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Iglesia

Vie 23 Feb 2018

“Pedimos que el voto sea consciente, responsable y libre”: Mons. Elkin Àlvarez

En entrevista concedida a la revista Ecclesia de España, monseñor Elkin Fernando Álvarez Botero, obispo auxiliar de Medellín y secretario general de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), expone los criterios que la Iglesia católica propone a los ciudadanos para tener en cuenta en los próximos comicios electorales. A continuación la entrevista completa: Colombia entera está inmersa en un proceso electoral que la llevará a decidir quiénes serán sus nuevos representantes en el Congreso así como quién será su nuevo presidente. El 11 de marzo se realizarán las elecciones legislativas que colocarán a 102 senadores en el Senado de la República y a 166 representantes en la Cámara de Representantes. Más adelante el 27 de mayo los colombianos volverán a las urnas para elegir a un nuevo Jefe de Estado. En este contexto los obispos de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) fueron los primeros en alentar la participación responsable y ética de los colombianos en todas las etapas del proceso electoral, “derrotemos la indiferencia y comprometámonos” indicaron en su mensaje denominado: “Construir juntos un país que sea patria y casa para todos”. Para monseñor Elkin Fernando Álvarez Botero, secretario general de la CEC, las elecciones del presente año se desarrollan en un momento definitivo y trascendental para el proceso histórico del país, “encontramos que hay muy buenas posibilidades de hacer un proceso serio que realmente nos deje gobernantes que necesitamos en este momento en Colombia o también que el proceso electoral puede tomar vías contrarias a esas necesidades” nos dice. En medio de las actividades que los candidatos sostienen en las plazas y lugares más representativos a lo largo y ancho del territorio nacional en busca del voto, las propuestas, la propaganda y el debate se mudan también de las calles a las redes sociales, en este sentido el también obispo auxiliar de Medellín anota “…particularmente encontramos un fuerte riesgo de polarización de que las campañas se conviertan en mutuas acusaciones y que se vayan a los extremos, cosa que no conviene en este momento cuando lo que necesitamos es un proyecto común de país”. La historia de las elecciones en uno de los países más grandes de la Comunidad Andina está marcada por un alto ausentismo en las urnas, la última vez sólo el 40% de los ciudadanos habilitados para participar acudieron a depositar su voto. De aquí que los obispos hayan invitado a todos los hombres y mujeres de buena voluntad a reflexionar sobre su participación en la vida democrática del país, ejerciendo su derecho al voto. Consultado sobre si en esta ocasión la participación tendría novedades, monseñor Elkin Álvarez apunta a que en estas elecciones podría ser diferente, “creemos y por eso nos anticipamos a enviar un mensaje con palabras claras”, “buscamos ante todo promover el voto joven” nos comenta y precisa que esta invitación especial a los jóvenes se viene realizando desde la Conferencia Episcopal y a través de las diócesis. “Colombia necesita ser gobernada por personas íntegras, honestas, dignas, competentes, capaces de vencer la corrupción y la violencia, que se preocupen por la salvaguarda de la casa común”, indicaron los obispos en su mensaje a razón de estas elecciones llamando a los colombianos a elegir “a quienes quieran afrontar las situaciones de injusticia, enfermedad, drogadicción, desempleo y falta de oportunidades que está padeciendo el país en las ciudades y en los campos”. “Nosotros hemos señalado unos problemas que nos parecen nucleares en la realidad colombiana y que si no los abordamos, no los enfrentamos con perspectiva del bien común, tarde o temprano generarán más problemas para vida del pueblo”, precisa monseñor Álvarez Botero en diálogo con ECCLESIA y destaca –de las propuestas de los candidatos- que se han puesto en el centro del debate pre electoral temas verdaderamente importantes para la vida del pueblo colombiano pero también advierte que se notan posiciones muy encontradas en torno a temas fundamentales del camino de Colombia -como la reconciliación y la paz-. “Esperamos que se puedan proponer de manera que el pueblo tenga la verdadera posibilidad de enterarse y de decidir. Ojalá que se continúe también trayendo al debate electoral aquellas realidades que realmente necesita discernir el país en este momento” expresa. Tras el Acuerdo de Paz firmado con las FARC, el desarme y el acuerdo de paz con el ELN es uno de los frentes abiertos de la sociedad colombiana. Para el obispo entrevistado este es un tema que va estar en primera plana en todo el debate electoral. “(…) hay partidos que rechazan de plano cualquier intento de negociación con la guerrilla del ELN, mientras que otros exigen que se pongan condiciones antes de continuar el diálogo”, nos trasmite y deja claro que en medio de este panorama los obispos insisten en la vía del diálogo. Guerrilla y Gobierno “deben mostrar la verdadera disposición de escuchar el clamor del pueblo colombiano de parar las acciones violentas -que dañan finalmente a los más pobres y necesitados- y encontrar caminos para poder concertar cosas, para poder realmente solucionar el conflicto armado” apunta. El acompañamiento de la Iglesia en el proceso de paz en Colombia no es nuevo además de su papel mediador en los momentos de conflicto. “La Iglesia acompaña los intentos de diálogo, se ha convertido de alguna manera en la que siempre anima a buscar la salida negociada y esperamos que finalmente se pueda tener pronto”, nos dice monseñor Elkin Álvarez subrayando que el cese a la violencia es vital si se quiere alentar la confianza entre las partes y detener el sufrimiento de la población. Así las cosas, los obispos colombianos esperan que los católicos participen en la construcción integral de la nación, que oren mucho por el buen fruto del proceso electoral “esto lo hemos invitado reiteradamente para que no haya violencia, para que el ejercicio democrático sea en paz”, nos recuerda el secretario general de la CEC y va más allá “buscamos coherencia en las opciones, que los fieles católicos piensen en cuanto creen y siguen para poder hacer una elección de un candidato”. También “pedimos que el voto sea consciente, responsable y libre” nos recuerda el obispo colombiano y con gran esperanza agrega “que nosotros acudamos a las urnas, al ejercicio de la democracia sabiendo que es una participación en el derrotero, en el itinerario de vida de una nación”, “porque somos cristianos y al mismo tiempo ciudadanos y debemos impregnar de nuestra fe todas las dimensiones de nuestra vida”, finaliza.

