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Iglesia

Jue 11 Feb 2016

Cuaresma tiempo para vivir la Misericordia

Con el lema "La caridad está en ti, aporta para ayudar a tus hermanos que sufren", el Secretariado Nacional de Pastoral Social - Cáritas Colombiana presentó en Bogotá la Campaña Comunicación Cristiana de Bienes. Durante una rueda de prensa monseñor Fabio Suescún Mutis, Obispo Castrense de Colombia y presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, recordó que la Cuaresma es el tiempo de volver a Dios. El prelado indicó que esta campaña quiere resaltar de manera especial la problemática de la escasez del agua que se está viviendo en todo el país, por lo que hace un llamado a cuidar este preciado líquido. “Dios hace llover sobre buenos y malos y el agua es un gran don de Dios que no puede convertirse en un producto de comercio, porque todos tenemos derecho a este líquido. En este momento en que escasea el agua, todos tenemos que valorarla y ahorrarla para que sirva a los demás, no debemos impedir que el agua le llegue a todos”. “La Iglesia invita a no derrochar el agua, para que no le haga falta a mi hermano que necesita el líquido que da la vida y que le es cegado”, afirmó el obispo. El prelado aclaró además que la Campaña de Comunicación Cristiana de Bienes invita a las personas a no olvidar y practicar la misericordia “hay tanto dolor en Colombia, gente que sufre víctimas de tantas catástrofes, de nuestra violencia, nosotros no podemos tener un corazón duro, sino un corazón de carne para ayudar al hermano”. Al referirse a la problemática que padece la población de la Guajira el jerarca invitó a todos los colombianos a salir del egoísmo, y “tener entrañas de misericordia, no para delegar en otros, sino para comprometernos también nosotros en estas carencias”. Por su parte monseñor José Daniel Falla Robles durante su intervención exhortó para que cada uno desde su corazón se comprometa a tender la mano al más necesitado. “Debemos ser solidarios con todos los que sufren cualquier tipo de dolencia, no podemos ser indiferentes ante el dolor de nuestros hermanos, la Cuaresma nos invita a vivir las obras de misericordia”, aseveró el Obispo. Audio: Rueda de prensa presentación Campaña

Mié 10 Feb 2016

“Estaba en la cárcel, y vinisteis a verme”

