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Iglesia

Lun 20 Nov 2017

Clima de armonía y cultura

Escrito por: Mons. Libardo Ramírez Gómez - Cómo anhelamos los colombianos, prácticamente todos, armonía y paz. Pero sembramos discordia al querer implantarlos por caminos distintos, y hasta opuestos, queriendo encontrarlas con discutibles, peligrosas y reñidas propuestas. Algo que debidamente utilizado debe llevar a épocas de paz y de progreso es el mensaje cristiano del amor fraterno y de estima de la dignidad humana, recordada por el Papa Francisco al visitar nuestra Patria. Pero muchos que se presentan como sembradores de paz y con aplausos al Pontífice, son a la vez autores de leyes contra la vida inicial o terminal de los humanos, y, algunos, hasta se glorían, de ateísmo, y de llevar hacía “avances” nacionales pisoteando el mensaje el Crucificado. La roca firme de la civilización cristiana, que sería piso granítico propicio para sólidas armonía y paz, es despreciada por muchos, así como el cultivo de la cultura también está llamado a ser base de positivo entendimiento. Afortunadamente, al tiempo de aquella mala actitud, salta a la memoria el gran bien que han traído al mundo y a las naciones los mensajes religiosos y culturales. Esto trae gozo íntimo, lo mismo cuando grupos selectos lo ponen en alto, pero entristece cuando se percibe el miope desprecio de esos bienes y se hacen pregones adversos de parte de algunos, con ínfulas de líderes. Es preciso estimular a los primero y hacer vacío a los empeñados en llevar a las presentes y futuras generaciones por sendas nefastas que nada positivo pueden aportar a las naciones. Existen, en Colombia y en el mundo, beneméritas organizaciones que se dedican, con constancia y edificante entusiasmo, sin intereses personalistas ni de lucro económico, a mantener en alto los valores que venimos destacando, sin dejarse acomplejar al ser llamadas “tradicionalistas”. Academias del Arte, de la Música, de la Ciencia, de la Historia o de la Lengua, nos regalan con oportunos avances y exaltaciones de aquellos quijotes, que, con prístinos sentimientos, han consagrado días y años al cultivo de esos invaluables temas. Ejemplo de ésto hemos tenido, en los últimos meses, de parte de la Academia Colombiana de la Lengua, cuando, sin derroche de publicidad ni ánimo protagónico, ha destacado grandes meritos de ese valor, riqueza de tantas naciones, a consagrados servidores patrios como el Cardenal José de Jesús Pimiento (07-07-17), al pluriprofesional Carlos Rodado Noriega (12-10-17), y al Sacerdote Diego Jaramillo (27-10-17). Tomando ocasión de esos momentos, es destacar el prestigio que ha dado esa entidad a Colombia que fue su fundada por el gran escritor José María Vergara y Vergara (1871), con Presidentes de la talla de Don Miguel Antonio Caro y Marco Fidel Suárez. Importante haber tenido en la Presidencia al Sacerdote Jesuita Félix Restrepo Mejía (1955 a 1965), quien impulsó la construcción de magnifica sede para la entidad, siendo, a la vez, como muchos destacados eclesiásticos, maestro de varias generaciones, con huella profunda en la cultura. Impresionante, en el aula máxima, el retablo majestuoso con representación de “La Exaltación de la Literatura Hispanoamericana”, y estatuas de eximio cultores de la lengua. Religión y ciencia han sido presentadas unidas por Pontífices, y entrelazadas por prestantes figuras como el sabio José Celestino Mutis. Religión y cultura hermanadas en torno a la lengua española con Caro, Suárez y el Padre Félix. Qué importante mantener en alto ese clima de unidad entre valores tan positivos de todas las épocas, fundamentando y no desterrando de nuestras gentes esa armonía que lleva una cultura sin complejo de estar impregnada por la fe, como las hemos tenido en Colombia. Esto ha llevado a los justos reconocimientos que hemos resaltado al ponerlos en alto impulsando tan saludable labor en clima de armonía y cultura, camino de paz. + Libardo Ramírez Gómez Expresidente del Tribunal Eclesiástico Nacional Email: monlibardoramirez@hotmail.com

