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Iglesia

Sáb 20 Jun 2020

La Solemnidad del Corpus

Por: Monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid - Estos días, celebramos la Solemnidad del Santísimo Cuerpo y la Preciosa Sangre de Cristo. Es la fiesta que conocemos habitualmente como el CORPUS. Una celebración que nos hace poner de frente al gran misterio de la Eucaristía. Don precioso que Dios nos ha regalado el Jueves Santo, en la última cena. En la Santa Misa revivimos y hacemos memoria de este mandato del Señor. Es un encuentro personal, directo y real con el Señor Jesús que nos salva y redime. El Señor ha deseado quedarse con nosotros en la Eucaristía para ser alimento, para ser bebida, pero de vida eterna, con sus mismas palabras (ver Juan 6, 51-58). En esta celebración rendimos culto público a Cristo, presente en la Eucaristía. Solemnemente proclamamos la presencia de Cristo en las especies eucarísticas y lo ponemos en el centro de nuestra comunidad, lo llevamos por las calles de nuestra ciudad simbólicamente. Poniendo a Cristo y reconociéndole como Señor. Este año tiene una connotación particular, pues no podemos hacerlo masivamente, no podemos salir en peregrinación, como tradicionalmente lo hemos hecho. Antes de la procesión, en la celebración de la Santa Misa celebramos el misterio de la muerte de Cristo, un sacrificio único por el cual Cristo “muriendo, destruyó nuestra muerte y resucitando restauró la vida” (Prefacio de Pascua I). Es una ofrenda, un sacrificio, que se ofrece en la Santa Misa. Podemos decir que esta fiesta tiene dos momentos, nos marca dos profundos horizontes y que nos permiten crecer espiritualmente. Nos hace entrar profundamente en el misterio de la presencia real de Cristo en la Eucaristía y nos hace valorar este sacramento de vida en el que participamos. Nos entra en la celebración en sí misma. En segundo momento, nos hace llevar a Cristo Eucaristía por el camino del mundo, desde que comenzó en Lieja, en Holanda, en 1264 esta tradición. Es como el camino del pueblo de Dios en el Desierto. La prueba y el hambre que es saciada por Dios con el maná, el nuevo alimento del cielo que es vida para los hombres. Dios está en el recuerdo de la historia de los hombres. La Eucaristía, nos hace participar de estas bendiciones de Dios, por la presencia misma de Cristo. En este día piadosamente ponemos la presencia de Cristo entre nosotros, lo llevamos como un tesoro precioso en el camino de la historia humana. Repetiremos con fe: Bendito y alabado sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar. Llevamos un Pan, no un pan cualquiera, el PAN DE VIDA; VIDA PARA EL MUNDO. Un pan que alimenta y da valor a los hombres para la lucha en el camino de la vida de fe. En el origen de esta fiesta, estaba la adoración: muchos no podían comulgar y adoraban, comprendían el misterio de la vida que se escondía en el PAN DE CRISTO, el Cuerpo de Cristo nos alimenta y nos sacia, nos da la vida eterna. Ha servido también para compartir, para vivir profundamente la caridad entre los hermanos. Se ponen bienes de alimentos, para que muchos puedan alimentarse gracias a la caridad. Cristo se hace PAN Y VINO para nosotros. En el marco de la celebración de la Pascua Judía, siguiendo un particular rito que comporta el uso del Pan Ázimo y del Vino, como signos particulares de la gracia y de la bondad de Dios para con su Pueblo, quiere quedarse con nosotros el Señor. En el Pan, se nos confía un “banquete de amor”, el “sacrificio nuevo de la alianza eterna”, miramos también y adoramos a Cristo presente en el vino, en su Sangre preciosa, que nos redime y nos salva. Es la sangre del cordero, inmaculado, limpio y puro que se ofrece por todos nosotros en el sacrificio de la cruz y que renovamos siempre en cada una de nuestras celebraciones. Esta fiesta está unida también a la fiesta de la Sangre del Señor, Sangre que nos redime y nos limpia, nos salva y nos pone nuevamente de frente al plan de Dios. La Iglesia como en un lienzo blanco y primoroso, recoge el Cuerpo de Cristo y su Sangre, para custodiarlos y repartirlos a todos como don de vida eterna. En estos dos alimentos, humanos y universales por excelencia, experimentamos el amor de Dios y su constante misericordia. En un poco de pan y en un poco de vino, recibimos el verdadero cuerpo y la verdadera sangre de Cristo que nos nutren en el camino de fe y esperanza, viviendo nuestra vida cristiana, para acompañarnos hasta el cielo. Hermanos que aprendamos a ADORAR, a contemplar el misterio de Cristo presente en la Eucaristía. Que todos reconozcamos la Victima santa y única que se ofrece sobre el altar. Que todos aprendamos a experimentar la presencia vivificante de Cristo en la Eucaristía, a recibirla piadosamente y anhelar poder celebrar prontamente, con las puertas de nuestros Templos abiertas para todos, protegidos por Dios en la precariedad de la vida. Adoremos devotamente la presencia de Cristo en las especies Eucarísticas. Bendito, alabado y adorado sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar. + Víctor Manuel Ochoa Cadavid Obispo de Cúcuta

