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familia

Lun 24 Dic 2018

Un balance de pérdidas y ganancias

Por: P. Carlos Arturo Quintero Gómez - Estamos concluyendo este año 2018 y es la oportunidad para hacer un balance en el contexto económico, social, político, religioso, personal y familiar; un balance de pérdidas y ganancias, para reconocer que hemos terminado en saldo rojo, en déficit, o valorar que hemos avanzado, fortaleciendo los valores y afianzando nuestra identidad humana y cristiana. ¿Qué decir de este año 2018 en el Quindío? Hemos vivido una orfandad que se siente en los sectores menos favorecidos; no podemos ignorar que se han hecho avances y que los gobiernos departamental y de cada municipio se han esforzado, pero pasamos un año raspado ya que la corrupción tocó duramente a las puertas de nuestra casa común. El cuestionamiento de muchos de nuestros políticos y gobernantes, así como el deterioro moral de una sociedad que se ha erigido con valores y confianza en Dios, nos sacudió el alma. Fuimos noticia en el contexto regional, nacional y mundial por actos de corrupción, ocupamos por muchos meses el primer lugar en desempleo, violencia intra-familiar y altos índices de suicidios. Se ha incrementado el número de habitantes en situación de calle, el micro tráfico y el turismo sexual. ¡Cómo nos duele ver municipios como Salento y Filandia, en donde muchos de sus habitantes, hoy están al servicio de extranjeros, con sueldos de hambre y cumpliendo horarios que sobrepasan las exigencias de la ley, sin el más mínimo control de las entidades de vigilancia! La migración de hermanos venezolanos y retornados a Colombia es otro flagelo que ha exigido una mirada a la atención humanitaria; la difusión de noticias falsas y la falta de una conciencia real de responsabilidad social en algunos medios de comunicación y sector empresarial, el aumento de la delincuencia organizada, el incremento de niños y niñas en el mundo de las drogas y embarazos en niñas adolescentes; las riñas callejeras, la crisis educativa, el desamparo de nuestros ancianos, el relativismo moral, el desencanto de la vida en muchos corazones, y la pérdida de valores religiosos y espirituales, además de la desesperanza y el avance de las nuevas tecnologías que nos ha sumergido en una inteligencia artificial que nos desborda, como lo menciona Yuval Noah Harari, escritor e historiador israelí, en su libro “21 lecciones del siglo XXI” y que algunos le llaman el profeta de los algoritmos. ¿Y lo bueno? Hay muchas luces, lo bueno de nuestra sociedad quindiana es que tenemos una gente pujante, emprendedora, soñadora y querendona, con deseos de salir de la crisis, viendo en ella una oportunidad. Si bien hay sombras, que oscurecen y hacen sombrío nuestro panorama social, hay que destacar el papel de algunos medios de comunicación social y su deber con la verdad y con la paz; el compromiso de algunos empresarios con la realidad de sus empleados, familias fortalecidas en el amor que intentan sostenerse en medio de los ataques de la sociedad, la defensa de la vida, el trabajo de ONGs y fundaciones sociales que trabajan, muchas veces sin recursos, por defender la dignidad humana; cientos de proyectos sociales promovidos por personas e instituciones aportando a la construcción de la paz; impulso a la cultura ciudadana, favorecimiento de una cultura cristiana, un deseo profundo en muchas personas de volver a Dios, el surgimiento de nuevos voluntariados y nuevas comunidades eclesiales, la riqueza de nuestra tierra con una niñez y juventud creativa y con iniciativa; el tesoro humano de nuestros abuelos, la solidaridad de los quindianos ante la migración de venezolanos y al interior del país, volver la mirada a Dios. Podemos entonces, hacer un balance y darnos cuenta, que a pesar de los problemas, las sombras, las dificultades, hay mucha ilusión y esperanza de levantarnos, trabajando unidos por la recuperación del tejido social, haciendo que esta sociedad quindiana sea más justa y más humana. El gran desafío en esta navidad es que podamos hacerle un regalo a la ciudad y a nuestro departamento: unirnos, levantarnos de nuestras miserias y escombros y volver a soñar la vida. El Príncipe de la Paz, Jesús el niño recién nacido, viene para darnos la paz; Él es la esperanza que no defrauda, el Camino, la Verdad y la Vida. Celebrar la navidad en paz, sin pólvora, sin licor, sin asesinatos, sin violencia intra-familiar, sin peleas entre vecinos, será una muestra del deseo de aportar para que nuestra comunidad se transforme. Todo esto exige una conciencia clara que nuestras fiestas, tienen que transformarse en festivales culturales, gastronómicos y sociales en donde ganen los municipios y el departamento, porque cada fiesta, cada carnaval debiera ser una oda a la vida, al civismo, a la tolerancia y a la paz. “Feliz navidad y próspero año” P. Carlos Arturo Quintero Gómez Obispo electo de Armenia

