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evangelio

Vie 24 Sep 2021

La voz del Pastor | 26 de septiembre de 2021

Reflexión de monseñor Luis José Rueda Aparicio, Arzobispo de Bogotá y primado de Colombia Lectura del Santo Evangelio segúnSan Marcos 9, 38-43. 45.47-48

Vie 17 Sep 2021

La voz del Pastor | 19 de septiembre de 2021

Reflexión de monseñor Luis José Rueda Aparicio, Arzobispo de Bogotá y primado de Colombia Lectura del Santo Evangelio segúnSan Marcos 9,30-37

Jue 9 Sep 2021

La fe, si no tiene obras, está muerta

VIGESIMOCUARTO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO Septiembre 12 de 2021 Primera lectura: Is 50,5-9a Salmo: Sal 115 (114),1-2.3-4.5-6.8-9 (R. cf. Lc 9,57) Segunda lectura: St 2,14-18 Evangelio: Mc 8,27-35 I. Orientaciones para la Predicación Introducción El Domingo XXIV del tiempo durante el año nos lleva al encuentro con una Palabra en este mes de la Palabra de Dios y plantea el comienzo de un camino en torno al discipulado desde el Evangelio de Marcos y que se ve iluminado y fortalecido por los demás textos de la Sagrada Escritura. El texto tomado del tercer canto del Siervo del Señor en el Profeta Isaías (Is 50,5-9) que se proclama en la primera lectura nos abre el horizonte de comprensión de un camino en fidelidad que implica sufrimientos pero que no es camino en soledad porque la mano del Señor acompaña y por eso perfectamente responde el salmista una invocación confiada “caminaré en presencia del Señor en el país de los vivos” (sal 114) en un camino que implica el don de la fe, vivida en compromiso y concretada en obras que expliciten su contenido (segunda lectura de Santiago 2,14-18). Todo este camino se vuelve camino de discipulado en una relación con Jesús que implica voluntad, negación, cruz y seguimiento (Evangelio de Marcos 8,27-35) 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? El mensaje de la Palabra de Dios en este domingo va llevando un hilo conductor que es la aceptación de la cruz como punto focal del discipulado. Primera lectura (Is 50,5-9a): El tercer canto del Siervo sufriente del Señor en el profeta Isaías se enmarca en una reflexión de la autoconciencia de la misión y de sus consecuencias. El Siervo, no se menciona con el título de “Siervo” pero el lenguaje es muy cercano al de los demás cantos del siervo sufriente y muestra que la obediencia en el camino implica no reservarse nada y estar siempre dispuesto a la tarea que el Señor ha entregado, porque se está seguro de no quedar defraudado (cf. V.8) Salmo 116 (114-115): El trozo que se proclama en este domingo, hace parte de un salmo de acción de gracias por parte del salmista frente a un Dios que no abandona a quien está en la crisis o en los momentos más cruciales de la existencia. La confianza en Dios lleva a proclamar la fe en un Dios que no busca la muerte de sus fieles sino la vida y por eso saca de los lazos de la muerte, generando en el creyente un deseo de caminar en su presencia. Segunda lectura (Sant 2,14-18): Toda la carta de Santiago se puede enmarcar en un lema: “vivir la fe en medio de la prueba”. Este pasaje de la carta no quiere poner en contraposición la fe y las obras, sino que busca presentar la imagen verdadera de la religiosidad como coherencia de vida. La fe se traduce en una manera concreta de vivir y no se reduce al cumplimiento de preceptos, por eso la caridad se vuelve eje constitutivo de la vida cristiana. Evangelio (Mc 8,27-35): En el Evangelio de Marcos la gran proclamación del discipulado se encuentra en un amplio texto (Mc8,27-10,52), que bien puede mirarse como seguimiento del Mesías crucificado. El comienzo de este texto se puede dividir en dos partes: la confesión de fe mesiánica (8,27-30) y el primer anuncio de la pasión (8,31-35). El punto de insistencia discipular está en los tres imperativos del texto: Esta sentencia de Jesús viene compuesta en imperativos de tercera persona singular, es decir, que son universales e implican la libertad para aceptar a Cristo y no puede entenderse la construcción de la frase sino como que cada imperativo clarifica mejor el anterior. “Niéguese a sí mismo”, es un imperativo que sobrepasa los límites de la ascesis y de la pobreza. En época de persecución este verbo era usado para hablar de la apostasía, pero realmente significa tomar distancia, es una ruptura con el propio yo y un tomar distancia de sí mismo y para entender en qué sentido se debe tomar distancia, entonces se necesita pasar al otro imperativo. “Tome su cruz”, es mucho más que marcar en la frente una letra o un signo para