Jue 16 Nov 2017

El magisterio del Papa

Por: Mons. Luis Fernando Rodríguez Velásquez - Con ocasión de la visita del Papa Francisco a Colombia y los escritos, homilías y mensajes del Romano Pontífice, es importante valorar la posición que los católicos debemos tener ante cada uno de ellos. Existen dos textos claves en la vida de la Iglesia: la “Profesión de Fe y el Juramento de fidelidad al asumir un oficio que se ha de ejercer en nombre de la Iglesia”, publicados por la Congregación para la Doctrina de la Fe, el 9 de enero de 1989. Lastimosamente el pueblo en general no los conoce ampliamente, sino que conoce el texto litúrgico de la profesión de fe. En general, la profesión de fe ampliada y el juramento, se hacen cuando un clérigo, religioso o laico asume un oficio de especial responsabilidad en la Iglesia. Entre estos oficios destaco: el episcopado, el párroco, rector de una institución educativa católica, docente en una facultad de filosofía o teología, docente en un seminario, oficios de la Curia, etc. Al final de la profesión de fe, se afirma: “Me adhiero, además, con religioso obsequio de voluntad y entendimiento a las doctrinas enunciadas por el Romano Pontífice o por el Colegio de los Obispos cuando ejercen el Magisterio auténtico, aunque no tengan la intención de proclamarlas con un acto definitivo”. Esta adhesión al magisterio del Papa, es la más clara manifestación de una fe sincera, humilde y abierta a la verdad. Una fe confiada en que el Sucesor de Pedro, que nos confirma en la fe, es fiel a la misión que le ha sido encomendada y nos guía por el camino correcto. Por eso, estamos siendo invitados para leer con atención, todas y cada una de las homilías, mensajes y exhortaciones que el Papa nos hizo en Colombia. Todos tienen su raíz en la Sagrada escritura, en el Concilio Vaticano II, en el magisterio de los Obispos de América Latina y en el magisterio en general de los Papas, especialmente Pablo VI y Juan Pablo II quienes también nos visitaron. Al respecto dice el Papa Francisco: “No soy el primer Papa que les habla acá en casa. Dos de mis más grandes predecesores han sido huéspedes aquí: el beato Pablo VI y san Juan Pablo II. Las palabras de ambos son un recurso permanente. Quisiera que cuanto les diga sea recibido en continuidad con lo que ellos han enseñado” (Discurso a los Obispos Colombianos, septiembre 7). Es que en la Iglesia existe la llamada “Tradición”, que recoge lo antiguo y lo nuevo, para ayudarnos a discernir lo que desea Dios de cada uno en el tiempo en que le ha tocado vivir. De esta manera, los mensajes del Papa Francisco en Colombia hacen parte del Magisterio de la Iglesia católica que acogemos con fe y esperanza. +Luis Fernando Rodríguez Velásquez Obispo Auxiliar de Cali

Jue 16 Nov 2017

Mensaje del Papa Francisco durante su visita a Colombia une a jóvenes caqueteños

Bajo el lema: “Jóvenes callejeros de la fe, ¡Demos el primer paso!, un grupo de más de 100 jóvenes se tomaron las calles de Cartagena del Chairá en Caquetá, para vivir el V Campamento juvenil misionero. Los jóvenes que asistieron al evento que se realizó del 10 al 12 de noviembre, en la Parroquia San Pedro Claver, venían procedentes de las diferentes parroquias del Vicariato de San Vicente del Caguán. Las temáticas del campamento se dividieron en momentos de formación para la paz, convivencia armónica, cuidado de si y del entorno natural; formación cultural y folclórica como medio de reducir la violencia y otras prácticas inhumanas; y formación misionera para los jóvenes. Además se dieron espacios de integración y juegos lúdicos muy agradables; momentos de espiritualidad en el marco de la devoción a la Virgen Consolata; y realizó una caminata misionera por el pueblo a partir de la capilla de la Ciudadela Chairense, terminando con la celebración eucarística en la nueva capilla-santuario La Consolata. De esta forma los jóvenes siguen atendiendo el llamado que el Papa Francisco les hizo durante su visita a Colombia “Como no van a poder cambiar esta sociedad y lo que ustedes se propongan. ¡No le tengan miedo al futuro! A atrévanse a soñar a lo grande”