Mié 14 Nov 2018

Lo que nada nos cuesta, hagámoslo fiesta

Por: Mons. Froilán Tiberio Casas Ortiz - Vivimos la cultura del despilfarro. Veamos algunas muestras de esta cultura. Usted va a la casa de una familia de estrato uno y encuentra la llave abierta y dos fugas de agua: como su recibo de cobro está subsidiado por los estratos cuatro, cinco y seis, entonces, a malbaratar el agua. Muchos de nuestros coterráneos van a los Estados Unidos de América, allí sí que se vive la cultura del consumismo; como es un país tan extenso y tan rico, se abusa de esa misma riqueza. Vaya usted a Europa y allí es otro cuento. Ellos han sufrido dos guerras seguidas y, además, su territorio es pequeño; entonces, tienen un cuidado enorme con sus recursos naturales y optimizan todos los espacios. Vaya usted a Israel, país pequeño y, además con una enorme escasez de agua. Hay que ver cómo cuidan ese sagrado líquido. Siendo la mayor parte de su territorio desértico, producen comida: cítricos, verduras y trigo de exportación; el manejo hídrico por goteo, ofrece parques y zonas verdes llenas espléndidos jardines. Observe usted a una familia que se ha enriquecido de la noche a la mañana: ¡cómo despilfarran! Esos ricos emergentes son unos consumidores de miedo. Los chicos de estas familias suelen ser exigentes, malcriados y creen que todo lo pueden hacer pues tienen dinero. ¡Ah! El que no ha visto a Dios al verlo se asusta. Esos chicos no tienen el sentido del valor de las cosas: como han sido “criados a toda leche”, gastan y gastan y cuando pueden humillar, lo hacen olímpicamente. ¡Ay, si esos tales especímenes llegan al poder! Son tan arrogantes como pavos reales en su conquista “amorosa”; son atrevidos con los mayores y quienes no son de su artificial rango son tratados con altivez y desprecio. Observemos otros aspectos: ¡cuánto se pierde en las obras públicas! Muchas son obras inconclusas, maquinaria en procesos de herrumbre y descomposición, edificios a mitad de camino. Son bienes mostrencos que no tienen ningún doliente, -sí, pero cuánto dinero se gastó allí proveniente de nuestros impuestos-. ¡Ah, si todos nuestros impuestos se invirtieran! Sencillamente tendríamos excelentes vías, excelentes servicios hospitalarios, excelentes parques y zonas de recreación, excelentes centros educativos. Entonces, ¿cuándo será realidad lo que soñamos los colombianos honestos? Cuando cambie la cultura del robo, del dinero fácil, del amiguismo y de la ley de la ventaja. Por favor, no busquemos atajos, cumplamos la ley y los resultados se verán pronto. Por favor, no más vivienda gratis. Esto es un sofisma de distracción; lo que usted no paga, otro lo ha pagado. Son nuestros impuestos los que financian las mal llamadas “viviendas gratis”. Sacamos a los campesinos, que son productivos de alguna manera y los metemos a unas cajas de bocadillo a hacerlos improductivos y exigentes. Por favor, cambiemos la centenaria política del subsidio a la mendicidad y volvámoslo subsidio a la productividad: no premiemos la pereza, el despilfarro y falta de orden en el vivir; estimulemos al productor, al que hace algo por el país. Con una política de estas acabaremos en el corto tiempo la pobreza y todos saborearemos la paz. + Froilán Tiberio Casas Ortiz Obispo de Neiva