ser protegidos. Los cristianos recordamos que la cruz era un medio de suplicio usado por los romanos para los esclavos y sediciosos condenados a muerte. La Cruz no es el símbolo de la ascesis cristiana ni mucho menos la invitación a aceptar pacientemente el sufrimiento. La Cruz es, sobre todo, el símbolo de una pertenencia total, donde el hombre se juega el todo por el todo. La salvación, entonces, no pasa por el camino del egoísmo y de la idolatría del EGO, sino en la relación con Cristo crucificado como elemento fundamental que da sentido a la YO y a la vida. Para cada uno se convierte en “su cruz” porque es una decisión personal. “Y me siga”, ahora el verbo es en presente y esto hace comprender plenamente lo que se dijo antes: la distancia de sí mismo como meta última y la pertenencia al camino de Cristo se expresan en el seguimiento diario. En otras palabras, se necesita la perseverancia, como explicita Lucas cuando añade que el cargar la cruz es “cada día” (Lc 9,23). El camino y la vocación se inician con el seguimiento, pero ahora este seguimiento tiene nuevas perspectivas, porque este seguimiento es en el camino del Mesías Crucificado. Por esta razón, la cruz no es derrota sino salvación, no es pérdida sino Victoria. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? El tiempo durante el año es una oportunidad grandiosa para descubrir quién es Jesús en la vida de la comunidad creyente y sobre todo, para descubrir y revisar el ejercicio del discipulado en circunstancias tan difíciles como las de una pandemia que transformado la vida de la sociedad actual. Como ministro de la Palabra de Dios y llamado a ser agente de esperanza tengo que llevar a los demás una palabra de consuelo marcada por la fidelidad de Dios que se proclama hoy: “yo con mis obras te mostraré mi fe” (Sant 2,18). Es momento para hacer un examen de conciencia comunitario sobre nuestra vida fraterna como discípulos del Mesías crucificado, porque el dolor y el sufrimiento seguramente nos van a acompañar, pero siempre deberá resplandecer la cruz como signo de esperanza y no como derrota, resplandecer la fraternidad y la lucha comunitaria por vencer este enemigo invisible que se ha llevado a tantos seres queridos. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? En este domingo venimos a ti, Señor, con el firme propósito de ser tus discípulos, queremos ponernos detrás de ti y vivir nuestra existencia en la negación, en la cruz y en el seguimiento, para transformar nuestro mundo y buscar hacer siempre tu voluntad, descubriendo el valor del hermano y construyendo senderos de caridad y comunión. Amén. Para mostrar el encuentro con Cristo el camino será la fraternidad y ayudará mucho repetir insistentemente “la fe, si no tiene obras, está muerta”. II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa La Iglesia, convocada por la llamada del Señor se reúne en el domingo para proclamar las maravillas del amor que se hace vida y experiencia en la comunidad cristiana. Celebremos con gozo la eucaristía, seguros de la fidelidad de Dios que nos llama y nos pone en camino para llevar una noticia de esperanza a todos los hombres. Monición a la Liturgia de la Palabra La Palabra que se proclama es siempre una llamada y exige de la asamblea una respuesta generosa y capaz en el seguimiento fiel del Señor. Con oídos de discípulos escuchemos esta Palabra y vivamos en la generosidad del amor fraterno. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Celebremos el amor de Dios que nos llama y nos compromete en la vivencia de una religión auténtica en la fraternidad y digamos: R. Guárdanos en tu amor, Señor 1. Por el Papa Francisco, nuestro obispo N., y todos los ministros de la Iglesia, para que sean siempre testigos valientes del amor de Dios y de la caridad. Oremos al Señor. 2. Por los gobernantes de nuestra nación, sigan buscando los caminos para el desarrollo auténtico e integral de los pueblos y promuevan caminos de reconciliación fraterna. Oremos al Señor. 3. Por los enfermos y los que sufren, para lean su historia a luz de la Palabra que hemos proclamado y encuentren motivos para no perder nunca la esperanza. Oremos al Señor. 4. Por esta asamblea eucarística, que en su dimensión de discípulos siempre esté abierta a escuchar y obedecer la llamada del Señor para cargar la cruz. Oremos al Señor. Oración conclusiva Recibe, Padre santo estas oraciones que te presentamos en tu hijo, el Mesías crucificado que nos ha traído salvación y plenitud a todos los hombres. Él que vive y reina por los siglos de los siglos. R. Amén.