Vie 19 Jun 2020

Celam anima a sacerdotes para que sean signo de la presencia de Dios

En la fiesta de la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, que la Iglesia católica celebra hoy 19 de junio y en la que el Papa Francisco propuso llamar a una Jornada Mundial por la Santificación de todos los Sacerdotes, el presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano CELAM, Mons. Miguel Cabrejos envió una carta a todos los sacerdotes del continente Latinaomericano. “En estos tiempos de pandemia. Los fieles necesitan de Dios, necesitan a sus sacerdotes, necesitan que les celebren la Eucaristía, que los confiesen, que les hablen de Dios. Oran por ustedes, especialmente hoy, en la Jornada Mundial de Oración por los Santificación de los Sacerdotes. Quieren que sus sacerdotes sean santos, que “tengan los mismos sentimientos de Cristo Jesús” (Flp 2,5)”, señaló el prelado. En su mensaje el presidente de esta Institución agradece a todos los sacerdotes por llevar la “Palabra de Dios a los fieles”, más en este tiempo de pandemia, usando las nuevas formas de comunicación, buscando la manera de estar cerca de su pueblo. Incluso, muchos sacerdotes están ayudando a los más necesitados “ofreciendo no sólo su trabajo, sino incluso sus propios bienes”. Al agradecer por el testimonio de estar cerca de los que sufren, dijo “¡Cuánto bien hacen, mostrando el rostro de una Iglesia Samaritana, comprometida con el que sufre, con el necesitado, con el enfermo! Gracias por este hermoso testimonio”, pero también les pidió que cuiden su salud, atendiendo las normas sanitarias, sin exponerse “innecesariamente al contagio. Velen por sus familiares y asístanlos si están enfermos o ancianos”, observó. El también presidente de la Conferencia Episcopal dijo a los sacerdotes que desea “vivamente que el fuego del amor que irradia del Corazón abierto del Crucificado siga encendiendo la pasión que un día los llevó a dejar todo y a entregar su juventud, sus sueños y todo su ser a Aquel por quien se sintieron atraídos y elegidos para una vocación y una forma de vida sublime y fascinante: el sacerdocio”. Finalmente, les pidió fortalecer la fraternidad sacerdotal, orar unos por otros y mantener una comunicación permanente, de manera especial con aquellos que han sido contagiados por el coronavirus o que pasan algún tipo de dificultad. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar comunicado[/icon]

Vie 19 Jun 2020

La voz del Pastor | 21 de junio de 2020

Reflexión de monseñor Luis José Rueda Aparicio, Arzobispo de Bogotá y primado de Colombia Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 10,26-33

