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Iglesia

Vie 30 Jun 2017

Fascículos El Tiempo: "Guía para preparar la visita apostólica del Papa"

A partir de este domingo 2 de julio, y todos los domingos hasta el próximo 3 de septiembre, circulará con EL TIEMPO la colección ‘Guía para preparar la visita apostólica del Papa Francisco’. Serán diez salidas en total, cada una con un mensaje especial alusivo a cómo los colombianos deben prepararse, espiritualmente, para el viaje papal que se llevará a cabo entre el 6 y el 10 de septiembre del año en curso. Los contenidos fueron elaborados por la Conferencia Episcopal de Colombia y cuentan con el apoyo de la Corporación Universitaria Minuto de Dios (Uniminuto). “El papa Francisco visitará Colombia para animarnos y confirmarnos en la fe; para guiarnos como el pastor que orienta a sus ovejas y para ayudarnos en las necesidades y dificultades que tiene nuestro país por medio de su magisterio y discernimiento”, explicó el padre Juan Álvaro Zapata Torres, secretario adjunto de la Conferencia Episcopal, y quien participó en la elaboración de los mensajes que circularán –de manera gratuita- en la edición dominical de este diario. “El Papa viene a darnos una palabra en el espíritu que sin duda será aliento de vida para afrontar -con fe, esperanza y caridad- los muchos desafíos que tenemos”, añadió Zapata, quien también se desempeña como director nacional del ‘Comité teológico y pastoral de la visita papal’. La primera salida, de este domingo 2 de julio, lleva como título ‘Demos el primer paso’, que es el mismo eslogan de la visita del pontífice a suelo colombiano. Este primer capítulo incluye la oración oficial de la visita papal y los mensajes de perdón, reconciliación y unidad nacional que busca dejar sembrados el Santo Padre. También aborda otros temas como la desintegración de la familia, la pérdida de valores, los vacíos del sistema educativo, la ausencia del Estado, la inequidad social y la corrupción; todo, bajo la mirada y el lineamiento pastoral del papa Francisco, quien aterrizará el 6 de septiembre en Bogotá y visitará las ciudades de Villavicencio, Medellín y Cartagena. Tomado: El Tiempo