Vie 3 Sep 2021

Hace oír a los sordos y hablar a los mudos

VIGESIMOTERCER DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO Septiembre 5 de 2021 Primera lectura: Is 35,4-7a Salmo: Sal 146(145),7.8-9a.9bc-10 (R. 1) Segunda lectura: St 2,1-5 Evangelio: Mc 7,31-37 I. Orientaciones para la Predicación Introducción La Palabra de Dios que se nos ofrece a consideración nos ofrece algunas ideas temáticas para nuestra reflexión y oración: • Dios que se encarna en Jesús, viene en persona para salvar a la humanidad. • Jesús viene a salvar a la humanidad, mediante la vivencia de la pobreza y la curación de todas las dolencias. • El testimonio de Jesús empuja a los discípulos y a la humanidad a actuar coherentemente, de acuerdo a la vivencia del estilo del Señor. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? El profeta Isaías profetiza un tiempo de Gracia en el que el mismo Dios baja al mundo en persona para resarcir y salvar a la humanidad; y los signos que lo acompañan son: despegar los ojos del ciego, abrir los oídos a los sordos, el mudo cantará y el cojo saltará. El evangelista san Marcos no hace otra cosa, que testimoniar que en Jesús este tiempo ha llegado y se hace presente, mediante el hecho vivo de un acto taumatúrgico donde el Señor hace oír y hablar a un sordomudo. En realidad, lo que las Sagradas Escrituras manifiestan, es el cumplimiento de las promesas proféticas en nuestro Señor Jesucristo. Por su parte el salmo, que hace parte de los himnos veterotestamentarios, profundiza en la presencia de Dios, mediante otros signos que se complementan al anuncio profético cuando dice que las promesas de Dios se cumplirán porque Él es fiel, y viene a resarcir la justicia a los oprimidos, abrir los ojos al ciego, enderezar a los que ya se doblan, sustentar al huérfano y a la viuda, y proteger el camino de los peregrinos (forasteros, extranjeros). Consecuencia de la presencia del Señor en nuestra vida, es que como discípulos misioneros nuestra actitud como cristianos es no hacer acepción de personas, concretamente nos invita a dar testimonio en el culto y en todos los aspectos de la vida a no discriminar entre un rico y un pobre, entre uno que esté mal vestido y otro que, por su apariencia, esté en mejores condiciones económicas; este ejemplo concreto se encuentra en la segunda lectura del apóstol Santiago y la lectura cierra con una pregunta que nos debe hacer reflexionar y actuar: ¿Acaso no ha elegido Dios a los pobres del mundo para hacerlos ricos en la fe y herederos del reino, que prometió a los que lo aman? 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? El Papa Francisco, en la IV Jornada mundial de los pobres, nos exhorta a que la oración a Dios y la solidaridad con los pobres y los que sufren son inseparables. Para celebrar un culto que sea agradable al Señor, es necesario reconocer que toda persona, incluso la más indigente y despreciada, lleva impresa en sí la imagen de Dios. De tal atención deriva el don de la bendición divina, atraída por la generosidad que se practica hacia el pobre. Por lo tanto, el tiempo que se dedica a la oración nunca puede convertirse en una coartada para descuidar al prójimo necesitado, sino todo lo contrario, la bendición del Señor desciende sobre nosotros y la oración logra su propósito cuando va acompañada del servicio a los pobres. Así mismo, nos señala el papa Francisco, que no se trata simplemente de ayudar al pobre y no discriminarlo, como lo ratifica el profeta Isaías, el salmo 146, el apóstol Santiago y el evangelista san Marcos en estas lecturas. Se trata, como bautizados, de ser otros Cristos en la tierra, con el ejemplo de austeridad, pobreza; no puede ser que yo sea generoso donando desde mi comodidad y no viva la pobreza evangélica como una opción fundamental de mi testimonio. A propósito, escribe el Papa: “El encuentro con una persona en condición de pobreza siempre nos provoca e interroga. ¿Cómo podemos ayudar a eliminar o, al menos, aliviar su marginación y sufrimiento? ¿Cómo podemos ayudarla en su pobreza espiritual? La comunidad cristiana está llamada a involucrarse en esta experiencia de compartir, con la conciencia de que no le está permitido delegarla a otros. Y para apoyar a los pobres es fundamental vivir la pobreza evangélica en primera persona. No podemos sentirnos “bien” cuando un miembro de la familia humana es dejado al margen y se convierte en una sombra. El grito silencioso de tantos pobres debe encontrar al pueblo de Dios en primera línea, siempre y en todas partes, para darles voz, defenderlos y solidarizarse con ellos ante tanta hipocresía y tantas promesas incumplidas e invitarlos a participar en la vida de la comunidad”. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? Suplicamos Señor que no seamos ciegos, sordos y mudos ante tantas pobrezas y miserias que vive nuestra humanidad hoy. Que como Cristo nos animemos ser el cuerpo de tu Iglesia que ayude a los hermanos más vulnerables de la sociedad: los pobres, los ciegos, los sordos, mudos, huérfanos, viudas, migrantes, enfermos y todos los que sufren en su cuerpo y en su alma. Que podamos como comunidad cristiana ser otro Cristo que ayuda a abrir las puertas de posibilidades a quienes se les han cerrado las oportunidades de vivir dignamente; que no Te ignoremos en las personas más necesitadas. Que practiquemos las obras de misericordia tanto espirituales como corporales. Que podamos romper con el egoísmo y el orgullo que nos encierra en un mundo donde la autosuficiencia y la auto referencialidad amenazan con vivir auténticamente el Evangelio. Ante esta pandemia que nos desafía y que está develando nuestra profundas contradicciones, inequidades y desigualdades, no cerremos la mano a quien lo necesita, no nos hagamos los de oído sordo o cerremos los ojos ante tantos que padecen las consecuencias de nuestras contradicciones; sino que abramos los sentidos para establecer un mundo más justo, equitativo y donde todas las personas sean tratadas con dignidad y sus limitaciones las veamos no como un obstáculo, sino como un trampolín para servirlos, ayudarlos, acogerlos, protegerlos y ser mejores cristianos que transforman de verdad el mundo con la vivencia del amor. II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Señor, en la Eucaristía nos encontramos como comunidad, para darte gracias por todos los beneficios que tu infinita misericordia nos ha proveído. Hoy que también nos instruyes con tu Palabra, que no se trata de ser oyentes olvidadizos, sino que nos hace instrumentos de salvación para la humanidad, constituyéndonos desde el bautismo en otros cristos que ayuden a mitigar la multiplicidad de pobrezas que vive nuestra humanidad. Hermanos con el gozo de sentirnos hijos de Dios, participemos con fe. Monición a la Liturgia de la Palabra Las lecturas de hoy nos muestran que Dios se hace persona en Cristo y viene a reinar dando ejemplo de pobreza. Pues Él siendo rico se hizo pobre para enriquecernos con su Gracia. Escuchemos con atención laPalabra de Dios. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Dios Padre, rico en misericordia que te has hecho pobre en Jesucristo para enriquecernos, abre nuestro corazón a la generosidad. Humildes digámosle: R. Escucha, Padre bueno, nuestra oración 1. Por la Iglesia, para que, en sus ministros y fieles, sea testigo del amor misericordioso, viviendo, mediante el ejemplo, los valores evangélicos de la pobreza, austeridad y generosidad. Roguemos al Señor. 2. Por los gobernantes de las naciones, para que reconociendo que la autoridad que tienen procede de Dios, se preocupen por oír y atender a las necesidades que el pueblo le reclama. Roguemos al Señor. 3. Por los huérfanos, viudas, migrantes, desplazados por la violencia, víctimas de la trata de personas, para que encuentren en la comunidad cristiana, discípulos misioneros que les ayuden a mitigar y proveer sus necesidades espirituales y materiales. Roguemos al Señor. 4. Por todos los lisiados, cojos, ciegos, sordos y mudos que padecen en el cuerpo y en el alma; para que encuentren, tanto en la comunidad cristiana, como en las personas de buena voluntad, un sentido de la subsidiaridad que les ayude a vivir dignamente su condición humana. Roguemos al Señor. 5. Por nosotros, que participamos en esta Eucaristía, para que abras nuestros ojos, renueves nuestras vidas, y con tu Luz podamos iluminar nuestras tinieblas del pecado y del egoísmo. Roguemos al Señor. Oración conclusiva Dios Padre, misericordioso atiende benigno, estas súplicas que te presentamos con fe. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.