Jue 18 Jun 2020

“Pido tu ayuda para vivir un episcopado alegre y generoso”: Mons. Gil Betancur

Encomendándose a la protección de la Santísima Virgen María, Reina y Madre de las Misericordias, monseñor Farly Yovany Gil Betancur recibió, este jueves 18 de junio, la ordenación episcopal en un acto litúrgico presidido por monseñor Jorge Alberto Ossa Soto, arzobispo de Nueva Pamplona. En su mensaje, el nuevo obispo electo para Montelíbano, pidió la ayuda de la Virgen “para vivir un episcopado alegre y generoso (…) Ampárame, guárdame, y favoréceme como a hijo predilecto, porque pongo en tus manos el ministerio episcopal que acabo de recibir y ansío santamente vivir, imitando en su entrega a nuestro Beato el Padre Marianito”. Monseñor Gil hizo una corta reflexión a cada uno de los interrogantes que el Papa emérito Benedicto XVI propone a quienes han sido llamados al servicio episcopal: “¿Desde dónde quieres, Señor, que te ame? ¿Desde dónde quieres, Señor, que te siga? ¿Desde dónde quieres, Señor, que te sirva?” Estas fueron sus respuestas que, sin duda, marcarán su andar pastoral en esta nueva misión encomendada por la Iglesia: - Señor, desde Montelíbano quieres que te ame; te amaré, entregándome al servicio de esa querida Diócesis. - Señor, quieres que te siga en el servicio que nos enseñas desde el Cenáculo como Sumo Sacerdote. Que, como tú, nuevo y definitivo sacerdote, mi existencia sea una ofrenda total. - Señor, que pueda gritar al mundo que Cristo nos puede renovar desde la apertura de nuestros corazones a su misericordia. Te serviré sin reservas, caminando en tu presencia. Luego de agradecer al Papa Francisco el llamamiento al Ministerio Episcopal, renovándole su comunión al sucesor de Pedro, ofreció un saludopor su cercanía, gratitud y amistad generosaal Nuncio Apostólico, monseñor Luis Mariano Montemayor, amonseñor Jorge Alberto Ossa Soto, arzobispo de Nueva Pamplona, quien actuó como ordenante, y a los obispos, monseñor Gabriel Villa Vahos, arzobispo de Tunja y monseñor Jairo Jaramillo Monsalve, arzobispo emérito de Barranquilla, quienes le acompañaron durante la ceremonia como primeros ordenantes. Así mismo, manifestó su saludo generoso a los obispos y arzobispos del país y en ellos a cada uno de los miembros de la Conferencia Episcopal, donde recientemente finalizó su gestión como secretario adjunto. Igualmente se mostró agradecido con la diócesis de Santa Rosa de Osos donde fue incardinado desde el momento de su ordenación sacerdotal y en ella al clero: “Gracias por permitirme compartir con ustedes estos años de ministerio sacerdotal. Gracias por su amistad y testimonio. Que Cristo Sumo Sacerdote los bendiga a todos en fidelidad”. Al dirigirse a su nueva familia diocesana de Montelíbano, les expresó su cercanía:“Acojo a mis sacerdotes, diáconos y seminaristas. En este día de Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote, él bendiga sus ministerios. Saludo a todos los hombres y mujeres que peregrinan en la Diócesis de Montelíbano”. También recordó y agradeció el servicio evangelizador que los obispos predecesores han dejado en esta Iglesia particular. Hizo extensivo su saludo a las principales autoridades municipales y civiles de los municipios de Don Matías y Santa Rosa de Osos, agradeciendo su apoyo y el servicio prestado en favor de las comunidades de esta región antioqueña. Finalmente, agradeció a su familia, dirigiendo unas sentidas palabras a sus padres y hermanos, a quienes les dijo: “A mis papás y hermanos, gracias porque este sí que hoy ratifico al Señor, siempre ha tenido su apoyo y oración”. Al dirigirse a todo su núcleo familiar afirmó: “Nuevamente las distancias geográficas nos imposibilitan estar juntos físicamente en estos momentos especiales, pero siempre el amor y la hermandad romperán estas barreras”. Por su parte, monseñor Jorge Alberto Ossa Soto, durante su homilía, hizo una reflexión sobre la fiesta de Jesucristo sumo y eterno sacerdote que hoy la Iglesia católica celebra: “Somos sacerdotes, porque el Señor nos ha llamado a participar de su sacerdocio y ministerio; porque nos confía perpetuar en el tiempo su obra salvadora (…) El obispo está constituido para perpetuar esta obra salvadora de Cristo.”. Recordó a monseñor Farly Yovany las tres tareas que como pastor de la Iglesia ha de seguir en su caminar episcopal y que hoy se proponen en las lecturas de la palabra de Dios: acompañar, orar y santificar al pueblo de Dios. El Obispo acompaña a sus fieles Al recordar como Jesús se entregó por nuestra salvación y cargó con los pecados del pueblo, así mismo, dijo: “el obispo debe llevar sobre sus espaldas el peso y la responsabilidad de la comunidad. Está allí para acompañar y velar por su bien (…) Debe preocuparse, si fuese necesario, hasta dar la vida por sus fieles”. Subrayó que la tarea de un obispo no es la de hacer una "labor social o filantrópica" para ayudar a solucionar carencias o dificultades de la sociedad organizada, se trata de la necesidad de "estar con los fieles para que ellos experimenten, por nuestra entrega generosa, la presencia amorosa de Jesús que levanta.". El Obispo ora por sus fieles Tomando la carta a los Hebreos, que presenta a Jesucristo Sumo Sacerdote como la persona que intercede por todos, así mismo, agregó: “el obispo, imagen del Padre y Ministro de Jesucristo, ora también por sus fieles y ora con ellos (…) Esta fiesta que celebramos hoy nos invita a recordar y llevar a la práctica esta tarea, esencial en el ministerio episcopal”. Exhortó al nuevo obispo a hacer entrega de su vida de forma generosa, disponible y a tener la capacidad de orar ante Dios por todos los fieles, de manera especial por los “más necesitados, por los que sufren, se han alejado y son rechazados por no creer o, según nosotros, porque son pecadores (…)Amamos a los fieles, si oramos por ellos”. El Obispo santifica a su pueblo Afirmó que la Iglesia vive de la Eucaristía, “del misterio de la fe, en que nos alimentamos de Cristo para tener vida eterna”. Por lo que recordó que, en esta tarea de santificar al pueblo de Dios, le corresponde al obispo celebrar los sacramentos y la Eucaristía haciendo presente a Cristo en medio de él. “El obispo, por la santidad en su propia vida, configura la vida de Cristo en la comunidad; santifica a su pueblo”. Por último, exhortó a monseñor Farly Yovany para que en medio de las “dificultades y las pruebas, en medio de los gozos y las fatigas, de los posibles desencantos humanos y de los logros aparentes de nuestro esfuerzo”, confíe siempre en la gracia de Dios: “La confianza en el Señor es prenda de seguridad y garantía en el ejercicio del ministerio episcopal (…) Si Cristo actúa en nosotros y nos depositamos en sus manos, podemos decir: “todo lo puedo en Aquel que me conforta””. Fotos: Cortesía oficina de comunicaciones diócesis de Santa Rosa de Osos