Por: Mons. Darío de Jesús Monsalve Mejía – Llega la Cuaresma 2016, en el marco del Año de la Misericordia. Desde el miércoles de ceniza, empezamos la colecta de COMUNICACIÓN CRISTIANA DE BIENES. Y por cinco años, hasta 2020, Dios mediante, estará dedicada en nuestra arquidiócesis de Cali a la fundación y financiación de LA PARROQUIA PERSONAL DE LAS CÁRCELES. Será uno de los más significativos frutos de este año, cuya sexta obra corporal de misericordia reza: “visitar a los presos”. Villahermosa, Jamundí (hombres y mujeres), las cárceles de menores en Cali, la cárcel de Yumbo, las URI y demás entes similares, albergan una gran población e involucran en este drama a las familias, al personal de guardia (INPEC), al personal administrativo y, de alguna ,manera, a las comunidades y escenarios de influencia de las personas encarceladas. Situaciones de hacinamiento, de reincidencia sistemática, de difícil convivencia, de mercado de armas y drogas, de extorsión, de asistencia humanitaria y jurídica, de vacío educativo y de reeducación, de oportunidades laborales, de un post-penado con condiciones de reintegración afectiva y social, son previsibles en la cotidianidad de los penales. La Iglesia en Aparecida (Brasil), denunció esta difícil realidad (DA427) y llama a los Estados del continente a que se planteen “con seriedad y verdad la situación del sistema de justicia y la realidad carcelaria” y a que apoyen la labor formativa ética y de valores (DA428). Pero, ¿qué pasa en el campo religioso, de espiritualidad y asistencia pastoral, de evangelización e iniciación cristiana, de formación de internos para la labor apostólica, de solidaridad eclesial con las familias, de vinculación de reclusos a la reconciliación y la paz? ¿Cómo se está dando la labor de Iglesia, de los capellanes y la pastoral penitenciaria católica, de otras organizaciones laicales? ¿Cómo esta población debería ser destinataria de esa “responsabilidad social” educativa, desde alfabetización y escuelas digitales hasta grados y postgrados, y de la formación cristiana y de agentes pastorales que ofrece la Iglesia, aprovechando mejor su condición de internado? ¿Cómo podrían los creyentes cristianos y católicos de las cárceles ser formados en la espiritualidad de la intercesión a Dios como camino de reconciliación y sanación, de rehacer los vínculos inexistentes, heridos o rotos? “La Iglesia agradece a los capellanes y voluntarios que, con gran entrega pastoral, trabajan en los recintos carcelarios. Con todo, se debe fortalecer la pastoral penitenciaria, donde se incluyan la labor evangelizadora y de promoción humana por parte de los capellanes y del voluntariado carcelario. Prioridad tienen los equipos o Vicarías de Derechos Humanos que garanticen el debido proceso a los privados de libertad y una atención muy cercana a la familia de los mismos” (DA429). “Se recomienda a las Conferencias Episcopales y Diócesis fomentar las comisiones de pastoral penitenciaria, que sensibilicen a la sociedad sobre la grave problemática carcelaria, estimulen procesos de reconciliación dentro del recinto penitenciario e incidan en las políticas locales y nacionales, en lo referente a seguridad ciudadana y a la problemática penitenciaria” (DA430). La tarea que asumimos como Arquidiócesis, de crear desde lo existente, y en cooperación de Iglesia y con las Instituciones pertinentes, la PARROQUIA PERSONAL DE LAS CÁRCELES, la encomendamos muy especialmente a Nuestra Señora de Las Mercedes, primer rostro de María que conoció América desde el descubrimiento, Patrona liberadora de los cautivos y prisioneros y faro de la justicia y libertad que el Señor Jesús anunció en el comienzo de su misión pública (Lucas 4,18-19): “Me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos”. Que el reclamo de Jesús Preso no nos encuentre vacíos. Que no le suceda hoy a Jesús “el abandono” de los suyos cuando fue detenido en Getsemaní: “Y, abandonándole, huyeron todos” (Mc14, 50). Los bendigo en esta Cuaresma 2016 con el Abrazo de la Misericordia que nos arropa a todos. + Darío de Jesús Monsalve Mejía Arzobispo de Cali

Mar 9 Feb 2016

El rostro de la Misericordia

Por Mons. César Alcides Balbín«Jesucristo es el rostro de la misericordia del Padre» (MV 1). Es esta la frase que encabeza el Motu Proprio con el que el Santo Padre Francisco, convoca el año de la misericordia (11 de abril de 2015), y que va desde el 8 de diciembre de 2015, hasta el 20 de noviembre de 2016. El mundo de hoy, el hombre de hoy, la cultura actual, están necesitados, urgidos, de comprender el significado de la misericordia. «Misericordia quiero y no sacrificios», (Os. 6,6), estamos a punto de escuchar, justo el día que comencemos el tiempo de la cuaresma, que será según también el querer del Papa Francisco, el que mejor debemos aprovechar, para poner en práctica la misericordia. En el origen etimológico de la palabra misericordia encontramos dos expresiones, que son miser: miseria, desdicha, y cor, cordis: corazón. Entonces misericordia es la capacidad de sentir, (con el corazón), las desdichas de los demás. Tener piedad, si nos atenemos a la expresión latina misere, piedad, de los demás. Nosotros somos muy esquivos y sensibles a la expresión lástima, porque pareciera que cuando decimos que alguien nos causa lástima, nos estamos colocando en una posición superior a aquel por quien la sentimos, y que de alguna manera estamos manifestado que estamos mejor que él. Sentimos lastima por los que están abajo, y sentimos compasión por los que están al mismo nivel. Un acercamiento a Lucas 10, 33 – 37, en el pasaje del buena samaritano aparecen claras las dos expresiones: compasión y misericordia: «…Pero un samaritano que iba de camino llegó junto a él, y al verle tuvo compasión», no lástima. Y a la pregunta de Jesús: «Quién de estos tres te parece que fue prójimo del que cayó en manos de los salteadores?», a lo que el maestro de la ley le respondió: «El que practicó la misericordia con él.» Y Jesús le dijo: «Vete y haz tú lo mismo.» Tenemos ya, entonces, todo un derrotero, un mandato claro del Señor, para este año de la misericordia: «Vete y haz tú lo mismo.» En la bula de convocación del año de la misericordia, en el nro. 15, el Papa Francisco nos recuerda para su vivencia y puesta en práctica, la obras de misericordia, las espirituales y las corporales, y nos pide tenerlas claras. Vivir el año de la misericordia es, entonces, acercarse al otro, al sufre, al necesitado, al que está en la periferia, tomando también una expresión de Francisco. Después de un año de reflexión y de vivencia de la misericordia, nuestra vida, la vida de nuestra familia, la de nuestras comunidades, no podrá seguir siendo la misma, si realmente hemos sido tocados por la llamada del Papa y por la acción del Espíritu Santo, que nos invitan a este cambio profundo de vida, porque tendremos que quedar impregnados permanentemente de actitudes de verdadera misericordia. El mundo, la Iglesia, nuestra patria, nuestras comunidades y nosotros mismos, seremos los primeros beneficiarios. Un mundo misericordioso que desplace a una sociedad egoísta, egocéntrica y egolátrica, donde cada uno se mira a sí mismo y desprecia al que camina a su lado. Seamos nosotros, los creyentes, quienes demos siempre el primer paso, y demos testimonio de la misericordia del Padre que es infinita, y que se nos ha manifestado a través de su Hijo, que es el rostro de la misericordia del Padre. + César Alcides Balbín Tamayo Obispo de Caldas