Vie 27 Ago 2021

"Estos preceptos son su sabiduría e inteligencia"

VIGESIMOSEGUNDO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO Agosto 29 de 2021 Primera lectura: Dt 4,1-2.6-8 Salmo: Sal 15(14),2-3a.3bc-4ab.5 (R. 1a) Segunda lectura: St 1,17-18.21b-22.27 Evangelio: Mc 7,1-8.14-15. 21-23 I. Orientaciones para la Predicación Introducción El vigésimo segundo domingo del tiempo ordinario está globalmente enmarcado por los mandamientos como tema general que atraviesa todas las lecturas; enunciamos tres ideas temáticas que orientan nuestra reflexión y oración: • Los mandamientos como fuente de la normativa de un pueblo que ayuda, no solo a constituirse como un código de reglas, sino que ayuda al pueblo de Israel a constituirse como nación. De hecho, se puede observar que todos los países tienen una carta magna constitucional que les permite fijar las normas que los van a identificar y constituir como nación; en el caso de Israel, Dios dictamina la fuente de su reglamentación. • Los mandamientos como fuente de honestidad del ser humano. En este sentido se puede observar cómo el contenido del salmo 14 describe de qué manera se puede regir un hombre que quiere habitar en presencia de Dios padre; en pocas palabras se indican los parámetros para ser honesto y caminar de la mano de Dios y llegar a ser santo. • Los mandamientos brotan de las normas esenciales del interior del hombre y no se quedan en el cumplimento de las meras apariencias. El evangelio muestra a Jesús indicando esta parte fundamental de los mandamientos, no es la norma por la norma que se pega a la letra de actitudes externas, sino que es la norma que transforma al hombre de adentro a hacia fuera. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? El salmo 14 2-3ª.3b-c-4ab.5 condensa el mensaje central de cómo un ser humano puede andar rectamente en la vida, a partir de configurar su vida con el mayor tesoro que puede tener su corazón en la vida: Dios. El poderse hospedar en la casa de Dios, constituye el camino y la meta del sueño del ser humano, y los mandamientos que llegan a regir este camino, como describe el salmista son: proceder honradamente, practicar la justica, tener intenciones leales, no calumniar con la lengua, no hacer mal al prójimo, ni difamarlo, honrar a los que temen al Señor, no prestar dinero a usura, ni aceptar soborno contra el inocente; y cierra el salmo diciendo: quien así obra nunca fallará. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? La ley por ley no me justifica, se pueden aprender y conocer los mandamientos y ser injusto; se puedan cumplir las normas de manera externa y no producir una conversión interior. En el evangelio Jesús explica de manera extraordinaria: “Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. El culto que me dan está vacío, porque la doctrina que enseñan son preceptos humanos”. Jesús establece un parámetro entre cumplir los mandamientos de manera externa y cumplir los mandamientos de corazón, desde el interior. No es lo que entra de fuera lo que hace impuro al hombre, sino lo que sale de dentro. Llama la atención sobre un estilo de vida religioso que se ha apegado a la ley, pero han olvidado lo principal la misericordia, y por esto, el culto se ha vuelto vacío, porque se adora con los labios más no con el corazón; se aprenden y enseñan la doctrina de manera externa, pero no se convierten de corazón. El peligro de practicar una religión de manera externa, muy dada a las prácticas cultuales, a los largos rezos, a la multiplicidad de ejercicios devocionales; pero que olvida y descarta lo esencial del ser humano que es practicar la justicia. No se puede decir que se ama a Dios con los labios y se desprecia, ignora o discrimina al prójimo sin brindarle lo esencial para que viva con dignidad en sus necesidades como son la salud, el techo, el alimento, el trabajo, la educación. Por otra parte, Jesús proclama diáfanamente, no es lo que entra de fuera lo que hace impuro al hombre, sino lo que sale de dentro. El ser humano que quiere vivir rectamente, que quiere alcanzar la santidad, no puede aprovecharse del prójimo en sus penurias, hablando mal, explotándolo en todos los sentidos. Al respecto Jesús aclara que es del interior del hombre desde donde brotan los malos propósitos, y se convierten en las antinomias de la santidad: fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, injusticias, fraudes, desenfrenos, envidias, difamaciones, orgullos, frivolidad. Contario al ser humano que quiere habitar en la tienda del Señor por siempre, y que se ilumina con su buen comportamiento ante los demás, contrasta el ser humano que se va cerrando a la gracia de Dios y la oscurece hasta convertirse en un depravado que lo hace impuro y lo corrompe por dentro. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? El papa Francisco en las encíclicas Laudato sii y Fratelli tutti, denuncia una serie de pecados sociales, que son consecuencia del egoísmo del hombre y del antropocentrismo y la demasiada auto referencialidad. Por eso, dice que no se trata de dos crisis ambientales y sociales, es una solo crisis socio ambiental, porque el hombre sin Dios va autodestruyéndose y destruyendo la naturaleza. Por eso, la economía del sistema neoliberalista y capitalista a ultranza que mata al ser humano y lo destruye todo a su alrededor. Hacerse un dios a la medida del hombre es el pecado de la idolatría que lo carcome y lo encierra en un mundo que lo va oscureciendo. En Fratelli tutti el Santo Padre dedica un capítulo a las sombras de un mundo que se va encerrando en sí mismo y que va rompiendo a pedazos los sueños de una auténtica fraternidad universal. Hechos como el descarte mundial de personas “valoradas por su utilidad”, despilfarro de alimentos, falta de hijos, ancianos abandonados, obsesión por producir los costos laborales, mientras que campea el desempleo, la inequidad y la pobreza. Si se mira la Palabra de Dios donde el miso Jesús denuncia las injusticias en una sociedad llena de leyes, el papa Francisco, denuncia esta injusticia ante los derechos humanos no suficientemente universales: injusticias nutridas por visiones antropológicas reductivas, por un modelo económico basado en las ganancias, que no duda en explotar, descartar e incluso matar al ser humano. Mujeres que sufren exclusión, maltrato, violencias; donde la persona humana es tratada como una mercancía u objeto, como un medio y no como un fin, redes criminales, abortos, secuestros, venta de órganos, trata de personas. Toso esto y mucho más vive el mundo que se va cerrando al auténtico valor de la justicia y el cumplimiento de la ley. II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Al celebrar en comunidad la Palabra que transforma y la Eucaristía que nos alimenta, te damos gracias, Señor, por constituirnos en una nación santa mediante el bautismo, para que mediante la vivencia de los mandamientos nos hagas partícipes del banquete celestial en la tierra. Participemos con fe y alegría en esta celebración. Monición a la Liturgia de la Palabra Jesús, en su Palabra nos invita a purificarnos de las prácticas externas de nuestra fe, que no nos justifican; y podamos revestirnos de la práctica de la justicia que debe caracterizar a los hijos de Dios en comunidad. Vivamos el llamado a la santidad que nos hace la Palabra de Dios, purificándonos mediante las obras de caridad hacia el prójimo. Escuchemos con atención la Palabra de Dios. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Dirijamos nuestras plegarias a Dios Padre, con la certeza de que siempre nos concede lo que más nos conviene. y digámosle humildes: R. Acógenos en tu casa, Señor 1. Por tu Iglesia, para que, mediante la vivencia de la caridad el Papa Francisco, los obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas y fieles laicos, vivamos auténticamente los mandamientos con el criterio de la caridad. Roguemos al Señor. 2. Por los gobernantes de las naciones; para que, en el reconocimiento de Dios y de sus normas, en sus constituciones y derechos humanos universales; reconozcan y defiendan la dignidad de la persona empezando por los más vulnerables. Roguemos al Señor. 3. Por quienes tienen la tarea de crear las leyes en país: congresistas, representantes a la cámara, jueces, abogados; para que, en el corazón de las leyes prime la dignidad del ser humano, la justicia, la fraternidad, la solidaridad y la misericordia. Roguemos al Señor. 4. Por los que sufren y pasan necesidad, para que experimenten la fuerza de Dios y la solidaridad de los creyentes, y nunca se dejen vencer por las dificultades de la vida. Roguemos al Señor. 5. Por los padres de familia y catequistas, para que transmitan la ley del amor de Dios, enseñando a sus hijos, niños y niñas a respetar la imagen y semejanza de Dios presente en todo ser humano que viene a la tierra y lo sirvan con amor. Roguemos al Señor. Oración conclusiva Escucha Padre, las súplicas que te presentamos, por intercesión de tu Hijo, Jesucristo, Nuestro Señor. R. Amén.