Lun 13 Nov 2017

Las tareas de Francisco

Por: Mons. Juan Carlos Cárdenas Toro - Como buen padre, pastor y maestro, el Papa Francisco nos ha dejado a los católicos, varias tareas que debemos empezar a pensar cómo llevar a cabo, como buenos discípulos misioneros del Señor. La reconciliación Aunque se suele pensar que reconciliación es sinónimo de perdón, no son lo mismo. Ambas cosas son difíciles de realizar en Colombia. En lo que concierne al perdón, parece que un gran sector del país no estuviera listo o dispuesto a dar ese paso. Pero en lo que se refiere a la reconciliación, como generadora de condiciones para construir un nuevo país, el Papa Francisco nos dijo que esta es una tarea muy propia de la Iglesia, que debemos comprometernos en ella. Y dijo más: «Reconciliarse es abrir puertas a todas y a cada una de las personas que han vivido la dramática realidad del conflicto». Tenemos la inmensa tarea de contribuir para que se tiendan puentes, se abran puertas, que hagan posible recuperar las relaciones rotas por tantas décadas de conflicto y dolor. No es algo imposible, si se miran los testimonios de tantas personas que lo han hecho y si se hace recurriendo al poder de Jesús Crucificado y Resucitado. La artesanía de la paz La paz no llega por decreto, sino que es el resultado de un esfuerzo personal y colectivo. De una decisión consciente que como nación se debe tomar. El Papa Francisco utiliza la imagen de la artesanía, pues construir la paz es una tarea que requiere de sabiduría (no tanto de conocimientos intelectuales), entendida como esa capacidad de ver con el corazón. También se requiere de paciencia, de disciplina, de disposición para devolverse cuando se descubre que algo se hizo mal y empezar de nuevo, de humildad y de perseverancia. Aquí la Iglesia, como depositaria del evangelio de la paz tiene la responsabilidad de mantener en alto este mensaje, por encima de los sesgos políticos e ideológico y siempre de la mano con la verdad y la justicia (no entendida con espíritu retaliativo). La cultura del encuentro Se trata de ser Iglesia en salida, que se reconoce como «sacramento del primer paso de Dios» en medio de su pueblo, de cultivar la capacidad para descubrir el tesoro que habita en el otro, de reconocer que el otro, aunque distinto, no es una amenaza sino una oportunidad para hacer mejor mi vida y yo mejorar la suya. Hoy Cali es un entretejido de culturas, etnias, cosmovisiones, que como Iglesia podemos trabajar para que surja una gran armonía: la unidad en la diversidad. Para ello está la tarea de fortalecer una pastoral que escucha, y que estimula la participación, la construcción colectiva que nos lleve a «tocar la carne herida de nuestra historia» para sanarla con la ternura del Evangelio de la misericordia. Quedan muchas tareas más. Pero estas tres se constituyen en un trípode que debe incorporarse en el espíritu de los planes pastorales a nivel nacional, diocesano y parroquial. + Juan Carlos Cárdenas Toro Obispo Auxiliar de Cali

