y de allí recibirá vida el ser humano. De esta manera, el soplo es la vivencia creadora de Dios, el mismo que encargará a su comunidad la concomitante tarea de perdonar y retener los pecados, como signo de liberación y sanación al tiempo, de esta forma, el texto del evangelio les recordará a los creyentes, su vocación de bautizados y portadores, por ende, de la fuerza y los dones del Espíritu Santo. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? Pentecostés es el cumplimiento de la promesa de amor del creador, que insufla vida sobre todo aquello que alienta vida; de la misma manera que el Hijo, en la figura de Cristo, porta la paz y sopla su Espíritu, renovando todo aquello que vibra con la fuerza del Creador. Por tanto, la Iglesia que se reúne en el primer día de la semana, está invitada a reavivar su fe bautismal por medio de: • Una contemplación de la figura del Espíritu Santo, que, para el cristiano, es el amor del Padre que se derrama por la humanidad, en el irresistible amor de Dios por su creatura más amada. • En Pentecostés, se celebra, la fuerza del Espíritu Santo presente en los ojos y oídos del creyente. • Si en el texto Veterotestamentario, en Pentecostés, Dios renovaba su alianza con el pueblo, en el Nuevo testamento, Dios renueva su pacto de amor con la Iglesia y la santifica con el fuego ardiente de su Santo Espíritu. Es así como en la celebración del Pentecostés se actualiza, el deseo de una Iglesia que vive por el bautismo de la fuerza del Espíritu Santo y que se hace don que santifica, protege e impulsa a anunciar con la Palabra y el testimonio la Buena Noticia del evangelio, el cual renueva y, al mismo tiempo, libera del pecado entendido este -como llevar la vida por mal camino-. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? En la celebración de la fiesta del envío de la Iglesia a evangelizar, con la fuerza del Espíritu Santo, se hace propicio renovar las promesas del bautismo como signo de unión con el deseo de Cristo de enviar a su Iglesia a contagiar con la fuerza de su Espíritu, a todos aquellos que quieran vivir del amor misericordioso del Padre; pues en esta celebración, la Iglesia de nuevo se siente animada e impulsada a proclamar el amor de Dios presente en el Hijo y derramado con su Espíritu de amor. Por ello, como lo menciona el papa Francisco en diversas ocasiones: “en medio del frenesí de la sociedad actual, es el Espíritu Santo quien pone orden en medio de los afanes de la vida”, por ello no se puede dejar pasar la ocasión para que la comunidad de fe, pida la gracia del amor que proviene del Padre para poder discernir en medio de las turbulencias de la vida, qué es lo que proviene de Dios y qué es aquello que aleja al creyente del reconocimiento del amor de Dios presente en la vida. Es así como Pentecostés es la oportunidad de renovar el llamado a la santidad, pues, el Espíritu Santo derrama santidad por todas partes, tal y como lo menciona el papa Francisco diciendo en Gaudate et exsultate: “Me gusta ver la santidad en el pueblo de Dios paciente: a los padres que crían con tanto amor a sus hijos, en esos hombres y mujeres que trabajan para llevar el pan a su casa, en los enfermos, en las religiosas ancianas que siguen sonriendo”. Por ello, celebrar esta fiesta al cierre de la pascua, se convierte en una manera de recordar la vocación a la santidad, a la cual la Iglesia ha sido y seguirá siendo llamada. Recomendaciones prácticas: 1. Puede ambientarse el lugar con un candelabro de siete velas representando los siete dones del Espíritu Santo. 2. Puede ponerse esta frase en la cartelera comunitaria: “Envía tu Espíritu Señor, y renueva la faz de la tierra”. 3. Tener presente que esta Solemnidad tiene formulario propio para la Misa de la Vigilia y la Misa del día, pp. 279-287 del Misal. Es conveniente seguir el Canon Romano o Plegaria Eucarística I, con el “Reunidos en comunión” propio. 4. Misa Vespertina de la Vigilia: Esta Misa de la vigilia puede celebrarse de forma más extensa o más abreviada

Jue 28 Mayo 2020

¿Qué es la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos?