Jue 19 Ago 2021

¿A quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna

VIGESIMOPRIMER DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO Agosto 22 de 2021 Primera lectura: Jos 24,1-2a.15-17.18b Salmo: Sal 34(33),2-3.16-17.18-19.20-21.22-23 (R. cf. 9a) Segunda lectura: Ef 5,21-32 Evangelio: Jn 6,60-69 I. Orientaciones para la Predicación Introducción La Palabra de Dios que se nos ofrece en este domingo nos presenta unas ideas temáticas que iluminan y orientan nuestra reflexión y oración: • Uno de los obstáculos para seguir a Jesús es no comprender su Palabra: Muchos de sus discípulos, al oírle, dijeron: “Es duro este lenguaje. ¿Quién puede escucharlo?” (Cfr. Jn 6,60). • Para seguir a Jesús es necesario creer en Él y en sus Palabras: “Las palabras que os he dicho son espíritu y son vida. Pero hay algunos entre vosotros que no creen” (Cfr. Jn 6,63b-64a) • El seguimiento a Jesús siempre es y será consecuencia de una decisión personal y voluntaria: ¿También Vosotros queréis marcharos? (Cfr. Jn 6,67b). 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? Podemos decir que el tramo del evangelio de Juan que nos propone la liturgia de la palabra para este domingo, está coordinado por varias preguntas que tratan de desvelar el mensaje que el autor sagrado quiere transmitir. Por ello, en nuestra lectura inicial, podríamos focalizarnos en las preguntas y tratar de dar respuesta a ellas desde el mismo texto, con la finalidad de descubrir su sentido auténtico. “Es duro este lenguaje. ¿Quién puede escucharlo?” (Cfr. Jn 6,60) ¿Esto os escandaliza? ¿Y cuándo veáis al hijo del hombre subir adonde estaba antes? (Cfr. 61b-62) ¿También vosotros queréis marcharos? (Cfr. Jn 6,67b). 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? La invitación que nos hace Jesús a seguirlo es constante. Uno de sus grandes deseos es que lleguemos a ser auténticos discípulos suyos. El mensaje de Jesús puede resultar confuso y difícil de comprender para nosotros. Esta incomprensión podría ser un obstáculo grande para poder seguirlo, dado que puede generar una cierta sensación de incapacidad de poder en práctica sus palabras. A pesar del escándalo que puedan generar las palabras de Jesús, tendríamos que responder como Simón Pedro: ¿Dónde quién vamos a ir? Tú tienes palabras de vida eterna. Siempre contaremos con nuestra libertad para seguir a Jesús. Se trata de una decisión que tomamos no por ser coaccionados, sino por amor. Porque una de las características del amor es la libertad. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? Nuestro compromiso como discípulos de Cristo en ocasiones no es definitivo. Puede existir en nosotros dudas o temores que nos llevan a claudicar. Por tal motivo, sería importante siempre recordarnos a nosotros mismos y a los demás, que en las Palabras de Jesús encontramos siempre vida eterna, y que aún en las noches oscuras de nuestra fe podemos mantener nuestro “sí” a Dios. II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Congregados en este día celebramos el misterio de nuestra fe: la Eucaristía. En ella se nutren los hijos de Dios y se manifiesta la unidad de los creyentes en un mismo pan y un único vino convertidos en el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Dispongámonos, pues, a vivir este Misterio con una actitud de adoración y contemplación. Monición a la Liturgia de la Palabra La opción del hombre frente a Dios no se hace de una vez para siempre. La interpelación de Dios, desde su Palabra o desde las situaciones cambiantes de la vida, exige una continua renovación de nuestra decisión. Así se ven interpelados los Israelitas por Josué, y los discípulos por Jesús. Está en cuestión la fidelidad al compromiso inicial. El Matrimonio, “gran misterio” para Pablo, es un caso más de esa fidelidad al compromiso empeñado. El Cónyuge cristiano deberá significar con su fidelidad inquebrantable el amor de Dios a su pueblo, desde Cristo a su Iglesia, invariable a pesar de las traiciones de ésta. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Hermanos, a Dios Padre que nos ha amado tanto, orémosle por la Iglesia y las necesidades del mundo. Digamos juntos: R. Te rogamos, óyenos 1. Por el fecundo ministerio del Papa Francisco y del Episcopado Colombiano, para que conduzcan a la Iglesia por senderos de paz y verdad, oremos. 2. Por los bautizados, para que vivan su compromiso bautismal y den testimonio de Cristo actuante en la Iglesia, oremos. 3. Por todo el pueblo santo de Dios, para que con obras muestre a los hombres que su fe es viva y operante. 4. Por los misioneros, para que sepan llevar el mensaje del Evangelio a quienes aún no lo conocen y tengan valor para sobrellevar las dificultades y las fatigas de su tarea evangelizadora. 5. Por quienes celebramos los santos misterios, para que renovemos nuestro amor y adhesión a la Iglesia y asumamos su compromiso misionero, oremos. Oración conclusiva Padre misericordioso, mira con amor a tus hijos que se reúnen para contemplar las maravillas que obras en tu Iglesia, y escucha sus plegarias. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.

Jue 19 Ago 2021

La voz del Pastor | 22 de agosto de 2021

Reflexión de monseñor Luis José Rueda Aparicio, Arzobispo de Bogotá y primado de Colombia Lectura del Santo Evangelio segúnSan Juan 6,60-69