Mié 31 Oct 2018

Crece la drogadicción

Por: Ricardo Tobón Restrepo - El consumo de drogas va adquiriendo proporciones sorprendentes y constituye ya un problema grave en nuestra sociedad. Es un fenómeno propiciado por los intereses económicos de diversos grupos, en crecimiento por la dependencia creada en tantas personas, manejado a través de un mercado bien organizado que trasciende los confines nacionales, vinculado a grupos dedicados a actividades criminales. Agrava la situación la estrategia de los traficantes de incentivar el consumo en niños y jóvenes de los centros educativos para volverlos adictos y hacerlos luego parte de sus redes. Las consecuencias de la drogadicción se van viendo cada vez más preocupantes: degenera las personas, favorece la inseguridad y la violencia, crea problemas de salud mental, aumenta el número de habitantes de la calle, obstaculiza un desarrollo integral de la sociedad. En una palabra, afecta el equilibrio síquico, la vida familiar y la realidad social de los consumidores y de muchas otras personas. Quienes usan drogas piensan que encontrarán un estimulante para vivir y en realidad llegan a situaciones lamentables, que limitan las relaciones y reducen notablemente la libertad a veces hasta anularla. Este hecho humano y social requiere un profundo análisis y acciones decididas. Sin embargo, con frecuencia hay indiferencia y hasta complicidad. Cuando se dan eventos excepcionales se aplican soluciones de emergencia, más bien que trabajar sistemáticamente en una cultura capaz de formular objetivos concretos, medios y recursos para garantizar coherencia y estabilidad en el propósito de afrontar a fondo el problema. El avance creciente de la drogadicción indica los vacíos de la planeación en las políticas y en las estrategias de lucha contra este fenómeno. La batalla contra este flagelo hay que empezarla antes que las personas sean adictas. Hay que comenzar por ser conscientes y sentirnos todos responsables para lograr dar respuestas adecuadas. Es necesario ver que la adición no puede ser concebida solamente como un problema personal, sino como una realidad que entraña una dimensión social, cultural y colectiva. Hay que entender el uso de drogas como una respuesta al malestar que generan carencias esenciales, como un modo de escapar de lo que hace sufrir. La falta de amor, de formación, de trabajo, de solvencia económica para las necesidades primarias provoca o agrava las situaciones de adición. La problemática de la drogadicción es una prolongación de la problemática social; es la consecuencia de un conjunto de situaciones negativas; la desesperación lleva a escoger caminos equivocados. La verdadera solución no es atacar la última manifestación sino ir a las causas. A la raíz del consumo de drogas está la familia, la educación, la falta de espiritualidad. Es en estos ámbitos donde hay que poner las mejores prácticas sobre prevención, lucha, tratamiento, rehabilitación y reinserción que lleven a los drogadictos a descubrir y vivir su auténtica dignidad. Dentro de un programa preventivo, hay que trabajar por la organización y estabilidad familiar, por fortalecer la salud mental de los niños y los jóvenes, por la construcción de una sociedad acogedora y equitativa. Hay que promover iniciativas en los colegios y en las parroquias para ayudar a los niños y adolescentes a encontrar el sentido de la vida, para acompañar su crecimiento, para animarlos a que superen los problemas; las respuestas que ofrezcamos después son limitadas y tardías. La atención debe ser integral tomando la persona en su totalidad y convocando toda la comunidad frente a esta urgente tarea. + Ricardo Tobón Restrepo Arzobispo de Medellín