Vie 30 Jun 2017

Demos el primer paso

Por: Mons. Luis Adriano Piedrahita Sandoval - Del seis al diez del próximo mes de septiembre tendremos la alegría de tener en nuestro país al Papa Francisco. El sucesor de Pedro, a quien el Señor colocó como la roca sobre la cual quiso edificar su Iglesia, el Obispo de Roma, Padre y Pastor de la Iglesia universal, viene a visitarnos y a ofrecernos con su visita un auténtico tiempo de gracia y momento especial y único, “reflejo en cierta medida de aquella especial visita con la que el supremo pastor (1 Pe 5,4) y guardián de nuestras almas (1 Pe 2,25), Jesucristo, ha visitado y redimido a su pueblo”. Sabemos que se trata de una visita eminentemente pastoral: El Papa viene a animarnos y a confirmarnos en la fe. Es este el mandato que Pedro recibió del Señor: “! Simón, Simón ¡Mira que Satanás ha solicitado el poder sacudirlos como trigo; pero yo he rogado por ti, para que tu fe no desfallezca. Y tú, cuando hayas vuelto, confirma a tus hermanos” (Lc 22,31-32). El Papa viene a impulsarnos en la tarea que tenemos de la Nueva Evangelización, como nos lo ha recordado en su exhortación apostólica Evangelii Gaudium: “Hoy, en este “id” de Jesús, están presentes los escenarios y los desafíos siempre nuevos de la misión evangelizadora de la Iglesia, y todos somos llamados a esta nueva salida misionera” (20). Qué bueno sería que, como Iglesia diocesana, recibamos este momento de gracia como un llamado a tener un renovado compromiso de hacer de cada una de nuestras parroquias “comunidades de discípulos-misioneros que anuncian la alegría del Evangelio. El Papa viene a recordarnos el valor que tienen los dones del matrimonio y de la familia, y el compromiso consiguiente de hacer de las familias lugares en los que se vive y comparte la alegría del amor, alegría que es también causa de júbilo para la Iglesia (Amoris Laetitia, 1). Siguiendo su línea de pensamiento consignado en sus grandes documentos, no podemos dejar de lado el tema de la ecología de la carta encíclica “Laudato Si”; el Papa Francisco vendrá a recordarnos seguramente el desafío urgente de proteger nuestra casa común, que “clama por el daño que le provocamos a causa del uso irresponsable y del abuso de los bienes que Dios ha puesto en ella” (2). Como mensajero de la paz, el Papa viene a invitarnos a hacer decididamente de la necesidad de la paz en nuestro país un anhelo ferviente que nos lleve a sanar nuestros corazones de resentimientos y odios, y a construir una sociedad en la justicia, en la equidad, en la reconciliación, en el perdón, en el respeto mutuo, en el amor fraterno. Sabemos que constituirnos todos “en artesanos de la paz” es la tarea que de manera especial nos apremia como Iglesia en Colombia, y la Palabra del Santo Padre nos traerá sosiego, serenidad, alegría, esperanza, para emprender dicho camino. Como lo dice el lema de la visita, el Papa Francisco viene a invitarnos a “dar con él el primer paso”, a colocarnos en camino hacia algo nuevo, decidiéndonos a hacer crecer y madurar la semilla de su Palabra eficaz y creadora que ya el Señor ha sembrado, para que cosechemos unas personas, unos hogares, unas comunidades, unas instituciones, una Iglesia, renovados y renovadas para bien de todos los colombianos: “He aquí que yo renuevo lo antiguo, dice el Señor: ya está en marcha, ¿no lo reconocen? Sí, pongo en el desierto un camino, ríos en el páramo” (Is 43,19). Oremos, preparémonos, dispongámonos a acoger la visita del Papa Francisco como una verdadera bendición de Dios y a recibir su presencia y sus enseñanzas con corazones bien dispuestos. + Luis Adriano Piedrahita Sandoval Obispo de Santa Marta