Vie 23 Feb 2018

Seamos signos visibles de la fe en Jesús, alienta arzobispo Barranquilla

Durante el acto de inicio del Año Pastoral 2018 en la Arquidiócesis de Barranquilla, el obispo de esta ciudad, Monseñor Pablo Salas Anteliz, alentó a los fieles a ser signos visibles de la fe en Cristo, que venció a la muerte y “actúa sobre nosotros”. El evento tuvo lugar el pasado 17 de febrero en el coliseo del Colegio Sagrado Corazón, allí participaron representantes de las 158 parroquias del Atlántico, entre ellos movimientos apostólicos, comunidades religiosas masculinas y femeninas, seminaristas y laicos. “Queridos hermanos, nosotros estamos aquí reunidos porque queremos hacer un signo visible de nuestra fe, de la fe en Jesús. Estamos aquí porque el Señor nos ha convocado por Su Palabra”, afirmó Mons. Salas. Asimismo, recordó a los fieles que lo verdaderamente importante es la promesa de vida que hizo Jesús a los hombres. “Esta promesa de vida es la victoria de Cristo sobre la muerte, es Jesucristo glorioso, resucitado que ya actúa sobre nosotros, y eso es lo importante. Por eso tu vida todos los días, tiene que ser para la Gloria de Dios y tienes que vivir como un resucitado”, señaló. Durante el encuentro arquidiocesano, el Prelado también alentó a los fieles a “tomar en serio las cosas de Dios”. “Porque te tienes que tomar en serio el lugar, el servicio que haces, la responsabilidad que te han confiado, porque el tiempo que Dios nos da es para convertirnos, es para que vivamos esta victoria sobre la muerte, para que camines como luz del mundo”, afirmó. En ese sentido, Mons. Salas Anteliz invitó a los presentes a ir “a sus parroquias entusiasmados, esperanzados, que enciendan en el fuego de Dios, lo que el Señor les ha mandado”. “Que todos los sacerdotes seamos garantes de esa comunión entre los hermanos que por caminos distintos buscan a Dios”, añadió. Año del Encuentro El Arzobispo de Barranquilla también explicó que este 2018, denominado del Encuentro, “es un año de esperanza, es la oportunidad de encontrarnos con la hermosura de Cristo vivo en nosotros, de manera que anunciemos a todos el gozo de ser testigos de su amor, así construiremos una Pastoral del Encuentro viva en el departamento del Atlántico”. Según informó la Arquidiócesis de Barranquilla, el Año Del Encuentro es una experiencia pastoral para incentivar el encuentro personal con Jesús y que de allí se fortalezca la evangelización de la Arquidiócesis de Barranquilla en el Departamento del Atlántico. La misión es vivir permanentemente espacios de encuentro con Cristo a partir de la oración, del servicio y de la caridad, para que ese encuentro nos lleve a ser discípulos misioneros que anuncian con alegría, el amor de Dios y la justicia social en tierra atlanticense. Estas vivencias en conjunto se realizan con el objetivo de poner en sintonía a todos los fieles católicos y personas de buena voluntad en la necesidad imperante de volver la mirada a Dios como modo de vida que inspire la construcción de una sociedad más justa, solidaria y fraterna, una sociedad que camina hacia la paz. Fuente: Arquidiócesis de Barranquilla y agencia católica Aciprensa Fotos: Oficina de comunicaciones Arquidiócesis de Barranquilla