Jue 18 Jun 2020

Iglesia en Inírida clama por el respeto a la vida de líderes sociales

Ante el incremento de asesinatos, atentados y amenazas contra los líderes sociales en toda Colombia y también en el Vicariato Apostólico de Inírida, presidido por monseñor Joselito Carreño Quiñones, el obispo prende las alarmas y hace un llamado al Gobierno y a las organizaciones de Derechos Humanos para que pongan sus ojos sobre estos territorios donde se han presentado tan lamentables crímenes. Exige el respeto por la vida de los líderes sociales, cuya tarea “es luchar y defender los derechos de las comunidades ubicadas en sectores marginados y que históricamente han sido excluidos”, así también, pide por salvaguardar la vida de todos los que se ven constantemente amenazados ante las innumerables violencias presentes en el territorio local y nacional. A través de un mensaje el prelado señala que tan solo en el primer trimestre del año las estadísticas arrojaban 36 líderes y defensores de derechos humanos asesinados en Colombia, pero aclara que esta cifra puede aumentar a 60 dado que hay muchos casos que no han sido verificados, información soportada según la Organización "Somos Defensores", asesinatos en: Guaviare, Meta y Vaupés. “Hoy, las amenazas se están materializando si tenemos en cuenta que, en 2017 fueron asesinados 20 líderes, en 2018 asesinados 46 y en 2019 asesinados 25 evidenciándose un descenso en esa fecha. Hoy 36 asesinatos de líderes es una cifra verdaderamente alarmante”, afirma. Evidencia como el asesinato selectivo de estos líderes sociales han sido perpetrados por sucesores del paramilitarismo, narcotraficantes, exploradores ilegales de minerales, excombatientes de la FARC y disidentes, los que desplazaron y ocuparon tierras de la población, todo a cuenta de oponerse a los intereses propios de estos grupos y por defender los territorios de las comunidades. Por ello, dice monseñor Carreño Quiñones “hay que sensibilizar al máximo la sociedad, desnaturalizar la violencia y no aceptarla más; porque cuando la sociedad calla, esa sociedad otorga (…) No se puede permitir que esos líderes comunitarios, asociados a la defensa de su territorio, de los derechos humanos y a la participación política de la comunidad en la exigencia de sus derechos, sigan siendo asesinados”. Así también en declaraciones a un medio nacional el prelado hizo un llamado a la sensibilización local y nacional “porque nos hemos ido anestesiando de tal manera de que esta realidad no nos está impactando y no nos estamos haciendo escuchar, especialmente por parte del Gobierno, que tiene la responsabilidad de salvaguardar y proteger la vida de todos los colombianos y no vemos acciones concretas y tangibles”. Finalmente, recuerda cómo la Iglesia viene insistiendo en la necesidad de crear una política pública nacional “para enfrentar esta amenaza, política, que incluya acciones de protección, de respuesta oportuna a las alertas y de presencia eficaz de las instituciones del estado en las comunidades más vulnerables”.

Mié 17 Jun 2020

Hipoteca inversa o Inversa la Hipoteca. A este vestido le falta tela

Por: Mons. Juan Carlos Ramírez Rojas - Duflo y Banerjee, premios Nobel de economía, en su libro Repensar la pobreza, se plantean preguntas sobre la vida económica de los pobres: ¿Pueden los pobres pedir préstamos, ahorrar y asegurarse frente a los riesgos que afrontan? Considero que desde la realidad que vive el País, la respuesta es taxativa: No, a los pobres las entidades financieras no les gestionan préstamos y menos en tiempos de pandemia. En recientes pronunciamientos, el gobierno ha planteado implementar el negocio, porque es un negocio, no es un acto de solidaridad ni un proyecto de política social, la Hipoteca Inversa, que consiste en un modelo de préstamo hipotecario muy particular, que tiene como posibles clientes a las personas mayores de 65 años que sean propietarios de una vivienda; y según la modalidad escogida, si la hipoteca es de única disposición, el adulto mayor puede recibir la cantidad de dinero acordada por una única vez; pero como es negocio, la oferta se amplía y existe la disposición periódica en la cual se hacen desembolsos por un tiempo determinado o pueden concertar una tercera vía, las disposiciones periódicas vitalicias hasta la muerte de quienes son garantía en la hipoteca. Es una estrategia financiera, no obligatoria, pero para algunos atractiva, fascinante, seductora. De lo bueno no dan bastante, la hipoteca será exigible cuando el constituyente de la misma haya fallecido y de manera acuciosa, la entidad financiera inicia el proceso para liquidar la hipoteca a su favor. Ciertamente, estamos en una economía de mercado en la cual el pobre termina siendo más pobre y sus herederos inician de cero y cada día con menores posibilidades y la propuesta, encarnando la figura del Leviatán del Mediterráneo, arrasa con la historia familiar de generaciones que han adquirido su vivienda con inmensos esfuerzos y sacrificios, esa es la manera estratégica como el modelo económico multiplica pobres y reviste de “grandes oportunidades” negocios que acrisolan la riqueza de unos pocos o más aún, de los mismos de siempre. Es injusticia social que el sistema financiero busque ganancias en tiempos tan sombríos para las mayorías y que el Estado, llamado a salvaguardar la calidad de vida integral de los ciudadanos, asista y promueva negocios que le roban la esperanza a las grandes mayorías de la población. Aquí nos preguntamos, ¿qué sucede con los herederos que habitan la misma casa luego del fallecimiento del propietario? La respuesta es hipotética en cuanto que no ha sido emitido el decreto y la reglamentación del negocio, pero es de inferir, que les corresponde la propiedad de la vivienda y la deuda acumulada con la entidad financiera y en lógica comercial, tienen dos posibilidades, liquidar la deuda acumulada con el banco y sino tienen brazo financiero, -las mayorías no lo tienen porque ni empleo hay-, pueden financiar la deuda con una nueva hipoteca y en consecuencia, nuevos clientes y más ganancia para los de siempre. Aún falta quien diga, vendan la propiedad y con el importe de la venta, saldan la deuda de la hipoteca inversa y sino les alcanza, la entidad financiera instará a vender otras propiedades de la herencia, si existen. Este es el modelo existente en otras latitudes. Inversa la hipoteca de la injusticia social institucionalizada, es el imperativo categórico del pueblo a sus gobernantes, para abrir caminos de promoción humana integral, en la cual, todos puedan acceder a salud, vivienda y educación y no construir un falso bienestar sobre las cenizas de las viviendas de los pobres y necesitados. A este vestido le falta tela!!! Mons. Juan Carlos Ramírez Rojas Ecónomo-Director Financiero Conferencia Episcopal