Mié 29 Ago 2018

"Familias, alegría para el mundo, irradien el amor de Cristo": Papa Francisco

“El fin de semana pasado estuve en Irlanda para participar en el Encuentro Mundial de las Familias, que tenía como lema: «El Evangelio de la familia, alegría para el mundo». Deseaba animar a las familias cristianas en su vocación para ser transmisoras de la alegría y de la fecundidad del amor de Dios en medio de la sociedad y del mundo”, lo dijo el Papa Francisco en la Audiencia General del último miércoles de agosto de 2018, comentando su reciente Viaje Apostólico Internacional a Irlanda, con ocasión del IX Encuentro Mundial de las Familias. El sueño de Dios para toda la familia humana Las miles de familias – esposos, abuelos, hijos – reunidas en Dublín, con toda la variedad de idiomas, culturas y experiencias, señaló el Santo Padre, fueron signos elocuentes de la belleza del sueño de Dios para toda la familia humana. “El sueño de Dios, agregó el Pontífice, es la unidad, la armonía y la paz, fruto de la fidelidad, el perdón y la reconciliación que nos ha dado en Cristo. Él llama a las familias a participar de este sueño y a hacer del mundo un hogar donde nadie esté solo, no querido o excluido”. Por lo tanto, afirmó el Papa, el tema de este Encuentro Mundial fue muy apropiado: “El Evangelio de la Familia, alegría para el mundo”. La Iglesia, una familia de familias Agradeciendo al Presidente de Irlanda, a las diversas autoridades gubernamentales, civiles y religiosas, y a las muchas personas de todos los niveles que ayudaron a preparar y llevar a cabo los eventos de este Encuentro, el Papa Francisco recordó a las Autoridades en el Castillo de Dublín que, “la Iglesia es una familia de familias y que, como un cuerpo, sostiene a estas sus células en su papel indispensable en el desarrollo de una sociedad fraterna y solidaria”. Los testimonios del amor conyugal Asimismo, el Santo Padre señaló que, los verdaderos puntos-luz de estos días fueron los testimonios de amor conyugal dados por parejas de todas las edades. “Sus historias – precisó el Pontífice – nos recordaron que el amor del matrimonio es un don especial de Dios, que debe ser cultivado cada día en la iglesia domestica que es la familia”. ¡Cuánto necesita el mundo de una revolución de amor, de ternura! Y esta revolución comienza en el corazón de la familia. El matrimonio cristiano, fuente de gracia “En la Pro-Catedral de Dublín – afirmó el Sucesor de Cristo – conocí a esposos comprometidos en la Iglesia y a muchos matrimonios jóvenes, muchos de ellos con hijos pequeños. Luego he encontrado a algunas familias que se enfrentan desafíos y dificultades particulares. Gracias a los Frailes Capuchinos, que están siempre cerca al pueblo y a la familia eclesial en general, experimentan la solidaridad y el apoyo que son fruto de la caridad. Fiesta de las Familias y Santa Misa Un punto culminante de mi visita, precisó el Papa Francisco, fue el Festival de las Familias, el sábado por la noche, en el Estadio de Dublín, seguida el domingo por la Misa en el Phoenix Park. “En la Vigilia escuchamos testimonios muy conmovedores de familias que han sufrido guerras, familias renovadas por el perdón, familias que el amor ha salvado de la espiral de la adicción, familias que han aprendido a usar bien los teléfonos móviles y las tabletas y a priorizar el tiempo que pasan juntos. También se ha destacado el valor de la comunicación intergeneracional y el papel específico de los abuelos en el fortalecimiento de los lazos familiares y la transmisión del tesoro de la fe”. María proteja maternalmente a las Familias En su segundo día de Visita a Irlanda, el Papa Francisco peregrinó la mañana del domingo 26 de agosto, al Santuario Mariano de Knock, tan querido por el pueblo irlandés. “Allí, en la capilla construida en el lugar de una aparición de la Virgen – subrayó el Pontífice – confié a su protección materna a todas las familias, especialmente a las de Irlanda. Y aunque mi viaje no incluyó una visita a Irlanda del Norte, dirigí un cordial saludo a su pueblo y alenté el proceso de reconciliación, pacificación, amistad y cooperación ecuménica”. Dolor y amargura por las diversas formas de abuso “Mi visita a Irlanda, además de la gran alegría – agregó el Papa Francisco – también tuvo que asumir el dolor y la amargura del sufrimiento causado en ese país por las diversas formas de abuso, incluso por parte de miembros de la Iglesia, y el hecho de que las autoridades eclesiásticas en el pasado no hemos sido capaces de afrontar de forma adecuada estos crímenes”. En varias ocasiones he pedido perdón al Señor por estos pecados, por el escándalo y el sentido de traición conseguido. En este sentido, el Papa Francisco señaló que los Obispos irlandeses han emprendido un serio camino de purificación y reconciliación con aquellos que han sufrido abusos, y con la ayuda de las autoridades nacionales han establecido una serie de normas estrictas para garantizar la seguridad de los jóvenes. “En mi encuentro con los Obispos – señaló el Papa – los animé en sus esfuerzos por remediar los fracasos del pasado con honestidad y valentía, confiando en las promesas del Señor y confiando en la profunda fe del pueblo irlandés, para iniciar una temporada de renovación de la Iglesia en Irlanda. Irlanda tiene fe, debemos orar para que el Señor envíe nuevas vocaciones. Ave María… Familias en camino a Roma 2021 Antes de concluir su catequesis, el Papa Francisco señaló que, el Encuentro Mundial de las Familias en Dublín fue una experiencia profética y consoladora para tantas familias comprometidas en el camino evangélico del matrimonio y de la vida familiar; familias discípulas y misioneras, fermento de bondad, santidad, justicia y paz. “El próximo Encuentro de las Familias, se celebrará en Roma en 202, prepárense – alentó el Papa – encomendémonos a la protección de la Sagrada Familia de Jesús, María y José, para que en sus casas, parroquias y comunidades sean verdaderamente alegría para el mundo”. Fuente: Vatican News| Rome Reports