Jue 22 Feb 2018

El Papa llamó a los jóvenes a no temer y confiar en la Iglesia

Con motivo de la XXXIII Jornada Mundial de la Juventud, que se celebrará en todo el mundo el próximo 25 de marzo, Domingo de Ramos, el papa Francisco dirigió un mensaje a los jóvenes, en preparación para el encuentro internacional de los jóvenes, que se llevará a cabo en Panamá en enero de 2019. “Queridos jóvenes: el Señor, la Iglesia, el mundo, esperan también su respuesta a esa llamada única que cada uno recibe en esta vida. A medida que se aproxima la JMJ de Panamá, los invito a prepararse para nuestra cita con la alegría y el entusiasmo de quien quiere ser partícipe de una gran aventura”, animó el Pontífice. En su mensaje, el Santo Padre les recuerda que esta Jornada Mundial 2018 es un paso más en el proceso de preparación de la Jornada Internacional en Panamá en enero 2019: “Esta nueva etapa de nuestra peregrinación cae en el mismo año en que se ha convocado la Asamblea Ordinaria del Sínodo de los Obispos sobre el tema: Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional”, señaló Francisco, y consideró que es una buena coincidencia, ya que la atención, la oración y la reflexión de la Iglesia “estarán puestas en ustedes, los jóvenes, con el deseo de comprender y, sobre todo, de «acoger» el don precioso que representan para Dios, para la Iglesia y para el mundo”. El Santo Padre recordó además que el tema elegido para esta Jornada es la figura de María, “la joven de Nazaret, a quien Dios escogió como Madre de su Hijo, para que nos acompañe en este viaje con su ejemplo y su intercesión”. “Ella camina con nosotros hacia el Sínodo y la JMJ de Panamá”, destacó el Pontífice, y advirtió que “si el año pasado nos sirvieron de guía las palabras de su canto de alabanza: ‘El Poderoso ha hecho obras grandes en mí’, enseñándonos a hacer memoria del pasado, este año tratamos de escuchar con ella la voz de Dios que infunde valor y da la gracia necesaria para responder a su llamada: ‘No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios’”. Al igual que María, Francisco invitó a los jóvenes a no tener miedo: “María, como otros personajes de las Sagradas Escrituras, tiembla ante el misterio de la llamada de Dios, que en un instante la sitúa ante la inmensidad de su propio designio y le hace sentir toda su pequeñez, como una humilde criatura”, describió, y explicó que “es la ‘emoción’ que sentimos frente a las decisiones sobre nuestro futuro, señala el Pontífice, nuestro estado de vida, nuestra vocación. En esos momentos nos sentimos turbados y embargados por tantos miedos”. Y ustedes jóvenes, preguntó el Papa: “¿Qué miedos tienen? ¿Qué es lo que más les preocupa en el fondo? En muchos de ustedes existe un miedo de ‘fondo’ que es el de no ser amados, queridos, de no ser aceptados por lo que son”. “En los momentos en que las dudas y los miedos inundan nuestros corazones – consideró Francisco- resulta imprescindible el discernimiento. Nos permite poner orden en la confusión de nuestros pensamientos y sentimientos, para actuar de una manera justa y prudente. En este proceso, lo primero que hay que hacer para superar los miedos es identificarlos con claridad, para no perder tiempo y energías con fantasmas que no tienen rostro ni consistencia”. El Papa sostuvo que “el discernimiento se vuelve indispensable cuando se trata de encontrar la propia vocación”, y para esto, se necesita “el silencio de la oración para escuchar la voz de Dios que resuena en la conciencia”. El primer motivo para no tener miedo, afirmó el Santo Padre, es precisamente el hecho de que Dios nos llama por nuestro nombre. “Cuando Dios llama por el nombre a una persona le revela al mismo tiempo su vocación, su proyecto de santidad y de bien, por el que esa persona llegará a ser alguien único y un don para los demás”, señaló. “Jóvenes, la gracia de Dios toca el hoy de su vida, los ‘aferra’ así como son, con todos sus miedos y límites, pero también revela los maravillosos planes de Dios. Ustedes, jóvenes, tienen necesidad de sentir que alguien confía realmente en ustedes. Saben que el Papa confía en ustedes, que la Iglesia confía en ustedes. Y ustedes, ¡confíen en la Iglesia!”, llamó el Pontífice. “Los invito a seguir contemplando el amor de María, un amor atento, dinámico, concreto. Un amor lleno de audacia y completamente proyectado hacia el don de sí misma. Una Iglesia repleta de estas cualidades marianas será siempre Iglesia en salida, que va más allá de sus límites y confines para hacer que se derrame la gracia recibida”, concluyó. Leer mensaje completo de la Jornada Mundial de la Juventud Fuente: Agencia AICA Foto: Tomo de internet