Mié 17 Jun 2020

“Me hará falta el río grande de La Magdalena por su navegar tranquilo y sus horas de poesía”

Así lo expresa monseñor Camilo Castrellón Pizano, quien recientemente dejó la diócesis de Barrancabermeja, luego que el papa Francisco le aceptara la renuncia al gobierno pastoral de esta Iglesia particular. Se retira para dedicar su tiempo a la oración, al sacramento de la reconciliación, a la actualización en el tema de la psicología, que dejó por su trabajo pastoral y, además, estará acompañando y asesorando parejas en procesos de separación. En diálogo con la oficina de comunicaciones de la Conferencia Episcopal, el obispo saliente cuenta algunos de los momentos pastorales vividos a lo largo de sus 19 años de ministerio episcopal, ejercidos en las diócesis de Tibú y Barrancabermeja. Anunciar la Buena Nueva de Jesús, legado que deja a su sucesor Revela que durante su ministerio tuvo claro que su tarea era la de anunciar la Buena Nueva de Jesús y eso lo ha hecho visible trabajando por los más pobres, vulnerables y últimos de la sociedad, especialmente apoyando procesos de construcción de la paz. Estas acciones, apunta el prelado, se han visto materializadas “gracias al trabajo en equipo, marcado con una presencia activa de los sacerdotes, la vida consagrada, los laicos, con un discernimiento constante de la realidad y una iluminación desde la Palabra de Dios, el Magisterio de la Iglesia y las ciencias sociales. Toda la elaboración del proyecto pastoral diocesano, partió siempre de la base y no del vértice, cuya misión fundamental de éste era apoyar a las parroquias y vicarías”. El plan pastoral, explica, estuvo “centrado en la persona del Señor Jesús y en la reconciliación como camino para la paz”, razón por la que destaca el trabajo hecho con los jóvenes y las familias dejando como resultado la construcción y fortalecimiento de las “comunidades eclesiales de base”, entendidas como grupos de personas donde sus integrantes se conocen, comparten su vida, celebran su fe y se ayudan mutuamente para vivir plenamente su compromiso en la construcción del Reino de Dios. En materia de relaciones con otras instancias, el obispo saliente subraya que, a pesar de las diferencias de pensamiento, la Iglesia siempre ha mantenido buena comunicación, diálogo e independencia con los gobiernos tanto nacional, departamental y local, con las fuerzas militares y de policía, con los medios de comunicación social, con las organizaciones civiles, con los grupos y movimientos de derechos humanos, con los diálogos pastorales con los grupos alzados en armas y con los líderes y lideresas de las comunidades, hecho que ha permitido abrir caminos de reconciliación y paz que favorecen sin lugar a dudas a las comunidades. Caminando de la mano con los más pobres y desprotegidos Frente a las distintas realidades sociales que se perciben en estos territorios, acompañadas por una gran riqueza natural, la calidez de sus gentes, sus comunidades, pero también marcados por la desigualdad, la pobreza, el narcotráfico, los grupos alzados en armas, en fin, una serie de factores que marcan un panorama de mucha complejidad, el obispo emérito de Barrancabermeja destaca que para analizar estos ambientes se partió de un proceso de discernimiento “donde nos preguntábamos cómo estaba trabajando Dios en la situación que se nos presentaba, para ayudarle a llevar adelante su plan de salvación”. Esto, afirma, siempre fue soportado desde una lectura del análisis de la realidad e iluminado por el Evangelio, las ciencias sociales, el Magisterio Pontificio y la Doctrina Social de la Iglesia. “Para la toma de decisiones teníamos un material de apoyo con unos principios fundamentales: la constitución del ser humano que encuentra en Cristo el hombre nuevo y le ofrece su realización más plena, la centralidad de la persona humana como un ser que anda, que peregrina, como un ser viático, sujeto de su propia historia, la persona humana, fundamento y fin