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18 de Abril | Lectura del Santo Evangelio según San Juan 18, 1-19, 42
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18 Abril, Sabado. Santo EN LA PASIÓN DEL SEÑOR
Jn 18, 1-19, 42
Pasión de nuestro Señor Jesucristo según san Juan ¿A quién buscan? A Jesús, el Nazareno Cronista:
EN aquel tiempo, salió Jesús con sus discípulos al otro lado del torrente Cedrón, donde había un huerto, y entraron allí él y sus discípulos. Judas, el que lo iba a entregar, conocía también el sitio, porque Jesús se reunía a menudo allí con sus discípulos. Judas entonces, tomando una cohorte y unos guardias de los sumos sacerdotes y de los fariseos, entró allá con faroles, antorchas y armas. Jesús sabiendo todo lo que venía sobre él, se adelantó y les dijo: + «¿A quién buscan?», C. Le contestaron: S. «A Jesús, el Nazareno». C. Les dijo Jesús: +«Yo soy» C. Estaba también con ellos Judas, el que lo iba a entregar. Al decirles: «Yo soy», retrocedieron y cayeron a tierra. Les preguntó otra vez: +«¿A quién buscan?» C. Ellos dijeron: S. «A Jesús, el Nazareno». C. Jesús contestó: +«Les he dicho que soy yo. Si me buscan a mí, dejen marchar a estos». C. Y así se cumplió lo que había dicho: «No he perdido a ninguno de los que me diste». Entonces Simón Pedro, que llevaba una espada, la sacó e hirió al criado del sumo sacerdote, cortándole la oreja derecha. Este criado se llamaba Malco. Dijo entonces Jesús a Pedro: +«Mete la espada en la vaina. El cáliz que me ha dado Padre, ¿no lo voy a beber?». Llevaron a Jesús primero ante Anás C. La cohorte, el tribuno y los guardias de los judíos prendieron a Jesús, lo ataron y lo llevaron primero a Anás, porque era suegro de Caifás, sumo sacerdote aquel año; Caifás era el que había dado a los judíos este consejo: «Conviene que muera un solo hombre por el pueblo». Simón Pedro y otro discípulo seguían a Jesús. Este discípulo era conocido del sumo sacerdote y entró con Jesús en el palacio del sumo sacerdote, mientras Pedro se quedó fuera a la puerta. Salió el otro discípulo, el conocido del sumo sacerdote, habló a la portera e hizo entrar a Pedro. La criada portera dijo entonces a Pedro: S. «¿No eres tú también de los discípulos de ese hombre?». C. Él dijo: S. «No lo soy» C. Los criados y los guardias habían encendido un brasero. porque hacía frío, y se calentaban. También Pedro estaba con ellos de pie, calentándose. El sumo sacerdote interrogó a Jesús acerca de sus discípulos y de su doctrina. Jesús le contestó: +«Yo he hablado abiertamente al mundo; yo he enseñado continuamente en la sinagoga y en el templo, donde se reúnen todos los judíos, y no he dicho nada a escondidas. ¿Por qué me preguntas a mí? Pregunta a los que me han oído de qué les he hablado. Ellos saben lo que yo he dicho». C. Apenas dijo esto, uno de los guardias que estaba allí le dio una bofetada a Jesús, diciendo S. «¿Así contestas al sumo sacerdote?». C. Jesús respondió: +«Si he faltado al hablar, muestra en qué he faltado; pero si he hablado como se debe, ¿por qué me pegas?». C. Entonces Anás lo envió atado a Caifás, sumo sacerdote. ¿No eres tú también de sus discípulos? No lo soy C. Simón Pedro estaba de pie, calentándose, y le dijeron: S. «¿No eres tú también de sus discípulos?». C. Él lo negó, diciendo: S. «No lo soy» C. Uno de los criados del sumo sacerdote, pariente de aquella quien Pedro le cortó la oreja, le dijo: S.«¿No te he visto yo en el huerto con él?». C. Pedro volvió a negar, y enseguida cantó un gallo. Mi reino no es de este mundo. C. Llevaron a Jesús de casa de Caifás al pretorio. Era el amanecer, y ellos no entraron en el pretorio no incurrir en impureza y poder así comer la Pascua. Salió Pilato afuera, adonde estaban ellos, y dijo: S. «¿Qué acusación presentan contra este hombre?». C. Le contestaron: S. «Si este no fuera un malhechor, no te lo entregaríamos». C. Pilato les dijo: S. «Llévenselo ustedes y júzguenlo según su ley». C. Los judíos le dijeron: S. «No estamos autorizados para dar muerte a nadie» C. Y así se cumplió lo que había dicho Jesús, indicando de qué muerte iba a morir. Entró otra vez Pilato en el pretorio, llamó a Jesús y le dijo: S. «¿Eres tú el rey de los judíos?». C. Jesús le contestó: + «¿Dices eso por tu cuenta o te lo han dicho otros de mí?». C. Pilato replicó: S. «¿Acaso soy yo judío? Tu gente y los sumos sacerdotes te han entregado a mí; ¿qué has hecho?». C. Jesús le contestó: + «Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mi guardia habría luchado para que no cayera en manos de los judíos. Pero mi reino no es de aquí». C. Pilato le dijo: S. «Entonces, ¿tú eres rey?». C. Jesús le contestó: + «Tú