Vie 10 Nov 2017

Iglesia de Popayán solidaria con damnificados de Corinto

Tras el desbordamiento del río La Paila en el municipio de Corinto en Cauca, la Iglesia católica de Popayán a través de sus parroquias, ha hecho una presencia permanente en las comunidades afectadas. “Las acciones de respuesta inmediata desde las parroquias de San Miguel Arcángel y La Divina Providencia afectadas por este desastre, se dieron con un llamado a la calma puesto que el suceso sembró pánico en la comunidad y guiando a las personas hacia el refugio destinado”, así reza un comunicado emitido por esta Jurisdicción. Según un censo realizado con la ayuda de la iglesia local, Alcaldía, Policía Nacional y el Ejército, los afectados por el desastre fueron 248 familias, 850 personas, 18 personas desaparecidas y 6 fallecidos. Este informe ha permitido articular el trabajo y prestar de una manera más efectiva las ayudas necesarias. Se ha hecho un centro de acopio en la parroquia San Miguel Arcángel para la distribución de alimento no perecedero y elementos de aseo personal. Por su parte, la Arquidiócesis de Popayán se ha hecho presente en este municipio con el envío de una delegación que transportó 150 mercados, 150 kits de aseo personal, ropa para niños y adultos, además de 100 cobijas. Así mismo, se ha recibido el apoyo y ayudas de las arquidiócesis y diócesis cercanas como son Cali, Palmira, Florida, Santander de Quilichao y otras parroquias cercanas. Según se ha informado las necesidades halladas para esta emergencia son: agua primordialmente, debido a la destrucción de los dos acueductos con los que cuenta el municipio, y que su arreglo podría demorar aproximada de 5 meses; alimentos no perecederos; kits de aseo personal; medicamentos, ya que hay zonas críticas donde se corre el riesgo de adquirir enfermedades por el polvo que ha quedado una vez el lodo se secó, y utensilios de cocina para las personas que perdieron sus viviendas y no tienen dónde y cómo cocinar. Fuente: Información arquidiócesis de Popayán

Vie 10 Nov 2017

Crueles herencias

Por: Mons. Luis Augusto Castro - La médica vino a hablarme de una investigación en proceso. Hay en nuestro departamento una enfermedad que genera retraso mental, deformidades físicas y otras dolencias. El estudio realizado la hace derivar de tiempos ancestrales, prehispánicos, cuando en los grupos, dadas las lejanías de unos a otros, se casaban entre primos hermanos. Estos matrimonios desaparecieron, pero por los factores hereditarios, de vez en cuando aparece algún enfermo de este tipo. No son pocos. No sé si llamarlo hereditario o no, pero algo parecido acontece con las guerras del pasado que transmiten rasgos de violencia impensables. Somos herederos de guerras muy crueles. Primero las llamadas guerras civiles a partir del 1812 hasta el 1877. Luego otra guerra terrible del 1899 al 1902. Luego la guerra de una violencia atroz desde el 1948 al 1958. Y luego la violencia de los grupos guerrilleros desde hace más de cincuenta años, etc. Cuántos nombres aparecieron entonces: Pájaros, chulavitas, bandoleros, comunistas, guerrilleros, paramilitares, etc. Así como se logra determinar la fuente de un mal tan terrible como el anotado al principio, cuyas raíces son las uniones de primos hermanos y que dura a través de los siglos hereditariamente y que aparece también hoy de manera inesperada, ¿no podemos formular una hipótesis semejante como la siguiente? Esta es: “Muchos grandes políticos y otros ciudadanos de hoy que luchan por la victoria de la guerra para acabar con la violencia, y ello, eliminando a los violentos, son un producto casi hereditario de miles de guerras del pasado y que van generando personas que quieren seguir con la violencia buena para acabar con la violencia mala, o mejor, para acabar con los violentos”. Se sabe ya que el deseo de venganza es hereditario, que puede transmitirse de padres a hijos y de generaciones a generaciones. Cuántos vengadores actuales, revestidos, sin saberlo, de un gen de violencia, quieren perpetuar la violencia justa pues ésta es su incurable enfermedad. Dar el paso del deseo de venganza a la posibilidad del perdón y la reconciliación no les es nada fácil. Pero no hay que desesperar. La gracia de Dios puede actuar poderosamente en estos corazones. Estoy seguro de que la mismísima visita del Papa motivó a más de uno a liberarse del deseo de venganza justa, para dar el primer paso hacia la reconciliación. Dios los ayuda. DESTACADO: “Dar el paso del deseo de venganza a la posibilidad del perdón y la reconciliación no es nada fácil” + Luis Augusto Castro Arzobispo de Tunja Fuente: Revista Vida Nueva