Jue 22 Feb 2018

Vicariato de Puerto Leguízamo-Solano celebró V aniversario de su creación

El Vicariato de Puerto Leguízamo-Solano, ubicado a orillas del río Putumayo, en la Amazonia colombiana, celebró con una solemne eucaristía su V Aniversario de creación. El obispo Joaquín Humberto Pinzón Güiza, durante la homilía manifestó su gratitud a Dios por la misión adelantada a lo largo de este primer lustro y resaltó el apoyo de la comunidad para el desarrollo de la tarea evangelizadora en estos territorios misioneros. "Con grande alegría celebramos hoy los cinco años de creación de nuestro Vicariato de Puerto Leguízamo Solano. Hoy después de este primer lustro, leemos con gratitud la experiencia vivida. Por eso queremos igualmente con gratitud vivir, celebrar, agradecer y proyectar desde las claves de: desafío y la realidad. Mi profunda gratitud para todos ustedes y tantos y tantas que se han sumado y han contribuido a este proyecto de vida abundante para todos", expresó el prelado. El papa Benedicto XVI creó el 21 de febrero de 2013 el Vicariato Apostólico de Puerto Leguízamo-Solano, mediante su separación del Vicariato Apostólico de San Vicente-Puerto Leguízamo, ambos ubicados en el sur de Colombia. El Vicariato Apostólico de Puerto Leguízamo-Solano comprende los municipios de Leguízamo (Departamento de Putumayo) y de Solano (Departamento de Caquetá), así como la localidad de Puerto Alegría (Departamento del Amazonas) y un espacio de 5 kilómetros cuadrados que va desde Guaquirá hasta Angostura (Putumayo-Amazonas). Junto a su creación, el papa nombró en ese momento a monseñor Joaquín Humberto Pinzón Güiza (Berbeo, 1969), de los padres misioneros de la Consolata.