Mar 24 Jul 2018

Campaña “Abraza la vida”, nos habla de la resiliencia

La Diócesis de Yopal, valiéndose de las redes sociales continúa avanzando en la campaña: “Abraza la Vida”, una iniciativa de la Alcaldía Municipal y algunas organizaciones sociales de esta ciudad. La misma busca implementar mecanismos de ayuda dirigidos a la comunidad, para la reducción de la violencia auto-infligida o comúnmente llamadas conductas suicidas. En esta ocasión el tema propuesto para la reflexión es la “resiliencia”, la Psicóloga especialista, Mary Luz Díaz explica el significado de esta palabra y su relevancia para la vida de cualquier persona. “Resilencia en sinónimo de fortaleza, valentía, sacrificio, empeño, trabajo de sentir que la vida siempre tiene sentido (…) Las personas resilientes siempre mantienen la esperanza, saben que aunque seamos frágiles, dentro de cada ser humano siempre hay un potencial para salir adelante”, afirma la especialista. Por su parte, el padre Fredy Álvarez, de la diócesis de Yopal, nos recuerda que para las personas resilientes no existe una vida dura, “caminan con una sonrisa en los labios, ven la vida de una manera diferentes a pesar de los momentos difíciles, son personas que contagian esas ganas de vivir”, apunta. Finalmente este espacio de la campaña nos presenta el testimonio de vida, fortaleza, entusiasmo, perseverancia y alegría del señor Jaime Díaz, un hombre de 64 años, quien sufrió a sus 25 años de edad un accidente que lo dejó ciego. La campaña “Abraza la Vida”, arrancó el pasado 8 de julio en Yopal y se extenderá hasta el próximo 29 de este mismo mes.