lo dices: soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz». C. Pilato le dijo: S. «Y, ¿qué es la verdad?». C. Dicho esto, salió otra vez adonde estaban los judíos y les dijo: S. «Yo no encuentro en él ninguna culpa. Es costumbre entre ustedes que por Pascua ponga a uno en libertad. ¿Quieren que les suelte al rey de los judíos?». C. Volvieron a gritar: S. «A ese no, a Barrabás». C. El tal Barrabás era un bandido. ¡Salve, rey de los judíos! C. Entonces Pilato tomó a Jesús y lo mandó azotar. Y los soldados trenzaron una corona de espinas, se la pusieron en la cabeza y le echaron por encima un manto color púrpura; y, acercándose a él, le decían: S. ¡Salve, rey de los judíos! C. Y le daban bofetadas. Pilato salió otra ve y les dijo: S. «Miren, se lo saco para que sepan que no encuentro en él ninguna culpa». C. Y salió Jesús, llevando la corona de espinas y el manto color púrpura. Pilato les dijo: S. «He aquí al hombre». C. Cuando lo vieron los sumos sacerdotes y y los guardias. gritaron: S. «¡Crucifícalo, crucifícalo!» C. Pilato les dijo: S. «Llévenselo ustedes y crucifíquenlo, porque yo no encuentro culpa en él» C. Los judíos le contestaron: S. «Nosotros tenemos una ley, y según esa morir, porque se ha hecho Hijo de Dios» C. Cuando Pilato oyó estas palabras, se asustó aún más. Entró otra vez en el pretorio y dijo a Jesús: S. «¿De dónde eres tú?». C. Pero Jesús no le dio respuesta Y Pilato le dijo: S. «¿A mí no me hablas? ¿No sabes que tengo autoridad para soltarte y autoridad para crucificarte?» C. Jesús le contestó: +«No tendrías ninguna autoridad sobre mí si no te la hubieran dado de lo alto. Por eso el que me ha entregado a ti tiene un pecado mayor». ¡Fuera, fuera; crucifícalo! C. Desde este momento Pilato trataba de soltarlo, pero los judíos gritaban: S. «Si sueltas a ese, no eres amigo del César. Todo el que se hace rey está contra el César». C. Pilato entonces, al oír estas palabras, sacó a Jesús y se sentó en el tribunal, en el sitio que llaman «el Enlosado» (en hebreo ´´Gábbata´´). Era el día de la Preparación de la Pascua, hacia el mediodía. Y dijo Pilato a los judíos: S. «He aquí a su rey», C. Ellos gritaron: S. «¡Fuera, fuera; crucifícalo!» C. Pilato les dijo: S. «¿A su rey voy a crucificar?». C. Contestaron los sumos sacerdotes: S. No tenemos más rey que al César. C. Entonces se lo entregó para que lo crucificaran. Lo crucificaron; y con él a otros dos C. Tomaron a Jesús, y, cargando él mismo con la cruz, salió al sitio llamado "de la Calavera» (que en hebreo se dice ´´Gólgota´´), donde lo crucificaron; y con él a otros dos, uno a cada lado, y en medio, Jesús. Y Pilato escribió un letrero y lo puso encima de la cruz; en él estaba escrito: «Jesús, el Nazareno, el rey de los judíos». ¿Leyeron el letrero muchos judíos, porque estaba cerca el lugar donde crucificaron a Jesús, y estaba escrito en hebreo, latín y griego. Entonces los sumos sacerdotes de los judíos dijeron a Pilato: S. «No escribas ´´El rey de los judíos´´, sino: ´´Este ha dicho: soy el rey de los judíos´´». C. Pilato les contestó: S. «Lo escrito, escrito está» Se repartieron mis ropas C. Los soldados, cuando crucificaron a Jesús, cogieron su ropa, en cuatro partes, una para cada soldado, y apartaron la túnica. Era una túnica sin costura, tejida toda de un pieza de arriba abajo. Y se dijeron: S. «No la rasguemos, sino echémosla a suerte, a ver a quién le toca». C. Así se cumplió la Escritura: «Se repartieron mis ropas y echaron a suerte mi túnica». Esto hicieron los soldados. Ahí tienes a tu hijo. Ahí tienes a tu madre C. Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María, la de Cleofás, y María, la Magdalena. Jesús, al ver a su madre y junto a ella al discípulo al que amaba, dijo a su madre: +«Mujer, ahí tienes a tu hijo». C. Luego, dijo al discípulo: +«Ahí tienes a tu madre». C. Y desde aquella hora, el discípulo la recibió como algo propio. Está cumplido C. Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba cumplido, para que se cumpliera la Escritura, dijo: + «Tengo sed». C. Había allí un jarro lleno de vinagre. Y, sujetando una esponja empapada en vinagre a una caña de hisopo, se la acercaron a la boca. Jesús, cuando tomó el vinagre, dijo: +«Está cumplido». C. E, inclinando la cabeza, entregó el espíritu. Todos se arrodillan, y se hace una pausa. Al punto salió sangre y agua C. Los judíos entonces, como era el día de la Preparación, para que no se quedaran los cuerpos en la cruz el sábado, porque aquel sábado era un día grande, pidieron a Pilato que les quebraran las piernas y que los quitaran. Fueron los soldados, le quebraron las piernas al primero y luego al otro que habían crucificado