Mar 27 Jun 2017

La grandeza del matrimonio

Por: Mons. Ricardo Tobón Restrepo – Está bajando el número de los matrimonios. Para muchos, el matrimonio no produce más que problemas y hasta el divorcio resulta difícil y costoso. Por eso, algunos jóvenes optan por no casarse y otros por la unión libre que une sin unir y que presenta la relación ante la sociedad sin que establezca un gran compromiso hacia el futuro. Varios piensan que el matrimonio conserva las huellas de un pasado que cada vez está más lejos. Para algunos más es una celebración que pretende algo imposible: comprometer para toda la vida a dos personas cambiantes en una sociedad en evolución donde nada es estable y definitivo. Así se opaca el sentido del matrimonio. Se lo ve sólo como la garantía de una unión y hasta se lo ha utilizado para adquirir derechos, legitimar una herencia, reconciliar familias, reparar un acto prematuro o simplemente darle realce a una relación. Este no es el verdadero matrimonio. Sin embargo, a pesar de las apariencias, del ataque de ciertas ideologías y de la desconfianza de tantos, el matrimonio resiste. La mayoría de las parejas lo contraen o por lo menos lo desean, porque el auténtico matrimonio responde a un instinto natural fundamental en el que hay que buscar sus raíces El verdadero origen del matrimonio no está en la sociedad; Dios lo ha puesto en el interior de nuestro ser. Siguiendo la reflexión de Jean Onimus, nosotros tenemos necesidad de vivir juntos en un intercambio permanente, con las diferencias indispensables que fecundan el diálogo. Todo lo que es exterior a una pareja es contingente y de alguna forma la perturba. El amor durable es una realidad íntima, una exigencia del corazón; él vive sin hacerse notar, él madura y se purifica como el acero, él envejece como el buen vino, él no se deja arruinar por el tiempo porque sabe entrar en la eternidad. Probablemente, el matrimonio es la unión espiritual que cada vez se vuelve más inescrutable desde lo exterior; éste es su profundo misterio. Podría parecer grandioso pero a la vez absurdo que dos personas diferentes, cada una con sus costumbres, sus preferencias, su pasado, su libertad, se comprometan a vivir juntas hasta la muerte. Aparentemente, hay algo de locura en esta entrega total. Se han necesitado siglos para que la realidad del matrimonio se configurara en su plenitud. Cuando Jesús exige la fidelidad absoluta en el matrimonio, los discípulos reaccionan: “entonces es mejor no casarse”. En muchas culturas se ha tenido la presencia de una esposa principal rodeada de amantes de paso. Ha sido la solución cómoda para el doble deseo del amor: la permanencia y el cambio. Es la oposición entre el amor profano que aparece ante todo como un juego o un placer y el amor sagrado que es un fuego que trenza a la vez el deleite y lo espiritual. Con la ayuda de la contracepción, el acto de amor tiende hoy a volverse todavía más anodino y sin trascendencia. Comienzan a asomarse las graves consecuencias que vendrán de esta liberación de los sentidos, que está modificando la vida de las parejas. Es necesario llegar a la conciencia de que el verdadero amor está más allá; no puede surgir de un capricho sino de un don interior de otro orden. Lo que está aconteciendo entre nosotros anuncia una nueva etapa de la cultura, que ofrece la doble posibilidad de una sociedad dura y seca en la que el amor se configura con lo rutinario de la vida o de un amplio porvenir abierto al amor durable hecho de ternura y de donación. Pastoralmente tenemos que estar atentos a estos cambios, al principio casi imperceptibles, pero que dejan luego grandes efectos; así procede la evolución cultural. Hay que mostrar que el amor fiel es todavía más fresco y feliz que el otro; él lleva la alegría hasta la ancianidad; él introduce en lo absoluto y trascendente. La felicidad del matrimonio descansa en exigir toda la grandeza de que somos capaces. Es el poder de ir más lejos, hasta la completa unión. Es algo extraordinario y al mismo tiempo natural, como son todas las obras maestras de la vida. Sería una tristeza y una tragedia que permitamos que ya no se vea y se realice la belleza y la grandeza del verdadero matrimonio. + Ricardo Tobón Restrepo Arzobispo de Medellín

Mar 27 Jun 2017

Obispo expresa tristeza y dolor por naufragio de embarcación

El Obispo de Sonsón Rionegro, monseñor Fidel León Cadavid Marín, expresó su “tristeza y dolor” por el naufragio de una embarcación turística en la Represa del Peñol – Guatapé, cerca de Medellín, que cobró la vida de al menos 6 personas. En su comunicado, el prelado manifestó su cercanía a “todas las personas y sus familias, que se vieron afectadas en esta tragedia, que enluta hoy a nuestro territorio y a todo el país”. “Es un momento oportuno para manifestar nuestra presencia y compañía en medio del dolor, recordando el mandato de Jesús de vivir la solidaridad con todos los hermanos”. Monseñor Cadavid Marín, destacó también la “labor abnegada y desinteresada” de “las personas y organismos de socorro que han ayudado en el rescate de los sobrevivientes y las víctimas”. Subrayó que “el deseo del Señor nunca es el dolor, sino la salvación de las almas; por ello, confiamos en su infinita providencia, para que lleve a todas las personas que perdieron la vida hacia la salvación eterna y brinde consuelo a quienes quedamos aquí y lloramos su partida”. “Que el Dios de la vida nos bendiga y proteja y nos conceda la fortaleza necesaria para llevar con calma estos días de dolor”, finalizó. Alrededor de las 2:00 p.m. del domingo 25 de junio, una embarcación con cerca de 150 pasajeros naufragó en la Represa del Peñol – Guatapé. Descargar comunicado Foto: Tomada de internet