Mié 21 Feb 2018

Tiempo de purificación y de creación

Por: Mons. Ricardo Tobón Restrepo - Hemos iniciado la Cuaresma y, coincidiendo con el Miércoles de Ceniza, hemos conmemorado los 150 años del decreto que dio origen a nuestra Arquidiócesis de Medellín. Como hemos decidido, aprovechando la vida litúrgica y pastoral ordinaria para celebrar nuestro sesquicentenario, nos proponemos hacer de este tiempo una oportunidad de purificación y renovación personal y eclesial. Durante la Cuaresma, la Palabra de Dios nos anuncia que los que vuelven al Señor, aun si están destrozados por el pecado, serán sanados, reconstruidos desde adentro y capacitados para anunciar las maravillas de la salvación (2 Cor 6,2). San Pablo nos asegura que los que hemos sido bautizados en Cristo somos una nueva creación (Gal 3,28). Debemos, entonces, lograr ser y mostrar esa novedad en la Iglesia y en la sociedad. Todo debe comenzar por un retorno a Dios para que él nos despoje de toda nuestra maldad. Él puede darnos un corazón limpio, puede crear en nosotros un espíritu puro, puede hacer de nosotros personas con una profunda vida interior (Sal 51). Mientras no demos este paso, seguiremos viviendo en la superficie, gastando la vida en lo secundario y viendo que se alejan de nosotros la verdadera alegría y la auténtica libertad. Nuestra purificación, en segundo lugar, exige morir a nuestro egoísmo y abrirnos a la realidad y a las necesidades de los demás. Nada purifica y construye tanto como la experiencia del amor. Debemos llegar a tener en cuenta primero los intereses de los demás (Fil 2,4), a ser samaritanos que detienen su viaje y superan prejuicios para ocuparse del dolor del otro (Lc 10), a aprender a vencer el mal a fuerza de bien (Rm 12,21). Debemos empeñarnos, igualmente, en una purificación pastoral que nos permita dejar prácticas e iniciativas que ya no forman en la fe, para promover verdaderos procesos de nueva evangelización. Tenemos tantos cristianos sólo de nombre acomodados a la vera del camino y muy pocos discípulos comprometidos en realizar con pasión la misión que Dios nos confió. Necesitamos cristianos que, más que pedirle milagros a Jesús, hagan los milagros de Jesús: acompañar a los enfermos y darle de comer a los hambrientos. Urge que influyamos decididamente en una purificación social, para transformar relaciones y prácticas. La Iglesia Católica debe contribuir positivamente y sin fanatismos a la configuración sociopolítica de nuestra nación. Estamos llamados a mostrar la bondad de nuestra fe y de los valores cristianos en orden a una recta actitud frente al trabajo, al uso de los recursos naturales, a la defensa del bien común y a la atención de los más pobres. Es hora de purificarnos del egoísmo y de la agresividad. Entre nosotros la violencia se ha institucionalizado y cada día aparece con nuevas malicias. Con la fuerza de Dios debemos ser agentes activos capaces de limpiar el rostro de nuestra sociedad distorsionada, marcada por diversas formas de corrupción y manchada de sangre. Desde la familia tenemos que aprender la fraternidad; ya sabemos que con la guerra siempre perdemos todos. Dios no nos quiere encerrados en nuestro egocentrismo y destruidos por nuestros pecados, sino en un proceso permanente de creación espiritual, pastoral y social, que nos permita estar abiertos a él que es la fuente de la vida y la felicidad y que nos sitúe en el mundo con la antorcha del Evangelio para alumbrar todas las posibilidades del ser humano. La belleza del cristianismo está en su capacidad de ser levadura, luz y sal (Mt 5,14-16). El mundo necesita ver en nosotros la novedad definitiva que es Cristo. + Ricardo Tobón Restrepo Arzobispo de Medellín