Por: P. Jorge Enrique Bustamante Mora - El Señor Jesús, en su oración sacerdotal (Jn 17), eleva una sentida alabanza y súplica al Padre; primero por sí mismo manifestando que todo es para mayor Gloria de Dios, luego pide por los “suyos”, es decir sus discípulos, y luego, rogó por quienes creerán en el anuncio de la Buena Nueva, dice: “No ruego solo por estos, sino también por aquellos que, por medio de su palabra, creerán en mí” (Jn 17,20), y pide en concreto por la unidad, “para que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado” (Jn 17,21). Con gran probabilidad, ya preveía que en la historia dada las complicaciones del ser humano nos dividiríamos, como efectivamente ha sucedido tantas veces. Se evidencia que la unidad es fruto de la oración, de una súplica amorosa al Padre; que en sus planes no está el que existan miles de Iglesias según el querer de cada uno sino que se busque la unidad, y que la unidad tenga como fuente el misterio que une al Padre y al Hijo en el amor del Espíritu Santo. La unidad no es fruto de compromisos humanos sino que es un don misterioso del Espíritu Santo, por ello se hace necesario orar y suplicar a Dios nos conceda las gracias necesarias para vivir la unidad, tarea en la que debemos comprometernos todos aquellos que creemos en la Palabra de Jesús. Orar por la Unidad de todos los cristianos, más allá de juzgar los intereses, divisiones y visiones personales, es comprender la oración que Jesús realizó y unirnos estrechamente a Él para suplicar este don. Él fue el primero que oró por la unidad. Seguramente su corazón vivía el dolor de la separación y los reproches recíprocos que durante la historia hemos ocasionado. La Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, encuentra dos fechas posibles de celebración. En el hemisferio norte del 18 al 25 de enero. Estas fechas fueron propuestas en 1908 por Paul Watson, en torno a la fiesta de san Pablo, por su hondo significado de conversión y unidad. En el hemisferio sur donde el mes de enero es tiempo de vacaciones, las Iglesias frecuentemente adoptan otras fechas para celebrar la Semana de Oración, por ejemplo, en torno a Pentecostés (sugerido por el movimiento Fe y Constitución en 1926), que viene a ser, también, otra fecha significativa para la unidad de la Iglesia bajo la acción del Espíritu Santo. Desde 1968 los temas de cada Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos son elaborados conjuntamente por la Comisión “Fe y Constitución” del Consejo Mundial de Iglesias y el Pontificio Consejo  para la Unidad de los Cristianos de la Iglesia Católica. Los materiales, cada año se preparan con la participación de las Iglesias de una determinada región del mundo; el material del 2020 ha sido preparado por las Iglesias cristianas de las islas de Malta y de Gozo (Cristianos Unidos en Malta). El 10 de febrero de cada año, los cristianos de estas islas, celebran la Fiesta del Naufragio de San Pablo que lo llevó a estas tierras, acontecimiento que es narrado en Hechos de los Apóstoles 27,9 – 28,11. Con esta celebración dan gracias por la llegada de la fe cristiana a sus islas. Por estos motivos los cristianos de esta región han elegido esta narración, (Hch 27,18 – 28,10), como base para los materiales del presente año con el tema “Nos trataron con una solicitud poco común” (Hch 28,2), haciendo alusión a la hospitalidad brindada por los nativos de estas islas a los doscientos setenta y seis náufragos (Cf. Hch 27,37). Así esta semana es una semana de oración para unirnos a Jesús y buscar los caminos para vivir la tan anhelada unidad por la que Él oró y ora permanentemente. La invitación es que nos unamos en profunda oración por la unidad de todos los cristianos durante la Semana de Oración del 30 de mayo al 7 de junio y busquemos durante todo el año orar y vivir la unidad manteniendo la Identidad de nuestra fe. Dios nos recompensará. P. Jorge Enrique Bustamante Mora Director del departamento para la Promoción de la Unidad y el Diálogo pud@cec.org.co