Jue 22 Jun 2017

REPAM discute retos de la reconciliación con el medio ambiente amazónico

La política minero-energética afecta al territorio amazónico, la soberanía alimentaria de los pueblos indígenas, afros y campesinos y aumenta los efectos negativos del cambio climático, así lo explicó Armando Valbuena, indígena Wayú y asesor de la Organización Nacional Indígena de Colombia-ONIC, durante el III encuentro de la Red Eclesial Panamazónica-REPAM Colombia. En el evento al que asistieron más de 100 personas, se examinaron los aportes a la reconciliación con la Creación desde la encíclica del Papa Francisco “Laudato Si”. Al respeto Monseñor Joselito Carreño, Obispo de Puerto Inírida, recordó que la “reconciliación es la conversión ecológica en la relación con el mundo que nos rodea, no es opcional ni secundario, se necesita un cambio en el ser humano”. Según el prelado, para reconciliar las relaciones con la Casa Común, el Papa Francisco manifiesta que el deterioro del medio ambiente tiene una relación con el sufrimiento y el abandono a los pobres, casi siempre son los primeros en sufrir las consecuencias del deterioro ambiental. ”El clamor de la tierra es el mismo clamor de los pobres” Para Cesar Baratto (teólogo y representante de la familia Franciscana, docente en la Universidad Santo Tomas), a lo largo de la encíclica se retoma la imagen de Dios con el fin de iluminar las claves para salir de la actual crisis ecológica, en sus palabras: “la teología de la creación nace para reconstruir y reconciliar”. Baratto señaló que “la actual crisis ambiental está ligada a la problemática social del mundo. El desafío que platea la encíclica, hace un llamado para hacer una transformación de la realidad en todas las dimensiones de la vida. El daño ecológico y empobrecimiento de las persona está asociado a los daños al medio ambiente”. Campesinos e indígenas comparten su visión frente al cuidado del medio ambiente Existe una gran amenaza a las fuentes hídricas y en general al territorio amazónico, causado por el extractivismo. La inversión entra con alternativas de desarrollo no compatibles con las expectativas de desarrollo de las comunidades y pueblos de la Amazonía, en muchos casos las prácticas e interés extractivitas constituyen un crimen al medio ambiente, a la vida social, a la económica y a la política de la población amazónica, así lo señaló María Ramírez, líder campesina de San José de Fragua (Caquetá). Armando Valbuena, indígena Wayú, sostuvo que la tarea ahora de los indígenas, los campesinos y los afrocolombianos, es reorganizarse nuevamente en sus tierras para fortalecerse y hacer frente al uso irracional del medio ambiente. Un ejemplo de esa capacidad de reorganización, son las comisiones por la vida y defensa del agua, según explicó María Ramírez. Omar Alvarado de la Pastoral Juvenil de la Arquidiócesis de Villavicencio, líder de la consulta popular en contra de la explotación petrolera en Cumaral (Meta) expresó que bajo el liderazgo juvenil es posible defender y proteger los recursos naturales. “Los jóvenes hicimos un papel importante en el proceso para ampliar el conocimiento sobre la defensa del territorio y de nuestros recursos naturales”. Alvarado puntualizó que la REPAM Colombia es una puerta que se abre y ayuda a fortalecer el trabajo que se hizo en Cumaral y ver la manera de cómo se genera una nueva articulación en función del bien común en los territorios del sur del país. Sobre el III encuentro REPAM Colombia Durante el evento que se desarrolla del 19 al 23 de junio en Leticia, se efectuará una salida pedagógica a Puerto Nariño y alrededores (Amazonas) con el fin de realizar una aproximación a la realidad de este municipio e identificar desafíos y respuestas de la comunidad y la Iglesia local. Como producto final del encuentro, se espera la concreción de un plan de acción, que desde esta RED, haga frente a algunos de los principales retos de la realidad Amazónica Colombiana. Fuente: Of. comunicaciones Secretariado Nacional de Pastoral Social

Jue 22 Jun 2017

¡Qué desconocimiento de la Corte Constitucional!