Lun 8 Feb 2016

Sentido bíblico – litúrgico de la cuaresma.

Por Prbo. Jorge Enrique Bustamante Mora: La Cuaresma (latín: quadragésima, Cuadragésimo día, antes de la Pascua) es el tiempo litúrgico de conversión, destinado por la Iglesia para prepararnos a la gran fiesta de la Pascua. La duración de la Cuaresma está basada en el símbolo del número cuarenta en la Biblia y especialmente a los 40 días que Jesús vivió en el desierto. El Catecismo nos dice: “La Iglesia se une todos los años, durante los cuarenta días de Cuaresma, al Misterio de Jesús en el desierto” (CEC 540). Las referencias bíblicas al número cuarenta o a éste acompañado de otros ceros, es abundante, para descubrir su significado respecto al tiempo, nos fijaremos en su uso para referirse a días, y años, haciendo notar las acciones propias que identifican dicho tiempo: 40 días… 1. 40 días duró el diluvio (Gn 7, 4.12.17; 8,6); una acción purificadora que buscó poner fin a la violencia del hombre ya que lo único que ideaba era el mal de continuo (Gn 7, 5.17), y al mismo tiempo sirvió para establecer una alianza con Noé y su familia, varón justo y cabal de su tiempo (Gn 7, 8-9. 18). 2. 40 días de encuentro de Moisés con Dios en la experiencia del Sinaí y la entrega de las tablas de la Ley (Ex 24,18; 34,25); tiempo durante el cual Moisés estuvo sin comer ni beber. En el libro del Deuteronomio encontramos a Moisés haciendo 40 días de ayuno, oración e intercesión por su pueblo (Dt 9, 9.18.25; 10,10). 3. 40 días duró la exploración de la tierra prometida y al cabo de ellos pueden decir “Fuimos al país que nos enviaste y en verdad que mana leche y miel” (Nm 13,25-27). 4. 40 días es el camino del profeta Elías hasta llegar al el monte de Dios, el Horeb, para encontrarse con Dios (1 Reyes 19,8). Hablando de Jesús, quien marca esta experiencia, los evangelistas nos dicen: “después de hacer un ayuno de cuarenta días y cuarenta noches, al fin sintió hambre” (Mt 4,2), “permaneció en el desierto cuarenta días, siendo tentado por Satanás. Estaba entre los animales del campo y los ángeles le servían (Mc 1,13), “durante cuarenta días, tentado por el diablo. No comió nada en aquellos días y, al cabo de ellos, sintió hambre (Lc 4,2). Jesús pasó estos cuarenta días en el desierto antes de iniciar su vida pública, y después de haber sido manifestado en el Bautismo como Hijo de Dios. Después de su muerte y resurrección, Jesús se apareció durante 40 días a sus discípulos dándoles pruebas de su resurrección y hablándoles del Reino de Dios (Hch 1,3) Concluyendo, la Cuaresma fundamenta su experiencia en la fuerza e importancia de cuarenta días en la Biblia. Tiempo fuerte para colocar en marcha las acciones purificadoras de manera que se ponga fin al mal, que a veces, nos domina de manera continua; tiempo para re-establecer la alianza con el Dios de la vida, tiempo para vivir la experiencia de encuentro con Dios en su Palabra, orar, ayunar e interceder; tiempo para explorar, mediante las diversas prácticas de este tiempo, la riqueza de la tierra prometida y poder reconocer como “mana leche y miel”; Tiempo para ponernos en camino al encuentro con Dios y vivir de manera especial esta particular experiencia. Tiempo para redescubrir el Misterio de nuestro Bautismo y nuestro seguimiento de Jesús, reconocer y profundizar nuestra identidad profunda de hijos de Dios, tiempo que prepara la etapa publica de nuestra vida de dar testimonio de nuestra condición de cristianos católicos, reconociendo que siempre aparecerá la tentación pero que sostenidos por la gracia de Dios es posible vivir y dar testimonio del buen olor de Cristo. Son 40 días para descubrir la novedad y el Misterio de la persona de Jesús de Nazaret, para poder aceptarlo de manera personal y definitiva, y/o renovar nuestra entrega total a su amor. Analizando el Sermón 42 de San León Magno, la Cuaresma es “un retiro colectivo de cuarenta días, durante los cuales la Iglesia, proponiendo a sus fieles el ejemplo de Cristo en su retiro al desierto, se prepara para la celebración de las solemnidades pascuales con la purificación del corazón y una práctica perfecta de la vida cristiana”. Claridad bíblica de los 40 días… ¿Cómo vas a vivir estos cuarenta días de la cuaresma del año de la misericordia? ¡No dejes pasar el tiempo, vive intensamente la cuaresma! Prbo. Jorge Enrique Bustamante Mora Director del Departamento de Biblia Conferencia Episcopal de Colombia