del orden social”, añade. Así, pues, resalta que “estos principios se entrelazaban transversalmente con: las opciones de una Iglesia en salida, la cultura del encuentro, la centralidad en los pobres, la reconciliación y la paz”. Habló fuerte denunciando las injusticias Resalta la tarea de sus antecesores quienes siempre fueron claros en denunciar las injusticias y anunciar el Evangelio con miras a la construcción de una nueva sociedad. Por eso, subraya que “tanto en la diócesis de Tibú como en la de Barrancabermeja tuve muy claro que el anuncio y la denuncia eran parte inseparable del ministerio episcopal y en ambas jurisdicciones había una memoria y un trabajo muy fuerte de mis antecesores (…) Especialmente en Tibú, soy consciente que mis denuncias, que fueron muchas y frecuentes, incomodaron al establecimiento y a los grupos al margen de la ley. En tres oportunidades, supe después, que habían tomado la decisión de secuestrarme con fines de una ejecución sumaria”. Recuerda cómo, durante su trabajo pastoral en la diócesis de Tibú, los medios de comunicación privados le fueron esquivos a la hora de realizar denuncias. Éstas – explica-, se tenían que hacer a través de la emisora diocesana o en el púlpito durante las eucaristías; era así como particularmente las víctimas o sus familiares sentían la cercanía y el apoyo de la Iglesia. “Un caso, entre muchos, ilustra lo dicho: en una celebración del Sábado Santo, en la noche, en la Iglesia Catedral, al terminar la Vigilia Pascual, una muchacha muy asustada y escondiéndose de la gente, me dijo que durante la misa un grupo al margen de la ley se había llevado a un joven. Llamé, inmediatamente, al vicario general y salimos para donde sabíamos que conocían el secuestro y exigimos devolver al instante al joven. A los pocos minutos estaba libre. Al día siguiente, hice la denuncia pública”, afirma. También recuerda acontecimientos especiales vividos en la diócesis de Barrancabermeja. Allí la voz del obispo ha sido siempre respetada y es considerado como un líder espiritual, desde tiempos de monseñor Bernardo Arango, pasando por monseñor Juan Francisco Sarasti y, particularmente, por monseñor Jaime Prieto, quienes fueron voz autorizada, libre e iluminadora de la realidad social en estos territorios. Nostalgia de dejar estos territorios Expone que su salida le trae nostalgia, pero también tiene claro que su formación con la comunidad Salesiana le enseñó a ser un ciudadano del mundo y, por lo tanto, siempre estará en actitud de salida y, al mismo tiempo, “con los pies firmes en el presente y convencido que el Señor, en el nuevo lugar de mi estadía, me tiene una misión particular”. “Estoy muy agradecido y voy a extrañar al magnífico equipo de la curia diocesana, conformado por sacerdotes, religiosas y profesionales, hombres y mujeres que me acompañaron durante estos años, con amistad y profesionalismo, lo mismo que a quienes fueron los conductores del carro del obispo, compañeros de largos recorridos y al personal de servicios que trabaja en la casa del obispo por su sencillez, servicio, dedicación y su compromiso; también a los fieles de las parroquias (...)Tuve una relación muy fluida con la academia, con los profesionales y una cercanía especial con las víctimas de la violencia, con quienes fortalecimos lazos de amistad y solidaridad, que necesariamente voy a extrañar (…) También extrañaré al equipo humano del Secretariado Permanente de la Conferencia Episcopal por su cercanía, amabilidad, profesionalismo y capacidad de servicio. Concluye su entrevista, agradeciendo las sólidas amistades que se fueron tejiendo a lo largo de su episcopado, resaltando sobre manera a aquellas personas que le ayudaron en la construcción de una mejor sociedad y que creyeron en él como obispo. Y, así como le “hará falta el río grande de La Magdalena por su navegar tranquilo y sus horas de poesía”, también él dejará un vacío en quienes lo acompañaron en su paso por Barrancabermeja.