Escrito por: Mons. Froilán Casas Ortiz - Con la excusa que en concordancia con la Carta del 1991, Colombia es un país aconfesional, se ha venido sacando a la Iglesia de todo estamento del sector público. La presencia de un sacerdote o religioso en las entidades del Estado es un estorbo, para decir lo menos. La Constitución del 91 es laica, creo que eso es sano para la vida democrática de un país moderno. Sin embargo, un Estado laico no es un Estado laicista, éste maltrata y pisotea las creencias de un pueblo, aquél, las respeta. No se trata de establecer teocracias, la experiencia histórica, en el caso de la Iglesia Católica, nos demuestra que hizo tal sistema más mal que bien, -bueno, cada uno es hijo de su propia época cultural-. Todo extremo es vicioso, la virtud está en el medio. Desde que el médico y filósofo inglés John Locke introdujera en el colectivo cultural la frase que se volvió axioma en la cultura hodierna, especialmente en el Occidente del planeta, a saber: “La religión es asunto privado”; se pretende y se ha logrado en buena parte, por el silencio cobarde y vergonzante de los creyentes, que siendo creyente cristiana la mayoría del país, se sienten acorralados por el agresivo agnosticismo y visceral anticlericalismo de un segmento de la población que ahora está, en buena parte en el poder político, sacando de tajo cualquier expresión pública de fe: fuera los crucifijos, fuera cualquier símbolo religioso; tales expresiones son un irrespeto a los no creyentes, el Estado es laico. De modo que un funcionario creyente tiene que guardar sus expresiones de fe en el cuarto de San Alejo, en las sacristías de los templos. Quitarle al hombre sus creencias ha sido la pretensión secular de muchas personas, especialmente gobernantes, a lo largo de la historia: desde la entronización de la “diosa razón” en la catedral de París hasta la lucha contra toda idea religiosa impuesta por algunas décadas por el marxismo histórico, asumido por el comunismo soviético. De todo eso, ¿qué quedó? Que cuando cesa el poder despótico y anticlerical, el pueblo vuelve y en forma muy explícita, a expresar sus creencias en la vida pública. Tanto combatir a Dios en Cuba y buena parte del pueblo, sigue siendo creyente. Negar el aporte de los cristianos católicos a nuestra amada patria, es pretender tapar el sol con las manos. Si usted va a los archivos de instituciones educativas, hospitales, hospicios, asilos de ancianos, orfanatos, se verificará allí que hubo un sacerdote o religiosa en su fundación. ¡Ah, así le paga el diablo a quien bien le sirve! ¡Cuántos caminos y carreteras se construyeron bajo el impulso de algún presbítero! El SENA que fue fundado, entre otros fundadores por sacerdotes católicos, ahora, ¡fuera la Iglesia! Allí sobramos. ¿Quién fundó las Juntas d Acción Comunal? Pues la Iglesia con la feliz idea de monseñor José Joaquín Salcedo al fundar la Acción Popular. Las llamadas Escuelas radiofónicas por la década de los cincuenta y sesenta, ¡cuánto bien le hicieron al país! Con la potente emisora Radio Sutatenza, ¡cuántos colombianos dejaron de ser analfabetas! La ignorancia es atrevida. + Froilán Casas Ortíz Obispo de Neiva

Sáb 17 Jun 2017

“Yo soy el pan, el vivo, el que bajó del cielo”