Vie 5 Feb 2016

Zika y aborto, se justifica?

Por: Dra. Danelia Cardona - Una vez más hay pánico y desinformación respecto a una epidemia cuyo origen, diagnóstico y tratamiento sigue siendo incierto. El virus del Zika se aisló de un mono Rhesus por primera vez en 1947 que vivía en Zika,un bosque situado en el país Africano de Uganda donde la Fundación Rockefeller estableció en 1936 un centro de investigación para la fiebre amarilla que desde 1977 se conoce como Instituto de Investigación de Virus de Uganda. La manera como se ha propagado a occidente sigue siendo un misterio. Aunque obedece un poco a la trayectoria de otros virus de la misma familia como el dengue o el chikunguña, virus, que aunque genera enfermedad, hasta el momento ninguna se consideraba fatal o se asociaba con complicaciones graves para los mamíferos, incluidos los humanos. La sintomatología al igual que la de sus “primos” está dada por malestar general, fiebre, dolor muscular y articular, rash cutáneo, diagnóstico que en los tres tipos de virus se hace clínicamente, pues las pruebas paraclínicas diagnósticas son escasas, y en el caso del Zika, inexistente. La conexión con la microcefalia y otras malformaciones congénitas no se puede establecer como una asociación causal hasta que no hayan mayores estudios. Numerosos estudios científicos establecen que mientras no se demuestre que es una causal directa deben considerarse otras causas (etiologías). Nos sorprende que se implementen medidas de control poblacional para tratar de controlar una epidemia de un virus transmitido por vectores. El zika no tiene transmisión vertical madre-hijo, no entendemos la lógica de impedirle a las mujeres su derecho a la maternidad o de impulsar el aborto a través del temor y la falta de información para estas mujeres. Duele enormemente el caso de una mujer, que con 8 meses de embarazo, se le practique un aborto por un bebé que traía malformaciones congénitas, no sólo microcefalia, y que por lo tanto, no se podía establecer que las mismas se debían sólo al Zika. El aborto no es un derecho pues no existe ningún tribunal internacional de derechos humanos que así lo haya ratificado. Sin duda, ya la está aprovechando el lobby pro-aborto para liberalizar la legislación en Colombia, con ayuda de presión internacional como las Naciones Unidas y las grandes multinacionales abortistas. El gobierno debe preocuparse por ofrecer adecuada atención médica a las mujeres embarazadas con sospecha o diagnóstico de zika, esto incluye mayor número de ecografías, acceso a personal especializado, derecho a conocer toda la información disponible y a un adecuado acompañamiento que vaya más allá de ofrecerle el aborto. Tristemente el zika es más frecuente en los lugares con focos sociales más deprimidos y rurales, las mujeres necesitan información veraz, compasión y sentirse acompañadas. Vamos a habilitar un email address para remitir mujeres a nuestra red de especialistas, para fortalecer la campaña Fecundar vida y redes con las comunidades en las regiones a través de caritas Colombia. Danelia Cardona Lozada MD MRCPsych Médico Psiquiatra - Especialista en Bioética Dir. Dpto. Promoción y Defensa de la Vida Conferencia Episcopal de Colombia