Mar 20 Feb 2018

Periodistas colombianos aceptan invitación a vivir el apostolado de la oreja

En una experiencia de retiro que invita a sanar las heridas del alma, abrir las puertas del corazón y darse la oportunidad de ejercer el apostolado de la oreja, “que se traduce en la capacidad de escuchar al otro, su historia, su dolor, su vida misma y presenciar a Dios que concede el perdón y labra caminos de esperanza”, durante dos días, más de 40 periodistas del país se encontraron con víctimas y ex-victimarios del conflicto armado que ha azotado a Colombia por más de cinco décadas. Convocados por la Fundación Víctimas Visibles, con el apoyo de la Arquidiócesis de Bogotá, la Nunciatura Apostólica y la Conferencia Episcopal de Colombia, los asistentes vivieron esta experiencia espiritual denominada 'Hospital de Campo'. Estos retiros nacieron inspirados en el pensamiento del papa Francisco en una de sus homilías en Roma, en casa Santa Marta, el 5 de febrero de 2015, donde expresó: “Esta es la misión de la Iglesia: curar y cuidar. Algunas veces he hablado de la Iglesia como de un hospital de campaña. Es verdad: ¡Cuántos heridos hay, cuántos heridos! ¡Cuánta gente necesita que sus heridas sean curadas! Esta es la misión de la Iglesia: ¡Curar las heridas del corazón, abrir las puertas, liberar, decir que Dios es bueno, que Dios perdona todo, que Dios es padre, que Dios es tierno, que Dios nos espera siempre…! La eucaristía de cierre del retiro estuvo presidida por el Cardenal Rubén Salazar, Arzobispo de Bogotá y Primado de Colombia; también estuvo presente Monseñor Ettore Balestrero, Nuncio de Su Santidad en nuestro país. Los dos prelados compartieron con los participantes y, de manera especial, animaron a los comunicadores sociales y periodistas a ceñirse siempre a la verdad para que sean instrumentos de reconciliación y paz desde el importante rol que desempeñan en la sociedad. El Hospital de Campo se desarrolla bajo el esquema: Director: Dios; médicos: sacerdotes que apoyan en el retiro; enfermeros: víctimas del conflicto; camilleros: victimarios, que oran por las almas de las personas a las que hicieron daño; enfermos: todos los que participan. El método de diagnóstico es el apostolado de la oreja y la medicina es la misericordia.