Por: Mons. Omar de Jesus Mejía Giraldo - El domingo anterior celebramos la solemnidad de la Santísima Trinidad y como identidad misma del misterio trinitario recordábamos que Dios es: Misterio de comunión, misterio de amor y misterio que se entrega. Precisamente, Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre, es quien nos da a conocer a Dios, Él lo dice: “Nadie va al Padre si no por Mí”. “El Padre que vive me ha enviado y yo vivo por el Padre; del mismo modo el que me come vivirá por Mí”. Jesús se está dirigiendo a los judíos, a quienes invita a que se adhieran a Él por la fe. Ellos (los judíos), según la Palabra viven aún anclados en la ley de Moisés y no logran comprender el misterio de Jesús; para ellos Jesús no es el signo de unidad y por eso lo rechazan. “Yo soy el pan, el vivo, el que bajó del cielo”. Con ésta expresión Jesús revela su identidad, se auto manifiesta, se da a conocer y a su vez invita a los judíos y desde luego a los discípulos y hoy a nosotros, a que nos acerquemos a Él, nos unamos a Él y en Él descubramos la identidad de Dios: comunión, amor, entrega. La Eucaristía es el sacramento que Dios nos da a través del sacrificio único de Cristo, para conmemorar su obra de Salvación. La Eucaristía es sacramento, porque es presencia real y es a su vez manifestación del amor de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo. La Eucaristía es sacrificio, porque en ella, Cristo ha salvado la humanidad. La Eucaristía es Memorial, porque, al celebrar la eucaristía, lo que la iglesia hace es celebrar el acto redentor de Cristo. Por eso, no hay muchas Eucaristías, no hay eucaristías más importantes que otras, la Eucaristía es una sola; la Eucaristía es Cristo mismo que se entrega. Celebrar la eucaristía es celebrar el misterio pascual de Cristo. Cada Eucaristía es la Pascua, porque es el paso de Dios por la vida de cada persona y por la vida de la comunidad. Sin la Eucaristía no hay salvación, la sola Palabra no salva, lo dice la misma Palabra: “El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día. Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él”. Hermanos si queremos vivir en Cristo y morir en Cristo tenemos que alimentarnos con la mesa de la Palabra y con la mesa de la Eucaristía. Jesús lo dice: “El que come mí carne y bebe mi sangre habita en mi y yo en él”; ser salvo es vivir en Jesús; es necesario pues, entender que la Eucaristía nos trae vida y no vida pasajera. La Eucaristía nos trae vida eterna, porque cuando participamos plenamente de ella, es a Jesús mismo, el envidado del Padre, a quien recibimos. Al comulgar, comulgamos con la vida divina, comulgamos con la iglesia y su enseñanza; comulgamos con la comunidad, con el hermano. Jesús nos dice que ha bajado del cielo, ha venido para darnos vida y vida en abundancia; ha venido, no para darnos cosas, no; Jesús ha venido para darse así mismo; por eso dice: “Tomen y coman, esto es mi carne, está es mi sangre”. En la Eucaristía Jesús se da en todo su ser, se entrega, se dona, da su vida, para que el mundo tenga vida por Él. Por eso la Eucaristía es tan importante para la iglesia. La Eucaristía es el centro y el culmen de nuestra vida cristiana. Todo acto del cristiano, cualquier acción apostólica y misionera de la iglesia debe terminar en la Eucaristía, porque es allí, donde realmente se vive el amor ágape, es decir, el amor en plenitud, amor de entrega, amor sin esperar recompensa. En la Eucaristía Cristo manifiesta su amor infinito y su amor incondicional. Es urgente que nos enamoremos de la Eucaristía, en ella, Cristo mismo se nos da. La Eucaristía es el alimento vivo, por lo tanto al celebrarla recibimos vida. La vida da vida. El mundo da mundo. Jesús es el pan vivo, bajado del cielo, Él nos da manjar de ángeles. En la Eucaristía Cristo nos da pan para fortalecer nuestra comunión con Él y con nuestros hermanos. Con un ejemplo sencillo vamos a entender el gran desconocimiento que poseemos los cristianos sobre el misterio eucarístico: Una vez le pregunte a alguien: ¿eres católico?, y me dijo: claro padre y muy católico; le pregunte entonces: ¿y vas a misa el domingo?, a lo que me respondió, a no padre católico sí, pero no fanático. Muchas personas consideran que ir a la santa misa es fanatismo; otras creen que no necesitan de éste alimento espiritual; un gran número de personas son indiferentes; muchas otras personas asisten sólo a las misas “sociales”, por la muerte de alguien, por el matrimonio de un amigo… Falta más amor a la Santa Eucaristía y generalmente se da por ignorancia. Hermanos, amemos la Eucaristía y nos daremos cuenta cómo vamos creciendo en vida espiritual, en vida fraterna, en perdón y en las diferentes virtudes humanas y cristianas. Retos: 1 Impulsar la debida cercanía a la Eucaristía, que se haga con amor y respeto. 2 Promover el amor a la Eucaristía, tanto su celebración como la adoración eucarística. 3 Valorar el sentido de lo Sagrado en la Celebración Eucarística y en el culto al Santísimo Sacramento en el tabernáculo. 4 Participar activamente en la celebración Eucarística. 5 Motivar entre nuestros hermanos la recepción digna y frecuente del sacramento de la Eucaristía. Esto supone una acción a dos niveles. Por un lado conviene insistir en todos los frutos espirituales que se siguen de la comunión frecuente; pero, por otro lado, conviene insistir en la necesidad de acercarse al sacramento con una conciencia limpia. En este sentido es importante valorar la necesidad del sacramento de la penitencia. + Omar de Jesus Mejía Giraldo Obispo de Florencia