Jue 4 Feb 2016

Iglesia promueve en Colombia una pedagogía para la paz

El presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), monseñor Luis Augusto Castro Quiroga, ha invitado a unirse a los sentimientos del Papa Francisco para trabajar por un país reconciliado y en paz. La Iglesia ha hecho extensiva esta invitación a todos los obispos, sacerdotes, religiosos (as) y laicos comprometidos a asumir con alegría y confianza esta tarea que implica el compromiso de todos. Compartimos la REFLEXIÓN PARA EL DOMINGO 7 DE FEBRERO. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar documento[/icon]

Lun 1 Feb 2016

La virgen de la Candelaria en Medellín

Por: Mons. Ricardo Tobón: En el comienzo de la Iglesia, San Lucas destaca la figura de María. En el cenáculo, al lado de los Apóstoles están presentes algunas mujeres, pero sólo se recuerda por su propio nombre la madre del Señor. Esta presencia está vinculada a la perseverancia de la comunidad en la oración (cf Hech 1,13). En el inicio mismo de la comunidad cristiana está María, como miembro eminente de la Iglesia, impulsando la vida de oración, de fraternidad y de apertura al Espíritu Santo. Hay un contraste entre esta presencia y actuación de María cuando la comunidad de Jesús empieza a caminar y la discreta participación que tuvo durante la vida pública de su Hijo. Ahora está ella “con los hermanos de Jesús” (Hech 1,14) como llevándolos a que, cumpliendo la voluntad de Dios, pasen de ser su familia natural a ser parte de su familia espiritual (cf Mc 3,34). Lucas, al parecer, quiere mostrar que algo de la presencia del Hijo glorificado permanece en el rostro y en la actitud creyente de su madre. María aparece en Pentecostés no sólo como madre de Jesús, sino también como madre de la Iglesia. Ella ora con la comunidad, la conforta abriendo su corazón para que contemple las maravillas de Dios en ella, la llama a vivir la fidelidad al Señor, la dispone a tener un solo espíritu, la forma en la generosidad constante para realizar el plan de salvación. La relación entre María y la Iglesia, desde el principio, es fascinante y es un medio para vivir con fe profunda y renovada alegría el seguimiento de Cristo. Podemos decir también que desde el comienzo de la evangelización, hace ahora 400 años, en este Valle de Aburrá ha estado presente la Santísima Virgen María. Así nos lo sugiere la imagen de Nuestra Señora de la Candelaria que, desde entonces, ha acompañado y presidido la vida religiosa y civil de nuestra comunidad. En esta venerada imagen tenemos, ciertamente, un signo de la cercanía y de la actuación de la Madre de Jesús, desde el principio, en medio de nosotros. Los invito a todos, sacerdotes, religiosos y fieles a que, con motivo de la fiesta de nuestra Patrona, revivamos la experiencia del cenáculo para “perseverar en la oración, con un mismo espíritu, en compañía de María, la Madre de Jesús”. Entremos en la escuela de la Virgen para que aprendamos a ser una Iglesia diocesana más contemplativa y más misionera. Que con ella contemplemos la gloria de la divinidad que resplandece en el rostro de Cristo (Jn 1,14.18). Que con ella, también, salgamos todos sin miedo a evangelizar. Una Iglesia contemplativa que responde a los grandes desafíos de este momento configurándose más con Cristo, participando más vivamente de su misterio, asumiendo en serio la vocación a la santidad que brota del Bautismo. Esta no puede ser una Iglesia que vive de exterioridades y de programaciones intrascendentes. Como María tiene que entrar en el drama de la redención y desde allí decir un “sí”, al precio que le cueste, a los designios de Dios. Es hora de interioridad, de fidelidad y de valentía. Una Iglesia misionera que, con la cercanía de la Madre, aprovecha las grandes posibilidades que hoy tiene para anunciar la buena noticia de Jesús, se renueva con la permanente efusión del Espíritu para asumir los desafíos de la nueva evangelización, lleva a un encuentro personal y a un seguimiento permanente de Cristo, prepara evangelizadores competentes y santos, se entrega sin descanso por los más pobres y los más alejados del Evangelio y de la comunidad eclesial. + Ricardo Tobón Restrepo Arzobispo de Medellín