Mar 20 Feb 2018

El voto de todos es importante y necesario

Por: Mons. Víctor Manuel Ochoa Cadavid - En nuestro País, tenemos una tradición de respeto y de participación democrática que pese a sus grandes limitaciones nos permite contribuir en las decisiones referidas al gobierno y a la elección de los gobernantes. Toda democracia debe fomentar la participación para fortalecer, defender, informar escuchar a todos los ciudadanos. Esta es la doctrina social de la Iglesia, que nos quiere enseñar acerca de nuestro empeño en la sociedad como católicos (Compendio de la Doctrina social de la Iglesia, n. 190b). En poco menos de un mes estaremos llamados a dar nuestro voto, para la elección de los órganos legislativos, los cuales han estado en muchos cuestionamientos en los últimos tiempos. Como católicos, no podemos permanecer distantes y pasivos de frente a unas importantes decisiones, en la que está marcado y proyectado el futuro de Colombia, nuestra Patria. Nuestro voto tiene que ser un voto responsable, que tome cada una de las propuestas de quienes se postulan para entrar a definir todo el ordenamiento legislativo de Colombia. También comenzará la definición de quienes aspiran a la Presidencia de la República. El Presidente, ocupa una carga pública en la cual tiene que trabajar por los altos intereses de todos los colombianos, velar por su seguridad, por su trabajo, por los medios y recursos necesarios para la educación y la salud. Las modernas ideas políticas pretenden que los gobernantes tomen seriamente las necesidades y realidades sociales de cada uno de los miembros del Estado. La participación de todos debe medir propuestas, indicaciones, elementos con los cuales pretende servirse a Colombia y los intereses de cada uno de los asociados. La Conferencia Episcopal de Colombia ha publicado un Mensaje en el que nos “invita a involucrarnos en el proceso electoral”, derrotando la indiferencia y comprometiéndonos. Comprendiendo que el voto es “un derecho inalienable y un deber fundamental”. Como católicos tenemos que revisar también los temas que se refieren al respeto de la vida humana, de los valores fundamentales del hombre a los cuales no puede renunciarse, la educación en valores y contenidos superiores para los hijos, la defensa de la Institución familiar (entendiendo la familia como una comunidad de vida sacramental entre un hombre y una mujer). Este discernimiento tiene que estar llamado a identificar precisamente esos valores morales necesarios a consolidar la vida social (Compendio…, n. 568). Es una invitación a elegir los valores fundamentales. La Conferencia Episcopal de Colombia nos invita a un “voto responsable” donde podamos elegir y examinar a cada uno de los candidatos para buscar soluciones a fondo a nuestra Patria, Colombia. En esta campaña hemos podido observar cómo se presentan situaciones y hechos que se han apartado de principios éticos y de respeto, donde se pretende, en muchas situaciones, descalificar al adversario y, con muchos medios, obtener el beneplácito de los ciudadanos. Hemos tenido también en algunos momentos la posibilidad de reflexionar sobre la Paz y su futuro, la forma de llegar a ella serenamente y el diálogo que debe prevalecer siempre, como horizonte para alcanzar la PAZ; las propuestas para educación, salud, infraestructura, políticas agrarias. En el respeto de la decisión que cada uno debe tomar en el respeto de su conciencia y de sus propias reflexiones, es necesario que tengamos en cuenta la situación de nuestra región, el Nororiente de Colombia, la frontera, que vive una profunda crisis social reflejo de cuanto sucede en Venezuela. Uno de los fenómenos más preocupantes que ha salido a la luz y se ha fortalecido, a lo largo de las últimas elecciones, es el tema de la abstención, muchos, muchos han preferido no participar en la elección con su voto. Otros lo han hecho en blanco, como lo establece la Constitución, como vía democrática. Es necesario participar responsablemente, sin que el voto sea comprado o vendido descaradamente. El Compendio de la Doctrina social de la Iglesia dice: “La participación en la vida comunitaria no es solamente una de las mayores aspiraciones del ciudadano, llamado a ejercer libre y responsablemente el propio papel cívico con y para los demás, sino también uno de los pilares de todos los ordenamientos democráticos” (Pacem in Terris) (n. 190). El voto de cada uno de los ciudadanos es necesario, importante, legítimo. Pidamos a Dios que ilumine un voto responsable de cada uno de nosotros, que con la ayuda de Dios podamos escoger un gobernante que solidifique nuestra patria, fortalezca y ayude la vida de los más pobres, defienda la vida, acompañe a los pobres y campesinos en sus legítimas aspiraciones. Que con suficiente tiempo reflexionemos y participemos en la democracia que se nos ofrece. ¡Alabado sea Jesucristo! + Victor Manuel Ochoa Cadavid Obispo de Cúcuta

Mar 20 Feb 2018

Cartilla de incidencia para organizaciones de la sociedad civil

Con el propósito de aportar en la construcción de estrategias de incidencia, el Secretariado Nacional de Pastoral Social (SNPS), a través del programa Fortalesciendo, ha diseñado una cartilla que ayudará a las 117 organizaciones de la sociedad civil que este programa acompaña, al fortalecimiento de sus capacidades socio-administrativas y sociopolíticas. En el transcurso de este proceso de fortalecimiento, en el que las organizaciones llevan aproximadamente dos años, se ha identificado la necesidad de que cada una de ellas construya e implemente una estrategia de incidencia. Éstas, permitirán a las organizaciones participar en la construcción de gobernanza local, generando dos tipos de transformaciones. Primero, cambios en la interacción entre instituciones y sociedad civil organizada para la búsqueda de intereses colectivos; segundo, cambios en los espacios de decisión que repercuten sobre las condiciones y relaciones históricas de la sociedad. Este material también está disponible para la consulta de los públicos interesados en el tema. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar cartilla de incidencia de Fortalesciendo[/icon]