Vie 13 Ago 2021

El Poderoso ha hecho obras grandes por mi; enaltece a los humildes

ASUNCIÓN DE SANTA MARÍA VIRGEN Agosto 15 de 2021 Primera lectura: Ap 11, 19a; 12,1-6a.10ab Salmo: Sal 45(44), 7a+10bc.11-12a.14-15 (R. cf. 10b) Segunda lectura: 1Co 15,20-27a Evangelio: Lc 1,39-56 I. Orientaciones para la Predicación Introducción Los textos bíblicos que la liturgia nos propone para esta solemnidad están caracterizados por: • El “gozo”; presente de modo especial en el Evangelio de Lucas. • El “gozo” es fruto de la presencia de Dios entre nosotros y también de nuestra íntima unión con Él. • Celebrar la Asunción de Santa María al Cielo, es celebrar el “gozo eterno”, del cual ya María hace parte. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? En una lectura pausada y atenta del Evangelio se puede evidenciar una estructura de dos Partes. La primera que relata el saludo entre María y su prima Isabel. Un saludo que hace saltar de gozo al niño que Isabel lleva en su vientre (Cfr. Lc 2,39-45). En la segunda parte se puede contemplar el bello cántico del “Magníficat”, que en definitiva es un canto de alegría por las promesas y maravillas realizadas por Dios (Cfr. Lc 2,46-56). En la lectura orante de la palabra para este día, sería interesante fijar un poco nuestra atención a aquellas palabras, frases, actitudes que hacen referencia al gozo que proporciona esta solemnidad de la Asunción de Santa María al cielo. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? Nuestra realidad personal, familiar y social en ocasiones se puede caracterizar por la tristeza, la angustia, la depresión. Se hace apremiante encontrar motivaciones profundas, que generen en nuestra vida una auténtica alegría. Dios cuando llega o está en nosotros, siempre genera un gozo auténtico que puede transformar toda nuestra realidad como lo hizo con la Virgen María. Contemplar a María asunta al cielo, nos llena de esperanza, porque nos hace creer que todo el gozo experimentado con Dios no tiene fin, sino que va más allá de cualquier frontera espacio-temporal, porque se trata de un gozo eterno que sólo proporciona nuestro creador. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? La Palabra de Dios nos hace pensar en muchos hermanos nuestros que padecen una profunda tristeza en sus corazones por diversos motivos, dado que no encuentran una esperanza firme o no logran visionar un futuro lleno de paz y felicidad. Nuestra misión como creyentes debería ser la de llevar a Jesús a todos aquellos que se encuentran abatidos, para transmitirles una luz que guíe sus pasos en los momentos de oscuridad. Gestos como un saludo, la escucha atenta, una manifestación de cariño, pueden hacer que el prójimo recobre la esperanza que ha perdido. II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Celebramos hoy la gran fiesta de la Asunción de María. El Señor ha hechos grandes maravillas, nos dirá ella. El Señor la ha glorificado y la ha convertido en luz de alegría y esperanza para nuestro caminar hacia Jesús. En este caminar estamos seguros que tenemos una madre y una intercesora que nos lleva a Cristo. Con estos sentimientos, dispongámonos a vivir la Eucaristía de modo, activo, pleno y consciente. Monición a la Liturgia de la Palabra María es primicia de los redimidos, imagen de la Iglesia. María, como la Iglesia salvada por Cristo, da a luz a su vez al mismo Cristo, que crece con la Iglesia hasta llegar a incorporar y recapitular el universo. La Asunción es una afirmación de esperanza. Creemos que también nosotros y el mundo caminamos a una transformación y glorificación que ya ha sucedido primero en María. Ella ha recibido el fruto de su fe. “Dichosa tú que has creído”. El Magníficat, su canto de fe en la acción de Dios transformadora, alumbra nuestra fe y nuestra esperanza. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Oremos, hermanos, al Señor, que en el día de hoy ha querido ensalzar a la Virgen María por encima de los coros de los ángeles y de los santos, y pidámosle que escuche nuestra oración: R. Mira a la llena de gracia y escúchanos. 1. Para que los hijos de la Iglesia, unidos a la gloriosa y santa Virgen María, Madre de Dios, proclamen la grandeza del Señor y se alegren en Dios, su salvador, roguemos al Señor. 2. Para que la misericordia del Señor llegue a sus fieles de generación en generación, y todos los pueblos feliciten a aquella en la cual Dios ha hecho obras grandes, roguemos al Señor. 3. Para que el Señor, con las proezas de su brazo, enaltezca a los humildes, colme de bienes a los pobres y auxilie a Israel, como lo había prometido a los antiguos padres, roguemos al Señor. 4. Para que Cristo, el Rey que ha coronado a María como reina, cuando entregue la creación al Padre, nos conceda como a María, la posesión del reino preparado desde antes de la creación del mundo, roguemos al Señor. 5. Por nosotros y todos los que nos hemos reunido para celebrar la Asunción de la Virgen María al cielo y por nuestros familiares y amigos, para que guiados por ella lleguemos a tu reino, roguemos al Señor. Oración conclusiva Dios nuestro, que constituiste a la Madre de tu Hijo madre y Reina nuestra, escucha nuestra oración para que, ayudados por la intercesión de María, participemos un día de la felicidad eterna. Por Jesucristo nuestro Señor. R. Amén.