Mar 16 Jun 2020

El justo perseguido por causa de su fe es confortado y salvado por Dios

XII del Tiempo Ordinario 21 de junio 2020 Primera lectura: Jr 20, 10-13 Salmo: 69(68), 9-10.14.33-34 (R. 35,10) Segunda lectura: Rm 5,12-15 Evangelio: Mt, 10,26-33 I. Orientaciones para la Predicación Introducción • El justo perseguido por causa de su fe es confortado y salvado por Dios. • La nueva vida en Cristo nos libera de la muerte eterna, del pecado y de la esclavitud de la ley. • En Cristo debemos tener valentía y fortaleza para vencer los temores y los miedos ante las amenazas que se nos presentan. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? El profeta Jeremías, como un hombre justo, después de haber manifestado su sufrimiento interior y las dificultades por las que atraviesa su vida y su ministerio, además del rechazo que experimenta, ahora siente amenazas contra su vida, todo por causa de su fe y su fidelidad en la tarea profética: debió levantar su voz contra los pecados y delitos cometidos por parte del pueblo. El profeta se dirige al Señor que lo sostiene y acompaña ante la insidia del enemigo. En la súplica, Jeremías se presenta a Dios como un soldado que es capaz de enfrentar a quienes hacen la guerra al profeta. Por eso se siente seguro, ya que los perseguidores son derrotados y experimentan el fracaso y la deshonra de la cruel persecución, pues sólo Dios conoce lo íntimo del hombre y sondea el corazón del que está en un momento de aflicción, por eso, sabe que es un hombre justo que se fía de su Señor para no caer en manos de los impíos. San Pablo, en su carta a los Romanos, nos recuerda que Cristo es el fundamento de nuestra esperanza y por eso, elabora una antítesis que representa el drama de la humanidad y compara la figura de Adán y Cristo; el primero, causante del ingreso del pecado y la muerte en el mundo; y el segundo, quien otorga el don de la gracia y la vida nueva que regenera al hombre. La carta presenta a Adán en el origen de la humanidad pecadora como figura de oposición del que había de venir, ya que Cristo es el nuevo Adán que redime y renueva la humanidad. Ambas figuras se encuentran dentro del plano de la solidaridad; por uno entró el pecado para todos y por otro, entró la gracia para toda la humanidad. En el Evangelio, se muestra la vulnerabilidad del discípulo que siente miedo ante una amenaza que es más fuerte y frente a la cual se siente débil e indefenso o incluso, incapaz de superar el peligro. Jesús hace alusión al miedo a los que matan el cuerpo o a un temor tan profundo como enfrentarse a hablarle a un público que es adverso al mensaje que se quiere proponer, tal como sucede con quienes rechazan la Buena noticia del Evangelio y se oponen rotundamente a este. El pasaje del Evangelio que se proclama este domingo habla de cuatro miedos: 1) miedo a hablar para proclamar la Palabra de Dios en público, frente al cual Jesús invita a proclamar el mensaje con valentía, ya que la verdad no puede permanecer oculta ni encubierta; 2) el miedo a los que matan o acaban con la vida y la integridad física, frente al cual Jesús invita a la confianza, porque sólo Dios es creador, dueño y Señor de la vida y nadie puede matar el alma; 3) el miedo a los que matan el alma, que es el temor a la muerte eterna o a perder la salvación otorgada por Cristo; y 4) el miedo a no dar testimonio público de Jesús con la entrega del martirio o la defensa pública y la confesión de la fe como en el caso de los mártires y confesores. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? Nosotros por el bautismo hemos sido constituidos profetas, para anunciar la Palabra de Dios y denunciar todo lo que se opone al Reino de Dios. Al ejercer con fidelidad la tarea profética estaremos sometidos a la persecución o la adversidad de quienes se sienten incómodos por el mensaje evangélico, o, al igual que Jeremías, sentiremos la asechanza del enemigo que quiere ponernos un traspié para hacernos caer o desanimar en la predicación del evangelio. Pero esto no debe asustarnos, al contario, debemos dirigirnos al Señor, como el profeta lo hizo en su momento, con la confianza de que él conoce nuestro corazón y como un fuerte soldado nos defenderá y nos protegerá si permanecemos fieles a la tarea que nos ha encomendado. En medio de una humanidad descristianizada debemos ejercer valientemente la dimensión profética aún en medio de las contradicciones e incomprensiones de quienes escuchan la Palabra y la rechazan. El bautismo nos ha dado la vida del Espíritu, nos ha regenerado del pecado y nos ha librado de la muerte eterna, ya que la vida nueva de Cristo el nuevo Adán, nos ha sido dada para hacernos nuevas creaturas, de modo que el hombre viejo, el pecado del antiguo Adán, ya no tenga más dominio en nosotros. De aquí que cada día somos invitados a vivir la vida nueva y a dar testimonio de nuestra condición de hijos de Dios. En medio de las circunstancias que vive el mundo actual nosotros, hoy más que nunca, estamos llamados a permanecer en la vida nueva que nos ha dado Cristo para ser pregoneros de su mensaje de salvación. El discípulo, seguidor del Señor, debe tener la plena confianza en aquel que lo llamó, para anunciar su Palabra con valentía, incluso en medio de las amenazas y la adversidad de quienes rechazan el mensaje y se oponen al proyecto salvífico de Dios, por eso, se debe proclamar la buena noticia afrontando los miedos, ya que, en Cristo, tenemos la garantía de que nada ni nadie nos podrá hacer daño. El mismo lo ha prometido en su Palabra: “No tengan miedo”. Esta es una invitación a la fortaleza y la confianza, de que con el Señor estamos seguros y nada ni nadie nos podrán hacer daño si permanecemos en Él. Recordemos las palabras de Teodoro de Mopsuestia: “No temas a la muerte, sino al pecado