con él; pero al llegar a Jesús, viendo que ya había muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados, con la lanza, le traspasó el costado, y al punto salió sangre y agua. El que lo vio da testimonio, y su testimonio es verdadero, y él sabe que dice verdad, para que también ustedes crean. Esto ocurrió para que se cumpliera la Escritura: «No le quebrarán un hueso»; y en otro lugar la Escritura dice: «Mirarán al que traspasaron». Envolvieron el cuerpo de Jesús en los lienzos con los aromas C. Después de esto, José de Arimatea, que era discípulo de Jesús aunque oculto por miedo a los judíos, pidió a Pilato que le dejara llevarse el cuerpo de Jesús. Y Pilato lo autorizó. El fue entonces y se llevó el cuerpo. Llegó también Nicodemo, el que había ido a verlo de noche, y trajo unas cien libras de una mixtura de mirra y áloe. Tomaron el cuerpo de Jesús y lo envolvieron en los lienzos con los aromas, según se acostumbra a enterrar entre los judíos. Había un huerto en el sitio donde lo crucificaron, y en el huerto, un sepulcro nuevo donde nadie había sido enterrado todavía. Y como para los judíos era el día de la Preparación, y el sepulcro estaba cerca, pusieron allí a Jesús. Palabra del Señor.
Mar 9 Dic 2025
10 de Diciembre | Lectura del Santo Evangelio según San Mateo Mt 11,28-30
Mt 11,28-30Vengan a mi todos los que están cansadosLectura del santo Evangelio según san Mateo.EN aquel tiempo, Jesús tomó la palabra y dijo:«Vengan a mí todos los que están cansados y agobiados, y yo los aliviaré.Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso para sus almas. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera».Palabra del Señor.
Lun 8 Dic 2025
09 de Diciembre | Lectura del Santo Evangelio según San Mateo Mt 18,12-14
Mt 18,12-14Dios no quiere que se pierda ni uno de estos pequeñosLectura del santo Evangelio según san Mateo.EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:«¿Qué les parece? Supongan que un hombre tiene cien ovejas: si una se le pierde, ¿no deja las noventa y nueve en los montes y va en busca de la perdida? Y si la encuentra, en verdad les digo que se alegra más por ella que por las noventa y nueve que no se habían extraviado.Igualmente, no es voluntad de su Padre quePalabra del Señor.
Dom 7 Dic 2025
08 de Diciembre | Lectura del Santo Evangelio según San Lucas Lc 1, 26-38
Lc 1, 26-38Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigoLectura del santo Evangelio según san Lucas.EN aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María.El ángel, entrando en su presencia, dijo:«Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo».Ella se turbó grandemente ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquel. El ángel le dijo:«No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin».Y María dijo al ángel:«¿Cómo será eso, pues no conozco varón?».El ángel le contestó:«El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer será llamado Hijo de Dios. También tu pariente Isabel ha concebido un hijo en su vejez, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, “porque para Dios nada hay imposible”».María contestó:«He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra».Y el ángel se retiró.Palabra del Señor.
Sáb 6 Dic 2025
07 de Diciembre | Lectura del Santo Evangelio según San Mateo Mt 3, 1-12
Mt 3, 1-12Conviértanse, porque está cerca el reino de los cielosLectura del santo Evangelio según san Mateo.POR aquellos días, Juan el Bautista se presentó en el desierto de Judea predicando:Conviértanse, porque está cerca el reino de los cielos.Este es el que anunció el profeta Isaías diciendo:«Voz del que grita en el desierto:“Preparen el camino del Señor,allanen sus senderos”».Juan llevaba un vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre.Y acudía a él toda la gente de Jerusalén, de Judea y de la comarca del Jordán; confesaban sus pecados y él los bautizaba en el Jordán.Al ver que muchos fariseos y saduceos venían a que los bautizara, les dijo:«¡Raza de víboras!, ¿quién les ha enseñado a escapar del castigo inminente?Den el fruto que pide la conversión.Y no se hagan ilusiones, pensando: “Tenemos por padre a Abrahán”, pues les digo que Dios es capaz de sacar hijos de Abrahán de estas piedras.Ya toca el hacha la raíz de los árboles, y todo árbol que no dé buen fruto será talado y echado al fuego.Yo los bautizo con agua para que se conviertan; pero el que viene detrás de mí es más fuerte que yo y no merezconi llevarle las sandalias.Él los bautizará con Espíritu Santo y fuego.Él tiene el bieldo en la mano: aventará su grano, reunirá su trigo en el granero y quemará la paja en una hoguera que no se apaga».Palabra del Señor.