Jue 21 Jun 2018

La Misión del padre y de la madre

Por: Mons. Ricardo Tobón Restrepo - Estamos celebrando la Semana de la Familia y el próximo domingo será el Día del Padre. Es una ocasión propicia para pensar, una vez más, que el matrimonio y la familia son valores esenciales para la humanidad. Allí se transmiten la vida y el amor, allí se tiene un nombre y una historia personal, allí se comparten las tristezas y las alegrías, allí se aprende a vivir la libertad dentro del vínculo con los demás seres humanos, allí se percibe y acepta la diversidad del otro, allí se tiene la iniciación para incorporarse a toda la sociedad humana, allí cada momento trasmite una chispa del amor de Dios. Mientras damos gracias a Dios por tantas familias que en nuestra Arquidiócesis se esfuerzan por vivir su vocación y su misión, reflexionemos de nuevo sobre la importancia del padre y de la madre en un hogar. A ello se refiere el Papa Francisco en la Exhortación Amoris Laetitia, cuando nos muestra la belleza de la apertura a la vida y del acompañamiento de los hijos por parte de los padres. El amor conyugal no se agota dentro de la pareja. Los esposos, a la vez que se dan entre sí, dan más allá de ellos mismos la realidad del hijo, reflejo viviente de su amor, signo permanente de la unidad conyugal y síntesis viva e inseparable del padre y de la madre (cf AL, 165). La familia es el ámbito no sólo de la generación sino de la aceptación de la vida que llega como regalo de Dios. El don de un nuevo hijo, que reciben el padre y la madre, comienza con la acogida, sigue con la ayuda a lo largo de la vida y tiene como última meta el gozo de la vida eterna. Comprender esto hace a los padres más conscientes de que Dios les ha dado una joya y una bendición. El Papa muestra también la maravilla de las familias numerosas y recuerda que tener hijos es una aventura que exige unos padres maduros. Se ama un hijo, no por sus características, sino porque es hijo; y el amor de los padres es instrumento del amor de Dios que acepta gratuitamente cada niño (cf AL, 170-171). Hoy, cuando tantos niños viven un sentimiento de orfandad, es preciso saber que todo niño tiene el derecho a recibir el amor de una madre y de un padre, ambos son necesarios para su maduración integra y armoniosa. Respetar la dignidad de un niño significa afirmar su necesidad y derecho natural a una madre y a un padre. No se trata del amor del padre y de la madre por separado, sino del amor entre ellos, percibido como fuente de la propia existencia y como fundamento de la familia. Ambos, padre y madre, son cooperadores del amor creador de Dios. Ellos enseñan el valor de la reciprocidad, donde cada uno aporta su propia identidad y sabe también recibir al otro (cf AL, 172). En nuestro tiempo es posible ver lo difícil que es una maduración equilibrada de los hijos si falta uno de los padres que ejerzan su función educadora desde la identidad maternal femenina y paternal masculina. La madre que ampara con su ternura ayuda a experimentar que el mundo es un lugar bueno que nos recibe y esto facilita desarrollar la autoestima. La figura paterna contribuye a percibir los límites de la realidad, ayuda a salir hacia un mundo más amplio y desafiante, invita al esfuerzo y a la lucha. Un padre con una clara identidad masculina, que a su vez convine el afecto y la protección, es tan necesario como la madre (cf AL 175). Después el Papa señala que en nuestra cultura la figura del padre estaría simbólicamente ausente, desviada, desvanecida. Aun la virilidad pareciera cuestionada. Se ha producido una confusión en nombre de una liberación del padre representante de la ley. Y hoy el problema no parece ser la exagerada autoridad del padre en el hogar, sino su ausencia. De ahí pueden derivar en los hijos diversas situaciones afectivas, de inseguridad personal y de desadaptación en la sociedad. Cada vez, resulta más urgente defender la familia y apoyarla para que, no obstante las dificultades actuales, realice su tarea preciosa e imprescindible en el mundo. + Ricardo Tobón Restrepo Arzobispo de Medellín

Mié 11 Abr 2018

Episcopado publica cartilla “El Evangelio de la Familia"

En el marco de la Semana por la Familia y con el objetivo de que los colombianos se preparen para la Congreso Mundial de las Familias, La Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), a través del Departamento de Matrimonio y Familia, publica la cartilla “El Evangelio de la Familia: Alegría para el mundo”. Esta publicación ofrece un itinerario, que consta de siete catequesis, inspiradas a la luz de las enseñanzas del Papa Francisco en la Exhortación Apostólica post-sinodal Amoris leatitia. Matrimonio y Familia del episcopado colombiano anima para que sea usada como instrumento de reflexión en la Semana por la Familia que se realizará del 14 al 19 de mayo. "Deseamos que esta cartilla sea trabajada por cada familia y en las parroquias de cada una de las diócesis de nuestro país", afirmó el Padre Daniel Bustamante, director de Matrimonio y Familia de la CEC. Así también, la cartilla busca preparar a las familias colombianas para la IX Jornada Mundial de las Familias que se realizará en Dublín del 21 al 26 de agosto. Este insumo puede ser adquirido en la Librería de la Conferencia Episcopal de Colombia. Informes: Librería

Mar 6 Mar 2018

Católicos reflexionan sobre su responsabilidad en la participación ciudadana

Bajo el lema “Caminos para edificar una sociedad reconciliada y armonizada en la justicia y en el amor”, se realizó el 3 de marzo la primera jornada de formación ProVida y católica, en la Conferencia Episcopal de Colombia. Brindar herramientas prácticas para la formación de formadores en la cultura de la vida frente a los retos y dinámicas actuales que desafían la pastoral, fue el objetivo del encuentro liderado por el departamento de Promoción y Defensa de la Vida. El compromiso de la participación de los católicos en los ámbitos de la sociedad a la luz de la Doctrina Social de la Iglesia – Principalmente en la política para la construcción del Bien común; análisis de la realidad política y de la comunidad internacional; y acción eclesial en el contexto de la Doctrina Social de la Iglesia hicieron parte de las temáticas analizadas durante la jornada, que contó con la participación de 40 asistentes y más de 5000 visitas en durante la transmisión Facebook live.