que te aleja de Dios”. Que nuestro temor no sea por las amenazas externas de los enemigos sino por la división que causa en nosotros el pecado que nos aparta de la comunión con el Señor. Ante los miedos que se le presentan al cristiano, lo más fácil sería esconder el mensaje y quedarse con él, por el pánico a enfrentarse a un público que es adverso y rechaza la novedad que propone el Evangelio, pero Jesús exhorta a sus seguidores para que no tengan miedo de proclamar la verdad, porque aunque sea eclipsada por un momento, al final será descubierta, ya que no puede permanecer oculta, ella es como la luz que termina venciendo a la oscuridad y la disipa; nos conviene recordar las palabras de un antiguo escrito de los padres de la Iglesia: ”Así como no existe lugar en la tierra donde no pueda llegar la luz del sol, así tampoco habrá un lugar donde la verdad del Evangelio no sea conocida” (Comentario anónimo al evangelio de Mateo, siglo III). Así es el mensaje de la Palabra, que no se puede ocultar ni callar por temor al rechazo, al contrario, se debe proclamar desde las azoteas, es decir, de un lugar alto que garantiza la difusión del mensaje para que todos los interlocutores lo puedan escuchar. Al mismo tiempo, es una interpelación que hace Jesús para que sus seguidores sean discípulos en la escucha atenta y la recepción del mensaje y profetas que proclamen con valentía la Buena noticia del Reino sin callar ni esconder nada del Evangelio. En este tiempo que vivimos llenos de miedos por la amenaza del covid19, que se presenta como un peligro letal para nuestras vidas, no debemos dejarnos vencer. Todo lo contrario, debemos cuidar nuestra salud y la de nuestros semejantes sabiendo que el Señor nos acompaña y no nos abandona en los momentos de tribulación. Que esta pandemia que vivimos no nos atemorice ni nos haga claudicar en nuestra tarea profética para ser discípulos y misioneros de la Buena Noticia del Evangelio en medio de un mundo necesitado del amor de Dios. Hoy cuando celebramos el día del padre en Colombia, damos gracias a Dios por todos nuestros padres vivos, por aquellos que en medio de la familia han sido auténticos profetas y maestros en el cuidado y la educación de sus hijos. Oramos por todos ellos y sus necesidades y a quienes ya han fallecido los recordamos con cariño y gratitud orando por su eterno descanso. También oramos por aquellos que no han sabido cumplir con esta bella y noble tarea de ejercer la paternidad responsable, para que comprendan la necesidad de ser cooperadores en la educación y el cuidado de la familia. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? Suplicamos al Señor que nos ayudes a asumir con valentía nuestra misión de profetas y mensajeros de su Palabra, que nos dé fortaleza frente a las adversidades y amenazas; que nos fortalezca para enfrentar los miedos y seguir pregonando su Palabra en medio de nuestros hermanos. También pedimos que nos ayude a superar la pandemia que ha cambiado nuestro ritmo de vida y nos ha llevado a permanecer cerca de los seres más queridos o de aquellos que comparten con nosotros el día a día. II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Bienvenidos a esta celebración eucarística. Sabemos que desde tiempos antiguos el pecado y la muerte han azotado al hombre, y hoy acudimos a Jesús, Palabra y vida, que con su muerte en la cruz y su resurrección nos ha sacado de la oscuridad y nos invita a no tener miedo, a tener fe, porque en él todo lo podemos. Abramos nuestros corazones y participemos con fe en esta celebración que nos permite recordar y vivir profundamente el Sacrificio Santo que se dio por nuestra liberación. Monición a la Liturgia de la Palabra Jesucristo, el nuevo Adán, nos enseñó con su sacrificio pascual que amar a Dios, obedecerle y cumplir sus mandamientos nos lleva a la vida eterna. Las lecturas de hoy nos llevan a reflexionar sobre los caminos que debemos seguir para obtener la gracia de Dios, que nos permite vencer el pecado y la muerte, para resucitar luego en la gloria del Señor. Escuchemos con atención la Palabra de Dios. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Presentemos nuestras oraciones al Padre, que es rico en misericordia, y que está siempre presto a atender las súplicas de quienes lo invocan confiada y filialmente. Digamos con fe: R. Dios de amor escúchanos 1. Por el Papa y la Iglesia, para que el Señor les de la fortaleza necesaria para vencer las dificultades que se le presentan cada día y así puedan seguir guiando a la Iglesia con amor, valentía y sabiduría. 2. Por los gobernantes de las naciones y todos los que están comprometidos con la vida política, para que reconozcan que su gran misión es velar por el bienestar común de los que les han sido confiados. 3. Por los enfermos y sus familias, por los secuestrados, por los que han debido abandonar sus familias en busca de mejores oportunidades, para que encuentren en el Señor la ayuda, el consuelo y la paz que necesitan. 4. Por nosotros, reunidos en torno al altar, para que a la luz del evangelio nos comprometamos, a partir de la familia, a ser casas abiertas al paso de Dios y a atender las necesidades de nuestros hermanos con sensibilidad y caridad cristianas. 5. Por los padres de familia para que reciban el auxilio de Dios y sigan cumpliendo con responsabilidad la misión encomendada en el cuidado de sus familias y por los que ya fallecieron para que reciban el gozo del encuentro con el Padre Celestial. 6. Por todos nosotros para que en medio de la pandemia no nos dejemos vencer por el cansancio o el miedo y seamos valientes en la proclamación del Evangelio. Oración conclusiva Padre bueno, que velas continuamente por nosotros, atiende las plegarias que te presentamos confiadamente. Por Jesucristo, Nuestro Señor. R. Amén.