Vie 10 Nov 2017

"La dosis personal, es la dosis destructora de la familia": Obispo de Pereira

Tras los últimos hechos ocurridos en zona rural de Altagracia, en la ciudad de Pereira, donde un grupo de jóvenes resultaron intoxicados por consumir la droga LSD y Tucibí durante una fiesta electrónica, el obispo de esta zona, monseñor Rigoberto Corredor Bermúdez, se mostró preocupado e hizo un llamado de atención al Estado y a la sociedad. “Esto es un dolor, un caos, nosotros tenemos que actuar como Iglesia desde la predicación, el Evangelio y la acción pastoral. El Estado por su parte, ha de saber que abrir las puertas a las drogas, al sexo y a otras prácticas, es un camino hacia la destrucción inmensa de lo más noble y preciado que tiene la sociedad, como son los jóvenes y los niños”, afirmó el obispo. El prelado recordó que mediante Sentencia No. C-221/94 la Corte Constitucional aprobó en Colombia la dosis personal, “siendo esta decisión un hecho que ha traído destruición en las familias”. Foto: Tomada de Internet

Jue 9 Nov 2017

“Jesucristo se hizo pobre”

Por: Mons. Darío de Jesús Monsalve - “Conocen ustedes la generosidad de Nuestro Señor Jesucristo, el cual, siendo rico, por ustedes se hizo pobre, a fin de que se enriquecieran con su pobreza” (2ª.Corintios 7,9). Estas palabras del Apóstol Pablo hacen eco a las del prólogo del Evangelio de Juan: “La Palabra se hizo carne y puso su Morada entre nosotros” (1,14). Son palabras que nos mueven al encuentro con Jesucristo vivo en la persona del pobre y en las periferias humanas, en medio de los pobres. Cuando los Obispos de América hablan de “los lugares de encuentro con Cristo”, después de señalar la Sagrada Escritura, especialmente los Evangelios, y la Sagrada Liturgia, fundamentalmente la Eucaristía, nos dicen esto: “No se debe descuidar un tercer lugar de encuentro con Cristo: las personas, especialmente los pobres, con los que Cristo se identifica” (Iglesia en América, 12). Y añaden más adelante: “La Iglesia en América debe encarnar en sus iniciativas pastorales la solidaridad de la Iglesia Universal hacia los pobres y marginados de todo género. Su actitud debe incluir la asistencia, la promoción, la liberación y la aceptación fraterna”. “La atención a los más necesitados surge de la opción de amar, de manera preferencial, a los pobres. Se trata de un amor que no es exclusivo y no puede interpretarse como signo de particularismo o de sectarismo. Amando a los pobres, el cristiano imita las actitudes del Señor, que en su vida terrena se dedicó, con sentimientos de compasión, a las necesidades de las personas espiritual y materialmente indigentes” (58). Y en nuestros días el Papa Francisco nos dice abiertamente: “Quiero una Iglesia pobre para los pobres”. ” La opción preferencial por los pobres debe traducirse, principalmente, en una atención religiosa privilegiada y prioritaria”. “Nadie puede sentirse exceptuado de la preocupación por los pobres y por la justicia social”. “El sentido evangélico de los pobres y de la pobreza, son requeridos a todos” (La Alegría del Evangelio (198.200.201). Saludemos todos, como Iglesia Católica y ciudadanos del mundo, la iniciativa del Papa Francisco, de instituir LA JORNADA MUNDIAL DE LOS POBRES desde este año 2017, fijándola en el XXXIII Domingo del Tiempo Ordinario, es decir, el próximo 19 de Noviembre. No es una mera “colecta”: es un espacio de antes, en y después, es decir, un tiempo fuerte para vivir lo que ha de ser una solicitud indispensable, una actitud profética frente a las realidades y modelos excluyentes y depredadores, y un estilo de vida marcado por la austeridad, la solidaridad y el empeño colectivo por la justicia social. Empecemos por recibir con fe en Jesús, amor a la Iglesia y servicio al pueblo de Dios, el MENSAJE PARA LA PRIMERA JORNADA, que el Papa ha titulado “No amemos de palabra sino con obras”, y hagamos posible su lectura, estudio y aplicación en cada parroquia e institución de Iglesia, así como en los entornos y ambientes de nuestra sociedad, barrio, vereda o población. Como Pastor de esta Iglesia de Cali, unido a mis Obispos Auxiliares, los convoco a todos, fieles, religiosos y pastores, y a las personas de buena voluntad, para acoger y unirnos, con fuerza y empeño, en torno al llamado del Papa Francisco. + Darío de Jesús Monsalve Mejía Arzobispo de Cali