Mar 26 Ene 2016

Papa invita a hacer obras de misericordia

El Vaticano presentó el mensaje del Papa Francisco para la Cuaresma de este año con el título «“Misericordia quiero y no sacrificio” (Mt 9,13). Las obras de misericordia en el camino jubilar». En el texto, el Papa Francisco asegura que a través de las obras de misericordia se puede mostrar al prójimo el amor de Dios, capaz de transformar “el corazón del hombre haciéndole experimentar un amor fiel, y lo hace a su vez capaz de misericordia”. “Es siempre un milagro el que la misericordia divina se irradie en la vida de cada uno de nosotros, impulsándonos a amar al prójimo y animándonos a vivir lo que la tradición de la Iglesia llama las obras de misericordia corporales y espirituales”. Además, explica que la Cuaresma “es un tiempo favorable para salir por fin de nuestra alienación existencial gracias a la escucha de la Palabra y a las obras de misericordia”. El Pontífice indicó que “mediante las corporales tocamos la carne de Cristo en los hermanos y hermanas que necesitan ser nutridos, vestidos, alojados, visitados, mientras que las espirituales tocan más directamente nuestra condición de pecadores: aconsejar, enseñar, perdonar, amonestar, rezar”. “La misericordia de Dios, en efecto, es un anuncio al mundo: pero cada cristiano está llamado a experimentar en primera persona ese anuncio” y por eso en la Cuaresma “enviaré a los Misioneros de la Misericordia, a fin de que sean para todos un signo concreto de la cercanía y del perdón de Dios”, explica el Papa. Sobre las llamadas obras de misericordia, el Papa pide reflexionar durante este Año Santo porque es un modo de “despertar nuestra conciencia, muchas veces aletargada ante el drama de la pobreza, y para entrar todavía más en el corazón del Evangelio, donde los pobres son los privilegiados de la misericordia divina”. En el Mensaje, el Papa también manifiesta la existencia de personas que se creen ricas pero en realidad son pobres. “Esto es así porque es esclavo del pecado, que lo empuja a utilizar la riqueza y el poder no para servir a Dios y a los demás, sino parar sofocar dentro de sí la íntima convicción de que tampoco él es más que un pobre mendigo”. “Y cuanto mayor es el poder y la riqueza a su disposición, tanto mayor puede llegar a ser este engañoso ofuscamiento”, afirma. A su juicio, este ofuscamiento lleva a un “soberbio delirio de omnipotencia en el cual resuena siniestramente el demoníaco ‘seréis como Dios’, que es la raíz de todo pecado”. “Ese delirio también puede asumir formas sociales y políticas, como han mostrado los totalitarismos del siglo XX, y como muestran hoy las ideologías del pensamiento único y de la tecnociencia, que pretenden hacer que Dios sea irrelevante y que el hombre se reduzca a una masa para utilizar”, advierte el Pontífice. “Y actualmente también pueden mostrarlo las estructuras de pecado vinculadas a un modelo falso de desarrollo, basado en la idolatría del dinero, como consecuencia del cual las personas y las sociedades más ricas se vuelven indiferentes al destino de los pobres, a quienes cierran sus puertas, negándose incluso a mirarlos”. El Papa también señala que “a través de este camino también los ‘soberbios’, los ‘poderosos’ y los ‘ricos’, de los que habla el Magnificat, tienen la posibilidad de darse cuenta de que son inmerecidamente amados por Cristo crucificado, muerto y resucitado por ellos”. Fuente: Agencia católica ACIPRENSA [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar documento[/icon]