Jue 23 Mar 2017
No caminemos en tinieblas, busquemos la luz de la vida
La Palabra de Dios fortalece nuestra vida y nos alimenta en el itinerario cuaresmal, para que estemos bien dispuestos y no caminemos en las tinieblas sino que tengamos la luz de la vida. Abramos nuestros oídos para escuchar y dejemos que el Señor abra nuestros ojos con una nueva luz, para contemplarlo.
Lecturas
[icon class='fa fa-play' link=''] Primera lectura: 1S 16,1b.6-7. 10-13ª[/icon]
[icon class='fa fa-play' link=''] Salmo 23(22),1-3a.3b-4.5.6 (R. cf. 2a)[/icon]
[icon class='fa fa-play' link=''] Segunda lectura: Ef 5,8-14[/icon]
[icon class='fa fa-play' link=''] Jn 9,1-41 (forma larga) o Jn 9,1-9.13-17.34-38 (forma breve)[/icon]
[icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO BÍBLICO[/icon]
La experiencia de la fe, nace del encuentro personal con el Señor, que se desborda en amor y elige para que la vida sea bendición y gozo para aquellos que nos rodean. La Palabra de Dios, que parte de la unción de David como Rey de Israel, tiene su culmen en el Evangelio, cuando contemplamos a Cristo como luz que ilumina nuestro camino, según el simbolismo de la curación del ciego.
¿Qué dice la Sagrada Escritura? La palabra de hoy es una palabra que engancha nuestra existencia y nos hace más conscientes de la necesidad de llegar a la montaña santa de la Pascua. En la primera lectura, la unción de David es un gran signo del querer de Dios, que elige no por la capacidad sino por la gratuidad y que se complace en la disponibilidad de sus fieles, que muchas veces están “esclavos del pecado” necesitan transformarse en hijos de adopción por el bautismo (Cf. prefacio del día). La elección de Dios nos revela el rostro pastoril, que siempre se desborda en amor por sus ovejas y las lleva a prados verdes y a frescas aguas. Si el cristiano es pascualizado en el bautismo, entonces experimenta la verdadera iluminación, que lo saca de las tinieblas del pecado. En el Evangelio, la misericordia de Jesucristo es manifestada en la sanación del ciego, quien termina haciendo una confesión de fe que no sólo es de boca, sino que es acompañada por el reconocimiento y la postración. El “soy la luz del mundo” nos lleva a buscar a Jesús y a no soltarnos de él para no perderos en la búsqueda de la auténtica plenitud de vida.
¿Qué nos dice la Sagrada Escritura? El momento de apropiación de la palabra celebrada debe llevar a plantearnos algunos interrogantes concretos:
¿Me siento ungido por el Señor y destinado a una misión concreta en la Iglesia?
¿He experimentado el amor de Dios que inunda mi corazón? ¿En qué acontecimientos concretos?
¿Siento que la verdadera luz me viene del Señor o he buscado luces en otros lugares, situaciones, personas o cosas?
[icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO SITUACIONAL[/icon]
La iglesia de estos primeros años del nuevo milenio ha venido descubriendo la renovación en la fidelidad al Señor y se ha visto llamada a retomar el ímpetu del encuentro permanente con el Señor.
Muchas tinieblas se presentan a los hombres de Dios y prometen ser oportunidades y plataformas de lanzamiento, pero la verdad es que sólo el Señor nos aclara el misterio del hombre y del mundo, sólo en Cristo la luz resplandece y nos hace capaces de afrontar el mundo con nuevos esquemas.
Queda al homileta de hoy, la tarea de traducir esta Palabra a la comunidad específica que camina en búsqueda y en fidelidad al Señor.
[icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO CELEBRATIVO[/icon]
La liturgia de hoy es una invitación a la alegría en medio del camino cuaresmal. El “alégrate” es un imperativo para quien celebra la fe, porque Dios se hace salvación.
La alegría de la cuaresma, en este domingo, es preparatoria a la alegría de la luz pascual, cuando resplandezca Cristo, el lucero que no conoce el ocaso.
[icon class='fa fa-play' link='']Recomendaciones prácticas[/icon]
Pueden colocarse en la cartelera parroquial, expresiones y palabras como: Yo soy la luz, levántate y úngelo, el Señor es mi pastor.
La luz tiene una gran carga se significado, por eso convendría resaltar hoy el Signo de un cirio especial o una llama ardiendo en el templo.
El Prefacio de hoy es propio: «El ciego de nacimiento», p. 103 del Misal.
Hoy se invita a usar el ornamento color rosado, signo de ir dando pasos hacia el blanco de la fiesta de Pascua.
Igualmente, se permite el sonido de los instrumentos musicales y el altar se puede adornar con flores.
Invitar a prepararse bien a la celebración de la Pascua, acudiendo al sacramento de la Reconciliación y Penitencia. Pastoralmente serviría programar celebraciones penitenciales por arciprestazgos.
En este domingo se celebra el segundo escrutinio de preparación para el Bautismo de los catecúmenos que serán admitidos, en la Vigilia Pascual, a los sacramentos de iniciación cristiana, usando las oraciones e intercesiones propias, como se encuentran en las páginas 803-804 del Misal.
Recordar que el domingo 9 de abril, es Domingo de Ramos en la Pasión del Señor. Si bien es necesario seguir fortaleciendo la conciencia ecológica, especialmente con el cuidado de la palma de cera y su no uso en este día, no podemos caer en desvirtuar los signos litúrgicos, por eso conviene utilizar siempre plantas o ramas (fácilmente renovables) pero no pañuelos, globos, banderas, etc.