Mié 14 Jun 2017

Leticia sede del III Encuentro de la Red Eclesial Panamazónica Colombia

Del 19 al 24 de junio se reúnen más de 100 personas pertenecientes a la Red Eclesial Panamazónica REPAM Colombia, para profundizar en la realidad de la Amazonia Colombiana y definir estrategias de trabajo conjunto para el cuidado del Bioma Amazónico. Este espacio de diálogo, que contará con la presencia de la comisión de Obispos de la Amazonia busca fortalecer la identidad de REPAM Colombia a la luz de la Laudato Si, como camino para la reconciliación con la creación y protección de la Amazonía colombiana. De igual manera pretende fortalecer el trabajo en comunión de iglesia para lograr acciones más efectivas como red y acordar la implementación del plan de acción conjunto de la misma. Dentro de la agenda de trabajo, se examinará la realidad de los territorios y de las Iglesias locales en las tres subregiones de la amazonia que integra a 12 jurisdicciones eclesiásticas del sur del país. Reconciliación con la creación Se desarrollará el panel reconciliación con la creación el cual contará con la presentación de Monseñor Joselito Carreño, Obispo de Puerto Inírida, Cesar Baratto, teólogo y responsable de la familia Franciscana, docente en la Universidad Santo Tomas, quienes analizarán los aportes de la reconciliación con la creación desde el Laudato Si. También se contará con la participación de Armando Valbuena, asesor de la Organización Nacional Indígena de Colombia-ONIC (indígena del pueblo Wayu), quien hará un análisis de la ecológica desde los pueblos indígenas. Este espacio finalizará con la intervención de Anitalia Ti jachi Kulluedo, líder Uitoto, quien aborda la reflexión sobre reconciliación entre pueblos indígenas e Iglesia. Durante la jornada se efectuará una salida pedagógica a Puerto Nariño y alrededores (Amazonas) con el fin de realizar una aproximación a la realidad de este municipio e identificar desafíos y respuestas de la comunidad y la Iglesia local. Como producto final del encuentro, se espera la concreción de un plan de acción, que desde esta RED, haga frente a algunos de los principales desafíos de la realidad Amazónica Colombiana. ¿Qué es la REPAM? La Red Eclesial Panamazónica –REPAM- es una plataforma que se compone de múltiples referentes de la Iglesia Católica (instancias locales, nacionales, regionales e internacionales, obispos, sacerdotes, religiosas-os, congregaciones, instituciones, misioneros-as) que trabajan en el acompañamiento y la defensa integral de los territorios y derechos de grupos vulnerables, con especial atención en los pueblos indígenas y otros grupos poblacionales, desde la promoción de la fe y del diálogo de saberes, para impulsar alternativas de vida de acuerdo a las propias perspectivas de los pueblos y comunidades que habitan en el territorio Pan-amazónico. Es la convergencia de los países de Latinoamérica que posee territorio amazónico Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Brasil, Guyana, Guayana Francesa y Surinam. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar agenda[/icon] Fuente: Of. comunicaciones Secretariado Nacional de Pastoral Social